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  Fast & Furious  (Aún más rápido)
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Para dar vida a esta entrega de Fast & Furious, se ha reunido a un grupo cineastas encabezados por el director Justin Lin y los productores NEAL H. MORITZ (las entregas de A todo gas, Soy leyenda, xXx), Vin Diesel y MICHAEL FOTTRELL (La jungla de cristal 4, 2 Fast 2 Furious: a todo gas 2). CHRIS MORGAN (A todo gas: Tokio Race, Wanted/Se busca) es el autor del guión basado en una historia de GARY SCOTT THOMPSON (The Fast and the Furious/A todo gas, la serie "Las Vegas").

El equipo técnico reúne de nuevo a la diseñadora de producción IDA RANDOM (A todo gas: Tokio Race, Sospechoso cero); el compositor BRIAN TYLER (las entregas de A todo gas, Rambo); la diseñadora de vestuario SANJA MILKOVIC HAYS (la saga de A todo gas, La momia: la tumba del emperador dragón), y la productora ejecutiva AMANDA LEWIS (A todo gas: Tokio Race, La boda de mi novia).

Se unen a ellos el director de fotografía AMIR MOKRI (La búsqueda: el diario secreto, Dos policías rebeldes II); los montadores CHRISTIAN WAGNER (Misión imposible II, Muere otro día) y FRED RASKIN (A todo gas: Tokio Race), y la productora ejecutiva SAMANTHA VINCENT (xXx y Las crónicas de Riddick).


Todos los caminos llevan a casa
Un artículo publicado en la revista Vibe en 1998 acerca de los clubes de carreras urbanas puso en movimiento los engranajes que llevarían a la realización de la serie de películas más popular y taquillera en la historia de Universal Pictures. En 2001, el mundo conoció al campeón de carreras ilegales Dominic Toretto y a su enemigo jurado, el agente de la policía de Los Ángeles Brian O'Conner. En las dos horas de duración de The Fast and the Furious/A todo gas, vimos a dos hombres en el lado opuesto de la ley compitiendo con vehículos asombrosos, peleándose y acabando, muy a regañadientes, más o menos como amigos.

Aunque al final de esta primera entrega se separaban, Dom huía a México y Brian se trasladaba a Miami para trabajar en el FBI, seguimos al último en la segunda entrega, 2 Fast 2 Furious/A todos gas 2, y Dom apareció brevemente al final de la tercera, A todo gas: Tokio Race.

Con cada nueva entrega, la fama de la saga crecía, los fans aumentaban y la recaudación era cada vez mayor. Sin embargo, la imagen de Dom cruzando la frontera mexicana a toda pastilla había dejado a los fans con ganas de ver al antihéroe en otras aventuras, acompañado por su chica Letty y su hermana Mia, el gran amor de Brian.

Han transcurrido ocho años desde que el público aplaudió las espectaculares carreras y se conmovió ante la pasión de Dom por Letty, y de Brian por Mia. El productor Neal Moritz tenía ganas de hacer otra película que se apoyara totalmente en la cultura pop. Intuía que era el momento oportuno para ofrecer la cuarta entrega a los espectadores. Había llegado la hora de volver a casa.

Pero nada garantizaba que la idea recibiría luz verde. "Nos lo pasamos muy bien y obtuvimos un gran éxito con las primeras tres entregas. Pero si queríamos pasar al siguiente nivel, Vin y Paul debían volver", dice el productor.

Fue necesaria mucha planificación y una coordinación perfecta para conseguirlo. Neal Moritz explica: "Llevábamos años hablándolo. Nos reunimos en varias ocasiones, pero era básico contar con una muy buena historia para hacer factible su regreso. Hemos tenido mucha suerte".

La idea de reunir a los cuatro protagonistas originales, Vin Diesel, Paul Walker, Michelle Rodriguez y Jordana Brewster, nació con el tremendo éxito que generó la breve aparición de Vin Diesel en el acto final del tercer episodio (A todo gas: Tokio Race).

Fue la ocasión para que el director Justin Lin y el actor se conocieran. La atención al detalle y el don de desarrollar personajes fuertes dentro de la acción gustó a Vin Diesel, conocido por crear héroes (o antihéroes) en películas de acción como xXx y las entregas de Las crónicas de Riddick.

Basándose en la reacción del público ante la reaparición de Vin Diesel, el productor Neal Moritz entendió que los fans se morían de ganas de volver a ver a la pareja formada por Dom y Brian. "La combinación de estos dos hombres, y la forma en que se enfrentan a las escenas no se inventa", dice. "Una química semejante existe o no existe, punto".

