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  Venganza  (Taken)
  Dirigida por Pierre Morel
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Entrevista con el director Pierre Morel

P: Antes de iniciar el rodaje de Venganza, ¿qué enseñanzas tenía en mente de su debut como director, Distrito 13 (Banlieue 13)

R: Si hay algo que tienen en común ambas películas – aunque desarrolladas de formas radicalmente diferentes – es el ritmo de la acción. Banlieue 13 se basaba en la acción pura, que tenía que ser extremadamente eficaz. Aunque la narrativa de Venganza exigía un enfoque más sensible, las escenas de acción también tenían que resultar lo más eficaces posible, de modo que el público se sumerja y viva sin respiro la caza de Bryan.


P: ¿Y es en el plató o en la sala de edición donde se asegura de que la película mantenga el ritmo?

R: Aunque buena parte recae en la edición, el ritmo tiene que estar ahí cuando ruedas. Si no es así, no hay segunda oportunidad. Yo siempre les pido a los actores que mantengan un alto tempo y que sean lo más realistas posible. Y personalmente, yo estoy cargado a tope por la forma en que ruedo, así que creo que bastante de la energía de la película proviene de ahí. Si te tomas mucho tiempo en ciertas cosas, cuando te toca editar, resulta que hay mucho que cortar, y eso te hace perder el ritmo.


P: Venganza juega constantemente con los códigos del género, empezando por el personaje principal, donde Bryan es aún más vieja gloria que James Bond.

R: Desde luego, lo que resulta interesante del personaje es que tiene fragilidad, está fuera de lugar. A pesar de su pasado como agente del servicio secreto – algo que conocemos hacia el final de la película – no tiene claro cómo actuar como padre, y ese problema es especialmente importante para el desarrollo de la película. Bryan parece empezar fuera de forma, pero cuando se lanza, se convierte en una máquina de luchar. Pero nunca como James Bond. Él lucha con las capacidades de un hombre de su edad.


P: ¿Qué implicó ese aspecto para las escenas de acción?

R: Un montón de ensayos para Liam Neeson, porque quería que hiciese todo lo que pudiera realizar físicamente sin recurrir a dobles de acción. Por supuesto, no es él quien se lanza del puente o se lanza delante de los coches, pero sí efectuó todas las escenas de lucha tras dedicar muchas horas a ensayar cada rutina de movimientos. Fue físicamente muy exigente para él porque no quise acelerar la acción con la cámara, así que Liam tuvo que aprender a luchar de verdad.


P: Nos percatamos de su cambio de actitud durante la terrorífica escena de la tortura. ¿Hasta dónde quería llevar la misma?

R: Visualmente, la escena resulta muy violenta, pero acontece en un momento muy determinado de la cinta, justo después de que Bryan encuentra al mejor amigo de su hija, que ha muerto atiborrado de drogas. Eso le transforma. El lado oscuro se apodera de él, sus instintos paternales desplazan cualquier otra consideración o freno. Por todo ello quería que la escena resultante chocante, aunque sin sobrepasarse.


P: El secuestro del que Bryan es testigo al teléfono es el inicio de la acción. ¿Cómo se preparó para esa escena?

R: Empezamos en Los Ángeles filmando la reacción de Liam Neeson en un plano secuencia, como si estuviese escuchando situaciones en vivo. Maggie Grace vino al plató y pronunció sus frases hasta el grito cuando la secuestran, de pie junto a la cámara, lo que permitió a Liam reaccionar en tiempo real. Fue mágico. La sincronización que conseguimos me permitió mucha libertad en París. Pude adaptar la acción física del secuestro, pero necesitaba tener las emociones de Liam en una sola toma, y que él me dio en apenas dos tomas.


P: Liam Neeson es conocido por su compromiso y concentración. ¿Fue así su experiencia?

R: Liam está muy concentrado. Una vez vista la escena con él, no le gusta ser entorpecido por movimientos "mecánicos" – Liam trabaja con leves toques. Se mete en la zona con pocas tomas. No nos imaginábamos a nadie más para el papel. Liam es el actor perfecto para el personaje, con una presencia imponente – mide 1,95 metros – y al mismo tiempo su genuina sensibilidad. Cuando le ves, no te imaginas una máquina de pelear, pero presientes el potencial subyacente.


