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  Ramona y su hermana  (Ramona and Beezus)
  Dirigida por Elizabeth Allen
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John Corbett (Mi gran boda griega) y Bridget Moynahan (Yo, Robot) también tienen papeles destacados dando vida a los padres de Ramona y Beezus, Robert y Dorothy Quimby, mientras que Ginnifer Goodwin (Qué les pasa a los hombres) encarna a la tía de las muchachas, Bea, dando la réplica a Josh Duhamel (Transformers), que interpreta al antiguo pretendiente de Bea, Hobart. Sandra Oh (Anatomía de Grey) representa a la señora Meacham, la profesora de tercer curso de Ramona.

Elizabeth Allen (Aquamarine) dirige un guión original de Laurie Craig y Nick Pustay. Denise Di Novi y Alison Greenspan lo producen para Fox 2000 Pictures y Walden Media. El director de fotografía es John Bailey, ASC; Brent Thomas es el diseñador de producción, y del montaje se encarga Jane Moran. Brad Van Arragon es el coproductor. La música está compuesta por Mark Mothersbaugh y la supervisón de la partitura está a cargo de Julia Michels.

Publicados por primera vez hace más de cincuenta años, los libros de Beverly Cleary han entretenido a varias generaciones de lectores. El reparto y los realizadores de la primera película basada en la serie de Cleary –RAMONA AND BEEZUS– constituyen un ejemplo acabado del atractivo multigeneracional de los libros. La Ramona de la película, Joey King, comenzó a leer la serie de libros antes de que le otorgaran el papel. Selena Gómez, Beezus en la pantalla, la había leído en la escuela elemental. "Me encanta la forma como Beverly crea a los personajes", asegura la popular actriz y cantante. "Queríamos estar a la altura de Beverly y de su obra y que ella se sintiera orgullosa. Todos hicimos los deberes y trabajamos con verdadera intensidad para ser fieles a los personajes. Creo que esta película va a ser una divertida experiencia para la familia".

"Yo crecí a base de los libros de Ramona, al igual que mi madre, que me los había pasado", dice Ginnifer Goodwin, que interpreta a Bea, la tía de Ramona y Beezus. "Yo creo que la forma como los libros se han transmitido de padres a hijos es lo que toda esta serie tiene de mágico. Lo que realmente me sorprendió cuando volví a leer los libros fue cómo había Beverly Cleary conseguido captar la experiencia de la infancia".

El proceso de convertir los libros en una gran producción alumbró fuertes sentimientos de nostalgia en las realizadoras. "Es un privilegio singular poder hacer una película que se base en algo tan esencial para la infancia de uno", afirma la productora Alison Greenspan, que trabajó infatigablemente para hacerse con los derechos cinematográficos de tan apreciados libros.

He aquí otro ejemplo del vínculo existente entre los realizadores y Ramona y su mundo (y hay muchos más): Cuando la directora Elizabeth Allen tenía cinco años y tuvo que quedarse en casa, enferma de varicela, su madre le dio los libros de Ramona. "¡Creo que falté a clase un día más para poder acabar la serie!", reconoce Allen.

A lo largo de los años, a Cleary le brindaron numerosas oportunidades de vender los derechos exclusivos de los libros pero se mantuvo reacia… hasta que le llegó una carta de la productora Denise Di Novi. Después de haber llevado a la pantalla con éxito varias obras de excelente acogida y orientadas a las familias, como Uno para todas, Eloise, Mujercitas y James y el melocotón gigante, el historial de Di Novi dando vida a esos clásicos para jóvenes infundió en Cleary la confianza de que sus obras estarían en buenas manos.

Con todo, hicieron falta varios viajes a la casa de Cleary, numerosas llamadas de teléfono y más de dos años para lograr los derechos cinematográficos de los libros. "Tratamos de convencer a la señora Cleary de que seríamos cuidadosísimos y muy respetuosos y de que realizaríamos la película de forma que fuera fiel al material", explica Greenspan. "El currículo de Denise [Di Novi] y las películas que hemos rodado juntas nos ayudaron a convencerla de que podríamos hacerlo".

