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  The mechanic  Dirigida por Simon West
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Llevar a la gran pantalla una nueva versión de un clásico de género de los años 70 como FRÍAMENTE... SIN MOTIVOS PERSONALES, ha resultado ser una tarea bastante laboriosa para los productores William Chartoff y David Winkler, hijos de los productores de la película original, el legendario equipo compuesto por Robert Chartoff e Irwin Winkler. Tras muchos años elaborando el guión y organizando el proyecto, los productores han podido ver al fin su sueño hacerse realidad.

"Nos encantaba la idea de hacer un 'remake' de FRÍAMENTE... SIN MOTIVOS PERSONALES, la película de Michael Winner de 1972, protagonizada por Charles Bronson y Jan-Michael Vincent, y que mucha gente considera un clásico", comenta el productor William Chartoff. "Fue básicamente la primera en lo que acabó convirtiéndose en todo un subgénero del cine: las películas de asesinos a sueldo. Y siempre nos pareció que ofrecía un enfoque muy interesante del género de acción o del 'thriller'– Charles Bronson interpretando a un asesino a sueldo que toma a un joven protegido, hasta que éste se acaba volviendo contra él".

"Aunque posteriormente se han ido produciendo otras muchas películas de sicarios", explica Chartoff, "a David Winkler y mí siempre nos pareció que el guionista Lewis John Carlino, que también escribió el guión de 'El gran Santini (El Don del Coraje)' y muchas otras películas maravillosas, había creado una historia realmente original. Y uno de los aspectos más interesantes de la película era que tomaba un género ya establecido, el cine de acción o el 'thriller', para crear un nuevo tipo de personaje, el sicario, y dotar de elementos mitológicos y freudianos a la relación entre los dos protagonistas, Bishop y Steve, el mentor y el protegido, la figura paterna y el hijo".

"Bishop se hace cargo de Steve, le enseña los trucos del oficio, y su relación se va haciendo cada vez más estrecha e íntima", prosigue Chartoff. "Pero, al final, como en la mitología clásica, Steve se vuelve contra Bishop. Y siempre me pareció que ésa era una cualidad fascinante para dársela a un 'thriller' de acción. La película original también tenía un tono muy lúgubre, lo que mucha gente identificaba con el cine europeo de aquellos años. Pero también era muy específica de la época en la que se produjo, a principios de los 70".

"Así que, para David y para mí, parte del reto de hacer un 'remake' actual", explica Chartoff, "era el hecho de que las películas realizadas en 1972 dependían más de la atmósfera, el tono y la época. Y el público de entonces esperaba algo distinto de una película que el público moderno. Así que teníamos claro desde el primer momento que había que poner al día la película, de tal manera que pudieran apreciarla los espectadores actuales, que esperan un drama con una lógica interna y con personajes con unas motivaciones claras, de modo que sus actos tengan sentido".

"Pero hemos tenido mucho tiempo para resolver esas cuestiones", admite Chartoff, "ya que llevamos casi 15 años trabajando en este 'remake'. Se nos ocurrió inicialmente la idea de realizarlo a principios de los 90". Chartoff-Winkler Productions, la compañía fundada por los productores Robert Chartoff e Irwin Winkler, junto con MGM, habían producido la cinta original y, según William Chartoff: "empezaron a pensar en un 'remake' de la película, sobre todo teniendo en cuenta que la original había tenido mucho éxito, se trataba de un subgénero al que no parece faltarle nunca público y siempre fue un título estupendo. El título original, 'The Mechanic', queda fenomenal en las marquesinas de los cines".

Así pues, en 1993, empezaron a encargar guiones pero, en palabras de Chartoff: "el enfoque de todos ellos era siempre muy distinto al de la película original. A medida que se elaboraba el guión, empezó a convertirse en una especie de 'thriller' de espionaje, porque ciertos altos cargos del estudio de aquel entonces querían que fuera en esa dirección, algo que para nosotros supuso una gran decepción". Por tanto, en cuanto los productores lograron disponerlo todo para que su compañía, Chartoff-Winkler Productions, pudiera desarrollar el guión y producir la película por su cuenta, se pusieron a trabajar en un guión que conservara los mejores aspectos del original, pero actualizara los personajes y la acción para el público moderno.

