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  ¿Qué fue de los Morgan?  (Did you hear about The Morgans?)
  Dirigida por Marc Lawrence
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La película está protagonizada por Hugh Grant, Sarah Jessica Parker, Sam Elliott, Mary Steenburgen, Elisabeth Moss, Michael Kelly y Wilford Brimley. Ha sido escrita y dirigida por Marc Lawrence. La producción es de Martin Shafer y Liz Glotzer. Los productores ejecutivos son Anthony Katagas y Ryan Kavanaugh. El director de fotografía es Florian Ballhaus. La dirección artística corre a cargo de Kevin Thompson. El montaje es de Susan E. Morse, A.C.E. Melissa Wells es la coproductora. El diseño de vestuario ha sido realizado por Christopher Peterson. La música ha sido compuesta por Theodore Shapiro.


Acerca de la historia
A Marc Lawrence no le es ajeno dirigir y escribir comedias románticas, como Tú la letra, yo la música (Music and Lyrics) y Amor con preaviso (Two Weeks' Notice). Durante el rodaje de estas películas fue cuando desarrolló las ideas para ¿Qué fue de los Morgan?, una historia que ahondaría sus ya estrechos lazos dentro del género, en este caso explorando en un nuevo territorio: el matrimonio.

"La primera idea se me ocurrió hace unos 10 u 11 años", cuenta Lawrence. "Fue un proyecto que empecé y dejé a un lado, pero al cual siempre volvía. Todos siempre dicen 'escribe de lo que sabes', y para mí, el problema consistía en que no sabía nada. Jamás dejo mi apartamento. Lo único de lo que sí sé, es del matrimonio, conocí a mi mujer en la universidad y he estado casado durante un largo, largo tiempo".

Pero el de los Morgan no es cualquier matrimonio. "Es una unión que está en problemas", apunta Lawrence. "Estas dos personas han perdido la conexión, especialmente a causa de una infidelidad, pero las raíces del problema son más profundas y es que ambos han tomado distintas direcciones".

Hugh Grant, que interpreta a Paul Morgan, cuenta la situación: "Paul trata desesperadamente de recuperar a Meryl. La lleva una noche a cenar y en el camino de vuelta a casa son testigos de un asesinato. Entonces pasan a ser testigos de gran importancia. El asesino los ha visto, así que el FBI los pone en un programa de protección de testigos".

Lawrence utiliza este escenario de "pez fuera del agua" del programa de protección de testigos como una nueva forma para que la pareja se vea obligada a enfrentar sus problemas en el salvaje Ray, en Wyoming. "Esta refinada pareja neoyorquina", se explaya Grant, "es enviada para su propia protección a un remoto pueblo ganadero de Wyoming, y esto afecta a su matrimonio de forma interesante".

Sarah Jessica Parker, quien interpreta a Meryl Morgan, apunta que esta premisa para una comedia romántica es totalmente diferente a sus proyectos anteriores. "Me gustó lo poco serio que era. Jamás he interpretado a alguien como Meryl. Y tampoco he dado vida a alguien en un matrimonio como el de ella".

Sus anfitriones y protectores en Wyoming son los jefes de policía Clay Wheeler, interpretado por Sam Elliott, y su mujer, Emma, a quien da vida Mary Steenburgen. Clay y Emma les muestran a Paul y Meryl la manera de sobrevivir en un pequeño pueblo sin necesidad de sus asistentes y sus carreras profesionales, y también, cómo hacer que su matrimonio sobreviva. "Se hallan por completo fuera de lo que conocen y no nos entienden, y nosotros no los entendemos a ellos", afirma Steenburgen. "Pero con el tiempo reconectan el uno con el otro y aprenden algunas lecciones sobre el matrimonio al observar a Clay y Emma".

Steenburgen explica que el humor del guión en gran parte surge a partir de la complementariedad de las dos parejas. "Es una combinación muy graciosa, ver a esta gente tratando de comprenderse la una a la otra", asegura la actriz.

Pero aún más importante que salvar la pareja, ya que desde luego el mayor problema de Paul y Meryl no es sobrevivir sin las comodidades modernas; sino al asesino a sueldo, Vincent, interpretado por Michael Kelly, quien les sigue la pista con un solo objetivo: terminar con su trabajo y eliminar a todos los testigos.

Esto puede parecer un punto de partida extravagante, explica Lawrence: "Sencillamente es la forma que tengo de ver el mundo. Cuando me siento a escribir, no pienso, 'Voy a escribir una comedia'. Simplemente tengo una idea, 'Quiero escribir una historia acerca del matrimonio', y es esto lo que se me ocurre".


Elegir el reparto para el filme
"Las dos cosas más difíciles de hacer una película es lograr el guión apropiado y el reparto correcto", afirma Marc Lawrence.

