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  Prometheus  Dirigida por Ridley Scott
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Aunque hace tres décadas que Ridley Scott no dirige una película de ciencia-ficción, su interés por el género no ha disminuido en absoluto. Tras realizar dos de las películas del género más idolatradas de todos los tiempos, su regreso a la ciencia-ficción sólo podría venir provocado por una idea realmente extraordinaria. "Durante las últimas décadas se han rodado montones de películas de ‘acción’, de ‘monstruos’ y, más o menos, de ‘ciencia-ficción", dice Scott. "Por lo tanto, la cuestión de fondo es: ¿hasta qué punto vas a hacer algo verdaderamente original?".

"El motivo por el que no he hecho otra película de ciencia-ficción durante tantos años, aparte del hecho de que he estado ocupado haciendo otro tipo de filmes y explorando nuevos géneros, es porque, francamente, no he encontrado algo que tuviera la suficiente verdad, originalidad y fuerza como para que me mereciera la pena dirigirlo. Prometheus posee efectivamente esas tres cualidades".

La idea de Prometheus tuvo su origen en una figura apenas atisbada en Alien, el octavo pasajero, y que parecía pasar a un segundo plano una vez que el xenomorfo que da título al filme irrumpía, literalmente, en escena. Pero ese misterioso ser –una gigantesca criatura fosilizada, con el pecho reventado, que llegó a conocerse como el Space Jockey– seguía muy presente en la memoria del hombre que le dio vida. "Algo que me daba vueltas desde que hice Alien, el octavo pasajero, era el misterio que rodeaba a esta criatura", señala Scott. ¿Quién era? ¿De dónde procedía? ¿Cuál era su misión? ¿De qué tipo de tecnología disponía su especie? Pensé que este tipo de cuestiones podría proporcionar un punto de partida para ideas aún más interesantes".

Por tanto, efectivamente, Prometheus nació hace años como una precuela de Alien, el octavo pasajero, antes de evolucionar, tal y como Scott puntualiza, "a un universo totalmente distinto". La película está profusamente delimitada por nuevas ideas y tramas, producto de la formidable imaginación del realizador. Scott señala: "Como consecuencia del proceso creativo necesario para desarrollar el filme, emergió una nueva y grandiosa mitología, en la cual acontece esta original historia. Los fans más incondicionales reconocerán ciertos elementos del ADN de Alien, el octavo pasajero, por decirlo de alguna forma, pero las ideas abordadas en este filme son absolutamente únicas, provocadoras y de muy largo alcance. Prometheus es la particular historia de género que yo estaba buscando".

El coguionista Jon Spaihts añade: "Lo más difícil a la hora de escribir este relato fue que no había ningún antecedente. Había que inventar absolutamente todo. Para crear, junto a Ridley Scott, todo un mundo tenía ante mí un enorme lienzo sobre el que pintar". Y el productor ejecutivo y también coguionista Damon Lindelof señala que "le sorprendió muchísimo el original enfoque que Ridley dio a la película. Es audaz, visceral y, confiamos, lo último que alguien podría esperar".

A medida que el guion se iba desarrollando, fueron emergiendo las grandes ideas de la historia: en el transcurso de un viaje para encontrar a quienes algunos miembros del equipo científico consideran sus "hacedores" –seres que podrían haber creado la vida en nuestro planeta–, la tripulación de la nave espacial Prometheus y la mega-corporación que financia su costosísima misión efectivamente desafían a los dioses. Y como pudo constatar la figura de la mitología griega de la cual toma su nombre la nave, desafiar a los dioses puede ser una muy, muy mala idea.

"La metáfora central de la película gira en torno al titán griego Prometeo, que desafió a los dioses al proporcionar a los humanos el don del fuego, por lo cual fue terriblemente castigado", declara Scott. "Cuando aludes al mito en el que se basa el título del filme, en realidad hablas sobre el tema de la relación que el ser humano establece con los dioses –los seres que nos crearon– y lo que sucede cuando los desafiamos".

No obstante, en el fondo, Prometheus habla sobre… nosotros, señala Lindelof. "Trata sobre los seres humanos en el futuro, poniendo en cuestión algunos de los principios científicos y filosóficos que más valoramos".

