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  Kika superbruja y el libro de hechizos  (Hexe Lili)
  Dirigida por Stefan Ruzowitzky
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¡La anciana bruja Elviruja (PILAR BARDEM) está llegando al límite de su paciencia! Y es que el malvado hechicero Jerónimo (INGO NAUJOKS) ha vuelto a colarse en su idílica casita de bruja para apoderarse de su valioso libro de brujería. Menos mal que el pequeño dragón volador Héctor (voz de MICHAEL MITTERMEIER), algo rechoncho por culpa de su glotonería, está ahí cuando se le necesita. Elviruja debe ponerse en acción: ha llegado la hora de buscar una sucesora. Héctor también empieza a buscar una guardiana digna del libro de brujería, y aterriza con el libro (y en medio de un gran estruendo) en la casa de Kika (ALINA FREUND). Cuando Kika descubre el libro de brujería, comienza el caos...

Kika solo consigue hacer hechizos disparatados: primero invoca la presencia de monos en su habitación y los convierte a todos en cabritos, además de inundar de agua su clase. Por eso, Héctor se empeña en explicar a Kika que con esos lamentables hechizos nunca jamás podrá ser la sucesora de Elviruja. Y mientras Kika intenta convertirse rápidamente en una buena bruja durante su "periodo de prueba", el hechicero Jerónimo, deseoso de conquistar el mundo, vuelve a la carga con su no menos maligno perro faldero Serafín, dispuesto a apoderarse por fin del libro de brujería y dominar el mundo de una vez por todas...


Sinopsis larga
¡La anciana bruja Elviruja (PILAR BARDEM) está llegando al límite de su paciencia! Y es que el malvado hechicero Jerónimo (INGO NAUJOKS) ha vuelto a colarse en su idílica casita de bruja para apoderarse de su valioso libro de brujería. Menos mal que el pequeño dragón volador Héctor (VOZ DE MICHAEL MITTERMEIER), algo rechoncho por culpa de su glotonería, está allí justo cuando se le necesita. Héctor se da cuenta rápidamente de que la atractiva rubia (YVONNE CATTERFELD) que se pavonea en el oscuro bosque vestida de forma provocativa sólo puede ser uno de los vulgares trucos de Jerónimo.

¡Bingo! Jerónimo está a punto de hipnotizar a Elviruja para someterla a su voluntad. En ese momento, a Héctor se le ocurre una idea genial: toma el espejo de mano de la cómoda y se lo pone delante a la chica rubia, que poco a poco vuelve a convertirse en el infame mago. Así, los rayos cambian de sentido y Jerónimo se queda paralizado ante su propio hechizo.
Después de ayudar a su ama a recuperarse del estado de inconsciencia, el dragón regordete está contentísimo, porque Jerónimo ha vuelto a fracasar en su intento de apoderarse del libro de brujería con el que habría podido construir la máquina para dominar el mundo. Pero Elviruja no puede alegrarse tanto, ya que sabe que es el momento de encontrar una sucesora, pues pronto no podrá combatir los ataques del malvado hechicero.

Dicho y hecho: la guardiana del libro de brujería envía a su dragón con el valioso libro por los diferentes países y épocas, y así es como Héctor aterriza con el libro (y con un gran estruendo) en casa de Kika (ALINA FREUND). Sin embargo, el pequeño dragón pasa desapercibido al principio, porque Kika le confunde con uno de los innumerables peluches de su exasperante hermano pequeño Leon (SAMI HERZOG), y este animal acaba de destruir la maravillosa maqueta que tanto le había costado construir...

Kika está tan enfadada que tiene ganas de lanzarle el dragón a Leon, lo que no agrada precisamente a Héctor, que se hace el muerto por si acaso. La madre de los dos niños (ANJA KLING), que, alarmada por el griterío, llega corriendo, también desea que sus hijos arreglen el conflicto de forma pacífica. Sin embargo, Kika arroja a Héctor por los aires con intención de golpear a Leon, pero falla el objetivo, con lo que el dragón choca contra la pared por el ímpetu del golpe y queda inconsciente.

Refunfuñando, Kika vuelve a su habitación cuando, de pronto, entre las ruinas de su maqueta, descubre el libro de brujería. Con gran asombro hojea el pesado volumen, sin darse cuenta de que los hechizos que murmura para sí de forma inconsciente se cumplen. Antes de que los músicos que ha conjurado puedan causar calamidades y desastres, Kika lanza otro hechizo con el que logra evitarlo, aunque más debido a la casualidad y a la suerte.

Mientras tanto, Leon ha incorporado a su colección a Héctor, al que identifica con un dinosaurio de goma, y Héctor hace todo lo posible por combatir los ataques de un Tyrannosaurus rex especialmente beligerante. Al final, basta con una breve llamarada para poner al monstruo de plástico en su sitio. Menos mal que Leon ha salido con su madre, porque no podría soportar la visión de su dinosaurio favorito con la cabeza derretida tristemente caída hacia un lado.

Ahora, Héctor puede por fin dedicarse a su ocupación predilecta: comer. No tarda mucho en descubrir la cocina y el frigorífico, donde le aguardan palitos de pescado con flan de chocolate, embutido con nata montada y brócoli con mermelada. De pronto, en pleno picoteo se cierra la puerta del frigorífico y Héctor se queda atrapado, helado de frío y a oscuras.

Mientras, Kika sigue descubriendo el libro de brujería: justo ahora ha llegado a una página donde aparece dibujado un monito, y, una vez más sin darse cuenta, con un conjuro invoca a una manada de monos salvajes en su habitación. Pero cuando uno de los animales la mira fijamente a los ojos, Kika se asusta terriblemente, y, sin dejar de gritar, sale corriendo de la habitación en busca de una solución. A los monos les gustan los plátanos y la leche, así que se dirige a la cocina, abre la puerta del frigorífico y se lleva otro susto: en pleno caos de comida aparece ante sus ojos el pequeño dragón Héctor, sentado y ya cubierto por una fina capa de hielo.

Kika quiere cerrar la puerta inmediatamente, pero Héctor intenta impedirlo con todas sus fuerzas y, desesperado, grita que es el guardián del libro de brujería y está buscando una nueva bruja. Entonces Kika es toda oídos, y poco a poco cae en la cuenta del significado de ese misterioso libro.

Al día siguiente, la pequeña lleva el libro de hechizos al colegio, y el caos se desata inmediatamente, pues Kika solo conjura cosas disparatadas: primero lanza un hechizo para ponerle colas de perro a sus compañeras, y después inunda de agua su clase. Por eso, Héctor se empeña en explicar a Kika que con esos penosos hechizos jamás podrá ser la sucesora de Elviruja. Y mientras Kika intenta convertirse rápidamente en una buena bruja durante su "periodo de prueba", el hechicero Jerónimo, deseoso de conquistar el mundo, vuelve a la carga con su no menos maligno perro faldero Serafín para apoderarse por fin del libro de brujería y dominar el mundo de una vez por todas...