Cinemanía > Películas > Guerra Mundial Z > Comentario
Destacado: En cines comerciales 'Anora' Palma de Oro en Cannes
  Guerra Mundial Z  (World War Z)
  Dirigida por Marc Forster
¿Qué te parece la película?
Gracias
Ver resultados

Adaptación cinematográfica del best-seller de Max Brooks "World War Z".


Del libro a la pantalla
"Guerra Mundial Z" comenzó siendo una novela de terror post-apocalíptico de Max Brooks llamada World War Z: An Oral History of the Zombie War, una serie de relatos individuales y en primera persona de aquellos que lo vivieron. Los productores Brad Pitt, Dede Gardner y Jeremy Kleiner leyeron el libro en formato de galeradas. Ellos, y todos los demás miembros de su productora, Plan B Entertainment, quedaron cautivados.

"Hace cinco años, no sabía nada de los zombis. Ahora, me considero un experto", recuerda Pitt. "El libro de Max aborda el género de zombis como si fuera una epidemia mundial, propagándose de manera muy parecida a como hemos visto hacerlo a otros virus como el SARS. ¿Qué pasa cuando fallan los cortafuegos... qué pasa cuando todas nuestras preocupaciones cotidianas se vuelven inútiles? ¿Qué ocurre cuando desparecen las estructuras de poder y las normas sociales? ¿Cómo podríamos sobrevivir?".

"Nos pareció algo relevante y profético, a pesar de ser un libro de zombis, o a lo mejor por eso. No lo sabíamos, lo cual resultaba aún más atractivo", recuerda Gardner.

La enorme escala del argumento sedujo también a Kleiner, que conocía bien la obra de Brooksk, habiendo leído su libro gemelo y manual de campo, The Zombie Survival Guide

"La escala mundial (la interacción entre los zombis, la política, las instituciones) nos seducía y le añadía algunos elementos realmente geniales y contemporáneos que no son habituales en el género de zombis", dice Kleiner.

Sin embargo, el enfoque multipersonal y testimonial de la novela no se prestaba necesariamente a convertirse en un guión. Al final, los realizadores optaron por narrar la historia a través de un solo protagonista en lugar de muchos, pero también trataron de mantener la esencia de los temas y los nudos de la trama que les habían llamado la atención.

"Estaba bastante claro que la estructura del libro iba a ser difícil de adaptar. Sí que intentamos seguir la narrativa del libro, pero descubrimos, cuando nos pusimos a ello, que la tensión dramática disminuía sensiblemente, al menos en términos cinematográficos. En esencia, teníamos que volver al momento en el que tenía lugar el brote zombi, y hacer de eso la pieza central de la película. Nos esforzamos muchísimo por elaborar la película con autenticidad, para que pareciera que eso podía pasarnos a nosotros, ahora, a la gente a la que conocemos. Así que, aunque la estructura es diferente, espero que la película evoque la sensación que tuvimos cuando leímos la novela de Max", dice Gardner.

Mientras aún estaban trabajando en el guión, el equipo decidió que era hora de proponérselo a algún director, y pensaron en Marc Forster.

"Marc pensaba igual en lo que se refiere al compromiso de ambientar la película en el mundo real y de mantener la verosimilitud del material", recuerda Gardner.

"Respeto a Marc porque es un director que ha hecho muchas clases diferentes de películas, pero todas ellas con el hilo conductor común de tratar temas humanos básicos: el amor, la familia, la pérdida. Creo que le ha dado ese enfoque humanista a nuestra película, y creo que su amplitud de miras, el hecho de que no tuviera ideas preconcebidas acerca de las limitaciones de las películas de zombis, fue de una gran ayuda", añade Kleiner.

Plan B comenzó por enviar el libro a Forster, y al igual que ellos, quedó convencido.

"Me pareció una lectura sensacional y que trataba de temas que me interesan de verdad", dice Forster. "Me reuní con los de Plan B y comenzamos a hablar a nivel creativo de lo que podíamos hacer con el proyecto. Habían desarrollado ya el guión, el cual me dieron, y ese fue el principio de nuestros debates, que finalmente llevaron a esta película".

Las "películas de zombis" se han convertido en un género propio, y gozan actualmente de un renacimiento de su popularidad. Forster piensa que hay una razón temática para su resurgimiento, y muchas grandes obras del género le inspiraron y le atrajeron hacia el proyecto.

"Las películas de zombis me parecen fascinantes porque se pusieron de moda en los años setenta, en una época de inseguridad y agitación en la sociedad. Y ahora que estamos viviendo una época de cambios y escepticismo, los zombis están de moda. Son una metáfora sensacional, representando una especie de inconsciencia y sirviendo de espejo a lo que está ocurriendo en el mundo. Los seres humanos, como especie, somos hasta cierto punto inconscientes, y al final tenemos que despertar", reflexiona Forster.

