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  Estómago  Dirigida por Marcos Jorge
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SEMINCI 2008: Espiga de oro a la mejor película, Premio Pilar Miró al mejor nuevo director, Premio al mejor actor Joao Miguel (ex-aequo con Unax Ugalde), Premio de la Juventud.


Ficha artística
Raimundo Nonato - João Miguel
Iria - Fabiula Nascimento
Giovanni - Carlo Briani
Bujiú - Babu Santana
Zulmiro - Zeca Cenovicz
Etcétera - Paulo Miklos
Duque - Jean Pierre Noher
Lino - Alexander Sil
Valtão - Marcel Szymanski
Secuestro - Helder Clayton Silva
Quieto Parao - Tino Viana
Bocazas - Sidy Correa
Flacucho - Rodrigo Ferrarini
Vagnão - Marco Zenni
Francesco - Andrea Fumagalli


Marcos Jorge (director y coguionista)
Marcos Jorge se formó en el periodismo en Brasil en 1988. En 1989 y 1990 estudió cine en Italia y se especializó en lenguaje cinematográfico, escritura de guión y dirección de actores. Durante algunos años trabajó en Roma como ayudante de dirección y montador, en largometrajes y documentales para la televisión. En 1995 se trasladó a Milán, donde se dedicó a escribir guiones y a dirigir profesionalmente. Después de vivir diez años en el extranjero, en el año 2001 regresó a Brasil, donde fundó, con Cláudia da Natividade, la productora Zencrane Filmes. Sus películas, documentales y vídeos han participado en numerosos festivales nacionales e internacionales y han cosechado más de cincuenta premios.

Marcos Jorge es artista plástico, y videoinstalaciones suyas han sido expuestas en Francia, Italia, Países Bajos y Japón. Ha expuesto en la prestigiosa Triennale de Milán; ha sido artista residente del CICV-Centre Internationale de Creation Video de Montbeliard, en Francia. Sus espectáculos multimedia figuraron como eventos especiales en Invideo-Mostra Internazionale di Video D’Arte e Ricerca, de Milán y en el Festival Pontino, en Italia.

En los últimos diez años ha dirigido numerosos spots publicitarios para empresas brasileñas e internacionales, con los que obtuvo diversos premios, entre los cuales figuran los dos Profesionales del Año de la Red Globo y dos medallas de Oro en el Festival de Nueva York.

ESTÓMAGO, cuyo guión ha coescrito, es su primer largometraje de ficción y por él recibió el Premio al Mejor Director en el Festival Internacional de Río de 2007.

Filmografía (selección cine)
1993 - Carta a Bertolucci (ficción, cortometraje)
1994 - Reflexões (exp., cortometraje)
1995 - Vernichtung Baby (documental, mediometraje)
1998 - Paisagens (exp., cortometraje)
2000 - O Medo e Seu Contrário (exp., mediometraje)
2002 - O Encontro (ficción, cortometraje)
2003 - Infinitamente Maio (ficción, cortometraje)
2004 - O Ateliê de Luzia - Arte Rupestre no Brasil (documental, largometraje)
2006 - Corpos celestes (largometraje codirigido con Fernando Severo)
2007 - ESTÓMAGO (ficción, largometraje)


Notas del director (El guión)
El guión de ESTÓMAGO nació de un modo interesante y que vale la pena contar. Hace cuatro años, como respuesta a una invitación para el estreno de un corto mío en São Paulo, el escritor Lusa Silvestre me envió tres relatos inéditos, cuyo argumento era en todos los casos la comida. Uno de ellos atrajo mi atención: narraba la historia de un hombre que adquiría prestigio en una cárcel cocinando para sus compañeros de celda. El relato me gustó mucho y le sugerí a Lusa que lo adaptáramos. Pero como el relato era corto e insuficiente para un largometraje, era necesario inventar más cosas. Y así, juntos, fuimos creando toda una historia para el protagonista “antes” de ir a la cárcel y fue surgiendo el guión. Al comienzo de esta fase, me di cuenta de que se trataba de una historia universal, comprensible para todo tipo de personas, que mezcla poder, sexo y gastrononomía de forma visceral y orgánica. Me sumergí en la elaboración del guión, con enorme dedicación e inmenso placer (fue una de las mejores etapas de mi vida).

La receta del guión
La receta de un buen guión es como la receta de un buen plato: se pueden dar los ingredientes, se puede indicar el modo de prepararlo, incluso se pueden contar los secretos del cocinero, pero si el que prepara el plato no tiene “buena mano para la cocina” el plato no quedará bien.

Cocinar y hacer cine tienen mucho en común: al igual que el cocinero, el director mezcla elementos heterogéneos buscando una armonía en el resultado final. En ese sentido, se podría decir que ESTÓMAGO es un plato fuerte, de gusto definido, agridulce en algunos momentos, salado otras, y que termina dejando un gusto amargo en la boca.

