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  A ciegas  (Blindsight)
  Dirigida por Lucy Walker
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La idea original
La idea de la expedición surgió después de que la educadora invidente Sabriye Tenberken, que fundó la escuela Braille Sin Fronteras en Lhasa, escribiera el siguiente e-mail al mundialmente conocido montañero ciego Erik Weihenmayer tras oír la noticia de que éste había alcanzado la cumbre del Everest en 2001. Sabriye había leído a los estudiantes el libro de Erik TOUCH THE TOP OF THE WORLD en la escuela y decidió ponerse en contacto con él tras conocer la increíble noticia de su logro.

El siguiente e-mail es el detonante de la expedición y de la película.

Enviado desde Lhasa, Tibet, 2001
Querido Erik,
Después de que usted alcanzara la cima del mundo, nuestro vecino tibetano entró corriendo en el colegio y narró a los chicos su éxito. Algunos no se lo creyeron al principio, pero luego se extendió una idea común: si usted pudo ascender a la cúspide del mundo, también nosotros podríamos superar nuestras fronteras y mostrar al mundo que los invidentes también podemos participar en la sociedad y que somos capaces de conseguir grandes cosas.

Desde que mi novio Paul y yo leímos su libro con deleite, decidí hablarles a los chicos sobre usted. Hace sólo una semana les conté en nuestro centro algunos detalles sobre su niñez, sobre cómo se quedó ciego, sobre cómo se le caían sus bastones por los puentes, cómo finalmente conoció a otras personas ciegas y cómo confió en pelear para salir adelante. Todos quedaron muy impresionados por todas estas experiencias que tuvo y las compararon con las suyas propias. De nuevo se dieron cuenta de que no hay mucha diferencia entre ser un invidente en Alemania, Estados Unidos o el Tibet; la experiencia de alguien que se queda ciego, el desconcierto al principio, la confianza que se va creando lenta pero constantemente o la reacción de los videntes es probablemente la misma para todas las personas ciegas.

Tras haber contado su historia a los chicos, se pusieron a hablar con algunos de nuestros compañeros videntes del centro de Lhasa. Lhasa no es la ciudad más acogedora del mundo para una persona ciega. Hay un montón de agujeros en las calles, que a veces tienen varios metros de profundidad. Los edificios en construcción nunca están protegidos por alambradas. Es habitual pisar grandes charcos de agua sucia o incluso excrementos. La mayoría de nuestros chicos saben caminar en medio del caos. Les enseño a moverse y usan los bastones con mucha confianza. Piensan que si yo aprendí a moverme ellos también tenían que intentarlo. El único problema es que a veces les avergüenza enseñar sus bastones, ya que los nómadas y peregrinos que nunca han visto un bastón se ríen con frecuencia de ellos. Les llaman "ciegos imbéciles", les imitan y se mofan de ellos. Uno de los chicos se volvió una vez hacia uno y le soltó: "¡No me hables así, soy ciego pero no imbécil! ¿Has ido a la escuela? ¿Sabes leer y escribir? ¿Puedes encontrar el baño en mitad de la noche sin una linterna?"

No todos los chicos tienen el orgullo y la seguridad necesarios para reaccionar de una forma tan enérgica. A menudo les digo que tienen que entender que esta gente es, simplemente, estúpida. Y que les contesten si pueden. A la mayoría de ellos les gusta poder defenderse con palabras. En primer lugar, intentan contestar amablemente y, si eso no funciona, comienzan a gritar, a reírse de ellos y en seguida tienen a la gente a su favor.

Más aún, si un amigo vidente anda cerca, intentan esconder los bastones y caminar cómodamente cogidos al brazo de él sin que se note.

El día que terminé de contar su historia diciendo: "Este hombre, que es ciego como vosotros, subió a la cima del mundo, no agarrado del brazo de un amigo vidente, sino con la ayuda de unas cuerdas y dos bastones", decidieron con orgullo caminar por sí mismos sin la comodidad de caminar al lado de una persona vidente. Historias como la suya han cambiado su vida. La mayoría de ellos ya entienden que no hay nada de qué avergonzarse. Pueden estar muy orgullosos y a menudo dicen: "Somos ciegos, ¿y qué? Hablamos inglés y chino, sabemos orientarnos en el laberinto de callejuelas de Lhasa, sabemos leer y escribir en tres tipos distintos de escritura Braille y leemos y escribimos sin necesidad de luz".

La semana pasada les dije que quería escribirle para pedirle que viniera al Tibet y, quizás, organizar incluso un pequeño taller de escalada con nuestros chicos.

