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  La saga Crepúsculo: Luna nueva  (The Twilight saga: New moon)
  Dirigida por Chris Weitz
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Crepúsculo, la primera película basada en la serie de novelas bestsellers Crepúsculo, creada por Stephenie Meyer, llegó a las salas de cine en noviembre de 2008, en medio de una gran expectación. Se convirtió en un éxito al instante, algo nada fácil para un proyecto sometido a un riguroso escrutinio por parte de los millones de entregados fans de las novelas, que estaban deseando ver cómo se plasmaban sus héroes y heroínas en la gran pantalla. La adaptación cinematográfica del insólito romance entre una sensible estudiante de instituto y un vampiro de más de cien años de edad consiguió recaudar más de 70 millones de dólares el fin de semana de su estreno, y llegaría a superar los 350 millones de dólares de taquilla en todo el mundo. El éxito allanó el camino para la versión cinematográfica de la siguiente entrega de la serie de bestsellers, La Saga Crepúsculo: Luna Nueva.

Wyck Godfrey, productor de ambos filmes, estaba decidido a que La Saga Crepúsculo: Luna Nueva no fuera otra simple secuela más. Como el libro en el que se inspira, la película lleva la incipiente relación entre Bella Swan y Edward Cullen a un nivel más intenso y peligroso, y saca a la luz un conflicto que perseguirá a Bella a medida que avanza la historia: la añeja rivalidad entre la tribu quileute y los vampiros, encarnada en Jacob Black, el mejor amigo de Bella, y su amado Edward.

"El reto estaba en no limitarse a repetir lo mismo que ofrecía la primera película", explica Godfrey. "A medida que avanza la historia, el mundo se va ampliando. Tenemos que hacer evolucionar a los personajes y ofrecer visualmente ese nuevo mundo. Vamos profundizando en la vida de Bella a medida que se expande su mundo. Va descubriendo cosas nuevas sobre la gente de Forks, principalmente sobre los quileutes y Jacob. El descubrimiento de que Jacob y sus amigos se convierten en lobos es muy importante".

"Bella se da cuenta de que vive en lo que parece ser un mundo de fantasía en el que los vampiros y los hombres lobo son reales", comenta. "Justo cuando logra hacer un amigo que la hace sentir viva de nuevo tras la desaparición de Edward, descubre que él también es diferente. Y como la única razón por la que existen estos hombres lobo es precisamente por la existencia de los vampiros, Jacob no se habría convertido en hombre lobo de no ser por Edward. Ése es el conflicto básico entre Jacob y Edward, y Bella se ve atrapada en medio como humana".

El éxito del director Chris Weitz en la adaptación de libros para la gran pantalla, como Un niño grande y La brújula dorada, lo convertía en un evidente candidato para este proyecto, afirma Godfrey. "Chris tiene experiencia en la dirección de películas de fantasía con complejos efectos especiales, así como íntimos estudios de personajes, y trabaja bien con actores jóvenes. Pero es su aprecio por los libros y personajes de Stephenie Meyer lo que hacía de él el director perfecto para La Saga Crepúsculo: Luna Nueva".

"Era vital para nosotros honrar debidamente la creación de Stephenie y a los fans que adoran la serie de Crepúsculo", agrega Godfrey. "Lo que no queríamos hacer era coger sus libros y tratar de reinventarlos. Chris se enamoró de los libros y sabía cómo hacer que la historia cobrara vida, a la vez que se mantenía arraigada en la realidad. Eso era fundamental. Aunque se trata de criaturas fantásticas, la historia parece que se desarrolle en todo momento en nuestro mundo".

Aunque Weitz no estaba inicialmente familiarizado con las novelas, se convirtió rápidamente en fan. "Leí los libros", explica el director. "Entonces fui a ver la primera película con público y me quedé entusiasmado con la extraordinaria intensidad de la reacción emocional que pude ver. Cuando veo una película, busco una abrumadora sensación de verse inmerso en un universo, y ésta me pareció una oportunidad de lograrlo. Es muy distinto de lo que he hecho antes, pero también hace uso de los dudosos talentos que he logrado acumular con los años".

Weitz se dio cuenta de que su principal responsabilidad era mantenerse fiel a los libros. "Me esforcé muchísimo para lograr que todo quedara bien en ese aspecto", asegura. "La primera película fue todo un fenómeno. Los libros fueron todo un fenómeno. Mi primer deber era respetar la pasión que los fans de la saga sienten por el libro, pasión que han trasladado a la película. No hacía falta rehacer por completo el mundo. Esta vez vamos a sitios distintos, pero aún conservamos el respeto a los fans".

El director consultó con frecuencia a la autora, incluso en cuestiones menores, según Meyer. "Le preocupaban hasta los aspectos más insignificantes, como, ¿puede llevar zapatos esta persona?", comenta. "Comprobaba todos los detalles. Quería que fuera todo como en el libro, y se portó estupendamente con eso".