El equipo de científicos y exploradores a bordo del Prometheus emprende un viaje que pretende nada más y nada menos que dar respuesta a algunas de las cuestiones más trascendentales de la vida. Dos brillantes y jóvenes científicos, Shaw (Noomi Rapace) y Holloway (Logan Marshall-Green), con motivaciones absolutamente distintas, dirigen la expedición. Shaw es creyente: quiere encontrar a esos "dioses" para reforzar aún más su tradicional convicción religiosa, mientras que Holloway, por el contrario, pretende desacreditar esos espirituales dogmas. En el transcurso de su labor, estos dos arqueólogos han descubierto unos pictogramas rupestres que proporcionan pistas sobre antiguas civilizaciones que poblaron la Tierra, y todos los indicios señalan a un mismo lugar situado en un punto lejano del espacio; ambos consiguen convencer a una gran corporación, Weyland Industries, para que les financie la misión.

Ninguno de los dos científicos estaba preparado para los inimaginables terrores que iban a encontrar. "Cuando Shaw y Holloway concibieron la misión, esperaban descubrir una benevolente especie que pudiera proporcionarles respuesta a algunos de los más grandes misterios de la humanidad", dice el productor ejecutivo Michael Ellenberg. "En otras palabras, tenían la esperanza de conocer a dioses. Pero estos seres demuestran ser cualquier cosa menos compasivos. Son una peligrosa raza de seres superiores".

"Los miembros de la tripulación del Prometheus creen que se dirigen al paraíso para descubrir la respuesta de cuestiones fundamentales. Pero lo que encuentran es un oscuro, siniestro y aterrador mundo, que para estos seres tan solo es una parada en el camino", agrega Jon Spaihts. "Este frío e implacable entorno se parece más al infierno que al cielo".

En todas las películas de Ridley Scott, incluyendo Prometheus, lo que descubren los protagonistas frecuentemente se opone a las expectativas. "Eso es lo que crea un buen drama", afirma el realizador. "Nuestra historia pivota en torno a qué puede haber verdaderamente ahí fuera, y en eso radica precisamente su aspecto más aterrador. La posibilidad de opciones siempre da lugar a un drama mejor y más inquietante, y a mí me brinda la oportunidad de dar un susto de muerte a todo el mundo".

En el planeta, el equipo encuentra al superviviente de una civilización que controla elementos muy peligrosos, incluyendo varios recursos biológicos y biomecánicos capaces de destripar, o algo peor, a su víctima en una fracción de segundo. "Esto nos lleva a hacernos la siguiente pregunta", señala Scott, "¿cuáles pueden ser las consecuencias de conocer a seres superiores cuyas capacidades tecnológicas suponen un salto cualitativo respecto a las nuestras, y que efectivamente son casi dioses?"

O dicho de otra forma: Quizás hay cosas que convendría dejar sin explorar.


La tripulación del Prometheus
Contar con protagonistas femeninas muy potentes constituye una seña de identidad de Ridley Scott, tal es el caso de Sigourney Weaver como la teniente Ripley en Alien, el octavo pasajero; Geena Davis y Susan Sarandon en Thelma y Louise; Demi Moore en La teniente O’Neil…, y la lista podría seguir. Prometheus no presenta una sino dos formidables protagonistas femeninas que continúan la maravillosa tradición de Scott. Elizabeth Shaw, interpretada por Noomi Rapace, es una científica llena de fe y esperanza, pero que se transforma en una auténtica guerrera cuando debe enfrentarse a los peligros que encuentra en su destino; Vickers, interpretada por Charlize Theron, es una alta ejecutiva que representa los intereses de la mega-corporación que financia el viaje a un lejano y fatídico mundo.

La poderosa y perturbadora interpretación de Rapace en la primera adaptación cinematográfica de Los hombres que no amaban a las mujeres, basada en la trilogía de Millennium escrita por Stieg Larsson, consiguió captar la atención de todo el mundo, incluyendo la de Scott. "Noomi posee una extraña combinación de inteligencia y fisicalidad", afirma el realizador. "Se adueñó totalmente de su personaje en Los hombres que no amaban a las mujeres. Su actuación resultaba tan potente que cuando Noomi y yo nos conocimos, yo esperaba encontrar a una persona muy dura e insensible; en vez de eso, Noomi era encantadora, amable y muy inteligente. Todo ello constituía una mezcla increíble que la hacía perfecta para interpretar a Shaw".

