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  Sin límites  (Limitless)
  Dirigida por Neil Burger
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Sin Límites está protagonizada por Bradley Cooper (Resacón en Las Vegas, El Equipo A), el ganador de un Oscar® Robert De Niro (Toro Salvaje, Taxi Driver), Abbie Cornish (Bright Star), Anna Friel (Conocerás al hombre de tus sueños), Andrew Howard (Transformers: La venganza de los caídos), Johnny Whitworth (El tren de las 3:10) y Thomas Arana (El mito de Bourne).

La película ha sido dirigida por Neil Burger (El Ilusionista, Interview With the Assassin) a partir de un guión escrito por Leslie Dixon (Hairspray, El secreto de Thomas Crown), basado en la novela Limitless (originalmente The Dark Fields) de Alan Glynn. Los productores son Leslie Dixon, Ryan Kavanaugh (Robin Hood, Skyline) y Scott Kroopf (El espía, La sombra del cazador). El director de fotografía es Jo Willems (30 días de oscuridad). El Diseño de Producción está a cargo de Patrizia von Brandstein (La última estación). El montaje está a cargo de Naomi Geraghty (El Ilusionista). El diseño de vestuario está a cargo de Jenny Gering (Solitary Man). El productor ejecutivo es Tucker Tooley (Skyline, Querido John). El compositor es Paul Leonard-Morgan.


Sobre la producción
La guionista Leslie Dixon se cruzó con la novela The Dark Fields en una librería de segunda mano. El libro, un thriller trepidante y altamente conceptual escrito por Alan Glynn, partía de una premisa que la intrigó inmediatamente. ¿Qué pasaría si hubiera una droga que pudiera convertirte en la mejor versión de ti mismo, una droga que te permitiera usar tu potencial al completo? ¿La tomarías?

"Compré el libro y empecé a leerlo" dice Dixon. "A la mitad, aproximadamente, me emocioné pensando que podría ser un película Hollywoodiense. Eventualmente compré los derechos y escribí el guión por mi cuenta para ver si podría lograr hacerla sin muchos compromisos. Y aquí estamos".

La historia tiene una idea muy provocativa que parecía la panacea perfecta para la Era de la Información, donde un fluir continuo de dato nos supera a un ritmo intimidante. "La premisa puede parecer cercana la ciencia ficción, pero es probable que este tipo de tecnología no esté muy lejana", dice Dixon, que tiene en su haber los guiones de taquillazos como La señora Doubtfire, Hairspray o Ponte en mi lugar. "Estoy segura de que ahora mismo hay investigadores en laboratorios intentando producir "drogas inteligentes" para mejorar la memoria, las funciones cognitivas y los reflejos".

Eddie Morra, interpretado por Bradley Cooper, es un escritor que lentamente va cayendo en el abismo. La película arranca con el abandono de su novia, con su editor amenazando con despedirle, a menos que pueda producir el manuscrito que ha prometido, y su casera le quiere desalojar. Pero cuando un viejo amigo le pasa una pastilla de la misteriosa droga NZT, Eddie se transforma en un torrente sin fin de ideas y habilidades, obteniendo el éxito con el que siempre había soñado.

"Creo que la mayoría de la gente, entre la que me incluyo, tomaría esa pastilla si se la ofrecieran", argumenta Dixon. "Creo que sintoniza con lo que está ocurriendo en nuestra sociedad ahora mismo. La gente toma sustancias como Adderall para obtener ciertas ventajas. Resulta algo irónico el que hayamos empezado a ver las drogas como una manera de potenciar nuestro rendimiento, en vez de evadirnos simplemente".

Ver la trayectoria de Eddie, desde la oscuridad hasta la fama y riqueza es un viaje entretenido, en palabras de Dixon. "Y las cosas que él es capaz de hacer durante ese viaje son cosas a las que todos aspiramos", continúa. "Puede aprender otros idiomas sin esfuerzo. Aprende a leer partituras en un día. Las mujeres caen rendidas tras una docena de frases, porque es tan encantador e ingenioso. Todo esto son cosas que desearíamos hacer y resulta divertido acompañar al personaje. Cuando las cosas se ponen feas y resulta que le persiguen, verle pensar y luchar por una salida es emocionante".

