El origen de Pequeños invasores está en el relato de Mark Burton, quien quiso captar lo que más le gusta de las películas para toda la familia grandes aventuras, emociones inesperadas, ingenio y simpáticos personajes, jóvenes y viejos. Burton, que fue también coautor del guión, se hallaba en su casa de Londres, con su esposa y el resto de su familia, disfrutando de la compañía de un grupo de amigos adultos en el piso bajo, mientras sus hijos y los de sus amigos se divertían armando escándalo en el desván. ¿Y si, pensó Burton, los niños estuvieran luchando a brazo partido con unos invasores de otro planeta sin que nosotros, los adultos, tuviéramos ni idea de lo que pasaba en el piso de arriba?
Para Burton, la imaginación es la reina y el elemento fundamental de la aventura que se desarrolla en el desván. Pero su inspiración pertenecía sin duda al mundo real. "Cuando mis hijos eran más pequeños, los vecinos nos visitaban a menudo", recuerda. "Nos sentábamos en la cocina mientras que todos los niños desaparecían escaleras arriba, se ponían como locos y acababan jugando a algo disparatado, corriendo por la casa y lanzándose cosas. Un día levanté la mirada hacia el techo, que estaba temblando, y pensé: ¿qué pasaría si eso fuera una lucha real y nosotros no lo supiéramos? La idea se convirtió en la esencia de Pequeños invasores: es una película sobre una invasión extraterrestre en la que los niños están al mando y los adultos no tienen que enterarse de nada".
El "cañón lanzador de patatas" de fabricación casera, con el que los chicos se enfrentan a los alienígenas, constituye una herramienta básica de su improvisado arsenal. También utilizan con provecho la tecnología existente -en otro mundo- cuando ponen las manos en el dispositivo alienígena de control mental. El ingenioso artilugio imaginado por Burton consiste en una punta de flecha y un enchufe de alta tecnología que se implantan en la base del cráneo de la víctima, controlando a su anfitrión mientras la energía corre a través de su cuerpo. El aparato de control se asemeja a una consola de videojuegos, sin que falten la palanca de mando ni un auricular "AlienTooth" que funciona como una especie de traductor universal (Zirconiano-Inglés; Inglés-Zirconiano). La máquina de control mental permite al usuario -extraterrestre o humano- manipular a su víctima como a una marioneta. El ingenio de los chicos Pearson convierte una máquina de otro mundo en nada menos que el videojuego definitivo.
Burton recuerda los orígenes de la máquina de control mental: "Yo necesitaba un recurso narrativo que explicara por qué los adultos no podían participar en la lucha, y ese recurso acabó convertido en un aparato, un aparato de control mental que los extraterrestres pudieran utilizar para poner a los adultos en contra de los chicos. Como los artilugios de control mental no funcionan en los niños, éstos se convierten en la última línea de defensa de la Tierra. Pero a este trasto se le podía sacar mucho partido cómico. ¿Qué ocurriría si la abuela se convirtiera en una luchadora de artes marciales que desafiara a la gravedad? ¿Y si los chicos se apoderaran del cachivache y lo emplearan para controlar al inútil del novio de su hermana? Como recurso argumental creó muchas situaciones cómicas".
El guión de Pequeños invasores, perfeccionado por el coguionista Adam F. Goldberg, despertó la imaginación del productor Barry Josephson, que hacía poco que había producido la exitosa comedia "Encantada. La Historia de Giselle", otro relato desbordante de imaginación, humor y diversión. "Me encantó de verdad el tono del guión de Pequeños invasores", observa Josephson, un veterano de la industria que, como ejecutivo, supervisó el gran éxito de "Hombres de Negro", entre otras películas. Tal y como lo había logrado con "Encantada. La Historia de Giselle", el objetivo de Josephson con Pequeños invasores era el de producir un filme con el que disfrutara toda la familia. "Ésta no es una película sólo para niños, porque hay mucha risa, grandes números de acción de repertorio y situaciones originales", explica Josephson. "Nunca se sabe qué rumbo va a tomar el argumento ni lo que los extraterrestres van a hacer a continuación. ¡Y los niños nunca dejan de sorprendernos!"