Con esto en mente, Lawrence pensó en Hugh Grant, quien ya había protagonizado para el director Tú la letra, yo la música (Music and Lyrics) y Amor con preaviso (Two Weeks' Notice). "Por supuesto, lo escribí para Hugh", asegura Lawrence. "Trabajamos juntos con tanta frecuencia que fue natural que le mencionara la idea, y a él le gustó. Pero no hubo ningún acuerdo formal. Escribí el guión y si le gustaba se pensaría la posibilidad de hacerlo y en caso contrario no".

"Creo que Marc es un verdadero genio cómico y en los próximos años será valorado como tal. También pienso que este es su mejor guión, por lo cual no pude resistirme", afirma Grant. "Hay muchas comedias románticas, pero muy pocas de ellas son en verdad graciosas. Marc escribe diálogos realmente divertidos".

Para Grant, que el guionista de la película fuera también el director es un punto muy atractivo en un proyecto, porque cree que eso hace que el filme resulte mejor. "Cuantas menos sean las voces detrás de una película, mejor", continúa Grant. "Lo que temo son aquellos que están hechos por un equipo de guionistas y luego se contrata a un director, y luego un productor para que el estudio lleve la voz cantante... entonces es cuando estás de lleno en el infierno".
Así como para Lawrence era importante que Grant interpretara a Paul, también necesitaba encontrar a una formidable actriz para que diera vida a Meryl. Grant describe al personaje de Meryl como una fuerza arrolladora. Ella pertenece a una larga línea de personajes femeninos escritos por Marc… todas tienden a ser mujeres neoyorquinas, con éxito, inteligentes, graciosas y cómicas. Creo que esa es la mujer ideal para Marc, y de alguna manera, no es difícil que alguien caiga rendido a sus pies, y el primero Paul".

"En el fondo, Meryl es una romántica incurable", opina Lawrence. "Es idealista en cuanto al amor. Es abierta, encantadora y sociable, pero parte de su inocencia ha sido robada por lo que ha vivido, la infidelidad de él".

¿Quién si no Sarah Jessica Parker podría personificar a este sofisticado arquetipo de Manhattan, tanto fuera como dentro de la pantalla? "Ella se identifica absolutamente con Nueva York, su energía, su sociabilidad, y se sentiría totalmente fuera de lugar en Wyoming", explica Lawrence. "Cada vez era más claro que sería la persona perfecta, así que la llamé".

Parker estaba igualmente entusiasmada con la oportunidad de trabajar con Lawrence. "Tiene una reputación impecable, y todo el mundo con el que pude hablar de él, simplemente lo adora. Supe que quería trabajar con él y me encantó la idea de la historia".

La forma en que Lawrence escribió a Meryl le resultó muy atractiva a Parker, así como la manera en que la dirigió. "Me encantó lo gracioso que era el personaje en los papeles, y me gustó dónde empieza la relación y ciertamente donde termina", afirma Parker. "Marc es, a mi forma de ver, un gran, gran director. Tiene una verdadera intuición acerca de las necesidades del actor y de cómo obtener lo mejor de la gente y hacer que todos se sientan cómodos".

Por supuesto, Parker tenía también otros incentivos. "Lo más importante es que soñé durante mucho tiempo, como mucha gente, mujeres en particular, con hacer una comedia romántica con Hugh Grant".

Tal como ocurrió más tarde, ella y Grant establecieron una gran complicidad como pareja protagonista. Ya habían trabajado juntos, bastante tiempo antes, en 1996, en Al cruzar el límite (Extreme Measures), y no se acordaban mucho de ello. "Para mí esta es la primera vez que realmente trabajo con Hugh Grant, pero ya nos habíamos conocido años atrás", explica Parker. "Cuando supe que iba a hacer esta película, iba a viajar a Londres por trabajo así que le pregunté a Marc: '¿Debería llamar a Hugh cuando esté allí?'"

"Esta es lo que ocurre con frecuencia en Hollywood", cuenta Lawrence. "Ambos habían leído el guión y les había gustado, pero antes de comprometerse, tienen que tener una gran cena para asegurarse de que ninguno quiere apuñalar al otro. Así que aquí estaba yo, en Nueva York, esperando ansiosamente saber cómo había ido".

Por supuesto, todo fue fantástico; tan estupendamente que durante la cena, Parker y Grant conspiraron para jugarle una broma a Lawrence valiéndose del miedo más profundo que tenía el guionista y director. "Nos pusimos de acuerdo en que cada uno le escribiría a Marc contándole que el encuentro había sido desastroso", relata Parker.

"Recibí ambos correos electrónicos diciendo lo mal que se había comportado Hugh", recuerda Lawrence. "Así que por supuesto, estaba horrorizado. Escribí una carta disculpándome por la cena, y no fue hasta más tarde que supe que me habían hecho una broma. Al menos ellos lo consideraron una broma, aunque para que sea una broma tiene que ser gracioso para alguien".