Poder disponer de la autora resultó inestimable para Weitz. "En El Señor de los anillos, nadie podía preguntarle a Tolkien qué es lo que pensaba cuando lo escribió", explica el director. "Yo podía escribirle un mensaje de correo electrónico a Stephenie y preguntarle cuestiones prácticas como: ‘¿funcionan realmente los poderes de Jasper con Bella?’, así como cuestiones metafísicas más importantes. Me permitió asegurarme de que estuviéramos en todo momento manteniendo la coherencia con respecto a los libros".

Meyer agradece la diligencia de Weitz y comenta: "Te escucha de verdad. No dice mucho, pero a la vez está muy claro qué es lo que busca. Sentí que mi material estaba en buenas manos con él".

Para Meyer, escribir Luna Nueva fue una experiencia completamente distinta al libro anterior. "Seguramente sea el libro que más me ha costado escribir porque, por primera vez, tenía la certeza de que la gente iba a leer lo que escribiera. Cuando escribí Crepúsculo, era solo para mí. De repente, sentí como si la gente me observara por encima del hombro. Tenía mucho miedo escénico".

"Luna Nueva fue un libro muy diferente y no fue lo que los fans esperaban necesariamente", continúa explicando. "El primer libro era sobre el amor verdadero. La consecuencia natural de ello, sobre todo cuando eres tan joven, es que te van a partir el corazón y, cuanto más ames a alguien, más duro resultará".

"Edward cree que protege a Bella al poner fin a su relación", prosigue Meyer. "No espera el tormento y la angustia de estar separados, que es una experiencia universal compartida por todos los espectadores, ya sean hombres o mujeres. Al final, los dos han aprendido mucho sobre lo importantes que son el uno para el otro. Bella madura bastante y Edward tiene que darse cuenta de que no lo sabe todo".

También se vuelve fundamental para la historia la amistad que se desarrolla entre Bella y Jacob Black, un hombre lobo, enemigo natural de los vampiros. "Hay mucho más en juego", afirma Weitz. "Ahora no solo corre peligro la existencia de Bella, sino también la de Edward. Por lo que respecta al mundo de la historia, tenemos ocasión de conocer nuevos rincones y elementos de la mitología y, a medida que dicha mitología se amplia, también lo hace la película".

"Cierto, estamos contando una historia de vampiros y hombres lobo y lo sobrenatural", prosigue el director. "Pero, más allá de eso, trata con sentimientos humanos muy básicos de amor, añoranza, necesidad, pérdida, apego y amistad. Trata del peligro al que sometes tu corazón cuando te enamoras. Como dice Bella en Crepúsculo, no teme a Edward porque sea un vampiro, lo teme porque está loca por él. Y en esta película se forma una especie de triángulo amoroso, que es algo muy atractivo con lo que el público se puede identificar".

Meyer afirma sentirse más entusiasmada incluso por este nuevo paso de la saga de lo que estaba por el primero. "Crepúsculo nos permitió sentar las bases de este estupendo lugar, nos sirvió casi de trampolín, por decirlo así", explica. "Ahora toca saltar y alcanzar un nuevo nivel. Los miembros del reparto ya se conocen, conocen a sus personajes y están encantados de volver. El libro era más emotivo en ciertos aspectos y es mucho más profundo. Y luego tenemos todos los personajes nuevos. Va a ser divertidísimo. Estoy deseando ver interactuar a la manada de lobos, y por supuesto los Vulturis van a ser geniales".

Pero, en última instancia, los fans siguen siendo lo que la motivan, afirma la autora. "Estamos hablando de personajes ficticios que me he inventado", se maravilla. "Y a los fans les importa de verdad lo que les pase. ¿Qué sucederá a continuación? ¿Qué hacen un viernes cualquiera por la noche? ¿Adónde iría Bella a que le hicieran la manicura? Hasta el más minúsculo detalle. Que la gente se implique tanto en tus personajes resulta tremendamente halagador".


Acerca del reparto
Crepúsculo convirtió en superestrellas internacionales a sus jóvenes protagonistas: Kristen Stewart, que interpreta a Bella Swan, la inocente mortal en el centro de esta historia, y Robert Pattinson, que interpreta a Edward, el seductor y atormentado vampiro de Crepúsculo. Ahora, La Saga Crepúsculo: Luna Nueva pone a Taylor Lautner en situación de unirse a ellos al volver a meterse en la piel de Jacob Black, que se ha convertido en una verdadera fuerza imparable de la naturaleza.

El director Chris Weitz se encontró con un proyecto en el que se daba la insólita situación de saber quiénes iban a ser sus actores protagonistas. "Normalmente suelo implicarme hasta el fondo en el proceso de selección de actores", asegura. "En este caso, tuve la buena fortuna de heredar al estupendo grupo de actores que Catherine Hardwicke había elegido en primer lugar. La oportunidad de trabajar con ellos era una de las partes más apasionantes de la experiencia".

