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  Bienvenidos al Norte  (Bienvenue chez les Ch'tis)
  Dirigida por Dany Boon
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"Un extraño que viene al norte de Francia llora dos veces – una cuando llega, y la otra cuando se va" - Dany Boon


Entrevista con Dany Boon

P: ¿De dónde sacó la idea de LOS CH'TIS?

Dany Boon: La idea de LOS CH'TIS la tuve antes de mi primera película, LA CASA DE TUS SUEÑOS. Pero primero quería saber si era capaz de dirigir una película. No quería estropear una historia que significaba tanto para mí. Es cierto que todas las historias son importantes, pero ésta lo es mucho más. Es mi infancia, mi región, es la gente... ¡son mis hermanos! La idea de la película surge de la visión que tiene de nosotros la gente que no conoce la región francesa de Nord - Pas de Calais. Los franceses tienen una opinión muy negativa de la región, por su pobreza, su decadencia económica causada por el desempleo, las minas abandonadas. De ahí me vino la idea de hacer una comedia humana en la que el protagonista no fuera del norte y se viera obligado a descubrir la cultura ch'ti y su entorno, la humanidad de la gente del norte, su carácter acogedor, su generosidad. Todo esto queda resumido en el refrán: "Cuando un extranjero viene al norte llora dos veces: una vez cuando llega y otra cuando se va". Sabía que no iba a hacer dos películas como ésta, sobre el norte, sobre lo que me ha convertido en lo que soy. Por eso es una película tan importante para mí, es una película popular de autor.


P: ¿Cómo escribió el guión?

D.B. - Escribí solo durante un año. Al final tenía la historia, los personajes y un bueno número de escenas que están en la película. Después, llegó un momento en el que quise compartirlo con otros guionistas, que en este caso han sido Franck Magnier y Alexandre Charlot. Hace mucho que conozco a Franck Magnier. El escribía escenas y un día fui a su casa en el extrarradio para que me las enseñase. La gente no comprendía que me interesara por un desconocido. Pero pesé que era un buen tipo y además muy divertido. Además Franck es del norte y es quien me presentó a Alexander Charlot, que no es del norte pero que está casado con una ch’ti. Ambos son guionistas de gran talento y nuestro trabajo fue muy fructífero. Tardamos tres meses en escribir el guión definitivo y lo estuvimos retocando hasta el último minuto.


P: ¿Qué tipo de dificultades tuvo que superar?

D.B. - La principal fue hacer una comedia con el material que tenía. Trabajé muchísimo ese año. En el teatro, cuando creo personajes de esta zona, es más fácil porque me burlo de mí mismo. Escribo escenas con personajes que son como caricaturas, muy exagerados. Pero son lugares comunes que hacen gracia a todo el mundo. En el cine resulta más delicado porque se muestran cosas que están en la esfera de la realidad y tiene que ser creíble. Sin embargo, mi protagonista tiene una visión apocalíptica del norte de Francia, la de la gente que he conocido en 15 años de giras en cuanto rebasaba el sur de París.


P: Escribió para sí mismo un papel secundario. ¿Lo hizo para concentrarse más en la puesta en escena? ¿No le bastaba con ser el director?

D.B. - No, para nada. ¡Quería salir en la película! Pero, aunque mi personaje, Antoine Bailleul, lleva uno de los apellidos de mi familia, cuando escribo no pienso en qué actores podrían interpretar los papeles. En ningún momento me digo: 'Sí, voy a tener un papel menos importante'. Aunque es cierto que de los 53 días de rodaje, Kad tuvo 52 y yo sólo 30. Y aunque 30 días es bastante, me dejó más tiempo. Pero los productores estaban preocupados. Me decían que mi personaje no intervenía hasta la página 15 del guión. Yo les dije: 'No, yo tengo que ser el ch’ti. No puedo ser el tipo que viene del sur, es imposible'. Además, las escenas del principio son muy importantes para introducir la situación y mostrar lo que la gente piensa del norte del país.


P: ¿Cómo discurrió el rodaje en la región en la que nació?

D.B. - Voy a explicárselo. Cuando me paseo por Lille, si yo no llevo la gorra calada hasta las cejas tardo una hora en recorrer una manzana. ¡Así que en el rodaje en Bergues hubo muchísima gente! Pero la gente del norte es absolutamente maravillosa. A pesar de que había cientos de personajes en el rodaje, cuando pedíamos silencio, se hacía un silencio absoluto. Algo que no suele suceder. Aunque, lo cierto es que cada noche, después del rodaje, me pasaba más de una hora firmando autógrafos. Pero era genial. Yo siempre he querido ser accesible al público porque forma parte de la profesión. Haces este trabajo para ellos y gracias a ellos. Sin el público no somos nada. Estamos solos, encerrados en casa.