Una llamada de Ridley Scott representa un momento decisivo en la carrera de cualquier actor o actriz, incluyendo la de Rapace. "Tras reunirme con Ridley, pensé: Aunque finalmente no trabaje con él en Prometheus, me siento afortunada por haber compartido esta hora con él". Al final, resultó que su personaje de Shaw llevaría mucho más tiempo que esa hora con Scott, que la eligió tras una prueba de cámara que rodó con el director de fotografía Dariusz Wolski, ASC. "Utilizamos un gran almacén de Panavision que el responsable del diseño de producción Arthur Max había decorado dándole una espeluznante atmósfera industrial, y Noomi simplemente lo bordó", señala Ellenberg. "Todos nos quedamos absolutamente pasmados ante su ferocidad, su potencia y su gran presencia escénica".

Un tipo de potencia muy diferente al que debe demostrar Meredith Vickers, una ejecutiva de Weyland Industries que se embarca en el Prometheus en representación de los misteriosos intereses de la corporación. Cuando Charlize Theron aceptó el papel, el personaje de Vickers adquirió una nueva y fascinante dimensión. Lindelof señala: "Charlize y yo trabajamos estrechamente para crear un personaje con más aristas. Vickers es el tipo de personaje al que el público odiará o amará, pero hay ciertos momentos en los que vemos su vulnerabilidad y empezamos a comprender cómo y por qué se convirtió en una insensible mercenaria. Esto convierte al personaje de Vickers en un contrapunto de Shaw mucho más interesante".

A Theron le atrajo el hecho de tener la oportunidad de explorar los épicos temas que plantea la película desde una perspectiva totalmente opuesta a la del resto de la tripulación. "Para Vickers, este trascendental viaje de dos años de duración hasta otro mundo se reduce únicamente a una cuestión económica. Su línea de pensamiento está basada prácticamente en la consecución de resultados financieros, dice la actriz".

Pero como sucede con multitud de cosas en torno a esta misión, el objetivo último de Vickers oculta misterios más profundos y tiene muchas capas. "Mi personaje es un enigma, y la incógnita que la rodea fue algo que me gustó mucho", dice Theron. "Vickers es una persona pragmática, que quiere desesperadamente controlar la situación. Dificulta todo lo que los demás pretenden hacer allí, y se hace evidente que, o bien tiene una agenda alternativa, o está escondiendo algo".

Su fría eficiencia podría llevarnos a calificar a Vickers de máquina, pero hay otro miembro de la tripulación, David, interpretado por Michael Fassbender, que sí que es, literalmente, una máquina; es un androide fabricado por la corporación. Aunque David posee una inteligencia extraordinaria así como otras aptitudes, su principal tarea en el Prometheus, dice Scott, es la de sirviente. "Básicamente, David se ocupa del mantenimiento de la nave, vigilando que todo funcione correctamente mientras los miembros humanos de la tripulación se encuentran en animación suspendida [estado que requieren dada la duración del viaje: dos años]".

No obstante, David es mucho más "humano" de lo que se podría esperar de una persona sintética. Lindelof aclara: "David está programado para ayudar a los tripulantes humanos, pero su opinión sobre la misión en concreto es que es ridícula porque él mismo ya se halla en compañía de sus creadores –los seres humanos– y no se siente en absoluto impresionado por ellos. Me atraía mucho la idea de inventar formas de demostrar el desdén de David de acuerdo con lo que le podía permitir su programación".

