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  Robocop  Dirigida por Jose Padilha
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Protagonizada por Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Jackie Earle Haley, Michael K. Williams, Jennifer Ehle, Jay Baruchel, Marianne Jean-Baptiste, y Samuel L. Jackson. Dirigida por José Padilha. Escrita por Joshua Zetumer y Edward Neumeier & Michael Miner. Producida por Marc Abraham y Eric Newman. Los productores ejecutivos son Bill Carraro y Roger Birnbaum. El director de fotografía es Lula Carvalho. El director de producción es Martin Whist. Editado por Daniel Rezende y Peter McNulty. La diseñadora de vestuario es April Ferry. El supervisor de efectos visuales es James E. Price. La música es de Pedro Bromfman. Los créditos no son definitivos.

Hombre y máquina se dan la mano en RoboCop, una nueva visión dirigida por José Padilha del clásico de culto de los años 80. En el filme, El policía Alex Murphy se convierte en el producto estrella de OmniCorp, la empresa líder de defensa robótica en el mundo. En la ciudad de Detroit, devastada por la delincuencia, OmniCorp identifica la forma de introducir el policía perfecto– un robot que pueda limpiar las calles de la ciudad sin arriesgar las vidas de los policías. El problema es que la idea de que un robot apriete el gatillo pone nervioso a más de uno. Por ello, alcanzan un acuerdo: cuando el agente Murphy sufre una herida mortal, se despierta en el hospital y es más robot que hombre, pero eso sí, es puro policía.

Para OmniCorp, Murphy representa una gran oportunidad. "Es un producto que ellos quieren vender", explica Padilha. "Es un prototipo. Lo han desarrollado como quien desarrolla un nuevo refresco. Intentan dar con el diseño ideal de un nuevo robot para vendérselo a las comisarías. Potencialmente, estaríamos hablando de miles de millones de dólares que se embolsaría la empresa y están motivados a conseguir esa pasta a toda costa, aunque no sea de la forma más ética. Pero hay un detalle que han obviado – dentro del producto, hay un hombre; no es un mero traje, es un ser humano. Montan esta invención pensando que podrán controlarla, pero eligieron al hombre equivocado. Eligieron a alguien demasiado bueno, un tío dispuesto a usar sus nuevos poderes a favor de la justicia".

"La idea de OmniCorp es que necesitan un hombre dentro de la máquina, un hombre que tome las decisiones para que la corporación no quede como responsable si algo sale mal" explica Joel Kinnaman, estrella de la serie de televisión "The Killing", quien interpreta a Murphy. "Mantienen intactas sus emociones en contextos sociales pero a la hora de enfrentar una amenaza o cuando se comete un crimen, el ordenador toma el control. Cuando descubren que sus emociones hacen vulnerable el sistema, las desconectan por completo. Pero cuando Alex se reencuentra con su familia, sus emociones vuelven a aflorar y a controlar el sistema informático. Comienza a tomar sus propias decisiones nuevamente".

Asegura Kinnaman que le gustó la idea de interpretar a Alex Murphy tras reunirse con José Padilha. "José me contó su visión – las ideas filosóficas y políticas que podría transmitir con el concepto de RoboCop", explica Kinnaman. "Puedes utilizar ese concepto para comentar muchas cosas interesantes. Explicó que quería hacer una película de acción divertida que discutiera dilemas filosóficos a los que tendremos que hacer frente próximamente. Y quise formar parte de eso".

"En los años 80, la idea de un hombre mitad humano mitad máquina sólo podría ocurrir en el futuro. Pero en realidad está ocurriendo en el presente", afirma Padilha. "Desde miembros protésicos a máquinas teledirigidas a automóviles que se conducen solos, esta idea se está convirtiendo cada vez más en parte de nuestras vidas. Y está suscitando muchas dudas legales y éticas que tenemos que responder. Alex Murphy personifica todas esas preguntas: ¿qué pasa cuando introduces al hombre en una máquina?"

Padilha asegura que su participación en el filme ocurrió de casualidad por designios del destino: "Tenía una reunión en MGM, estábamos hablando de películas que me gustaría hacer. Tenían un poster del RoboCop original y dije, pues, mira, esa es una película que me hubiera gustado hacer. Es brillante, un clásico, un icono. Les di mi perspectiva y dijeron, „pues hagámosla.. Fue una afortunada coincidencia– un estudio que tenía el material adecuado, un fan, y un poster".

Los productores del filme, Marc Abraham y Eric Newman, dicen que Padilha era la opción perfecta para dirigir esta nueva visión de RoboCop. "El estudio realmente se arriesgó", dice Abraham. "Acudieron a un realizador que había hecho documentales brillantes y dos películas, Elite Squad y Elite Squad 2, que fueron enormemente exitosas, especialmente en Brasil – Elite Squad ganó el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. Estaban entusiasmados de poder contratar a un realizador original para hacer una película original".