El productor Michael Fottrell está de acuerdo: "Hay un sentimiento fraternal entre los dos. Unos de ellos crece en el barrio equivocado, el otro en el bueno. Pero Brian se mete en el mundo de Dom y los dos se protegen. Hay un pacto de sangre entre los dos, siempre se protegerán mutuamente, no importa cuál de los dos tenga razón".

Vin Diesel, que regresa en el papel del musculoso Dom Toretto y en el de productor, dice: "Las secuelas sólo me gustan si son una continuación de la historia original. El guión de FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO reunía todos los requisitos".

También le influyó la reacción de los fans al verle en el pequeñísimo papel que interpreta en la entrega anterior: "Después de aparecer en el tercer episodio, entendí que me decían: 'Oye, Vin, no te pases de comedido, mójate y haz una peli, queremos verla'". Está claro que el hecho de reunirse con unos cuantos viejos amigos también tuvo algo que ver: "Me gustaba la idea de hacer esta película con personas que habían formado parte de mi presentación en Hollywood", añade.

Para escribir esta última entrega, los productores decidieron recurrir a Chris Morgan, el autor del guión de A todo gas: Tokio Race, en 2006 y, más recientemente, de la exitosa Wanted/Se busca. Al igual que ellos, el guionista deseaba reunir a la familia. "Me gustan los coches, la acción, la cultura de esas carreras", dice, "pero The Fast and the Furious/A todo gas es algo más, por la relación entre ellos dos. Cuando me ofrecieron la posibilidad de trabajar con este material, me pareció un sueño hecho realidad".

A continuación empezó una intensa fase de desarrollo durante la que Chris Morgan se encargó de crear una base creíble para reunir a los cuatro protagonistas. Mientras el guionista se ponía manos a la obra, los productores se centraron en convencer a los otros tres actores principales para que rodaran una secuela. Gracias al entusiasmo de Vin Diesel, Neal Moritz y Michael Fottrell, no fue difícil convencerles.

"No creí que trabajase en otra", dice Paul Walker, hablando de la tercera vez que se mete en la piel de Brian O'Conner, un policía aficionado a los coches trucados. "Pero Neal me explicó el plan y pensé: '¿Por qué no? Me lo pasaré bien rodando y estaré en compañía de gente que me gusta'".

Brian y Dom tienen dos estilos muy diferentes de conducción, que reflejan su personalidad y su visión del mundo. El actor dice que les pasa lo mismo en la vida real: "Es la costa este contra la costa oeste. Él es típicamente neoyorquino, y no hay más californiano que yo. Pero, por alguna razón, nos llevamos muy bien, como Brian y Dom".

El primero que tuvo la idea de reunir a todos los personajes principales fue el director Justin Lin. En 2001, siendo estudiante de Cine, pudo disfrutar de la película en su noche de estreno. Como cineasta, el proyecto le daba la ocasión de hacer otra película de la saga y presentarla a una nueva generación.

"Era lógico", dice. "Vin y Paul regresaban a sus papeles, Michelle y Jordana debían hacer lo mismo. Me gustó tener la oportunidad de volver al pasado y, a la vez, explorar y añadir elementos a esos personajes. Toda una generación de adolescentes se entusiasmó con The Fast and the Furious/A todo gas. Me parece genial ir un poco más allá".

Su aproximación al material encajaba muy bien con la de Vin Diesel y de Paul Walker. Ambos tenían ideas muy concretas acerca de la historia, los coches y la acción. Los tres compartían la misma visión. No cabía la menor duda de que haber escogido a Justin Lin para llevar el timón había sido una sabia decisión.

Justin Lin está de acuerdo con los productores en cuanto a la conexión que existe entre los dos protagonistas: "Paul y Vin tienen un gran sentido del respeto mutuo, pero a la vez, son muy competitivos, algo que siempre viene bien en la pantalla. Nos entran ganas de seguirlos y ver hasta dónde van a llegar".

La lealtad familiar y el sacrificio siempre han formado parte de la saga, y los cineastas saben que estos conceptos han tenido mucho que ver con el éxito de las películas. Era clave el renacimiento de la amistad rota entre Dom y Brian, recordando así la relación que hubo entre el policía y Mia.