Grant puntualiza que a Lawrence no le fue tan fácil aceptar la verdad. "Lo que fue interesante es que después de que confesáramos, ¡Marc seguía sin creerme!"

"Hugh estaba enfadado conmigo porque no tenía fe en él, creo que mi falta de fe está justificada", bromea Lawrence. "Estaba tan indignado por todo el asunto que no sabía qué creer. Decidí entonces no creer nunca más a nadie acerca de nada. Familia, nadie. Nunca más nada".

Como contraste a los privilegiados y neuróticos neoyorquinos, Lawrence buscó a la sal de la tierra para retratar a la cómoda y establecida pareja formada por Clay y Emma. Lawrence estaba entusiasmado con la idea de que Sam Elliott y Mary Steenburgen aceptaran los papeles.

"Estoy encantado de tener la oportunidad de trabajar con Marc Lawrence y en un guión de Marc Lawrence", asegura Elliott. "Es increíblemente listo y un trabajador incansable. Es muy específico en cuanto a lo que quiere y al mismo tiempo es muy colaborador. Siempre busca la forma de hacerlo mejor. Jamás trabajé con un director que trabaje tan duro como lo hace Marc".

Cuando preguntamos a Elliott acerca de su personaje, explica: "Clay representa en gran medida al pueblo pequeño que aún queda en Estados Unidos. Clay y Emma son genuinos en cuanto a una cierta sensibilidad del oeste. Son independientes, trabajadores y tienen una gran escala de valores. Son honestos e íntegros".

Elliott, un veterano de películas del oeste como Tombstone: la leyenda de Wyatt Earp (Tombstone) y The Hi-Lo Country, admite que ¿Qué fue de los Morgan? le dio una oportunidad que aún no había tenido como actor: "Es la primera comedia total que he hecho, y fue genial".

"Sam es un gran actor, y aunque ya había hecho este tipo de personajes, estaba muy entusiasmado con la idea de hacer comedia y llevar ese tipo de personaje a un entorno diferente", cuenta Lawrence. "Le importan mucho los detalles y siempre quiere hablar del guión y del personaje. Tenía la determinación de que su personaje estuviera bien. Quería saber qué tipo de camioneta específicamente sería la que Clay hubiera tenido. Vimos 11 camionetas. Quiero decir, tal vez nadie lo sospeche, pero no soy en realidad un experto en camionetas".

Mary Steenburgen tenía similares motivaciones para trabajar en una película de Marc Lawrence. "Soy una gran admiradora del filme de Marc, Amor con preaviso (Two Weeks' Notice) con Sandra Bullock, y yo acababa de terminar un trabajo con Sandra en otra película. Hablamos de Marc Lawrence y de lo mucho que ella disfruta de trabajar con él… así que estuve bastante predispuesta a pensar que iba a ser un proyecto estupendo", confiesa Steenburgen. "En cuanto leí el guión pensé, contad conmigo. Es una historia muy graciosa y mi personaje es fantástico".

"Emma no se anda con tonterías, es una persona básica que no le teme a nada en el mundo", explica Steenburgen acerca de su personaje, Emma, quien enseña a Paul cómo cortar leña y a Meryl cómo disparar un arma. "Es un personaje verdaderamente gracioso porque es muy poco femenina en un mundo de hombres".

"Mary me ha encantado desde siempre, en cerca de diez papeles diferentes, desde los filmes de Woody Allen a Dulce hogar… ¡a veces! (Parenthood)", cuenta Lawrence. "El hecho de que ella quisiera hacer la película fue genial. Ella aporta un elemento al personaje que en realidad no había escrito, una deliciosa locura. Emma es muy, muy lista y le atraen mucho esos neoyorquinos, pero posee una cierta cualidad de desequilibrio que hace que todo lo que diga sea muy, muy interesante".

Finalmente rodar con Lawrence le dio a Steenburgen toda la seguridad que necesitaba en él como guionista y director. "Marc Lawrence tiene un talento increíble. Es muy gracioso, inteligente y muy real, y tiene una capacidad de improvisación que implica que si alguien tiene una idea diferente es capaz de ser receptivo y su ego no tiene importancia", afirma la actriz. "Hace que aportes todo lo posible".

Sin mencionar, el hecho de trabajar con Sam Elliott en el papel de su marido, Clay, hizo que para Steenburgen la película tuviera más credibilidad en el tema del oeste. "Sam le agrega autenticidad… porque parece un vaquero. Él se parece al oeste… Le agrega una sustancia al filme que probablemente nadie más hubiera podido, nadie como él para ponerse en esos zapatos, en esas botas de vaquero", opina la actriz.

En los papeles de los asistentes de Paul y Meryl, Adam y Jackie, respectivamente, la elección de los actores fue crítica. Los personajes tienen poco tiempo en la pantalla para transmitir su cada vez menos sólida relación. "Jesse Liebman vino a leer la parte de Adam, y en cuanto se fue, me volví hacia Ilene Starger, nuestra directora de casting, y dije: 'Bien, está hecho'. Su visión del personaje era increíblemente dulce, gracioso e inocente. Y en cuanto a Elisabeth Moss, todos aquellos que han trabajado con ella hablan de lo espectacular que es. Sencillamente no me puedo creer que esté en nuestra película", asegura el director.

