Protagonizada por Rhys Ifans, Vanessa Redgrave, Joely Richardson, David Thewlis, Xavier Samuel, Sebastian Armesto, Rafe Spall, Edward Hogg, Jamie Campbell Bower, y Derek Jacobi. Dirigida por Roland Emmerich. Producida por Roland Emmerich, Larry Franco, y Robert Léger. Escrita por John Orloff. Los productores ejecutivos son Volker Engel, Marc Weigert, y John Orloff. Los coproductores son Charlie Woebcken, Christoph Fisser, Henning Molfenter, y Kirstin Winkler. La directora de fotografía es Anna J. Foerster. El director de producción es Sebastian Krawinkel. Editada por Peter R. Adam. La diseñadora de vestuario es Lisy Christl. La música es de Thomas Wander y Harald Kloser.
¿Lo hizo o no lo hizo? Esa es la cuestión
La autoría de Shakespeare es un controvertido debate que tuvo sus inicios hace más de un siglo y se refiere a la identidad de las obras tradicionalmente atribuidas al poeta barbudo de Stratford-Upon-Avon, William Shakespeare. ¿Fue realmente él el genio tras la trágica vida de Hamlet, el ardiente amor de Romeo, y la culpabilidad condenatoria de Lady Macbeth? ¿Es posible que el intelectual responsable de los personajes más brillantes de la literatura sea un hombre así de común y corriente del pueblo de Stratford?.
Se sabe tan poco acerca de aquel hombre de Stratford que para muchos, resulta imposible creer que el hijo de un comerciante analfabeto fuera el autor de obras maestras de la literatura como "El mercader de Venecia", "El Rey Lear", y "Enrique V". La educación que hubiera recibido en un colegio pueblerino jamás hubiera podido proporcionarle a Shakespeare un vocabulario suficientemente extenso como para escribir la literatura más discutida del mundo. Además, no hay evidencia de que hubiera viajado a tierras extranjeras ni aprendido aquellas lenguas. Los únicos documentos escritos que pueden atribuirle los historiadores a Shakespeare son varias firmas en documentos oficiales que contienen al menos seis grafías diferentes (Shaksp, Shakspe, Shakesper, Shakespere, Shakspere y Shakspeare). Además de las obras que se le han atribuido, no se le han atribuido cartas, diarios, o poemas, lo cual es sorprendente teniendo en cuenta que las letras eran su legado. Su muerte en 1616 se recibió únicamente con silencio, a diferencia de otros célebres escritores de su época, y su analfabeta esposa e hijos heredaron tan sólo su "segunda mejor cama", y no dinero, y lo que resulta aún más sorprendente, su testamento no hace referencia alguna a libros o manuscritos de ninguna clase.
Entre los "anti-Stratfordianos", es decir aquellos que piensan que existe una duda razonable en torno a la autoría de Shakespeare, se encuentran grandes figuras de la literatura, profesores, escritores, y actores, directores y académicos mundialmente conocidos como Sigmund Freud, Orson Welles, Charlie Chaplin, Mark Twain, Ralph Waldo Emerson, Walt Whitman, Sir Derek Jacobi, y Sir John Gielgud. Mientras que algunos creen en teorías colectivas (que un grupo de escritores es responsable de las obras), otros se decantan por escritores individuales como Edward De Vere el Conde de Oxford, Francis Bacon, o Christopher Marlowe.
Posiblemente Oxford sea el candidato de mayor peso en los círculos anti-Stratfordianos debido a las asombrosas coincidencias entre el noble y el escribano. Abundan hechos significativos que apoyan el argumento Oxfordiano, los cuales no pueden ser desacreditados por los Stratfordianos, entre ellos, que Oxford viajó durante 16 meses por todo el Continente Europeo y estuvo en todas las ciudades italianas que Shakespeare evidentemente conocía muy bien, entre ellas Padua, Milano, Verona, Mantua, Florencia, y Siena. Otro hecho: la vida de "Hamlet" es extrañamente paralela a la vida de Oxford, casi de forma autobiográfica, representando a su suegro William Cecil como Polonio y su hija, Ana Cecilia, como Ofelia; la propia Reina, quien sirve de modelo para Gertrude, fue una segunda madre para Oxford a partir de sus doce años de edad, y más tarde se convirtió en su amante. ¿O acaso es pura coincidencia que en la copia anotada de Oxford de la versión Geneva Bible de la Biblia aparecen marcados los pasajes que citaría Shakespeare o que el apodo de Oxford era "spear shaker?"
