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  Cinco minutos de gloria  (Five minutes of heaven)
  Dirigida por Oliver Hirschbiegel
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Premios al Mejor Director y al Mejor Guionista en la sección World Cinema del Festival de Sundance.

Sección Perlas del Festival de San Sebastián.

Todo surgió por azar. La esposa del productor Eoin O’Callaghan estaba ensayando una obra de teatro que se iba a representar en la prisión de Holloway cuando conoció a Alistair Little, que había estado en prisión por un asesinato cometido cuando era joven. En aquella época, Alistair trabajaba en la resolución de conflictos en grupos de presos, para lo que tenía que hacer preguntas difíciles y animar a los reclusos a enfrentarse a su pasado. Para conseguirlo, su estrategia principal era enfrentarse a su propio pasado y aceptar su responsabilidad. "Mi mujer insistió en que tenía que conocerle", recuerda O’Callaghan.

El siguiente paso fue encontrar a un guionista experimentado y con la sensibilidad necesaria para un proyecto de este tipo. "Guy Hibbert era la elección obvia para el trabajo de guionista", afirma O’Callaghan, "porque buscábamos a alguien acostumbrado a contar historias de gente real. Guy es un guionista al que admiro desde hace años, en especial por su trabajo en la película Omagh, de Pete Travis, para la que pasó mucho tiempo con las víctimas del atentado y consiguió contar sus historias con una gran sensibilidad. En un primer momento, Guy se mostró reacio a escribir otra vez sobre el sufrimiento en Irlanda del Norte, pero yo estaba convencido de que era la persona adecuada para abordar los temas difíciles y delicados que trata la película. Con todo, tengo que recordar que la película es una historia de ficción inspirada en dos vidas reales".

Hibbert ha escrito muchos guiones basados en entrevistas con personas reales, como por ejemplo las víctimas del atentado del IRA Auténtico en Omagh o las víctimas de abusos en Ésta no es mi niña y 33 de mayo. También ha escrito películas a partir de entrevistas con francotiradores en la guerra de Bosnia –Disparo al corazón– y un proyecto dedicado a la experiencia de los niños soldados en Sierra Leona.

"Pensamos que un buen punto de partida para Cinco minutos de Gloria podría ser visitar a Alistair", cuenta el productor Eoin O’Callaghan. "Alistair nos contó su historia y decidimos ponernos en contacto con Joe Griffin, el hermano del hombre al que había asesinado 33 años antes. Junto con Stephen Wright, productor ejecutivo para la BBC, y Don Mullan, nuestro productor asociado (quien había trabajado con las familias de las víctimas en Domingo Sangriento y Omagh), intentamos ponernos en contacto con Joe y la película empezó a coger forma".

Guy Hibbert toma la palabra: "La BBC se puso en contacto conmigo tras ver Omagh y me contaron que estaban trabajando en un proyecto que exploraba los problemas relacionados con el pasado de Irlanda del Norte y los retos que había que afrontar de caras al futuro. Mi idea era buscar –por difícil que resultase– las conexiones existentes entre la víctima y el asesino, y así empezó un proceso de dos años de entrevistas y charlas por separado con Alistair y Joe".

Al empezar, Hibbert tuvo que decidir cómo escribir sobre las historias de estos dos hombres y representar los sentimientos complejos que cada uno despertaba en el otro. "Decidí que la primera parte del guión sería un relato detallado de la noche de 1975 en la que Alistair mató al hermano de Joe y que, una vez hecho esto, exploraríamos un territorio completamente nuevo. Se me ocurrió basar el resto de la historia en una hipótesis: "¿Qué pasaría si aceptasen encontrarse?", y, con su ayuda, fui desarrollando el guión partiendo de esta idea".

"A lo largo de dos años viajé muchas veces de Londres a Belfast. Un día me encontraba con Joe y al día siguiente con Alistair, y pasaba varias horas con cada uno de ellos. El método que utilicé fue preguntar a Joe y Alistair cómo creían que reaccionarían si les presentase al otro, y luego proponerles posibles reacciones utilizando el concepto de un "Joe de ficción" y un "Alistair de ficción". De este modo, surgían dos posibilidades: la posible reacción del personaje "real" y la posible reacción del carácter "de ficción"".