Dixon pasó el guión a Scott Kroopf, un productor que conoció trabajando en su primera película, Increíble suerte. "Era un concepto tan fuerte, tan bellamente resuelto e imbuido del gran sentido del humor que caracteriza a Leslie", dice Kroopf. "Ella me contó la asombrosa historia de como encontró el libro y de como hizo el borrador original para el guión sin recibir nada a cambio. En seguida me enamoré del proyecto".

La idea de una droga inteligente cautivó su imaginación. "Todavía no he conocido a una persona que no esté intrigada por la idea de poder usar el 100% de su cerebro", sostiene el productor. "Podrías ver y percibir más. Podrías ser más coordinado. Podrías aprender más rápido y recuperar recuerdos que creías olvidados hace mucho. De repente, tienes acceso a todo esto".

"Obviamente, tiene un precio" añade. "Cualquier cosa que sea como un esteroide para la mente es una idea intrínsecamente peligrosa".

Una vez que Dixon y Kroopf acordaron producir juntos el film, se pusieron a buscar un director. Neil Burger, que tiene en su haber películas como El ilusionista e Interview with the Assassin, les impresionó con su concepto innovador para la película. "Quería que la historia fuera completamente creíble, que fuera auténtica", dice Burger. "Sin embargo, quería introducirme en la cabeza de Eddie, mostrar como él percibe el mundo cuando está drogado, como procesa información y como es ser tan listo. Tenía varias ideas para técnicas visuales poco convencionales para mostrar como él percibe el mundo".

El tema central, la cuestión que trata precisamente Sin límites, es el tema de la percepción, según Kroopf, "Teníamos que encontrar a alguien visualmente orientado para que la película alcanzara su potencial absoluto", dice el productor. "Neil estaba determinado en encontrar maneras originales de contar la historia, así que adoptó ideas que, visualmente, eran más atrevidas y audaces que lo que hace la mayoría de la gente".

Burger veía la historia como un thriller y, al mismo tiempo, como un viaje picaresco para Eddie. "Va de ser un hombre corriente que está en declive a un tío que está en lo más alto del mundo", dice el director. "Cuando leí el guión por primera vez, me imaginé una película a modo de sueño febril, caprichoso, con una energía salvaje. Y es así como el personaje viaja por la ciudad cuando está bajos los efectos de la droga. Su vida discurre vertiginosamente".

Eddie acaba siendo educado y más exitoso de lo que jamás había soñado, pero hay una pega, observa Burguer. "La droga tiene unos efectos secundarios horribles. Tiene que seguir tomándola si no quiere padecer unos dolores de cabeza insoportables. Y cuando se excede acaba teniendo grandes lagunas".

"La película va sobre el potencial humano, pero también sobre el poder y el viaje de Eddie" continua el director. "La película nos habla de hoy, de Nueva York. Pero es más universal que eso. Es sobre un tipo que tiene una sed de éxito que nunca ha podido satisfacer. La cuestión es, ¿qué es lo que está dispuesto a hacer para obtenerlo? Quiero que el público le acompañe mientras toma sus decisiones. Es un personaje tan encantador que estás dispuesto a seguirle, tanto en sus giros más oscuros, como en su camino hacia la luz".

La cuestión central del film es, según Burger, "¿qué pasaría si hubiera una pastilla que te convierte en rico y poderoso? ¿La tomarías? Creo que a todos nos encantaría hacer algo especial y tener un impacto sobre el mundo. Esta historia va sobre un tipo que encuentra una manera fantástica para que eso ocurra, y todo resulta muy verosímil. No es magia. No es un superhéroe; es la versión más perfecta de si mismo".

