Verónica (María Onetto) conduce por la carretera cuando, de repente, en una distracción, un fuerte golpe en el vehículo anuncia un atropello. Aturdida, reemprende la marcha sin mirar atrás. Durante varios días, se muestra confusa mientras la vida social absorbe y diluye el acontecimiento. Cuando, finalmente, le cuenta a su marido que cree haber matado a alguien, ambos se dirigen al lugar para descubrir el cadáver de un perro. Verónica, poco a poco, regresa a la normalidad y recobra la calma, pero una inesperada noticia se encarga de revivir el incidente. Ha aparecido el cuerpo sin vida de un chico en la zona del siniestro.