Para el papel del asesino a sueldo, Vincent, los realizadores se decantaron por Michael Kelly. Y Lawrence afirma: "Gracias a Dios por Michael Kelly. Es difícil escribir villanos para este tipo de comedias, si es demasiado oscuro, el público se distancia; pero necesita ser creíble para que el público crea que los personajes corren peligro y la maquinaria de la trama pueda seguir en movimiento. Cuando miras a Michael, piensas: 'Sí, este tipo es capaz de matar gente', aunque en la vida real, si no fuera porque es un fan del Atlanta Braves, el tío no podría ser más majo".

Tal vez lo que puso más nervioso a Lawrence, fue cubrir el papel de la joven Lucy, nieta de Earl Granger (Wilford Brimley) en la película. Probablemente porque tenía en mente a su propia hija Gracie, de 12 años, cuando lo escribió, y jamás la había grabado en una cinta antes de finalmente elegirla para el papel.

"Pensé que era la persona adecuada para el papel", afirma Lawrence. "Necesitaba a una jovencita de su edad que pudiera cantar. De hecho fue una experiencia fantástica tenerla en el rodaje; mi mujer y mi hijo menor vinieron a Santa Fe con nosotros, pero en un cierto punto del rodaje, tuvieron que volver, y fuimos solo Gracie y yo. Volví a mi caravana y pregunté: '¿Dónde está mi hija?' 'Está en la roulotte de Mary Steenburgen'. En realidad fue adoptada por todo el equipo. Fue algo realmente emocionante para mí, una estupenda manera de tener un tiempo juntos como padre-hija en este minúsculo pueblo de Nuevo México. Por supuesto, esta será la última vez que trabajemos juntos, ella es demasiado importante ahora. Acaba de estar en Broadway".

A pesar de que Lawrence estuvo intranquilo por su hija, el apabullante consenso general fue que clavó su parte. "La primera vez que la escuché cantar me quedé absolutamente impresionada", afirma Steenburgen.


Rodar en Nueva York
El rodaje comenzó en la ciudad de Nueva York, donde Marc Lawrence había juntado un fantástico equipo de producción que estaba bastante familiarizado con hacer películas en la Gran Manzana: Florian Ballhaus como director de fotografía y Kevin Thompson como director artístico.

Sarah Jessica Parker recuerda que recomendó a Thompson, que realizó el diseño artístico de Más extraño que la ficción (Stranger Than Fiction) e Igby Goes Down, para el trabajo. "Dije que era un tío con el que había querido trabajar durante años", rememora Parker. "Es muy bueno, tiene un gran talento y es muy especial, pero no viaja. No le gusta salir de Nueva York".

"Me cité con Marc porque leí el guión y lo disfruté mucho. Es un género que normalmente no hago", cuenta Thompson. "Inmediatamente conectamos acerca de la experiencia de la historia, la idea de dejar Nueva York por un largo tiempo, y tener que ir a otras partes del país. Creo que la gente puede parecer alienígena en un principio".

Florian Ballhaus, quien previamente había trabajado con Parker como director de fotografía de la última temporada de Sexo en Nueva York (Sex and the City), estuvo detrás de la cámara. "Florian fue sencillamente fantástico", asegura Lawrence. "Es el tipo de relación que siempre soñé tener con un director de fotografía. Es increíblemente hábil, asombrosamente fácil de llevar y muy colaborador, y como si esto no fuera suficiente, es gracioso. Si me dejan hacer otra película, él será al primero que llame".

El reto que tuvo Thompson para el diseño artístico de la vida de los Morgan en Nueva York, fue reflejar el estatus socio-económico de la pareja, además del momento emocional en el que estaban inmersos. En su apartamento en el Upper East Side al principio de la película, "se percibe en alguna medida las cosas que faltan en sus vidas", explica el diseñador. "Paul se había ido del piso y se sentía un vacío. Tenían un comedor, pero en lugar de utilizarlo para cenas con amigos, Meryl lo usa para trabajar".

El apartamento de los Morgan también sirvió como localización para una escena peligrosa bastante complicada, cuando Meryl Morgan trepa por la cornisa del edificio para escapar del asesino que la había seguido hasta su barrio. Thompson apunta que el apartamento que necesitaban no existía en un solo espacio, así que para la escena peligrosa, construyeron una fachada en un plató de Steiner Studios en Brooklyn Navy Yard.