La combinación del intelecto de David con las anodinas directrices que tiene programadas, provoca algunos de los más sorprendentes momentos cómicos de la película. Cuando vemos a David por primera vez, parece un niño en el patio de recreo; pero en este caso el patio de recreo es la nave Prometheus. "Mientras el resto de la tripulación está en estado de animación suspendida, David se divierte jugando con las numerosas maravillas tecnológicas que posee la nave", dice Fassbender. E igual que un niño, David disfruta viendo la misma película una y otra vez. Su referente cinematográfico es la épica obra maestra de David Lean Lawrence of Arabia; David, al igual que T.E. Lawrence, el personaje interpretado por Peter O’Toole, es de muchas formas el idealizado concepto del hombre. Por otro lado, añade Lindelof, "Lawrence era un extraño en una tierra extraña. Se veía a sí mismo como un libertador. Y todo esta serie de ideas se ajustan perfectamente a David".

Además, la opinión que David tiene respecto a los miembros humanos de la tripulación también es en cierto modo la de un niño. "David es celoso y arrogante porque se da cuenta de que su nivel de conocimiento es muchísimo más completo y, por tanto, se siente superior a los humanos", señala Fassbender. "David quiere ser reconocido y recibir elogios por su eficiencia, sin embargo, nadie le presta atención. Los humanos no aceptan a David, y eso le ofende. Y al igual que un niño, David puede tomar decisiones muy imprudentes".

El personaje de Janek, el capitán del Prometheus, es descrito por Scott como un "viejo lobo de mar"; un oficial de navegación en el sentido más tradicional, y un macho alfa cuya misión principal es proteger la nave y a su tripulación. Sus anhelos y su vocación representan un drástico contraste con los vehementes objetivos de Shaw y Holloway y los deshonestos intereses empresariales de Vickers.

El actor británico Idris Elba, que interpreta a Janek, vuelve a colaborar con Scott, con el que había trabajado previamente en la galardonada película del director American Gangster. La formidable actuación y presencia escénica de Elba en aquella película impresionó muy gratamente a Scott, al igual que la mordaz interpretación que actor realizó del capo de la droga Stringer Bell en la serie The Wire y su papel del complejo oficial de policía que da título a la serie Luther.

Elba describe a Janek como "un eficiente oficial y navegante. Su profesión es su vida y la tripulación es su responsabilidad. Al final, toma una tremenda decisión que le define como ‘un hombre’".

Logan Marshall-Green interpreta a Holloway, compañero de Shaw, tanto personal como profesionalmente, en la búsqueda de respuestas a algunas de las más importantes incógnitas de la humanidad. Al igual que Shaw, Holloway está ansioso por conseguir dichas respuestas, pero en la creencia de que finalmente su investigación arrojará resultados muy diferentes a los que Shaw espera.

"Mientras Shaw es el corazón de la búsqueda, Holloway simboliza las agallas", añade Marshall-Green. "Yo creo que Holloway busca la respuesta a esas grandes cuestiones porque siempre le ha gustado enfrentarse a los límites. Holloway es excesivo en todo lo que hace, lo cual a veces beneficia al equipo y, otras, le perjudica. Pienso que lo que realmente le motiva es la emoción de la búsqueda".


Sobre la producción
Aunque Ridley Scott hace tiempo que utiliza los "nuevos trucos y juguetitos" disponibles en el ámbito de la realización cinematográfica, como las imágenes generadas por ordenador, también es famoso por su fe en filmar lo que él denomina "lo verdadero", es decir, rodar en sets absolutamente realistas. De hecho, dado que muchas de las actuales películas de género épico dependen enormemente de las imágenes digitales, Prometheus es toda una rareza: presenta un gigantesco mundo de ciencia-ficción en el que la mayor parte de los sets, objetos de atrezo y acrobacias de especialistas son de verdad. Esto proporciona una impresionante y tangible sensación de realidad, donde se suceden sets cada vez más impactantes. Como uno de los miembros del equipo de producción dijo: "Ridley construyó el patio de recreo alienígena más grande del mundo".

Tanto el equipo técnico como el artístico se quedaron absolutamente asombrados de los esfuerzos que realizaron el diseñador de producción Arthur Max y su equipo de artesanos. "Es difícil evaluar el impacto que te producía moverte por estos sets", señala Ellenberg. "Resultaba inspirador a muchos niveles. Hay muchas cosas triviales e instintivas que solo suceden cuando ruedas en sets realistas. Todo el mundo se comporta de modo más natural y orgánico porque el plató representa un fragmento de realidad. Todos los detalles de diseño estaban basados en referencias y conceptos del mundo real, así como en los principios del mundo que conocemos. Algunos principios pueden parecer muy elevados, pero también pertenecen a nuestro mundo. Y si lo que pretendes es sobrecoger al público y conectar con él, visceral y emocionalmente, los sets realistas son la única opción".

