Poder, odio y sangre. Éstos son los "valores" a los que tienen que enfrentarse cada día los habitantes de las provincias de Nápoles y Caserta.
Casi nunca se puede elegir, casi siempre se está obligado a obedecer las reglas del Sistema, la Camorra, y sólo los más afortunados pueden pensar en llevar una vida "normal".
Cinco historias se entrecruzan en este paisaje violento, un mundo despiadado, aparentemente alejado de la realidad, pero bien enraizado en esa tierra.
Don Ciro es el "submarino": paga a las familias de los detenidos afiliados a su clan, que ejerce un dominio indiscutido sobre el territorio. Astuto, discreto, desarrolla su tarea sin involucrarse nunca. Pero cuando el poder de su clan se debilita, no sabe a quién tiene que obedecer y tiene que pensar en su propia supervivencia.
Totò tiene trece años y no ve la hora de hacerse mayor. Así, peldaño a peldaño, va haciendo su aprendizaje en la escuela de la vida, hasta que un día tiene que tomar una decisión, una elección sin vuelta atrás.
Marco y Ciro creen estar viviendo en una película de Brian de Palma, pero sólo son dos perros sueltos que con sus bravatas estorban la rutina de los asuntos del Sistema.
Roberto ha terminado sus estudios y tiene ganas de trabajar. Franco le ofrece una gran oportunidad, un trabajo seguro y con grandes perspectivas de beneficios: un trabajo en el campo de los residuos tóxicos, un trabajo demasiado incómodo para la conciencia de Roberto.
Pasquale es un excelente sastre que trabaja gracias a las concesiones de las casas de alta costura en unos talleres de trabajo sumergido. La competencia china le propone que enseñe los secretos de su oficio a los trabajadores de sus talleres clandestinos, que el Sistema ve como un peligro para sus propios talleres de autoexplotación familiar. Seducido y gratificado por la respetuosa petición de los chinos, acepta, poniendo en peligro su propia vida.