"No sé de nadie a quien los zombis no le parezcan actuales. Lo veo en carteles en el New Yorker, anuncios de 'Equipamiento para Sobrevivir a los Zombis'. El movimiento Occupy Wall Street invocó mucha mitología zombi, y además está obviamente el gran éxito que está teniendo 'The walking dead', que es la serie con mayor audiencia de la televisión por cable. Entramos en un terreno resbaladizo si pretendemos asignarle metáforas a algo que considero que es muy popular, pero eso claramente también forma parte de ello. Creo que el lenguaje del mundo zombi se entiende mejor hoy a causa de todo lo que está pasando. La gente está enganchada a sus pantallas, sus monitores y sus cascos, o sea que en el sentido más básico, sí que andan por ahí como zombis al no interactuar con otros seres humanos. También, al menos para mí, el mundo parece un lugar poco claro... parece inestable. Parece como si hubiera oleadas de emoción y conducta cerniéndose sobre nosotros, y sucede cada vez más deprisa. Pero sí que tiene raíces en una
afición histórica hacia el género. Para mí, "Guerra Mundial Z" es intensa, real y divertida... y también trepidante, épica, terrorífica y, eso espero, definitivamente satisfactoria"
, dice Gardner.

De hecho, parte del atractivo inicial para Pitt fue la acción trepidante y la faceta de carrera contrarreloj de la historia.

"Estos zombis son cantidad de terroríficos y la película, espero, funciona a un par de niveles", dice Pitt. "Pero básicamente, es un puro divertimento para el verano y, francamente, algo que tenía ganas de hacer para que disfrutaran mis hijos".

Por ello, Forster se resiste a clasificar a "Guerra Mundial Z" únicamente como una "Película de zombis".

"No trata solamente sobre zombis, trata sobre un apocalipsis mundial que resulta que es difundido por los zombis", dice Forster.

"Hay muchos paralelismos con lo que estamos viviendo actualmente, a nivel cultural, que se prestan para una 'película de zombis', pero lo genial del libro de Max es que está ambientado en un marco de tiempo realista y dentro de una estructura basada en la realidad. Eso es lo que me más atrajo, y quise crear una película que pareciera realista, para que al público le parezca que esto puede suceder, en cualquier momento, a cualquiera de nosotros. La premisa general es que puede pasar de todo, en cualquier lugar y cualquier día. Nadie se libra, todo el mundo es vulnerable. Ese es el tema central de la película, pero también es parte de la vida real", dice Forster.


El reparto humano
Mientras que el libro narra la historia a través de varios relatos de la epidemia en primera persona, los realizadores decidieron contar el relato a través de un hombre normal y corriente pero muy especial: Gerry Lane, ex-investigador de la ONU, interpretado por Brad Pitt.

"Gerry ha estado en lugares conflictivos por todo el mundo (Ruanda, Bosnia), sitios con tremendos peligros, agitación y crisis. Al final se retira de esa clase de trabajo para centrarse en su familia y llevar una vida normal. Pero cuando ocurre el brote zombi, su antiguo jefe se pone en contacto con él, creyendo que es el único que puede hacer el trabajo. Básicamente, intenta averiguar la identidad del llamado Paciente Cero, con el que empezó toda la epidemia, y toda la película se narra a través de su punto de vista. Para mí era muy importante elaborar la película alrededor de eso, sentimos todas las cosas como las siente él", dice Forster.

En Brad Pitt, dice Forster, encontró al aliado ideal, tanto dentro como fuera de la pantalla.

"Trabajar con Brad ha sido una experiencia increíble. Es un actor sublime y un verdadero artista con un gusto impecable, no sólo como protagonista de la película sino también como productor. Su sentido de lo que funciona, de lo que es real frente a lo que suena falso, es muy preciso. No estábamos haciendo un documental, estábamos haciendo una película, pero al mismo tiempo queríamos mantenerla anclada a la realidad, y él tiene una auténtica sensibilidad para eso. Ninguno de los dos habíamos hecho nada parecido, y en ese sentido supuso un reto: trabajar en un género que no nos era familiar a ninguno de los dos e intentar crear algo fresco y nuevo. Disfruté enormemente, no me podría haber imaginado un compañero mejor", dice Gardner.