"Las películas de José exhiben una cualidad frenética", asegura Newman. "Sales del cine pensando „Eso ha molado.. Pero a la vez, inyecta vida en la película con su propio punto de vista". Añade Newman que RoboCop proporciono el marco idóneo para ello. "RoboCop sigue siendo tan relevante ahora que cuando se estrenó", continua. "José quería hacer una película exitosa en dos niveles– tenía que rebosar acción y dejarte sin aliento con cosas jamás vistas hasta el momento – pero la temática también tenía que ser relevante, tenía que comentar el mundo en el que vivimos".

"Es divertido ir al cine, pasártelo en grande y pensar, aquí hay algo", explica el realizador. Mediante su admiración de RoboCop, Padilha encontró la forma de representar esa historia en la pantalla de una forma novedosa y muy actual. "Actualmente los temas de la películas son aun más candentes", confiesa el director. "Nos adentramos a un mundo donde las guerras serán automatizadas. Veremos robots sustituyendo a soldados y policías. Ahora comenzamos un intenso debate sobre los robots de uso militar, los cuales no son automatizados – hay un ser humano que observa desde un lugar remoto y decide cuándo apretar el gatillo. Pero, ¿qué ocurre cuando un programa informático o un algoritmo toma esa decisión? Todo lo que sale en la película será real en muy poco tiempo, y tendremos que discutir estos temas y decidir si está bien o no. Es fascinante tener la oportunidad de dirigir este proyecto tantos años después tras conocer todo lo que ha ocurrido en el terreno tecnológico, e intentar recrearlo en nuestros tiempos actuales, pero a la vez, mantener vivo ese debate filosófico que representa el personaje original".

Los temas no son simplemente éticos o morales, sino prácticos. "Digamos que compras un coche que se auto-conduce y el vehículo pierde el control y atropella a un peatón. ¿De quién es la culpa? ¿A quién demandarían? ¿A ti, o a la empresa que hizo el coche?" pregunta Padilha. "Bueno, ¿y si un policía comete un error y mata a alguien? Hoy, el responsable es el propio policía no el cuerpo en sí. Pero, ¿y si ese poli es un robot? Todas estas preguntas que surgen de la tecnología se pueden discutir en
RoboCop"
.

Y no es un asunto meramente político – para Alex Murphy este tema es muy personal. "En la película la gente tiene que creerse que la máquina sabe lo que es sentirse humano, por ello dejan intacto el cerebro de Alex. Es capaz de sentir todas las emociones. Tiene todos sus recuerdos. Dispone de capacidades cognitivas. Sin embargo, no puede abrazar a su hijo ni acostarse con su mujer", explica Padilha. "Es una pesadilla ser Robocop. La película trata sobre el drama de este hombre haciendo frente a una pregunta existencial– ¿cómo salgo adelante en estas condiciones? ¿Alex es una máquina o un ser humano?".

El filme tiene su ramalazo existencial pero también es bastante alucinante. Para los realizadores, coquetear con la tecnología robot era como adentrarse en un parque infantil. "A nosotros nos emocionó mucho crear los robots, como realizadores, y como fans también", recuerda el productor Eric Newman. "Nos lo pasamos como enanos. Trabajamos con la denominada ED-209, una máquina de matar híper agresiva. También, el EM-208, el perfecto soldado de tamaño humanoide".

El director de producción Martin Whist, quien diseñó las diferentes versiones de RoboCop al igual que los citados ED-209 y EM-208, dice que al dejar volar su imaginación, la realidad les daba la razón. "Comprobamos que para cada idea que se nos ocurrió que pudiera hacer RoboCop resulta que alguien ya lo está investigando ahora, en la vida real", asegura. "Por ejemplo, ahora mismo hay gente en un laboratorio con sensores conectados a sus cerebros para permitirles mover una mano robótica con sus pensamientos. Se nos ocurrió emplear una pistola paralizante muy fuerte – y resulta que ya está en fase de desarrollo. Todo lo que aparece en la película está basado en la realidad".

"Era esencial que la película tuviera los pies en la tierra – tenía que ser auténtica y creíble", explica Newman. "Una de las mayores ventajas de José es que ha recibido formación como físico, por lo que su detector de tonterías es muy sensible. Él cuestionó la veracidad científica absolutamente de todo, y como resultado, la película desprende legitimidad".