"Cuando todos llegamos a la conclusión de que habíamos agotado los pensamientos y las ideas, los dejé tranquilos sin que se hubiesen encontrado jamás y escribí el guión. Una vez escrito, fui a verlos por separado y se lo leí. Cada una de estas lecturas duró unas cinco horas. Era la primera vez que cada uno de ellos veía lo que había escrito sobre él, pero no sólo eso: también era la primera vez que veía lo que había escrito sobre el otro. Por primera vez, Joe leyó lo que pensaba Alistair y viceversa. Repetí la lectura para que asimilasen correctamente el guión, incorporé sus comentarios y les mostré las sucesivas reescrituras".

Durante el proceso, Hibbert animó a Joe y Alistair a recordar pequeños detalles de la noche del asesinato y a afrontar preguntas difíciles sobre sí mismos. Según cuenta Hibbert, emprendieron con él este viaje por sus sentimientos con "un coraje y una dignidad enormes".

Eoin O’Callaghan explica hasta qué punto fue exhaustivo el trabajo de Hibbert con Alistair y Joe: "El motivo por el que tardamos cuatro años en hacer la película fue que Guy es muy meticuloso y exigente. Quería estar seguro de que tanto Joe como Alistair aprobarían lo que había escrito y de que estaban plenamente implicados en el proyecto. Sólo cuando consideraron que su historia –en parte real, en parte ficticia– se contaba de manera adecuada, honesta y con sentido pasamos a la siguiente fase".

"Llegados a este punto", recuerda O’Callaghan, "tuvimos mucha suerte. Un proyecto en el que Guy Hibbert había estado trabajando con el reconocido director alemán Oliver Hirschbiegel se aplazó, así que Oliver tenía tres meses libres. Y, al mismo, tiempo, James Nesbitt le enseñó el guión a Liam Neeson y resultó que éste tenía tres meses sin rodajes. Neeson nos dijo que, si el rodaje no iba más allá de este plazo y Oliver participaba en él, actuaría en la película. Sin embargo, esto significaba preparar la producción en la mitad de tiempo y conseguir rápidamente la financiación adecuada".

Con la incorporación de Neeson y Hirschbiegel, el proyecto saltó de la pequeña pantalla a la grande. "De repente era más fácil hacer una película para el cine", cuenta O’Callaghan. "Liam nos contó que sólo podría participar si rodábamos en muy poco tiempo, porque pronto iba a empezar un nuevo proyecto. Nos dijo: "Me muero de ganas de hacerlo, pero es o ahora o nunca"".

"Desde el punto de vista logístico todo esto iba a ser un gran desafío, por lo que buscamos a un productor ejecutivo capaz de cerrar acuerdos rápidamente. Siguiendo los consejos de nuestro asesor jurídico Jonathan Blair, nos pusimos en contacto con Paul Trijbits de Ruby Films. La experiencia de Paul en la realización de películas bajo una presión extrema fue vital; sin él no lo hubiésemos conseguido".

La parte principal de la financiación corría a cargo de la BBC, pero O’Callaghan y su equipo se pusieron a buscar inversores externos. "Pathé se incorporó como distribuidora principal, y también conseguimos financiación del Consejo Cinematográfico de Irlanda a través de Element Films", recuerda O’Callaghan. "Mi empresa, Big Fish Films, empezó a trabajar en colaboración con Paul y, en cuatro semanas, ya habíamos elaborado un presupuesto y el equipo afrontaba la fase de preproducción".

"Fue muy complicado encontrar la financiación necesaria en tan poco tiempo, pero lo conseguimos", prosigue O’Callaghan. "No podíamos imaginarnos mejores actores para los papeles principales. Liam y Jimmy Nesbitt son dos de los actores más conocidos de Irlanda del Norte, y su entusiasmo por la película ha sido impresionante. Creo que significa mucho para ellos".

Hirschbiegel recuerda que había una gran comprensión mutua entre él y los actores protagonistas: "Tanto Liam como Jimmy son norirlandeses, por lo que entienden a la perfección la historia de la zona. Esto y la calidad del guión nos permitieron trabajar fácilmente y sin que surgiesen demasiados problemas".

Nesbitt sólo tiene elogios para el director: "Oliver es simplemente distinto. Me encantaba El hundimiento y conocía El experimento, otra película magnífica. Cinco minutos de gloria empezó como un proyecto pequeño, pero lo que hicimos es algo que nunca había experimentado. Otras veces me lo he pasado bien trabajando, pero Oliver es increíblemente entusiasta y apasionado. Entiende la importancia de la película y tiene un talento enorme para trabajar con el equipo".