Pero no todos los miembros del reparto estaban ya listos cuando Weitz ocupó su sitio en la silla del director. "Hay unos cuantos personajes nuevos que aparecen en pantalla relativamente poco tiempo pero tienen una garra y un impacto increíbles, y conducen a la mitología del resto de la serie", explica Weitz. "Siempre intento conseguir a la gente adecuada, independientemente del peso de su papel".

Al empezar a rodar, Weitz hizo algo que no había hecho nunca antes: distribuir un folleto de 20 páginas que resumía sus ideas para la película y los personajes. "Lo llamé una guía de orientación", comenta. "La información que les di estaba pensada para familiarizarlos con los escenarios y el estilo de la película, de modo que estuvieran lo mejor informados posible de antemano. Eso nos dio libertad para improvisar sobre la marcha. Nunca pretendo limitar a actores jóvenes y a gente creativa a las decisiones que he tomado yo, pero me gusta proporcionarles la mejor base posible".

Bella, Edward y Jacob: un triángulo eterno
Los primeros momentos de la película nos muestran a una Bella que cada vez es más consciente de su edad y su mortalidad. "Empieza a resultarle una carga muy pesada", explica Kristen Stewart. "Su mayor pesadilla es que Edward la abandone. Y es lo que hace. Toda persona con la que han roto alguna vez o a la que le han pisoteado el corazón sabe que te lo cuestionas todo. Es como si pensaras: ‘con lo claro que lo tenía, ahora, ¿será real nada de lo que creía? Porque nada podría ser más real que eso, y me equivoqué’".

Stewart quiere dejar algo claro: Bella no es ninguna dama en apuros. "Tiene muy controlada su situación. Se entregó a alguien y esperaba a cambio lo mismo de él".

Bella ha desarrollado dos relaciones firmes pero distintas con los hombres de su vida. "Edward es algo que necesita", asegura la actriz. "Le aporta equilibrio, pero eso no significa que sea la persona más adecuada para ella. Es complicado, es frío, es reservado. Pero, sin su capacidad para contenerse, nunca podrían estar juntos".

"Jacob es el polo opuesto", prosigue Stewart. "Es alegre. Es cálido y divertido, y saca lo mejor de ella. Básicamente, es su mejor amigo, y si pudieras salir con tu mejor amigo, sería algo hermoso, pero no significa necesariamente que estés enamorada de él".

La gran preparación de Weitz le hizo ganar muchos enteros con Stewart. "Chris tiene sus ideas muy bien organizadas y se muestra muy colaborador", afirma. "Era bueno saber que estaba tan comprometido como nosotros, y no que se limitaba a apuntarse al siguiente proyecto de éxito".

Robert Pattinson también quedó impresionado con el conocimiento del director del mundo de Crepúsculo. "Crepúsculo tenía un final feliz", comenta el actor. "Bella y Edward acababan juntos y habían vencido a sus enemigos. En La Saga Crepúsculo: Luna Nueva, les toca afrontar la realidad. Tienen que vérselas con la evolución de su relación y su compromiso mutuo, así como con las amenazas reales que surgen como consecuencia. Cuando Edward deja a Bella, básicamente le arrebata a ella su vida, y le mata tener que estar lejos de ella, porque se han vuelto muy dependientes uno de otro".

"Como Kristen y yo hemos interpretado antes a estos personajes, tenemos una idea muy concreta de cómo pensamos que los personajes evolucionan a lo largo de toda la serie", prosigue Pattinson. "Chris fue muy comprensivo con eso. Pero también vino preparado con muchas ideas excelentes y se había documentado muy bien para respaldarlas".

Pattinson se refiere a su personaje como un "vampiro reacio", a diferencia de los Vulturis. "Se ven como monstruos, pero se sienten a gusto con ello", explica. "Pero, cuando ven a una humana que dice amar a Edward, quieren creer que es algo posible y eso es básicamente lo que lo salva a él".

La Saga Crepúsculo: Luna Nueva señala el salto al primer plano del personaje de Jacob Black, que tenía un papel mucho más secundario en la película anterior. Jacob es miembro de la tribu quileute, los pobladores originales de Forks, Washington. Jacob, amigo de la infancia de Bella, no estaba pensado en un principio que tuviera un papel tan importante en la historia como el que acabó desempeñando, según Meyer. "Jacob fue algo que surgió de repente. No se suponía que debía existir como lo acabó haciendo, pero su personalidad estaba tan presente y tenía tanta fuerza, que me di cuenta de cómo determinaría los acontecimientos que se sucederían en el libro".

Durante La Saga Crepúsculo: Luna Nueva, Jacob descubre que ha sido elegido para convertirse en protector de su pueblo, un hombre lobo que los defiende de los ataques de los vampiros. "Jacob está pasando por una transformación", explica Lautner. "Se podrá apreciar un aspecto físico distinto en el personaje de Jacob. Ha ganado casi 15 kg de músculo, para empezar. Y, a medida que cambia físicamente, también cambia emocionalmente".

