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  Arrástrame al infierno  (Drag me to hell)
  Dirigida por Sam Raimi
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A pesar de trabajar en la saga de Spider-Man, Sam Raimi se dió a conocer por las tres entregas de Posesión infernal. A través de estas tres películas, plagadas de imágenes chocantes y aterradoras, desarrolló su peculiar humor negro, que inspiró a toda una generación de guionistas y directores a ir más allá de los límites del terror.

Raimi dirige y es el autor del guión original de Arrástrame al infierno.

Se unen a Sam Raimi detrás de la cámara varios de sus colaboradores habituales encabezados por su hermano y coguionista IVAN RAIMI (Darkman, El ejército de las tinieblas) y los productores ROB TAPERT (Posesión infernal, las entregas de El grito/The Grudge) y GRANT CURTIS (la trilogía Spider-Man y el próximo estreno Spider-Man 4).

El equipo técnico está formado por el director de fotografía PETER DEMING (Terroríficamente muertos, Austin Powers: misterioso agente internacional, Mulholland Drive); el diseñador de producción STEVE SAKLAD (Juno, Swing Vote); el montador BOB MURAWSKI (la trilogía Spider-Man, Premonición); la diseñadora de vestuario ISIS MUSSENDEN (Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario, American Psycho); el compositor CHRISTOPHER YOUNG (Spider-Man 2 y 3, las entregas de El grito/The Grudge), y los maquilladores de efectos especiales GREGORY NICOTERO (Terroríficamente muertos, La semilla del mal) y el oscarizado HOWARD BERGER (Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario, Sin City/Ciudad del pecado).

La producción ejecutiva corre a cargo de NATHAN KAHANE (las entregas de El grito/The Grudge, 30 días de oscuridad) y JOE DRAKE (Juno, las entregas de El grito/The Grudge). Los coproductores son Ivan Raimi y CRISTEN CARR STRUBBE (Parejas y compromisos).


Crimen y castigo: Cómo empezó Arrástrame al infierno
Hace más de diez años, los hermanos Sam e Ivan Raimi coescribieron la primera versión de un guión que acabaría por convertirse en Arrástrame al infierno. En aquella época se titulaba La maldición. "Siempre nos han gustado las maldiciones", dice Ivan Raimi. "Nos gustó imaginar qué ocurriría si se le echara una maldición a una persona cualquiera y de pronto se encontrara en unas circunstancias realmente extraordinarias".

En este caso, unas fuerzas incontrolables atormentan a la joven apoderada de un banco, Christine Brown, después de cometer lo que a primera vista parece una pequeña equivocación al no ayudar a una anciana, la Sra. Ganush. Según Sam Raimi "la película es un cuento moral" donde la protagonista "realmente es una buena chica. Tiene buenas intenciones e intenta abrirse camino en Los Ángeles. Christine tiene un novio al que quiere mucho, y para retenerle, comete una equivocación. Decide pecar, lo que pone la rueda en marcha. La película trata de lo que deberá pagar por eso".

"Hemos querido que Christine sea un personaje moralmente complejo", añade Ivan Raimi. "Se esfuerza en su trabajo para subir por el escalafón, como cualquiera. Es una persona normal, pero su moral no está del todo definida, hay zonas grises, no todo es blanco y negro. Esa parte es la que más me interesa. Debe enfrentarse a un castigo que no corresponde al error que ha cometido, y me gusta ver cómo se enfrenta a la situación".

Desde Darkman y El ejército de las tinieblas hasta Spider-Man 2 y 3, los dos colaboradores sienten predilección por los luchadores accidentales y reacios a serlo. Igual que Ash Williams, el héroe de Posesión infernal, y Peter Parker en Spider-Man, Christine es una persona normal que de pronto se encuentra en un mundo paralelo al nuestro. Sin preaviso, su vida es catapultada a un mundo donde no impera la lógica. Todo empieza por una inesperada agresión en su coche, seguida por una hemorragia nasal descomunal, visiones diurnas y pesadillas nocturnas. Participa en una surrealista sesión de espiritismo y acaba teniendo que luchar para escapar de lo que parece un destino inevitable.