Hirschbiegel también impresionó a Neeson: "Es maravilloso, no tengo elogios suficientes para describirlo. Sus conocimientos técnicos sobre cámaras son impresionantes y su habilidad técnica es maravillosa. Además, tiene una sensibilidad especial para el dolor y el sufrimiento. El hecho de ser de otro país también le permitía aportar una visión distinta".

Neeson también está interesado en señalar lo relevante que resulta fuera de la pantalla la historia que cuenta la película: "Venimos de 30 años de violencia extrema, odio y desconfianza, y esta película –aunque se trate de una ficción– habla de dos hombres que intentan afrontarlo de alguna manera. Esta historia puede aplicarse a cualquier lugar conflictivo del mundo, porque se trata de algo universal: un acto de violencia y sus repercusiones, el efecto dominó que tiene para los afectados y qué es lo que hay que hacer para intentar afrontarlo y superarlo".

"Encontrar respuestas, ser capaz de preguntar "Por qué". Hay algo en mi interior que siente que éste es el único modo de que las personas que han pasado por el infierno de perder a un ser querido salgan adelante. La educación integrada en Irlanda del Norte es importantísima, porque para romper el círculo vicioso del odio hay que empezar por las aulas. Hay que coger a los niños cuando son pequeños y enseñarles que el mundo es enorme, y que no sólo lo define el día en el que desfilas o el color con el que te vistes".


El proceso de producción
Al intentar encontrar escenarios que reflejasen la realidad norirlandesa en los años 70, O’Callaghan descubrió que, desde que abandonó Belfast en 1975, la ciudad había cambiado mucho. Encontrar las localizaciones adecuadas para rodar las escenas de los 70 resultó complicado por varios motivos, en especial porque en los últimos años Belfast se ha regenerado. La ciudad y los alrededores han recibido una gran cantidad de inversiones para atraer a las empresas, a las inversiones internas y a los propietarios de viviendas con intenciones de trasladarse a un entorno urbano rejuvenecido.

"Creía que Belfast prácticamente había quedado conservada en formol, así que quedé muy sorprendido cuando regresé y descubrí que, en realidad, la ciudad había cambiado por completo con los años. Se reconstruyó y ahora es mucho más próspera, por lo que tuvimos que buscar localizaciones con un aspecto más desgastado. Al final tuvimos que salir de Belfast y desplazarnos a poblaciones cercanas como Newtownards o Ballybean para encontrar paisajes urbanos con el aspecto de los 70", recuerda O’Callaghan. "Además, teníamos un departamento artístico muy inteligente. Siempre que fue posible intentamos mantener la autenticidad, pero cuando no lo era nuestro diseñador Mark Lowry y nuestra directora de localizaciones Catherine Geary trabajaron dando prioridad a la imaginación y la ingenuidad".

O’Callaghan también alaba la capacidad de Hirschbiegel para trabajar de modo hábil y eficiente para terminar las escenas siguiendo un calendario de rodaje ajustado. En especial, Liam Neeson podía pasar muy poco tiempo rodando porque se estaba preparando para otros proyectos y promocionaba películas ya rodadas, pero gracias a su compromiso con el proyecto y la velocidad de ejecución de Hirschbiegel el rodaje de las escenas clave no requirió esfuerzo alguno, como mínimo aparentemente.

"Oliver es un minimalista", explica O’Callaghan. "Pocas complicaciones, poca iluminación y nada de trucos. Es muy rápido mentalmente y anticipa los problemas. Es el capitán de un barco feliz y no le duelen prendas en alabar y apoyar a los otros".

Si hubo alguna preocupación, fue saber que dos de los actores más conocidos y admirados de Irlanda del Norte tenían que salir a la calle a rodar escenas clave. En este sentido, el control del público y la gestión de la producción fueron vitales.

"El público dio una gran acogida a Jimmy y Liam, que son héroes locales. Se juntaba mucha gente para verlos y, a veces, se entusiasmaban un poco más de la cuenta", recuerda entre risas O’Callaghan. "Pero en general se mostraron acogedores y respetuosos con el rodaje, y cuando Liam y Jimmy habían pasado un rato con ellos y firmado unas cuantas camisetas, nos dejaban trabajar tranquilamente".