Los Stratfordianos creen, por el contrario, que sin duda alguna William Shakespeare de Stratford es el hombre responsable de la creación de 37 obras teatrales y 154 sonetos. Para ellos no existe duda sobre su autoría y toda la obra atribuida a Shakespeare fue sin lugar a dudas escrita por el famoso dramaturgo que se mudó a Londres en busca de fortuna. Su argumento se basa en cuatro razones: el nombre "William Shakespeare" aparece en las portadas de muchos de los poemas y obras publicadas durante su vida, Ben Jonson se refirió al autor como el "Dulce Cisne de Avon" en el prefacio al Primer Folio (publicado siete años después de la muerte de Shakespeare), los colegas actores Heminges y Condell (mencionados en su testamento) se refieren a él como el autor del Folio, y la efigie e inscripción de su monumento en Stratford sugiere que Shakespeare había sido escritor.
En esta época los registros históricos eran siempre vagos y es fácil hallar incongruencias y lagunas en cualquiera de las teorías, pero conocemos menos a Shakespeare que a muchos de los actores y dramaturgos de su época. En su día Shakespeare fue un escritor admirado, aunque no reverenciado, y no fue hasta mediados del siglo XIX cuando los Románticos y los Victorianos avivaron su obra con vigor.
En 1987, los magistrados de la Corte Suprema Estadounidense John Paul Stevens, William Brennan, y Harry Blackmun celebraron un juicio simulado en torno a la autoría Shakesperiana. El magistrado Brennan dictaminó que el Conde de Oxford no cumplía el peso de la prueba requerido por ley para afirmar su autoría, sin embargo el magistrado Harry Blackmun añadió que aunque esta conclusión era la respuesta legal, dudaba si era la respuesta correcta.
Hasta el momento no existe evidencia concluyente ni pruebas definitivas que apoye ninguna de las teorías por lo que, teóricamente, no hay conclusión acertada ni equivocada en este debate. Sin embargo, permanece una importante cuestión cultural. Siempre que pervivan en nuestra conciencia cultural estas obras maestras, ¿acaso importa mucho quién fue Shakespeare en realidad?
Acerca de la película
Tal vez sorprenda que Roland Emmerich, más conocido por dirigir épicas taquilleras como Independence Day, El día de mañana, y 2012, escogería una historia ambientada en la Inglaterra isabelina para su próximo proyecto. Durante casi una década sin embargo, ha querido hacer una película con la autoría Shakesperiana como telón de fondo y por fin se cumple este deseo en Anonymous.
La fascinación de Emmerich con la cuestión de la autoría Shakesperiana comenzó tras una conversación con el guionista John Orloff, quien llevaba varios años estudiando el tema y había escrito un borrador para una obra teatral que en su día se tituló Soul of the Age. Cuenta Orloff: "En realidad quedamos para hablar de otro proyecto. Cuando Roland me preguntó en qué estaba trabajando no tuve más remedio que hablarle de Soul of the Age".
Orloff asegura que siempre le ha fascinado la cuestión de la autoría Shakesperiana desde que descubrió la polémica cuando con 25 años cursó estudios de postgrado veinte años atrás. Lo primero que pensé fue: ¡¿Porqué nadie me ha hablado de esto?!" recuerda el guionista. "Lo segundo que se me ocurrió fue que sería buen material para hacer una película fantástica. Lo tenía todo: asesinato, sexo, mentiras, traición, todos los ingredientes del drama Shakesperiano".