Los otros grandes desafíos, según Chartoff, fueron encontrar a los actores adecuados para interpretar los papeles clave y, naturalmente, al director apropiado. Tal como explica Chartoff: "El personaje de Bishop, genialmente interpretado por Bronson, era un tipo de personaje muy concreto y exigía un tipo de actor muy concreto para interpretarlo en el 'remake'. Está claro que no hay muchos actores hoy día que pudieran ocupar el lugar de Charles Bronson, así que el reto de elegir a la persona adecuada para el papel del mecánico parecía tan difícil como conseguir el guión apropiado".

"Yo tenía en mente toda una serie de características que eran necesarias para interpretar el papel de Bishop", señala Chartoff. "Bishop es un personaje muy fuerte, estoico, masculino. Y el actor tenía que ser alguien que pudiera afrontar todas las escenas de acción y las exigencias físicas que un papel así entrañaba. Eso nos resultaba muy importante".

"Jason Statham es el único actor que podía imaginarme para el papel", asegura entusiasmado Chartoff. "Si Jason no hubiera querido hacer la película y aceptado el papel, dudo que el proyecto hubiera salido adelante. Encaja perfectamente con Bishop. Y no se me ocurre ningún otro actor que hubiera podido ocupar el lugar de Bronson tan bien como Jason".

Una vez que Jason Statham había aceptado hacer la película, los productores emprendieron la búsqueda de un director que fuera capaz de manejar tanto el aspecto de la historia relativo al desarrollo de los personajes, como las complejas secuencias de acción. "Buena parte de la película gira en torno a los personajes", explica Chartoff, "pero, a diferencia de la original, en la que primaba más la atmósfera, nuestra versión de THE MECHANIC iba a gozar de un componente de acción/'thriller' mucho más acentuado. Y no hay muchos directores en la actualidad que sepan manejar una película que gira en torno a los personajes, pero que a la vez cuenta con mucha acción. Simon West es uno de los pocos que nos pareció igualmente hábil en ambas facetas. Sabe manejarse muy bien en las secuencias de acción y se le dan estupendamente los personajes".

"Cuando Simon se incorporó al proyecto, dedicó mucho tiempo y esfuerzo a desarrollar los personajes de Bishop y Steve", recuerda Chartoff. "Le resultaba muy importante que fueran personajes complejos, no meras caricaturas, con los que pudiera uno identificarse, y con motivaciones que dieran credibilidad a la trama y a la historia. Al examinar su obra, incluyendo 'Con Air' y 'La hija del general', era una elección completamente lógica para nuestra película".

"Lo que me atrajo del proyecto fue la idea del mismo", asegura West, "porque, aunque ha habido muchas películas de sicarios a lo largo de los años, ésta era diferente, porque el modus operandi de Bishop como asesino es que la muerte tiene que parecer un accidente. En mi opinión, eso era estupendo, porque suponía que no íbamos a tener al personaje simplemente liándose a tiros o volando a la gente en pedacitos de una manera simple y evidente. Para mí, tener que hacer que cada asesinato parezca un accidente hace la historia mucho más ingeniosa e inteligente".

"También me gustaba el personaje de Bishop", explica West, "porque está en un momento de su vida en el que se cuestiona si debería seguir haciendo su trabajo. Y, a mi parecer, ése es otro aspecto interesante de la historia. Se trata de alguien que está en plena forma como asesino, pero no está muy seguro de si le sigue interesando. Y creo que eso es algo con lo que todo el mundo puede identificarse. Además, es muy bueno y hábil en su trabajo, pero no despiadado, lo que me resultó atractivo. Así que era una combinación del personaje y de su forma de operar lo que encontré muy distinto de cualquier otra película de sicarios que hubiera visto".

"Uno de los arcos argumentales que más me interesaban", prosigue West, "es el hecho de que la vida de Bishop es perfecta y es muy bueno en su trabajo, hasta que recibe el encargo de matar a un amigo, a su único amigo, Harry McKenna, que es como un padre para él. Tiene que aceptar el trabajo, pero pone su vida patas arriba. Entonces Bishop conoce al hijo de Harry, Steve, lo toma como protegido y se convierte en una especie de padre para él, en un intento de reemplazar al padre que arrebató a Steve. Es una dinámica muy interesante, en la que no dejas de preguntarte constantemente si Steve averiguará en algún momento que su mentor mató a su padre, y qué sucederá cuando lo haga".