Mientras escribían el guión, los hermanos Raimi imaginaron al ser sobrenatural que atormentaría a Christine. Decidieron escoger a la mítica y demoníaca Lamia como antagonista. La Lamia tiene diferentes rostros según las culturas, desde la diosa griega convertida en asesina después de que Hera le robara a sus hijos, hasta un ogro caníbal, un súcubo o una criatura mitad hombre mitad macho cabrío, pero todas las encarnaciones comparten un rasgo. "Cada leyenda especifica que la Lamia enfurecida es un demonio que arrastra a sus víctimas al infierno aullando", explica Ivan Raimi. "Es el terrible rasgo que todas tienen en común".

Sam e Ivan Raimi diseñaron Arrástrame al infierno de modo que Christine apareciera en cada una de las escenas, excepto al principio de la película. La terrible historia está contada desde su punto de vista, para que el público la acompañe en su aterrador viaje. De hecho se trata de un recorrido fantasmal con Christine al timón. Todo desaparece ante su creciente pánico y desesperación.

Para equilibrar el terror supersticioso que se ha apoderado de Christine, los cineastas decidieron que tendría un novio racional y lógico. Se trata de Clay, un profesor que intenta convencerla de que la Sra. Ganush no le ha echado ninguna maldición. Acerca de la relación, Ivan Raimi dice: "El amor que Clay siente por Christine puede con su racionalidad. Es una historia de amor que llega hasta el último sacrificio".

Sam Raimi habría querido rodar la película al poco de escribir el guión, pero surgieron otros proyectos y La maldición tuvo que esperar casi diez años. Hasta el año 2007, los productores Rob Tapert, el socio de Sam Raimi en la productora Ghost House Pictures, y Grant Curtis, que ha colaborado en cinco ocasiones con el realizador, no pudieron ocuparse del proyecto. Universal aceptó encargarse de la distribución en Estados Unidos y en algunos otros países, aunque la mayoría de la distribución internacional correría a cargo de Mandate, dirigida por los productores ejecutivos Nathan Kahane y Joe Drake.

Los productores están convencidos de que la película ofrece una mezcla de géneros que atraerá a un público nuevo y a los seguidores de la obra de Sam Raimi. "Es más que una película de terror, más que un thriller sobrenatural", dice Grant Curtis. "Los personajes son lo suficientemente interesantes como para despertar la simpatía del público, igual que ocurre en todas las películas de Sam".

Rob Tapert está de acuerdo: "Es una oportunidad para que Sam vuelva al tipo de películas que siempre me han atraído como fan del cine de terror; una película loca, bestial e inesperada que nos lleva a lugares sorprendentes".

El productor sentía curiosidad por ver cómo se manejaría su amigo Sam Raimi con un presupuesto reducido después de rodar tres superproducciones seguidas. "Al dirigir tres entregas de Spider-Man, han estado a su disposición todas las herramientas existentes en el cine", dice Rob Tapert. "Sam conoce a la perfección la técnica cinematográfica y los procesos de efectos especiales, y ha aportado este saber a Arrástrame al infierno. Es capaz de usar los efectos especiales, los efectos visuales, de maquillaje y mecánicos para crear algo que el público no ha experimentado con anterioridad".


Videntes y pecadores: Los actores idóneos
Cuando tuvieron luz verde para la producción, el realizador y los productores empezaron a buscar una protagonista capaz de interpretar un papel tan físico como el de Christine Brown. El director se considera afortunado por haber podido contar con Alison Lohman. "Es una actriz muy humana", dice Sam Raimi. "Es imposible no sentir cariño por ella cuando se la ve en la pantalla. Quería que el público se identificara plenamente con el personaje, por lo que Alison era imprescindible para el papel. Christine es un personaje al que el público entiende y con el que simpatiza desde el principio de la película".