A la hora de escribir aquella historia, Orloff la ubicó en torno a una idea: dos escritores Shakespeare, el hombre visible, y el verdadero escritor, el hombre en la sombra. "Ben Jonson escribió la introducción al primer folio, la primera publicación oficial de las obras teatrales de Shakespeare. Escribe un bellísimo poema dedicado a Shakespeare, quien, para entonces, llevaba varios años muerto. Pero si lees otras obras de Jonson, ciertos poemas cortos u obras teatrales, ves que no se muestra tan laudatorio respecto a Shakespeare y de hecho sus poemas se burlan de él y manifiestan mucha ira contra su persona. Me hizo pensar que posiblemente Jonson se refería a dos personas diferentes, una, el verdadero poeta, y la otra, un fraude".
Emmerich se mostró receptivo desde el principio con la idea de Orloff, y además el director aportó ciertas grandes ideas para sustentar la historia. En sus palabras: "El guión tiene mucho que ver con la relación entre Ben Jonson, William Shakespeare, y Edward De Vere ese digamos es el corazón de la película pero pensé que haría falta algo más. Me hice una pregunta: ¿Cuál sería el asunto más importante en aquella época? y claramente, era la sucesión" ¿quién sucedería a Isabel al trono cuando la reina no tenía herederos?
"Yo tenía una pequeña historia de arte y celos" explica Orloff, "y con esa sugerencia Roland quiso llevar el guión a una nueva dimensión de potencial dramático".
"Lo que me intrigaba no era simplemente la idea de que William Shakespeare no escribiera las obras" explica Emmerich. "Eso dio lugar a muchas posibilidades para la historia, para ver el fuego creativo en las personas y explorar la relación entre el arte y el poder, ¿realmente es más poderosa la pluma que la espada?"
Lidiar con un tema tan ampliamente discutido y documentado resultó ser algo complicado para Orloff en las primeras fases de la elaboración del guión. Asegura que: "al escribir algo basado en material no ficticio e histórico sencillamente tienes que hallar el equilibrio entre el hecho y el drama. Procuramos ceñirnos lo más posible a los hechos históricos, y me siento muy orgulloso de su precisión, claro, siempre y cuando aceptes la idea que representa la película: que DeVere es el escritor de las obras y no William Shakespeare. ¡No todos estarán de acuerdo!"
"Roland tiene una gran intuición para dar con los temas impactantes que emocionan a los espectadores" asegura Kirstin Winkler. De hecho, Winkler explica que a Emmerich le llamó la atención el proyecto por la oportunidad que le brindaba de contar una historia en torno a la cuestión de la autoría Shakesperiana, para exponer el asunto a mayor debate e investigación. "Lo que sí sé es que ésta película no dicta que la historia que cuenta sea la verdadera; sencillamente es una versión del tema de la autoría; cuenta una versión".
Habiendo dicho esto, añade Winkler que espera que la película de Emmerich creará polémica. "Hay un gran grupo radical de Stratfordianos que insiste firmemente en preservar la imagen de Shakespeare como escritor de aquellas obras y sonetos".
Polémicas aparte, dice David Thewlis que la película funciona bien sencillamente como historia. "Independientemente de lo que creas, es una gran historia" sostiene. "Roland es un apasionado del tema de la autoría y quiere lanzarlo a un público más amplio. Es un hombre muy travieso pero creo que ha sido osado al contar esta historia; le gusta provocar".
Otro aspecto de Anonymous que le resultó atractivo al director era la oportunidad de presentar el Londres isabelino como nunca antes se había visto. "Quería mostrar la apariencia de Londres en aquel momento, y para ello necesitaría planos generales", explica Emmerich. "Mi idea inicial fue construir una gran maqueta de Londres, pero en los últimos cinco o seis años, los efectos visuales han avanzado tanto que el ordenador resultó ser la mejor opción. Así podríamos mostrar Londres, no en un puñado de planos, sino en cientos, repartidos por toda la película".