Tanto para Chartoff como para West, Jason Statham era el Bishop perfecto e hizo un trabajo magnífico en el papel. "Emana todas las cualidades que debe encarnar todo el que pretendiera interpretar el papel", comenta Chartoff. "Jason posee un gran carisma en la pantalla. La cámara lo adora. Y tiene esa clase de naturaleza estoica ante la cámara que al público le encanta. Es el mejor en lo que hace en este género. Y creo que una de las razones por las que Jason quería hacer la película era porque pensaba que el personaje supondría un reto para él como actor".

"Jason siempre vio esta película como algo más que una simple cinta de acción", asegura Chartoff, "más bien como una historia centrada en los personajes y las relaciones, que además tenía mucha acción. Jason pensó que podía aportar mucho al personaje de Bishop y considero que hizo un magnífico trabajo por su parte. Para mí, Jason ha hecho suyo a Bishop".

El director Simon West se muestra completamente de acuerdo: "He visto a Jason convertirse con los años en un intérprete muy hábil y físicamente diestro", explica West, "Es un gran actor de gesto pensativo, pero también es muy físico y hábil en ese tipo de cosas que tendría que hacer un sicario. Jason es un excelente conductor, que no solo puede hacer, sino que quiere hacer, la mayoría de sus propias escenas arriesgadas. Así que era la elección perfecta para Bishop. Es un hombre de pocas palabras. Ha tenido su buena dosis de experiencias vitales. Parece físicamente capaz de cualquier cosa".

"Y, como actor", prosigue West, "Jason puede hacer muchísimo con una simple mirada, lo que era muy importante para esta película, porque Bishop, el mecánico, pasa mucho tiempo él solo en la película. Al no tener nadie con quien hablar buena parte del tiempo, era fundamental que el actor fuera capaz de transmitir la mayoría de lo que siente Bishop a través de su mirada. Y eso se le da muy bien a Jason. Pero también resulta completamente creíble como alguien que podría matar a diez hombres en un cuarto a mano limpia, así que Jason era perfecto para el papel en todos los aspectos".

Una vez elegido el actor para encarnar a Bishop, era vital encontrar al actor adecuado para interpretar a Steve McKenna, su protegido. "Ya había visto trabajar a Ben Foster antes de que aceptara hacer la película", reconoce Chartoff. "Pero verlo en persona... fue toda una revelación. Ben es un joven actor con mucho talento".

"Lo que me resulta especialmente interesante de ver su interpretación", comenta Chartoff, "es lo distinta que es del Steve de la versión original. Ben es un actor de gesto mucho más pensativo e interpreta al personaje como alguien mucho más emotivo que la versión que ofreciera Jan-Michael Vincent. Durante el rodaje, me sentaba detrás de los monitores, veía interpretar a Ben y sabía que tenía delante a alguien que se convertiría en uno de los principales actores protagonistas de Hollywood durante muchos años".

"Ben tiene un registro increíble", prosigue Chartoff. "Practica su oficio, no solo de manera profesional, sino con inmensa dedicación y entusiasmo y, como Jason, cuando Ben aparece en la pantalla, no puedes apartar la mirada. Sentí lo mismo al ver los trabajos anteriores de Ben".

"Para el papel de Steve McKenna, el protegido de Bishop", explica Simon West, "no quería otro jovencito guaperas y cachas que fuera a estar de florero. Quería a alguien que fuera realmente un buen actor. Y eso es porque, en cierto modo, Steve tiene que llevar buena parte del peso de los diálogos de la película y de Bishop, para que el público sepa lo que todo el mundo siente y piensa. Además, el personaje de Steve vive un arco emocional muy traumático en THE MECHANIC, así que quería al mejor actor que pudiera conseguir".

"La verdad es que se me ocurrió la idea de contar con Ben Foster desde el primer momento en que empecé a participar en la película", recuerda West. "Y eso es porque también quería a alguien que resultara físicamente convincente y ya había visto otros trabajos de Ben que exigían ese aspecto físico. A diferencia de Bishop, el personaje de Steve no es muy estable mentalmente. Es muy emotivo y puede perder fácilmente los estribos".

