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  Tenías que ser tú  (Leap Year)
  Dirigida por Anand Tucker
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ANAND TUCKER (Shopgirl, Hilary y Jackie) dirige TENÍAS QUE SER TÚ a partir de un guión de DEBORAH KAPLAN y HARRY ELFONT (Dama de honor, Sobreviviendo a la Navidad). El equipo técnico está compuesto, entre otros, por el director de fotografía NEWTON THOMAS SIGEL (Valkiria, X2); el diseñador de producción MARK GERAGHTY (Tristán e Isolda, El conde de Montecristo); la diseñadora de vestuario EIMER NÍ MHAOLDOMHNAIGH (Retorno a Brideshead, Becoming Jane); el montador NICK MOORE (Love Actually, Un niño grande); el supervisor musical IAN NEIL (RocknRolla, Supercañeras: el internado puede ser una fiesta), y el compositor RANDY EDELMAN (27 vestidos, La momia: la tumba del emperador dragón).

Producen la película GARY BARBER (27 vestidos, Wanted/Se busca), ROGER BIRNBAUM (Como en casa en ningún sitio, Un canguro superduro), JONATHAN GLICKMAN (Hora punta, El conde de Montecristo), CHRIS BENDER (Una historia de violencia, La madre del novio) y JAKE WEINER (Una historia de violencia, Sólo amigos). La producción ejecutiva corre a cargo de J.C. SPINK (Resacón en Las Vegas, La madre del novio) y SU ARMSTRONG (Hechizada, Casanova).


Una propuesta sorprendente: Cómo empezó Tenías que ser tú

Deborah Kaplan y Harry Elfont llevan más de diez años colaborando en guiones de comedias. En el caso de TENÍAS QUE SER TÚ, recuerdan que la idea surgió de pronto. Deborah Kaplan dice: "Miraba las noticias en Internet un 29 de febrero y vi un titular que rezaba: ‘Hoy, las irlandesas piden la mano a sus novios’. Le pregunté a Harry: ‘¿Cómo te suena para una película?’ Dejamos lo que estábamos haciendo y en dos semanas teníamos un resumen de la historia. Dos semanas después, Spyglass lo compró. Escribimos el guión en muy poco tiempo y Amy aceptó el papel. Todo fue a la velocidad del rayo".

Los guionistas estaban asombrados por la cantidad de historias que descubrieron acerca de los años bisiestos. Sabían que la verdad siempre es más extraña que la ficción, y la idea les pareció la base perfecta para una comedia romántica. "Hay muchos guiones con premisas forzadas", dice Deborah Kaplan. "Pero esto nos permitía contar una historia de amor sencilla y perfectamente creíble. La historia de una chica que va a pedirle la mano a su novio. Pero sólo puede hacerlo un día concreto y en un país que no es el suyo. Teníamos un marco muy concreto y sabíamos dónde queríamos llegar, lo que nos permitió profundizar y crear un papel más complejo para la actriz".

El núcleo de la historia es Anna, una joven y meticulosa bostoniana que siempre ha vivido con la cabeza y no con el corazón. Hace cuatro años que sale con un cardiólogo en ciernes, y todo en su vida parece perfecto mientras espera que su novio le pida la mano.

Harry Elfont dice: "Su padre es un auténtico irresponsable. Anna tuvo que ser la adulta de los dos desde pequeña. Ha creado un lugar seguro para sí misma a base de planearlo todo y saber siempre qué va a pasar. También ha creado una vida con Jeremy, pero falta lo más importante y eso la pone nerviosa. Cuando se entera de la tradición irlandesa en los años bisiestos, se convence de que es la solución para que todo salga exactamente como había planeado".

Los guionistas siempre supieron que Anna simbolizaba el tema central de la comedia: es posible encontrar el amor de tu vida en pleno caos. "No se puede planear todo; la vida debe seguir su curso si se quiere ser feliz", explica Harry Elfont. "Se puede intentar, pero no es una garantía para ser feliz. La idea de que podemos controlarlo todo y dirigir nuestra vida es muy actual, pero hemos intentado ser un poco más anticuados".