El momento más delicado desde el punto de vista de la producción fue el rodaje de la escena del asesinato. Dado que se trataba de una escena nocturna, el departamento de producción era consciente de que, al rodar la escena (que incluía unos cuantos disparos), las familias estarían en sus casas y en la calle habría poco ruido.

"Como es lógico, tener a un equipo rodando en tu calle es una intrusión importante, y es muy complicado mantener la autenticidad en un barrio que ha pasado por experiencias como la que rodamos. Por suerte, el equipo, que en su mayor parte estaba formado por norirlandeses, era muy consciente de esto y nos ayudó a darle a la escena el tono adecuado".

También generó dificultades una escena clave en la que Liam Neeson y Jimmy Nesbitt peleaban. Hirschbiegel se negó a que la pelea no tuviese demasiada coreografía, ya que quería que tanto la acción como la agresión resultasen espontáneas. Por su parte, ambos actores insistieron en la necesidad de reservar tiempo para ensayar la escena de la pelea con el director.

Desde el punto de vista del productor, un día y medio de ensayos significa sacrificar tiempo crucial para terminar el rodaje, pero todos estaban de acuerdo en que se trataba de un momento clave para los personajes. "Los actores vieron muchas cintas con secuencias de peleas y, junto a Joe Condren, el coordinador de escenas peligrosas, decidieron que la pelea fuese relativamente sencilla pero bastante sucia y que tuviese un final sorprendente", explica O’Callaghan. "Jimmy fue valiente al enfrentarse a Liam, aunque fuese una pelea simulada: Liam mide 1.93 m. y fue boxeador".

"Nunca he quedado contento con las escenas de peleas", afirma Hirschbiegel. "Hay pocas en la historia del cine que me parezcan convincentes. Intenté que esta pelea fuese sucia, mezquina y tan realista como fuese posible. Tienes que luchar constantemente con los especialistas en escenas peligrosas, que quieren ir a lo seguro y coreografiarlo todo, pero eso era contraproducente para conseguir lo que quería. Y, al mismo tiempo no quería que nadie se hiciese daño. Sin embargo, tanto Liam como Jimmy estuvieron magníficos, aunque al día siguiente los dos tenían bastantes moratones".


El reparto y los personajes
Liam Neeson recibió el guión cuando estaba a punto de empezar a trabajar en El otro hombre, de Richard Eyre. "Normalmente no leo otros guiones cuando estoy preparando una película", recuerda, "pero estaba sobre la cama y empecé a leerlo. Quedé completamente enganchado y, nada más terminar, llamé a Guy y le dije: "¿Cómo se hará todo esto? Me encantaría participar". Le conté que tenía un poco de tiempo libre y consiguieron organizarlo. Fue extraordinario".

James Nesbitt, que interpreta a Joe, participa en proyectos de orientación psicológica en Irlanda del Norte. Hibbert pensó que era una opción ideal para dar la réplica a Neeson. Según cuenta Hibbert, cuando Nesbitt recibió el guión se entusiasmó enseguida. "Le dije: "Vámonos unos días a Belfast, vemos a unas cuantas personas y así nos hacemos una idea general de la historia"".

Desde el primer momento Nesbitt no tuvo ninguna duda de que quería participar en la película. "Había tantas cosas que me atraían", recuerda. "En primer lugar, desde el punto de vista de la interpretación para mí todo empieza con el guión. Ya conocía el talento de Guy desde Omagh y, cuando leí este guión, enseguida pensé que era increíble, fantástico. Me pareció sincero, original, emocionante y muy real".

"También me atraía la idea, de participar en algo tan importante para Irlanda del Norte. Todos queremos dejar nuestra pequeña contribución al futuro, y pensé que esta historia hablaba del conflicto de manera sensible y mirando hacia adelante".

Aunque tuvo la oportunidad de conocer al verdadero Alistair, Neeson prefirió no hacerlo antes de rodar. "Cuando interpretas a una persona real hay una presión añadida para hacerlo bien o para captar la esencia de esta persona. No vi a Alistair hasta el último día de rodaje, y era lo que quería. Quería basarme sólo en el guión de Guy, y sabía que se había documentado y había pasado horas hablando con las personas a las que interpretábamos. Me quería basar en eso y evitar conocer al verdadero Alistair y pensar "Vaya, soy más alto que él, no me parezco en nada". No quería que conocerlo afectase a mi preparación".