La ecléctica filmografía de Forster atraía a Pitt. Desde películas de acción hasta biografías de época o adaptaciones de libros: "No se le puede encasillar como director, y su experiencia y su interés por muchos géneros y clases de películas es algo fuera de lo corriente. Los momentos más memorables de sus películas son íntimos y humanos. Era esa cualidad en contraste con nuestra tremenda y apocalíptica crisis mundial lo que pensamos que produciría un thriller de acción inusualmente auténtico y realista"

Forster dice que Gerry no es el "típico héroe" y que eso forma parte del atractivo del personaje.

"Varias veces en la película, Gerry dice que moverse es seguir vivos, y apremia a la gente que le rodea para que se sigan moviendo. Me gustó mucho esa frase, sobre todo porque en el fondo en la vida tampoco podemos quedarnos quietos, tenemos que movernos junto con la corriente o de otro modo nos ahogaríamos. Pero él está todo el rato observando y afinando, y a medida que los zombis van proliferando, va viendo pequeñas señales y empezando a juntar todas las piezas. Toma decisiones cruciales sobre la marcha. Le elijen para este periplo porque tiene la extraordinaria capacidad de verse metido en situaciones sumamente peligrosas y caóticas, y sobrevivir", dice Forster.

No era una vida que le gustara especialmente a Gerry, así que lo dejó para pasar más tiempo con su familia. Irónicamente, para proteger a su familia deberá volver a su antiguo y peligroso trabajo.

"Gerry no puede volar, no puede aporrear a los malos... no tiene superpoderes. Es un padre, con una imperiosa necesidad de mantener a su familia a salvo", dice Pitt. "Para conseguirlo, solamente puede confiar en su inteligencia, su instinto y su experiencia".

"Era muy importante encontrar una actriz para su mujer, Karen, que tuviera tanto fuerza como vulnerabilidad. Porque cuando él se marcha, ella tiene que estar a la altura para que sus hijos se sientan a salvo, incluso hasta cuando todo a su alrededor se desmorona. Pero también había que sentir, cuando está sola, lo mucho que le echa de menos y cuánto teme no volver a verle jamás", dice Forster.

Mireille Enos encarnaba esas dos cualidades de fuerza y vulnerabilidad.

"Se presentó e hizo una prueba muy hermosa y auténtica, y poseía todas esas facetas diferentes que yo veía en el personaje", dice Forster.

"Guerra Mundial Z" es la película más grande en la que Enos ha participado, y describe la experiencia como "emocionante y sorprendente", debido sobre todo a la manera de abordarlo de Forster.

"Marc es un ser humano gentil y reflexivo. Hace que uno se sienta completamente cómodo. Había mucho respeto, colaboración y calidez en el plató. Fue un regalo trabajar con alguien que tiene tanta clase. Estaba metida en una enorme película de acción, y sin embargo las escenas que tenía que hacer con Brad eran íntimas y sutiles, y todo porque era Marc quien estaba narrando la historia. Siempre busca esas 'pequeñas perlas humanas', cómo él las llama. Era lo mejor de los dos mundos", dice Enos.

Enos dice que su colaboración con Pitt fue igualmente gratificante.

"Es un actor maravillosamente abierto y generoso que te lo pone fácil, y hace que haya muchas risas en el plató. Y se le nota que siempre está pensando en la historia y en la mejor manera de contarla", dice Enos.

"Mireille es una compañera brillante en el plató", dice Pitt. "Para conseguir una sensación de frescura y captar momentos naturales, muchas de las escenas familiares son como un estribillo. Eso requiere una gran comprensión del momento y un gran instinto reflexivo. Mireille puede encarnar la ternura de una madre y cambiar en un instante a la ferocidad de una leona protegiendo a sus crías. Como en las relaciones de verdad, ella llevó la mitad del peso, fue una auténtica aliada".

Enos observa que, aún cuando Karen comprende que Gerry tenga que abandonar a la familia, "...tiene sentimientos contradictorios acerca del hecho de que Gerry se haya presentado voluntario para esa misión. Por una parte, sería excelente que pudiera ayudar a resolver esa crisis mundial. Pero eso también significa que se queda sola con los niños, en un mundo en donde no es fácil sobrevivir. En el momento crítico en el que más le necesita, y cuando más necesitan hacer una piña juntos, él se marcha. Es complicado. Y eso tiene que ver con lo que intenta hacer Marc con la película: observar a la humanidad metida en una situación increíblemente peliaguda. Sin pasarse de la raya, pero estamos en un mundo en crisis y Marc ha hecho una película que nos conciencia de lo delicada que es la condición humana".

"Guerra Mundial Z" pone inicialmente de relieve esta "condición humana" a través de la íntima relación Gerry y su familia, a la que tiene que abandonar de mala gana por el bien de ellos. Por ello, era importante que las escenas entre Gerry, su mujer y sus dos hijas, interpretadas por Sterling Jerins y Abigail Hargrove, parecieran vivaces, tiernas y auténticas. Los espectadores debían sentir su unión inmediatamente, porque el mundo que conocen pronto va a cambiar totalmente, y de un modo violento y terrorífico.

