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  Los amos de Brooklyn  (Brooklyn's Finest)
  Dirigida por Antoine Fuqua
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Del guión a la pantalla
Brooklyn's Finest es un film que se ha hecho una realidad "por puro azar", comenta el guionista debutante Michael C. Martin. Habiendo trabajado en el metropolitano como responsable de señalización con la Autoridad Metropolitana del Transporte, Martin devino guionista tras herirse en un accidente de automóvil en 2005. Durante su convalecencia, se vio en la necesidad de hallar un modo de lograr ingresos extras con miras a sustituir el auto que perdió en el accidente.

Navegando por Internet, se topó con un concurso de guionistas cuyo premio consistía en 10.000 dólares en metálico. Aunque nunca antes había escrito nada, en sus tiempos de estudiante se había matriculado en el Departamento cinematográfico de la Universidad de Brooklyn, un curso que nunca completó. A decir verdad, jamás confió en que surgiera una película de su guión, sin embargo, decidió sentarse y ponerse a escribir en torno a una idea que finalmente devino Brooklyn's Finest. "Disponía de todo aquel tiempo libre y pensé que era el mejor modo de lograr un auto nuevo, así que me puse a escribir y acabé el último día que quedaba para la entrega; salté al metro y entregué el guión justo a tiempo" --recuerda Martin.

Parte de la inspiración para la historia de Martin proviene de un viejo compañero de habitación suyo que estaba en el cuerpo de policía y que experimentó una situación parecida a la del personaje de Cheadle en el film.

Aproximadamente un mes después de que se inscribiera en la competición, Martin recibió una llamada telefónica informándole de que había quedado finalista, sin embargo no ganó. Siguió adelante manteniendo encuentros con algunos de los miembros del jurado, y particularmente con un productor que se mostró interesado en enviar la historia a algunos estudios, al tiempo que le sugería que se hiciera con un agente. En aquel momento, lo que a Martin le preocupaba principalmente era la posibilidad de no conseguir el dinero necesario para el coche nuevo. "Todavía creía que aquello acabaría en nada. Seguí manteniendo mi ocupación de nueve a cinco y dejé la cuestión del guión en la trastienda de mi cabeza, preguntándome en qué acabaría todo eso" --confiesa el guionista.

Poco después, se envió el guión a Warner Bros., donde atrajo la atención de MARY VIOLA, quien estaba buscando a un guionista joven para un proyecto que estaban desarrollando. Viola recogió el guión de encima de un montón de muestras. Como neoyorquina, le gustó el título y fue el primero que leyó. Reaccionó inmediatamente a la historia de la película y lo pasó a su colega BASIL IWANYK, quien puso la maquinaria en marcha.

Iwanyk había trabajado como ejecutivo para Training Day - Día de entrenamiento (Training Day, 2001), de Antoine Fuqua, y le pareció que éste podría ser el director idóneo para llevar Brooklyn's Finest a la pantalla. A Fuqua le encantaba el guión e inmediatamente se vio inmerso en el proyecto. "El tema me resultaba muy atractivo y tuve el convencimiento de que Michael había hallado un nuevo sendero dentro de este género. Se ofrecía como un modo tremendamente singular para narrar un drama policial" --comenta. Fuqua subraya que la historia "no trata tanto sobre policías corruptos como de tres oficiales del cuerpo víctimas del infortunio. Todos ellos tienen sus cosas particulares a las que necesitan vencer, sus propios asuntos, así que se trata antes del lugar psicológico en el que se encuentran ahora mismo en sus vidas que de su trabajo". Lo que también le atrajo fue la relevancia de la historia en nuestros días, en Nueva York, "donde muchos más policías se suicidan durante el desempeño de su labor" --algo que el realizador encuentra muy alarmante--. "Es indicio de que hay algo que no anda bien a nivel psicológico y emocional, y es importante que se hable de ello y que se haga una película que aborde la cuestión" --explica.

"Una vez que Antoine se puso al mando, el proyecto avanzó con gran rapidez" --recuerda Martin, quien añade que Antoine le telefoneó inmediatamente "con la única finalidad de comprobar si yo era la persona adecuada" --ríe--. "Hablamos sobre la historia y sobre ideas de reparto. Ya tenía una idea clara del film" --añade. Paralelamente, Millennium Films se incorporó al proyecto junto a John Langley Films. El productor ejecutivo JOHN THOMPSON recuerda que "decidieron subir a bordo en tan sólo 24 horas. La tentación era muy fuerte y eso fue todo".


