Ricky ha sobrevivido en la calle a base de trapicheos desde que fue abandonado a los 12 años. Su vida se ha desarrollado junto a prostitutas, chulos y yonkis. Con 23 años y ante la inminente salida de la cárcel de su madre, Pura, Ricky decide poner en marcha el Hiroshima Club, un prostíbulo donde ella pueda trabajar, ser la regente y dejar su pasado como prostituta.