"Trabajar con Denise, Alison y [la directora] Liz Allen parecía encajar con lo que [la señora Cleary] había imaginado que sería una película sobre Ramona que se mantuviera fiel a los relatos", dice Malcolm Cleary, hijo de la autora, que visitó el plató en varias ocasiones durante el rodaje. Malcolm también aparece brevemente en la película como invitado de una boda.

A medida que fue releyendo los libros, Greenspan recordó por qué le habían gustado tanto. "Recogen de forma muy verídica la experiencia de la infancia, cuando todo parece tan grande y es tan fácil malinterpretarlo". Cuando Greenspan se preparaba para su primera reunión con Cleary, la realizadora recordó las redacciones que había escrito sobre Ramona y su padre y Beezus and Ramona. "Presa del pánico, llamé a mi madre y le dije: ‘¿Te acuerdas de la caja que hay en el garaje y que llevas persiguiéndome no sé cuánto tiempo para que la tire?’". La madre de Greenspan recuperó la viejas tareas escolares de su hija y la realizadora se presentó en la reunión llevando las composiciones que había escrito sobre los libros. "Yo quería que la señora Cleary viera que éramos verdaderas admiradoras de sus obras", sentencia.

Pero el primer encuentro no resultó exactamente como la productora había previsto: Cleary, antigua bibliotecaria, reparó en la calificación de Notable conseguida por los trabajos… ¡por faltas de ortografía!

A medida que avanzaba el trabajo en el guión que elaboraban Laurie Craig y Nick Pustay, las productoras celebraron una reunión con la directora Elizabeth Allen, una joven realizadora cuyo primer largometraje, Aquamarine, una película mágica y pensada para las familias, fue estrenada por Twentieth Century Fox en 2006. "Había muchos directores que querían realizar RAMONA AND BEEZUS", afirma Di Novi, "porque les habían encantado los libros o porque les habían gustado a sus familias. Pero Liz tenía un concepto impresionante para la película y mucho respeto hacia los personajes".

"Ramona tiene un pedigrí del que carecen la mayoría de los libros", asegura Allen. "Beverly Cleary comenzó a escribir sus obras hace cincuenta años e inmediatamente tocaron la fibra sensible del público. En nuestra película, Ramona es un personaje orientado a las familias, pero ella, sus amigos y su familia también tienen su pizca de punta propia del tiempo que vivimos, porque Ramona tiene una forma de pensar que rompe con la tradición".

Allen se siente especialmente identificada con los libros de Cleary porque era la mayor de tres hermanas y su familia era reflejo del ficticio clan de los Quimby. Allen se extiende en su explicación: "Mi hermana pequeña era como Ramona, una pensadora excéntrica que no dejaba de meterse en líos, mientras que yo era como Beezus, una santita de hermana mayor". Allen añade que durante todo el tiempo que trabajó en la película tuvo presente la imagen de su hermana pequeña.

Mientras Allen se disponía a tomar las riendas de RAMONA AND BEEZUS, contemplaba sus elementos favoritos de la serie de libros. "Yo sabía que todo el material que se me había quedado en la mente tenía que aparecer en la película", afirma. Allen también interrogó a varios jóvenes acerca de sus momentos preferidos de los libros, "y me cercioré de que esas sensaciones tampoco faltaran".

Allen y Cleary celebraron varias reuniones y mantuvieron muchas conferencias telefónicas sobre la película, realizando la autora aportaciones a los borradores del guión. "Beverly quería asegurarse verdaderamente de que nos mantuviéramos fieles a los personajes", precisa Allen, que reconoce haberse sentido un poco atemorizada cada vez que llamaba la autora. "Tenía que pellizcarme cada vez que oía, ‘¡Hola! Beverly Cleary al aparato’. Para mí ella es una leyenda viviente".

La película es un collage de aspectos de las tramas de varios libros de Ramona. Allen y los guionistas toman elementos del relato de Ramona y su padre, a la vez que también se basan en importante medida en Ramona Forever, Ramona y su madre, Ramona Quimby, Age 8 y El mundo de Ramona. Aunque el título de la película remite al libro Beezus and Ramona, Allen observa que éste último no fue uno de los modelos de la producción. "No hemos extraído nada de Beezus and Ramona porque nos hacían falta líneas argumentales más maduras y queríamos en el reparto a una Ramona mayor que pudiera sacar la película adelante. En Beezus and Ramona, Ramona tiene cuatro años, y darle a una niña de esa edad la responsabilidad poner la película en marcha no nos parecía realista".