Por supuesto, los decorados de Nueva York tenían que mostrar un gran contraste con el resto de la película que transcurre en Wyoming. "Hicimos un gran esfuerzo para rodar de forma diferente en Nueva York", cuenta Lawrence. "La ropa tenía que ser diferente, los colores de los decorados también, e incluso los ángulos de la cámara y la música debían de ser diferentes. La idea era que en las escenas de Nueva York, se sintiera el pulso y el ritmo de la calle, para que pudiéramos hacer evidente el contraste con Wyoming".

Thompson también consideró cómo se iba a ver la ciudad como un todo dentro del contexto de la película en sí. "Tratamos de crear un barrio y un entorno para ellos y poner la diversidad de lo que clásicamente es Nueva York y lo que es la clase alta en esa ciudad para mostrar lo diametralmente opuesto que es a la experiencia que tendrán al llegar a Wyoming", explica Thompson.

Otro departamento que tuvo que delinear tanto artísticamente como visualmente los dos mundos de Nueva York y Wyoming para la película, fue el de vestuario. El diseñador de vestuario Christopher Peterson, quien ya había trabajado con Lawrence en Tú la letra, yo la música (Music and Lyrics), se dispuso a aceptar el reto, a pesar de lo intimidante que en un principio le supuso la idea de hacer el estilismo para Sarah Jessica Parker.

"La reacción inicial, cuando supe que ella iba a estar en la película fue: '¡Oh, Dios, eso es fantástico!' Y lo siguiente que pensé fue: '¡Oh, Dios, tengo que vestir a Sarah Jessica!' Pero ella fue encantadora", cuenta Peterson.

"Lo primero que me dijo fue: 'Carrie no, Carrie no'", cuenta Peterson acerca de su colaboración con Parker en el personaje de Meryl. "Ella interpreta a una ejecutiva de bienes raíces del Upper East Side… Y finalmente nos decantamos hacia la silueta de una heroína de Hitchcock. Algo entallado, de líneas marcadas y limpias, muy estructurado. La parte de la película que transcurría en Nueva York fue un verdadero reto en eso, ya sabes, teníamos que mantener una paleta de colores muy ajustada, líneas un tanto duras y una cierta quietud para poder captar a los personajes".


Y rodar en el salvaje, salvaje oeste
Si bien parece que Marc Lawrence es un dudoso candidato para elegir un escenario como Wyoming para una película, según la gente que lo conoce, la palabra 'dudoso' no alcanza para empezar a describirlo. Según la coproductora Melissa Wells, quien ha trabajado con Lawrence durante años: "Rodamos Tú la letra, yo la música (Music and Lyrics) a poco menos de 10 calles del apartamento de Marc. Marc es un neoyorquino acérrimo. Ve los partidos de los Mets en su iPhone y como un bagel todos los días".

"Marc es un hombre al que no le gusta dejar el Upper West Side de Nueva York", apunta Hugh Grant. "Para él, el Central Park es demasiada naturaleza, escribir esto, en un decorado del oeste, con animales, es una extraña forma de masoquismo".

¿Masoquismo o sadismo? Después de todo, fueron Grant y Parker quienes tuvieron el trabajo más duro, para completar todas las tareas que físicamente les demandó la comedia. "Montar a caballo, montar falsos caballos, correr en el maldito desierto toma tras toma. Quiero decir, hubo ocasiones en las que pensé: 'Piensan que esto es gracioso ahora. No cortan la toma porque piensan que es gracioso ver como sufro'", afirma Parker.

Otro punto importante: manejar un rifle. El guión requería que Parker disparara un arma en varias ocasiones. "Obviamente, Hugh and S.J. tenían que contar con armas de seguridad, pero aún así tenían que saber cómo manejar las armas", cuenta Lawrence. "Por supuesto, las armas no estaban cargadas, pero tenías que hacerlo de esa manera. Al mismo tiempo, tampoco quería que se sintieran demasiado cómodos con las armas –estos personajes son muy demócratas, muy liberales-, S.J. tenía que saber lo que hacía, pero Meryl no".

Así que la pregunta fue: ¿dónde rodar? "En un principio, creí que Marc y Kevin Thompson estaban de broma: 'Bien, tal vez podríamos rodar las partes de Wyoming en el Central Park. De última en Connecticut", bromea Wells. "Hay una chiste en el guión donde Marshal Lasky le dice a Meryl: '¿Prefieres morir en Nueva York o dejar Nueva York?' Y ella se queda pensando. Creo que esa es básicamente la respuesta de Marc a esa pregunta".

Dejando las bromas aparte, Lawrence supo qué era lo que necesitaba para que la película funcionara: "No podía ser un pueblo de Hollywood y tampoco podía ser el tipo de pueblo en el que aparecerían dos neoyorquinos y dirían: 'Oh, esto es encantador'", se explaya el director. "Tenía que ser un pueblo real, en funcionamiento".