La protagonista lucha para abrirse camino en la sociedad contemporánea de la costa este de Estados Unidos, pero Declan, el personaje masculino principal, es todo lo contrario. Es un irlandés que usa el corazón, no la cabeza, pero tampoco le ha ido muy bien. "A Declan le han roto el corazón y ya no se mueve, se ha inmovilizado, como ella", dice Deborah Kaplan. "El viaje les permitirá volver a ponerse en marcha, y el mejor modo de hacerlo será ayudándose mutuamente".

Cuando los guionistas hablaron con los productores de Spyglass, estos estuvieron de acuerdo en que la idea era muy atractiva. "Anna y Declan no sólo se enamoran a primera vista", explica el productor Roger Birnbaum, "también se odian a primera vista. Pero durante el viaje, van dejando atrás las bases en las que habían apoyado su vida hasta entonces. Aprenden que hay otra forma de vivir y de amar".

Una prueba definitiva de que los productores confiaban plenamente en el proyecto es que se empezó a rodar un año después de la aprobación de la idea inicial. Los actores también estaban de acuerdo. Amy Adams aceptó participar muy poco después de que Spyglass se involucrara en el proyecto. Gary Barber explica por qué se escogió tan pronto a la protagonista: "Habíamos visto a Amy en Junebug, en Encantada: la historia de Giselle y, más recientemente, en La duda/Doubt. Tiene un gran sentido cómico y es una actriz muy versátil".

Cuando los productores empezaron a buscar a un director para encabezar el proyecto, pensaron en Anand Tucker, cuya segunda película, Hilary y Jackie, ganó un Premio del Cine Independiente Británico. El productor Jonathan Glickman dice: "Nos gustaron mucho Shopgirl y Hilary y Jackie. Hablamos por teléfono con Anand y descubrimos que sentía pasión por las comedias románticas. Fue a ver a Amy Adams, y ella estaba encantada de conocerle. Era el director que necesitábamos para que la película fuera más allá de la típica comedia romántica".

La primera reacción de Anand Tucker al leer el guión fue de "volver a conectar con cosas olvidadas. Me recordó a esas maravillosas comedias románticas donde hay parejas muy dispares. El equilibrio emocional es perfecto y tiene cinco o seis situaciones que son para morirse de risa; también es conmovedor".

No sólo le gustó el guión, también tenía ganas de trabajar con Amy Adams. "Me llamaron y me preguntaron si quería conocer a Amy", recuerda el director. "Dado que he debido ver Encantada: la historia de Giselle cerca de 50 veces, porque es una auténtica obsesión para mi hijo, me parecía que Amy era fantástica. Enseguida estaba en un avión camino de Nueva York".


Chicos y chicas: El reparto de la comedia romántica
Al poco de leer el guión, Amy Adams aceptó el papel. En los últimos años, ha pasado de actriz secundaria a protagonista absoluta. Como lo demuestran sus papeles en la producción independiente Junebug, 2005, y en la taquillera Encantada: la historia de Giselle, 2007, a los que siguieron La duda/Doubt y el éxito del pasado verano Julie & Julia, tiene un considerable talento para el drama y la comedia.

Los cineastas estaban convencidos de que Amy Adams aportaría profundidad al proyecto, alejándolo de los típicos estereotipos de las comedias románticas. La actriz tenía muy claro que Anna no debía ser sólo una chica malcriada que tiene mucho que aprender.

El productor Chris Bender dice: "Amy cae bien. Haga lo que haga, tiene una mirada inocente. Su personaje empieza siendo una mujer controladora, agresiva, que vive en una especie de burbuja. Sin embargo, cae bien y no podemos remediar preocuparnos por ella cuando su pedestal empieza a tambalearse mientras viaja por Irlanda con Declan".

El director Anand Tucker describe a Amy Adams como "una actriz dramática de gran talento, y una cómica maravillosa. No hay escena que se le resista. Se mete totalmente en el papel y lo hace creíble. Se convierte en Anna. Es difícil conseguir que la emoción y la comedia vayan de la mano, pero Amy lo consigue con mucho estilo. Estoy convencido de que puede conseguir lo que quiera".

En palabras de Amy Adams, Anna "es de esas mujeres que tienen una agenda, van de reto en reto, y juzgan su vida por lo que consiguen. Cree que es independiente, que nada se le resistirá. Lo quiere todo, y todo significa marido, trabajo… incluso ha planeado los hijos que tendrá. Todo está pensado y tiene fecha; los retrasos no caben en su vida. Piensa mucho en lo que hace y muy poco en quién es".