"Ya hay drogas similares", continua Burger. "Provigil y Adderall y otras. El NZT es como aquéllas pero multiplicadas por mil. Está completamente más cargado. Pero si todo esto se reduce a juguetear con la química cerebral como si fuera un disco duro, ¿dónde encaja la responsabilidad personal? ¿cuáles son los límites de nuestra identidad moral?"

El film combina suspense, acción, humor y un aspecto visual con estilo propio, para un viaje emocionante, inolvidable. "Es una gran historia con unas interpretaciones fantásticas, además de giros inesperados que le dan aún más emoción", dice Kroopf. "Piensa en la película como un viaje de NZT. Bradley Cooper está en el asiento de al lado y estáis pasando por lo mismo. La película discurre de tal modo que el público disfruta lo divertido del viaje, pero también tienen la oportunidad de verlo desde fuera y preguntarse ˝Ey, si yo estuviera en el lugar de Eddie, ¿qué hubiera hecho?˝ Será divertido, pero es probable que también te asuste".


Sobre el casting
El papel de Eddie Morra está lleno de exigencias, requiere un actor que pueda llevar el peso de la pantalla, apareciendo en casi todas las escenas de la película, y hacer una transformación creíble desde un apático vago a un hombre magnético, dominante. "Todos teníamos en mente a Bradley Cooper", dice Burger. "Es un actor excelente, pero los estudios siempre preguntan a los directores, ˝¿Podemos financiar esta película con su nombre?˝. Afortunadamente Resacón en Las Vegas se estrenó cuando estábamos con el casting y, de repente, parecía una posibilidad real. Le conocí en Nueva York y pasamos una noche juntos hablando de la película, de la vida y todo en general. Tiene una personalidad tan encantadora y podía ver como ésta se trasladaría a nuestra historia".

La inteligencia innata de Cooper le hacía el mejor candidato para el papel. "Eddie necesita ser increíblemente elocuente", dice Burger. "Tiene que ser capaz de dar mil vueltas a los demás verbalmente. Sabía que Bradley era un tío muy inteligente y un gran conversador".

Por otro lado, el personaje tiene que ser creíble en el momento incial, tiene que ser convincente como un fracasado total. "Bradley y yo hablamos sobre nuestras propias historias, nuestras luchas para llegar a donde estamos", dice el director. "Los dos habíamos estado en paro, viviendo en cuchitriles y al borde de abandonar. Lo veía todo con gran perspicacia. Estaba claro que podía interpretar todas las facetas de Eddie, de una manera convincente y con fuerza".

"Es un papel que requiere gran destreza", añade Kroopf. "Necesitábamos alguien encantador, gracioso, inteligente y carismático. Bradley Cooper era una estrella emergente y resultó ser perfecto para la película. Tiene la edad exacta. Puede encarnar tanto al hombre sin suerte, el escritor de capa caída, como al hombre elocuente y brillante que usa el 100 por cien de su cerebro. Bradley tiene la oportunidad de emplear sus habilidades cómicas, primero, y, después, hacer brillar todas sus otras cualidades como actor".

En Cooper, además, encontraron un actor que es capaz de llevar al público a su propio universo. "Lo genial de tener a Bradley Cooper interpretando a Eddie es que todos quieren hacerse amigo suyo", dice Kroopf. "Les gusta a los hombres y les encanta a las mujeres. Es el tipo de tío con el que quieres salir a tomar una cerveza o embarcarte en una aventura loca".

El actor aportó su talento, entusiasmo y energía a un papel que exigía un compromiso total. "Es uno de los mejores guiones que leído, con diferencia", dice Cooper. "Nunca he hablado con nadie que lo haya leído y no haya pensado que es increíble de principio a fin".

El concepto de la película del director, Burger, fue un aliciente añadido para el actor. "Neil tenía claro desde el principio que quería que el espectador acompañara a Eddie en su recorrido", dice Cooper. "Cuando compartió sus ideas conmigo, me ilusioné mucho. Trabajar con él es de lo más sencillo, porque carece de ego, sin embargo, sabe perfectamente lo que quiere".

