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  Lope  Dirigida por Andrucha Waddington
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Biopic sobre dramaturgo Lope de Vega.

También conocida como "14".


Notas del director
Cuando me llegó a las manos el guión de Jordi Gasull e Ignacio del Moral, supe que ésta era la película que quería hacer. No lo leí: lo viví. Entré en sus páginas, reí, lloré y acabé perdidamente enamorado.

Hay biografías tan fabulosas que parecen inventadas. La vida de Lope de Vega es una de ellas: un sinfín de aventuras y amores tan increíbles, tan excitantes y apasionados, que parecen escritos por un novelista llevado por su febril imaginación.

No obstante, los acontecimientos que esta película narra no son tan sólo ciertos sino que corresponden al genio que revolucionó la literatura española en el siglo de Oro y puso las bases del teatro moderno.

Han pasado casi cuatrocientos años desde su muerte, pero hoy, en pleno siglo XXI, nos hallamos en la misma situación que quienes le conocieron en el XVI: totalmente hechizados y perdidamente enamorados de él. Quizás porque, seguramente, la mejor obra de la extensa producción de Lope fue su propia vida; tal vez porque su mejor espectáculo fue, precisamente, el que protagonizó él mismo.
Lope fue un joven, que como tantos, sólo buscaba encontrar un lugar en el mundo.

¿Quién no busca posición, amor y felicidad?
Lope es un joven que viene de una clase social baja y que sueña con alcanzar ese mundo que hoy logran los grandes deportistas y las súper-modelos. Es un joven que acaba de descubrir su vocación y tiene hambre de ser reconocido, y que, sin saberlo, es uno de los mayores genios de la historia. Un joven con las mismas ambiciones y sueños que los de hoy, y que a la vez debe decidirse entre el amor de dos mujeres.

Creo que eso, es lo que hace de este proyecto una película actual y contemporánea. Una película que aunque pase en otro tiempo será filmada como si pasara hoy, sin la distancia, ni el recargamiento de las películas de época.

Después de un proceso de casting de muchos meses, he tenido la inmensa suerte de descubrir a Alberto Ammann, un actor capaz de transmitir y encarnar a ese joven con ganas de comerse al mundo. A su lado, actrices como Leonor Watling y Pilar López de Ayala configuran un maravilloso triángulo de amor.

Para filmar esta historia, he querido trabajar con gente innovadora como el director de fotografía Ricardo Della Rosa, habitual de mis películas (María Bethânia, Casa de Areia o Autros doces Bárbaros) o con uno de los mejores y más creativos directores de arte de la actualidad, César Macarrón (Camino, La gran aventura de Mortadelo y Filemón, Intacto, El espinazo del diablo o El milagro de P.Tinto), o el compositor Fernando Velásquez (El orfanato, Savage Grace, La zona).

Juntos queremos crear un mundo en el que el espectador pueda sumergirse, para que lo viva, lo sienta y tenga esa misma pasión que yo sentí en el momento de leer el guión. Y así llevar de la mano a un público que sea capaz de ver más allá del marco histórico para adentrarse en el universo de Lope.




Notas del productor
Aristóteles decía que el drama o la literatura eran de algún modo más perfectos que la Historia porque hablaban de lo posible y no de lo que ha sido. Lo posible te permite soñar, caminar por caminos aún por descubrir e imaginar sobre cualquier tiempo pasado, presente o futuro
Imaginar y soñar. La imaginación y los sueños han formado parte de mi atracción por el cine. Las películas me han hecho soñar con grandes aventuras e imaginar mundos diversos, desde las más lejanas galaxias a los más profundos abismos. Esas aventuras fueron las que me pasaron por la cabeza cuando leí esta historia inspirada en Lope de Vega. Lejos del bio-pic, alejado del retrato histórico. Y cerca de Scaramouche o Los tres mosqueteros.

Acababa de leer un relato de amor, acción y aventura de un joven que podría llamarse Lope, como David o Jack. Sí, está inspirada en hechos reales, ocurre en un período concreto y fascinante, pero eso es lo de menos.

Lo que me atrajo no fue la Historia, la que se escribe con mayúsculas, si no la historia de unos personajes y sus emociones, el romance y la traición, la risa y el llanto, las peleas de espadas; todas esas cosas que me remitían a un cine de género que tantas veces he disfrutado como espectador.
Me gusta el cine de género, las películas de acción, las de aventuras, las de amor. También me gusta ese cine íntimo, de películas más personales. Creo que los dos tipos de cine deben co-existir. Pero al igual que como Director de Producción había trabajado en películas muy grandes, como productor siempre había estado en el lado más íntimo.

Así que los sueños de abrir la pantalla, de verla en formato panorámico, con esas dimensiones de película épica, con lo que implica esa palabra, se ven ahora convertidos en realidad con esta historia de Lope.

Después de haber reproducido el París de Perfume, o el Tibet de Siete años en el Tibet, estoy ante un maravilloso reto para mí: poder ayudar al director a recrear la España del Siglo de Oro alejado de tópicos y lugares comunes.

Mi deseo es que el espectador viaje a través de esa montaña rusa emocional, de aventuras y pasión en la que pretende convertirse la película: para que imagine y sueñe.