El propio RoboCop luce dos trajes totalmente diferentes y diferenciados. "El primero era un guiño a la película y el diseño originales", explica Whist. "Quise mantener la paleta de colores del diseño original; la sensación generalizada es plateada, pero– al igual que ocurre en la primera entrega– empleamos una técnica que incorpora múltiples colores: como azul oscuro y magenta. Es un poco menos sofisticado que el segundo traje, más cuadrado, menos ágil, y eso lo hicimos intencionalmente para mostrar la evolución de un RoboCop al siguiente".

En el RoboCop original los realizadores emplearon animación fotograma a fotograma para el ED-209. En la nueva entrega, los realizadores se decantaron evidentemente por los efectos visuales. "Ese momento en el que ves el ED-209 en la película original es realmente memorable – pero, debido a la clase de animación que emplearon, el movimiento de la cámara y la composición de los planos eran muy limitados", asegura el supervisor de efectos visuales James E. Price. "Ahora que somos capaces de emplear herramientas modernas tenemos más flexibilidad. Realmente somos capaces de integrar movimiento sofisticado y construcciones diferentes en esas escenas. Y esta forma de trabajar encaja perfectamente con el estilo de José – es muy activo y la cámara se mueve mucho, él vive el momento. No tuvimos que amarrar la cámara, la dejamos volar y así los efectos visuales se adaptaron a su forma de rodar".


Sobre los personajes
Se suma a Joel Kinnaman, quien interpreta a Alex Murphy, un reparto estelar en el que figuran Gary Oldman como el Dr. Dennett Norton, director de la Fundación Omni y creador de RoboCop; Michael Keaton como Raymond Sellars, el Director Ejecutivo de OmniCorp; Abbie Cornish como Clara Murphy, la esposa de Alex; Jackie Earle Haley
como Mattox, quien entrena a Murphy tras la transformación de éste; Michael K. Williams como el compañero de Alex Murphy, El agente Jack Lewis; Jennifer Ehle como Liz Kline, La asesora legal de OmniCorp; Jay Baruchel como Tom Pope, director de marketing de OmniCorp; Marianne Jean-Baptiste como la Jefa de Policía de Detroit Karen Dean; y Samuel L. Jackson como Pat Novak, el comentarista televisivo.

Kinnaman asegura que le entusiasmó la idea de trabajar con Padilha. "Estamos hablando de un futuro plausible, pero que aun no existe", dice el actor. "Él hace que sea muy creíble, ni demasiado extravagante ni muy exagerado. Poco nos queda para alcanzar la realidad de esta película – tenemos miembros biónicos, están probando corazones artificiales. Sigue siendo ciencia ficción, pero es un salto realista al futuro".

A Kinnaman le interesó especialmente explorar la forma en la que Murphy recupera su humanidad cuando se la arrancan de cuajo. "Cuando avanzamos en la película se supone que Alex no debe sentir emociones – Norton ha reducido su nivel de dopamina a cero. Pero algo le impulsa - comienza a buscar entre las imágenes de video que le han metido en su cerebro. Tiene acceso a todas las cámaras de televisión por circuito cerrado de toda la ciudad con imágenes de los últimos 20 años, y comienza a buscar imágenes de su hijo, su mujer y de sí mismo, para recordar quién es. Y al hacerlo, las emociones vuelven. Retrocede y recrea cuando intentaron asesinarle e investiga su propia muerte. Gracias a estos componentes comienza a cobrar vida - le devuelven su humanidad. Su familia es la llave con la cual comienza a recuperar su humanidad".

Explica Kinnaman que, como a muchos actores, el vestuario le ayudó a interpretar el personaje – incluso cuando el vestuario en sí supuso un reto aun mayor del que se había enfrentado hasta el momento. "El traje pesa unos 20 kilos. Era muy incómodo, y siempre fallaba la temperatura, o bien me daba calor o pasaba frío. Pero eso me ayudó. Por muy incómoda que fuera la experiencia, me di cuenta de que todo ello era poco comparado con lo que sentiría Alex Murphy. Puede que yo me sintiera inseguro y desnudo - porque, por extraño que parezca, no llevas ropa bajo el traje - pero seguro que Alex hubiera sentido eso multiplicado por 100. Esa extraña sensación le ayudó a mi personaje".

A pesar de la incomodidad física del traje, Kinnaman buscó la forma de expresar la tecnología puntera en robótica que representa RoboCop mediante los movimientos de su personaje. Atrás quedan los días pesados y movimientos bruscos de la robótica. "Ahora hacen robots humanoides con mucho realismo – por ejemplo, en Japón tienen robots enfermeros que con gestos muy suaves, acurrucan a personas mayores", apunta Kinnaman. "La inspiración para el movimiento de RoboCop es que fuera súper humano: todo fluiría al igual que en el cuerpo humano. Camina perfectamente, con fluidez". Aun así no pudieron resistir hacer un pequeño guiño al pasado. "También quisimos rendir homenaje a la forma en la que se mueve Peter Weller – por ejemplo, al caminar giraba la cabeza primero y a continuación los hombros".