"Y, nuevamente, no es fácil encontrar esa combinación de cualidades en un solo actor", prosigue West. "Necesitábamos a alguien que resultara creíble como joven y prometedor asesino, pero que también pudiera evocar de manera convincente toda la complejidad emocional del personaje. Ben aportó tanto al personaje de Steve que, la verdad, no sabría imaginarme la película sin él en ese papel. Ben le ha dado un enfoque tan peculiar y pintoresco a Steve que ha transformado realmente la película".

"Una de las secuencias clave de acción de la película para el personaje de Steve", recuerda West, "es cuando tiene que seducir a otro asesino. Aunque Bishop lo prepara todo para poder librarse del tipo de una forma muy sencilla y limpia, el ego de Steve no le permite hacerlo de esa manera tan sencilla y limpia. Así, Steve acaba metiéndose en una situación muy complicada, en la que se encuentra en el peor sitio posible para él: en el propio hogar de ese experto asesino. Y Steve intenta acabar él mismo con el tipo. Pero empieza desastrosamente, porque el individuo en cuestión es enorme y, como Bishop, está muy bien preparado y es implacable".

"Aunque, antes de llegar a la acción, hay que pasar por una seducción", prosigue West. "Así que Ben tenía que interpretar una escena muy complicada, en la que Steve está tratando de seducir a otro hombre pero, a la vez, en cierto momento va a tener que intentar matarlo. Y se convierte en una terrible pelea entre esos dos hombres que, en mi opinión, es uno de los puntos álgidos de la película. Es un ejemplo perfecto de dónde usamos la capacidad de Ben Foster tanto como excelente actor como consumado intérprete físico".

Ben Foster llegaba a THE MECHANIC tras su excelente interpretación en "The Messenger", que recibió grandes elogios de la crítica. Pasar del puro drama a un 'thriller' de acción ilustra cómo ve Foster las películas y la diversidad que busca al elegir sus papeles. "La verdad es que no soy nada elitista con el cine", asegura Foster. "Me gustan toda clase de películas y me atraía en especial THE MECHANIC porque siempre me han gustado las películas de asesinos a sueldo. Los asesinos son gente que sabe hacer cosas que los demás ignoran, son auténticos especialistas. Y me pareció que sería divertido tener la oportunidad de hacer una película para chicos".

A Foster también le atraía el personaje de Steve, que consideraba que sería apasionante y todo un reto de interpretar. "Steve es hijo de Harry McKenna, que creo que posee vínculos profesionales un tanto cuestionables", comenta Foster. "Harry fue mentor de Bishop y supongo que podría decirse que había cierto conflicto de intereses entre ambos. Bishop tiene que matar a Harry, lo que deja a Steve sin familia. Así que Bishop decide hacerse cargo de Steve y enseñarle el oficio de asesino. Lo que Simon, Jason y yo solíamos comentar sobre los personajes era su sentido de la culpabilidad y, supongo que, en cierto modo, la película también trata sobre las relaciones entre padres e hijos".

Para Foster, colaborar tan estrechamente con Jason Statham, que interpreta a Bishop, supuso una experiencia fenomenal: "Jason es muy gracioso y no creo que sea algo que se le reconozca lo suficiente", opina Foster. "Mientras trabajaba en THE MECHANIC, vi otra película de Jason 'Crank: Alto voltaje' y me partí de risa. Tiene una gran capacidad, tanto para la parte física, como para la cómica, como para la dramática, todas las cuales entran en juego en THE MECHANIC. La verdad es que hace un gran trabajo como actor en nuestra película".

"Y me lo pasé muy bien con él", asegura Foster. "Es un historia de chicos armados hasta los dientes en Nueva Orleans haciendo cosas malas a gente mala. Y hacer una película como THE MECHANIC es realmente el sueño de todo chico. Todos hemos jugado siempre con palos haciendo de pistolas y disparándonos entre nosotros en el patio desde que éramos pequeños. Creo que es lo que nos gusta hacer a los tíos. Así que fue un rodaje divertido, que me permitió hacer ese tipo de cosas siendo ya un adulto. Eso incluye escenas arriesgadas realmente emocionantes, muchas de las cuales pude hacer yo mismo. Peleas, escalar paredes de edificios y cosas geniales de ese tipo".

