Juliette sale en libertad después de pasar quince años en la cárcel. Durante esos quince años, no ha tenido ningún contacto con su familia, que la rechazó. Léa, su hermana menor, la acoge en su casa de Nancy, donde vive con su marido Luc y dos hijas adoptivas. Debido a la larga encarcelación de Juliette y a su diferencia de edad, las dos mujeres se sienten como dos extrañas. Pero Léa se empeñó en dar cobijo a su hermana cuando los servicios sociales se pusieron en contacto con ella.
Al principio, Juliette parece distante, alejada del mundo, ensimismada, pero Léa se esfuerza en hacer que su estancia sea agradable. Su marido Luc no está de acuerdo y sus dos hijas están encantadas de descubrir que tenían una tía desconocida. La casa es grande y llena de amigos: Michel, un compañero de trabajo de Léa y seductor empedernido, y una pareja de inmigrantes, Samir y Kaisha, ayudan a Juliette a volver a una vida normal. Léa descubre cuánto echaba de menos a su hermana y la tremenda deuda que cree tener con ella. Poco a poco, las hermanas recuperan la confianza mutua para superar los secretos y las palabras no pronunciadas, que contribuyeron a alejarlas la una de la otra.