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  12 trampas  (12 rounds)
  Dirigida por Renny Harlin
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Para John Cena 12 trampas representa algo más que añadir otro papel a su carrera; es su iniciación en el enrarecido ambiente en que se mueven las estrellas de las películas de acción. Además, el Danny Fisher que aparece en la película es el tipo de héroe de acción que Cena, incondicional del género, disfrutaba viendo. "Los años ochenta fueron la época del 'héroe de a pie'", explica Cena. "Y desde entonces no había reaparecido ese tipo de héroe. Gente como Bruce Willis en 'La Jungla de Cristal' demostraron que una persona cualquiera puede convertirse en el héroe de una situación imposible. Sólo con que me consideren miembro de ese club, puede decirse que empiezo con el pie derecho".

Para sus innumerables admiradores, la elección de Cena, una superestrella de la lucha libre fuera de lo común, para dar vida a un tipo "normal", en este caso a un policía de Nueva Orleáns que lucha por salvar la vida de su novia, secuestrada por un criminal que busca venganza, podría parecer inhabitual. Pero la capacidad que el Danny Fisher de 12 TRAMPAS tiene para sintonizar con el público fue un argumento determinante para Cena. "Todo esto de ser un hombre de la calle resulta sencillo. Me limito a intentar ser yo mismo", afirma. "Me gusta que Danny pase apuros. Él no es uno de esos que salen de una cabina telefónica y empiezan a parar las balas. Cuando el público vea 12 TRAMPAS y vea a Danny en acción, creo que cada hombre, mujer y niño que haya en la sala podrá decir: '¿Sabes lo que te digo? Que es posible y que, si se dan las debidas circunstancias, yo también lo conseguiría'".

"A Danny le gusta ser policía pero no es un superagente", dice el productor Josh McLaughlin, de The Mark Gordon Company. "Cuando se le enfrenta alguien que amenaza a alguien a quien Danny quiere, no para hasta resolver el problema".

El presidente de WWE Studios, Michael Lake, observa que 12 TRAMPAS "aprovecha las dotes físicas de Cena así como su capacidad natural de actuar. Supone una vuelta a una época diferente de las películas de acción, cuando gente como McQueen y Stallone se abrían camino a base de fuerza bruta. Eso hace que las películas resulten más creíbles y más emocionantes para el público". El director Renny Harlin abunda en esa opinión: "Los mejores héroes del género de acción son aquéllos que los espectadores pueden aplaudir a rabiar y con los que pueden entrar en sintonía, al tiempo que perciben que tales elementos sufren dolor, tienen sentido del humor y son auténticos. Hay ahora una verdadera ansia de este tipo de película de acción de alto voltaje basada en la realidad".

La participación de Cena en 12 TRAMPAS comenzó cuando el guión estaba todavía muy en fase de elaboración. McLaughlin recibió una llamada del representante de Cena para que asistiera a una recepción que su representado ofrecería a la prensa. Pasados unos pocos minutos ya conversaban como si fueran viejos amigos. "Pensé: '¡Vaya! Este tío tiene algo'", recuerda McLaughlin. "No es que le sobrara carisma; es que, además, él era Danny".

El productor Mark Gordon quedó impresionado en idéntica medida. "Descubrimos en John posibilidades de convertirse en la próxima gran estrella del cine de acción. 12 TRAMPAS puede verdaderamente cambiar su carrera y hacerle cubrir una etapa del camino que lleva al estrellato cinematográfico internacional".

Anteriormente, McLaughlin y el guionista primerizo Daniel Kunka habían emprendido la tarea de reinventar el género del cine de acción para el público de hoy en día. "Nos preguntábamos cómo podríamos realizar una película que representara una idea un tanto sobria y destinada al gran público", explica McLaughlin. "La respuesta, pensamos, consistía en hacer que resultara tan verosímil como fuera posible. Entonces, a Daniel se le ocurrió la idea de un individuo que tuviera que realizar sin parar unos trabajos dignos de Hércules y que, además, fueran reales".

"Nos parecía que era un gancho que nunca antes se le había ofrecido al público", añade Kunka. En el transcurso de esta decisiva reunión con McLaughlin, Kunka recuerda "haber garabateado las palabras 12 TRAMPAS en un trozo de papel" y cómo entonces el guión cobró vida propia. "El guión resultaba de lo más tenso –todo era acción", dice Harlin. "Hasta los diálogos se recitan a la carrera. No hay un momento de respiro".

Trabajar con guionistas noveles y talentosos no suponía ninguna novedad para el productor Mark Gordon, quien ya había tenido una colaboración memorable con el entones desconocido guionista Graham Yost en "Speed", transformada en piedra de toque para las películas de acción contemporáneas. "Me siento muy a gusto tratando de sacar el mejor partido posible de escritores con talento", asegura Gordon, cuyo historial incluye, entre mucho otros, títulos "El Día de Mañana" y "Salvar al Soldado Ryan".

