Festival de Cine de San Sebastián 2008. Sección Oficial.
Notas visuales
El nido vacío surgió de mi particular interés por los espacios que dejan los hijos en la casa de sus padres cuando parten. Y el modo en que las parejas tratan a estos espacios, como interactúan con ellos y como en esta relación se trasluce los diferentes caminos que puede tomar una pareja una vez que quedan solos nuevamente.
A partir de esta premisa, y haciéndola extensiva a otros ámbitos donde la acción de LEONARDO transcurre, concibo una puesta en escena donde el personaje vive su espacialidad con una permanente incomodad. Como vivir en un mundo que ha sido diseñado a su medida, pero que de un momento a otro a cambiado de escala, colocando al personaje en una permanente sensación de extrañeza, un espacio escénico dimensionado a imagen y semejanza de su pasado, lo que enfatiza aun mas su crisis existencial.
Aunque la mayor parte del relato se desarrolle en un nivel de proyección, impregnado de muy sutiles detalles que remiten al carácter onírico de la misma, la película transita un código naturalista y cotidiano. Existen indicios a lo largo de la película que alimentan al espectador de la dimensión del relato, como la detención en ciertos detalles de orden metonímico, y la reiteración afectada por el uso del 33 FPS de algunos planos que denotan puntos de reflexión en el camino de Leonardo.
Se prevee el uso de película 500 ASA FUJI para permitir la inclusión de las fuentes de luz en escena, y en la dimensión PRESENTE del relato una luz difusa obteniendo rostros amables, para obtener un fuerte contraste con la dimensión PROYECTADA. Esta parte no es estrictamente un futuro ya que no hay un paso real de tiempo, por lo que mas que un envejecimiento con recursos de maquillaje se prevee la utilización de una luz mas de corte y sin filtrado, reluciendo todos aquellos detalles en los rostros que fueron disimulados en el inicio de la película gracias al artificio cinematografico.
El nido vacío será una comedia de colores pastel, sin brillos ni estridencias, permitiendo un recorte permanente de la figura heroica (Leonardo) y de aquellos detalles que alimentaran su melancolía y finalmente, su transformación.