Para realizar la visión de Emmerich, el director de producción Sebastian Krawinkel trabajó de cerca con los supervisores de VFX y productores ejecutivos Volker Engel y Marc Weigert. "Rara vez se ven planos generales en películas de aquella época, pero Marc y Volker lo han hecho, y proporcionan una experiencia cinematográfica única" afirma Krawinkel.
El casting de la película
Para Anonymous, Emmerich recopiló lo que él denomina su reparto "de ensueño". "He tenido mucha suerte" confiesa el director. "Probablemente sea el mejor reparto que he tenido". El reparto está encabezado por Rhys Ifans como Edward De Vere, el Conde de Oxford, e incluye a Vanessa Redgrave, Joely Richardson, David Thewlis, Xavier Samuel, Sebastian Armesto, Rafe Spall, Edward Hogg, Jamie Campbell Bower, y Derek Jacobi.
Rhys Ifans encabeza el reparto como Edward De Vere, el Conde de Oxford. "Rhys hizo un trabajo increíble" asegura Emmerich. "Llegaba al plató como Rhys Ifans, pero en cuanto salía de peluquería y maquillaje y se cambiaba de vestuario se comportaba de una forma diferente, se transformaba a sí mismo en Edward De Vere".
"Le dije a Roland que si quería la vía fácil me podía pedir que interpretara a Shakespeare, pero si quería atreverse que me dejara probar con Oxford ¡y lo hizo!" afirma Ifans. "El personaje es diferente a todos los demás papeles que he hecho; Oxford es su propia persona y creación. Su mente es una enorme masa en movimiento, riqueza absoluta y desbordante; así son también las obras de Shakespeare".
En parte a Ifans le llamó la atención el proyecto por la pasión que siente por el tema. "Me sorprende que no se haya abordado antes este asunto" asegura el actor. "El conjunto de pruebas es realmente convincente y pensar que le estemos enseñando mentiras a nuestros alumnos es, en mi opinión, escándaloso. Es una afrenta a nuestro intelecto, historia, y comprensión del mayor escritor de todos los tiempos. Si relees o te acercas a estas obras con una mirada Oxfordiana, descubres nuevas formas de entender estas obras que ni siquiera se han discutido".
El equipo de madre e hija formado por Vanessa Redgrave y Joely Richardson comparte el papel de la Reina Isabel en sus años mozos y maduros. Explica Emmerich: "Durante la película vemos varios flashbacks que exploran la relación entre Isabel y Oxford. Nuestro primer obstáculo fue ¿cómo lograrlo? Sencillamente nos pareció natural que Vanessa fuera la Isabel más madura y Joely la versión más joven del personaje. Personalmente supuso una auténtica alegría y un sueño hecho realidad que ambas quisieran participar en la película".
"Como actriz no hay nada mejor que interpretar a Isabel, pero encarnarla con mamá supuso un atractivo añadido", recuerda Richardson. "Por un momento parecía que las fechas no encajarían para ambas y aunque egoístamente yo quería el papel, sentí que mamá debía sin lugar a dudas interpretar a este personaje. Doy gracias porque al final todo encajó la noche que nos hicieron la oferta a las dos y dio la casualidad de que estábamos juntas y estábamos eufóricas con la idea de interpretar las dos este personaje en concreto y en esta película específica. No trabajamos ni gestos ni entonaciones vocales porque dimos por hecho que las similitudes ya estarían presentes y algo artificial se notaría demasiado".
"He querido interpretar a la Reina Isabel desde que leí la biografía de Lytton Strachey, Elizabeth and Essex", asegura Vanessa Redgrave. "Así que me entusiasmé cuando Roland Emmerich me pidió que hiciera de la reina vieja y mi hija Joely de la reina joven. Diría que la época de Isabel I está más repleta de contradicciones, novedades, y políticas enramadas que cualquier otra época previa. De hecho, ¡la época que vivimos es horripilantemente similar!".