La actriz reconoce que se sintió atraída por la forma en que el guión de TENÍAS QUE SER TÚ exploraba "nuestra manera de conseguir cosas sin darnos cuenta de que vamos por el camino erróneo. Lo que brilla nos atrae. Me interesa el tema de llegar a saber quién se es realmente".

Pero añade inmediatamente que la testarudez de Anna es la perfecta excusa para dar pie al humor, como una serie de escenas en que la viajera no puede detener a las fuerzas de la naturaleza que la acercan a Declan. Añade, riendo: "Siempre que encuentras a alguien convencido de que sabe quién es y qué hace, y le demuestras que no tiene ni idea, acaba siendo muy divertido. Me mojé mucho en el rodaje… No hay nada más gracioso que una actriz empapada".

Anna está decidida a conseguir que su novio se case con ella, pero algo se cruza en su camino: se trata de un irlandés llamado Declan que debe llevarla a Dublín. Amy Adams explica qué tiene Declan para hacer cambiar a Anna: "Le habla como nadie le había hablado antes, hace preguntas. Es totalmente diferente a las personas que ha conocido hasta ahora, y la despierta, la lanza en otra dirección y, finalmente, la conmueve. Anna no suele atreverse a sentir, pero él lo consigue. La obliga a hacerse preguntas y no le gustan las respuestas… hasta que se da cuenta de que este hombre y este país podrían ser la respuesta".

El actor británico Matthew Goode es el responsable de encarnar al diamante en bruto que acaba por conquistar a Anna. Debutó en la comedia romántica Deseando libertad/Chasing Liberty, y se ha dado a conocer con sus papeles en Match Point, The Lookout y, más recientemente, Watchmen.

El productor Gary Barber dice: "Escogimos a Matthew porque ya le habíamos dado un papel en The Lookout, donde demostró su gran talento. Anteriormente le habíamos visto en Matchpoint, interpretando un personaje tremendamente romántico. Se nos ocurrió que encajaría a la perfección teniendo en cuenta sus posibilidades dramáticas y cómicas. Es un hombre apuesto con un no sé qué de crápula, lo que era perfecto para el papel".

El director añade: "Matthew es muy imprevisible. Es inteligente y rápido, siempre me llevaba la delantera. Además, tiene un magnífico sentido del humor negro y es un actor estupendo".

El director se quedó impresionado por la química entre Matthew Goode y Amy Adams: "Los dos son grandes actores con un sentido intuitivo del ritmo y de la comedia. Sinceramente, dirigir esta película no ha sido difícil porque las escenas están bien escritas; y Matthew y Amy las entendieron sin apenas esforzarse".

Matthew Goode, hablando de su personaje, dice: "Declan no aparece inmediatamente, y cuando lo hace tampoco sabemos mucho de él; sólo que tenía novia y que le dejó. Es bastante arisco y no soporta a los idiotas. Intenta rehacer su vida. Tiene un pub y sabe cocinar. Su sueño era abrir un restaurante con su novia y su mejor amigo, pero se han fugado juntos. Cuando le conocemos, lo está pasando mal".

El estilo tranquilo del director ayudó a los actores en un rodaje donde había cabida para la improvisación. Matthew Goode le elogia: "Hace tiempo que quería trabajar con Anand Tucker y acepté el papel por él. Cuando vi Hilary y Jackie, me gustó mucho lo que había conseguido con los actores. Tiene humor y es un placer trabajar con él".

Cuando los productores vieron el primer montaje, se quedaron atónitos ante la conexión entre los dos actores que el realizador había sabido plasmar en la pantalla. "Siempre se espera que haya química", dice Chris Bender, "y cuando vimos el primer montaje de TENÍAS QUE SER TÚ, nos entusiasmó. Lo mejor de la película es la tensión inmediata que surge entre Anna y Declan. Pero, al final, acaban enamorados. Es un tributo a las matizadas interpretaciones de Amy y Matthew, el incisivo guión de Deborah y Harry, y la magnífica dirección de actores de Anand".

