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  Exorcismo en Connecticut  (The haunting in Connecticut)
  Dirigida por Peter Cornwell
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La historia de EEUU está repleta de relatos de fantasmas, especialmente en las zonas de Nueva Inglaterra, Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut en cuyos archivos han quedado registrados infinidad de casos.

En Connecticut han desaparecido pueblos enteros por culpa de los fantasmas. En la zona noroeste del estado, los residentes de Dudleytown se volvieron todos locos tras sufrir los ataques de unos espíritus que los acosaron durante años, acabando con generaciones enteras de ciudadanos.

En 1987, acontecieron unos hechos especialmente escalofriantes en Connecticut, en el pueblo de Southington, donde una familia acababa de mudarse a una casa que llevaba años vacía en Meriden Avenue.

La familia llevaba poco tiempo viviendo en la casa cuando encontraron un pequeño cementerio en el jardín trasero, una sala de embalsamamiento en el sótano y cajones llenos de perturbadoras fotos de cadáveres: la casa había sido una funeraria allá por los años veinte.

La familia empezó a notar actividades paranormales: sonidos extraños, cambios de temperatura, misteriosas figuras que aparecían y desaparecían…Se enfrentaron a esta experiencia sin saber que estaban viviendo uno de los casos más extraños y genuinos de actividad sobrenatural jamás registrados.

El proceso de producción que llegaría a convertirse en Exorcismo en Connecticut comenzó a fraguarse en 2003, cuando el productor Daniel Farrands vio un documental en televisión sobre los terribles hechos que vivieron Carmen Reed y su familia. Farrands se quedó enganchado, ensimismado con la historia y cuando terminó el programa se puso en contacto con el productor Andy Trapani y se pusieron manos a la obra para dar con Reed y entrevistarse con ella en persona. Tras escuchar su historia, Farrands, Trapani y el productor Paul Brooks se quedaron de piedra. Ésta era una historia sin precedentes que pedía a gritos ser contada. Según Brooks, "El hecho de que todos estos ataques paranormales ocurrieran en un lapso de meses y fueran experimentados por diferentes miembros de la misma familia es increíble".

El director Peter Cornwell también quedó enganchado por esta historia en concreto. "Las cosas que les ocurren dan todavía más miedo porque uno puede identificarse fácilmente con lo que está pasando. Al ser una historia real, los espectadores ven a los actores como personas reales y no como personajes de una película", dice Cornwell.

Para los escritores Adam Simon y Tim Metcalfe Exorcismo en Connecticut se perfiló como la oportunidad perfecta para dar rienda suelta a la fascinación que siempre habían sentido por el mundo de lo sobrenatural. Según Metcalfe, "Nuestro interés mutuo por lo oculto tal y como aparece representado en la literatura, el cine y la historia dio forma a la historia". Ávidos estudiosos del terror victoriano y del movimiento espiritista, los guionistas tejieron hábilmente sus conocimientos de la época para crear una historia terrorífica, plagada de escalofriantes escenas de mutilaciones, sesiones de espiritismo y acontecimientos macabros.

Tras estrenar su galardonado corto animado, "Ward 13", el director Peter Cornwell llamó la atención de muchos productores de Hollywood. "El corto de Peter era realmente terrorífico y tenía muchísimo cuerpo", recuerda Brooks. "Me pareció que su punto de vista era muy original. Compartía mi visión de que Exorcismo en Connecticut fuera un filme realista y se mantuviera fiel a la historia de la familia".

Casualmente, el propio Cornwell estaba ansioso por rodar un largometraje con personajes de carne y hueso. "Cuando se trabaja con animación hay que visualizar las escenas claramente antes de rodarlas", explica el director. "Cuando se trabaja con personas reales, se colabora con los actores que proponen sus propias ideas. Es genial crear ese ambiente de colaboración y ver que otras personas se implican en la escena".

Virginia Madsen, una actriz de culto que ha sido nominada a los Oscar por su trabajo, llevaba unos tres años en busca de una película de terror con un buen guión. No hacía más que leer historias de sustos, tortura y gore. "De repente recibí este guión con una historia alucinante y un personaje femenino muy complejo, el de Sara Campbell, y me dio muchísimo miedo", comenta. Al igual que Carmen Reed, Campbell es una mujer religiosa que se esfuerza por sacar adelante a su familia en medio de la crisis de fe que sufre cuando las fuerzas del mal invaden su casa.

