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  Space Chimps: Misión espacial  (Space Chimps)
  Dirigida por Kirk De Micco
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La película, producida por John H. Williams (Shrek) y Barry Sonnenfeld (director de Men in Black), cuenta en la versión española con las voces de Álvaro Benito, líder del grupo Pignoise, en el personaje de Ham III, el descarado protagonista de esta aventura espacial, y la actriz Amaia Salamanca como Luna, la primate más atractiva de la misión. Ambos son dos chimpancés reclutados por la NASA para participar en una misión de recuperación de una sonda perdida en el espacio. Juntos tendrán que salvar a los habitantes de un lejano planeta de la tiranía del malvado Zartog, con la ayuda de sus compañeros y de un montón de simpáticos personajes.

Pablo y Polo, los otros componentes del grupo Pignoise, han participado también en el doblaje de Space Chimps: misión espacial, con divertidas colaboraciones especiales. Pignoise son también los compositores e intérpretes del tema original de la película: "Sube a mi cohete".

Cuando una sonda de la Agencia Espacial que ha costado 5000 milliones de dólares desaparece en un agujero de gusano intergaláctico, la agencia contrata a Ham III, nieto del primer chimpancé que fue al espacio, para ayudar a recuperar la nave extraviada. Pero Ham es un alegre intérprete de circo, más interesado en probar la gravedad cero que en estar a la altura de su gloriosa herencia. Sin pretenderlo, nuestro protagonista se convertirá en un héroe que aprenderá el verdadero significado del coraje, la amistad y el trabajo en equipo. Él y sus compañeros de tripulación, la teniente Luna y el cabezota comandante Titán, lo arriesgan todo para salvar a los pacíficos habitantes de un lejano planeta de los abusos de un malvado dictador.

Los gráficos por ordenador realizados por Vanguard Animation, los creadores de la estupenda Valiant, llevan esta historia a otra dimensión. La película está dirigida por Kirk DeMicco, entre cuyos créditos anteriores se encuentran En busca de Camelot y Héroe a rayas. El guión ha sido escrito por el propio DeMicco y por Rob Moreland, a partir de una historia de DeMicco.

Space Chimps cuenta en su versión castellana con las voces de Álvaro Benito, vocalista del grupo Pignoise, en el papel del héroe de la aventura, Ham III. Le acompaña Amaia Salamanca, como la disciplinada y atractiva Luna, y sus compañeros de Pignoise, Pablo y Polo, como dos simpáticos alienígenas.

La película ha sido producida por John H. Williams (responsable de la trilogía de Shrek) y Barry Sonnenfeld (Men in Black), siendo este último también consultor creativo. Tom Jacomb es productor asociado y Curtis Augspurger es co-productor. Los productores ejecutivos son Neil Braun, Eric M. Bennett, John W. Hyde, Jerry Davis, Steve Brown y Morris Berger. La música corre a cargo de Chris Bacon y de Blue Man Group. Space Chimps es una producción de Vanguard Animation en asociación con Odyssey Entertainment, quienes distribuirán la película de forma internacional. La distribución en Estados Unidos es de Twentieth Century Fox y en España de Aurum.


Ham –El mono espacial original 1957-1983
Space Chimps es un tributo al Ham original, uno de los primeros héroes del programa espacial americano. El John Glenn de los monos, Ham despegó de Cabo Cañaveral el 31 de Enero de 1961 recorriendo 155 millas en 16.5 minutos antes de aterrizar sano y salvo en el Atlántico. ¿Su recompensa? Una deliciosa manzana.

El increíble viaje de Ham comienza en Camerún. Con tres años de edad, el simio fue trasladado a Alamogordo en las montañas Sangre de Cristo de Nuevo México. Junto con otros cinco chimpancés seleccionados, Ham asistió a un riguroso entrenamiento para el vuelo espacial. Su nombre es un acrónimo del laboratorio responsable de su preparación para el histórico vuelo especial, el Holloman Aerospace Medical Center, ubicado en la base Holloman de las Fuerzas Aéreas.