El cineasta piensa que la identificación con el personaje es importante para poder seguir a Christine por el oscuro recorrido que emprende. "Nunca deja de tomar decisiones que podrían alejarla del espectador", explica Sam Raimi, "decisiones cada vez más oscuras para poder sobrevivir a la terrible prueba. No quería que, a pesar de esto, el público abandonara a Christine".

Alison Lohman estaba dispuesta a dejarse la piel en el rodaje, aunque el género de terror no sea su preferido. "No me gustan las películas de miedo porque me aterrorizan", dice la actriz. "¿Para qué ir a verlas si me paso la mitad del tiempo con los ojos cerrados?"

Pero el viaje de Christine era lo bastante fascinante para que la actriz aceptara el papel: "Me gusta que mi personaje tenga emociones y sufra cambios en el transcurso de la película. Se hace más compasiva, más generosa. Y reconozco que he disfrutado bastante con toda la parte física, a pesar de acabar con unos cuantos moratones".

Frente a Christine está Clay, su cariñoso y nada convencido novio. El actor Justin Long dice que su personaje, pragmático y escéptico, le recordaba a su padre: "Mi padre es profesor de filosofía. Es muy racional y lógico", dice. "Viene de una escuela de pensamiento en la que hay una explicación para todo. Yo soy lo contrario, estoy dispuesto a creérmelo todo, el monstruo del lago Ness, el horrible hombre de las nieves, los fantasmas, cualquier cosa sobrenatural".

Hablando de su papel en la película, explica: "Intento apoyar a Christine sin decirle que está completamente loca". A pesar de ayudarla en todo lo que puede, no suele estar presente cuando la Lamia ataca a su novia. Muy serio, el actor dice: "Reconozco que es extraño sentir celos por no poder participar en una escena en la que te tiran gusanos a la cara".

El novio de Christine es dulce y comprensivo, pero duda que esté ocurriendo algo sobrenatural. "Justin aporta el toque perfecto del novio cariñoso al papel", dice Rob Tapert. "Enseguida encontró la forma de convencernos de que está enamorado de ella, algo muy valioso para la historia".

El poco glamuroso papel de la Sra. Ganush recayó en Lorna Raver, una actriz que quizá no es muy conocida del gran público debido a que ha trabajado sobre todo en los escenarios neoyorquinos antes de dar el salto a Hollywood. "No he hecho mucho cine porque no abundan los papeles para una mujer de mi edad que no sea famosa", dice la actriz. "Cuando me dieron el papel y descubrí que Sam era el director, me alegré mucho".

Fue seleccionada a partir de las tradicionales pruebas, por lo que solo leyó unas cuantas escenas del guión. "No tenía ni idea de qué iba la historia, solo sabía que era una señora mayor que iba al banco a pedir que le dieran más tiempo para pagar la hipoteca. No era en absoluto lo que esperaba".

De su experiencia con el realizador, Lorna Raver dice: "Sam hace pequeñas cosas inesperadas que rompen la tensión del rodaje. Disfruté mucho trabajando con él porque incluye a los actores en el proceso, y me gustó observarle. Se concentra mucho, como si abarcara toda la película en cualquier momento".

Para preparar el papel trabajó con una profesora de húngaro e incluso memorizó parte de los diálogos en ese idioma, lo que le permitió salpicar algunas frases con palabras húngaras durante sus peores ataques contra Christine.

Al realizador le impresionaron las dotes interpretativas de la actriz: "Lorna no se quedó atrás en ningún momento, especialmente durante la escena de la agresión en el coche. Es una luchadora nata y siempre está dispuesta a rodar otra toma para superar la anterior".

El actor Dileep Rao interpreta al médium Rham Jas, que acaba siendo el inesperado confidente de Christine. El actor dice: "El aspecto más interesante del guión es la vertiente moderna de los personajes, pero el estilo encaja perfectamente con el tipo de películas de terror que me gustan. El guión es misterioso, extraño y lleno de humor".