Sobre James Nesbitt, Neeson afirma: "Jimmy es perfecto para el papel de Joe. Tiene una intensidad increíble y una gran capacidad de convicción. Yo soy bastante opuesto a él, así que creo que formamos una buena combinación".

A diferencia de su compañero, ya de entrada Nesbitt quiso conocer al verdadero Joe. "Otras veces he interpretado a personajes reales. Por ejemplo, para Domingo sangriento pasé muchas horas con Ivan Cooper. Para mí, el personaje cobra vida a partir del guión, pero tenía la posibilidad de conocer a Joe y me apetecía. Quería hacerme una idea de cómo era porque su personaje es muy radical. Se trata de alguien cuya vida ha quedado arruinada, lo cual no sólo le ha afectado a él, sino también a todos los que lo rodean. Es un tipo sólido e inteligente, pero a veces simplemente no puede mirar hacia adelante, es incapaz de escapar de esa terrible oscuridad que ha devorado buena parte de su vida".

Nesbitt pasó un día entero con Joe: "Fue increíblemente honesto, incluso diría brutalmente honesto, al hablar sobre lo que ocurrió en 1975 y cómo influyó en su vida y en la de los que le rodean. Tuvo la generosidad de dejarme grabarle en vídeo –cosa que nunca había hecho antes–, así que tuve una gran fuente de ideas. Sin embargo, también tuve que poner mi propio sello al personaje. La película no hubiese podido hacerse sin el consentimiento de Joe y Alistair; todo empezó con ellos".

Neeson tiene recuerdos indelebles de cómo era la vida en Irlanda del Norte en 1975, el año en el que se desarrolla historia. "Lo recuerdo perfectamente. Estaba aquí en Belfast, en el Teatro de Actores Líricos; era mi primer trabajo como actor profesional. Era una época especialmente dura, había violencia por ambos lados. Durante la producción hubo muchas amenazas de bomba en el teatro y, en un par de ocasiones, aparecieron los soldados y la policía y evacuaron a todo el mundo. Tuvimos que salir a la calle vestidos para actuar mientras inspeccionaban el teatro y, cuando terminaron sin encontrar nada, volvimos a entrar y continuamos con la obra. Estábamos muy orgullosos de hacerlo, porque significaba afirmar que la vida tenía que seguir".

Nesbitt se siente muy gratificado por haber trabajado con Liam Neeson. "Liam y yo aparecemos muy poco tiempo juntos en la película; de algún modo, vivimos vidas completamente separadas. Sin embargo, una de las mayores satisfacciones de esta película ha sido poder pasar tiempo con Liam".

"Creo que es un actor brillante y sincero que ha servido como modelo para los actores más jóvenes, porque ha ido a Hollywood, le han nominado a los Óscar y ha interpretado papeles muy variados, pero al mismo tiempo siempre ha mantenido su carácter norirlandés. En los rodajes, es increíblemente generoso y muy profesional, sin intenciones ocultas. Un verdadero gentleman".

Encontrar a actores que interpretasen a Alistair y Joe –Neeson y Nesbitt, respectivamente– de jóvenes fue complicado. Sin embargo, según explica O’Callaghan, tuvieron mucha suerte al encontrar al actor adecuado para interpretar a Liam Neeson de joven. "Realmente fue un regalo de Dios. Entró en la sala de audiciones y no podíamos creérnoslo: ¡se parecía tanto a Liam de joven! My abuela decía: '¡Es como si lo hubiesen sacado de la oreja de Liam!'. Pero con eso no bastaba. Nos preguntábamos: '¿Será buen actor?'. Y la verdad es que resultó que era brillante, astuto, intuitivo y flexible, un joven muy inteligente".

Incluso Neeson quedó sorprendido del parecido que tenía con él cuando lo conoció: "En realidad es hasta inquietante. Nos parecemos muchísimo. Tiene casi el mismo aspecto que yo a su edad".

Joe está interpretado por un actor más joven. En este caso, la tarea resultó más complicada, pero al final encontraron a un chico que, según O’Callaghan, "tenía la misma naturalidad. Puede que físicamente no salte a la vista que es Jimmy de joven, pero en su interpretación se parece tanto a Jimmy que es fantástico".

O’Callaghan cree que fue importante mantener los nombres reales de los personajes: "Alistair y Joe se comprometieron con el proyecto y dijeron '¿Qué sentido tiene esconder nuestros nombres?'".