Respecto a la teoría Oxfordiana asegura Redgrave: "En este momento de mi vida estoy segura que es inconcebible que el actor William Shakespeare pudiera escribir todos aquellos grandiosos poemas y obras teatrales. Más bien, me parece más probable que en realidad el autor fuese el Conde de Oxford. Recuerdo que en los años 50 el Comité de actividades poco americanas del Senador McCarthy dio lugar a una situación en la que no se contrataban a algunas escritores excelentes. Otros escritores accedieron a firmar como autores oficiales de algunos guiones de cine. Ellos recibían el pago oficial y luego le daban el pago a los verdades creadores de los guiones. Existen muchas incógnitas respecto a la autoría de las obras Shakesperianas y me encanta que hayan personas como nuestro director, Roland Emmerich, dispuestas a hacer preguntas e investigar posibles respuestas. Anonymous es una historia cautivante y creo que al final esto es lo que importa en realidad".
Anonymous presenta una versión de la Reina Isabel que dista mucho de lo que están acostumbrados los espectadores. Volátil y apasionada, no es para nada la "reina virgen" que cuenta la leyenda. "Imagina por un momento cómo debió ser la vida de Isabel, teniendo en cuanta que era la hija de Enrique VIII" explica Emmerich. "Hubiera temido por su vida pero tenía que vivirla, no podía ocultarse. Creo que toda esta idea de la reina virgen fue una invención, una forma de mantener alejados a todos sus enemigos".
La película sugiere además que "la reina virgen" tenía herederos al trono. "La idea que Isabel tuviera numerosos amantes y algún que otro hijo no es nada nuevo" afirma Orloff. "Se ha dicho que se iba de viaje y se ocultaba en algún castillo durante los últimos meses del embarazo para tener al bebé. Y cuando éste nacía se lo entregaba a un familia aristocrática para que esta lo criara como su propio hijo".
Joely Richardson y Roland Emmerich trabajaron juntos por última vez en el 2000 en El patriota. Dice Richardson: "Es bonito trabajar con alguien por segunda y tercera vez porque eso no suele pasar en este negocio. Y además, es emocionante ser parte de un proyecto con el cual se siente tan apasionado Roland. Anonymous supone una ruptura con sus raíces de acción y precisamente por eso es emocionante presenciarlo; su recreación de la Inglaterra del siglo XVI ya en sí te deja sin respiración. ¡Nunca hemos visto nada igual!".
Para el papel del joven Oxford, Emmerich eligió a Jamie Campbell Bower. Bower emplea algunos de los gestos que hace Ifans como Oxford. Explica el joven actor: "Rhys hace algo con la boca, es como si las palabras quisieran salir pero no lo consiguieran. Realmente Oxford no es pomposo, sencillamente sabe que es grande. Sabe que tiene la capacidad de escribir lo más bonito que has podido leer".
Rafe Spall interpreta a William Shakespeare. "Cuando apareció Rafe supimos que era exactamente lo que había concebido Roland para el personaje", dice la coproductora Kirstin Winkler. "Le aportó profundidad a Shakespeare, destacando su lado alegre y divertido, el borracho don juan versus su lado algo más oscuro".
"En la película Shakespeare es un tipo común y corriente al que introducen en una circunstancia extraordinaria" asegura Spall. "Comienza siendo un chaval al que le encanta actuar, es su pasión y su gran amor. Pero además, también le gusta la adulación que aporta la fama porque su ego es enorme".
El premiado actor David Thewlis interpreta al asesor principal de Isabel, William Cecil. "Cecil es un maravilloso villano" explica Thewlis, "un personaje odioso, porfiado, y manipulador. Siempre he preferido papeles como estos. Su personaje está basado en una persona real así que pude investigar bastante. Pero a efectos de esta historia, él controla los hilos de las marionetas con una motivación que puede ser o no ficticia; intenta fijar la sucesión al trono según sus razones personales".