"Me enorgullece poder decir que realicé la mayoría de mis propias escenas arriesgadas, que son, además, algunos de mis momentos preferidos de la película", afirma el actor, que tenía 17 años durante el rodaje. "Por ejemplo, en una escena, Jacob sale a toda velocidad de la casa, salta por encima de una valla, cruza un arroyo de un salto y continúa a la carrera por un campo. Estaba suspendido de cables y me elevaron tres metros sobre el suelo hasta detenerme bruscamente en el punto en que tenía que quedarme parado para que los responsables de efectos especiales pudieran transformar más tarde mi cuerpo en el de un lobo".

Lautner, que practicó deportes durante toda su época de instituto y competía en "artes marciales extremas", dice que su complexión atlética no solo le permitió llevar a cabo sus escenas arriesgadas, sino que le sirvió también para hacerse una idea de la forma de moverse y de la evolución del personaje. "Antes de transformarse, es bastante torpe, como ese adolescente entusiasta que va correteando y tropieza consigo mismo", explica el actor. "Pero, cuando pasa por su cambio a lobo, se vuelve muy ágil".

También cambia la relación de Jacob con Bella. "La oportunidad que se le presenta a Jacob de desarrollar su relación con Bella es el cambio que me resulta más interesante", afirma Lautner. "Jacob se convierte en el sol que despierta a Bella y le devuelve la alegría de vivir. Pero, entonces, cuando Edward regresa, Jacob pierde todo eso".

Internet ha generado un enérgico debate entre los defensores de Jacob y los defensores de Edward. "Taylor hace mucho por los defensores de Jacob", explica Meyer. "Todo el tema de Jacob contra Edward es cuestión del tipo de chico que le interesa a una chica. Si tuviera que inclinarme por un bando, supongo que probablemente apoyaría al de Jacob. Es más de mi estilo. Si crees que puedes desarrollar una profunda amistad y más adelante enamorarte de repente, entonces deberías apoyar a Jacob. Pero, si crees en el amor a primera vista y en descubrir a ese hombre misterioso en un rincón, entonces, de acuerdo, apoya a Edward".

Volver a reunirse con sus compañeros de reparto ha despertado a la vez la nostalgia y la inspiración de los actores. "Hemos cambiado todos mucho", asegura Stewart. "Ha pasado todo un año, pero lo hemos retomado donde lo dejamos. Parece muy natural".

Pero, comenta Lautner, el éxito de Crepúsculo añadió una nueva dimensión al reencuentro de los actores. "Cuando rodamos Crepúsculo, ninguno de nosotros se hacía a la idea de lo grande que iba a ser", explica. "Es muy emocionante volver a estar con el equipo".

Vampiros y Vulturis
En una aparición breve pero fundamental, la familia de vampiros Cullen celebra una fiesta de cumpleaños para Bella, donde un corte con un papel inicia una peligrosa reacción en cadena que lleva a Edward a poner fin a su romance. Ashley Greene, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Nikki Reed, Kellan Lutz y Jackson Rathbone regresan todos como la familia Cullen.

"Nos hemos convertido en una auténtica familia", afirma Reed. "Sentimos todos verdadera pasión por esto y mis compañeros de reparto son personas muy inteligentes e interesantes. Es estupendo volver a trabajar con ellos y tenemos mucha suerte de poder interpretar a estos personajes a lo largo de varias películas. Somos todos grandes fans de los libros y ha sido sumamente gratificante lograr que cobre vida algo que adoramos".

Es en este capítulo de la historia cuando Alice Cullen, interpretada por Greene, tiene ocasión de lucirse. Sus visiones del futuro la llevan directamente hasta los desesperados intentos de Bella de rescatar a Edward de su desencaminado intento de suicidarse.

"Bella es básicamente la mejor amiga de Alice", explica Greene. "Quiere lo mejor para Bella. Para Alice, lo más lógico es que Bella se convierta en vampiro y se quede con los Cullen. Respeta el deseo de Edward de permitir que Bella siga siendo humana el mayor tiempo posible, pero ha visto un futuro muy distinto".

Dos elementos de Alice que encantaban especialmente a Greene eran su afición por la ropa bonita y por los coches rápidos. "Me tocó llevar el mejor vestuario", afirma. "Tish Monaghan, la diseñadora de vestuario, encontró unos abrigos geniales, una gabardina de seda blanca, una chaqueta a rayas de Michael Kors, y los conjuntó con mallas negras, zapatillas planas de ballet y largos guantes rojos. Quedaban estupendos y muy propios de las extravagancias de Alice. También pude conducir un increíble Porsche amarillo por unas calles de Italia llenas de curvas. No había dado más que una clase de conducir el día anterior al del rodaje de la escena. ¡He de admitir que casi raspo un par de edificios!"

