Tercer largometraje como directora de la guionista y también actriz Lisa Azuelos.
LOL, acrónimo de "laughing out loud" (risa ruidosa, carcajada), usado por la gran mayoría de internautas de la red, independientemente de la nacionalidad y de la lengua. Esta abreviatura es ampliamente conocida en chats, foros, juegos en red y programas de mensajería instantánea; aunque cada vez más es utilizado como término coloquial.
El rock está presente en la historia de los personajes del film y en la banda sonora adquieren gran presencia grupos como Rolling Stones, Supergordos, Bright Eyes, Elvis Presley...
Notas de la directora
Pienso que tengo un sentido de la observación no demasiado mal desarrollado... Miro, anoto y luego lo voy procesando poco a poco. No intento contar historias extraordinarias, y pienso que, si veo determinadas cosas en un momento dado, deben de coincidir con las experiencias de los demás... Ainsi soient-elles, 15 Août y Comme ty es belle se inscribían en esta dinámica y tenían en común que hablaban de la pareja.
En el caso de LOL (Laughing Out Loud)® se trata de lo mismo, pero trasladado al dúo madre-hija. Mi hija mayor está en plena adolescencia, tiene deseos de adulta, habla de chicos con sus amigas, se enamora... Ahí había material para una historia: la de una chica y su madre, que encuentra un nuevo amor y empieza una nueva vida. Escribir este guión me ha permitido exorcizar mi propia adolescencia, etapa difícil que tuve que pasar más bien sola, sin tener a nadie en quien pudiera confiar en realidad. Lo que importa, sobre todo, para un adolescente, es la presencia y la disponibilidad...
Pero en el guión está presente el humor, porque mi cerebro siempre ha necesitado este pararrayos. Y además la ligereza no impide plantear cuestiones esenciales. He escrito LOL (Laughing Out Loud)® como un homenaje a películas como À nous les petites anglaises (Para nosotros las inglesitas, de Michel Lang, 1975), Les sous-doués (Los cateados, de Claude Zidi, 1980), La boum (La fiesta, de Claude Pinoteau, 1980), La boum 2 (Quince años recién cumplidos, de Claude Pinoteau, 1982), La gifle (La bofetada, de Claude Pinoteau, 1974), que me marcaron y que hablan tan bien de la adolescencia...
Uno de mis géneros preferidos, más que la comedia romántica, es la comedia humana, en la que se puede reír y llorar cada treinta segundos. Uno va al cine para reconfortar su ánimo, no para cultivar ideas negativas. En caso de estar bajo de ánimo, no conozco nada mejor que una cura a base de Bridget Jones o Love Actually...
LOL (Laughing Out Loud)® va dirigida a los jóvenes entre los 7 y los 77 años... He hecho esta película para decirles a los adolescentes que les hemos desenmascarado, y a sus padres que no están solos: la edad del pavo, en la que uno se cree que lo sabe todo y en la que siempre se dice ¡Mola!, como si nunca pasara nada grave, es desastroso, ¡pero se sale!
El personaje de Anne (Sophie Marceau) dirige sola su carrera profesional y su propia pequeña y mediana empresa familiar, pero de pronto se encuentra rozando los cuarenta y teniendo que hacer frente a los cambios de su hija mayor y a su propia situación personal, que tiene que definir con su ex marido. Todo ello, más el descubrimiento, después de muchos años, de que todavía resulta seductora, la hacen caer en una cierta forma de adolescencia y no soporta que su madre le pregunte cuándo va a rehacer su vida.
Este personaje se parece a mí en que, como yo, es comprensiva y trata siempre de mantener la alegría en su familia... hasta el día en que descubre el diario de su hija... Para ella es un duro golpe. A estas alturas, ver crecer a una hija plantea inevitablemente una serie de cuestiones a las madres que, como yo, han tenido que librar su propio combate feminista. Tuvimos que luchar contrar nuestros propios padres, contra nuestros maridos, para conquistar el derecho de ser libres, de disponer de nuestras vidas tal y como hoy se entiende, pero hoy nos cuesta dar esa libertad a nuestras hijas. Verlas acceder demasiado jóvenes a la sexualidad nos asusta y querríamos protegerlas de los peligros y desengaños que las acechan, y al mismo tiempo no queremos parecer unas carcas. Lo cierto es que no criamos a las chicas como a sus hermanos varones, por muchos buenos libros y artículos para madres abiertas e igualitarias que hayamos leído.
Me impresiona muchísimo cómo Internet, el ordenador portátil y los móviles han cambiado la forma de comunicarse entre los adolescentes de hoy en día: se dicen muchas más cosas y de forma casi instantánea, lo que acelera enormemente sus relaciones. Además, en la mayoría de los casos, sus padres se han divorciado. Es curioso, porque ya no creen en el matrimonio ni en el amor duradero, se han hecho extremadamente pragmáticos y al mismo tiempo se enamoran, profundamente, pero no para siempre... y ellos lo saben.
Pero soy optimista en cuanto a las posibilidades de diálogo entre el universo de los padres y el de los hijos, no me cabe duda. Las palabras, los códigos de los adolescentes, son una especie de frontera que levantan para proteger su universo. Pero todas las fronteras, por definición, son imaginarias, y al fin y al cabo nosotros tampoco estamos tan lejos de nuestra adolescencia ni ellos de la madurez. Podemos intentar entendernos.