Una escena concreta resultó ser un desafío en especial para Foster. "No me gustan las alturas", explica Foster. "En una película anterior, tuve que caer 45 metros y casi me da un ataque. Básicamente, me da vértigo simplemente mirar desde el suelo un rascacielos hacia arriba".

"Así que hay una secuencia de la película en la que Bishop y Steve caen en caída libre, sujetos a una cuerda", prosigue Foster. "Es como una especie de cuerda de 'puenting', pero sin esa elasticidad. Resulta que el descenso era de 30 pisos, algo más de 100 metros, fue una experiencia realmente angustiosa. Lo siguiente, cuando te quedas ahí colgado de un solo cable, no es tan malo. Pero son los cuatro minutos de ascenso lo que resulta difícil. Empiezas desde el fondo y hay un cable que tarda unos cuatro minutos en subirte los 30 pisos. Esos cuatro minutos fueron muy duros para mí. Antes de eso, estábamos rodando en la azotea y ya me estaba costando simplemente estar allí arriba. Y ahora me encuentro colgando de un cable que me va a subir 30 plantas, pensando que había sido idiota por haber dicho para empezar que lo haría. Pero existen esos momentos en los que tienes la oportunidad de experimentar algo así. Y eso superaba a mi propia fobia".

"Por suerte, Jason se dio cuenta del problema que tenía yo y me dio un excelente consejo antes de subir", recuerda Foster. "Me dijo que buscara un punto en la línea del horizonte y me centrara en él. Es como un bailarín que se pone a dar vueltas. El bailarín sigue buscando su línea, su punto. Aunque yo no soy bailarín. El cable empezaba a girar mientras ascendía y yo no conseguía encontrar mi punto en el horizonte. Entonces empiezas a ver esos gigantescos hoteles que se van haciendo cada vez más pequeños. A 15 pisos de altura, unos cuantos miembros del equipo intentaron ver cómo me encontraba y me preguntaron si quería parar y hacer la caída libre desde allí mismo. Yo no dije que no, no porque me estuviera haciendo el valiente, sino porque no podía decir ni palabra".

"Por fin llegamos arriba, y tuvimos que repetirlo tres o cuatro veces", sigue recordando Foster. "Cada vez hacíamos el descenso, que hacía conjuntamente con Ben Cook, un especialista increíble, que se encargaba de filmarme con una cámara. Pero, para la segunda vez que subí, sentía que había logrado hacer algo muy proactivo y valiente, estaba cargado de adrenalina, supe que era capaz de hacerlo y me sentí genial. Básicamente, hice algo que me asusta, lo que puede resultar una experiencia muy revitalizadora".

Foster también se muestra contento por haber tenido la oportunidad de trabajar con el director Simon West. "Simon es un colaborador maravilloso", asegura Foster. "Tiene una excelente sensibilidad estética, sensibilidad que sabe sintonizar muy bien con el público. Intuye visualmente muy bien cómo el público ve una escena y recibe información. Y uno de los puntos fuertes de Simon es que se trae a un montón de especialistas y busca el mejor modo de abordar una escena. Pero si tiene que cambiar en el mismo día, lo hace, porque se le da estupendamente desarrollar ideas sobre la marcha. He visto que hay directores especializados en el cine de acción que se empeñan tanto en la forma de hacer las cosas que una escena o secuencia puede perder cierta frescura. Pero Simon es todo lo contrario, lo que agradecí mucho, porque sin duda trabajo mejor cuando puedo dejar que la situación del momento determine cómo se va a desarrollar una escena".

Aunque, sin duda, lo mejor de trabajar en THE MECHANIC para Foster fue hacer las escenas de acción. "Me encanta el aspecto físico de esas escenas", afirma Foster. "Para mí, es lo mejor de hacer este tipo de películas. Es muy divertido poner a prueba tu cuerpo y descubrir el ritmo, la musicalidad que hay en la violencia. Y hacer las escenas arriesgadas es lo mejor. Es genial poder trastear con los juguetes, las armas. A todos nos gustan esos juguetitos".

