Es el último año en el instituto y a Ben Cronin le viene todo de cara. Tiene una novia maravillosa, Amy, y una beca como nadador para Stanford. Su vida parece casi perfecta. Pero llega la nueva sensación de la ciudad: una chica llamada Madison Bell. En poco tiempo Madison seduce a Ben y viven una sola noche de pasión. Ben se siente muy mal, pero su sentimiento de culpabilidad se ve aliviado cuando Madison le dice que sólo quiere que sean amigos.
Pero parece que Madison tiene una idea algo rara de la amistad. A medida que crece su obsesión por Ben, la vida de éste parece complicarse. Primero le echan del equipo de natación por tomar unos esteroides, que jura no haber tomado jamás. Luego su mejor amigo aparece muerto en la piscina del colegio y todas las pistas conducen a Ben. Por último le acusan de huir de un accidente que acaba con Amy en el hospital.
Ben sospecha que Madison está detrás de todo eso. Sin nadie que esté de su parte, empieza a investigar su pasado y se encuentra con increíbles secretos oscuros. Convencido de que Madison hará lo que sea para destrozar su vida, Ben decide acabar con sus juegos de una vez por todas.