La Saga Crepúsculo: Luna Nueva supone la primera aparición de los Vulturis, lo más parecido a la realeza que tiene el mundo de los vampiros y un elemento crucial del futuro de la saga. Existen desde hace siglos y son inconcebiblemente poderosos, se encargan de dictar la ley y a la vez de hacerla cumplir entre la comunidad. El líder del grupo es Aro, interpretado por Michael Sheen. Sheen ya está familiarizado con este mundo, al haber interpretado a un hombre lobo esclavizado por los vampiros en las películas de la serie Underworld. Pero Sheen dice que había alguien más en el plató que encarnaba tanto a los vampiros como a los hombres lobo.

"Chris Weitz me parece un cruce entre un vampiro y un hombre lobo", asegura el actor. "Tiene los rasgos cincelados de un vampiro, pero a la vez está cachas como un hombre lobo y es algo peludo, así que era como una gran criatura mitológica que se paseaba por el plató".

Sheen ideó una forma diferente de vocalizar para Aro, con un tono más alto y más preciso que el que utiliza normalmente. Weitz comenta que esa entonación quizá surgiera de sus primeras conversaciones acerca del personaje. "Básicamente, el personaje tiene 2.000 años de edad", explica Weitz. "El inglés no es su primer idioma, así que quizá hablara de un modo muy calculado. Es increíblemente cortés y atractivo, pero también extraordinariamente peligroso".

De hecho, según Sheen, trataba de evocar inconscientemente a los temibles y psicodélicos Blue Meanies, los villanos que odiaban la música y se llevaban el color de Yellow Submarine, al dar voz a Aro. "Hubo un momento en que, de repente, pensé: ‘Oh, sueno un poco como los Blue Meanies’", comenta. "Me resultaron realmente pavorosos de niño, así que me pareció algo bueno".

Aunque todos los Vulturis son imponentes, el más temible de todos quizá sea Jane, una vampira de cara dulce y aspecto inocente, que puede infligir dolor con solo desearlo… y lo desea. Dakota Fanning se encarga de interpretarla.

"La verdad es que nunca había interpretado a uno de los malos pero, aquí, hago de chica mala o, más bien, vampira mala, y fue muy divertido", asegura Fanning. "Además, era una gran fan de los libros, me leí los cuatro en cuestión de una semana, así que fue emocionante que me pidieran formar parte de la película".

Parte de la diversión venía de la transformación física. "Tenía que llevar lentillas rojas, que eran geniales y cambiaban el aspecto de todo, literalmente", explica. "Y el maquillaje blanco... yo creía que ya era bastante pálida, pero ahora me doy cuenta de que, comparada con un vampiro, en realidad estoy bastante morena".

Kristen Stewart, que ya conocía a Fanning antes de que entrara a formar parte de la película, comenta: "Dakota es realmente aterradora y malvada como Jane. Es una de las personas e intérpretes más impresionantes que conozco. Tiene una presencia imponente con la que nadie se mete. Y no se esperaría de ella, porque es una niña pequeña. Es una de las mejores actrices jóvenes que hay y estoy encantada de poder trabajar con ella".

La manada de lobos
Los Cullen son una familia, los Vulturis son otro tipo de familia completamente distinta y luego están los hombres lobo, a los que Chris Weitz describe como algo más parecido a una hermandad. "No en el sentido de las hermandades universitarias, como Alfa Omega Ji", explica el director. "Son como hermanos cuyo trabajo es proteger a su tribu y su tierra e incluso a la gente de su alrededor, aunque no entiendan necesariamente lo que hacen".

En la historia, la manada de lobos quileute surgió como una forma de protegerse de los vampiros. El rasgo licántropo permanece latente hasta que las tierras tribales se ven amenazadas y, entonces, los elegidos por el destino para este papel no tienen elección y escaso control sobre la transformación. Los auténticos quileute no tienen ninguna tradición de licantropía pero, según la leyenda, la tribu desciende de lobos que se transformaron en hombres. Incluso el nombre de la tribu, "quileute", procede de su palabra para decir lobo, "Kwoli".

Chaske Spencer interpreta a Sam Uley, el sereno y seguro líder de la manada. También se convirtió en el líder durante el rodaje, lo que le valió el apodo de "Alfa" de sus compañeros de reparto. "Como Sam, me parecía que tenía que cuidar de mis chicos", explica Spencer. "Fue fácil, nos gustaba pasar el rato juntos dentro y fuera de la pantalla, y nos metimos mucho en los personajes. Fue una verdadera hermandad".

Sam fue el primer joven de su generación en sufrir la transformación y ha tenido que servir de guía a los que vinieron después. "Su prioridad es proteger a su pueblo", comenta Spencer. "Es su trabajo. No creo que sea el trabajo que realmente quería, pero es para el que ha sido elegido".