"Pero la película es bastante básica en lo referente a armas y eso", comenta Foster. "No está llena de todo tipo de tecnología que parece de otro mundo. Por supuesto que nos sacamos algunas cosas de la manga, pero las armas son bastante sencillas y es fundamentalmente el ingenio y la violencia bruta lo que salva el culo a Steve y a Bishop temporalmente. Es divertido ver una película así mientras comes palomitas y tomas un refresco, y tener esos momentos de quedarte boquiabierto con la película. Disfruto con eso. Al fin y al cabo, con este tipo de películas, tan solo quieres darle al público algo divertido de ver que los entretenga y distraiga. Yo desde luego necesito algo así al final del día".

Para el papel de Harry McKenna, mentor de Bishop y su único amigo, así como padre de Steve, los realizadores optaron por Donald Sutherland. "El papel de Harry McKenna iba a ser en cierto sentido el eje de la historia", explica Chartoff. "Ése no era el caso en la película original pero, al desarrollar THE MECHANIC, nos dimos cuenta de que necesitábamos un eje central que sirviera de mayor motivación para los personajes y para la trama. Así que el asesinato de McKenna por parte de Bishop al principio de la película es, en última instancia, lo que ayuda al público a entender su motivación para sus actos más adelante. Cuando Bishop descubre que lo engañaron para que matara McKenna, algo que resultó a Bishop muy doloroso de hacer para empezar, lo enfurece y hace que decida vengar la muerte de Harry".

"En ese caso, el papel de Harry McKenna se volvió muy importante en esta película", recalca Chartoff, "por lo que necesitábamos a un actor que pudiera darle el empaque necesario. Naturalmente, Donald Sutherland es uno de los grandes actores del cine norteamericano y europeo de los últimos 40 años. Es un gran profesional, cuando lo ves trabajar, ves a un actor que sabe exactamente qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo. Es sumamente hábil; es como ver trabajar a un maestro. Y fue capaz de darle al papel de Harry un toque inesperadamente cordial, a la vez que fascinante".

"Hay muy pocos papeles en THE MECHANIC", comenta West." Teníamos un elenco central muy reducido, compuesto principalmente por Jason y Ben, y unos cuantos papeles de reparto. Pero los dos papeles de reparto principales de Harry McKenna y Dean Sanderson son absolutamente fundamentales para la historia. Estos dos personajes son la razón por la que sucede todo en la película".

"Era muy importante conseguir un gran Harry McKenna y por eso acudimos a Donald Sutherland", explica West. "Tan solo aparece en unas pocas escenas de la película, pero tienen que tener un impacto enorme. Así que era importante elegir a un actor con simpatía y una historia en el mundo del cine. Y en cuanto Donald aparece en la pantalla, trae consigo un montón de esa simpatía y de esa historia. Así que te sientes cómodo con él de inmediato. Y te sientes igual que Bishop, que Harry es una elección excelente para ser su amigo más antiguo. Se entiende por qué Bishop dejaría entrar a esta persona en su vida y por qué es el único en quien Bishop confía".

"De modo que Donald era la elección perfecta para nosotros", prosigue West, "porque puede manejar esa mezcla de humor y simpatía necesaria para el papel pero, al mismo tiempo, tiene una gran presencia, porque es uno de nuestros mejores actores. Así que quedé encantado cuando aceptó el papel, porque sin duda da más peso al personaje".

"Con todos los actores que elijo para mis películas", explica West, "intento siempre conseguir a gente que vaya a aportar algo extra, porque no tiene mucho sentido darles el guión y querer que lo lean sin más. Así que siempre trato de buscar actores que están dispuestos y son capaces de contribuir y de mejorar sus personajes. Y Donald es precisamente así. Así que se metió de lleno en el papel y adornó todo lo que tuviera que ver con el personaje".

"Se me ocurrió la idea de poner a Harry en una silla de ruedas", recuerda West, "y a Donald le encantó eso. Naturalmente, yo ya había pensado un poco cómo iba a filmarlo pero, como Donald había pasado mucho tiempo dándole vueltas, tenía muchas ideas nuevas sobre cómo se manejaría su personaje en una silla de ruedas. Así que diseñamos parte de su acción y sus escenas arriesgadas partiendo de lo que se le había ocurrido y lo que quería hacer con la silla de ruedas. Y la verdad es que fue mucho más de lo que creí que nadie pudiera hacer en esa situación. Pero así es Donald. Es un actor estupendo e ingenioso".