Cuando llegó el momento de elegir las localizaciones para el rodaje, se decantaron por los espacios abiertos del oeste de Estados Unidos. Descubrieron que el estado de Nuevo México tenía todo lo que podían necesitar –una de las cuales era el pueblo simple y llano de Roy, con una población de solo 300 habitantes. El pueblo se convertiría en la inspiración de Lawrence para personificar al pueblo que aparecía en el guión como "Ray", y donde el equipo pasó los últimos días de rodaje de Nueva México, sufriendo de la misma forma que Paul y Meryl sufren en el guión.

"Creo que Hugh tenía muchas ganas de hacerlo", cuenta Lawrence. "Él tiene la fascinación que los ingleses tienen por el oeste americano, así como algunos americanos lo tienen por la campiña inglesa -'Oh, veremos todos esos pequeños pueblos ingleses y serán como sacados de una novela de Dickensi'– pero en este caso se trata de sombreros tejanos y caballos. Yo, ya era infeliz. Diría que S.J. y yo hubiéramos sido felices si jamás tuviéramos que dejar Nueva York. Así que llegamos allí, y la gente no podría haber sido más amable y encantadora, pero… simplemente no me gusta estar lejos de casa. Todos son rodeos, polvo, estiércol y animales. Me daba pánico no poder pedir comida china. Cuando volvimos, en el aeropuerto Kennedy, besé el asfalto".

La historia de cómo encontraron Roy continúa, la mujer del director de localizaciones de Nuevo México, David Manzanares, estaba sacando fotos en Roy cuando una mujer de allí, llamada Tuda Crews salió de un restaurante llamado Annette y le preguntó qué estaba haciendo. La familia Crews, que ha vivido en Roy durante siete generaciones, es muy activa en sus intentos por revitalizar el pueblo, que ha pasado por muy malas épocas en los último años. La familia Crews se convirtió en una especie de embajadora no oficial de Roy para la película.

La gente del pueblo como Tuda, y las mujeres locales, serían las que hornearan pasteles y los llevaran al rodaje, y otros incontables residentes sirvieron como extras; fue eso lo que más le gustó a Lawrence y al resto del equipo de rodar en este pueblito.

Los próximos pasos para Thompson, Ballhaus, Wells y Lawrence fue localizar los lugares de rodaje en este remoto pueblo. "Básicamente nos pusimos a dar vueltas y no sabíamos qué era lo que buscábamos", explica Thompson. "Te ponías en una punta del pueblo y podías ver el final. Creo que fue eso lo que nos hizo amar este pueblo, qué podías entrar y salir del pueblo en un par de minutos escasos".

Como diseñador artístico, a Thompson le atrajo el encanto rústico de Roy. "Una de las cosas que me fascinó fue que Roy tiene una torre de agua. Y desde cualquier sitio que te encuentres, la puedes ver. Así que eso le aporta una característica inidentificable que hace que se perciba como pequeño pueblo".

Estaba claro que habían encontrado su localización, lo que significaba que había que resolver varios retos. Para empezar, ¿dónde vivirían? "Anthony Katagas, nuestro productor ejecutivo, dijo: 'Lo que haremos será poner las caravanas en el aparcamiento del instituto y viviremos allí. Y te puedes duchar o bien en tu caravana o en el gimnasio de la escuela'. A mí me pareció la peor idea que había oído en mi vida". Pero eso fue lo que hicieron, montaron una especie de campamento con atmósfera de verano que se terminó llamando Camp Roy.

No importaba si se trataba de juegos de adivinar con gestos (organizados frecuentemente por Steenburgen) o "asesino" (en donde a la gente era asignada como blanco de ser "asesinado" enganchándole subrepticiamente un pin), muchos de los miembros del reparto y del equipo se sintieron de regreso a la infancia en Camp Roy. "Si no puedes estar rodando en Nueva York con la posibilidad de volver a casa por la noche, entonces Camp Roy es una gran experiencia", afirma Parker.

Thompson comenzó su trabajo transformando este pequeño pueblo de Nuevo México en uno de Wyoming, teníamos que afrontar ciertas inconsistencias regionales: "Investigué mucho en el tema visual, no solo en cuanto al paisaje, sino a la arquitectura y a los detalles culturales… y ropa, tejidos, muebles. Hay muchas cosas que son específicamente de Wyoming".

Thompson también tuvo que contrastar los ambientes del oeste con el diseño frío y contemporáneo de los decorados de Nueva York. "Queríamos que Nueva York tuviese un contraste marcado con aquello que iban a vivir cuando fuesen a Wyoming. No queríamos hacer el típico pueblo del oeste con todos esos detalles estereotipados del oeste… queríamos que fuera auténtico y que tuviese las cualidades mundanas que harían que se sintieran aún más extranjeros en un primero momento. Y luego suavemente hacer que los personajes y el pueblo en el que se encuentran fueran más cálidos y receptivos".

