Flora, de 72 años, es una solterona de un pequeño pueblo que siempre se ha consagrado al cuidado de sus familiares más ancianos. Su única hermana murió muy joven y le dejó tres sobrinas huerfanitas de las que también tuvo que ocuparse. Las tres sobrinas crecieron y se fueron del pueblo y ahora Flora está asustada porque llega el momento en que tendrán que cuidar de ella y teme que la lleven a la residencia donde trabaja una de ellas. Su única salvación es Purita, una joven que ha estado ayudándola en los últimos años a cuidar de sus ancianos parientes, y que es la única con la que se siente en familia.