Dando forma al reparto de la película
Martin comenzó a trabajar con Fuqua invirtiendo varias semanas en el desarrollo del guión antes de proceder a la formación del reparto. Desde el principio, Fuqua tenía muy claro que quería a ETHAN HAWKE en la película. Director y actor ya trabajaron en Día de entrenamiento y siempre habían andado buscando algo en lo que volver a colaborar juntos. Hawke no perdió un instante en comprometerse con el proyecto y firmó tan pronto como leyó el guión. "Supe al instante que quería ese trabajo" --recuerda--. "Soy consciente de tener gustos muy peculiares, así que cuando supe que Antoine me enviaba un guión, sólo me dije: ‘Ojalá me guste, pues me gustaría enormemente volver a trabajar con él".

Hawke añade: "Siempre me he sentido atraído por los dramas, particularmente los neoyorquinos de la vieja escuela que protagonizan De Niro, Pacino o Hackman". El actor entendió esta película en esa misma línea y le faltó tiempo para estar dentro. Describe a su personaje como "un hombre enfrentado a su propio orgullo. La vida ha resultado profundamente decepcionante para Sal. Ha trabajado muy duro y ha hecho siempre lo correcto pero nada ha resultado como era de esperar".

"Sal no es únicamente alguien que va por ahí robando dinero" --añade Fuqua. Su personaje está más cerca del hombre de familia que del policía corrupto que ha ido demasiado lejos. Está procurando salvar a su familia y el empeño que pone en ello le ciega ante toda otra opción que no sea emprender el sendero de la corrupción. Resulta duro hallarse en la circunstancia de estar en una habitación llena de dinero mientras esposa e hijos sufren".

Hawke admite sorprenderse al enterarse de que el guión era el primero que había escrito su autor, y se sintió en especial atraído por su estructura de tres personajes. "Esta película habla de un tiempo y un lugar, no sobre algunos individuos aislados. Hace que te sientas como si estuvieras haciendo un retrato de la humanidad entera, y hay algo muy emocionante en ello".

Con Hawke a bordo, el resto del reparto se fue forjando rápidamente. El guión apareció en el escritorio de RICHARD GERE en un momento en que el actor deseaba descansar un poco, pero su agente, amigo de Fuqua, le convenció para que lo leyera. "Me pareció que tenía en las manos todo un original, un guión emotivo muy bien escrito, que permite la exploración en terrenos que no había vuelto a ver en un guión desde que intervine en Asuntos sucios (Internal Affairs, 1990)".

Gere también reconocía la narrativa de la película: "Hay una estructura cinematográfica muy hábil, magnífica. Paul Schrader es un guionista extraordinario, un maestro en el modo en que debe narrarse una historia en un film, en cómo hay que crear estructuras dentro de las cuales los personajes puedan expresarse con la limitación de las dos horas de duración. Aquí, Michael ha logrado narrar tres historias cortas y básicas muy tangencialmente relacionadas, que coinciden en parte y que funcionan bien juntas".

El actor recuerda que en el momento en que leía el guión no sabía realmente cómo encarnar a Eddie, de quien Gere dice "lucha por comprender los universos capaces de generar tanto dolor y sufrimiento. A lo largo de la realización del film, el personaje experimenta una auténtica evolución. Sabía que había aquí algo que quería explorar y no estaba del todo seguro acerca de lo que se trataba hasta que comencé a rodar las escenas. En Eddie, hay mucho odio, ira y rabia hacia sí mismo, pero también mucha ternura".

"Richard encarna a una alma torturada que viene a representar a muchos de esos tipos a los que yo denomino buzos" --explica Fuqua--. "Ven lo peor, emocionalmente devienen insensibles, se sienten perdidos, y tratan de hallar otros modos de encajar las situaciones, como encontrarse con prostitutas".

Cheadle se había encontrado con Fuqua en el plató de Día de entrenamiento, cuando fue a visitar a Denzel Washington, siendo ya un admirador de su trabajo. Cuando leyó el guión por primera vez, pensó "Tiene una gran autenticidad" Cheadle reaccionó a las historias de los tres policías y a cómo cada uno de ellos sobrelleva su respectiva situación. Se identificó muy particularmente con su personaje, Tango, un policía entregado que lleva ejerciendo como topo los tres últimos años, quien se ve en una posición comprometida desde una perspectiva moral cuando su mejor amigo, Caz (WESLEY SNIPES), un traficante de droga de altos vuelos, se convierte en el primer objetivo de su investigación. Meterlo en prisión significaría para Tango el ascenso que tanto lleva esperando, y la esperanza de lograr que su esposa regrese.