Tal vez el mejor halago que recibiera Thompson por su autenticidad en la ejecución de Ray fue por parte de un verdadero actor del oeste en el rodaje. "Sam Elliott, que es bastante particular en cuanto a los detalles de su personaje como el vehículo, las armas, el vestuario y todo eso, me llevó a un lado y me dijo que estaba extremadamente satisfecho con el nivel de detalle e ideas que había puesto en su zona de trabajo", cuenta Thompson.

"Queríamos mostrar que la gente que vive allí es de clase media", explica Thompson en relación al estilo de vida de los Wheeler. "No todo es bonito… cuidan las cosas, por eso tienen cosas viejas. Pero que no son necesariamente antigüedades. Las cosas son más utilitarias y menos estéticas".

Para la cabaña de Clay y Emma, los realizadores encontraron un bello exterior en el rancho de Val Kilmer en Pecos Valley, fuera de Sante Fe. El diseñador artístico continúa: "Queremos que cuando llegan por primera a la cabaña, Paul y Meryl sientan, 'Oh Dios mío, ¿cómo vamos a sobrevivir a esto?' Pero luego se acomodan. Así que tiene que ser un entorno que se pueda percibir en dos sentidos. Y creo que cuanto más tiempo pases, más cómodo te sientes. Y entonces ya no parece tan malo. Pero, ya sabes, no tenían vergüenza de tener el calentador de agua a la vista en la cocina… y los animales que habían cazado colgados de las paredes".

Para completar el diseño del estilo de vida del oeste, el vestuarista Christopher Peterson hizo un viaje a Wyoming para comprar ropa auténtica. "La primera escena en Wyoming tiene lugar cuando Hugh y Sarah Jessica van de compras en un tipo de negocio como Costco o Walmart", cuenta Peterson. "Estuvimos en Wyoming dos semanas y compramos Wyoming… Mi asistente y yo fuimos a las tiendas, y es asombrosamente real. Es todo lo que tengo que decir".

La compra se hizo pensando en lo que un neoyorquino compraría en esas tiendas. Peterson acumuló toneladas de ropa y la llevó a Nueva York para que Parker y Grant 'compraran' para sí mismos. "Puse en marcha una especie de mercadillo para que se perdieran entre los percheros y encontraran las prendas que les dijeran algo".

Vestir a Steenburgen y Elliott fue un tema mucho menos complicado. "Fue una maravilla trabajar con Mary Steenburgen y Sam Elliott y le dieron mucho más a su papel de lo que jamás ningún vestuario podría", afirma Peterson. "Llevan ese look tan bien, en parte porque ambos están familiarizados con él. Sam tiene una amplia experiencia en películas del oeste y… Mary es una chica de Arkansas así que lo pilla. Entienden la utilidad del sombrero de vaquero, conocen el cinturón y saben de las botas".

De hecho, Elliott ya tenía muchas de las cosas del personaje de Clay en su propio guardarropa y algunas cosas, sencillamente, las llevó al rodaje. "Siempre es agradable poder llevar tu propio sombrero", afirma el actor. "Tenía uno que era perfecto para esto. El sombrero lo es todo".

Steenburgen estaba igualmente encantada con la ropa de Emma en el filme. "Tengo que decir que esta es mi ropa favorita de entre todas las que he llevado en las películas que he hecho, porque solo llevo vaqueros y botas tejanas", exclama la actriz.

"Una cosa que aprendí haciendo esta película es que cada pequeña pieza de ropa que un vaquero o vaquera lleva tiene un significado y tiene todo el sentido", continúa Steenburgen. "Necesitas el sombrero porque estás ahí fuera bajo el sol y sometido a los elementos. La bufanda, es muy importante cuando estás fuera y está lleno de polvo… Y los guantes, los llevo porque las manos se te queman literalmente cuando sostienes las riendas… y las botas, todos sabemos para lo que son las botas, y los pantalones tejanos también tienen sentido".

El alcalde de Roy, Fluman, reconoce que ser anfitrión de un rodaje fue una gran ayuda para el pueblo. "Sony Pictures organizó una reunión en el ayuntamiento con la gente del pueblo para explicar las diferentes cosas que iban a ocurrir en la comunidad. Entonces, el equipo llegó y empezó a arreglar las fachadas de los edificios. Fue bastante excitante. Supe desde el principio que sería un empuje económico para el pueblo".

El reparto y el equipo se enamoraron del minúsculo pueblo y sus amables habitantes, así que estuvieron felices de asegurarse de que el filme le diera el mayor aporte posible a los negocios y los ciudadanos de Roy, desde utilizar el restaurante de Annette de Roy como una de las localizaciones, hasta identificar programas comunales que necesitaban fondos.

El sentimiento para Parker fue agridulce. "Me puso muy triste que este pueblito, como muchos otros en Estados Unidos, están muriendo. Las grandes autopistas y las circunvalaciones han cambiado el país y este es un ejemplo perfecto de ello. Creo que el tren dejó de llegar a Roy y básicamente… cuando se pierde ese tipo de comercio, cuando te encuentras tan lejos, es muy difícil prosperar como comunidad".

