Grand Prix, Festival de Cannes 2009.
Notas del director
Actualmente, en Francia, cuando se quiere hacer una película de ambiente carcelario, surgen dos obstáculos: el documental con vertiente social, cosa que no me interesaba, y la influencia de la imagen de la prisión derivada de las series americanas, con arquetipos que no nos pertenecen. Hemos visitado muchas cárceles en busca de nuestras localizaciones, pero todas eran muy antiguas, y por lo tanto era imposible rodar en ellas. Al final, decidimos construir nosotros la escenografía. Esta etapa fue muy importante, porque a partir de allí la película tomó forma. No se trataba de un estudio con techos y paredes móviles, sino de una escenografía rígida y con un realismo muy convincente.
No me planteaba hacer un análisis sociológico, sino hablar de ambientes mafiosos surgidos en centros carcelarios, cerrados. Además, me apetecía hacer una historia con lenguas distintas (el corso y el árabe) que hacen más cerrados los grupos, dándoles un aspecto misterioso. Teníamos la idea de hablar de un ambiente criminal en el que se enfrentaran los viejos y los nuevos, con sus distintas culturas. El personaje del profeta encarna a este nuevo tipo de criminal: no es un psicópata, sino inteligente y casi angelical... Lo que me interesaba era tratar la prisión como una metáfora de la sociedad. En un instante, el interior y el exterior de la cárcel se convierten en la misma cosa, y lo que aprendes dentro te sirve fuera. Quería crear un personaje que no tuviera otra solución que aprender en prisión algo de lo que pudiera aprovecharse fuera.
Quería que fuera una película de género con rostros desconocidos, excepto el de Niels Arestrup, una especie de película del Oeste. Además, las escenas oníricas y fantásticas me han permitido dar una vida interior al personaje de Malik, representar, más allá de las distintas situaciones, lo que pasa por su cabeza cuando se cierra la puerta de la celda. Me gusta mezclar géneros, desplazar las líneas que los limitan. Desde el principio me propuse que la película se apoyara en una cultura popular, queríamos hacer un anti-Scarface porque no me interesaba en absoluto hablar de neuróticos y del ascenso al poder de ese tipo de personajes.
Al principio quise titular esta película con el equivalente en francés de You Gotta Serve Somebody, una canción de Bob Dylan que habla de que siempre estamos al servicio de alguien, pero no encontré una traducción que me convenciera y aunque bien pudiera haberse llamado Pequeño gran hombre, por ejemplo, como el título implica una referencia a alguna cosa que necesariamente se va a desarrollar en la película, y como trata de un pequeño profeta, la titulé Un Prophète.
UN PROFETA es la historia de un hombre que llega a una posición que nunca habría alcanzado de no haber estado en prisión, lo que encierra una paradoja, que es lo que me interesa tratar.
Los corsos le consideran un árabe y los árabes, un corso. Está permanentemente entre los dos bandos. Sin embargo, tiende naturalmente hacia su comunidad, y aquí descubre algo que ignoraba: que así como es una clase especial de delincuente, también es una clase especial de creyente.
En cierto sentido, UN PROFETA es una película moral. Lo que habría sido inmoral es haber creado un personaje sin conciencia. Sin embargo, es consciente del bien y del mal, precisamente porque se le ha hecho daño. Y como Malik es un delincuente que odia a los delincuentes, porque los encuentra poco fiables, estúpidos y peligrosos, no tolera excesos.
El personaje de César es una especie de rey, un ogro que está llegando al final de su camino y que reina sobre una tribu de arañas. En cuanto a su relación con Malik, en la etapa de la escritura del guión, queríamos llevar al extremo la idea de un padre y un hijo para subrayar la relación amo-esclavo. César no es el padre de Malik, pero le mantiene bajo su poder, es duro con él y no muestra ninguna ternura paternal. Entre ellos no hay ningún sentimiento de amistad o de afecto, sino que se trata únicamente de una relación de control.
Ficha artística
Tahar Rahim - Malik
Niels Arestrup - César Luciani
Adel Bencherif - Ryad
Reda Kateb - Jordi
Jean-Philippe Ricci - Vettorri
Hichem Yacoubi - Reyeb
Gilles Cohen - Prof