Fuqua, en su comentario acerca del tormento interior que sufren los protagonistas principales, añade que "los tres personajes de la historia se sienten presos del infortunio. Son hombres que en cierto momento de sus vidas perdieron la autoestima y se olvidaron de quiénes eran. No tiene nada que ver con su grado de corruptela. De lo que se trata es de la ausencia de apoyo. A la mayoría de la gente no le agrada la policía; no confía en ella, y ésta no tiene suficiente dinero para protegerse a sí misma".

Con Cheadle a bordo, el reparto principal ya estaba completo, y muy poco después Fuqua consiguió a Snipes para que diera vida a Caz. Martin recuerda sorprenderse ante lo veloz que resultó el proceso de formación del reparto. "No tenía la menor idea de cuán rápido sucedería todo, con el remate de un reparto tan impresionante". Thompson añade: "Nadie se hizo rogar dos veces. El reparto entero está integrado por actores que aceptaron a la primera; todos quisieron participar en el film".

Asimismo, Brooklyn's Finest también atrajo a un reparto secundario hecho de grandes nombres y muy competente. "Daba la impresión de que todos los actores querían trabajar en este proyecto" --recuerda Thompson. En pocas semanas, LILI TAYLOR (Angela) se incorporó para dar vida a la esposa de Hawke, y VINCE D’ONOFRIO engrosó el reparto con el papel de Carlo. Poco después, MICHAEL K. WILLIAMS y HASSAN INIKO JOHNSON, dos de los protagonistas principales de la exitosa serie televisiva Baja escucha (The Wire, 2002-2008), se sumaron al reparto en los papeles de Red y Beamer.

Fue durante la formación del reparto en lo concerniente a los superiores de Tango, el teniente Bill Hobards (WILL PATTON) y el agente Smith, que Fuqua decidió hacer un cambio en el papel de Smith, de hombre a mujer. ELLEN BARKIN se había enterado del proyecto, siendo además Día de entrenamiento un film que admiraba. Tras un encuentro fortuito en Nueva York, Fuqua tomó la decisión de que el agente fuera una mujer. "Ellen era capaz de encarnar este papel con tanta dureza como cualquier hombre, incluso al nivel de pelearse a puños con el personaje de Don. Esta decisión añadió asimismo todo un dinamismo distinto a la historia que hacía de la mujer el merecido elemento punitivo de Tango". --explica Thompson.

Uno de los últimos roles que quedaban para completar el reparto era el de Chantel, la prostituta que se relaciona con Gere. Tras semanas de audiciones, Fuqua incorporó a la principiante SHANNON KANE para el papel. Como recuerda Gere: "Me hallaba en medio de otras películas mientras iba y venía para hacer pruebas con actrices. Shannon estaba de las últimas en la lista en el momento en que la cosa se estaba reduciendo a dos actrices. Definitivamente, había en Shannon una cierta cualidad, una mezcla de ignorancia y esencia juvenil, aunque muy segura y a gusto consigo misma, lo que es fantástico que una actriz posea". Thompson admite que los productores estaban indecisos de contratar a alguien con poca experiencia pero "Antoine demostró que nos equivocábamos, y resultó que fue una de las mayores sorpresas y aciertos del rodaje. Me recuerda cuando logró que Eva Mendes atrajera la atención internacional en Día de entrenamiento".

Con respecto al reparto de conjunto, Gere comenta: "No cesaba de decirle todos los días a Antoine lo extraordinario que era el reparto, particularmente los jóvenes actores. No estaba familiarizado con el trabajo de Jesse (Quinlan) o Logan (Melvin), y ambos me parecieron actores muy cinemáticas e inmediatos, que sabían cómo fluir. Cambiábamos las cosas mucho, nos salíamos del guión, y nos metíamos con todas las cosas, pero ellos jamás perdían su temple, llegamos a tenernos auténtica confianza mutua".


Rodando en los "Projects" – fotografía principal
El escenario de la historia del film queda enmarcado en los Housing Projects –proyectos de viviendas- (los ‘BK Projects’) del este de Brooklyn, donde Martin creció. Su abuela vive tan sólo a dos paradas de metropolitano de donde el equipo estableció el rodaje. Ese fue el entorno que inspiró a Martin en el momento de escribir el guión. "Uno se cría en Nueva York y trabaja en un lugar como la Autoridad Metropolitana del Transporte, se cruza con gran número de formas de ser" --comenta Martin--, "obtiene una gran comprensión de la gente, de sus diferencias, de los conflictos que tienen los unos con los otros a partir de sus orígenes, y sus perspectivas acerca de la vida, religión, y política. Es como un crisol donde todo se funde".