Mientras que Madsen admite que no siempre ha disfrutado trabajando con directores primerizos, en cuanto conoció a Cornwell y vio que tenía las ideas tan claras y estaba preparando tan bien la película supo que podía confiar en él. "Cuando conocí a Peter nos portamos como dos niños grandes. Me gustan las películas en general pero me encantan las películas de terror, y a él también. Empecé a preguntarle sobre el corto que había rodado, así que nos llevamos muy bien desde el principio de una manera algo infantil. No obstante, Peter también tiene un lado muy centrado, tenía clarísimo el tipo de película que quería hacer".

"Trabajar con Virginia ha sido un sueño hecho realidad", dice Cornwell. "Tiene un registro impresionante, por no hablar de su presencia y su gran experiencia".

Al ser un proyecto tan oscuro, Madsen intentó proteger a los jóvenes actores que dan vida a sus hijos en la película y estuvo a su lado apoyándoles durante el rodaje, tanto que acabaron llamándola 'Mamá V'. Según Amanda Crew, que interpreta a la sobrina de Sara, Wendy, "Virginia vio que necesitábamos su apoyo para poder darlo todo en el rodaje de esta historia tan difícil. Al igual que el personaje que interpreta, fue como una guía para nosotros. Nos ayudó muchísimo".

Para el joven actor Kyle Gallner, conocido principalmente por su trabajo en la serie "Verónica Mars", dar vida a Matt Campbell fue todo un reto. No sólo era la primera vez que interpretaba un papel protagonista en un largo, sino que el personaje requería un abanico emocional considerable: Matt lidia con la difícil relación que tiene con su madre y además sufre las apariciones de su doble, un chico aparentemente maligno llamado Jonah. "Esa parte fue muy intensa y muy intimidante", comenta Gallner. "Y eso que era una película, no quiero ni pensar cómo debió de ser para la familia que lo vivió de verdad".

Como adolescente que es, el propio Gallner les sugirió ideas a los realizadores para que Matt pareciera un personaje creíble y genuino. "Kyle tiene dieciséis años", dice Cornwell, "así que agradecí mucho sus opiniones sobre cómo reaccionaría un chaval de su edad. Le ayudé a dar con un modo de interpretar las escenas para que parecieran reales y que él pudiera creerse lo que estaba haciendo. Pero la verdad es que Kyle tiene tanto talento que ha dado vida al personaje de Matt él mismo".

Madsen, que tiene un hijo de trece años, supo apreciar las complejidades de la relación madre/hijo que retrata el guión. Las escalofriantes visiones que tiene Matt se van haciendo cada vez más intensas y el joven sufre por no saber exactamente cuánto contarle a su madre, para no preocuparla más todavía. "La mayoría de las películas retratan a los adolescentes como personas disfuncionales y difíciles que odian a sus padres, cuando en realidad son mucho más complejos que eso", comenta Madsen. "Creo que la relación Sara-Matt es una representación muy fiel de la relación padres-adolescentes".

El actor Elias Koteas da vida al Reverendo Popescu, el cura que intenta ayudar a los Campbell. Cornwell se quedó gratamente sorprendido al ver su dedicación, especialmente su capacidad para mantenerse en el personaje entre tomas. Madsen, que había trabajado anteriormente con Koteas y le considera un actor de primera clase que se mete en cuerpo y alma en los personajes que interpreta, le llama el "Hombre Zen". Según Cornwell, "Elias le dio cuerpo al personaje. Se esfuerza muchísimo por hacer que absolutamente todo esté perfecto, hasta el más mínimo detalle. Está dispuesto a pasar por experiencias desagradables para lograr el realismo en su personaje".

Martin Donovan da vida a Peter, el agradable padre que no puede con la presión económica a la que se enfrenta la familia. Al leer el guión Donovan quedó impresionado por cómo se centra en los personajes, algo poco frecuente en el género del terror. "Hablé con el director sobre los temas de la culpabilidad y la rabia, dado que parecían casar con la experiencia de Peter", comenta Donovan. "Peter no sabe muy bien por dónde tirar. Siento gran empatía hacia el personaje."

Amanda Crew da vida al otro personaje principal, la prima de Matt, Wendy. Al leer el guión, a Crew le encantaron las escenas de sustos y de hecho se sugestionó mucho al rodar una escena en la que otro personaje tira una puerta con un hacha. "Para la segunda toma, tenía el hacha tan cerca de la cara que el corazón me latía a mil", recuerda Crew. "Ahí no estaba actuando. Estaba pasando miedo de verdad".