P: Cuando terminó LOS CH'TIS, ¿le sorprendió algún aspecto de la película?

D.B. - No, porque yo la escribí, la dirigí, la rodé y la monté. Yo vi cómo se construyó así que no tuve el privilegio de descubrir la película. Lo único que me asombró fue cómo se reía la gente durante los primeros visionados de prueba. Era atronador. Y también la emoción que provocaba el final de la película. Eso me pilló por sorpresa, pero fue a través de los espectadores. Es como cuando mi madre viene a ver mis espectáculos. Ella no se ríe al mirarme, se ría cuando ve a la gente reírse. Al ver cómo se reían los espectadores con LOS CH'TIS, me dije: 'Genial. Mi película es divertida'. Me emocioné mucho. Me sentí muy feliz por toda la gente que ha estado conmigo en esta película, por mi región, y por mí mismo. He hecho la película que quería, tanto si tiene éxito o no... Bueno, sí, claro, me gustaría que tuviera éxito... Pero de todas formas estoy encantado. Es una película viva, que respira humanidad y espero que permanezca y que contribuya a dar una imagen más justa y más bella de mi región, el Nord-Pas de Calais.


Entrevista con Kad Merad

P: ¿Conocía a Dany Boon antes de rodar esta película con él?

Kad Merad - La verdad es que no. Puede que nos hayamos cruzado en un plató de televisión, pero no estoy seguro.... Pero sí que había visto su espectáculo en el Olympia de París. Pero no sé si se dio cuenta de que estuve. Dany es el tipo de persona a la que te gusta saludar. Somos compañeros, estamos en el mismo negocio, entretener a la gente.


P: ¿Qué le gusta del trabajo como actor de Dany Boon?

K.M. - Hace de todo. Es mordaz, puede ser tierno, es músico, cantante... Es un intérprete completo y no hay muchos como él. Desde luego, en Francia no hay muchos. Me fascinó su espectáculo del Olympia. Es un gran intérprete. Me gusta tener un amigo artista y al mismo tiempo ser fan del artista. Es un verdadero placer.


P: ¿Qué fue lo primero que le dijo sobre LOS CH'TIS?

K.M. - No fue el primero que me habló de la película. No me importa decir que no fui la primera elección de Dany. El no fue quién me escogió en un principio. Fue Richard Pezet, de Pathé. Estaba en Marsella cuando me llamó y me preguntó si tenía algo que hacer las próximas semanas. Debió ser como un mes antes del rodaje. Le dije que iba a hacer una película, que había llegado a una especie de acuerdo con el director, pero que todavía no habíamos firmado los contratos y que todo estaba en el aire. De hecho, en la industria del cine, hasta que no te convocan para el primer día de rodaje, y hasta que no has empezado a rodar, todo está en el aire. Después, Richard Pezet me habló sobre la segunda película de Dany Boon. Ahí empezó todo. Me envió el guión y me lo leí muy deprisa. Me di cuenta de que me ofrecían el papel protagonista. Lo leí deprisa porque no quería dejar pasar la oportunidad. Después, llamé a Dany y le dije: 'Acabo de leer tu guión y me ha encantado. Me interesa. Creo que es muy bueno'. Estaba entusiasmado. Y él estaba contentísimo. Me di cuenta de que esa película era un verdadero regalo para mí. Después, Dani y yo hicimos juntos una primera lectura y vi que estaba contento, que sonreía. Creo que fue cuando me dio el papel.


P: Cuéntenos algo sobre Philippe Abrams, su personaje. ¿Quién es?

K.M. - Es un francés corriente, encargado de una oficina de correos. Pero también es un hombre enamorado. Para mí, la película es sobre todo una historia de amor. Hace todas esas tonterías para que le trasladen al sur y lo hace por amor. Y por amor acaba en el norte con los ch’tis. Podría ser yo. Es un hombre que lleva una vida normal con su mujer y su hijo. Sólo quiere ver feliz a su mujer y quiere demostrarle cuánto la quiere.


P: ¿Conocía el norte de Francia o, al igual que su personaje, viajó allí por primera vez cuando rodó la película?

K.M. - No, soy como el personaje. Antes conocía Lille, pero nada más. ¡Vivo en Marsella, así que se parece bastante a mi propia historia! Marsella tiene una identidad cultural muy arraigada y la gente no necesita París. Saben muy bien lo que son, tienen su forma de vivir. Pero lo mismo ocurre en el norte. Son buena gente. Y son muy acogedores. Rodamos en medio de la plaza principal de la ciudad fortificada de Bergues. . Y habían venido 20.000 personas para ver dirigir a Dany Boon. Cuando se les pedía silencio en una toma, ¡no se oía una mosca! Una vez, un técnico le preguntó a una mujer si podía dejar algunas cosas del equipo en su tienda. Ella le contestó: 'Sí, claro. Le dejo las llaves de la tienda y mañana por la mañana abre usted mismo y las coge'. ¡Eso no podría ocurrir nunca en París!