La Ramona de la película tiene nueve años, que es la edad del personaje en Ramona Forever, y Beezus está en primer curso del instituto, como le pasaba en El mundo de Ramona. Las hermanas tienen una diferencia de edad de seis años, lo que se ajusta a los personajes de los libros.

Allen advierte que no era necesario que la película fuese más contemporánea. "No ‘modernizamos’ los relatos. Beverly Cleary nunca puso a los libros un sello temporal y su intención era que entre la mayoría de los títulos y el siguiente de la serie hubiera una separación de un año, en vez de los diez que le costaba escribir cada libro. Siguiendo su orientación, me aparté de cualquier tecnología, coche, moda o peinado que hicieran que la película resultara demasiado ‘del momento’. Cada generación parece pensar que los libros de Ramona fueron escritos para sus miembros. Beverly quiso que fuera así porque pensaba que los libros deberían ser intemporales y capaces de conectar con cada generación. En la película nos atuvimos a esa misma disposición".

Muchos de los incondicionales de los libros, que son legión, se identifican poderosamente con Ramona o con Beezus, o en ocasiones con ambos personajes. "Yo me sentía como Ramona haciéndose mayor", afirma Selena Gómez brindando un inesperado punto de vista… ¡ya que ella interpreta a Beezus en la película! "Organizaba diversas actuaciones para mi familia. Cantaba y bailaba y la chimenea era mi escenario cuando no había nadie. Al igual que Ramona, yo tengo una enorme imaginación; quizá por eso soy actriz".

La Ramona de la película, Joey King, se describe a sí misma como una mezcla de Ramona y Beezus. "Hago locuras, como hace Ramona, y luego hay días en los que siento la necesidad de ser perfecta y muy buena. Entonces me digo: ‘Hoy tengo que ser como Beezus’".

El 12 de abril de 2009, dos días antes de que comenzara el rodaje de RAMONA AND BEEZUS, Beverly Cleary celebró su noventa y tres cumpleaños. Aunque la autora fue incapaz de desplazarse al plató, Cleary afirmó: "Me emociona ver a Ramona en la pantalla y sé que mis lectores sentirán lo mismo, porque llevan tiempo preguntando cuándo iba a haber una película sobre Ramona".

Los realizadores estaban impacientes por conocer lo que Cleary pudiera aportar a la confección del reparto de Ramona. Enviaron a la autora una copia de la prueba de Joey King, con la que se mostró encantada. "Yo disfruté y esperaba que Joey sintiera lo propio participando en la película", asegura.

"Creo que todos nosotros teníamos en mente una imagen parecida de Ramona", asegura Di Novi. "Todos sentíamos la energía y la personalidad de Ramona con tal intensidad que resultó francamente difícil hallar a una joven actriz que encarnara todo lo que hace que Ramona sea Ramona".

Los realizadores llevaron a cabo una búsqueda de talentos por todo el país que duró un año, examinando a casi un millar de candidatas. Lo explica Elizabeth Allen: "Buscábamos a alguien que fuera imaginativa, creativa y tuviera mucho sentido del humor. Nuestra Ramona tenía que ser sincera y capaz de comunicarse con el público; alguien a quien uno quisiera dar un abrazo, que fuera muy imaginativa y tuviera grandes ideas".

Allen, Di Novi, Greenspan y su equipo de reparto habían descubierto a Joey King al principio de la preproducción. En aquel momento, King sólo tenía siete años de edad y los realizadores querían que su Ramona fuera un poco más mayor. Pero cuando RAMONA AND BEEZUS recibió la "luz verde" para dar inicio a la producción, King, que por aquel entonces andaba cerca de la edad imaginada para el personaje de la película, volvió a someterse a una prueba y volvió a deslumbrar a los realizadores. "Joey verdaderamente se salía de la pantalla", sentencia Di Novi. "Tenía el lenguaje corporal, la postura, el movimiento, el rostro expresivo y los brazos y las piernas desgarbados de Ramona, y su desbordante energía positiva".