Hace dos años, algunos de nuestros alumnos se iniciaron en la escalada en roca, instruidos por guías tibetanos del Everest procedentes del instituto tibetano de escalada de montaña. Después de que usted alcanzara la cumbre del Everest, le comenté al profesor de escalada la idea de invitarle a Lhasa. Quedó vivamente interesado y desde entonces hemos intentado conseguir su dirección de e-mail.

En cierto modo, usted y yo estamos juntos en la tarea de animar a los invidentes a ponerse en pie, a descubrir y a superar sus propios límites.

Como leí en su libro, tenemos la misma filosofía, una historia similar y una forma parecida de afrontar las ideas.

Estaríamos encantados de que pudiera visitar nuestro proyecto. Paul y yo también queremos ir a Estados Unidos a principios del año que viene y quizás tengamos la oportunidad de conocernos allí primero.

En estos momentos me encuentro en nuestra sala de informática. A mi lado está Gyenshen, un brillante alumno que se quedó ciego a los nueve años. Junto con otras dos chicas, recibe clases de informática y también le está escribiendo un e-mail a usted.

Gyenshen proviene de una zona agrícola muy lejana y pobre. Tras quedarse ciego, su familia le encerró en una oscura habitación durante tres años. Se avergonzaban de tener un niño ciego. En el Tibet, la gente cree que la ceguera es un castigo por algo que la persona ha hecho mal en su vida anterior. La gente también cree que las personas invidentes están poseídas por demonios.

Cuando llegó al proyecto era muy tímido. Ahora es uno de los mejores alumnos y maneja el ordenador con mucha confianza. Probablemente sea el único de su aldea que sabe que la Tierra es redonda y que uno puede comunicarse a través de un simple cable. Puede decir a los demás chicos de la aldea que los "yaks de hierro" son todoterrenos Toyota que beben gasolina en lugar de agua.

Evidentemente, las personas ciegas criadas en el Tibet llevan una vida completamente diferente a la nuestra en Alemania o a la suya en Estados Unidos. Sin embargo, sienten una gran solidaridad con los invidentes de otros países. Esta conexión y solidaridad les da mucha fuerza y energía para seguir con sus vidas.

Hoy es el día internacional del bastón blanco y usted nos ayuda a llenarlo de orgullo.

Saludos desde la soleada y fría Lhasa, saludos de todos los niños, del equipo profesional y, en especial, de Paul.

Saludos a su familia

Con mis mejores deseos, le saluda atentamente

Sabriye Tenberken


El Origen de la Película
La idea de la película provino de Erik Weihenmayer, montañero ciego y uno de los protagonistas principales de la película. Erik entró en contacto con la productora cinematográfica Sybil Robson Orr a través del también productor Steven Haft. Weihenmayer pensó que, probablemente, Sybil se sentiría atraída por esta historia debido al interés que siente por el Tibet y la escalada (de hecho, conoció a su marido Matthew escalando el Kilimanjaro, la misma cumbre en la que se casó Erik). Bastó una sola cita con Erik para que se decidiera a hacer la película.

"Erik me dijo que escalar montañas le dio confianza cuando era aún un adolescente y quería compartir esa experiencia con estos chicos invidentes tibetanos. Me preguntó si pensaba que llevar a seis adolescentes tibetanos ciegos a lo alto de una montaña de 7.045 m. en el Himalaya era un buen material para una película. Le dije que sí y decidimos hacerla", dice la productora Robson-Orr. A Sybil y a Steven Haft les había gustado el largometraje Devil’s Playground, de Lucy Walker, un documental sobre los adolescentes Amish alabado por la crítica, y le preguntaron a su directora si estaría interesada en encargarse de este proyecto. Lucy conectó personalmente con el material y así es como la unidad creativa quedó completa.


La Ceguera
"Los invidentes en el Tibet carecen de recursos, apoyo, comprensión, asistencia médica y esperanzas, e incluso en la escuela para niños ciegos era difícil creer que Erik pudiese haber hecho algo tan estimulante", dice la directora Lucy Walker. "La propia Sabriye sabía que los invidentes pueden hacer cualquier cosa que se les ponga por delante, y Erik era el ejemplo perfecto para que ella inculcara a sus alumnos este razonamiento tras convencerlos de que lo que él hizo era cierto. Entonces, se pusieron muy contentos de que Sabriye escribiera a Erik para hablarle de ello. Cuando Erik recibió el e-mail, dijo que "se sentía como un cobarde" en comparación con lo que Sabriye había conseguido y decidió visitarlos. Así nació la idea de la expedición a la montaña tal como la vemos en la película".