P: ¿Y la lengua ch’timi?

K.M. - ¡Ese es el problema! (risas). es una lengua de verdad. A la mierda le llaman 'du brun' y una 'carrette' es un coche... Si un francés se planta allí, delante de un verdadero ch’ti, no entiende nada.


P: Como se dice en la película, ¿usted también lloró dos veces al llegar al norte, una vez al llegar y otra al irse?

K.M. - Lo que pasa es que no terminamos el rodaje de la película en el norte. La acabamos en el estudio. Y sí, la verdad es que lloré. Me sentía muy bien en el norte. Tenía una casita cerca de Dunkerke y había recreado mi vida, mi célula familiar... Sí, la verdad es que me emocioné cuando llegó el momento de irse. El norte es muy especial. Estoy deseando volver para presentar la película, quiero que la gente la vea. La hemos hecho para ellos. Eso no quiere decir que sea una película sólo para la gente del norte de Francia, pero se van a poner muy contentos.


P: La película de Dany Boon aprovecha los estereotipos: todo es llano, siempre está lloviendo, la gente bebe como si fueran esponjas pero son generosos... Esto es... ¿Verdad o mentira? ¿Un tiempo asqueroso?

K.M. - Sí, no es muy bueno que digamos. Pero no tan malo como piensa la gente. El servicio de meteorología francés registra una media de 126 días de lluvia por año en la región del Norte y en el Pas-de-Calais, comparados a los 56 en la región de Bouches-du-Rhône, al sur del país. Pero es aún peor en la región de Finisterre y comparable, aunque esto sea poco conocido, a la región de la Gironda, cuya capital es Burdeos, con 128. ¿Y el sol? En lo que respecta a las temperaturas, la media es de 10,3ºC en el norte y de 10,5ºC en el Pas-de-Calais. Desde luego, no tiene nada que ver con el Var (16,2ºC), pero es mejor que en Vosges (9,5ºC), y mucho mejor que en Lozère (7,3ºC): ¡No hace TANTO frío!


P: ¿Querencia a la botella?

K.M. - Desde luego, los ch’tis no son alcohólicos, pero beben más que el francés medio. De todas las ciudades de la Francia continental, Dunkerke es donde se consume más cerveza, ¡y Lille y Valenciennes le pisan los talones!


P: ¿El último destino que piden los funcionarios?

K.M. - No sólo no lo quieren sino que lo desprecian. En efecto, la región Norte - Pas-de-Calais es el destino menos solicitado por los funcionarios. Sin embargo, cuando los trasladan aquí ya no se quieren ir. ¡Nada comparable a lo que ocurre en la región parisina de Ile-de-France, donde la rotación es, con diferencia, la más alta de Francia!


P: ¿Gente generosa?

K.M. - ¡POR SUPUESTO! Bueno, las cosas no son tan sencillas. Según la Fondation de France, el Norte ocupa el puesto nº57 y Pas-de-Calais el nº77 en la lista de donaciones en metálico por departamento. ¿A qué se debe? Según las estadísticas, los que más comparten suelen ser católicos, ricos y mayores. Y aunque la región del Norte - Pas-de-Calais es bastante religiosa, es muy pobre y muy joven. Pero la imagen altruista de los habitantes del norte no es totalmente falsa. Según las ONG locales, el dinero se resiste, pero las donaciones de bienes y de tiempo son muy abundantes.


P: ¿Pobreza?

K.M. - De eso no hay ninguna duda. El Norte - Pas-de-Calais ocupa el puesto nº22 de las 22 regiones de Francia continental en lo que se refiere a la renta por habitante. Está 16% por debajo de la media nacional y 33% inferior a la de la región de Ile-de-France, según el Ministerio de Hacienda. esto no quiere decir que no haya algunas fortunas aisladas. Por ejemplo, en Croix, es donde se paga el ISF (el Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna, que en Francia grava las grandes fortunas personales) más alto.


P: ¿Una región industrial?

K.M. - Por supuesto, hace mucho tiempo, desde Germinal (la novela de Zola sobre las minas), que los pueblos mineros desaparecieron y algunas montañas de escorias se han convertido en pistas de esquí. Hace ya varias décadas que la región de Norte - Pas-de-Calais se ha ido transformando en una economía de servicios. A pesar de todo sigue siendo la cuarta región más industrializada de Francia en términos de empleo, sobre todo en los sectores del automóvil, la metalurgia, y el plástico.*