"Era sumamente importante transmitir bien esa relación. Buscamos mucho y durante mucho tiempo y encontramos a dos chicas con mucho talento pero que también se comportan como cualquier chica de su edad y tienen el aspecto de cualquier chica de su edad. Y además pusimos énfasis en hacer que los cuatro pasaran el tiempo juntos como una unidad familiar, así que para cuando llegaron al plató, ya estaba hecho. Ya se habían reunido y habían jugado y comido juntos, y habían hecho algunas de las cosas que hacen las familias, así que no les perturbaba el hecho de verse por primera vez. Todo fluyó de manera muy natural. Abigail era talmente la hermana mayor, y Sterling era talmente la hermana pequeña y la niñita de la familia, y Mireille era una madre y Brad era un padre, así que ya habíamos cumplido unos cuantos requisitos. Además, creo que la mejor manera de reforzar dinámicas como esta en una película consiste en darles tiempo para que se compaginen y resulten creíbles", dice Gardner.

Thierry Umutoni, el amigo y antiguo jefe de Gerry, es la persona que pone en marcha ese plan mefistofélico y de doble filo: se compromete a transportar a toda la familia por aire a un portaaviones seguro a condición de que Gerry, que tiene unas habilidades muy especializadas, se embarque en una misión para salvar literalmente al mundo. El actor sudafricano Fana Mokoena interpreta a Thierry y "Guerra Mundial Z" es su segunda película con Marc Forster.

"Trabajé con Marc en ' Machine Gun Preacher', y es alguien impresionante. Provengo de una cultura en la que los directores prescriben y describen, pero Marc confía en sus actores. Te da margen para explorar y eso es muy liberador, sobre todo en una película de esta magnitud. No hay nada mejor que darle a un actor el espacio creativo para que pueda respirar, y él (Marc) lo consigue sin perder de vista a la vez la parte más grande la película. Siempre fue muy sensible respecto a la historia, los actores y los personajes, y le aportó esa sensibilidad a todo el proyecto", dice Mokoena.

Mokoena es también uno de los pocos actores de la película que tienen escenas tanto con Enos como con Pitt.

"Fue fantástico trabajar con los dos. Brad hace un trabajo de enorme calidad, pero además es un gran estudioso de la humanidad. Y Mireille es una persona maravillosa, siempre sonriendo y preocupándose por la gente a su alrededor. Y con un talento impresionante, saca lo mejor de todo el mundo. Es como una amiga que quieres conservar el resto de tu vida", dice Mokoena.

En una prisión militar norcoreana sitiada, Gerry se reúne con un agente de la CIA corrupto y recientemente encarcelado (David Morse) que puede que esté trastornado, o que no.

"Mi personaje se ha vuelto bastante cínico en cuanto a la visión que tiene del mundo. Ha hecho algo por lo que ha sido castigado, pero es un castigo que probablemente le haya salvado la vida, porque hace que termine en una celda en Corea y le protege de las cosas realmente terroríficas que están sucediendo afuera. La información que tiene ayuda a Gerry a pasar al siguiente nivel", dice Morse.

Desde detrás de los barrotes, le cuenta a Gerry una historia increíble y probablemente cierta acerca de su primer encuentro con el virus, y de la forma de combatirlo que ha escogido una nación.

Morse trabajó con Pitt en "Doce monos", y se sintió encantado de volver a reunirse con él para esa escena tan fundamental.

Un irónico y franco ranger del ejército, interpretado por James Badge Dale, es el director de la instalación militar norcoreana. Cumple las órdenes lo mejor que puede a la vez que mantiene a sus hombres con vida frente a la indescriptible anarquía que reina a las puertas de su búnker.

"Soy muy fan de David Morse, siempre lo he sido. Tuve el placer de trabajar anteriormente con él, y es un actor increíblemente dotado, humilde y respetuoso. Fue genial verle dar forma a este personaje, sentado en la celda de una prisión, y simplemente probando cosas. Es una interpretación muy dinámica, pero en un periquete le puede dar la vuelta y hacerla muy pequeña, interna y auténtica. El hombre es incapaz de mentir, siempre está muy atento, sencillamente fantástico", dice Badge Dale.

También le gustó mucho trabajar con Pitt, en su doble papel de actor y productor, los cuales, dice, se retroalimentaban mutuamente de un modo silencioso y sutil.