Dom y Brian, cuya amistad se trabó encima del motor de un coche, están unidos por un código secreto. Brian echa de menos este sentimiento fraternal, complicado por su respeto a los deseos de libertad de Dom. Consciente del peligro que supone reanudar su amistad con Dom y enfrentarse a la cólera de Mia, Brian está dispuesto a correr cualquier riesgo cuando Dom vuelve a Los Ángeles.

Después de cruzar la frontera mexicana, Dom acabó en la República Dominicana, donde los coches trucados y las carreras ilegales florecen al calor tropical y al ritmo del reggaeton. Vive con Letty y ha empezado desde cero, pero le persigue la inseguridad de ser un fugitivo con una orden de busca y captura internacional.

Las mujeres de FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO tienen mucho carácter y tanto talento como sus hombres. Desde el momento en que apareció en la primera película, nadie ha podido olvidar a Michelle Rodriguez en el papel de la sexy conductora, un personaje al que Vin Diesel describe como "su primer amor cinematográfico".

A la actriz le apetecía desarrollar la relación entre Dom y Letty en esta última entrega: "Hay mucho más en juego", explica. "Letty y Dom son fugitivos, siempre están fuera de la ley. Hay una ligera sensación tipo Bonnie & Clyde. Siempre flota la duda de si Dom arriesgará su gran amor por la adicción a los coches".

Jordana Brewster también se alegró de volver a compartir momentos con unos viejos amigos. Además, para ella era la ocasión de trabajar otra vez con el realizador Justin Lin, que la había dirigido en El desafío/Annapolis.

A pesar del dolor que le causó la huida de su hermano y la marcha de su amante, Mia había seguido en Los Ángeles. La actriz no tardó en comprender que volver a meterse en la piel del personaje no iba a ser todo lo fácil que creía. Imaginaba que Mia sacaría su amargura a la luz ante el regreso de Dom y de Brian, pero el director no lo veía así.

"Como actriz, siempre tiendo al dramatismo", dice Jordana Brewster. "Después de perder tanto, pensé que Mia estaría enojada. Pero Justin quería que las protagonistas femeninas fueran fuertes, resistentes, y Mia había rehecho su vida. Esto prueba la habilidad de Justin como director. Se ocupa tanto de los personajes como de la acción".


Matones y diosas: los actores secundarios
Para completar el reparto, los productores, el realizador y el director de casting empezaron a echar sus redes para capturar a los malos capaces de enfrentarse a personajes como Dom, Brian, Letty y Mia. John Ortiz, de American Gangster, y Laz Alonso, de Jarhead: el infierno espera, eran perfectos para encarnar a los narcos Campos y Fénix respectivamente.

Al comienzo del rodaje, el neoyorquino John Ortiz reconocía estar más acostumbrado al transporte público que a lanzarse a toda velocidad en un deportivo último modelo por unos túneles cavados en el desierto mexicano. Para construir sus personajes, el actor y su compañero de reparto Laz Alonso decidieron crearse un pasado. Campos es el arrogante cabecilla del ejército del narco Braga, y Fénix es el gorila que mata a cualquiera que se interpone en el camino de su jefe.

Hablando de dar más consistencia a sus papeles, John Ortiz dice: "Decidimos que éramos amigos desde pequeños. Él siempre me defendía en el patio del colegio. En la calle, impedía que me pegaran. Nos pareció que encajaba muy bien con la historia".

Laz Alonso interpreta a Fénix, el matón al que Dom persigue cuando se entera de que tiene alguna relación con el asesinato de un amigo suyo. En opinión del actor, Dom representa un reto para Fénix y disfrutaría matándolo. "Desde el momento en que mi personaje le ve, piensa: 'Quiero liquidarle'", dice el actor.

Se une al reparto la guapísima recién llegada GAL GADOT, nacida en Israel y que debuta en FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO en el papel de la traicionera Gisele, el enlace de Dom y de Brian en el imperio del narco Braga. El actor Sung Kang, que interpretó a Han, el gran amigo de Dom, en A todo gas: Tokio Race, vuelve a aparecer brevemente.

Siguiendo con la tradición de incluir a artistas de hip-hop en cada entrega, los cineastas se desplazaron al Caribe para convencer a las dos superestrellas latinoamericanas DON OMAR y TEGO CALDERÓN de que interpretaran a dos miembros del equipo de Dom y Letty en Santo Domingo.

La influencia latina está presente en toda la película. El realizador y los productores escogieron varios temas de reggaeton, un género musical que gusta mucho a Vin Diesel. El actor había hablado de Don Omar y Tego Calderón con Justin Lin y Neal Moritz durante el rodaje de A todo gas: Tokio Race. Ambos contribuyeron a la banda sonora con el tema "Bandoleros", y Don Omar con el single "Conteo".