"Joey es la única [de las que sometimos a pruebas de cámara] que nos hizo reír y llorar en la misma escena", asegura Greenspan. "Y eso resulta rarísimo en un niño. Es una cómica natural. Estábamos lisa y llanamente entusiasmados".

"Todas las chicas que probamos para Ramona eran asombrosas", dice Allen. "Pero Joey tenía algo magnético; en especial, cuando actuaba dándole la réplica a Selena [Gómez, que ya había conseguido el papel de Beezus]. La forma como funcionó todo tuvo algo de mágico".

Después de sus pruebas, King fue convocada a una reunión con los realizadores. "Yo pensé que sólo querían hablar conmigo", explica. "Pero me preguntaron: ‘¿Querrías ser nuestra Ramona?’. Y yo contesté ‘Un momento. Repítanmelo…. ¿Lo dicen en serio?’. Me puse tan contenta que tenía lágrimas en los ojos. Y mi madre, igual".

La totalidad del equipo de RAMONA AND BEEZUS percibió la extraña relación entre Joey y su personaje de la pantalla. "Joey decía las mayores locuras", explica Greenspan. "En cierta medida, su personalidad es muy parecida a la de Ramona. Todos dábamos un paso atrás y nos preguntábamos: ‘¿Cómo se le ocurre todo esto?’. Y después de que a Joey le cortaran el pelo y se lo tiñeran de moreno, tenía exactamente el mismo aspecto que todos habíamos imaginado para Ramona en nuestra adolescencia".

La espontaneidad rebosante de vida de King encantó a sus compañeros de reparto y a los realizadores. Pero la imaginación de su personaje no siempre agrada a la familia de Ramona. "En ocasiones, Ramona tiene la sensación de que nadie la comprende", asegura King, "y cuando se mete en líos, organiza un efecto dominó: las cosas salen mal una detrás de otra. Me gusta porque no es como cualquier niña".

"Creo que Beezus tiene líos con Ramona porque son tan distintas", dice Selena Gómez. "Me encanta la amplitud del arco que separa a los personajes de las hermanas. El momento en que Ramona y Beezus se dan cuenta de que se complementan y se necesitan, es un episodio fraternal de enorme fuerza".

"Ramona es increíblemente creativa", añade Elizabeth Allen, "pero es una incomprendida y provoca una estrecha relación con el público. En la película, se encuentra en el momento cumbre en que tiene que definir quién es como persona, decidiendo si se ajusta a la sociedad y pierde su chispa y su punto, o si será capaz de hallar una forma de conservar su hermoso espíritu".

La otra mitad del dúo titular, Beezus, es, según Greenspan, "la perfecta hermana mayor. Es una alumna de sobresalientes, muy concienzuda y adora a su familia. Pero Ramona le da guerra sin parar, y Beezus se siente en ocasiones contrariada por las interrupciones de la vida familiar que provoca su hermana pequeña".

"Nos entusiasmó poder contar con Selena Gómez para que interpretara a Beezus", asegura Di Novi. "Tiene numerosos talentos y le encantaban tanto el personaje como el libro. Es auténticamente natural, no está nada mimada sino totalmente centrada". Allen añade que "desde el momento en que se sometió a la prueba, supe que Selena era muy especial. Su interpretación y su carisma me dejaron anonadada. Estaba dispuesta a trabajar de firme y quería retarse a sí misma cada día".

Por Gómez, uno de los momentos destacados de su trabajo en la película fue actuar dando la réplica a su hermana pequeña en la ficción, Joey King. "En el mismo momento en que realicé la prueba de cámara con Joey, mi corazón se derritió. Estaba comprometidísima con el personaje. Congenié con ella en el acto. Creo que Joey es más inteligente de lo que cabe esperar de su edad. Joey siempre estaba haciéndonos reír y nos mantenía alerta. ¡Nunca sabíamos lo que iba a salir de esa boca!".

Mientras rodaban RAMONA AND BEEZUS, King y Gómez salían juntas los fines de semana, yéndose de compras y frecuentando la bolera. "Desde el primer día, Joey y Selena se hicieron amigas del alma, hermanas y compinches", asegura Greenspan. "Selena tiene un instinto materno natural y muy desarrollado. Era fantástica con las gemelas que interpretaban a [su hermana pequeña] Roberta, que la adoraban. Tomó a Joey bajo su tutela y se divirtieron juntas un montón".