La producción se llevó a cabo en cinco escenarios de los estudios Pinewood, en Reino Unido, incluyendo el famoso "escenario 007" (uno de los mayores platós de Europa, con una superficie de, aproximadamente, 5.000 metros cuadrados). Ajustándose al limitado espacio de los estudios, los realizadores tuvieron que construir más de 16 sets en cinco escenarios, así como aumentar el tamaño del escenario 007 al menos en un tercio. La fotografía principal empezó en agosto de 2010, aunque el trabajo preliminar había comenzado mucho antes.

Arthur Max no solo diseñó las naves y vehículos espaciales sino también el paisaje del planeta hasta el que viaja la expedición y las estructuras y la nave que descubren allí. En cuanto a la nave Prometheus, Max dice que su intención era "hacer algo extraordinariamente vanguardista, representando a una emblemática nave espacial con la tecnología más puntera, necesaria para investigar las zonas más recónditas de la galaxia. Analizamos muchos diseños de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, y jugamos con dichos conceptos en el contexto de lo que el viaje espacial supondrá para la generación siguiente a la nuestra". Max trabajó después en los aspectos relacionados con la arquitectura interior de la nave, así como en el modo en que ello podía afectar a su apariencia exterior.

El puente de la nave Prometheus es un set formado por dos niveles, donde destaca la extraordinaria atención al detalle y la deslumbrante tecnología, incluyendo una gigantesca y envolvente pantalla de brillante cristal facetado en la parte frontal de la estructura. Probablemente el set más elaborado del Prometheus es el alojamiento de Vickers, que se asemeja más a un lujoso apartamento de la Quinta Avenida que al camarote de un vehículo interestelar. El espacio resplandece con mobiliario de diseño, tanto antiguo como moderno –incluyendo un piano Fazoili y candelabros Swarovski–, y también es una instalación sanitaria de avanzada tecnología que incorpora una unidad médica robotizada (Med-pod) capaz de tratar cualquier necesidad médica…, incluso una emergencia quirúrgica. Los translucidos robots que conforman esta unidad médica en forma de urna protagonizan una de las secuencias más determinantes del filme, mezclando acción, terror y susto de una manera que nunca antes se había visto en el cine. "Lo que sucede allí simplemente es lo peor que te puedes (o quizás no) imaginar", dice Rapace.

Otros sets de interior incluidos en el Prometheus son: un laboratorio, donde la tripulación lleva a analizar sus descubrimientos; la sala preparatoria, donde la tripulación se enfunda la vestimenta que necesita para desarrollar su cometido; los receptáculos de híper-sueño, donde David monitoriza a los miembros del equipo a lo largo de los dos años que dura su viaje a otro planeta; el comedor, con una sorprendente gama de elementos de alta tecnología; y los alojamientos de los miembros de la tripulación.

Entre los épicos escenarios que Max realizó para representar al planeta extraterrestre se halla la Pirámide, que en su interior contiene el Juggernaut, similar a la nave en forma de media luna que vimos estrellada en Alien, el octavo pasajero. Utilizando una serie de estancias, galerías y túneles que conectan entre sí las salas más amplias, y tras su perfeccionamiento en posproducción, el espacio resultó tan grande como el edificio del Empire State. Era tan enorme que algunos miembros de la tripulación se desorientaban por completo.

Fuera, en el plató de exteriores de Pinewood, Max y su equipo construyeron el garaje de Prometheus, uno de los tres sets ubicados bajo el cuerpo principal de la nave. Este gigantesco set alberga a los vehículos de la tripulación, que fueron construidos desde cero por el equipo de producción. "Teníamos que crear unos vehículos que de verdad pudieran conducirse sobre una superficie hostil, muy ondulante y rocosa", dice Max. "Necesitábamos un tipo de transporte lo suficientemente industrial como para operar en estos entornos pero que al mismo tiempo tuviera rasgos futuristas". Nos llevó once semanas fabricar estos robustos vehículos, que complementamos con tecnología de vanguardia, luces LED y asientos acolchados, todo ello subrayado con un resplandeciente acabado metálico.