Notas del guionista - productor
Aún recuerdo el día en que la sonrisa de un buen amigo, Pau Calpe, me despertó el interés por Lope. Se acercó con un libro del antiguo BUP y me dijo: "Jordi, creo que la vida de Lope es interesante para una película".

Leí la breve biografía y quedé entusiasmado. Pau tenía razón. Pues había no una, sino varias películas en la vida de Lope. Me puse a leer con avidez las escasas biografías como la de Américo Castro y Hugo Rennert o la posterior de Eduardo Haro Tecglen.

Debo confesar que me sorprendió que hubiera tanta literatura sobre la obra de Lope y tan escasa sobre su vida. Pero los pocos datos eran apasionantes: soldado, poeta, seductor, amante, impulsivo y también fiel esposo de la mujer a la que más amó y que le fue arrebatada por la muerte tras cinco años de convivencia.

Había varias películas en su vida, así que me decidí por la que yo tenía más ganas de ver como espectador. Una película inspirada en Lope y enmarcada antes de que se convirtiera en Lope de Vega. Tiempo antes de que el peso de la fama, de la posición social, transformaran al hombre joven en un personaje.

Lope quiere ser una película contemporánea, aunque tenga lugar en el siglo XVI. El relato de un hombre joven que quiere encontrar su lugar en el mundo. Y sobre todo la búsqueda del amor, de un amor que no sólo está en la mera pasión sino que tiene algo más. Ese algo más que le hace durar, permanecer, a través del tiempo y a pesar del dolor. Ese amor que implica el conocerse, el aceptarse y el saber ver en el otro.

Llegar al guión que se va a rodar fue un camino largo y tortuoso como dice la canción, por el que he caminado acompañado, de la mano de uno de los mejores guionistas de hoy: Ignacio del Moral. Se incorporó al proyecto cuando era aún un tratamiento de la historia y el guión pasó a ser cosa de dos. La capacidad de dialogar de Ignacio comenzó a insuflarle una vida inusitada al guión. Su capacidad para leer en el alma humana hizo que la historia transcendiera y allí donde yo planteaba situaciones borrosas, él las definía con delicadeza. Ha sido un honor para mí el poder trabajar con él. Y un gran aprendizaje.

Un guión en sí, no es nada. Un texto sobre el que se debate si es literatura o no, una obra inacabada, un mero borrador. Para transformar ese guión en película buscaba a alguien que no tuviera el peso de la Historia sobre él. Alguien con cercanía al mundo del teatro pero lo suficientemente alejado para que viera al Lope posible y no el que fue.

Cuando trabajaba en Columbia Films, Iona de Macedo me presentó a un joven entusiasta llamado Andrucha Waddington. Traía su película "Casa de Areia" para mostrarla a un conocido actor de prestigio. Pude colarme en la sala y de pronto sentí que estaba ante el David Lean latino. Soñé con que Andrucha quisiera dirigir el guión de Lope. Iona se lo envió, por aquel entonces era un proyecto de Columbia. Y cuando meses después vuelvo a ver a Andrucha, me da un beso entre lágrimas y me dice: "quiero hacer esta película".

Andrucha es un poco Lope, al menos en cuanto a su intensidad vital, así que era el director perfecto. Además, había un aspecto en su personalidad como director que le hacía muy interesante: ser brasileño le distanciaba del peso de la Historia. No iba a tener esa carga o responsabilidad histórica que suelen tener los que hablan de su propia historia. Pero un novato como yo no podía soñar en llevar a buen termino la película estando solo. Ahí entra Edmon Roch, que como co-productor, ha aportado su vasto "know how" en dirección de producción para que esos recursos que tenemos puedan ser aprovechados de la mejor manera.

El trayecto es aún largo hasta que Antena 3 se cruza en el proyecto de Lope. Ya no es un camino solitario. Somos un equipo de mucha gente con un mismo sueño. Mercedes Gamero aporta su mirada al proyecto, que tras nuevas revisiones y pulidos comienza a tomar su forma final.

Y ahora, con el guión terminado, con la película a punto de comenzar, nuestro trabajo comenzará a desaparecer, a borrarse con lentitud para convertirse, de manos del director, en la película con la que todos soñamos.




Notas de la directora de vestuario
Es siempre un reto enfrentarse a una película, para un figurinista lo es más si es de época, pero si encima te dan la oportunidad de crear y confeccionar algo nuevo, es una oportunidad que se debe aprovechar.

Esto me sucedió a mí con Lope.

La primera vez que hablamos del proyecto, los productores, el director de arte y el director, tenían claro qué querían transmitir y qué premisas eran las realmente importantes: un vestuario vivido y natural, manteniendo el rigor histórico pero modificando la línea del vestuario a favor de nuestra historia.

No copiar de los cuadros históricos, sino interpretar y adaptar lo que se ve en los cuadros, lo que creemos nosotros que fue la vida cotidiana de la época.

Contar con una gran documentación tanto escrita como visual, para crear nuestra propia época, aportando nuevas licencias y creando nuestro propio mundo.

Un reto arriesgado y valiente que me hizo entender que había que estar a la altura de las circunstancias, tomar el miedo y la inseguridad de enfrentarse a algo nuevo y aprovecharlo en el proceso creativo.

En definitiva, arriesgar y crear……qué más se puede pedir.