Para completar el triángulo amoroso, había que encontrar al novio de Anna. Los cineastas se inclinaron por Adam Scott, que hablando de su papel, dice: "Interpreto a un personaje llamado Jeremy, que lleva cuatro años con Anna. Es un cirujano y de éxito. Le gusta su vida y no ve la necesitad de cambiarla. Ni siquiera se ha enterado de que Anna quiere casarse, no le parece prioritario. Así empieza todo".

Adam Scott explica que trabajó mucho con Anand Tucker para pulir un personaje que fácilmente podía dar la impresión de ser un estirado: "Incluso en las pruebas, Anand insistió mucho en que Jeremy no debía ser el malo de la historia. Y tampoco se le describe así en el guión, pero tratándose del hombre equivocado, es lo primero que se piensa".

El productor Roger Birnbaum, hablando del personaje, dice: "Queríamos que diera la impresión de ser un buen hombre. Jeremy no es el típico novio hecho para que el público quiera que desaparezca. Al contrario, es apuesto, tiene éxito, quiere a Anna y se lo dice. Pero no es bastante. Adam se siente muy cómodo en el papel y se nota en su excelente interpretación".

En cuanto al papel de Jack Brady, el irresponsable y encantador padre de Anna, los productores estaban encantados de poder dar el papel a John Lithgow, nominado en dos ocasiones por la Academia. Desde La fuerza del cariño, pasando por El mundo según Garp, hasta la serie "Dexter", donde interpreta un papel más oscuro, lleva décadas creando personajes de peso. Al describir su papel en la película, explica: "Jack ha criado solo a Anna desde la muerte de su esposa, trance que no ha conseguido superar. Es un hombre triste, bebe demasiado, es un soñador convencido de que no sirve para nada. Siempre tiene planes. Anna ha heredado su lado romántico, pero lo rechaza porque ve que su padre es un perdedor, aunque le adora".

Jack tiene mucho que ver con el viaje de su hija a Irlanda. John Lithgow dice: "Le cuenta una vieja historia acerca de cómo su abuela irlandesa pidió la mano de su marido el 29 de febrero de 1920. La relación entre el padre y la hija es conmovedora".

Amy Adams disfrutó trabajando con John Lithgow: "John es divertidísimo, fue genial trabajar con él. Interpreta al padre de Anna, y no tiene nada que ver con ella. Siempre toma las decisiones equivocadas. Ella cree que si lo hace todo como es debido, evitará los malos momentos por los que su padre ha pasado y la ha hecho pasar. John está muy bien en el papel de Jack. Es irresistible, no queda más remedio que quererle".

El reparto también incluye a actores secundarios como KAITLIN OLSON (la serie "Colgados en Filadelfia") en el papel de Libby, la mejor amiga de Anna; TONY ROHR (la serie Casualty) y MAGGIE McCARTHY (Hilary y Jackie) como Frank y Eileen, los posaderos; y NOEL O’DONOVAN (Un horizonte muy lejano), ALAN DEVLIN (Playboys) y PAT LAFFAN (The Queen/La reina) como Seamus, Joe y Donal respectivamente, los tres clientes favoritos del pub de Declan.


El diseño y los decorados: Un rodaje en la Isla Esmeralda
Cuando se decidió que toda la película se rodaría en Irlanda, Spyglass habló con el coproductor irlandés MORGAN O’SULLIVAN, con quien habían trabajado anteriormente. El coproductor dice: "Habíamos colaborado en un par de ocasiones, en El conde de Montecristo y El imperio del fuego, y cuando Gary Barber nos llamó y leímos el guión, no lo dudamos".

Anand Tucker explica por qué era necesario encontrar decorados naturales que no fueran muy accesibles: "La base de la película es que la protagonista se encuentra en medio de la nada. Por eso no le queda más remedio que hacer ese alocado viaje con Declan".

El productor Jake Weiner añade: "Siempre pensamos que Irlanda era un personaje de la película. Es un país muy moderno, pero también es posible conducir por una carretera sin ver un restaurante o una gasolinera. Anna y Declan se ven obligados a viajar juntos porque se encuentran en un sitio muy remoto".