Tras quince semanas en los estudios Pinewood, reparto y equipo técnico se trasladaron a Islandia para rodar las secuencias culminantes así como el prólogo de la historia. En la ciudad de Hekla, producción rodó escenas de acción y extrema emoción; mientras uno de los volcanes más activos de Islandia amenazaba con entrar en erupción. Algunas escenas adicionales se rodaron en una espectacular catarata de Dettifoss.

Enfrentándose a desafíos tan exigentes como los de Max se hallaba otra asidua colaboradora de Scott: la oscarizada diseñadora de vestuario Janty Yates. "Ridley fue tajante respecto a evitar los inflados trajes espaciales característicos de la NASA que el público conoce tan bien", señala Yates. "Ridley prefería un estilo rectilíneo, por lo tanto, combinamos distintos materiales con un novedoso diseño de traje espacial basado en la tecnología biomédica que se utiliza para reemplazar la piel, con el objetivo de fabricar un traje que pudiera proporcionar, de una manera creíble, ligereza, flexibilidad y comodidad en cualquier entorno extraterrestre. El vestuario de cada uno de los tripulantes constaba de dos tipos de traje (uno espacial y otro interior de neopreno), un arnés al que se adhería el casco y una mochila. Las instrucciones de Scott eran hacer un casco esférico sin puntos ciegos. Cada casco disponía de nueve pantallas operativas de video, luz y suministro de oxígeno, activado por dos ventiladores a pilas que los tripulantes llevan en la mochila. Exteriormente, el casco cuenta con un completo y operativo sistema de iluminación, así como con cámaras de alta definición con funciones de transmisión y grabación".

El atuendo que David lleva a bordo de la nave se asemeja al de los humanos, pero añadiendo ligeros matices para proporcionarle un aspecto más lineal. Theron viste un precioso traje de seda y angora de color plateado. "Vickers es la Reina de Hielo. Nuestra idea era hacer que su aspecto fuera en todo momento el más perfecto posible", indica Yates. Teniendo en cuenta el símil marítimo para Janek, Janty vistió a Elba con una embadurnada chaqueta de lona, que le daba la sensación de llevar muchos años al mando de una nave. Marshall-Green, en su papel de Holloway, muestra un atemporal y cómodo estilo casual a base de sudaderas, pantalones de tipo thai yoga y chancletas.

Las nuevas criaturas que aparecen en el filme son responsabilidad de Neal Scanlan, supervisor creativo de Diseño de Criaturas y Efectos Especiales de Maquillaje, y Conor O’Sullivan, supervisor de Prótesis. "Para mostrar la evolución de estas repugnantes criaturas nos atuvimos a criterios lógicos y biológicos", dice Scott. Scanlan añade: "Cada etapa del ciclo vital de una criatura tiene un propósito determinado. Dentro de nuestra xenobiología introdujimos nuevos elementos que no provenían precisamente de Alien, el octavo pasajero, pero que sí tienen un ADN semejante. Muchas de las referencias de Ridley se derivan de la naturaleza: plantas, vegetales, animales marinos y de otro tipo. No se ha inventado absolutamente nada".

Prometheus es la primera película de Scott rodada digitalmente y en 3D, formato cuyos desafíos técnicos y oportunidades estéticas ha asumido plenamente el realizador. Scott y Wolski utilizaron la tecnología para reforzar la acción y las emociones en los espacios reducidos, así como para proporcionar una perspectiva épica.

En su regreso a un género que contribuyó a definir, Ridley Scott continúa ampliando fronteras dentro de la narración cinematográfica, tanto visual como temáticamente. Como él mismo advierte, a Scott le interesa el "todo": desde la estructura del filme al casting, desde el decorado y el vestuario a las nuevas formas de contar una historia. Asimismo, mientras este célebre director te proporciona un susto de muerte, nunca pierde de vista el concepto de Cine, con mayúsculas. "Ver Prometheus", concluye Scott, "resultará una experiencia absolutamente sorprendente".