"Si no sabías que era el productor, no te darías cuenta, porque no alardea de ello. Lo que hace es presentarse como un artista solícito. Se preocupa por la historia, por los actores y los del equipo técnico, y se asegura de que todo el mundo se sienta cómodo. Está menos atento de sí mismo que de todos los que le rodean, lo cual es muy altruista y crea un ambiente de trabajo positivo", observa Badge Dale.

Badge Dale cuenta con una formación en técnicas de combate en pantalla, por su trabajo en la miniserie de HBO "The Pacific". Sin embargo, esta fue para él una experiencia militar completamente nueva., y puso toda su confianza en Freddie Joe Farnsworth, el veterano especialista y asesor técnico militar de "Guerra Mundial Z".

"Le dije a Freddie que no necesitaba ir al campo de entrenamiento, pero que sí quería pasar algún tiempo con los chicos que iban ser mis compañeros como soldados. Así que Freddie pasó un tiempo explicándonos las armas y nos dirigió en algunas maniobras, para que pudiéramos conocernos y estrechar lazos", explica.

La persecución de Gerry le lleva de Corea del Norte a Israel, en donde es testigo de primera mano de sus métodos autóctonos y tradicionales de contención y protección: muros y barricadas (algunas nuevas, otras antiguas), diseñados todos ellos para mantener a salvo a los suyos. Hasta que dejan de hacerlo, por supuesto. El guía de Gerry en Jerusalén es Jurgen Warmbrumm, del Mossad, e incluso cuando la situación allí degenera en violencia y caos, la mezcla del instinto y la experiencia de Gerry le permiten salir indemne a la vez que consigue otra información vital en su búsqueda de respuestas. El realizador israelí Ludi Boeken interpreta a Warmbrumm.

"En realidad soy director y productor de cine, y estoy desarrollando otro proyecto con Marc. Resulta que nos habíamos reunido en Londres para eso, y mientras estábamos hablando, Marc me miró de repente y (pese a que nos conocemos hace mucho tiempo) me dijo: '¿Has actuado alguna vez en una película? ¿Harías una prueba para mí?' Le dije: 'Sí, bueno, he salido en algunas de mis películas, normalmente de asesino o de malo'. Y creo qué él también sabía que yo había trabajado como reportero de guerra en Oriente Medio, no sólo en Israel, y que he conocido a gente como Warmbrumm," explica Boeken.

Daniella Kertesz, también de Israel, interpreta a Segen, la teniente israelí que se une a Gerry y se convierte en una ayudan fundamental para su misión, salvándole incluso la vida. "Guerra Mundial Z" es su primera película, y pasó por una versión del campo de entrenamiento para convertirse en la resulta Segen.

El asesor militar Farnsworth fue quién sirvió de guía a Kertesz durante el proceso.

"La metimos en el pelotón, le enseñamos nociones básicas de formación, con todo el entrenamiento y todos los demás extras. Solamente tuve cuatro o cinco días para trabajar con ella, pero se lo tomó realmente bien", dice Farnsworth.

Por regla general, los realizadores intentaron contratar a actores nativos para representar la gran variedad de gente que Gerry se va encontrando mientras viaja por el mundo.

"Todo se basaba en la autenticidad, tanto en lo relativo a la calidad de la interpretación como a la representatividad del mundo. Fuimos a todos los lugares de dónde eran los personajes, y buscamos entre los talentos locales para intentar encontrar a las personas adecuadas. No nos interesaba gente imitando acentos y fingiendo que eran de países de donde no eran", explica Dede Gardner.


De viaje por el mundo
Para seguir la búsqueda intercontinental de Gerry Lane en pos de la cura para la pandemia mundial, "Guerra Mundial Z" se rodó en localizaciones remotas, en tierra y a menudo en el mar.

"En primer lugar se llama 'Guerra Mundial Z', así que era fundamental que representásemos el mundo entero. Creo que cada vez más gente es consciente del planeta, pues puedes pulsar un botón y ver lo que sucede en prácticamente cualquier lugar. Así que cada vez resulta más difícil fingir eso. Los espectadores son listos, saben qué aspecto tienen las distintas ciudades del mundo, y llega un punto en que no se les puede engatusar con trucos, ni yo creo que se deba hacerlo. Creo que las películas se benefician de las diferentes localizaciones y culturas, ambientes y costumbres, y creo que eso se nota en la pantalla", dice Gardner.

"Guerra Mundial Z" empieza en Filadelfia al desatarse un casos de zombis a escala global. Glasgow hizo de doble de Filadelfia, y aunque las dos ciudades son muy diferentes, ambas comparten una arquitectura similar, parte de la cual fue aumentada durante la post-producción. Para transformar aún más la ciudad escocesa, la producción tuvo que sustituir las señales de tráfico y los vehículos locales por sus equivalentes norteamericanos. Además, Glasgow ofrecía un diseño ideal para mostrar un caos supremo.