Todos los actores que interpretan a miembros de la manada de lobos son de ascendencia nativa americana. Spencer es lakota (sioux); Bronson Pelletier, que encarna a Jared, es cree-metis; Kiowa Gordon, que hace de Embry Call, es hualapai; Tyson Houseman, que da vida a Quill Ateara, es cree y Alex Meraz, que interpreta a Paul, es purépecha (Tarasco).

La ascendencia de Meraz desempeñó un papel fundamental en su caracterización de Paul. "En la manada de lobos, se puede apreciar un poco lo que es ser un pueblo nativo en una reserva, sobre todo en el sentido de que la comunidad indígena se considera una familia, como lo hace la manada de lobos", opina Meraz.

"Mi tribu es de México y mi padre fue un chamán allí", prosigue. "Nuestro pueblo era de pescadores, como los quileutes. Como preparación para mi prueba, recé y pedí permiso para interpretar a esta tribu. Hay que respetar a la gente del pasado, el presente y el futuro".

Para ponerse en forma para la lucha, los actores pasaron por un "campamento para lobos" y se entrenaron intensamente a lo largo del rodaje. "Aportaron mucha energía al plató", comenta Kristen Stewart. "Siempre estaban haciendo ejercicio y practicando aullidos de lobo. Trajeron nuevas energías a la película. Son cálidos y divertidos y juguetones. También están llenos de vida, en un sentido en que no lo están los vampiros".


Hacer brillar Luna nueva
La Saga Crepúsculo: Luna Nueva empezó a rodarse en marzo de 2009 en Vancouver y terminó en Montepulciano, una antigua ciudad amurallada de Italia. Las dos ciudades ofrecieron un fuerte contraste, las oscuras noches y los misteriosos bosques de un verde intenso de la Columbia Británica y los tonos naturales bruñidos de la Toscana influyeron a partes iguales en el aspecto visual de la película.

"La luz del noroeste del Pacífico ofrece mucha difusión y frialdad", opina Chris Weitz. "Dentro de eso, hay gran cantidad de colores preciosos, y nuestra intención era aprovechar la mayor parte de ellos. Las sombras también son importantes, el bosque de noche, la negrura de la depresión".

"La luz es muy distinta en la Toscana", observa Weitz. "Tiene tonos mucho más cálidos y es mucho más resplandeciente, los colores del vestuario resaltan. La arquitectura es también distinta. Montepulciano es conocida por su arquitectura renacentista, con restos de arquitectura medieval, además".

David Brisbin, responsable del diseño de producción, colaboró estrechamente con Weitz para establecer la gama de colores característica de la película. "Chris llegó con nociones muy concretas de cómo quería que fuera la gama de colores", comenta Brisbin. "Giraba en torno a la pintura prerrafaelista, que enfatizaba los colores saturados en entornos naturales".

"Me encantan las películas épicas clásicas en formato panorámico como Doctor Zhivago y Barry Lyndon", explica Weitz. "También estaba pensando en la clase de cuadros que tendrían sentido en este mundo. Para mí, era la pintura narrativa y las obras prerrafaelistas. Comparten un fuerte énfasis en la historia, en el sentimiento, en el amor y la pérdida, el desengaño y la añoranza. Esa era la pintura que acompañaba a Tennyson y toda esa época de sentimentalismo. También revivieron una paleta de color de tonos de piedras preciosas y un tratamiento del color que me parecía que tenía sentido, que iba a ser distinto del de la primera película, pero se mantendría fiel al espíritu del segundo libro", prosigue Weitz.

El ecléctico currículo de Brisbin demuestra que él mismo es una especie de hombre renacentista, especialmente cualificado para esta labor. De joven, Brisbin recibió una beca Henry Luce para estudiar en Asia y trabajó como reportero de televisión, donde cubrió la caída del régimen de Marcos en Filipinas. Se formó inicialmente como arquitecto e hizo las prácticas con el célebre arquitecto norteamericano Robert Venturi, que se hizo famoso al darle la vuelta a la máxima de Mies van der Rohe al afirmar: "menos es aburrido".

"En el fondo, esta película es sobre el romance", opina Brisbin. "Sí, es una película de vampiros, pero en realidad es una historia de amor. Para mí, todo el concepto del diseño de producción está completamente ligado a la narrativa. Lo que me importa es que el drama que los actores y el director intentan montar ante la cámara esté encuadrado en un marco perfecto para la historia que se está contando".

En el libro de Meyer, los Vulturis residen en la antigua ciudad italiana de Volterra, una localización real de la Toscana. "La elección de Montepulciano para hacer de nuestra Volterra se estudió mucho", comenta Brisbin. "Chris quería que la antigüedad arquitectónica nos guiara para crear el mundo de Volterra. Montepulciano es de hecho una ciudad medieval, y la piazza y el ayuntamiento le ofrecieron allí un acceso que le permitía realizar una toma simétrica. Y esa fue precisamente la principal razón por la que acabamos en Montepulciano".