El momento y el lugar fue algo a lo que el productor JOHN LANGLEY fue particularmente sensible, al leer el guión. "Michael capta algo que los guionistas de Hollywood no perciben necesariamente: el aroma, el sabor, la impresión, la realidad, la sensibilidad, el entorno, todo acerca de esas cosas y los matices y capas que habitualmente no obtenemos de quienes escriben los guiones".

El rodaje se extendió a lo largo de más de cinco semanas; se inició el 15 de mayo de 2008, y finalizó el 14 de julio. La mayoría del rodaje tuvo lugar en el este de Brooklyn, en los Housing Projects de Van Dyke, en Brownsville, consistentes en veintitrés edificios comprendidos en unas pocas manzanas, constreñidos entre otros complejos de viviendas públicas. El índice de criminalidad es alto en Brownsville, y como en muchas otras comunidades de vecindarios, puede resultar peligroso pasearse por allí. Inicialmente, se advirtió a los realizadores del peligro de rodar en Brownsville, y se les aconsejó que desistieran de hacerlo. La policía alertó sobre la posibilidad de que los miembros del equipo técnico se vieran atracados y no resultaran bien recibidos.

"Los agentes de policía no querían que estuviera por allí; nos dijeron que se trataba de una zona muy violenta y corrupta" --recuerda Fuqua, quien sin embargo insistía en que la película no se podía rodar en ningún otro lugar--. "Quería enmarcar la historia en ese vecindario, hacerla tan real y árida como me fuera posible" --comenta--. "Cuando se realiza una película, resulta de la máxima importancia rodarla en las localizaciones auténticas en las que el guionista sitúa la historia. Como director, necesito estar tan cerca como sea posible de ese mundo. Necesito estar en la jungla, sentirla y olerla, y asegurarme de que los actores sienten lo mismo". Como consecuencia, de los 41 días de rodaje, tan sólo un día se invirtió en estudio; el resto se desarrolló en localizaciones reales con miras a captar la aridez y autenticidad del mundo de los actores.

Una vez que el rodaje dio comienzo, cualquier temor del equipo acerca del grado de aceptación que tendrían en el vecindario desapareció rápidamente. Los vecinos se mostraron genuinamente entusiasmados por tener al equipo técnico en el barrio, y Fuqua y los productores insistieron en que se ofreciera algunos papeles de extras a la gente local, siendo también así parte del equipo. Además, antes de que el rodaje tocara a su fin, Fuqua, a manera de agradecimiento hacia la comunidad, donó 100.000 dólares de equipo profesional a cuatro adolescentes de su elección para un proyecto cinematográfico que elaboró. "Fue una gran oportunidad para penetrar en la comunidad y encontrarse con los chicos, pasarles las cámaras y que aprendieran acerca del proceso cinematográfico y las artes, sencillamente para que experimentaran algo positivo que estaba teniendo lugar en su barrio". Se ha fundado una organización sin ánimo de lucro con el nombre de Fuqua Film Program que permitirá que cuatro estudiantes al año tengan esta misma oportunidad.

Thompson comenta: "Uno oye toda suerte de historias acerca de lo peligrosos que están resultando los Projects y Brownsville, pero al final de la jornada sus habitantes se ofrecen totalmente receptivos y hospitalarios. Creo que la realización de la película devino un gran acontecimiento acaecido en su vecindario, y así fue cómo lo vieron ellos mismos" --y prosigue comentando que--: "se contrató a chicos de los Projects para cada uno de los departamentos, hasta el punto que cinco o seis acabaron por tener diálogo, que ascendimos a status de SAG (Asociación de actores cinematográficos), de tal modo que finalmente tuvieran papeles relevantes en el film".

Hawke recuerda que el director persiguió el mismo tipo de autenticidad en Día de entrenamiento. "La gente le decía a Antoine que era estúpido rodar en el South Central de Los Ángeles, sin embargo le embargaba ese poderoso instinto referente al hecho de que si el lugar es auténtico, se logra narrar la historia correctamente; en esta película ha aplicado lo mismo. El procedimiento genera en los actores y en el proceso de escritura del guión un impacto enorme; se va filtrando poco a poco cuando realmente se camina por las calles y se van filmando" --explica.

Gere se muestra de acuerdo en que haber trabajado en los Projects tuvo su impacto en la realización del film. "Antoine es capaz de estar en muchos mundos. Resulta muy ‘hip-hop’ cuando se halla en los Projects, y en verdad que hace las cosas más fáciles porque todos en el lugar sienten que su historia se está narrando de un modo honesto. La manera en que tanto él como el equipo interactuaron con la gente del barrio hizo que todo deviniera mucho más real, particularmente al incluir a vecinos en el reparto del film con el fin de incorporar a gente que conociera las sutilidades de aquel entorno".