A la manera de un verdadero cuento de Hollywood, la suerte de Kunka dio un giro de ciento ochenta grados de la noche a la mañana. "Estaba comiéndome un sándwich, tenía unos ochocientos dólares en el banco y estaba pensando en la posibilidad de dedicarme a otra cosa", recuerda. "Y entonces, un día recibí una llamada [de los productores] en que me decían: 'John Cena y WWE Studios quieren rodar tu película'".

Con Cena incorporado al proyecto y con la luz verde del estudio, todo lo que hacía falta era un director que pudiese captar la frenética naturaleza del guión –un practicante contemporáneo del cine de autor con verdadera hambre de lograr un realismo desgarrador. Aparece entonces el veterano director del género de acción Renny Harlin, cuyo trabajo en "La Jungla 2 (Alerta Roja)" y "Máximo Riesgo" le ha convertido en la encarnación de las películas que se alimentan de adrenalina. El hábil sentido que tiene Harlin del tempo, el ritmo y el ímpetu narrativo hicieron de él "el director perfecto para la misión", explica Lake. Pero lo que cerró el acuerdo fue una animada reunión con Gordon, Lake y McLaughlin en la que el director dio rienda suelta a su labia. "Renny aportó su energía al guión y a la película. Quería que la acción no se detuviera, que el ritmo no bajase", añade Lake.

Para Harlin, la película representaba una oportunidad de reinventar el género. "Me gustaría pensar en 12 TRAMPAS como en una película que haya inaugurado un nuevo estilo dentro del cine de acción, el 'Docu-Realismo', como forma de rodar películas de acción al estilo de los comandos, en lugar del menú habitual de fantasías de Hollywood, brillantes y logradísimas. Le hemos dado a la película un ambiente propio de una lucha sucia y sin cuartel que refleja el tenor de la cultura pop".

En las emocionantes secuencias de acción de 12 TRAMPAS, Harlin quería romper con el estilo tradicional de realización vinculado con sus anteriores películas. "Yo quería que esta película tuviera un estilo visual que complementara las dotes atléticas de John. En lugar de describirlo como un superhéroe, lo convertimos en un hombre de la calle", explica Harlin. "He tirado por la borda todas las herramientas habituales –las virguerías del travelling, las grúas y los efectos creados por ordenador– que el público espera de una película de acción contemporánea. Piensen en 12 TRAMPAS como en una historia real que verdaderamente esté ocurriendo y en la que no hemos hecho más que coger a tres equipos de rodaje de documentales, lanzarlos a la vorágine y dejarles que empiecen a perseguir a los actores y a recoger en película lo que está pasando".

"Les dije a los actores, empezando por John Cena, que ésta no era la forma habitual que se emplea en Hollywood para rodar películas, ensayando una escena para, a continuación, marcar con cinta sobre el suelo los pasos que cada uno tiene que dar; luego ellos recitarían su parte, y el resultado de todo el montaje sería éste o el otro", prosigue Harlin. "Les dije: 'Podríamos ensayar pero básicamente vamos a limitarnos a rodar, y vosotros tenéis entera libertad para hacer todo cuanto os plazca. Sólo tenéis que meteros en el meollo, vivir la acción y hacerla real. Y olvidaros de la cámara, que no os preocupe cómo os dé la luz ni si el micrófono está donde debe estar. Vamos a realizar las tomas como si estuviéramos en una zona de combate".

Este modo de rodar al estilo guerrillero suponía mezclar diferentes cámaras y soportes, incluidas minicámaras de vídeo digital e incuso cámaras de teléfonos móviles. "Hemos utilizados diversas formas de narración visual del argumento, incluido metraje rodado por cámaras de vigilancia y desde el aire", explica el director de fotografía David Boyd. "Hemos hecho un paquete con todo ello para que 12 TRAMPAS resulte una película sin tregua y enérgica de principio a fin".

La busca de autenticidad por parte de Harlin contagió al resto del equipo. Durante toda la producción, Cena se ofreció voluntario para realizar él mismo muchas de sus propias acrobacias, incluidas carreras de coches, recorrer una distancia equivalente a varias carreras de diez kilómetros, chocar contra un camión de bomberos y simular un tiroteo; esto último le obligó a entrenarse con el Departamento de Policía de Nueva Orleáns. "El agente encargado de entrenamiento le obligó literalmente a realizar el curso con el que se obtiene el título de GEO", dice el coordinador de especialistas Steve Ritzi, admirado de la habilidad de Cena en el manejo de armas. "John logró una puntuación tan alta que, de haber querido, podría haber ingresado en el cuerpo de policía".

Pero cuando el trabajo de especialista suponía enfrentarse a sus fobias, Cena se lo pensó dos veces. "Sufro de acrofobia –un temor perpetuo que hace que me suden las manos", reconoce humildemente. Cuando se le pidió que bajara por el exterior de un edificio haciendo un rappel de treinta metros, llevando un correaje de seguridad y sujeto tan sólo por un delgado cable, Cena le dijo a Harlin: "Éste es un momento histórico. Quizá no sea noticia de primera plana en ningún sitio, pero tú eres el último director, la última persona, a decir verdad, que jamás logre que vuelva a hacer nada parecido a esto. No me llegaba la camisa al cuerpo".