Este último reconoce que los coches potentes le apasionan. Tiene una camioneta Chevy de 1941 y adora los coches estadounidenses desde pequeño, cuando ayudaba a su padre a repararlos. Resume los sentimientos del público: "A todos nos gustan los coches rápidos, las chicas guapas y las fiestas. Por eso el público se vuelve loco y se muere de ganas de ver otra entrega de A todo gas".

Completa el reparto el equipo de Brian en el FBI, compuesto por su contundente jefe, el agente Penning, interpretado por JACK CONLEY (Dick y Jane, ladrones de risa); SHEA WHIGHAM (Cuestión de honor) como el eterno burócrata Stasiak, y LIZA LAPIRA (Monstruoso) como la agente Trinh, una brillante analista que guía a Brian hasta el narco Campos.


Potencia o importación: Los coches de la película
El coche define al conductor, y los conductores tienen gustos muy definidos cuando se trata de vehículos: importación o potencia. El equipo de FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO se metió de lleno en esta rivalidad y localizó casi 250 vehículos, entre los que había modelos "musculosos" junto a otros mucho más sexy tuneados a la perfección. Los "gearheads" que se inclinen por el made in USA o los que prefieran la sublime belleza de un modelo japonés o europeo tendrán donde escoger.

Los productores volvieron a poner el listón muy alto dando a Dom y a Brian un auténtico arsenal de coches para alcanzar la máxima velocidad. Cuando Chris Morgan se sentó a escribir, ya sabía que el Dodge Charger 1970 que murió de forma tan espectacular en The Fast and the Furious/A todo gas volvería a la vida para Dom en esta entrega. "El Charger no sólo tiene una pinta única", dice el guionista, "implica mucho más, cuenta una historia, simboliza el alma de Dom".

Dom se ratifica en su preferencia por la potencia bruta al conducir el Charger del 70 y un Chevrolet SS Chevelle del mismo año, que también aparecía en el primer capítulo de la saga, además de un Buick GNX Grand National de 1987 y un F-Bomb Camaro del 73. Brian dispone de una importación extraordinaria, el Nissan Skyline GTR de 2007 y el muy versátil Subaru WRX STi de 2009.

En un mundo de tanta potencia no podía faltar el Plymouth Roadrummer de 1970 que conduce Letty; el Ford Gran Torino de 1972 de Fénix, y dos importaciones como el Acura NSX de 2003 de Mia y el Porsche Cayman de 2007 de Gisele.

Recayó en otro habitual de la saga, el coordinador de vehículos DENNIS McCARTHY, un loco por la potencia, enseñar a todos por qué un coche es mejor que otro y encontrar los que por fin se seleccionaron. Ya había trabajado con Justin Lin y Neal Moritz en A todo gas: Tokio Race, donde se veían mayormente coches asiáticos y muy pocas marcas estadounidenses. Cuando se decidió qué marcas y qué modelos saldrían en la película, el coordinador se enfrentó a la nada fácil tarea de localizar varias versiones de estos clásicos. Una vez encontrados, quedaba lo más complicado, adaptarlos al rodaje.

Para Dennis McCarthy y su equipo de mecánicos, el vehículo más problemático con diferencia fue el Dodge Charger. No quedaba ninguno de los coches originales de The Fast and the Furious/A todo gas (excepto en la visita guiada a Universal Studios), y no quedó más remedio que empezar una búsqueda nacional para conseguir siete Dodge Charger desmontados.

"Es un modelo difícil de encontrar", dice el coordinador. "Necesitábamos unos siete para el rodaje. Son muchas piezas, y no había bastantes". Pero encontró la solución: "Decidimos hacer un molde de la carrocería en fibra de vidrio", explica. "Fue la solución perfecta".

También se hicieron varias réplicas exactas del tremendo F-Bomb Camaro, diseñado por David Freiburger.

Además de los coches de los protagonistas, fue necesario encontrar los vehículos que componen el telón de fondo. Dennis McCarthy se presentó con un estupendo Camaro del año 69 de color rojo manzana para asombro de todo el equipo. Es uno de los coches más rápidos del mundo, alcanza los 350 kilómetros por hora.

Y de nuevo, los productores y el director fueron fieles a la tradición de la saga. Abrieron un casting de vehículos, dando la oportunidad a propietarios de Estados Unidos y Canadá para exhibir sus piezas más valiosas. Desfilaron coches, motos, furgonetas, pickups y todoterrenos ante los ojos de los cineastas. Cuanto más llamativo, mejor, y por supuesto, mereció la pena.

