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  La Osa Mayor Menos dos  Dirigida por David Reznak
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El director
Licenciado en Bellas Artes por el departamento de cine del San Francisco Art Institute en 1992. En 1994 funda la productora de cine "Espejo Frío", desde la que produce y dirige nueve cortometrajes seleccionados y premiados en festivales internacionales, y un largometraje.

En 1996 co-funda y co-dirige en Madrid "El Fenakisticopio Itinerante", sala de cine independiente con proyecciones en 16mm. Este proyecto genero las colaboraciones con los colectivos de programadores y artistas" el Ojo Atómico" en 1997 y "La Zona De Acción Temporal" en 1998.

En 1999 co-funda y dirige la sala de cine independiente "La Enana Marrón" www.laenanamarron.org , donde se han programado hasta la fecha mas de 1000 películas de 35 nacionalidades distintas, de un marcado valor personal, fuera de los circuitos comerciales e inéditas en España, en los formatos de súper 8, 16mm, 35mm y video.

Jurado y programador en distintos festivales de cine internacionales, museos, centros culturales y fundaciones como el Festival Internacional de Cine de Barcelona, Festival de Cine Underground de Laussane (Suiza), Festival de Cine Asturiano, Festival Internacional de Cine de Kelibia (Túnez), Bienal de cine español de Annecy (Francia), Muestra de cine español independiente de Lisboa, Festival de Arte Contemporáneo "Situaciones" (Cuenca, España), Casa De América (Madrid), Fundación La Caixa (Barcelona), Centro Cultural Puertas de Castilla (Murcia), entre otros.


Crítica
Nada sé del autor de esta película, como nada sabía de ella, ni tenía noticia de su existencia. Pero, una vez vista, con permanente interés y curiosidad que iba en aumento a medida que avanzaba, preguntándome qué iba a ser de aquellos seres, y cómo iba a terminar -¿no es eso el suspense? ¿quién dijo que en un documental no hay narración? ¿quién que no cuenta, al final, una historia o varias, aunque no parta de un guión previo, sino que se va escribiendo con la cámara, y se concreta en el montaje? -, encuentro que La Osa Mayor menos dos es uno de los (muy) pocos verdaderos documentales rodados últimamente en España, donde – se dice y se repite desde hace unos seis años ya – "florece" el documental súbitamente, a costa de presentar (y aceptar) como tales muchos chapuceros reportajes, con una visión del mundo televisivamente "correcta" o redentorista, y que miran tan poco a sus sujetos como esas ficciones que narran lo que sucede a seres no sólo inexistentes – como todos los imaginarios -sino inverosímiles y carentes de interés. A veces el nombre oculta la realidad, como la moneda mala o falsa desplaza de la circulación a la buena, y puede acabar convirtiéndose en un obstáculo, en un género, en una etiqueta.

En el fondo, importa poco que los personajes de "La Osa Mayor menos dos" sean ellos mismos o que sean magníficos actores (desconocidos) representando un papel, que sus circunstancias sean las que David Reznak registra gráfica y sintéticamente o (sería una suerte para ellos) que todo sea una ficción dramática; el caso es que lo que vemos es muy interesante, está mostrado con respeto, claridad, convicción y honradez, y resulta creíble, dramático, terrible, ocasionalmente divertido. Por eso lo que vemos y oímos nos importa.

Como parece cada vez más consustancial a los auténticos films documentales, es decir, a los que tienen vocación de documento sin por ello renunciar a la mirada cinematográfica, sino todo lo contrario, ya que entienden el cine como un instrumento inmejorable para mirar mejor, y así ver y dar a ver con mayor precisión y penetración lo que la realidad oculta e implica bajo su superficie, más allá del momento mismo de la filmación, al "proyectarse" tanto hacia el pasado (cuya carga y huella y cicatriz llevan dentro, o en el rostro o los movimientos, los pacientemente retratados) como hacia el futuro (por el que los espectadores, implicados, no podemos dejar de preguntarnos, no sin preocupación). De tal modo que el cineasta se convierte un poco en un psiquiatra sin aspiraciones ni capacidades curativas, pero dispuesto no sólo a escuchar, sino a mirar de frente y a sostener la mirada del otro, a tratar de dialogar hasta en las fronteras de la coherencia. Interesado, respetuoso, preocupado, responsable de esos seres que el trato prolongado, la confianza conquistada y su incorporación como personajes a una película propia ha ido haciendo en cierta medida suyos, asunto también suyo. Y los que la vemos quedamos también comprometidos, implicados.