P: ¿Brilló la experiencia televisiva de Maggie Grace en su acercamiento a los largometrajes?

R: Maggie es una extraordinaria profesional. Su experiencia en TV implica que está acostumbrada a trabajar duro y rápido, clavándola a la primera. Sabe todo lo necesario de la interpretación y también cómo funcionan las cosas en el plató. Ya es una consumada veterana.


P: Y su experiencia como director de fotografía... ¿emerge cuando rueda?

R: Se lo tendrías que preguntar a Michel Abramowicz, el "otro" DF de la película. Por supuesto afecta de alguna forma, porque nunca puedo parar. Sigo operando la cámara cuando dirijo – no soy capaz de delegar esa parte del trabajo, es innato en mí. Pero si también hiciese de director de fotografía, sería ingobernable. Tenía una fe total en que Michel aportase su vasta experiencia, y hablamos largo y tendido sobre el look que quería lograr.


P: ¿Y era?

R: No quería que fuese estilizado, ni ofrecer una versión "cosmética" de París. Quería que París apareciese tal y como es. La idea era ser tan realista como fuese posible, para lograr algo así como un libro sin iluminar.


P: ¡Eso no ha tenido que ser fácil con tanta escena nocturna!

R: Fue muy complicado iluminar la película de una forma discreta. Utilizamos una cámara digital para muchas escenas nocturnas, que es más sensible, pero no siempre era posible. La persecución en la obra en construcción se rodó en 35 mm, por ejemplo, porque la cámara digital no se adapta bien a las condiciones extremas, y desde luego botábamos sin parar.


P: ¿Coincide en que la película Collateral, de Michael Mann, marcó el camino para el uso del cine digital para la noche?

R: Desde luego, su película elevó sin duda el nivel en la filmación de escenas urbanas nocturnas.


P: En Venganza, muestra aspectos opuestos de París – áreas muy conocidas y barrios más anónimos. ¿Qué es lo que buscaba al localizar?

R: Una especie de imagen de postal falsa de París, evitando los típicos clichés del personaje posando delante de la torre Eiffel o Trocadéro, pero asegurándome de que fuese muy obvio que la acción ocurría en París. Así que buscamos localizaciones típicamente parisinas, pero olvidando las lugares típicos para turistas. Al final terminamos filmando en los Campos Elíseos el día después de las elecciones presidenciales, con la mitad de las calles cortadas porque el nuevo presidente decidió pasearse por la avenida. Filmamos la escena rodeados por policías antidisturbios.


P: ¿Cuál es su enfoque para una parte obligatoria de toda película de acción, como la persecución, que nos recuerda a la espectacular persecución de THE BOURNE IDENTITY - EL CASO BOURNE?

R: Claro, todo el mundo recuerda la persecución entre tráfico en sentido contrario. Quisimos complicar las cosas algo más, rodando de noche y sin destrozar nada. En realidad, sí destrozamos bastantes cosas, pero no en cámara. En el sentido de que no se trata de desembarazarse de perseguidores, si no persiguiendo una barca, los choques no eran importantes. Es la velocidad y la habilidad lo que cuenta.


P: ¿Qué fue lo más difícil en la escena final de la barca?

R: La escena de combate final necesitaba muchas tomas porque tenía que ser extremadamente precisa, además de por motivos de seguridad. Para que la escena funcionase, necesitábamos ver explosiones muy peligrosas, cuchillos silbando y velocidad. Aunque las hojas no eran muy afiladas, requiere muchos ensayos para lograr la escena en un espacio tan reducido.


P: ¿Trabaja a partir de storyboards?

R: ¡Yo ruedo con storyboards... pero a los que nunca me ciño! Para mí, el storyboard es una herramienta, una base para debatir con los demás departamentos, pero no es más que una instantánea. En el plató, tienes que adaptarte a lo que tienes. Y la película no implicaba nada realmente complicado en postproducción – todas las explosiones las filmamos en vivo, por ejemplo – Eso me permitía permanecer muy flexible.