Dados los riesgos desconocidos de los vuelos espaciales, la NASA decidió enviar a un mono allí donde ningún hombre había ido aún. Ham y sus compañeros fueron elegidos para esta monumental misión ya que los chimpancés tienen un gran parecido fisiológico con los humanos y por su alta inteligencia. El chimpancé asignado a la histórica misión del vuelo suborbital Mercury-Redstone tenía que ir accionando distintas palancas a lo largo del vuelo, con el objetivo de poner a prueba los sistemas vitales de la nave y comprobar que los mandos podían accionarse durante todas las fases del vuelo, lanzamiento, gravedad cero y aterrizaje.

El entrenamiento fue duro. Un equipo de 20 médicos especialistas y cuidadores de animales supervisaban todo el proceso mientras Ham y sus compañeros de clase se familiarizaban con el panel de mandos de la cápsula Mercury Redstone. Los animales debían accionar una palanca con la mano derecha al encenderse una luz blanca y con la izquierda al encenderse una luz azul. Las recompensas por hacer las elecciones correctas eran a base de plátano.

Una vez completado el entrenamiento, los monos fueron llevados a Cabo Cañaveral, en Florida. Si bien primates pequeños y otros animales ya habían ido al espacio en vuelos anteriores, nunca habían sido más que meros pasajeros. En esta ocasión, la NASA iba a realizar un experimento mucho más importante de cara a las metas del Proyecto Mercury.

Solamente uno de los chimpancés sería seleccionado para el vuelo inaugural. Ham no tenía aún cuatro años cuando fue el animal seleccionado. Era un primate inteligente, afectivo y con gran personalidad, siempre de buen humor. Era el candidato perfecto.

Cuando finalmente llegó el día del lanzamiento, todo fue bien en las fases de despegue y entrada en el espacio, pero el combustible se estaba consumiendo demasiado rápido, más de lo previsto, lo que llevó a la cápsula algo más de cien millas más allá de lo previsto. Al viajar tan alto, la cápsula Mercury-Redstone se quedó sin fuel en apenas dos minutos. Ham soportó fuerzas gravitacionales de hasta 14.7 G, unas 3.3 G más de lo planeado.

A pesar de la excesiva velocidad, Ham mantuvo su concentración y realizó las tareas perfectamente. Su accionamiento de las palancas fue apenas más lento que en las pruebas realizadas en tierra, pero el traje espacial de Ham le protegió de sufrir cualquier daño. Igualmente, el animal experimentó siete minutos de ingravidez sin ningún efecto secundario.

Un cuarto de hora después del lanzamiento, la cápsula de Ham cayó en el Océano Atlántico. Aunque la nave, a consecuencia del impacto, sufrió varias entradas de agua, Ham pudo ser rescatado a tiempo. Su única lesión, un golpe en los morros.

Sano y salvo de vuelta en la tierra, se le realizó a Ham un examen médico y físico que dictaminó una pronunciada fatiga aunque ningún problema médico. Con aparente buen humor, Ham posó feliz par la sesión fotográfica con los marineros del barco de rescate antes de disfrutar de su manzana.

Habiendo sido el vuelo todo un éxito, Ham se convirtió en una estrella a nivel internacional, apareciendo incluso en la portada de la revista Life. Con los datos obtenidos durante el vuelo de Ham, el astronauta de la Mercury Seven, Alan Shepard, realizó el mismo vuelo a bordo de la Freedom 7 cuatro meses más tarde.

Tras completar su misión, Ham vivió en el National Zoo de Washington, DC durante 17 años. Era una figura muy popular entre los visitantes, pero no entre sus semejantes. Al igual que muchas superestrellas humanas, a Ham le resultó dificil ajustarse a la vida privada. Posteriormente fue trasladado a un zoo en Carolina del Norte donde encontró a una hembra con la que compartió el resto de su vida.

Ham murió de forma natural el 19 de Enero de 1983 con una edad de 27 años, y fue enterrado en el césped que hay delante del International Space Hall of Fame de Alamogordo.