Las descripciones de Meyer de Volterra y el bastión de los Vulturis ofrecían una sólida base a partir de la que Brisbin podía trabajar. "De existir algo así como la literatura de ficción para el diseño de producción, la Volterra de Stephenie Meyer sería un magnífico ejemplo de ello", afirma. "Imaginó un mundo en el que la arquitectura contribuye a la historia".

"Los Vulturis celebran sus recepciones en una sala circular que es casi como un vórtice. Tiene un desagüe en el centro, que es donde va a parar la sangre si sucede lo más peligroso", explica. "Imaginó un pasillo sin fin, que pudimos crear sin un gran esfuerzo mediante infografía. Estos espacios están todos ideados para reflejar la posición de una persona en el mundo y su experiencia al moverse por el mismo".

El diseñador de producción tomó abundantes ejemplos muy conocidos de arquitectura de la Toscana. "No hemos situado con exactitud ningún elemento concreto de la arquitectura, pero usamos un motivo de rayas verdes sacado del mármol verde y blanco utilizado en varias iglesias y catedrales de la Toscana. Hay una exuberancia de arquitectura medieval y renacentista en la Toscana a la que sigue una especie de arquitectura excesiva de nuevos ricos en años posteriores, que nos proporcionó una inspiración muy, muy variada".

La diseñadora de vestuario Tish Monaghan debía encargarse de complementar los decorados con un guardarropa refinado y trabajado para los Vulturis, cuya imagen abarcaba literalmente siglos. "El punto clave que Chris quería transmitir era que los Vulturis eran muy elegantes", comenta Monaghan. "Estudiamos el siglo XVIII y elegimos un estilo que surgió en torno a 1790, con una imagen larga y delgada".

"Queríamos ceñirnos a la gama de colores concreta que David y Chris habían ideado, pero cambiaba del siglo XVIII al siglo XXI. Conocemos a los personajes en el siglo XXI, pero también los vemos en flashback en el siglo XVIII. En el siglo XXI, intentamos hacerlos lo más oscuros posible, siendo el personaje de Aro el más oscuro de todos, porque es el que tiene más poder. Y en la década de 1790, hice lo contrario, intenté hacer a Aro lo más claro posible, porque entonces podríamos verlo en el punto superior de esa gama triangular de colores donde centraría de manera natural la atención, mientras que los demás parecerían sus cortesanos".

Mientras el exótico culto de los Vulturis se recreaba mediante un proceso artesanal propio del viejo mundo, sus némesis, los hombres lobo de la antigua tribu quileute, se representan en pantalla mediante tecnología punta del siglo XXI. "Una de las incorporaciones más importantes al mundo de Luna Nueva son los personajes generados por ordenador", asegura el productor Wyck Godfrey. La infografía era la única manera de conseguir esos lobos del tamaño de caballos que Stephenie describía en sus libros".

Weitz trajo a la supervisora de efectos especiales Susan MacLeod, con la que ya había trabajado en La brújula dorada. "Tuvimos una relación excelente", explica. "Cuando me preguntó si me interesaba el proyecto, le dije que contara conmigo desde el primer momento. Los lobos son seguramente lo más sexy del guión".

Tippett Studio, fundado por el pionero en efectos especiales Phil Tippett, se encargó de la creación de los lobos de La Saga Crepúsculo: Luna Nueva. "Estábamos encantados de poder determinar el aspecto que tendrían para toda la saga", afirma MacLeod. "Intentamos mantenernos muy fieles a las descripciones del libro. Aunque se habla de ellos como hombres lobo, no son las estereotípicas criaturas bípedas a las que les empieza a salir pelo por la cara y las manos. Su transición de seres humanos a lobos de cuatro patas es muy elegante".

"Todo el que leyó el libro y se puso de parte de Jacob está deseando ver cómo lo hemos hecho", prosigue MacLeod. "No es animación, parecen lobos de verdad. Empezamos por escanear digitalmente a los actores para tenerlos en el ordenador antes de que empezara el rodaje, para que pudiéramos transformarlos en lobos a medio rodaje".

El proceso de escaneado resultó ser sorprendentemente sencillo, al menos para los actores. "Esperaba tener que ponerme un traje verde con puntos de luz por todas partes", comenta Alex Meraz, que interpreta al personaje de Paul. "Solo me hicieron subirme a una caja y una gran máquina subió, me pasó por encima y bajó. Y se acabó".

"Podía ver el monitor y mi cuerpo estaba ahí mismo, en la pantalla, una imagen perfecta de él. Me sorprendió lo rápido que fue. La mejor manera de describir la transformación es como si fueran palomitas. Como si la imagen estallara y aparece el lobo".

Pero eso no fue más que el principio para el equipo de efectos especiales. "Creamos los lobos de dentro afuera en el ordenador", explica MacLeod. "Así que empezamos con un sistema esquelético, con articulaciones que se puedan animar. Encima de eso, pones músculos que se puedan flexionar. Y luego una capa de piel y pelaje. Queríamos que se parecieran y se comportaran como lobos de verdad, sin ningún tipo de cualidad antropomórfica".