Kinnaman llevó a cabo una intensa labor de investigación antes de asumir su papel. "Alex Murphy es un agente especial de mucha experiencia - es un veterano y un experto. Por eso quería hacerlo todo con mucha precisión", asegura el actor. "Tuve que aprender a llevar un arma como nunca antes. Debido a proyectos anteriores, había trabajado con las fuerzas armadas suecas, así que volví a ellos con los que estuve unas dos semanas. También trabajé con el tío Scottie, un poli que trabajó 25 años en Los Ángeles y 10 en las fuerzas especiales SWAT".

La relación clave es, en muchos sentidos, la que llevan Alex Murphy y el Dr. Norton, el científico que crea a RoboCop. "La relación entre Alex y el Dr. Norton es muy complicada – de alguna forma se asemeja a la relación entre el Dr. Frankenstein y el monstruo", explica Kinnaman. "Hay confianza – se pierde – y se vuelve a recuperar. También se convierte casi en una extraña relación padre -hijo".

"Su relación es complicada – a veces son como padre e hijo", explica el actor nominado al Oscar® Gary Oldman, quien encarna a Norton. "Alex es un experimento con el que Norton se implica emocionalmente. Y para alguien tan obsesivo como Norton, él es un reto que no puede dejar pasar. Cada padre experimenta ese momento en el que le falla a su hijo y eso es lo que le pasa a Alex con Norton".

"Norton es un ingeniero biónico – científico, un neurocirujano que toma esteroides", dice Oldman. "Es muy listo, muy inteligente – casi demasiado inteligente para su propio bien. Está diseñando tecnología para personas amputadas y veteranos - les brinda una segunda oportunidad, una nueva vida".

Pero su trabajo toma un giro inesperado con la llegada de su mayor reto – Alex Murphy. "Está sometido a mucha presión para llevar a RoboCop a las calles – incluso sabiendo que puede que no esté listo para eso", dice Oldman. "Norton está en un verdadero aprieto. Tiene que ir contra todo lo que cree como médico – y precisamente ahí comienzan todos los problemas éticos y morales".

Al igual que a Kinnaman, Oldman se decidió a participar en el proyecto cuando escuchó la visión que tenía Padilha para RoboCop. "El trabajo de José es tanto original como subversivo", dice Oldman. "A todos los efectos, es un realizador independiente que llega a la cultura popular – que pincha y corta de aquí y allí y además lo hace de forma inteligente".

Michael Keaton interpreta a Raymond Sellars, el CEO de OmniCorp. Afirma Padilha que aunque Sellars es presumiblemente el villano de la película, quiso interpretar a un personaje plenamente humano – uno que casi tiene la razón. "Hay muchas razones para elegir robots en contextos como el bélico, o para hacer cumplir el derecho: los robots no se pueden corromper, no se cansan, no tienen prejuicios, no son racistas", explica el actor. "Sellars presenta ese argumento con lucidez. No es el malo al que estamos acostumbrados – se equivoca, pero con total lógica".

"Raymond Sellars quiere aportar su granito de arena para cambiar el mundo", apunta Keaton, "por ello se convierte en el eje de esta conversación – la cuestión: ¿está bien o mal esta tecnología? ¿es moral o inmoral? Es un hombre brillante con una ambición extraordinaria, un futurista amateur pero también eminentemente práctico. Él es quien manipula a Norton, pero no porque sea malvado o un mentiroso – sino porque tiene sus metas, y le dice a Norton exactamente lo que quiere y cómo quiere que lo haga. Está plenamente convencido de que lleva la razón".

A la hora de encarnar el personaje, Keaton acudió a las fuentes más exclusivas para entender el contexto de esta tecnología tan puntera. "Aprendí muchísimo, porque tenía que conocer el mundo de Sellars para poder ser sincero en la pantalla", explica Keaton. "Hablé con algunos expertos en robótica en el MIT y con un amigo mío que había escrito un libro sobre el tema – una persona a la que conocí hace 20 años. Es extraordinario comprobar lo que está avanzando la robótica y cómo será nuestra vida en el futuro. Hablé con un alpinista que perdió las piernas hace años por congelación por haberse perdido durante un ventisquero. Bueno, pues el tío sigue escalando y él participó en el desarrollo de la tecnología que le permite hacerlo. Existe una tecnología en la que el cerebro le envía un mensaje a un nervio y ese nervio reacciona como si la pierna protésica fuera real; hablé con un veterano que también tiene una de estas prótesis y dice que es parte de él. José está muy metido en este tema - en áreas en las que hay más preguntas que respuestas".