Se han rodado numerosas películas en Irlanda en los últimos años, pero pocas han requerido tantas localizaciones en tantos lugares geográficos diferentes como TENÍAS QUE SER TÚ. La logística y la envergadura de la producción eran bastante más amplias que lo acostumbrado en otras comedias románticas. Para plasmar en la pantalla las imágenes descritas en el guión, los cineastas contrataron al diseñador de producción Mark Geraghty, que dice: "Uno de los mayores retos fue encontrar un lugar lo bastante grande como para que cupieran los doce decorados interiores. Por fin localizamos un enorme almacén en el puerto de Dublín y lo convertimos en un plató".

Los productores se alegraron de rodar Irlanda en Irlanda. Todos están de acuerdo en que sigue teniendo un algo de cuento de hadas a pesar de ser un país totalmente moderno. Aunque Anna no crea en la suerte, no tiene tiempo para esas tonterías, el equipo de producción se quedó prendado de la magia del paisaje y la simpatía de este pueblo gaélico.

El productor Jonathan Glickman describe algunos de los decorados que debieron construirse para dar vida al mundo de Anna y Declan: "La primera parte del viaje transcurre a bordo de un avión. Tuvimos que construir el fuselaje y lo sacudimos mediante un sistema mecánico para simular las turbulencias. Luego hay un barco en un mar nada tranquilo, recreado con una pantalla verde y efectos digitales".

Aunque el piso de Anna y Jeremy está en Boston, también se rodó en Dublín. Mark Geraghty dice: "Construimos varios decorados exteriores. Los encajamos en el paisaje de Boston a través de efectos digitales. Como la historia transcurre a finales de febrero, cuando Boston suele estar nevado, lo recreamos en el ordenador. Luego estaban todos los interiores en Irlanda, como el bar de Declan, un hotel ‘bed & breakfast’, etcétera".

Anand Tucker y los productores querían sacar la máxima ventaja de los afamados paisajes de Irlanda. Desde un principio se decidió abandonar las zonas alrededor de Dublín y Wicklow, donde suelen rodarse la mayoría de películas. Se buscaron áreas mucho más genuinas.

El diseñador de producción Mark Geraghty dice: "Cuando leí el guión, comprendí que necesitaba un telón de fondo más amplio de lo normal. No se podía rodar esta película siguiendo las pautas habituales, fueran irlandesas o de Hollywood. No suele hacerse en una película pequeña, pero aquí no había problema y el resultado es fantástico. Una de las tomas finales, en los acantilados de las islas Aran, es realmente asombrosa".

El coproductor Morgan O’Sullivan está de acuerdo: "Anand dejó muy claro que quería una visión muy panorámica de Irlanda, algo que no habíamos hecho antes. Y no estaba equivocado. Rodamos en zonas de Irlanda que no suelen salir en cine".

Las islas Aran son tres remotas islas en la costa occidental de Irlanda, conocidas sobre todo por las obras de J.M. Synge. Allí es donde Anna y Declan se conocen. El guión exigía una localización tan alejada como esa, dice el director de producción: "Era importante que Anna y Declan se encontrasen en un paisaje lo más extraño posible a la vida habitual de Anna. La luz en el oeste de Irlanda es asombrosa, cambia en diez minutos. Es lo que buscábamos. Hubo que enfrentarse a los elementos, pero tuvimos bastante suerte con el tiempo, y el resultado final no tiene precio".

Fue necesaria una gran preparación logística para llevar al reparto y al equipo técnico de esta importante producción a las islas Aran. Se usaron tres embarcaciones, entre las que había una lancha de desembarco usada por el ejército estadounidense durante la II Guerra Mundial. El traslado duró casi 20 horas.

El productor Jonathan Glickman explica: "Llevar a todo el equipo a la isla fue muy complicado. Sólo hubo tres días en que el tiempo se puso feo, y era imposible volver. Tuvimos suerte e hizo bueno casi siempre. Es un lugar que no se parece a ningún otro. Anand quería comunicar la sensación de que Anna había caído en otro planeta, y lo parece".

A continuación, la pareja recorre Connemara, una agreste región al oeste de Irlanda. El viaje emocional de ambos se refleja en los paisajes. "Las líneas algo caóticas del campo contrastan fuertemente con las líneas geométricas de Boston, con la jungla de asfalto", explica Mark Geraghty. "Según se acercan a Dublín, los paisajes se hacen más familiares, menos agrestes, más románticos, acordes con el entendimiento que ha surgido entre Declan y Anna, en oposición a cuando llegan a las islas Aran, donde todo es confusión".