"Los chicos de Tippett Studio se molestaron en ir a una reserva de lobos", comenta. "Grabaron muchas horas de vídeo de ellos, además de consultar todas las referencias que encontraron en Internet. Los lobos son animales fascinantes, así que es bastante fácil pasarse horas viendo vídeos de ellos".

Para dar a los actores un punto de referencia durante el rodaje, se utilizaron todo tipo de dobles de los lobos. "Algunos eran figuras tridimensionales de peluche", comenta MacLeod. "Otros eran figuras recortadas de tamaño natural que eran más duraderas y era posible hacerlas posar para alinear las tomas con precisión. Así podíamos rodar una plantilla que pudieran usar los animadores para situar a los lobos. También usamos pieles, porque queríamos que los lobos generados digitalmente tuvieran una iluminación que encajara perfectamente con el resto de la imagen".

Crepúsculo se rodó principalmente en exteriores de Portland, Oregón, pero, para La Saga Crepúsculo: Luna Nueva, los cineastas subieron más al norte, hasta Vancouver, en Canadá. "Creo que era importante para el estudio y también para los fans que esta etapa de la vida de Bella se correspondiera exactamente con la primera etapa de la vida de Bella tal como la conocen", comenta el diseñador de producción David Brisbin. "En lo que se refiere a la casa de Bella, eso suponía tener que reconstruir el interior y el exterior para que coincidieran con la primera parte. Repasamos obsesivamente la localización original y estudiamos las imágenes de la primera película con muchísimo detenimiento".

En algunos casos, sin embargo, el equipo de diseño decidió cambiar ciertos elementos arquitectónicos por motivos concretos de la historia. "En la primera casa", comenta, "si prestas mucha, mucha atención, hay un instante en el que puede verse el lateral de la misma y no hay ninguna ventana voladiza. Pero hay una enorme secuencia en la que Jacob salta estilo parkour para entrar por la ventana de Bella y es una de las escenas más importantes entre ambos. Por eso, merecía la pena desviarse de los planos originales para apoyar la narración".

La casa de los Cullen supuso otro reto distinto. "En la primera película se llega a ver claramente el exterior del hogar de los Cullen", explica Brisbin. "Se ve la escalera delantera. Se ven habitaciones comunicadas. Se ve el cuarto de Edward y también se ve la cocina. La mayor parte de nuestro trabajo estaba en otras partes de la casa, para crear otras habitaciones que encajaran con lo que ya conocíamos, como las piezas de un rompecabezas".

La última tarea del diseñador de producción era crear las dos casas en torno a las cuales giran las vidas de la manada de lobos. "La casa de Jacob y la casa de Emily no existían en Crepúsculo", prosigue. "Leímos detenidamente el libro y le dimos muchas vueltas a qué nos podíamos desviar. La casa de Jacob se describe como una casa roja. Encontramos un lugar fantástico que comunicaba con el bosque de tal manera que implicaba que vivían lobos tras los árboles. Todo parecía perfecto".

Salvo por un detalle: la casa era verde.

"Tras consultarlo, descubrimos que era importante para los fans respetar el rojo de la casa de Jacob", según Brisbin. "La conocen como la casa roja del libro, y así la querían. Así que acabamos pintando todo el sitio de rojo para que coincidiera con el libro".

La casa en la que vive Emily, la novia de Sam Uley, se diseñó para reflejar la interpretación de Weitz de su personaje, aclara Brisbin. "Le parecía que Emily representaba solaz en el mundo de la manada de lobos. Son dinámicos, son alocados, corren por ahí y cambian de una forma a otra. Pero tienen este lugar de apoyo, donde poder centrarse y reflexionar. Buscábamos un sitio secreto en el bosque que tuviera esa especie de tenue ligereza femenina del lugar".

"El dueño de la casa que utilizamos la construyó cuando tenía 17 años y creo que parte de esa especie de majestuosidad nemorosa que posee se debe al hecho de que se trata realmente de una casa que construyó un chico de 17 años como su cabaña ideal", prosigue Brisbin. "Creo que poco después de construirla se casó con la mujer con la que continúa casado a día de hoy. Fue su casa durante mucho tiempo. Se les acabó quedando pequeña, pero les resultó traumáticamente difícil tanto al marido como a la mujer aceptar marcharse de este lugar, porque es realmente mágico".

Esa atención al detalle y fidelidad a la letra y al espíritu de la serie Crepúsculo de Stephenie Meyer dio forma a todo el proceso de producción, según explica Weitz. "Si te encantaron los personajes y el romance de Crepúsculo, si te encanta lo sobrenatural, Luna Nueva tiene todo eso y más. Desarrolla ese mundo para incluir una mitología más amplia que acabará sirviendo de puente entre Crepúsculo y el tercer capítulo, Eclipse".