Un reparto estelar de actores adultos acompaña a King y Gómez en RAMONA AND BEEZUS. John Corbett y Bridget Moynahan interpretan a Robert y Dorothy Quimby, una pareja que, teniendo que enfrentarse con el desempleo repentino, tiene que lidiar con desafíos gigantescos. Ginnifer Goodwin y Josh Duhamel dan vida a la tía de las chicas, Bea, y a su antiguo novio del instituto, Hobart, cuyos caminos se cruzan por primera vez desde que rompieron años antes. Sandra Oh interpreta a la bienintencionada profesora de tercer curso de Ramona, la señora Meacham.

"Tenemos el reparto que hemos confeccionado porque a cada actor le encantaban los libros o el guión; todos lo hacen porque para ellos es una tarea realizada con amor", asegura Di Novi. "Todos ellos valoraron los positivos mensajes que la película transmite acerca de la familia, el amor y la comunidad".

Di Novi se declaró muy complacida con la química del reparto. "He realizado películas en las que los actores tenían una química excelente", dice, "pero habitualmente, eso sólo ocurre entre un grupo de actores. Esta película resulta inhabitual porque existe una intensa química entre Josh y Ginny; Bridget y John; Selena y Hutch [Dano, que interpreta al posible novio de Beezus, Henry Huggins]; y entre los miembros de la propia familia. Los actores que dan vida a los Quimby se sienten verdaderamente como una familia".

King y Gómez disfrutaron con las bromas que en el plató les gastaba quien es su padre en la pantalla, John Corbett. Y en las dos muchachas tomó cuerpo un sólido vínculo con su madre ficticia, Bridget Moynahan. "Bridget es una de las mujeres más dulces y con más clase que he conocido, y me hace sentir como si ella fuera mi segunda madre porque me parecía que podía acercarme a ella y hablar de cualquier cosa", afirma Gómez.

La tía Bea de la película y Hobart –Ginnifer Goodwin y Josh Duhamel– ya habían trabajado antes juntos en la comedia romántica juvenil El chico de tu vida. "Me moría de ganas de poder volver a trabajar con Ginnifer", dice Duhamel. A lo que Goodwin replica: "Josh no ha cambiado nada. Es divertido como nadie y, como compañero de escena, te apoya y te fascina a partes iguales".


Creando Klickitat Street
Los realizadores prometieron a Beverly Cleary que se ceñirían al máximo a la ambientación de los libros, cuya acción se desarrolla en Portland (Oregón). Aunque la película fue rodada en Vancúver (Canadá), no se escatimaron esfuerzos para reproducir la ciudad natal de Ramona, y cada toma tenía que superar la prueba definitiva: "¿Estaría esto en Portland?".

Los realizadores transformaron una pintoresca calle residencial del singular barrio de Dunbar (Vancúver) en la adorada Klickitat Street de Ramona Quimby. La producción consiguió el uso de una docena de casas del barrio para platós, oficinas y residencia. Aunque Vancúver es el tercer centro de producción cinematográfica de Norteamérica, los veintisiete días que la producción pasó en los exteriores de "Klickitat Street" supusieron una plusmarca de rodaje en una zona residencial de la ciudad.

Todo el reparto disfrutó de la experiencia de Klickitat Street, que se convirtió en su segunda casa. La casa ‘Quimby’ había sido durante muchos años el hogar de una familia, lo que transmitía al lugar, en expresión de Di Novi, una "excelente vibración. Era nuestro propio barrio de bolsillo y empezamos a sentirnos como si hubiéramos vivido allí".

"Era tal y como el barrio que Beverly Cleary había imaginado", afirma Duhamel. "Era muy agradable porque disponíamos de la casa y el patio trasero en los que estábamos rodando, y si nos apetecía comer algo, no teníamos más que ir a la casa de al lado. Mi camerino estaba en el sótano de la casa de enfrente. Tenía todos los ingredientes de una película de barrio".

Gran parte de la acción de la película pasa de los exteriores a los interiores de la casa, y regresa de nuevo al exterior, lo que reproduce la estructura de los libros de Cleary. "Gran parte de lo que atrae de los libros de Beverly es que la acción gira en torno a la camaradería imperante entre los vecinos", explica Elizabeth Allen. "Los residentes nos acogieron con los brazos abiertos y nos hicieron sentirnos como parte del vecindario. Y eso se refleja en la pantalla".