Para hacerse cargo de la dirección, Josephson y los estudios Twentieth Century Fox y Regency Enterprises se dirigieron a John Schultz, que había pilotado el exitoso proyecto cómico producido por Josephson "Una Pandilla de Altura". Su primera reunión sobre Pequeños invasores fue un presagio de la fluida creatividad que marcaría el proyecto a lo largo de su desarrollo, preproducción, producción y postproducción. La intensa sesión de tormenta de ideas que celebraron los dos realizadores, se centró en las luchas de los Pearson contra los Extraterrestres y en la dinámica de los personajes que formaban el núcleo del argumento. "Me encantaba el entusiasmo de John por el proyecto", asegura Josephson. "Comprendió realmente la línea que seguía el desarrollo de los personajes, tanto en el caso de los muchachos como en el de los extraterrestres. John quiso cerciorarse de que los alienígenas fueran ingeniosos y distintos de cualquier cosa que el público hubiera experimentado hasta entonces".
A continuación, Schultz y Josephson comenzaron a reunirse con Rhythm & Hues, una fuente inagotable de efectos visuales ("El Increíble Hulk", "La Brújula Dorada"), y con el supervisor de efectos visuales Douglas Hans Smith. Schultz presentó al equipo de diseño de la empresa de efectos especiales la detallada descripción de los personajes y los antecedentes de la trama, que Smith posteriormente amplió convirtiéndolos en "biografías" completas de los personajes. Schultz, Josephson, Smith y los animadores de Rhythm & Hues se aseguraron de que el cuarteto de extraterrestres tuviera personalidades bien diferenciadas. "Es posible identificar a cada uno de ellos incluso antes de que hablen o se muevan", comenta Josephson. "Skip" es el mandón sargento y fanático de los aparatos de control mental al que nadie prestará atención; "Sparks" es el extraterrestre amable, brillante y talentoso, un "arreglalotodo" y consumado "artista de la chapuza"; "Razor", una extraterrestre dotada de una naturaleza agresiva, inteligente y sensata una especie de mezcla de la bella y la bestia; y "Tazer", el tarugo musculitos; un verdadero castigo caído del cielo.
Sin embargo, los "Pequeños invasores" no eran más que una pieza del rompecabezas. Josephson y Schultz estaban igualmente decididos a formar un reparto formado por una intrigante mezcla de veteranos de la comedia y promesas de la pantalla. Del papel de Bethany, la adolescente locamente enamorada, se encarga la actriz/cantante/compositora Ashley Tisdale, que protagonizó las popularísimas películas de la serie "High School Musical". Recién salida de tan señalada serie, Tisdale buscaba algo distinto para su siguiente proyecto. Así lo explica Barry Josephson: "Yo le pregunté a Ashley: ¿Cómo quieres que sea tu próxima película? Ella contestó: Una de acción. A lo que yo repuse: Bueno; pues aquí la tienes, refiriéndome a Pequeños invasores".
Tisdale aceptó su combate con los extraterrestres aunque su personaje, Bethany, se incorpora al mismo en una etapa bastante avanzada. Pero antes de que Bethany se transforme en una guerrera matamarcianos, es, según afirma Tisdale, una "adolescente típica que trata de actuar como una persona mayor y más madura de lo que en realidad es". Bebe los vientos por su novio Ricky; tanto, que "es totalmente ajena a la locura que la rodea", lo que significa, naturalmente, el guirigay en que sus hermanos y sus primos se enzarzan en el desván con los visitantes del espacio exterior. Cuando Bethany se incorpora a la refriega, está ligeramente fuera de su elemento. "Bethany está acostumbrada a tener el control, y cuando se une a la lucha, se descontrola". Con todo, Bethany es, al fin y al cabo, una fuerza que hay que tener en cuenta
en cualquier planeta. "Cuando llega el momento de la lucha final [entre los Pearson y los extraterrestres], Bethany se muestra realmente capaz de defenderse sola", comenta Tisdale. "¡No acepta que la mangoneen!".