Fuera de Roy, para la culminante escena del rodeo, donde Paul y Meryl se enfrentan a Vincent frente a todo el pueblo, Thompson y el equipo querían encontrar un rodeo que tuviera el tamaño adecuado para un pequeño pueblo del oeste. "Encontramos un rodeo maravilloso en Galisteo, este pequeño rodeo que abre sus puertas una sola vez al año", relata Wells.

"El rodeo estaba bastante venido abajo, pero tenía la estructura de lo que queríamos. Tenía la escala perfecta. Y se respiraba una energía agradable. Caminamos alrededor y nos sentimos bien de estar allí. Así que cogimos el esqueleto e imaginamos como podríamos arreglarlo sin que terminara siendo demasiado exagerado, muy de 'Hollywood'", concluye Thompson.


Acerca del oso y la vaca
Tal vez el momento más difícil para Paul y Meryl de su aventura en el oeste –además del asesino a sueldo que quiere eliminarlos- es cuando el oso acosa a Paul fuera de la cabaña de Clay y Emma. Naturalmente, para esto se requería que la producción encontrara un oso, y contaron con el mejor -Bart el Oso, quien previamente ya había aparecido en Dr. Dolittle 2, De perdidos al río (Without a Paddle) y Hacia rutas salvajes (Into the Wild).

"La escena del oso comenzó como una experiencia terrorífica", recuerda Grant. "No importa cuántas veces te digan que este oso ha sido criado como un ser humano, que cuando sale de su caravana y se alza sobre sus casi 5 metros de altura (y previamente te habían prevenido de que no lo miraras a los ojos), es muy intimidante".

"Me puse detrás de Hugh", cuenta Lawrence. "Pensé que si las cosas salían mal, dejaría que el oso cogiera primero a Hugh. Estábamos todos tensos. Tuvimos una gran reunión acerca de las medidas de seguridad que debíamos tomar. Alguien del equipo dijo: 'Entonces, vosotros tenéis rifles con tranquilizantes, ¿no?', y ellos respondieron: 'No, no tenemos, Bart estará bien'".

"Me asustaba tremendamente el oso", agrega Parker. "Hugh no paraba de decir todo tipo de cosas: 'El oso me da pánico. No quiero estar cerca del oso. ¿Dónde está el oso? ¿A qué distancia estoy del oso?' Sin embargo, dejó que el oso se le acercara mucho antes de empezar a correr. Su cobardía es puro bla, bla".

Grant admite que después de trabajar todo el día con el oso, el miedo había aflojado. "Felizmente me hubiera sentado con él a comer. Quiero decir, para el final del día, era como un gatito, de verdad".

Según Grant, el oso era un poco divo. "No quería salir de la caravana hasta que no estaba todo lavado y cepillado, y cuando salía, había que darle ocho botes de té helado cada vez que llegaba a su marca, y no solo té helado, sino también nata montada en una sartén", relata Grant. "Si todo salía bien, todos tenían que aplaudir, animarlo y corear: '¡Muy bien! ¡Qué bien lo has hecho, oso!' Estaba encantado con los aplausos".

"Cuando estábamos en la décima toma, todos caminaban junto al oso y lo saludaban mientras él bebía té helado –le encanta el té helado-, y hacia el final de la jornada los entrenadores estaban un poco preocupados porque todos estábamos demasiado cerca del oso", cuenta Lawrence. "Es como todo el resto en los rodajes, al principio estás tenso, y para la toma veinte estás tan exhausto que no te importa que haya un enorme animal comedor de hombres a 30 centímetros, porque él está tan exhausto y cansado como tú".

Una experiencia similarmente interesante con animales fue para Parker sus, en algunos momentos, violentas interacciones con la vaca del rodaje. En una escena, Clay le enseña a Meryl cómo ordeñar la vaca. "La vaca me dio una patada, pero no culpo a la vaca", admite Parker. "Quiero decir, si la vaca pudiera hablar seguro que diría '¿sabes?, realmente no me gusta que me estén ordeñando durante seis horas seguidas'… Fue muy gracioso. Sam Elliott simplemente se echó hacia atrás y yo salí corriendo y gritando".

La escena, originalmente fue escrita para que tuviera lugar entre Emma y Meryl, con Clay y Paul compartiendo un momento mientras cortaban leña. "Pero a Marc se le ocurrió la idea de intercambiar los personajes", recuerda Elliott. "Inicialmente me resistí a la escena de ordeñar la vaca. Me resistía a tener vacas, punto y aparte… pero Marc es el director, así que lo hicimos como él quería, y tenía razón, fue una gran decisión".

"He estado rodeado durante toda mi vida por animales y ganado pero nunca tuve ocasión de ordeñar a una vaca hasta esta película", concluye Elliott. "Hay una cierta ironía en hallarme en una película de Marc Lawrence ordeñando a una vaca junto a Sarah Jessica Parker".