"La ciudad está diseñada en torno a una plaza, lo que nos daba una mayor oportunidad para ver el tumulto y el pánico cuando los zombis se apoderan de la ciudad", dice Michael Harm, encargado de las localizaciones.

Glasgow también fie particularmente hospitalaria en cuanto a los extras y el personal que se necesitaba para plasmar el inicio de la pandemia.

"Cuando estábamos en las calles más pequeñas al principio de la secuencia, contábamos con más de 200 personas para hacer que las calles parecieran llenas. Cuando nos trasladamos a la plaza para la escena del tumulto, pasamos de golpe a 700 personas. Pero lo que fue un verdadero golpe de suerte fue que había un viejo edificio del Bank of Scotland que estaba totalmente destartalado. Eso nos brindaba más de 4.000 metros cuadrados en donde podían quedarse los artistas entre las tomas. Y utilizamos sus cuatro pisos para maquillaje, vestuario y cátering", dice Harm.

El veterano director de segunda unidad Simon Crane orquestó gran parte del tumulto de "Guerra Mundial Z".

"Cuando vemos por primera vez a los zombis, en Filadelfia, se pasa muy deprisa de la calma al cien por cien de pánico y acción, y Glasgow funcionó de maravilla. Marc sentía una gran pasión por mostrar la enorme escala de la devastación e intentamos hacerlo de manera práctica y ante la cámara lo más posible. Abordamos el ataque de los zombis como una jauría de perros rabiosos, que corren y derriban a la gente. Intentamos transmitir ese miedo y esa violencia", dice Crane.

Para lograrlo necesitaban un trabajo de coreografía de especialistas, que comenzó con una previsualización de la acción en el ordenador y culminó, entre otras cosas, con el sacrificio de varios vehículos...

"Destrozamos más de 150 coches diferentes. Hicimos chocar al camión de la basura y empotramos el Volvo de Brad contra una ambulancia y varias cosas más. Era una escala grande de verdad. Al menos el ochenta por ciento de los vehículos quedó destrozado", dice Crane. "Glasgow estuvo genial. Cerramos al tráfico manzanas enteras para hacer choques controlados de coches en el exterior de los principales edificios. Fue fantástico".

Gardner observa que hasta la llegada de la producción de "Guerra Mundial Z", Glasgow no había experimentado el influjo temporal del ejército de personas que forman una película grande y complicada, y dice que la ciudad se mostró receptiva y hospitalaria a más no poder.

"Lo de Glasgow fue toda una operación. Aunque no habían acogido muchas superproducciones, la ciudad mostró un entusiasmo increíble no sólo para acogernos, sino para intentar hacer más fácil nuestro trabajo. La recepción fue alucinante. Para rodar la primera gran secuencia del ataque de los zombis, cerraron la plaza mayor de la ciudad para nosotros durante más de dos semanas. Y la gente lo aceptó. Pusieron carteles en las ventanas dándonos la bienvenida. Fue verdaderamente sensacional", recuerda Gardner.

A menudo, la enorme cantidad de extras y personal asociado necesario para convertirlos en zombis se convertía en un circo logístico.

"Hubo muchos, muchísimos miles de extras durante muchos días en el plató. Hicimos grandes escenas de multitudes en Malta, que pasaba por ser Jerusalén. Hubo grandes escenas de multitudes en Glasgow como si fuera Filadelfia. La secuencia del avión requirió apenas 150 extras para llenar el interior de la aeronave durante cuatro días de fotografía. Y esas escenas son aún más complicadas, porque había una gran presencia de zombis. Eso implicaba unas cantidades gigantescas de material de peluquería, maquillaje y vestuario para lograr la estética de lo que queríamos conseguir. Si cuentas con 500 extras que tienen que tener un aspecto determinado, eso implica que se necesita una enorme cantidad de gente para prepararles. Un día estábamos rodando con todos los extras al completo, y recuerdo haber entrado al plató y literalmente apenas podía moverme, debido a la cantidad de gente que había allí preparando a todo el mundo. Y luego, un par de horas después mandamos a todos los zombis fuera para que descansaran un poco, pues íbamos a hacer otra cosa solamente con Brad y unas pocas personas más, y fue como si el plató se quedara desierto. Fue de risa", dice el productor Ian Bryce.

Para aferrarse al mantra de la autenticidad, el equipo de realizadores se esforzó por dar verosimilitud a la anarquía llena de adrenalina de los zombis. Gerry Lane no es un superhéroe, sino más bien un tipo astuto, ingenioso e híper receptivo. Crane había trabajado antes varias veces con Pitt y tenían una clave en cuanto a cómo conseguir las complicadas escenas de acción.