El productor Grant Curtis recuerda la prueba de Dileep Rao: "Era algo más joven que el personaje descrito en el guión, pero la prueba le salió perfecta, y Sam dijo: ‘No hay una edad mínima para el conocimiento’. Tiene mucha presencia y es del todo creíble que Christine confíe en él".

Cuando Rham Jas se da cuenta de que se ha metido en algo que no puede controlar, lleva a Christine a ver a la vidente Shaun San Dena, una de las pocas mujeres que ha tenido contacto con la Lamia y ha vivido para contarlo. La conocida actriz mexicana Adriana Barraza, nominada a un Oscar por su trabajo en Babel, encarna a la poderosa médium, a la que describe como "una persona nacida con habilidades especiales para tratar con los espíritus". La actriz estaba encantada con el papel: "Me ha gustado el género de terror desde niña. Vi todo tipo de películas de miedo de pequeña, y mi biblioteca está llena de libros de terror".

La actriz disfrutó trabajando con Sam Raimi porque "involucra a todo el equipo en sus decisiones creativas y siempre está abierto a las ideas que puedan aportarle los actores". Y añade: "Lo considero muy importante. Muy pocos directores animan a los actores a hacer sugerencias. Admiro su talento. Es un hombre educado y respetuoso que sabe distender la atmósfera en el rodaje. El terror que las imágenes comunicarán al público no tiene nada que ver con la serenidad que reina en el plató con Sam".

David Paymer interpreta al director del banco, el Sr. Jacks, un cascarrabias con toques cómicos. Le asombró la forma en que Sam Raimi desarrolla el dilema al que se enfrenta Christine y cómo prepara al público para el viaje que hará la joven. "Podría pasarle a cualquiera", dice el actor. "Somos personas normales ganándose un sueldo. Te pica una araña o una señora mayor te lanza una maldición, esas cosas pasan".

Le gustó participar en un proyecto que hace reír y temblar a la vez. "Me parece más realista, el humor hace de contrapunto al miedo", dice David Paymer. "El espectador se relaja, lo pasa bien y, de pronto, hay sangre por todas partes".

Completan el reparto de Arrástrame al infierno varios actores que han trabajado anteriormente al menos una vez con el director. Se trata de JOANNE BARON, TOM CAREY, MOLLY CHEEK, AIMEE MILES, JOHN PAXTON, TED RAIMI, BILL E. ROGERS, CHELCIE ROSS y OCTAVIA SPENCER.


La creación del miedo: Efectos, trucos, maquillaje y muñecos
La tensión, los sustos y los escalofríos producidos por Arrástrame al infierno son el producto de diversas técnicas que incluyen pantallas verdes, muñecos y prótesis, efectos especiales de maquillaje y efectos digitales. El imaginativo equipo que está detrás de la cámara comprende a técnicos que han trabajado previamente con el director, todos ellos especialistas en el mundo del terror y de la sangre.

Efectos tradicionales
El director de fotografía Peter Deming, que trabajó con el director en Terroríficamente muertos, además de ocuparse de la fotografía de las últimas dos entregas de Scream y Desde el infierno, optó por una iluminación realista que se oscurece progresivamente según Christine se mete cada vez más en el mundo sobrenatural.

Peter Deming explica: "Nos adaptamos a la luz ambiental; no corregimos las fuentes de luz, como en el garaje donde todo es azul verdoso. Normalmente, se usa- rían focos para corregir la luz, pero preferimos no hacerlo. Lo mismo ocurre en la calle. Aumenta la sensación de realismo".

Para la escena de la sesión de espiritismo, con una paleta de colores más rica, el director de fotografía usó efectos de luz y movimientos bruscos de la cámara para aumentar la sensación de ansiedad y tensión.