El papel de Clara, la esposa de Alex, lo interpreta Abbie Cornish. "Clara es una mujer con los pies en la tierra, fuerte, e inteligente - una buena esposa y madre", explica Cornish. "Su familia representa una feliz familia de clase media y obrera, cuyas vidas son destrozadas por los eventos que suceden en el filme. Sin embargo, el lazo entre los Murphy sigue intacto, y es el que le aporta un punto muy humano y emotivo a la evolución de Alex tras convertirse en RoboCop".

Cornish asegura que a Clara le presentan una decisión muy dura. "Sellars y Norton están buscando el candidato más idóneo para superar con éxito la transformación a RoboCop, y cuando seleccionan a Alex, es Clara quien deberá tomar la decisión final y firmar los papeles", explica la actriz. "¿Cómo tomas una decisión así? Imagina que te dicen que sin esa operación tu marido morirá pero que si sigue adelante él cambiará por completo, ¿qué harías en su lugar?".

Jackie Earle Haley, un actor nominado al Oscar® por su papel en Little Children, asume el papel de Mattox, un ex militar que trabaja ahora para OmniCorp, cuya responsabilidad es asegurarse que toda la tecnología robótica supera las necesarias exigencias militares – y eso incluye a RoboCop. "Su carrera ha sido militar, pero ahora está en un sector privatizado trabajando para OmniCorp", explica Haley. "Sin duda es un hombre convencional pero también un poco cínico, tiene agallas. Le encantan sus robots – y de hecho, a su modo de ver los robots minimizan el riesgo. Sabe exactamente qué van a hacer los robots. Por eso le molesta RoboCop – piensa que si introduces algo orgánico en el sistema, aumenta la incertidumbre y el riesgo".

Haley afirma que de alguna manera lleva muchos años preparándose para este papel. "Me mudé a Texas hace unos 13 años. En todo este tiempo he ido con un colega a disparar diferentes clases de armas", explica Haley. "Lo hacemos por diversión - cazamos un poco - pero lo principal es poder llevar esos conocimientos a la práctica en mi trabajo. Cuando llegué al set de RoboCop, pude hacer preguntas acerca de las armas específicas que iba a disparar y en qué se parecían a las armas que había utilizado. Esos conocimientos resultan muy útiles".

Michael K. Williams, quien encarnó el memorable personaje de Omar Little en la serie de HBO "The Wire - Bajo escucha", se une al reparto de RoboCop como el compañero de Murphy, Jack Lewis. Williams manifiesta sentirse muy emocionado al ser parte del reparto - y que actuar frente a Kinnaman fue una experiencia inusual. El papel de Williams estaba repartido en dos: primero, rodó las escenas con Kinnaman antes de la transformación de Murphy en RoboCop; a continuación, poco tiempo después, Williams se reincorporó a la producción para rodar sus escenas con un Kinnaman que llevaba el traje de RoboCop. "Una noche, al final de la jornada, me di cuenta que sería la última vez que vería a Joel como Joel – como ser humano. Y le lancé un puñetazo y un hasta luego. Y efectivamente, la próxima vez que lo vi era RoboCop. Le lancé otro puño, le alcancé en el hombro y ¡casi me rompo la mano!"

La dos veces ganadora del Tony, Jennifer Ehle, quien coprotagonizó recientemente la aclamada La noche más oscura con Jessica Chastain interpreta a Liz Kline, la abogada corporativa de OmniCorp. Apunta que en una historia en la que tiene tanto peso las decisiones éticas y morales que tomaremos en el futuro, la visión del mundo de su personaje no dista mucho del nuestro en el presente. Dice, "Liz Kline se mueve en un mundo altamente tecnológico pero su día a día laboral se parece mucho a lo que hace un abogado actualmente. Eso es interesante – todos están probando los límites y creando nuevos mundos y ella está simplemente rodeada del derecho, en el que todo es blanco o negro".

Jay Baruchel interpreta a Tom Pope, el superficial director de marketing de OmniCorp –un hombre que concibe RoboCop como un producto de consumo tanto como una herramienta para hacer cumplir la ley y proteger la población de Detroit. "Pope es un lobo de marketing, tan listo que le perjudica", dice Baruchel.

Para Baruchel y para los realizadores era importante que los espectadores comprendieran inmediatamente cómo es el personaje – y gran parte de esa información la aporta el vestuario del actor. "La diseñadora de vestuario, April Ferry, decidió que fuera un fanático de las firmas", explica Baruchel. "Por eso yo llevo su vestuario preferido de la película. Cada día iba a la última y hecho un pincel – llevaba ropa que no se me ocurriría llevar jamás, ¡antes muerto! Pero sé que queda bien y me alegra que por fin mi madre me vea trajeado".

