PEPE y LUCIA no pueden con MANU. Lo han intentado todo, pero es inútil: el niño que adoptaron hace apenas un año les viene grande, no se hacen con él, y han decidido devolverlo. Sin embargo pronto se dan cuenta del precio que deberán pagar si quieren seguir adelante con su plan.
Sinopsis larga
La vergüenza transcurre en una mañana. La mañana en que Pepe y Lucía, una pareja de treintañeros modernos y acomodados, han decidido comunicar a Jimena, la trabajadora social, que la vida con Manu es muy difícil; que no se hacen con su hijo peruano adoptado de ocho años; que los seis meses que llevan con él se han acabado convirtiendo en un infierno; Y que quieren devolverlo. Pero una decisión de este calibre no se toma así como así. Una decisión así pasa factura.
La vergüenza parte de una premisa tan marcada como la devolución de un niño adoptado para acabar en realidad aventurando el relato cáustico, tierno y divertido, de las dudas, paradojas, errores y heridas de una pareja avergonzada.
Aunque utiliza la relación entre unos padres y un hijo como trampolín para impulsar el detonante de la historia, la película quiere aportar en realidad un vistazo cáustico, tierno y realista sobre la aventura más íntima, sorda, incierta, apasionante de las que libra el hombre occidental: la vida en pareja.
Pepe y Lucía no podrán ser padres de nadie si antes no son capaces de ser pareja.
Pero llegar esta revelación no será fácil, y Pepe y Lucía pasan por el desierto de la soledad, la amenaza de la separación, la pesadilla de los celos y la duda de sí mismos... La vergüenza trata de desmenuzar el pánico de unos padres culpables antes de dar el paso definitivo que quizá les proteja de una situación delicada, pero que seguramente también les despoje de unos restos de humanidad sin los que quizá dejen de ser lo que han sido hasta ahora.
En tono duro, áspero y exigente, La vergüenza transitará por momentos de humor teñido de negro derivados de una premisa muy connotada pero sin duda deberá también pasar por la ternura, la risa liberadora y la generosidad de unos personajes que miden sus fuerzas en el límite de lo tolerable, para acabar renaciendo entre sus propias cenizas cuando ya daban por perdida la batalla.