Peter Deming también participó en la creación de elementos atmosféricos para las escenas de la Lamia, con luces reflejadas en polietileno y el inesperado viento que se lleva las hojas. "Sam es un fan de los efectos de películas de serie B", explica el director de fotografía. "Le encanta que el viento se levante de pronto, que la cámara tiemble y que la iluminación sea imaginativa".

Para la escena en que la Sra. Ganush agrede a Christine en su coche, fue necesario construir un coche "falso" que permitió rodar primeros planos del pie de la actriz en el acelerador, frenando, o cuando cambia de marchas. El vehículo era totalmente desmontable: podían retirarse las puertas, la parte trasera y la delantera, así como el techo, lo que daba mucha libertad.

Greg Nicotero y Howard Berger, socios en KNB EFX Group, y que han supervisado los efectos especiales de maquillaje, ya habían colaborado en varias películas con Sam Raimi. La primera vez fue en 1986 con Terroríficamente muertos, a la que siguió El ejército de las tinieblas. Greg Nicotero se alegró de que la película tuviera efectos tradicionales: "Los efectos visuales están muy bien, pero la idea de que alguien tira de unos cables y mueve un muñeco tiene algo especial", dice, riendo. "Y es lo que más le gusta a Sam".

El equipo de efectos especiales se ha servido de numerosos trucos en Arrástrame al infierno. Por ejemplo, para crear el maléfico pañuelo flotante de la Sra. Ganush, ataron la tela a cuatro hilos de nailon que partían de una caña de pescar. Con la ayuda de un poco de viento, el pañuelo flotaba.

Para crear el viento que anuncia la presencia de la Lamia, el equipo uso monofilamentos para abrir y cerrar las puertas, mover las lámparas y las cortinas.

Los especialistas
Algunos de los actores no requirieron dobles para las escenas más difíciles, como la pelea en el coche entre Alison Lohman y Lorna Raver, pero la seguridad era la primera regla. Sam Raimi dice: "Randy tuvo mucho cuidado. Ensayó la escena con las actrices para que supieran exactamente cómo se desarrollaba, lo que era seguro y lo que no lo era".

"El equipo de especialistas fue genial", dice Lorna Raver. "Nos enseñaron cómo agarrarnos para que pareciera auténtico, cómo caer". A pesar de los ensayos, siempre hay fallos. La actriz sigue diciendo: "Una vez me dio de verdad con la grapadora, por suerte no era de metal".

En una escena en el piso de Christine, Alison Lohman está sujetada a unos cables para dar la impresión de que la Lamia la levanta y la sacude por la habitación. Fue necesaria una semana de ensayos con un doble antes de rodarla con la actriz. El director de la segunda unidad y director de especialistas RANDY BECKMAN dice: "Una de las mayores dificultades era proteger a Alison, ya que había decidido no usar un doble. Voló, se cayó, se dio golpes, pero aguantó estoicamente".

La actriz sabía en lo que se había metido y no se quejó. "Me gusta trabajar con Sam, su sentido del humor lo invade todo", recuerda. "A veces es absurdo, otras, extraño y dramático, pero siempre es divertido".

La escena de la sesión de espiritismo, en la que la vidente intenta echar a la Lamia de una vez por todas, fue una de las más complicadas. Se construyó una mesa redonda con cinco bolsas de propano escondidas en el interior. Se untó con gel al actor KEVIN FOSTER, que interpreta a Milos, el asistente de Shaun San Dena, además de atarle a cables conectados con poleas computerizadas para que flotara encima de la mesa cuando el mueble arde de golpe. La mayor preocupación de JIM SCHWALM, el coordinador de efectos especiales, era que la temperatura no ascendiese demasiado para el actor.

El barro del cementerio está hecho de metilcelulosa y pasta de galletas de chocolate. Se bombeaba desde un tanque con forma de triángulo para que saliera por tres lados a la vez.