"Brad tenía muchas ideas acerca de la estrategia para montar toda la acción, y siempre intentamos hacerlo lo más real posible. Es un antiguo trabajador de la ONU, no un combatiente. Es una persona real, un tipo normal y corriente. Así que intentamos hacerlo todo lo más creíble posible. Es muy bueno en el tema de la acción, y quiso involucrarse tanto como fuera posible, lo cual por supuesto también fue de gran ayuda", dice Crane.

La familia Lane encuentra un refugio temporal en un enorme portaaviones y, de hecho, se hizo pasar a la nave británica Argus por el buque norteamericano. Rodar la secuencia de la llegada fue una proeza, con helicópteros de verdad, 500 extras, decenas de vehículos militares y, por supuesto, el propio portaaviones, poderoso y elegante.

"Fue genial trabajar en un portaaviones de verdad en lugar de en un escenario. La intensidad emocional fue mucho mayor. Ofreció una gran escala y autenticidad, que es lo que queríamos para esta película, porque en muchos sentidos, es una película bélica. El mundo está en guerra contra los zombis", dice Forster.


El reparto infectado
Por supuesto, la parte más fundamental de la película son los propios zombis. Forster y compañía querían respetar el género, pero sin verse sujetos al mismo, crear algo orgánico y original para esta historia en particular.

"Últimamente, con las películas de zombis, todo el mundo se remite a las de George Romero, porque son muy emblemáticas. Hace poco, ha salido '28 días después' y cosas parecidas. Así que, como realizador, uno intenta siempre hacer algo nuevo y diferente, aunque se esté trabajando en el marco de su historia. Y eso es lo que hemos intentado hacer con esta. Hay ciertos elementos clásicos de los zombis que hemos incluido, pero sus movimientos y sus motivaciones van a ser diferentes", dice Forster.

Concretamente, los realizadores basaron su comportamiento en la "teoría del enjambre", una pauta de movimientos que se ve en la naturaleza y en la que él hizo hincapié antes incluso de que esos seres bastante antinaturales aparecieran en pantalla.

"Es la forma en la que se mueven juntas las aves, las hormigas o los peces. Hay casi una 'inteligencia de enjambre' en ella. Me pareció que sería interesante ver a esos zombis, que no tienen inteligencia puesto que son muertos ambulantes, reaccionar con esa mentalidad de enjambre. No hay una verdadera dirección, puesto que los zombis son los no-muertos. Pero en conjunto, hay una consciencia inconsciente".

Cuando se mueven a ese ritmo frenético es cuando los zombis son más peligrosos, sin embargo, no siempre son agresivos. En "Guerra Mundial Z", las mejores pero aún así terroríficas imágenes que vemos de los zombis son cuando están inactivos.

"Cuando no se les provoca, están paralizados, son lentos y vagan sin rumbo. Cuando comienza el frenesí alimenticio, es casi como un tiburón al olor de la sangre. En el momento en que detectan que hay algo a lo que atacar, se lanzan a por ello. Y que dejamos claro muy pronto que les aturde el sonido", dice Forster.

Los realizadores crearon consciente y deliberadamente un "contexto" creíble para el comportamiento de los zombis, y para hacerlo, al igual que Gerry, comenzaron por sus orígenes.

"Gran parte del trabajo consistió en compaginar nuestra mitología zombi con la ciencia. Contratamos a diversos asesores que nos hablaron de todo, desde enfermedades infecciosas hasta el comportamiento de las colmenas, pasando por los mecanismos psicológicos de defensa. Cómo se protegen las personas y los animales contra un parásito, por ejemplo, y cómo sobreviven. Nos pareció mucho más interesante vincular nuestros zombis a la realidad lo más que pudiéramos, sabiendo perfectamente que no son reales. Y el segundo paso fue averiguar cómo expresar eso. Una vez que uno se ha metido en esa dinámica de pensamiento, se abren muchas otras puertas. Está el zombi que se acaba de convertir: ¿Cómo es en realidad la conversión?¿Cuánto tiempo dura? ¿Con cuánta rapidez se convierten en alguien distinto? ¿Hace falta provocarles para que lo hagan? ¿Cuáles son las condiciones que les provocan? ¿Qué aspecto tendría alguien que lleva una hora siendo un zombi comparado con alguien que lleva siéndolo un mes? Y luego está obviamente la cuestión de la velocidad. Históricamente, los zombis son lentos. Pero nosotros queríamos tanto zombis lentos como rápidos, porque las diferentes circunstanciales medioambientales de nuestra película lo permitían", dice Gardner.