Marianne Jean-Baptiste encarna el papel de Karen Dean, la jefa de policía de Detroit. "Es una chica con las cosas claras y muy decidida", dice la actriz nominada al Oscar®. "Ha ascendido puestos con su propio esfuerzo. Ejerce mucho poder – y le gusta. Pero creo que es justa con su equipo y la respetan".

El actor nominado al Oscar® Samuel L. Jackson completa el reparto como Pat Novak, un comentarista político. "¡Sam Jackson describió su personaje como Rush Sharpton!" sonríe Kinnaman. "Es muy obstinado, muy pro-robótica y pro-OmniCorp".

"Conseguimos a Samuel L. Jackson, que es un pedazo de actor – tiene tanta presencia y carisma – pero lo que me sorprendió es su gran preparación", explica Padilha. "Le entregamos una retahíla de monólogos largos, con mucho texto, y él los bordó, en una sola toma, sin error alguno".


Sobre el diseño
Para lograr el look futurista de RoboCop, los realizadores acudieron al director de producción Martin Whist. Aunque el día a día de un director de producción es la configuración de los platós – y sin duda Whist fue el responsable de los mismos – también diseñó otros aspectos del filme, tales como los trajes de RoboCop, las bicis y los coches, las armas, los robots de efectos visuales: el ED-209 y el EM-208. "Es la primera vez que he diseñado elementos cuya animación transcurriría en el terreno de los efectos visuales", explica el director. "Hice frente a muchos y nuevos retos que me atraparon desde el principio y me lo pasé en grande – diseñando desde coches a bicis pasando por trajes y armas. ¡Todo eso sumado a los sets!"

Whist asegura que es gracias a la experiencia de su equipo que pudo abarcar tanto trabajo en RoboCop. "Claro, porque, nos complementamos. Conté con gente extraordinaria y diseñadores asombrosos que trabajaron en diferentes aspectos: algunos trabajaron en las armas, dos tíos trabajaron en los robots", explica. "Eso me permitió diseñar como supervisor– calibrando, ajustado detalles, más que haciéndolo yo todo. Los expertos se pusieron a trabajar y nosotros aprovechamos sus ideas y talento. Nosotros guiábamos, editábamos".

A la hora de diseñar los trajes de RoboCop asegura Whist que el segundo – el negro – acaparó más atención por parte de los diseñadores. "El segundo traje es negro, visualmente más estilizado, diseñado, meditado, y un poco más elegante y agresivo".

Para construir los trajes físicos de RoboCop, Whist colaboró con un equipo en Legacy Effects, una de las fuentes más solicitadas de Hollywood para crear visiones que se convierten en realidad como es el caso de los creadores del traje de Iron Man y otros notables encargos con efectos.

RoboCop dispone de dos armas principales: una potente arma paralizante que le sale del muslo (otro guiño más a la entrega original) y un arma que desenfunda del antebrazo. Explica Whist que para él era importante mantener cierta verisimilitud, aunque evidentemente se mueve en el terreno de la ciencia ficción. "Cuando diseñamos la pistola paralizante, quise comprender realmente cómo se extraía y operaba, cómo encajaría, y cómo se traduciría en una pistola de verdad en su mano. Queríamos que diera sensación de realidad, que tuviera una lógica. El tamaño tenía que ser el adecuado – después de todo tenía que caber en la pierna. Y entonces tuvimos que pensar cómo desplegar el arma de una forma guay que fuera práctico para él".

A la hora de diseñar una pistola paralizante futurista, Whist buscó un diseño que no requiriese una cuerda. "Las pistolas paralizantes disparan perdigones. Son pequeños discos lisos. Al disparar, los discos se extienden y les salen pequeñas aletas al atravesar el aire. Cuando impacta el perdigón, se comprime y esa compresión hace que salga una especie de escarpia. En realidad es una batería muy avanzada que le da una descarga eléctrica a la víctima. Fue muy divertido descubrir cómo funciona este chisme".

La segunda gran arma de RoboCop es una pistola más tradicional extraíble a la altura del antebrazo. "Se abre la placa que le cubre el brazo y sale la pistola – tiene un especie de soporte que se ajusta al antebrazo, cerca del codo, y después la pistola la lleva en la mano – la idea es que el culetazo no le ponga toda esa presión sobre la muñeca. Cuando diseño cosas así procuro ser lo más práctico posible aunque el chisme en sí no sea nada práctico. Quiero que encaje en el mundo real – aunque la idea en sí de una pistola paralizante que se extrae de la pierna de un robot sea una idea descabellada, debe tener su lógica".

