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  Pequeños invasores  (Aliens in the Attic)
  Dirigida por John Schultz
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Aventura-comedia sobre unos niños que, estando de vacaciones con su familia, tienen que rechazar el ataque de unos extraterrestres que apenas les llegan a las rodillas pero que ambicionan la destrucción del mundo –mientras que los padres de los jóvenes no tienen ni la más remota idea de la batalla que se libra.

Los Pearson se enfrentan a los alienígenas que "vinieron del desván" en una lucha sin cuartel que decidirá el destino de la Tierra e inaugura las vacaciones de verano en su versión más acabada.

Todo empieza cuando una lluvia de meteoritos cruza la negra galaxia a toda velocidad. Cuatro resplandecientes vainas brillan y chisporrotean, ocultas detrás del espectáculo celeste. Una fuerza misteriosa obliga a la lluvia de meteoritos a girar bruscamente a la derecha hacia una bola azul que brilla en la distancia: el planeta Tierra.

En una cómoda casa de las afueras de una ciudad de Michigan, Stuart Pearson (Kevin Nealon) y su esposa Nina (Gillian Vigman) encabezan una familia formada por la adorable Hannah (Ashley Boettcher), de siete años de edad; el quinceañero Tom (Carter Jenkins), un obseso de la tecnología cuyas notas han caído hasta el sótano; y la hermana mayor Bethany (Ashley Tisdale), que acaba de regresar de una excursión secreta con su novio Ricky Dillman (Robert Hoffman).

Habiendo llegado a la conclusión de que la familia necesita una buena ración de unión a la antigua, Tom lía el petate, coge a su prole y se dirigen todos a una casa de vacaciones de tres pisos que se alza donde da la vuelta el aire. Al grupo se une el tío Nate (Andy Richter), su hijo Jake (Austin Butler), la querida abuelita Rose (Doris Roberts), completando la expedición Art (Henri Young) y Lee (Regan Young), gemelos idénticos de 12 años de edad. Ricky, el pretendiente de Bethany, llega de forma inesperada y, tras una vehemente discusión, consigue que le dejen pasar la noche con el clan.

A medida que anochece, unas negras nubes de tormenta comienzan a arremolinarse en torno a la casa. De repente, cuatro objetos brillantes salen disparados hacia el tejado. La tripulación de extraterrestres que ocupa los objetos está formada por Skip, el duro comandante, Tazer, un musculoso petimetre armado hasta los dientes, Razor, una mortífera soldado, y Sparks, un fanático de la informática de cuatro brazos, que es el único intruso del espacio exterior que no constituye una amenaza.

Ricky cae bajo el hechizo de los alienígenas, por obra y gracia de un dispositivo y un enchufe de control mental de alta tecnología implantados en la base de su cráneo; la mente y las acciones de Ricky pertenecen ahora a la tripulación de extraterrestres. Los alienígenas "Zirconianos", por medio de Ricky, reclaman la posesión del planeta. Como lo haría una marioneta/robot/zombi, Ricky avanza hacia los chicos, pero Tom y Jake consiguen liberarse.

No pasa mucho tiempo antes de que los cinco chicos vean a los extraños recién llegados. Tom se hace cargo del mando y el grupo no tarda en darse cuenta de que el dispositivo de control mental de los extraterrestres sólo funciona en los mayores, lo que supone una posibilidad de vencer a los invasores, a la vez que la responsabilidad de proteger a los adultos manteniendo en secreto la existencia de los extraterrestres. Abandonados a sus propios recursos, los chicos dan rienda suelta a su imaginación creando armas improvisadas, como una tubería ingeniosamente amañada como un cañón casero que dispara patatas. Incluso aprenden a utilizar el controlador mental. Primera misión: hacerse con el control de Ricky y volver en su contra y en la de los extraterrestres sus acciones, propias de un ser mezcla de robot, zombi e imbécil.

Los adultos siguen en la inopia, sin enterarse de la presencia de los invasores y pensando que los niños se comportan… como niños… e insisten en que la muchachada tome parte en una excursión de pesca. Entretanto, una conmovedora amistad surge entre Hannah y Sparks, el amigable marciano de los cuatro brazos y las cuatro manos. A diferencia de sus adláteres del espacio, a Sparks le asquea la lucha; sólo quiere regresar a su hogar de Zirconia, al lado de su familia.

La abuela Rose queda bajo el poder del dispositivo de control mental, que le da poderes sobrehumanos. Acude al rescate de los chicos, y lucha con Ricky, que de nuevo se halla bajo el dominio de los extraterrestres. La abuela Rose le da a Ricky un soberano mamporro haciendo que se le caiga el enchufe de los extraterrestres. Skip se une a la lucha al lado de sus jóvenes amigos y utiliza sus cuatro brazos para crear sin pausa aparatos que, al fin y al cabo, ayudan a los chicos a seguir luchando.

A medida que se desarrolla el combate, aumentan la risa, la acción y el peligro. Pero los chicos dan la talla, descubriendo nuevas capacidades y sacando a relucir su autosuficiencia. Pronto queda claro que los extraterrestres no tienen ningún porvenir