Los detalles usados para personalizar los coches siempre sorprenden al productor Michael Fottrell: "Me fascinan los dibujos y el color de las carrocerías. Todo está cuidado hasta el último detalle, la pintura, los interiores, no falta nada, es increíble".

Los miembros del reparto y del equipo también están divididos entre la potencia y la importación. Deseosos de revivir los grandes días del made in USA, Vin Diesel, Michelle Rodriguez, Jordana Brewster, John Ortiz y Laz Alonso prefieren el tamaño y la potencia, pero Paul Walker es fiel a su personaje y siempre se inclina por la elegancia y el rendimiento de los bólidos europeos o japoneses.

Desde que trabajó en la primera entrega de la saga, Paul Walker colecciona coches nacionales y de importación. Ofreció varios para el rodaje, entre ellos un Chevy Nova del 67, que aparece en la escena de la fiesta en la República Dominicana.

Michelle Rodriguez está dividida cuando se trata de coches, aunque tiende a ser "verde". Dice: "Me gustan los coches grandes, potentes. El Charger no está nada mal". Y añade, riendo: "Me encanta la velocidad, pero ahora tengo un Prius". Sin embargo, está dispuesta a disfrutar con un subidón de adrenalina en cuanto pueda. Por eso está pendiente de que llegue el Tesla al mercado, un deportivo eléctrico: "Sería genial si fabricasen coches de carreras ecológicos".

Jordana Brewster no sabía conducir cuando fue escogida para el papel de Mia en The Fast and the Furious/A todo gas. De hecho tuvo que sacarse el carné para poder rodar. Pero después de estos ocho años, sigue sin sentir una gran pasión por sus compañeros de reparto de cuatro ruedas. "Supongo que me gustan los vehículos grandes, pero tampoco sé mucho de coches. Me da un poco de vergüenza decirlo".


De Los Ángeles a México: Un rodaje en decorados naturales
Con el regreso a los orígenes de la saga de A todo gas, los productores y el director sabían que sería un error por su parte no usar los decorados naturales de la ciudad donde nació la cultura de las carreras callejeras. Los almacenes abandonados y las largas y desoladas calles apenas iluminadas de la zona este del centro de Los Ángeles volvieron a ser el escenario de las carreras ilegales. Casi todos los 85 días de rodaje transcurrieron en decorados naturales en el centro de Los Ángeles y en los extrarradios de la ciudad. Se rodaron algunas escenas en platós de Sylmar y Culver City.

Era importante usar varias de las localizaciones de la primera entrega, The Fast and the Furious/A todo gas, sobre todo la casa de Dom Toretto en el barrio Echo Park. Durante la semana de rodaje nocturno en esta localización, todos sintieron una cierta nostalgia. Según dice el productor Neal Moritz: "Muy a menudo durante el rodaje echaba la vista atrás y me daba cuenta de que habíamos alcanzado la misma camaradería que entonces".

Al regresar a estos decorados ocho años después, el equipo descubrió que no todo permanecía igual. La casa de Toretto seguía en pie, pero los nuevos dueños habían demolido el garaje donde Dom metía su amado Dodge Charger. Pero eso no representó ningún problema para la diseñadora de producción Ida Random que, con la ayuda de su departamento, lo reconstruyó tal como era.

Los Ángeles, Miami y Tokio sirvieron de telón de fondo para las tres primeras entregas, y ahora le tocaba a México. La cultura latinoamericana está muy presente en toda la película, empezando por la tensa secuencia del principio en la República Dominicana hasta la secuencia de la persecución en pleno desierto mexicano.

Vin Diesel tuvo la idea de escoger Santo Domingo como una de las localizaciones de FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO. La saga siempre ha hecho guiños al Salvaje Oeste, y la agreste belleza de la isla era el escondite perfecto para que Dom y Letty empezaran una nueva vida. A la hora de recrear los paisajes, Justin Lin y su equipo escogieron varias zonas del sur de California.

La primera secuencia es el robo de unos camiones cisterna llenos de carburante en una carretera de la República Dominicana. Letty y Dom encabezan un equipo de pilotos decididos a llevar a cabo el robo. Los productores y el director hablaron con el guionista Chris Morgan de los problemas de abastecimiento de gasolina en varios países, que pueden quedarse semanas sin combustible.

