En el almeriense desierto de Tabernas se encuentra el legendario "Texas-Hollywood", un apócrifo
poblado del oeste americano que en los años 60 y 70 acogió el rodaje de docenas de spaguettiwesterns y que hoy no es más que un mísero circo para turistas. Julián, cincuentón y especialista venido a menos tras aquella etapa dorada en la que dobló a Clint Eastwood y a George C. Scott, es hoy la cabeza pensante de un puñado de freaks con los que rememora y reproduce escenas de acción y patéticos duelos a muerte. Con la llegada al poblado de Carlos, un niño que dice ser nieto de Julián, y los especuladores inmobiliarios Laura y Scott, Julián y su troupe se verán obligados a resistir como auténticos pistoleros el acoso interesado del mundo real.