Quizá el personaje central de toda la película, sin el que no podría existir, es la casa en sí misma. Según el guionista Adam Simon, "La casa tenía que protagonizar la película, podríamos decir que de hecho ES la protagonista. Por otra parte, fue también uno de los aspectos más difíciles del filme. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con la mansión de The Haunting y con el Hotel Overlook de El Resplandor. En ese sentido es todo un reto crear una casa encantada. No obstante, esta casa nos ofrecía un montón de posibilidades, daba mucho juego, porque realmente había funcionado como funeraria".

Cornwell trabajó codo con codo con la diseñadora de producción Alicia Keywan para dar con la casa perfecta y al final encontraron una casa victoriana en el pueblo de Teulon, a una media hora del centro de Winnipeg, Canadá. "En muchas películas se cambia a menudo de decorado o de emplazamiento, tanto que no llegas a crear vínculos emocionales con ningún sitio. Me gusta la intimidad que nos ha dado trabajar sólo en esta casa, que se ha convertido en otro personaje más del filme", explica Cornwell.

Según Madsen, "Era casi como si la casa tuviera rostro. Daba miedo estar en ella".

Rodeada de un gran terreno, con ventanales redondos y una entrada alargada, la casa parecía una construcción victoriana de Connecticut. El sótano y la habitación de Matt se construyeron en un plató. Al trabajar con Cornwell y el director de fotografía Adam Swica, Keywan produjo modelos en 3-D de la casa para que pudieran finiquitarse algunas escenas técnicas antes de comenzar a rodar. Swica se decidió por utilizar un enfoque clásico, y reflexionó mucho sobre cuándo rodar con cámara en mano para crear más tensión.

Los cadáveres fueron creados por el artista de efectos especiales Todd Masters (galardonado con un Emmy, ‘Mejores efectos especiales de maquillaje’, "A dos metros bajo tierra" [temporada 2001/2002] y con un premio Saturn, "Mejores efectos de maquillaje", La Plaga [2006]) y por su equipo de la empresa de efectos visuales, MASTERSFX, que se pusieron manos a la obra un mes y medio antes de empezar a rodar. Utilizaron silicona con un armazón de metal y articulaciones soldadas para crear cuerpos que necesitaban de dos semanas de trabajo desde el proceso de modelado del cadáver de tamaño natural hasta el procedimiento de pintar el pelo y los tatuajes. "No pueden ser más reales", dice Cornwell hablando de sus cadáveres. "Incluso al tacto parecen de verdad, están fríos y duros".

"Los cadáveres parecía tan reales con el vello en las piernas y las uñas mordidas que me producían asco de verdad", confiesa Madsen. "Lo más gracioso es que eran anatómicamente perfectos. Tenían hasta pene, aunque les taparon esa zona para que fuera algo más púdico. ¡Pero eché un vistacillo, no lo voy a negar!".

Aunque Cornwell estaba de acuerdo en utilizar efectos especiales para aumentar los sustos, sabía que con su guión, la historia asustaría incluso a los más experimentados seguidores del género del terror. "La familia pasa por un calvario. Simplemente he intentado retratarlo de la manera más fiel posible, porque sabía que con eso bastaría para crear una historia terrorífica", comenta.

La propia Carmen Reed quedó sorprendida al ver su historia llevada a la gran pantalla. "Tenía tanto miedo que estaba agarrada al borde de la silla. Me hizo revivir todos esos momentos en los que pensaba que iba a morir, que iba a morir toda mi familia. Al verlo todo de nuevo, realmente no sé cómo pudimos sobrevivir", confiesa.

Pero quería contar su historia, quería que la gente supiera por lo que pasaron. "Quiero que la gente sepa que estas cosas ocurren", explica Reed. "Sólo porque la gente vea cosas inexplicables u oiga voces, no significa que están locos. No tenemos todas las respuestas, hay muchas incógnitas. Antes no creía en fantasmas. No pensaba que pudiera ocurrir algo así. De hecho incluso me burlaba de la gente que creía en los fantasmas, que pensaban que cada vez que crujía algo en la casa significaba que había una presencia. Pero a veces realmente sí hay un monstruo debajo de la cama".