Thewlis asegura que la razón por la cual la cuestión de la autoría es tan importante es porque no hay obras comparables. "Hay tanta belleza, pasión, dolor y horror en sus obras teatrales. Le debemos tanto ya que todo en nuestras vidas procede de esta época. La proliferación del lenguaje y la poesía se puede trazar hasta Shakespeare".
Xavier Samuel, quien recientemente interpretó un papel principal en La saga crepúsculo: Eclipse, interpreta a Southampton, para quien Oxford siempre ha sido como un padre. "Es un apasionado espectador de teatro y tiene el placer de introducir a Oxford a un aspecto del teatro que nunca antes ha visto".
Southampton se guía por su lealtad, no sólo la que siente por Oxford, sino además la que tiene por el Conde de Essex, "Southampton lucha por lo que cree" asegura Samuel. "Cuando Essex inicia una rebelión, Oxford es una de las pocas personas en quien puede confiar".
Sebastian Armesto interpreta a Ben Jonson. Casi perdió la oportunidad de hacer la prueba ya que estaba trabajando en aquel momento en Japón pero grabó una prueba en la habitación de su hotel y envió un link diciendo: "Acabo de enviar una grabación" explica el actor.
A Armesto le pidieron inicialmente grabar una prueba para un papel más pequeño, el de Christopher Marlow, pero según la coproductora Kirstin Winkler, cuando Emmerich lo vio dijo: "Ese es nuestro Ben Jonson. Básicamente tenía ya el papel sin haberlo conocido. Nos reunimos antes de anunciarlo oficialmente, pero ya lo tenía claro".
Armesto describe su personaje: "Al comienzo del filme, es un dramaturgo en apuros, un idealista, y como le suele ocurrir a muchos idealistas, la realidad se impone. Lo arrastran a una laberíntica trama creada por Oxford para influenciar la línea de sucesión".
El actor en alza Edward Hogg interpreta al hijo de William Cecil, Robert Cecil, quien asume el papel de su padre tras la muerte de este. "En cierto sentido, no creo que sea mejor o peor que los demás; todos están hambrientos de poder. Pero su padre y él son sin duda los villanos; así se desarrolla la acción".
Hogg sufrió una sorprendente transformación física para interpretar a su personaje. "La peluquería y el maquillaje son extraordinarios; realmente cambiaron mi apariencia. Es algo importante porque cuando me miro al espejo me siento como una persona diferente. Recuerdo que en el tercer día de rodaje llegó John Orloff al set para entregarme algunos folios del guión y me preguntó ¿Has visto al Hogg ese? Le tengo que dar algo y le dije: ¿Bromeas? Soy yo. Ocurrió en más de una ocasión".
Derek Jacobi completa el reparto como Prologue, el actor que dará forma a la historia venidera.
Acerca de la producción
Para recrear la Inglaterra isabelina en la pantalla, Emmerich reunió a los mejores artistas que trabajan detrás de la cámara, entre ellos el director de producción Sebastian Krawinkel, la diseñadora de vestuario Lisy Christl, y los expertos de VFX Volker Engel y Marc Weigert. La directora de fotografía de Emmerich es Anna J. Foerster, quien colaboró por primera vez con Emmerich como ayudante de cámara en la primera película de este, Estación lunar 44, y desde entonces ha vuelto a formar equipo con el director desempeñando diferentes cargos en diversos proyectos.
Al emplear nuevas tecnologías que permiten rodar en ambientes escasamente iluminados, Foerster pudo aportarle un tono más real y atmosférico al filme. "Gracias a los avances de la fotografía digital, hemos podido aprovechar la luz de velas y lumbres", afirma Foerster. "En una película de época, hacer uso de la luz disponible, ya sea de una vela, una hoguera, o lo que entra del exterior, hace que sea real".
En cuanto a la estética de la película las influencias de Foerster y Emmerich fueron los cuadros de Johannes Vermeer y Georges de La Tour. "Vermeer utiliza luz solar suave y difuminada que entra por las ventanas; de La Tour utiliza una fuente única de luz, sea una vela o una antorcha. Esto realmente nos inspiró. No que cada imagen tuviera que asemejarse a un cuadro, pero sí que quisimos influenciar la composición de los planos".