Para el papel de Dean Sanderson, los realizadores eligieron a Tony Goldwyn. "Dean es el malo de nuestra historia", explica West, "pero, una vez más, quería darle un cierto giro y hacer creíble su personaje, que no fuera tan evidente que es el malo. Se confía a Bishop y también le dice que siente tener que pedirle que se encargue de su siguiente trabajo: matar a su viejo amigo Harry. A la vez que se lo pide, Dean asegura que espera que Bishop entienda que seguramente sea mejor que lo haga un amigo de Harry, en lugar de un desconocido".

"Tony Goldwyn tiene una gran capacidad para resultar encantador, cordial e inteligente", señala West, "por lo que te puedes creer sus razones. Pero, naturalmente, Tony también tiene la gran capacidad de volverse muy oscuro. Te puedes creer que, en el fondo, puede ser muy malvado. Y ésa es exactamente la combinación que necesitábamos para el personaje de Dean Sanderson. Gracias a eso, pudimos darle un giro inesperado a la película con ese personaje. Al principio, Sanderson parece un tipo muy razonable, con argumentos muy convincentes y un verdadero problema con el que Bishop le tiene que ayudar. Pero, por supuesto, acabaremos descubriendo que todo es mentira, que ha engañado a Bishop, y éste tendrá entonces que vengarse. Aquí es donde entra en juego la parte de venganza de la historia, en la que el público podrá animar a Bishop mientras trata de localizar a Dean y darle su justo merecido".

"Y como Bishop hace todo eso con la ayuda de Steve", continúa explicando West, "hay otro punto de ironía, porque toda la trama se basa en el hecho de que Dean hizo que Bishop matara a su propio amigo, Harry McKenna, de manera injusta. Así que, el hecho de que Bishop tenga que usar al hijo de la víctima para que lo ayude a matar al hombre que lo engañó para asesinarla es a la vez un gran giro y una gran ironía de la historia".

Para el papel de Sarah, la chica que tiene Bishop en su vida, los realizadores eligieron a Mini Anden. Según explica West: "Bishop lleva una existencia muy solitaria, pero quería que el público supiera que no es un robot; no deja de tener cierto atractivo para las mujeres y a él mismo le atraen las mujeres. Pero su vida es muy complicada, así que no tiene más remedio que llevar esa parte de su vida de una forma un tanto particular. Quiere compañía femenina, pero no puede dejar entrar a nadie en su vida, ni física ni emocionalmente. Así que tiene una extraña relación con Sarah, que no es real, aunque al principio parece que sea su novia. Y eso que, cuando están juntos, parece que a ella no le importaría ser su novia de verdad y le encantaría entrar realmente en su vida. Pero Bishop no puede dejarla entrar".

"De modo que no tardamos en descubrir que se trata de una relación profesional", prosigue West, "y Bishop tiene que pagar a Sarah para que entre y salga de su vida. Tienes la sensación de que la está pagando más bien para que salga de su vida en determinados momentos, no para que entre, porque es evidente que a Sarah le encantaría quedarse todo el tiempo y formar parte de su mundo".

"El papel exige un ejercicio de equilibrio un tanto complicado", asegura West, "y, como muchos de los demás personajes, Sarah tiene dos caras en la película. Aparece inicialmente como si fuera la novia de Bishop y luego descubrimos que es una acompañante que cobra por estar con él. Así que, al elegir a alguien para el papel, necesitaba a una actriz que fuera capaz de interpretar ambas facetas. Y Mini Anden es la chica más encantadora y hermosa que pueda uno imaginar. No se te ocurriría pensar que pudiera ser otra cosa que la novia de Bishop, pero también resulta creíble cuando descubres que en realidad es una acompañante. Y eso es totalmente gracias a Mini y a lo bien que interpretó el papel. Mini posee una mezcla especial de dulzura y vulnerabilidad. Pero también tiene otras escenas muy valientes en la película. Quedé encantado con lo que hizo con el personaje. Es una actriz maravillosa y creo que tiene una gran carrera por delante".