Esté o no bajo la influencia del NZT, la conexión de Cooper con el personaje es total. "El llevar este personaje desde el inicio de la película hasta el final es el sueño de cualquier actor", dice. "Cuando le conocemos, está arruinado. La manera en la que vive puede que molara cuando tenía 25 años, pero con 35 resulta patética".

"Cuando Eddie toma NZT, se resuelven sus problemas", continua el actor. "Escribe su manuscrito a una gran velocidad. Entonces surge la cuestión de qué hacer con sus habilidades potenciadas. ¿Qué harías tú si te convirtieras en la mejor versión de ti mismo? En primer lugar, ¿quién sería esa persona? Y, ¿qué precio tendrías que pagar para poder serlo? Es una gran pregunta".

Cooper se ganó la admiración de sus compañeros de rodaje con su energía inagotable. "Bradley fue quien trabajó más duro en esta película", dice Burger. "Está en cada encuadre prácticamente. Su personaje sufre enormes transformaciones: es un fracasado, tiene éxito, se está muriendo… Le pasa de todo. Ya conocemos todas las diferentes facetas de Bradley como actor, pero nunca hemos visto todas sus habilidades y todo su talento concentrados en una sola película. Su interpretación es increíble".

"Espero que el público que vea este film viva indirectamente el viaje de Eddie", dice Cooper. "Quiero que experimenten el colocón con él y después tengan que lidiar con la realidad de lo que le sucede a lo largo del camino. Es como estar en una montaña rusa de principio a fin".

La espectacular ascensión de Eddie en el mundo financiero llama la atención del billonario Carl Van Loon, interpretado por el ganador de un Oscar Robert De Niro. "Van Loon es uno de los hombres más listos en el juego financiero", dice Burger. "Robert De Niro es fantástico en el papel, porque es un hombre increíblemente inteligente y poderoso. También es muy generoso y amable y, al principio, Van Loon aparenta ser igual. Parece que toma a Eddie como su protegido. Sin embargo, como suele suceder en los mejores papeles de De Niro, hay algo ligeramente siniestro bajo la superficie".

Burger había conocido a De Niro poco después del estreno de El ilusionista y ambos expresaron su interés por trabajar juntos. "Al principio el papel de Van Loon parecía no ser lo suficientemente importante para él", dice el director. "Pero al final todos pensamos que, por lo menos, podríamos intentarlo. Hablé con él y me dijo que le gustaba el papel pero que sentía que tendría muy poco que hacer. Comenté algunas ideas para modificar el papel pensando en él, le gustaron y dejó la puerta abierta. Se lo conté a Leslie y ella escribió algunas líneas nuevas brillantes".

Cuando Dixon se enteró de que De Niro estaba disponible para el papel, se metió de lleno en el guión para desarrollar el personaje y convertirlo en un papel merecedor de un talento tan aclamado. "Al principio, Van Loon era un personaje secundario más bien convencional", dice Dixon. "Y después todos nos ilusionamos con la idea de De Niro interpretando el personaje. Pero me di cuenta, ante mi espanto, que había escrito un papel un poco estándar y que no había nada particularmente especial sobre él que pudiera atraerle. Durante una semana traté de imaginarme a Robert De Niro diciendo estas líneas. Eso trajo algo más colorido y jugoso a la escritura".

Los cambios dieron resultado y De Niro firmó. "Se metió de lleno y fue un gran contribuidor al equipo", dice Kroopf. "Su nivel de preparación era extraordianario y, a la vez, estaba lo suficientemente relajado como para hacer que resultara natural para Bradley. Tienen una manera similar de trabajar. Los dos son increíblemente inventivos. Empiezan con el texto, pero siempre encuentran pequeños pliegues que hace que siempre anden alerta el uno del otro".

A pesar de lo mucho que a Burger le emocionaba tener a tan distinguido actor entre el elenco, también se sintió intimidado al principio. "De Niro es uno de mis actores favoritos", dice el director. "Y fue un colaborador increíblemente generoso. Pero cuando estaba en el set trabajando con él, no dejaba de pensar en todos esos papeles icónicos, como Travis Brickle de Taxi Driver or Jake La Motta de Toro Salvaje. ¿Cómo voy a decirle a Robert De Niro donde debe posicionarse o como debe decir una línea? Tenía que dejar todo eso de lado y volver concentrarme en la tarea en la que estábamos inmersos".