Amy Adams dice: "No sabía nada de Irlanda, excepto lo que había visto en cine, donde siempre parece más soleado de lo que es en realidad. Los bruscos cambios de tiempo van en contra de Anna, son muy simbólicos. El clima enseña a los habitantes a adaptarse con rapidez, pero Anna no se adapta fácilmente. El volátil clima irlandés le hace perder el control aún más".

Acerca de las imprevisibles fuerzas desatadas por la naturaleza durante el rodaje, dice: "En una escena, voy por la carretera, aparecen unos hombres y se llevan mi bolsa. Dicho así, parece muy simple. Pero rodamos con vientos de 80 km por hora, y se convirtió en Anna luchando contra el viento, intentando que no la apartara de la carretera. Irlanda tiene algo mágico. La gente es muy abierta, me sentía como en casa. Es fácil imaginarme en los lugares donde hemos estado, y Anna nota la simpatía del país".

Su compañero de rodaje está totalmente de acuerdo: "El rodaje fue maravilloso cuando nos acostumbramos al estado de las carreteras de la zona occidental y a nuestra tendencia a perdernos. Pero nos encantó estar allí. Los irlandeses son geniales".


El vestuario de la película
A la hora de crear el vestuario del reparto, el equipo empezó con Anna, la perfeccionista de la historia. El productor Jake Weiner explica la importancia de que Anna vistiera impecablemente: "Su vida es su profesión. Lo planea todo por adelantado para que hasta el mínimo detalle sea perfecto. En un momento dado, Declan le pregunta qué es importante. Es una de las cosas que aprende en su viaje, que nada de todo eso importa".

Eimer Ní Mhaoldomhnaigh, una de las primeras diseñadoras de vestuario de Irlanda, se encargó de la ropa de los personajes. La historia transcurre en el momento presente, y el trabajo del departamento de vestuario no es tan visible como en una película de época. Pero crear un vestuario coherente no es nada fácil.

"Siempre se cree que un vestuario contemporáneo es más fácil, pero sólo lo es en la medida en que hay más ropa disponible", explica Eimer Ní Mhaoldomhnaigh. "Si una pieza del vestuario no gusta, se puede conseguir otra cosa. Sin embargo, al ser actual, entran muchas opiniones en juego".

Para la diseñadora de vestuario, el color era el punto de partida más obvio para una película en la que gran parte de las escenas transcurren delante de paisajes dramáticos. Añade: "El color, la textura y el dibujo son importantes. Hay mucho verde en Irlanda y hay que tener en cuenta qué colores funcionan bien sobre un fondo así".

Por ejemplo, fue lo primero que se pensó al escoger el vestuario de Anna: "Es una mujer sofisticada procedente de la costa este de Estados Unidos", dice Eimer Ní Mhaoldomhnaigh. "Lleva colores suaves, con algún toque rojo y azul. Es ropa muy bien cortada, con la cintura en su sitio, elegante. Al llegar, parece salida de otro mundo".

Para crear el vestuario de Anna, la diseñadora pensó en las tiendas que podría frecuentar una decoradora y lo combinó con un estilo que recordase a los años 50.

"Todo lo que lleva Amy es ropa de diseño", dice Eimer Ní Mhaoldomhnaigh. "Fuimos a tiendas en Irlanda, Londres y Los Ángeles. Hay muchos trajes clásicos de Paul Smith, Max Mara, Le Petit Salut y Carolina Herrera. Zapatos de Christian Louboutin y Hugo Boss. Es una elegante mezcla de Maureen O’Hara y Rita Hayworth".

Declan es otra cosa. "Pobre Matthew", dice Eimer Ní Mhaoldomhnaigh, riendo. "Lleva lo mismo durante toda la película, pantalones de pana marrones, un suéter gris y una camisa de cuadros rojos. Y cada vez va más sucio".

Mientras que Jeremy, el cardiólogo, lleva trajes de estilo conservador, el padre de Anna daba más libertad a la diseñadora: "Es un loco, y se me ocurrió que podía vestirle al estilo Colombo. Lleva una chaqueta vieja y unas cuantas camisas hawaianas. Da la impresión de comprarse la ropa en una tienda de segunda mano o en algún que otro viaje".