En su gran parte, Fuqua ha colaborado con un equipo técnico nuevo para la realización de Brooklyns Finest, con miras a plasmar su visión en la pantalla. Para la dirección de fotografía, Oliver Stone le recomendó a PATRICK MUGUIRE, un joven profesional de Ciudad de Méjico. Disponiendo tan sólo de 41 días de rodaje para hacer el film, no había mucho margen para errores. Thompson hace notar: "Juntos, Antoine y Patrick, crearon cada plano no tan sólo para que fuera bello sino para que deviniera visualmente narrativo, y contrapunto a lo que estaba pasando, de tal modo que era un film muy bien planeado". Fuqua ha admirado de siempre el estilo de los filmes de David Mamet, e incorporó a su montadora, BARBARA TULLIVER, para el montaje de la película. ANTONIO PINTO se sumó al equipo para la elaboración de la banda sonora. Ha contribuido a la música de Collateral (Collateral, 2004), y ha compuesto la banda sonora de Ciudad de Dios (Cidade de Deus, 2002), una película muy urbana. Fuqua tuvo la impresión de que encajaría perfectamente en esta cinta.

Refiriéndose a su reencuentro con Fuqua, Hawke comenta: "La experiencia de trabajar con Antoine, de retomarlo donde lo dejamos, no tiene precio para mí. Su entusiasmo y pasión se hace contagioso" --y añade--: "Antoine es incluso mejor director hoy de lo que lo era en Día de entrenamiento. En aquel film estaba fantástico, pero desde entonces ha realizado más películas, y ahora resulta más preciso con lo que quiere".

Como parte de la investigación que Hawke emprendió para su papel, invirtió mucho tiempo en la Patterson Police Force de Nueva Jersey. "Se trata de una comisaría muy tumultuosa, muy intensa, donde pude ver mucho mientras compartía muchas horas con tipos que atienden esa tarea y hacen la ronda. Pude constatar la presión bajo la cual están, cómo trabajan, cuán poco dinero ganan… pude hacerme realmente una idea de ese mundo y de la comunidad que configuran y contra qué se las están teniendo".

"Se nos dio acceso a muchísimas cosas" --prosigue Hawke--, "incluso a un buen montón de arrestos, y es cuando te das cuenta, una vez y otra, de que el enemigo es la pobreza, y de que la gente que está desesperada hace cosas desesperadas". Hawke valora el tiempo en que estuvo trabajando en los Projects, exponiendo esto, de lo que no suele hablarse mucho, sobre una parte de los norteamericanos: "Hay mucha pobreza en este país, y mucha gente que lucha por tener una oportunidad y formar parte de ese sueño, y eso es lo que esta gente representa".

Por su parte, Gere, hablando acerca de su experiencia con Fuqua, comenta: "El modo en que afronto el trabajo es el de un viaje de descubrimiento. Uno no puede saber exactamente lo que le espera una vez que se mete dentro. Allí hay otras posibilidades que se manifiestan, y las emociones devienen intensas y se presentan de maneras imprevisibles. Sencillamente se saca partido de lo que sucede en el instante y de las ideas y posibilidades" --Gere explica que prefiere trabajar con un director que no tenga todo planeado, que deje espacio para tales posibilidades--. "Antoine se muestra muy predispuesto a ello, y a mí me encanta trabajar de ese modo, de tal modo que nos divertimos mucho" --nos dice.

Cheadle está de acuerdo y añade: "Indiscutiblemente, Antoine no teme colaborar, lo cual significa que uno no se siente como obligado a asumir la visión de otro sin tener perspectiva alguna y sin poder aportar algo a la película como la capacidad de hacer que tu personaje sea de carne y hueso".

A lo largo de las seis semana de rodaje, ninguno de los tres protagonistas principales llegaron a trabajar juntos, con excepción de una escena en la que se cruzan durante un tiroteo. Cada uno de los personajes vive una vida distinta en circunstancias distintas, y convergen al final del film; así es como se realizó la película. Cada una de las historias se rodó por separado, dentro de su propia estructura temporal, lo cual quería decir que el reparto sólo estaba en el plató por un periodo de cinco a siete días respectivamente. Ello posibilitaba a Fuqua dedicar periodos de tiempo a los actores y centrarse en sus respectivos personajes e historias. Hawke recuerda que tras invertir tan corto espacio de tiempo en el film, dejó la producción con la sensación de querer más. "En esta película he vivido una de mis mejores experiencias: Sal es uno de los mejores personajes que he tenido que encarnar. Se había acabado cuando todavía me embargaba el enamoramiento".