Interpretar la Ceguera en el Cine
"En todo momento intenté evitar el cliché de usar una lente desenfocada para describir la visión de los invidentes parciales de la película, ya que no es así como ellos ven", dice la directora Lucy Walker. "Sufren distintos tipos de distorsión de la imagen, como los ojos danzantes, o son capaces de percibir sólo la luz; cada tipo es muy específico, por lo que medité si deberíamos mostrarlo o no. Lo único que sabía es que no quería utilizar una analogía imprecisa como el desenfoque".


Programa de Producción y Localizaciones
La producción se dividió en dos periodos. El primero de ellos, en mayo de 2004, abarcaba la preparación y consistió en escalar una superficie rocosa vertical y en una caminata hasta un puerto de montaña a casi 5.000 m. de altura que comenzó en el monasterio de Tsurpu. El segundo periodo transcurrió entre septiembre y noviembre de 2004 e incluyó un viaje por la cordillera tibetana a las aldeas de los seis niños, además de un viaje de más de mil km. Al sur de China, en avión, y un periplo de tres días en caravana para conocer a la familia de Tashi en la provincia de Szechuan. La expedición al Lhakpa Ri, de 7.045 m. de altura, también se rodó en otoño.


Desafíos de rodar en el Tibet
La productora Robson-Orr advierte: "Rodar en el Tibet presentó mil retos. El más significativo derivaba del hecho de que las autoridades chinas son extremadamente exigentes con lo que se rueda allí. Si algo no está incluido en tu cuaderno de rodaje, que se aprueba en Pekín antes de tu llegada, no te dejan rodarlo. Se te asignan guardianes que se aseguran de que no lo ruedes. Sin embargo, si estás rodando lo que dijiste que ibas a rodar, no hay problema. Afortunadamente, sólo tuvimos las mejores intenciones y unos pocos contratiempos".

"Cuando rodábamos en el sur de China, la policía de Szechuan vino y nos pidió que dejásemos de rodar justo en el momento en el que Tashi se reencontraba con su padre por primera vez en nueve años. La reunión de Tashi era un momento importante de la película que se desarrollaba ante nuestros ojos y que jamás volvería a repetirse. Por suerte, Petr Cikhart tiene mucha experiencia en rodar en condiciones tensas y no se amilanó por la presión. Finalmente, tuvimos que parar el rodaje, pero no antes de filmar los diez primeros y preciosos minutos del encuentro. La policía nos puso bajo arresto domiciliario, por llamarlo así, en nuestro hotel en Luding. Parecían preocupados de que estuviésemos rodando material político. Resultó que el permiso de rodaje que compramos a Pekín sólo afectaba a las localizaciones que teníamos previstas para el Tibet, pero no para las de China. Afortunadamente, un oficial superior de la Región Autónoma del Tibet llamó a los oficiales de Luding y les dijo que todo estaba en orden y nos dejaron seguir rodando al día siguiente".


Cámaras y Rodaje
La productora Robson-Orr dice que uno de los obstáculos más complicados del rodaje fue conseguir el permiso del gobierno chino para llevar al Tibet lo que en China consideran "cámaras grandes". En el caso de BLINDSIGHT, esa era la diferencia entre la Panasonic AG-DVX 100, que es mini-DV, y la Panasonic AJ-HD27 Vericam, de alta definición. "Había muy poco tiempo para preparar el ensayo de escalada de mayo y, dadas las restricciones, sólo se nos permitió traer lo que las autoridades chinas consideran cámaras ‘turísticas’. Pensamos que las minicámaras DV que mejor efecto ‘cinematográfico’ proporcionaban eran las DVX 100. Rodamos en modo ‘progressive’ con muy buenos resultados. Cuando volvimos en otoño, habíamos conseguido permisos para usar dos cámaras Panasonic de alta definición, ambas del modelo HD27 Vericam, y el material rodado era espectacular, muy cinematográfico y bello. También probamos con los modos ‘video’ y ‘film’ de estas cámaras y descubrimos que éste último era ideal para no meter la pata en situaciones de iluminación complicadas y para crear hermosos oscuros".

Tras examinar el color de la película de 35 mm., el etalonador de St. Anne’s Post (Londres) insistió para que un representante de Panasonic del Reino Unido acudiera a examinar esos cortes imperceptibles entre la DVX100 y la HD27 de la película. Al verlo, creyó que la película era un ejemplo del funcionamiento de las dos cámaras al mismo tiempo más logrado que el propio rollo de muestra de Panasonic.