Christine es arrastrada al infierno
Bruce Jones, también director de la segunda unidad y supervisor de efectos visuales, se encargó de diseñar los efectos de la escena en que la Lamia intenta arrastrar a Christine al infierno. Para conseguirlo, el equipo construyó un cilindro hidráulico y dos tipos de sillas para que la actriz se sentara o tumbara. Se introdujo a la actriz en el cilindro y se la rodeó con una pantalla verde.

Bruce Jones explica: "Las sillas están hechas con Lucite, un material transparente, para que pasara la luz. Hay suficiente espacio para que el equipo de KNB, vestido con trajes verdes y armados de manos falsas, pudiera interactuar con Alison. Llenamos el agujero con rocas digitales y añadimos haces de luz".

Las vías del tren se añadieron en posproducción. Se crearon rocas de goma para dar la impresión de que Alison Lohman las atravesaba, como si el suelo la engullera.

Sam Raimi, hablando de la protagonista femenina a la que hizo viajar al infierno, solo tiene palabras de elogio: "Alison es increíble. Tuvo que pelearse, la cubrimos con sangre y barro, pero no se quejó ni una vez. Siempre estaba dispuesta a ir más lejos. Es una profesional de los pies a la cabeza".

Maquillaje
En una de las secuencias sangrientas, Sam Raimi quería que la sangre saliera literalmente a chorros de la nariz de Christine. Para crear la más extrema epistaxis nunca vista en el cine, el maquillador Greg Nicotero colocó un tubo que salía de detrás de la oreja de Alison Lohman y que seguía hasta el interior de la nariz con un depósito diminuto. Increíblemente, en una toma consiguieron proyectar la sangre a tres metros de distancia.

"Era de lo más extraño", recuerda la actriz, riendo. "Es como tener un aspersor en la nariz que de pronto se pone en marcha. Lo más raro era la presión y la cantidad de sangre que expulsaba".

Ente las numerosas contribuciones de KNB a Arrástrame al infierno están las múltiples encarnaciones de la Sra. Ganush, entre las que destacaremos el cuerpo embalsamado del funeral, el cuerpo en descomposición de la pesadilla de la joven apoderada y el cuerpo en "tranquilo descanso" del cementerio.

La actriz Lorna Raver se pasó gran parte del rodaje con prótesis faciales o cubierta por un complicado maquillaje. "Lorna no solo es una gran actriz, es una gran profesional", dice Greg Nicotero. "La enviamos a una empresa llamada Cyber Effects, donde se la escaneó de arriba abajo para crear réplicas tridimensionales. También la escaneamos con una expresión totalmente loca, con la boca abierta, demoníaca y malévola".

La actriz también tuvo que usar diferentes dentaduras y lentes de contacto.

Incluso así, Lorna Raver se alegra de que el maquillaje no la hiciera desaparecer del todo. "Estoy muy agradecida a Greg y Howard de KNB, a Garrett y a las personas que me maquillaron", explica. "Tuvieron mucho cuidado, fue un proceso fascinante. Llevo prótesis, pero tampoco tantas, excepto en la versión demoníaca de la Sra. Ganush. En ningún momento me escondieron la cara, se limitaron a acentuar las arrugas, a realzar lo que ya estaba".

Los muñecos
Otro cometido de KNB fue controlar la cabra mecánica que aparece en la secuencia de la sesión de espiritismo. La Lamia se manifiesta en algunas de las personas que rodean a Christine y en la cabra. "Al principio pensamos que la Lamia podría ser una criatura mitad humana mitad cabra, con cuernos y muchas prótesis", recuerda Greg Nicotero. "También cabía la posibilidad de recurrir a un muñeco".

Al menos uno de los hermanos Raimi se quedó boquiabierto ante la cabra animatrónica. "Greg disfruta asustándome", dice Ivan Raimi, riendo. "Cuando entré en el plató de la sesión de espiritismo, vi por el rabillo del ojo que la cabra giraba la cabeza para mirarme. Me volví para mirarla, pero estaba inmóvil".