El objeto del cariño de Bethany es Ricky Dillman, que consigue congraciarse con la familia de su chica para pasar el fin de semana con ella en la casa que ocupan durante el verano. Pero Ricky no es el buen tipo que pretende ser, por lo que resulta adecuado que sea él el primero en caer víctima de la máquina de control mental de los alienígenas. Cuando le implantan el dispositivo, Ricky se pone en pie como movido por un resorte, con la mandíbula caída, los ojos vidriosos y con un hilillo de baba colgándole del labio. Robert Hoffman ("Street Dance"), célebre bailarín además de actor, recurrió a todas sus habilidades para crear la versión Ricky con la mente controlada, alias "Ricky el Zombi". "Me divertí mucho utilizando mi experiencia de bailarín para subir el nivel de la diversión", comenta. "Tenía que caerme de espaldas, brincar, ponerme de pie mágicamente [partiendo de una posición prona], salir despedido escaleras abajo de una patada y chocar con coches".
Cuando los chicos Pearson se hacen con el control del aparato, disfrutan como nunca sometiendo a (retorcidas) pruebas al autómata de Ricky, algo que incluye hacer que se abofetee a sí mismo repetidamente. Buscando intensificar el humor físico, Hoffman no quedaba satisfecho con falsos "tortazos de película". "Le dije a John [Schultz, el director]: Yo sé cómo hacer que la escena resulte más divertida", explica Hoffman. "Y me puse a abofetearme cada vez con mayor fuerza".
Uno de los ejes de la acción de la película es una batalla campal de artes marciales, con arrastre y derribo del contrario, entre la abuela de los chicos, la amable Rose, que se halla bajo la influencia del aparato controlador de la mente ¡ahora manejado por los Pearson! y Ricky, que está controlado por los extraterrestres. En la lucha que los enfrenta, Ricky el Zombi no es rival para la Abuela Ninja, que le ataca, se balancea, le da de puñetazos, le embiste, salta, se agacha, le esquiva, le patea la cara por tres veces, salta de una pared y brinca desde el suelo como un maestro del kung fu.
La oportunidad de interpretar a una zombi cuya mente está controlada era demasiado buena como para que la veterana actriz Doris Roberts la dejara pasar o, para ser más exactos, para que sus dos nietos pequeños, que insistieron en que aceptara el papel, lo permitieran. "Se entusiasmaron muchísimo [con Pequeños invasores] y en especial con esa escena", asegura Roberts, más conocida por el papel de la entrometida madre de Ray Romano en "Everybody Loves Raymond". "¡Tienes que rodar la película! ¡Serás una zombi! me decían. Y la hice. Me divertí una barbaridad interpretando a una dulce abuela que recibe una descarga de algo, se convierte en una zombi, para volver después a ser la bondadosa abuelita de siempre".
El veterano cómico Kevin Nealon da vida a Stuart Pearson, padre de Bethany y Tom. Es Stuart el que insiste en la escapada familiar, ignorando que las idílicas vacaciones no tardarán en degenerar en una guerra interplanetaria. Stuart organiza las vacaciones con su mejor intención. "Espera recuperar sus relaciones con su hijo Tom, que está pasando por diversos cambios, experimentando ciertas dificultades de desarrollo", explica Nealon, que fue durante varios años un pilar de "Saturday Night Live" y que ahora protagoniza la aclamada serie "Weeds". Aunque Stuart no interviene en las escenas en las que aparece el dispositivo de control mental de los extraterrestres, establece una cómica y acertada comparación con un "dispositivo de control" del mundo real. "Yo tengo un chisme que controla a la gente", asegura Nealon sin pestañear. "Cada vez que cojo el control remoto de la televisión, mi esposa dice: Suelta eso. O sea, que la puedo controlar con el cachivache".
Otro veterano de "Saturday Night Live", Tim Meadows, encarna al policía local, el Sheriff Doug Armstrong. Al igual que todos los personajes adultos, no tiene ni la más remota idea sobre la barahúnda que se organiza en el desván de los Pearsons, y quizá, y en general, simplemente está en Babia. "Es un cuerpo policial unipersonal", dice Meadows de su personaje. "Se toma su trabajo demasiado en serio".
El renombrado humorista Andy Richter -actualmente compañero de Conan OBrien en "The Tonight Show"- interpreta al tío Nate Pearson, padre de los gemelos Art y Lee, y del adolescente Jake. A diferencia de su hermano Stuart, Nate es un padre con quien es fácil llevarse bien un padre divertido que deja que sus niños sean
niños. "Es francamente tranquilo", dice Richter de Nate, "y algunos incluso llegarían a definirlo como un poco irresponsable. Deja que sus hijos le dominen".