La primera versión del guión quedó escrita con mucha rapidez, en unos treinta días, porque teníamos un plazo para presentarlo. En esa versión ya estaban presentes todos los elementos fundamentales que acabarían en la película, pero después se hicieron unas diez revisiones del guión, nunca dejamos de trabajar en él. Las fases más significativas fueron las de preproducción, en las que recogimos las sugerencias de los colaboradores más cercanos a la película; durante los ensayos, en los que los actores aportaron muchas ideas, especialmente para los diálogos; durante el rodaje mismo, pues llegué a escribir una escena en una noche para filmarla al día siguiente; durante el montaje, e incluso durante el montaje de sonido, reescribimos unos offs de Nonato. Fue mucho trabajo, pero valió la pena.

La producción
Para rodar ESTÓMAGO, tuvimos que hacer frente a varios desafíos. En primer lugar, la productora Cláudia da Natividade se acogió a un famoso acuerdo de coproducción entre Brasil e Italia que existía desde 1974 pero que nunca se había utilizado plenamente. Con mucho trabajo y paciencia, consiguió descifrar los recorridos previstos en la ley y logró que los organismos brasileños e italianos aprobasen la coproducción de la película: gracias a este trabajo, ESTÓMAGO pudo ser terminada en Europa.

Otro gran desafio fue rodarla con un millón de reales, suma del Premio de Producción de Películas de Bajo Presupuesto de Ministerio de Cultura brasileño. Filmando como lo hicimos, en cinco semanas, con un equipo numeroso, una película relativamente compleja y con muchas necesidades de producción no habríamos podido hacerlo así en São Paulo, pero nos trasladamos a Curitiba, donde conseguimos controlar mucho mejor los costes y optimizar recursos, y donde contamos con el apoyo del estado de Curitiba y del Ayuntamiento, que nos facilitaron el acceso a muchas localizaciones.

Pero tal vez el mayor desafío fue no caer en los clichés que permean la historia: los presos oprimidos, una prostituta deprimida, un italiano melodramático, la comida pasteurizada, etc. Para poder huir de eso, desde el principio pensé en los personajes como personas con muchas facetas y en unos ambientes realistas. Al igual que la comida que se muestra en la película parece apetitosa incluso cuando se elabora en condiciones higiénicas tremendas, los personajes también tienen cualidades y defectos evidentes. Y nos gustan a pesar de eso, o precisamente por eso.

ESTÓMAGO es, sin duda, una coproducción brasileño-italiana (no ítalo-brasileña), pero ha sido escrita, dirigida y realizada por brasileños. No tuve que pensar la película en función de la coproducción, ya que desde el principio el personaje de Giovanni era un italiano. Las muchas ironías que se hacen en la película acerca del carácter de los italianos no están en ella en función de la coproducción, sino por la gracia que tuvieran en sí mismas: he vivido en Italia más de diez años y puedo afirmar que conozco bien a los italianos, pero sería presuntuoso por mi parte afirmar que conozco los gustos del público de cine, así que no puedo saber si tendrá éxito allí. Pero, por las primeras reacciones que voy viendo en los festivales internacionales en los que se está presentando, se trata de una película que gusta bastante.

Magia culinaria
La sociedad brasileña podría ser descrita como una trituradora de gente, sobre todo de la gente sencilla, de la gente pobre. ESTÓMAGO describe este sistema injusto a través de dos grandes temas: las relaciones de trabajo y el sistema carcelario. Nonato llega a la ciudad e inmediatamente queda preso, no en una cárcel sino en el cuartucho trasero del bar de Zulmiro: para tener el privilegio de quedarse allí, entre ratas y cucarachas, tiene que trabajar como un esclavo, sin pagas ni beneficios. Sólo cuando empieza a trabajar para Giovanni consigue ganar algo de libertad. Para Nonato, el talento para la cocina es su única arma de libertad, de afirmación de supervivencia. No es casual que, en la película, en el instante en que Nonato empieza a cocinar, aparece la segunda parte de los créditos. Ahí, en ese instante, su vida vuelve a empezar y, por lo tanto, también vuelve a empezar la película, que a partir de este instante cambia de estilo o, mejor dicho, incorpora un nuevo estilo, que es más bonito que el realismo crudo con el que se estaba contando la historia hasta ese momento. Y, cada vez que se produce la magia culinaria de Nonato, la película pasa a un registro más dulce, la música se suaviza, el mundo de Nontao y de sus compañeros mejora. Un elemento importante que hay que destacar acerca de ESTÓMAGO es que, a pesar de su apariencia de cuento, se trata de una película bastante realista, especialmente en lo que se refiere a la vida de los protagonistas. Es una historia completamente inventada, pero que podría haber sucedido.