En un momento muy "Dannyniano", Cena venció a sus temores lanzándose, literalmente, a la acción para realizar la acrobacia del rappel, completando todas las tomas en un solo día. Ritzi recuerda el gran acontecimiento. "Después del primer día, le dije a John [Cena]: 'Se acabó el número del correaje, ya no tendrás que volver a colgarte de la pared del edificio'. Quiero decir que se pasó allí mucho rato. Quedó muy aliviado".

"Bueno, pues al día siguiente lo primero que Renny hace es entregarme la lista de tomas del día. Quiere a John [para realizar más tomas] colgado de la pared del edificio, y yo le dije: 'Ya le he dicho a John que no tiene que volver a ponerse el correaje', y nos echamos a reír. 'No seré yo quien le diga que tiene que enfundárselo otra vez'. A lo que Renny contesta: 'Muy bien. Se lo diré yo'".

Para interpretar el papel del despreciable Miles, los realizadores eligieron a Aidan Gillen. Formado en el teatro, Gillen había cosechado recientemente el aplauso del público por su trabajo en la serie de HBO "Bajo Escucha", en la que encarnaba al artero alcalde Thomas Carcetti. "Aidan se cree más listo que nosotros. Cuando interpreta a Miles, se siente como alguien que podría simplemente sentarse contigo en una habitación y decirte todos tus defectos en cinco minutos", dice McLaughlin. "Y creo que es eso lo que hace de el un buen canalla, un tipo que parece que controla la situación –incluso cuando le apuntan a la cabeza con una pistola".

El hecho de que Cena sea señaladamente más alto y más grande que Gillen no redujo en nada el poder y la sensación de control que irradia Gillen / Miles. "No pensé en la disparidad de tamaños", asegura Gillen. "Miles tiene su propio repertorio de iniciativas ingeniosas o mortales que suponen un reto para Danny en el clímax de la película". A lo que Renny Harlin añade: "Aidan encarna a Miles con una deliciosa atención al detalle y con unos matices muy originales. Hace del suyo un personaje lleno de fuerza. Si pusiéramos a John al lado de Aidan, pensaríamos que John sería capaz de matarle de un puñetazo. Pero en la vida real no siempre ocurre eso, y creo que la diferencia [de altura y tamaño] que hay entre ellos resulta verdaderamente bien en la película".

De darle adecuada réplica a la intensidad de Gillen se encarga Molly, la tenaz novia de Danny, a la que da vida Ashley Scott. Natural de Charleston (Carolina del Sur) aunque en realidad viera la luz en Nueva Orleáns, Scott tuvo un papel protagonista en la serie de culto "Jericho" y otros secundarios en las películas de acción "Inmersión Letal" y "Pisando Fuerte". En 12 TRAMPAS, Molly es piloto de un helicóptero de evacuación médica de un hospital, un trabajo que figura de forma destacada en el explosivo clímax de la película. Scott, que aprendió a pilotar un helicóptero para la película, apunta que también le dio a Molly antecedentes que explican su personaje. "Imaginé que se había formado en las Fuerzas Aéreas. Durante una época había estado sola, hasta que conoció a Danny".

De redondear tan distinguido elenco se encarga el actor candidato al EmmyÒ Steve Harris en el papel de Aiken, un agente del FBI que lleva años siguiéndole la pista a Miles y que tiene cuentas personales que ajustar con él. Aiken es un reflejo de Danny –ninguno se detendrá ante nada para poner fin a la destructora carrera de Miles. "Al principio son enemigos", explica Harris. "Luego comienzan a trabajar juntos y a comprenderse mutuamente. Es una dinámica agradable". Y también Brian White ("Ritmo Salvaje", la serie de TV "The Shield"), que da vida a Hank, el compañero de Danny. "Hank es algo más que el compañero de Danny", apunta White. "Es su mejor amigo y su brazo derecho. Está ahí para lo que Danny necesite, sin que importen retos ni peligros".

Los primeros borradores del guión de Daniel Kunka ambientaban la película en Chicago, pero el productor Michael Lake tenía otra ciudad en mente –Nueva Orleáns– por motivos creativos y económicos. De modo que Lake y Kunka volaron a la Reina del Delta en busca de exteriores, y Kunka rehizo el guión para que reflejase la nueva ubicación. "El público verá más de Nueva Orleáns en esta película que en cualquier otra que se haya rodado aquí", dice Lake. "La ciudad forma parte de la estructura de la película. Vemos el Distrito Noveno, el Barrio Francés, el Distrito Comercial Central y el barrio de Algiers". A lo que añade Harlin: "Nueva Orleáns tiene un ambiente exótico y tropical del que carece cualquier otra ciudad estadounidense".

Pero reciente en la mente de todos estaba la devastación causada por el huracán Katrina. Las pruebas del paso de la devastadora tormenta continuaban muy a la vista. "Era evidente que aquí había ocurrido algo de proporciones bíblicas, pero la ciudad se había dedicado a la reconstrucción y trataba de rehacer su vida", dice Ashley Scott. "Hemos conocido a gente realmente especial y oído historias que en verdad se apartan de lo habitual".