Whist también diseñó dos robots en el filme –el ED-209 y el EM-208. "En el caso del 209, quisimos también rendir homenaje al original", explica Whist. "Guarda relación porque es bípedo, tiene una cabeza grande, y lleva artillería pesada. Pero además, quisimos actualizarlo – es más ágil y avanzado, más diestro, lleva pistolas más pesadas que además tienen mayor alcance".

El EM-208 es un robot nuevo que se estrena en esta película. "Si el 209 se asemeja a un tanque – de los que avanzan arrasando con todo o salen hechos mil pedazos – el 208 es más ligero y rápido", explica. "Los llamo los soldados de a pie. Son los que entran en los recovecos".

Whist trabajó codo con codo con el equipo de efectos visuales para coordinar el diseño de los robots. "Diseñé el 209 como una imagen estática", explica. "Una vez que comenzamos con la animación y el movimiento, tuvimos que modificar el diseño. Aunque es un efecto visual, hay que respetar la física del mundo real para que el movimiento sea el adecuado; por ejemplo, la articulación de la pierna la tienes que colocar en un punto determinado para que pueda levantar la pierna o girar la pistola".

Whist diseñó los vehículos que aparecen en el filme y también aquí le hicieron un guiño a la entrega original ya que los coches de policía están basados en el nuevo modelo del Ford Taurus – al igual que el Taurus de primera generación había tenido un papel estelar en la película original. "Por suerte, ¡el último modelo del Taurus es alucinante!" sonríe Whist. "He quedado muy satisfecho con los coches patrulla, salieron genial".

Whist optó por un giro muy diferente para la motocicleta de RoboCop. Basada en una Kawasaki 1000, a continuación el equipo de diseño llevó a cabo modificaciones importantes. "Modificamos la estructura, ampliando la distancia entre ejes. Es más larga que una moto normal porque quería que RoboCop se inclinara hacia delante cuando estuviera en modo ataque y como él es tan grande una moto normal se veía muy pequeña. A continuación, blindamos toda la moto, algo parecido a lo que hicimos con el traje. Se funde con la moto cuando va sobre ella – se convierten en una unidad. Y finalmente, modificamos las luces y los gráficos, evidentemente".

Claro que, Whist también se ocupó de los platós – entre ellos el laboratorio del Dr. Norton. "Quería que ese espacio fuera esterilizado y lineal", dice Whist. "Incluimos una referencia sutil a Francis Bacon, quien también se interesó por el tema del hombre y la psiquis atrapados por las construcciones sociales; en el despacho de Sellars por ejemplo, vemos un tríptico de representaciones de Bacon a su espalda. Es una metáfora muy clara de la historia de RoboCop, por ello también fue nuestro punto de partida. En cuanto al diseño del laboratorio, es un espacio casi cuadrado de ángulos de 90 grados, extremadamente esterilizado, todo en un blanco brillante y reflectante. Las paredes tienen armarios extraíbles y la mecánica está integrada en las paredes y suelos. Hay grifos para mangueras y la maquinaria está integrada en las paredes, el techo y el suelo. Y en el centro aparece el contraste – una camilla muy orgánica, curva, para montar al mismísimo RoboCop. Ese es el centro neurálgico, el lugar donde carga, descarga, centrifuga la sangre – es su base de conexión".


Sobre los efectos visuales
Para los efectos visuales de la película los realizadores acudieron al supervisor de efectos visuales James E. Price, quien asegura que las tareas pendientes de RoboCop se podían asignar en tres categorías: 1) los robots – mayormente el EM-208, el ED-209, y el propio RoboCop; 2) la futurización del entorno; y 3) los gráficos y el aspecto visual, incluyendo el punto de vista de RoboCop.

El diseño de los robots comenzó en el departamento de arte, pero pronto los artistas iniciaron una estrecha colaboración con el equipo de efectos visuales que añadiría la animación a sus diseños. "La meta para el 209 era que pareciera lo más real posible - como si fuera realmente pesado, un robot intimidante", explica Price. "El diseño es único ya que una rodilla está al revés y la cabeza es grande y pesada por lo que el reto era brindarle un movimiento que fuera interesante y mecánico y que no fuera contrario a las leyes de la física – que pudiera mantener su equilibrio y caminar adecuadamente y ser amenazante sin llegar a ser ridículo".