No obstante, las dudas iniciales del director no se reflejaron en el rodaje, según Cooper. "Era maravilloso ser a Neil trabajar con De Niro", dice Cooper. "Manejó todo con gran fluidez. Trata a todo el mundo igual, lo cual, para mi es una de las virtudes más grandes que pueda tener un director".

Trabajar junto a De Niro supuso el cumplimiento de un sueño de toda la vida para Cooper. "Bob (De Niro) es una de las razones por las que quise convertirme en actor", dice. "Cuando trabajas con alguien tan bueno, tu trabajo se simplifica. Todo lo que tienes que hacer es reaccionar a lo que hace".

Con Robert de Niro y Bradley Cooper en el proyecto, el resto del reparto encajó a la perfección, empezando por Abbie Cornish como Lindy, la novia de Eddie".

Lindy, una editora de una revista, ha dado a Eddie todo su apoyo. Pero incluso ella ha agotado su paciencia y decide romper con la relación según comienza la película. Cuando Eddie descubre el NZT y se convierte en todo un éxito, vuelven a juntarse. "Abbie tiene una luminosidad que hace especialmente triste el hecho de que Eddie haya echado a perder su relación con ella", dice Dixon. "Y, de hecho, una de las cosas que hace la droga es ayudarle a volver con ella".

Además de la oportunidad de trabajar con dos actores que admira, Cornish se sintió atraído por la calidad del guión. "Está extremadamente bien escrito", dice la actriz australiana de nacimiento. "Es una historia en la que te puedes perder porque da la impresión de que realmente podría estar ocurriendo. Es totalmente verosímil y muy actual".

Lindy se reconcilia con Eddie después de su asombrosa transformación, pero ella permanece como la voz real en la historia. "Neil siempre vio este papel como un papel central, a pesar de que es uno más bien pequeño", dice Cornish. "Es la única que prueba la droga y entiende las consecuencias. Entiende que cambia lo que es tener limitaciones, algo esencial al ser humano".

Trabajar con Burger fue una experiencia intensamente colaborativa para Cornish. "Es una persona muy sensible que escucha a los actores", dice. "Es tan encantadora y tiene tanto talento. Abbie tiene una especie de energía traviesa y es increíblemente lista. Y la química entre Abbie y Bradley surgió de inmediato. Son realmente asombrosos juntos. Puedes sentir la conexión y se puede sentir la historia de sus personajes".

Cornish, cuyas escenas son casi todas con Cooper, dice que el entusiasme de éste por el trabajo era contagioso. "Bradley se metió en el papel de todo corazón", dice. "Era asombroso de ver. Tiene un gran sentido del humor y una gran profundidad, así que cuenta con una enorme versatilidad como actor. Es perfecto como Eddie, porque puede ir de un hombre en decadencia a alguien que lo tiene todo bajo control. También es generoso y muy atractivo, a muchos niveles, lo cual hace que trabajar con él resultare muy divertido".

Cuando Eddie decide tantear el mercado bursátil, pide un préstamo a la única persona que se lo concedería, un matón de poca monta llamado Gennady, interpretado por Andrew Howard. "Gennady creció en Rusia y se mudó a los Estados Unidos hace veinte años", dice Burger. "Todavía tiene un acento muy grueso y eso da mucho miedo, es un tipo peligroso. Tomar su dinero prestado es temerario, pero también es audaz, ya que Eddie es capaz de convertir una pequeña cantidad de dinero en una fortuna muy rápidamente. El problema surge cuando a Gennady le llegan los rumores sobre esta nueva droga y quiere sacar provecho".