Gillian Vigman, que tiene un papel destacado en el reciente éxito cómico "The Hangover", da vida a Nina Pearson, esposa de Stuart, el personaje de Nealon, y madre de Bethany y Tom. Nina es una fuerza estabilizadora en medio de una situación desbocada (aunque ni ella ni los demás adultos lleguen a sospechar hasta qué punto han perdido el control de sus vacaciones).
A estos grandes de la comedia se une un joven reparto de mucho talento que interpreta a los chicos que les hacen la guerra a los intrusos extraterrestres en el desván de su casa de vacaciones. Carter Jenkins es Tom Pearson, Austin Butler es Jake Pearson, Ashley Boettcher es Hannah Pearson; y los gemelos Henri y Regan Young son Art y Lee Pearson.
El elenco que da voz a los invasores también estaba formado por una mezcla de aclamados veteranos y jóvenes llenos de talento. Thomas Haden Church, cuyo exitoso currículo incluye una candidatura al Oscar® por "Entre Copas" y un papel protagonista como el depravado Sandman en "Spider-Man 3", presta su voz a Tazer, el musculoso y duro alienígena; J.K. Simmons, cuyos numerosos papeles incluyen el del comprensivo padre de "Juno" y un trío de memorables números interpretando al bronco director Jonah Jameson en las películas de "Spider-Man", dobla a Skip; Josh Peck ("Ice Age 2: El Deshielo") es la voz de Sparks, el entusiasta de la informática de cuatro brazos; y Kari Wahlgren ("Bolt") es Razor, que está como un queso (a la manera de los extraterrestres) sin por ello dejar de ser peligrosa.
En el relato, la casa de vacaciones que sirve de Zona Cero para la batalla en que se enfrentan los Pearson y los Alienígenas está en Michigan, pero por motivos de producción y de tiempo atmosférico, Pequeños invasores fue rodada en el otro extremo del mundo, en Nueva Zelanda. Tan remoto escenario resultó perfecto para la producción, que halló una casa en Auckland que era el vivo retrato de la casa de vacaciones de Michigan que los realizadores habían imaginado. Esta casa victoriana había sido construida a principios del siglo pasado. Hace unos años el edificio iba a ser demolido para dejar sitio a una casa más moderna, pero se salvó de la piqueta y fue trasladada a un lugar de las semirrurales afueras de Auckland. El traslado exigió cortar la casa en ocho piezas para su transporte por carretera y posterior nuevo montaje.
El diseñador de producción Barry Chusid supervisó el proceso de dar los últimos toques a lo que ya era una casa de un aspecto adecuadamente estrafalario. "La casa era casi perfecta por su gran tamaño y su extraña forma, por lo que resultaba creíble que los niños se enfrentaran a unos extraterrestres en los dos pisos superiores, el segundo y el desván, mientras que los padres no se enteraban de nada en el primer piso", explica Chusid.
El director de fotografía Don Burgess, ASC, colaboró estrechamente con Chusid, agarrándose a las oportunidades que brindaba tan especialísimo edificio. "Uno de los motivos por los que este argumento me atrajo fue la enorme importancia de la casa como personaje", observa. "Es singular y ofrecía muchas formas para emplear la luz como no podríamos hacerlo en otro lugar".
Después de que la fotografía principal hubiera concluido en Nueva Zelanda, Rhythm & Hues -bajo la atenta mirada de Barry Josephson y John Schultz- prosiguió con su trabajo en los grandes efectos visuales de la película, además de dar vida al cuarteto de extraterrestres empeñados en la dominación del desván de la casa de vacaciones, y, luego, en la del mundo. Al mismo tiempo, el montador de la película John Pace, el compositor John Debney y el supervisor musical Billy Gottlieb, daban los últimos toques a sus respectivos trabajos, y los actores realizaron sus últimas grabaciones. Ashley Tisdale, que recientemente había ganado el premio Palomita de Oro a la Interpretación Novel Femenina en los MTV Movie Awards por su trabajo en "THigh School Musical 3", se tomó un descanso de su apretada agenda para brindar algunas ideas finales sobre Pequeños invasores. "Creo de verdad que esta película tiene algo para todos. A los chicos les entusiasmará y la película tiene una fuerza a la que responderán los adolescentes".