Sebastian Krawinkel, que se estrena como director de producción, explica que le llevó muchas horas de investigación preparar Anonymous. "Viajé a Londres para visitar muchas galerías y museos y me traje todos los libros que encontré de la época y arquitectura Isabelina", explica. "Considero que la precisión histórica importa. En otras películas tienes más libertad, pero en Anonymous nos hemos esforzado por ser auténticos".
El mayor reto de Krawinkel fue recrear los teatros de La Rosa y el Globo. Conservamos varios dibujos del exterior del Globo de la época pero ninguno del interior. Nadie puede asegurar exactamente cómo sería el interior del teatro. Krawinkel quería que la estructura exterior se asemejara más a las ilustraciones que ha visto de Claes Van Visscher más como una torre alta. En cuanto al interior, no quiso copiar la recreación del Globo que se ha erigido en Londres, sino que quiso asemejarlo más a la vestimenta de un noble de la época, muy colorido y ricamente ornamentado con detalles que resplandecen en la luz. "Para esto sí que me gustó tener más libertad artística y convertir al Globo en un precioso joyero" asegura Krawinkel.
En la película los dos teatros se hicieron en un mismo plató. El teatro La Rosa se modificó para convertirse en el Globo. Para diferenciarlos, Krawinkel le aportó un tono más rústico al teatro La Rosa. "Tiene más madera, es más oscuro y dramático en los tonos cromáticos. Supuestamente lleva veinte años construido cuando comienza Anonymous, así que está muy envejecido y destartalado", explica Krawinkel. "El Globo es nuevo cuando lo vemos por primera vez". La idea es que el Globo supuso un avance respecto al teatro La Rosa, con influencia de la corte en su arquitectura y materiales. La construcción del teatro construido por Krawinkel y su equipo se llevó a cabo en los Estudios Babelsberg en Berlín y duró aproximadamente doce semanas.
Krawinkel y su equipo en el departamento artístico trabajaron de cerca con el departamento de VFX. En Anonymous, Emmerich forma equipo una vez más con sus colegas Volker Engel y Marc Weigert, con los que ha trabajando en numerosos proyectos entre ellos Independence Day y 2012. "Volker y yo solemos ser los primeros contratados, además del director de producción, en este caso el talentoso Sebastian Krawinkel. Muchos piensan que los efectos visuales son parte del proceso de postproducción porque antes era así, pero ahora empezamos antes de que se construyan los primeros platós".
Los efectos visuales eran críticos para la película, ya que Emmerich estaba decidido a presentar la Inglaterra isabelina como nunca antes había sido vista en el cine. Por ejemplo, hay un plano amplio general "básicamente de helicóptero" explica Engel de toda la ciudad de Londres, con miles de personas frente al teatro Globo, creado enteramente por ordenador. Además, decidieron desde el principio que varias ubicaciones clave como el puente de Londres, la torre de Londres, y el palacio Whitehall de Isabel, se crearían en el ordenador con efectos visuales.
"Roland quería contar pequeños momentos, conversaciones entre personajes, en entornos dramáticos como el puente de Londres" explica Weigert.
Todo comenzó con Krawinkel, el director de producción, quien creó diseños en 2D y maquetas en 3D para el equipo de VFX, en basa a su investigación previa. "Partimos de mapas históricos y a partir de ahí diseñamos los elementos principales, el puente de Londres, la torre, y San Pedro. Para la torre y San Pedro disponíamos de muchos dibujos y modelos y de hecho, la mayor parte de la torre sigue en pie. Otros exteriores como el puente de Londres y el palacio Whitehall supusieron un mayor reto. Y como es evidente, en cada uno de los diseños, Roland elegía los ángulos de cámara que quería para sus planos".