Vin Diesel explica: "Dom se ha ganado la reputación de saber robar cosas en movimiento. Es un bandido moderno, una versión actual de los ladrones de diligencias. Cuando le descubrimos de nuevo, no sólo roba gasolina para él, sino para todo un barrio que debe pagar un precio exorbitante por el suministro de carburante". El atraco de los camiones cisterna se rodó en la tortuosa carretera Templin, en las montañas al norte de Los Ángeles.

La costa de San Pedro, al sur de la ciudad, sirvió de escenario para la fiesta que sigue al exitoso atraco, aunque Letty y Dom casi mueren en el intento. Naturalmente, en la fiesta participan bellezas sexy y ligeras de ropa moviéndose entre coches no menos bellos.

El rodaje de las escenas en México se dividió en dos partes. La mayoría transcurre en los condados en Antelope's Valley, pero algunas ambientaciones no podían duplicarse y se rodaron en el pueblecito de Magdalena de Kino, en Sonora.


Los trucos
Justin Lin y los productores sabían que la acción era clave para que los fans quedaran satisfechos con la esperada reunión de Dom, Brian, Letty y Mia. Han transcurrido ocho años, los protagonistas han cambiado, pero las carreras siguen igual. Brian se pasa la vida persiguiendo a delincuentes al volante de un Crown Victoria propiedad del FBI, y Dom se ha convertido en una leyenda que está siendo eclipsada por los jóvenes campeones.

Justin Lin, el director de fotografía Amir Mokri y el director de la segunda unidad TERRY S. LEONARD diseñaron secuencias con los coches que fueran visualmente creíbles. Ante todo querían ser fieles a la subcultura de las carreras callejeras, además de salpicar la trama con momentos que entusiasmasen a los seguidores y, al mismo tiempo, levantar el listón de la acción.

"Aprendí algo muy valioso en A todo gas: Tokio Race, a realizar escenas aparentemente peligrosas con total seguridad", dice Justin Lin. "No hay nada como ver a estos coches correr, girar, derrapar y dar vueltas de campana. Nos ha entusiasmado poder llevarlo a la gran pantalla de una forma nueva".

Brian Walker consideraba de suma importancia que la conducción en FAST & FURIOUS: AÚN MÁS RÁPIDO por las calles de Los Ángeles y por los túneles mexicanos fuera lo más realista posible. "Las dos primeras películas eran hiper-realistas, sobre todo 2 Fast 2 Furious/A todo gas 2", dice el actor. "Quería que ésta también lo fuera. Siempre he creído que Brian no conduce como los demás. Quiere llegar a la meta, y no se preocupa tanto del estilo ni de los derrapes".

El director añade: "Me lo pasé realmente bien hablando de coches con Paul. Sabe mucho de diseño y de vehículos de importación. Queríamos subrayar el diseño de los coches en vez de decorarlos".

Terry Leonard y el coordinador de efectos FREDDIE HICE se encargaron de planear los giros urbanos de 360 grados y los audaces trucos descritos en el guión de Chris Morgan. Gracias a la cámara instalada en el Porsche Cayenne, el buggy M1 y el Mic Rig, este último diseñado por el coordinador Mic Rodgers para The Fast and the Furious/A todo gas, no cabe duda de que los espectadores harán un viaje memorable.

Hablando de una toma en la que improvisó, Brian Walker explica: "Justin quería que llegara a toda pastilla y parara casi de golpe. En la segunda toma, se me ocurrió que podía pisar el acelerador un poco más. En la tercera, un poco más, y casi no consigo parar".

Sigue diciendo: "Había mucho polvo en la carretera y llevaba neumáticos lisos, no agarraban muy bien. Iba lanzado a 130 kilómetros por hora y conseguí detener el coche a 3 centímetros del otro vehículo. No podía hacer más".

Para filmar el atraco a los camiones cisterna, fueron necesarias la primera y la segunda unidad. Durante varias semanas se usaron vehículos preparados especialmente, como los Buick GNX, que pueden ir marcha atrás a mucha velocidad, y camiones cisterna teleguiados, entre otros.

Hablando de conducir, Vin Diesel resume los sentimientos de los actores y de los técnicos. "Giros de 90, 180, 360 grados… Me he sentido muy bien al volante. Los verdaderos amantes de los coches dicen que son una extensión de la persona. Por eso me lo he pasado muy bien subiéndome de nuevo al estoico y fiable Charger. Ha sido como reencontrar a un viejo amigo, un compañero de reparto con el que había trabajado hacía años".