La construcción de este personaje, de este matón pintoresco, fue muy divertido para Dixon y cuando Howard fue seleccionado, aportó ideas nuevas que se incorporaron en el guión. "Gennady es algo muy primitivo, crudo", dice la escritora. "Al principio, Eddie es la única persona a la vemos tomar NZT. Cuando Gennady le sigue, es posible que no resulte tan inteligente como Eddie, pero potenciar el cerebro de un matón multiplicaría su capacidad para ser horrible".

El resultado es, a la vez, cómico y terrorífico. "Leslie y yo hablamos de cómo sería gracioso si cada vez que le ves, su vocabulario fuera mejorando y fuera siendo algo más erudito", dice Howard. "Desarrolla una mirada distinta. No diría que tiene buen aspecto. Es más bien un matón de discoteca de mala muerte. Parece un vividor, pero algo trastornado".

Howard, que es de Gales, investigó para el personaje, pasando una temporada con la comunidad rusa de Brighton Beach (Nueva York), que es bastante grande. "De ahí es de donde provendría el personaje", dice. "Ves a muchos Genndays por ahí, así que fue toda una experiencia. No dudé aprovechar la oportunidad de ver, oír y sentir una comunidad rusa real precisamente en la ciudad de Nueva York".

Para Howard, lo realmente atractivo viene de la combinación de la acción, las interpretaciones y el extraordinario relato. "La película es un thriller trepidante", dice el actor. "Tiene intensidad. Tiene interpretaciones brillantes. Tiene a Robert De Niro y Bradley Cooper. Neil es un director extraordinario y sabía como contar esta historia a la perfección. Siempre traía algo extra a la palestra, que daba al proyecto más matices, más detalles".


Los mundos de Eddie Morra
En su primera reunión con los productores de Sin límites, Neil Burger mostró su ambiciosa visión de la película. "El primer elemento para mi son las interpretaciones", dice. "¿Cómo podríamos conectar emocionalmente con los personajes que nos guían a lo largo de la película? Trabajar con los actores es uno de los grandes placeres de mi trabajo. Al igual que en mis otras películas, el objetivo es obtener interpretaciones geniales y diferentes. En este caso, el reto fue dar forma al papel de Bradley Cooper a lo largo de todas las fases de su viaje loco y apoyar su trabajo visualmente".

"Eddie hace cosas muy dudosas a lo largo de la historia pero quería que el público estuviera de su lado todo el rato", continua el director. "Bradley tiene una personalidad conquistadora -le queremos- así que ya tenemos media batalla ganada. Después ya sólo era una cuestión de detalles sutiles en la interpretación y en el modo en que rodamos para atraer a la audiencia y hacerles sentir cómplices en sus decisiones".

Burger estableció diferentes lenguajes visuales e interpretativos para cada fase de la historia para dar al público la sensación de estar dentro de la cabeza de Eddie. "Tenemos una estética concreta para mostrar al Eddie de siempre", explica el director. "Tenemos otra cuando le va haciendo efecto la droga, una tercera cuando está colocado y otro más cuando no lo está. Cada fase cuenta con una paleta de colores, unos movimientos de cámara, un concepto de diseño y un estilo de actuar diferentes. Quería que el público sintiera lo mismo que él, que le acompañara, todo el rato".

"Los efectos visuales eran otro elemento", continua Burger. "¿Cómo procesa la información cuando está colocado? ¿Cómo lo mostramos de manera que el público entienda como trabaja su mente sobrealimentada?"

Burger ideó una serie de técnicas y estrategias para alcanzar su objetivo. "Usé métodos que no había visto nunca, para dar a la película un aspecto casi artesanal, más que de digital", dice. "Y quería que resultaran naturales en el personaje, que tuvieran una conexión emocional con él. Para ello estudié fractales, que responden a un diseño que se auto-replica. Se me ocurrió usar panorámicas de 360 grados para reflejar su habilidad para ver todo desde múltiples perspectivas e inventé un método visual para mostrar como se acuerda de todo lo que jamás ha visto y oído. Quería que todo tuviera una intensidad que se correspondiera con la experiencia de Eddie, pero también quería mantener cierto sentido alocado. Hay un tono de humor negro a lo largo de la película que también está en los aspectos visuales".