Localizaciones
Puedo decir que tuvimos mucha suerte con las localizaciones de ESTÓMAGO. Siguiendo nuestra propuesta de realismo en la realización de la película, filmamos enteramente en las localizaciones, hasta el punto de que la dirección de arte apenas tuvo que intervenir para enriquecer los ambientes encontrados. El bar de Zulmiro existe en realidad, en la región central de Curitiba. La cocina del restaurante Boccaccio es la cocina de uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, y también son verdaderos la boîte, la pensión de Iria, etcétera. Pero nuestro golpe de suerte fue la cárcel. Inicialmente, pensábamos en construir una celda en el estudio y rodar en una cárcel auténtica solamente las celdas complementarias del corredor. Con este objetivo, visitamos las principales prisiones de Curitiba y concentramos nuestra atención en la de Ahú, la más antigua de la ciudad, construida hace más de cien años. Estábamos negociando una forma de filmar con el recinto en funcionamiento cuando nos advirtieron de que, si esperábamos un poco, la cárcel iba a ser clausurada y que podríamos filmar allí el tiempo que quisiéramos. Y así lo hicimos: cuando los presos fueron trasladados a otro recinto, fuera de la ciudad, se llevaron lo puesto y dejaron allí todos sus objetos personales. Entonces levantamos dentro de la cárcel una celda con dos paredes falsas (que movíamos cuando era necesario) y utilizamos objetos reales dejados por los presidiarios. Y, para garantizar un realismo total, contamos en los ensayos con nuestro asesor de comportamiento carcelario, Luís Mendes, para que nos ayudara en todos los aspectos. Pasamos allí más de dos semanas filmando, y no fueron fáciles porque allí dentro había una cosa clara para todos los que estábamos trabajando: que aquél era un lugar de sufrimiento.

El reparto
El proceso de selección y formación de reparto de ESTÓMAGO fue lento y trabajoso. Por ejemplo, en el caso de Iria, hicimos pruebas en São Paulo, Río y Curitiba para más de un centenar de actrices. Tardé en decidirme en confiar en una actriz con experiencia teatral pero no cinematográfica para un papel tan importante, pero Fabiula Nascimento terminó por convencerme, por su presencia, talento y absoluta dedicación al trabajo y al personaje. Estoy seguro de que, si sabe llevar bien su carrera, se va a convertir en una estrella.

El nombre de Babu Santana surgió a partir de su excelente trabajo en la película Quase dois irmãos, de Lúcia Murat, pero tuvo que competir, en pruebas y entrevistas, con extraordinarios actores como Flávio Bauraqui y Leandro Firmino, por citar dos ejemplos.

Para el personaje de Giovanni pensamos inicialmente en un actor famoso en Italia, Diego Abantantuono, pero fue quedando claro que, para que la película funcionara en Brasil, necesitábamos a un italiano que hablara un excelente portugués, y Carlo Briani, con una historia personal que en algunos puntos coincide con la de su personaje, nos pareció una opción clara.

El mismo João Miguel, protagonista absoluto de la película, fue una elección delicada: Nonato iba a hacerlo otro actor, hasta el momento en que hablé personalmente con João y percibí que podría dar al personaje una personalidad fuerte y rica.

La elección de Paulo Miklos se hizo con mucha rapidez, porque todavía en la fase de escritura de guión empecé a pensar en él para el papel de Etcétera, incluso como un pequeño homenaje al cine brasileño y a Beto Brant como nombre emblemático de una nueva generación de cineastas.

Papel social de la gastronomía
En el mundo real, la gastronomía es un excelente medio de inserción social y ESTÓMAGO parte de ese hecho para contar la trayectoria de nuestro protagonista. Raimundo Nonato, en el relato de Lusa Silvestre que sirvió de inspiración para la película, era nordestino, porque muchos de los mejores cocineros y chefs que trabajan en los restaurantes de São Paulo y Río también lo son. Pero, en la película, a este motivo se unió otro: son, sobre todo, nordestinos, los hombres y mujeres que llegan a las ciudades del sur de Brasil en busca de empleo y que son explotados, de formas distintas, algunas de las cuales se recogen en la película para que reflexionemos sobre ellas. Y también para que riamos, claro, ya que la risa inteligente es la mejor forma de crítica que se conoce.

Desde el primer momento, tuve el propósito de hacer una película sobre culinaria, pero modesta, de bar, para que fuera diferente de otras películas que abordan el tema pero hablando de alta cocina y restaurantes elegantes. En ESTÓMAGO los platos que mostramos son platos populares, y la preparación de los mismos, precaria. Incluso así, a pesar de las terribles condiciones sanitarias de la cocina del bar de Zulmiro, al espectador le apetece comer lo que Nonato prepara allí. Eso era exactamente lo que yo quería: ESTÓMAGO es una declaración de amor a la culinaria. Tanto en las palabras de Giovanni, como en las de Iria o de Bujiú, la comida es un amor que satisface a todos.