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Destacado: Llega a las salas de cine comerciales 'Vaiana 2'
  Howl  Dirigida por Rob Epstein, Jeffrey Friedman
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Tres historias entrelazadas: el desarrollo de un histórico juicio por obscenidad en 1957, las revelaciones de un artista rebelde que rompe barreras para encontrar el amor, la redención y un imaginativo viaje a través de una profética obra maestra que sacudió a toda una generación se suman para crear un polifacético y multidisciplinar retrato de HOWL (Aullido), una obra que se oyó en todo el mundo.

En el San Francisco de 1957, una obra maestra de la literatura estadounidense fue llevada a juicio. HOWL es un largometraje que retrata este momento crucial, en el nacimiento de la contracultura. La historia se desarrolla a partir de tres hilos entrelazados: el juicio, de la mano del joven escritor Allen Ginsberg (James Franco) y el propio poema, cuya animación corre a cargo del novelista gráfico y colaborador de Ginsberg, Eric Drooker, el cual lo ha concebido como una “fantasía beat”, y cuya música ha compuesto Carter Burwell. La forma “multidisciplinar” en la cual se desarrolla la película es un reflejo de la sorprendente originalidad del poema.

La representación del juicio es un hilo narrativo dentro del tejido de una película que trata temas vigentes hoy en día; la definición de obscenidad, los límites de la libertad de expresión y la naturaleza del arte. El abogado defensor del joven Allen es Jake Ehrlich (Jon Hamm), un célebre adalid de las causas civiles. El fiscal, Ralp McIntosh (David Strathairn) intenta demostrar que la obra es obscena mientras se esfuerza por entenderla. Los testigos de la acusación son una profesora inglesa (Mary-Louise Parker) que considera el poema en cuestión obsceno y un profesor universitario (Jeff Daniels) que tiene una idea muy definida de lo que es y lo que no es buena literatura. Los testigos de la defensa son intelectuales de los años cincuenta (Treat Williams y Alessandro Nivola) que defienden los méritos culturales y artísticos del poema.

En una entrevista ficticia llena de flashbacks, el joven Ginsberg reflexiona sobre el proceso creativo de su obra y la lucha y liberación personal que tuvo que vivir. El poema es una vibrante animación, un viaje imaginario por la mente de un artista.