Trabajando estrechamente con su equipo creativo, el director desarrolló las diferentes dimensiones estéticas de la película, reflejando tanto la miseria de Eddie antes del NZT, como la nueva y resplandeciente vida que encuentra a través de la droga. "Cuando le conocemos, es un hombre ordinario en declive", dice Burger. "Vive en Nueva York, no tiene dinero y lleva una vida más bien cutre. Hasta eso lo quería mostrar de una forma nueva, hacer que fuera hermosa a su manera, pero incluyendo la energía que experimenta.

"El diseño de la película, los movimientos de cámara, la composición, todo necesitaba apoyar a la interpretación", dice. Tenían que expresar los estados mentales de Eddie. Según ves la película, realmente no puedes concretarlo pero puedes sentirlo. Cuando no está consumiendo NZT, todo es descarnado, duro, desagradable. Cuando está bajo los efectos de la droga, todo fluye naturalmente"
.

Burger y el director de fotografía Jo Willems construyeron un vocabulario visual para los dos estados mentales de Eddie. "Rodamos al Eddie "de siempre" con una cámara de mano y una lente más larga", dice Willems. "Es crudo y caótico, así que no siempre resulta bonito. La iluminación es un poco sucia. No queríamos que tuviera muy buen aspecto".

Con la droga, Eddie sufre una transformación completa. "Siente que tiene el control total, así que la cámara está más controlada", dice el cinematógrafo belga. "El aspecto visual está mucho más acabado. La iluminación es más suave. Con lentes más amplias, y todo es más nítido. Es como si estuviéramos en su cabeza. Como estábamos desarrollando un personaje de una manera visual, no teníamos miedo a ser muy subjetivos con la imaginería y meter al público de lleno".

Burger y Willems también crearon maneras ingeniosas y sencillas para comunicar los efectos del NZT. "Neil es tan fuerte visualmente, que no necesitaba usar muchos efectos", dice Kroopf. "Los que usó tienen un estilo muy diferente de lo acostumbrado. Son muy evocativos y emocionales, no tan técnicos. Todos tratan de reflejar como el mundo se percibe de manera diferente cuando tomas esta droga, así que tienen una cualidad muy visceral".

Por ejemplo, para reflejar la rapidez con la que Eddie asimila toda la información que le rodea, Burger y Willems crearon la ilusión de una visión de 360 grados. "Las cámaras estaban agrupadas para mostrar los 360 grados de su percepción concentrados en un solo encuadre", dice Burger. "Me gustaba la idea metafóricamente. Puede verlo todo, es como si tuviera ojos en la nuca. Crea una imagen surrealista, intensa".

"No estaba intentando crear un efecto visual rompedor", dice Burger. "Estaba intentando inventar técnicas que dieran la sensación de expresar a Eddie. A veces, esto se reducía un efecto muy sencillo de cámara, otras veces, acabábamos inventando aspectos visuales nuevos. La cuestión era dirigirlo todo, desde las interpretaciones hasta lo visual, de manera que puedas saber como se siente".

Patrizia von Brandenstein, la diseñadora de producción, colaboró con Burger para crear entornos contrastados. "Desde el principio, Neil tenía una visión muy fuerte", dice Von Branenstein. "Creo que su trabajo demuestra que es un cineasta con una orientación visual muy fuerte. La palabra clave era siempre subrayar. Queríamos aportar a la película, no abrumarla".

"La película tiene enormes contrastes y diversos estados de ánimo", añade. "Eddie va de lo más bajo a lo más alto. Cuestionamos sus motivos para hacer ese recorrido y cuestionamos sus motivos para querer quedarse. Pero al final, creo que sentimos una gran simpatía hacia él. Las decisiones morales que toma nuestro héroe, que resultan muy interesantes en la actualidad".