A continuación, el equipo de artistas formado por Engel y Weigert modelaba los diseños en el ordenador. "Nosotros lo refinamos, le aportamos autenticidad fotográfica, iluminación, y lo adaptamos a todos los ángulos de cámara" explica Weigert. Después, los actores hacen las secuencias ante una pantalla verde.
"Es emocionante hacer algo completamente diferente a las películas previas de Roland", asegura Engel, quien, como Weigert, pasó directamente de 2012 de Emmerich a Anonymous. "Acabábamos de terminar una épica película en la que todo se destruye. Y esta era completamente diferente. El reto aquí es recrear un momento histórica, con amplias vistas de la ciudad, el puente de Londres, la torre, todo se ve diferente actualmente o ni siquiera existe. Nuestra responsabilidad era introducir a los actores en un entorno creíble".
Para la veterana diseñadora de vestuario Lisy Christl, el proyecto supuso una gran oportunidad. "La Inglaterra isabelina es una de las épocas más bonitas para una diseñadora de vestuario", asegura. "Como alemana, jamás esperé trabajar un una película de esta época".
En su taller en los Estudios Babelsberg, Christl creó cientos de trajes. Junto con su equipo confeccionaron a mano en torno a tres cientos trajes, desde los vestidos hechos a medida de Isabel a los trajes de los extras que hacían de plebeyos y espectadores teatrales. En las jornadas más ajetreadas, vistieron a setecientos cincuenta extras que presenciaban en el teatro Globo a siete actores teatrales con toda su vestimenta de época. Para hacer cada traje, Christl y su equipo tuvieron que encontrar la tela, hervirla para que encogiera, y luego teñirla, pintarla, y coserla.
Christl investigó la época leyendo historia inglesa y estudiando retratos de la época. "Hice un collage de prácticamente cada personaje principal y me inspiré en varias fuentes para encontrar materiales" comenta Christl. "A Roland le encantan los detalles y de hecho me dio muchísima libertad. Se podría decir que en el guión los trajes no estaban muy trabajados. Es decir, tuvimos que darle vida a cada traje, envejeciéndolo, y haciendo que pareciera usado".
La Reina Isabel luce casi 20 trajes en la película, y fueron confeccionados a mano en Sands Film en Londres, una sastería reputada internacionalmente. Christl y su equipo hicieron todos los accesorios de Isabel, entre ellos las joyas, las medias y los zapatos.
Acerca del director
Anonymous es un proyecto apasionante para el director Roland Emmerich y en realidad al final no es tan sorprendente que escogiera este proyecto. "Pensé que sería un tema apasionante para una película" asegura el director. "Me gusta hacer películas de temas que puedan ser objeto de discusión. Un filme como El día de mañana es entretenido, claro, eso espero, pero también es un tema candente que invita a la reflexión. Y según este criterio, no me resulta tan sorprendente que me interesa por esta película".
Emmerich asegura que su esperanza es que la película sirva para que "la generación más joven descubra a William Shakespeare. En realidad no importa quién escribió las obras, siempre que se aprecie lo asombrosa que es la escritura. Todos deberíamos sentirnos afortunados de poder pasarlos a generación tras generación".
Rhys Ifans asegura que Emmerich poseía capacidades únicas que lo hacían idóneo para dirigir esta película, que no sólo supondría una enorme atención a los detalles más mínimos sino que además implicaría la movilización de multitud de personas con precisión y eficacia. "He trabajado con directores que miman cada detalle, pero se vienen abajo ante una multitud. También he trabajado con directores que sólo saben gritarle a la gente pero no saben cómo hablarle a un actor. Roland puede hacer ambas" asegura el actor. "Su talento es increíble y es increíble la cantidad de información que puede llegar a retener una persona. Jamás se oye un grito en el plató. Todo se discute susurrado en las esquinas. Todo el proceso en sí es cautivante y emocionante".
Añade Rafe Spall: "Roland llega y te da una joya que afinará tu interpretación. Cada apunte me ha hecho sentirme mejor; él comprende la actuación, algo que no es habitual entre directores".