En los libros de Ramona, los Quimby tienen césped delante de su casa, lo que exigió que los realizadores trasladaran al patio trasero un precioso jardín de rocas situado en la parte delantera de la casa en que tenía lugar el rodaje. El mismo patio trasero fue ampliado hasta el de un vecino a fin de destacar un árbol en el que Ramona y la tía Bea tienen una conversación de mucha enjundia. "Uno de los motivos por los que elegimos este exterior", asegura el diseñador de producción Brent Thomas, "era que los vecinos de la casa a espaldas de la nuestra tenían un árbol fantástico. Hicimos retroceder la cerca unos diez metros para incluir el árbol en el jardín de los Quimby. Y añadimos una rama en la que Ramona y la tía Bea pudieran sentarse".

Los realizadores llevaron a cabo una amplia remodelación del interior de la casa, quitando varias paredes y vigas de carga para facilitar los movimientos de la cámara. El director de fotografía John Bailey, ASC, asegura que "rodar en exteriores sin manipular es un arma de doble filo. Lo bueno que tiene un auténtico exterior es la posibilidad de integrar a la perfección los espacios interiores y exteriores. La desventaja es el verse coartado por la arquitectura del espacio: resulta más difícil colocar la cámara allí donde a uno le gustaría y, [rodar en una casa que forma parte de nuestros propios exteriores] puso a prueba nuestra creatividad para que se nos ocurrieran distintas formas de rodar las escenas. Podíamos haber recurrido a métodos más tradicionales si hubiéramos estado trabajando en un plató".

Ramona Quimby es una niña pequeña de una enorme imaginación, y en RAMONA AND BEEZUS, dice Elizabeth Allen, "tenemos que descorrer la cremallera de la cabeza de nuestra heroína y ver lo que hay en su cerebro". Para dar vida a la fértil imaginación de Ramona, a Allen se le ocurrió un enfoque visual único que en gran medida evita las imágenes creadas informáticamente que el público se ha acostumbrado a ver. "Yo prefiero el carácter táctil que nos dan modelos y juguetes y, cuando comencé a examinar esa idea, me di cuenta de que era una forma mejor de enfoque creativo", explica Allen. "Aunque me hubieran dado carta blanca [para utilizar las caras imágenes creadas por ordenador], habría optado por utilizar técnicas más prácticas. Me pareció que era la mejor forma de describir el modo especial que tiene Ramona de ver el mundo".

La orden dada por la directora al diseñador de producción, Brent Thomas, y al departamento artístico, era que todo lo que apareciera en las escenas imaginadas, tendría que figurar en otro lugar del mundo de Ramona. Por ejemplo, cuando Ramona escucha a sus padres hablar de la posibilidad de que el banco recupere la posesión de su casa, ella imagina una grúa que arranca la casa de sus cimientos y un camión que parte a toda velocidad llevándose el edificio. Allen describe la forma como la escena fue elaborada: "Utilizamos los juguetes de Ramona. Creamos una versión del hogar de los Quimby del tamaño de una casa de muñecas, la integramos en el barrio e hicimos que una grúa y un camión de juguete arrancaran la ‘casa’ y se la llevaran calle abajo. De esta forma, tenemos la oportunidad de ver cómo piensa Ramona porque todas las herramientas que utiliza están sacadas de su propia vida. Así la escena adquiere una enorme fuerza".

Esta escena y muchas como ella destacan la intención de la producción de ajustarse al máximo al espíritu y a los personajes de la serie de libros de Beverly Cleary, facilitando, a la vez, al público nuevas dimensiones de los admirados cuentos y personajes. "Tomar los libros de Ramona y adaptarlos a la gran pantalla es una enorme responsabilidad", asegura Allen. "Por mucho que yo hubiera querido ajustarme a la obra de Beverly Cleary, llega un momento en que uno tiene que dejar que la película respire y que los actores sigan sus instintos. La película encarna los temas de la familia, el amor y la creatividad recogidos en los libros, pero también tenía que adquirir su propia entidad. Creo que los incondicionales de los libros lo entenderán y lo valorarán".