Para la casa de Eddie en Chinatown, von Brandenstein usa una paleta sucia de colores compuestos, que contrastan fuertemente con los rojos y amarillos, colores primarios, que encontramos en la calle. Cuando su mundo cambia, también cambian los colores que le rodean. "Vemos lo oportunista que es y como sus decisiones son realmente amorales. Eso tiene su reflejo en los tonos fríos de sensibilidad modernista, con azules descoloridos, verdes extremadamente pálidos y un gran abanico de grises. El gris de la arquitectura neoyorkina consiste básicamente en el gris del granito y del acero, que son de tonalidades muy frías".

Sin límites se rodó en Nueva York y Philadelphia. Burger, que vive en Nueva York, hizo un dossier lleno de fotos de referencia que representaban sus ideas de cómo utilizar su ciudad como telón de fondo. Con tan solo dos semanas para rodar en la ciudad, el rodaje adquirió una atmósfera dura. "Puedes intentar controlarlo todo en una película y eso puede estar bien", apunta el director. "Pero también puede matar la energía del ambiente. Dejamos que la ciudad fuera lo que es, con gente pasando. Bradley Cooper cruzaba las calles en medio de los bloques, tal y como se hace cuando estás en Nueva York. Teníamos un equipo muy pequeño siguiéndole, intentando que resultara lo más realista posible".

Rodamos hasta en seis localizaciones distintas en un mismo día, el equipo intentaba pasar inadvertido. "Les mandábamos rodar todo lo que pudieran", dice Kroopf. "Y funcionó. Da una sensación de metraje robado, en contraste con una película típica de Hollywood, en la que todo está perfectamente coreografiado".

Sin contar con tiempo para decorados elaborados, los cineastas, en muchas ocasiones, sencillamente usaban la luz de la que disponían. "Eso da a la película un aire de documental", dice Willems. "Me va mucho ese estilo. Cuando Eddie está colocado, teníamos un modo de hacer más controlado. Rodábamos con grúas, dollies y steady cam. Teníamos que trabajar rápido y fue muy divertido".

Burger, que conoce la ciudad bien, sabía perfectamente lo que quería. El equipo rodó en algunos de las localizaciones más icónicas de Nueva York, capturando el latir único de Manhattan. "Rodamos en la zona de East Broadway en Chinatown", dice Kroopf. "Es una locura porque hay millones de personas en la calle allí. Rodamos en la calle 52 y la 8ª avenida en un edificio llamado 'the Lynx' (el lince). Rodamos en Chelsea, Tribeca y por Midtown, que es uno de los sitios más ajetreados y turísticos. Rodamos una escena de acción genial con Abbie Cornish en Wollman Rink en Central Park".

Cornish encontró la experiencia inspiradora, a pesar de que ya había visitado Nueva York en muchas ocasiones. "Adoro Nueva York", dice. "Filmar ahí fue una locura. Es tan caótico y ajetreado que no puedes tener un decorado en condiciones. Estábamos trabajando en medio de la calle con gente cruzándose, pero había algo realmente energético en ello. Como actor, me espabiló en algunos sentidos. Tenía que enfocar realmente".

Rodar en Nueva York supone retos inusuales, admite Dixon. "Olvídate de controlar a la muchedumbre. No puedes. Hay neoyorquinos deambulando por tus planos. No hay ningún otro lugar en el mundo donde puedes pasar de un cutre piso de alquiler a un apartamento de 21 millones de dólares en el rascacielos más lujoso en el transcurso de tan sólo seis semanas. No hay ninguna otra ciudad que vaya más de esos dos extremos y la manera en que la gente va de uno a otro".

Llena de energía, emoción y acción sin parar, el producto final es totalmente fiel al espíritu del Nueva York de Neil Burger. "El tema central de la película es el poder", dice Burger. "Nueva York es un centro de poder, con Manhattan como su gran cerebro. Quería rodar tanto como pudiera en la calle, sin cerrarlo todo. Demasiadas veces, Nueva York se transforma en un decorado de Hollywood, nosotros queríamos que fuera crudo y real y que fluyera alrededor nuestro. Es una historia salvaje que se desvía por tangentes locas e intentamos basarla en la realidad".