Sam Raimi expresa su profunda admiración por Greg Nicotero, Howard Berger y su equipo: "Greg y Howard siempre ofrecen varias opciones para crear la mejor ilusión según el ángulo de la cámara. Crean auténticas obras de arte del horror, las llevan al plató, y los marionetistas se ponen manos a la obra".


El diseño de Arrástrame al infierno
El rodaje empezó en Tarzana, California, en un antiguo banco redecorado para convertirse en el Wilshire Pacific Bank. El diseño se debe al diseñador de producción Steve Saklad, que ya había trabajado con el director en Spider-Man 2.

Los decorados
Cada uno de los decorados diseñados por Steve Saklad sirve para aumentar el dramatismo. Los colores suaves del banco se cubren de pronto con tonos rojo sangre; la sala donde transcurre la sesión de espiritismo, llena de objetos exóticos, se convierte de pronto en otro mundo; el cementerio se transforma en un lugar claustrofóbico de ambientación gótica. Para diseñar decorados que comunicaran el horror y la tensión contenidos en el guión, el departamento de decoración se sirvió de decorados naturales y construyó otros en platós.

"Creamos los pasados de Rham Jas y Christine llenando sus casas con fotografías de familia y de momentos anteriores", dice el diseñador de producción. "El único error habría sido no conseguir el realismo suficiente. La historia debe transcurrir en un mundo real para que Sam pueda hacer lo que quiera con las secuencias de acción. Si el espectador cree que tiran a la protagonista contra una pared falsa, no funciona. Cuanto más real sea el entorno, más funciona el terror".

El dormitorio y la sala de la sesión de espiritismo se construyeron en los platós de la 20th Century Fox. Todas las paredes eran correderas y Steve Saklad debió consultar con el coordinador de especialistas Randy Beckman para que los decorados fueran seguros.

El decorador DON DIERS se encargó de llenar la casa de la médium con antiguos objetos exóticos. La habitación debía dar la impresión de no haber sido abierta en treinta años. Don Diers explica: "Arañamos los muebles con cepillos metálicos. Encontramos unos bancos de estilo marroquí y le pedí al tapicero que sacara parte del relleno de los cojines para que se hundieran. Usamos auténticas maravillas guardadas en los almacenes de atrezo".

El vestuario
La diseñadora de vestuario Isis Mussenden también enriqueció el mundo de Arrástrame al infierno intentando contar la historia de cada personaje a través de su ropa. "Christine empieza como una joven y ambiciosa apoderada de banco que intenta vestirse de forma conservadora, pero con mucho estilo", explica la diseñadora. "A medida que aumentan las amenazas del ente desconocido, su estado mental se deteriora, y la ropa que lleva lo refleja".

Isis Mussenden intentó diseñar un estilo para cada actor, y el esfuerzo mereció la pena. "Lo pasé muy bien escogiendo el vestuario de Dileep", recuerda la diseñadora. "Queríamos dar la impresión de un joven contemporáneo en un mundo espiritual. Dileep tuvo una idea brillante: una colección de objetos simbólicos de todos los viajes de su personaje. Busqué y encontré pulseras y cuentas de Tibet, objetos de los indios hopi y de tribus de América del Sur. Cosimos estos símbolos en su ropa, y el resultado es fantástico, da mucho carácter al personaje".

Parte de la ropa se compró en tiendas, y otras prendas se diseñaron y cosieron, como los dos cambios de ropa de la actriz Lorna Raver.

Todas estas decisiones ayudaron a crear el mundo tan especial de Arrástrame al infierno. Grant Curtis dice: "Cuando entraba en un decorado y me fijaba en los detalles, me daba cuenta inmediatamente de que gracias al diseño de producción de Steve, a los decorados de Don y al atrezo de Ellen (la atrezista ELLEN FREUND), lo sobrenatural nunca estaba muy lejos de Christine. Siempre había algo que no era como debería, un cuadro extraño, un objeto que no encajaba…".