Para crear la legión de zombis, el equipo recurrió a una combinación de efectos y artistas: bailarines, especialistas, protésicos, maquilladores, efectos generados por ordenador y movimientos de cámara meticulosamente coreografiados. Y cada zombi no era el mismo de una escena a otra, cada uno tenía su propio baile, diseñados por la coreógrafa Alexandra Reynolds. El primer humano al que vemos sucumbir bajo la infección zombi está interpretado por el especialista en movimientos Ryen Perkins-Gangnes.

"Estudié cómo empieza a moverse la gente cuando tiene un ataque epiléptico, y basamos en eso la transformación de humano en zombi. Ryan es un artista del movimiento increíble, y fue muy bueno transmitiendo ese movimiento de contorsionista, que era literalmente todo suyo. O sea, le añadimos venas reventando y vemos cómo le cambian los ojos mediante efectos generados por ordenador. Los ojos eran muy importantes para mí, pensé que una vez que los ojos habían cambiado, la persona era realmente un muerto viviente", dice Forster.

Los futuros zombis comenzaron a aprender sus coreografías en talleres durante la pre-producción en donde asimilaron muchas influencias, desde insectos hasta perros policía pasando por la interpretación de Javier Bardem en "No es país para viejos".

"Empezamos por intentar averiguar la mentalidad de los zombis, así que pensamos en películas con personajes que no tienen ninguna humanidad. Pensamos que el personaje de Javier Bardem en "No es país para viejos" daba una sensación interesante. Así que pasamos mucho tiempo intentando recrear lo que se debía sentir siendo él, para que el movimiento saliera desde dentro. Alex trajo también muchas imágenes de insectos alimentándose, lo voraces e implacables que son, y cómo su ritmo puede pasar de ser muy rápido a ser lento, y luego rítmico y nuevamente rápido. También trajo vídeos de los perros de la policía israelí, la forma en la que hacen presa con sus mandíbulas, cómo se agitan sus cuerpos y se retuercen todo el rato sus espinas dorsales. Así que nos convertimos en esta especie de criatura parecida a un insecto de potentes mandíbulas, desprovista de toda humanidad y de sentido del futuro o del pasado, atrapados simplemente en el momento presente", explica Perkins-Gangnes.

Alexandra Reynolds trabajó también con el director de animación Andy Jones y su "troupe" de zombis para investigar y refinar sus movimientos. Realizó una extensa y ecléctica labor de documentación para coreografiar sus horripilantes bailes.

"El guión tenía una imaginería increíble que me inspiró mucho. Quería conseguir un efecto que fuera visceral y real, y que siguiera el ritmo del héroe y del público. Le eché un vistazo a algunas revistas médicas de la época victoriana. Examiné la manera en que el cuerpo puede entrar en estado de shock y de parálisis. Todo el tiempo buscábamos algo que ya no se reconociera como humano, pero que siguiera entrando en el terreno de lo posible. No quería perderme en fantasías, quería que fuera mucho más siniestro que eso. La intención de Marc era que los zombis fueran únicos y diferentes, y me pidió que improvisara y experimentara para encontrar ese nuevo lenguaje", explica.

La diseñadora de vestuario Mayes Rubeo también contribuyó a ese "nuevo lenguaje" con la idiosincrática estética de cada zombi.

"Queríamos mostrar el proceso de transformación de humano a zombi a través del vestuario. Nadie tiene el mismo mordisco, ni nadie ha sido herido o traumatizado de la misma forma. Si te fijas en todos los zombis que tenemos, cada uno lleva un diseño específico, incluyendo el desgaste de su vestido, el estado de su ropa, la cantidad de sangre. Queríamos retratar a cada uno de ellos como individuos en distintos grados de la epidemia. Todo fue idea de nuestro director Marc Forster, que está al frente de esta operación zombi", explica Rubeo.

Toda esa atención a los detalles se revela a menudo en horripilantes y gigantescos barridos de cámara, incluyendo una imagen terrorífica de los zombis subiéndose unos encima de otros para escalar una muralla "inexpugnable". Forster recurrió a menudo a estos barridos y evitó los cortes rápidos y los planos temblorosos.

"Algunas películas se prestan a un estilo de cámara y de montaje más frenético. En esta, decidimos hacer unos movimientos de cámara más estables. La idea de tener a miles de zombis intentando escalar una muralla mientras los helicópteros les disparan, creo que esas secuencias han sido sumamente bien ejecutadas", dice Ian Bryce.

De hecho, además de los movimientos tradicionales de grúa, helicópteros auténticos dispararon contra los zombis, aunque no con balas.

"Hicimos un montón de tomas en helicóptero en Malta", dice Bryce. "A veces uno tiene que meterse en un helicóptero para captar la escala del plató".