Para el 208 – los "soldados de a pie" de Whist – Price asegura que los retos cobraron otra dimensión. "El 208 tiene un diseño humanoide, por lo que queríamos que su movimiento reflejara sus articulaciones humanoides. Pero no podían ser demasiado humanos; tenían que mantener esa calidad mecánica en su forma de andar y de moverse. Para nosotros, el quid de la cuestión era la precisión y la velocidad. Cuando una persona está apuntando con el dedo hacia una dirección y se gira, es probable que su dedo y su mano se muevan un poco tras realizar el giro para compensar el peso del brazo durante el giro. Pero un robot no – tiene un control muy preciso sobre sus articulaciones. Comenzamos haciendo captura de movimiento con seres humanos y cada vez íbamos eliminado el rebasamiento, el movimiento brusco, el impulso propio del movimiento humano".

Para el propio RoboCop, todas estas consideraciones y más se dieron cita. "Echamos mano de un amplio abanico de técnicas para que nuestro RoboCop cobrara vida", continua Price. "Comenzamos con un actor que se vestía de traje – o bien Joel o bien un especialista. En algunos casos sustituimos partes del traje – por ejemplo, manteníamos sólo la cabeza y el rostro de Joel y sustituíamos el resto del cuerpo para un movimiento especialmente complejo. Y si RoboCop tenía que ejecutar una acción que un ser humano fuera incapaz de realizar – como moverse a mayor velocidad o saltar a mayor distancia – pasábamos directamente a una versión cien por cien digital de RoboCop. A la hora de pasar a la animación de RoboCop en esas situaciones basábamos la misma en los movimientos de Joel y luego añadíamos una dosis más de potencia, agilidad, o flexibilidad que sólo un robot puede aportar".

En cuanto a la futurización, era importante plantearlo con sutilidad y sin pasarse. "En la calle ves coches que tienen entre uno y veinte años de antigüedad. Lo mismo ocurre con los edificios – de hecho verás edificios aquí en EE.UU. que tienen entre 50 y 100 años", apunta Price. "No quisimos forzar las cosas – optamos por crear una evolución sutil a partir de nuestro momento actual".

El principal reto de la futurización al que se enfrentó el equipo era cómo cambiar el perfil urbano de Detroit. "Añadimos la destacada sede de OmniCorp", apunta Price. "La mitad superior del edificio, el rascacielos, lo diseñó el departamento de arte; la mitad inferior se basó en el centro de convenciones de Vancouver, que precisamente es el exterior donde rodamos una parte de la escena final. Para las tomas del rascacielos me trasladé a Detroit y rodé planos aéreos del actual perfil urbano de la ciudad. Elegimos un lugar donde estaría el edificio – al sur del centro Renaissance, el clásico edificio con el logo de GM. Justo al sur de esa zona hay un parque y espacio abierto y ahí tomamos algunas fotos fijas para hacer una panorámica. Echamos mano de la cámara giroestabilizada y rodamos una vista de 360 grados de Detroit desde dos altitudes ligeramente diferentes – una que representaría el despacho de Sellars, y otro ligeramente más elevado que representaría el tejado, donde está ubicado el helipuerto. En postproducción utilizamos esas fotos fijas para crear una gran visión panorámica en movimiento".

Y finalmente, el resultado es que la vista de Detroit vista desde el ventanal de Sellars y desde el tejado es exactamente la que se vería si un edificio realmente se construyera allí.

Los elementos finales eran los gráficos y las visualizaciones – una parte clave de la representación del punto de vista de RoboCop. "Su perspectiva le transmite mucha información al espectador – sobre el estado de RoboCop, sobre cómo gestiona su entorno, como evalúa las cosas".

Para ello los realizadores decidieron cómo se rodaría el punto de vista de RoboCop. "Trabajamos con una grúa especial para la cámara que el departamento bautizó la Robo-visión. Es una grúa inteligente– la cabeza estaba estable y montada sobre una Steadicam. Te permitía un movimiento muy fluido, muy Steadicam – un plano que los espectadores tradicionalmente asociarían con un plano que muestra el punto de vista del actor en cuestión – pero gracias a la cabeza teledirigida, nos aportó la precisión en los giros y movimientos horizontales que buscábamos, para poder así aportarle una sensación robótica. Cuando miras a través de la mirada de RoboCop, resulta que caminas parecido a como lo haría un ser humano, pero tu atención es capaz de centrarse en algo y después cambiar con mucha precisión a otra cosa. Además de todo ello, añadimos muchos gráficos, texto, y lecturas que muestran cómo RoboCop analiza las cosas que está observando".

Price y su equipo crearon también el plató virtual para el programa del comentarista político Pat Novak – interpretado por Samuel L. Jackson. "Rodamos a Sam sobre una pantalla verde de 240 grados; el fondo es pura animación", asegura Price. "Estas escenas tenían su propio look por lo que trabajamos con una empresa en Los Ángeles para diseñar la estética del programa y el look de esos sets. Afortunadamente Sam tiene mucha experiencia trabajando en estos contextos y sabía exactamente lo que esperar".