En total, los realizadores rodaron unas 250 horas de metraje y obtuvieron otras veinte horas de material de archivo. Resumiendo, condensaron unas 270 horas de metraje en 104 minutos.


Rodar en altura
El mayor desafío en altura es asegurarse de que el equipo descanse lo suficiente, tenga comida adecuada y, lo más importante, que nadie caiga enfermo. Para grabar a los escaladores en su travesía, el equipo tenía que correr delante de ellos, detenerse, dejarles pasar y después correr delante de ellos otra vez, todo ello con un equipo de unos 80 kg. de peso en altitudes que iban desde 4.500 m. a 6.700 m.

La concentración es muy importante y una de las primeras cosas que se pierden con la altitud. Las reuniones nocturnas del equipo de producción iban encaminadas a asegurar que el equipo tuviese la cobertura necesaria. Reconocían que no podrían rodarlo todo, pero su intención siempre fue que lo que hiciesen tuviera calidad.


Estado de Salud del equipo de rodaje
El equipo de la película tuvo varios problemas de salud en el transcurso del rodaje, entre ellos el mal estado de la comida, mareos debidos a la altitud, gripe, disentería amebiana y giardiasis. Sybil Robson-Orr recuerda que el director de fotografía Petr Cikhart se encontraba rodando una entrevista con Kyila "cuando se disculpó educadamente, salió fuera del edificio, vomitó, volvió con la cámara y continuó rodando. Nunca dijo que había estado enfermo".


Impacto que los realizadores esperan que tenga la película
Lucy Walker, directora, nos comenta: "Espero que la película sea importante y divertida para los espectadores invidentes. Mi deseo es que la mayoría de las personas invidentes que disfruten de la película puedan sentir como propia la experiencia que se narra en ella. Estoy encantada de contar con lo último en tecnología de descripción de audio para espectadores ciegos y espero que esta película anime a las salas de cine a que instalen dicho sistema.

Me siento privilegiada de haber podido pasar tres meses viajando por el Tibet y de haber tenido la oportunidad de conocer algunos de estos lugares únicos, a sus magníficos habitantes y su bella cultura; además, tengo el honor de compartirlo con los espectadores. En mi opinión, lo más emocionante fueron las visitas a las casas y a las aldeas de los seis alumnos, debido a que tuvimos acceso a casas y aldeas tibetanas auténticas, así como a los estilos de vida de sus habitantes. Mi objetivo es que la gente salga de la sala de cine y se quede hablando toda la noche sobre lo correcto y lo incorrecto, los pros y contras, Oriente y Occidente, los ciegos y los videntes, el Tibet y China, Sabriye y Erik y sobre caer de bruces o hacerlo de manera que no te hagas mucho daño…"
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Sybil Robson-Orr, productora, dice: "Espero que Sabriye, Erik y los chicos animen a los espectadores a superar sus barreras personales y a hacer realidad sus sueños. A través de ellos, podemos ver que todo en la vida es posible, independientemente de que tengamos alguna minusvalía o no, si nos rodeamos de la gente adecuada. No quieren que se les tenga por invidentes que consiguen grandes retos, sino más bien por representantes de todos los que confían en llegar más alto".

Steven Haft, productor ejecutivo, dice: "En muchas de las películas que he hecho, me viene a la memoria lo que me emocionó de la historia desde el principio. Para mí, esta película plantea la siguiente cuestión: ¿qué nos cuesta salirnos de la línea que nos hemos marcado en la vida y comprometernos con algo? Creo que eso fue lo que hicieron Sabriye y Erik cuando ella fundó la escuela y a Erik le interesó tanto la carta que recibió de los chicos como para ir a conocerlos y trabajar con ellos. Todos los espectadores pueden sentirse identificados con la película, ya que pueden cuestionarse sus vidas y preguntarse si están haciendo algo para separarse del camino marcado".


Equipo artístico (en orden alfabético)
Sally Berg
Michael Brown
Sonam Bhumtso
Dachung
Jeff Evans
Gyenshen
Stefani Jackenthal
Paul Kronenberg
Kyila
Charley Mace
Steven Mace
Chris Morris
Tashi Pasang
Kami Tenzing Sherpa
Cornelia Tenberken
Sabriye Tenberken
Tenzin
Nguyen-Toan Tran
Ed Weihenmayer
Erik Weihenmayer