Entrevista con Liam Neeson

P: De una forma bastante original para ser un thriller, su personaje queda definido al principio por su amor a su hija, en lugar de su pasado como agente secreto. ¿Fue eso lo que le atrajo del papel de Bryan, que resulta más antihéroe que James Bond?

R: Sí, me gustó la idea de trabajar en un thriller que tuviera un buen ritmo y con alto valor a nivel emocional. Por encima de todo, vemos a Bryan como un padre que idolatra a su hija. Pero después, e incluso cuando nunca fue mi fantasía interpretar a James Bond, tenemos una buena dosis de disparos a malos de verdad y conducción como la de los pilotos de carreras. También deseaba trabajar en una película producida por Luc Besson, al que admiro mucho.


P: La mayoría de sus personajes a lo largo de su carrera poseen tanto una fuerte presencia física como gran humanidad. ¿Podríamos decir que es su sello?

R: No tengo una opinión a este respecto. Yo actúo con aquello que la naturaleza me ha dado, y para ser sincero, nunca he hablado con Pierre sobre por qué me eligió para el papel. Pero tiendo a sentir atracción por personajes que son genuinamente humanos, lo que significa que poseen una compleja gama de sentimientos, algo que también posee Bryan en esta película.


P: Ha trabajado con directores de primera, como Martin Scorsese, Steven Spielberg, George Lucas y Ridley Scott. ¿Le emocionaba especialmente trabajar con un director "más joven"?

R: ¡Puedes creerme cuando digo que Pierre Morel no es un novato! Lleva el cine en la sangre desde hace mucho y posee mucha experiencia, especialmente como director de fotografía. En especial me gustó la originalidad de Distrito 13 (Banlieue 13), que ya indicaba su capacidad para dirigir, un gran sentido del ritmo y la energía, y que fue vital en el plató de Venganza. También me gustó el hecho de que Pierre operase él mismo la cámara.


P: ¿Resultó emocionalmente difícil meterse en los zapatos de un padre de una chica secuestrada?

R: Como padre no puedes imaginar nada peor. Por supuesto, te preguntas cuál sería tu propia reacción en esa situación. Visualizas lo que les harías a los secuestradores, y pronto llegas a la conclusión de que harías cualquier cosa a tu alcance para salvar a tus hijos. Me pareció que era un territorio especialmente interesante, porque yo siempre he estado en contra de la violencia, y en particular contra el tipo de violencia que Bryan ejerce en la película. Pero se trata del caso de "ellos o yo" y Bryan lleva la situación a su conclusión lógica.


P: ¿Resulta creíble en su personaje que esté separado de una mujer tan bella como Famke Janssen?

R: ¡Realmente es una mujer muy bella, pero el guión se cuida en señalar que es ella quien me deja!


P: ¿Qué clase de preparación física requería la película?

R: ¡Muchísima! Yo me mantengo muy en forma, pero tuve que intensificar el nivel y la intensidad de mi entrenamiento. Las escenas de acción son especialmente complicadas. Hay que prestar mucha atención a cómo te mueves, tu postura corporal, y no apartar nunca los ojos de tu compañero de escena. Requiere mucha energía, aparte de las dificultades por la seguridad. Es un auténtico desafío cada vez.


P: ¿Y el combate cuerpo a cuerpo, resultó especialmente divertido?

R: Sí, te sale el niño que llevas dentro. Y en especial con tan buenos especialistas, porque la lucha se convierte en un baile que realizas con gran placer.


P: Es la primera vez que trabaja con un equipo francés. ¿Ha sido muy diferente a sus experiencias anteriores?

R: Un buen aspecto es la gran presencia femenina en el equipo. Soy muy sensible a la energía que hombres y mujeres combinan para crear en el plató, pero los equipos de rodaje británicos o americanos están casi siempre compuestos por hombres. También agradecí mucho el horario francés, que es muy civilizado. Entre los ensayos de las peleas y el rodaje de las escenas, mis días resultaban muy agotadores, pero teníamos toda la noche para recuperarnos. Por no mencionar el placer de la calidad de vida de París...