Spider está ambientada en el East End londinense durante los años 60 y 80.
Spider (Bradley Hall), un muchacho de mente frágil e inestable, "ve" cómo su padre asesina brutalmente a su madre y la reemplaza en casa por una prostituta, Ivonne (Miranda Richardson). Convencido de que él será el siguiente en ser asesinado, Spider concibe un plan tan demencial que sólo podrá acarrear la más terrible de las tragedias. Años más tarde, Spider (Ralph Fiennes) es dado de alta del manicomio y alojado en un hospicio de tránsito entre el centro de salud mental y la libertad. Allí es básicamente ignorado por la gobernanta, la señora Wilkinson (Lynn Redgrave). Sin nadie que le vigile ni le atienda, Spider deja de tomar su medicación y los fantasmas de su infancia empiezan a visitarle. Sus intentos por mantener la ilusión de un pasado ficticio resultan vanos, y los muros que su mente levantó para protegerle de lo que realmente ocurrió tiempo atrás, empiezan a resquebrajarse. Spider descenderá entonces por el tobogán de la más descarnada de las locuras.