Se proyecta en el Festival de San Sebastián 2009.
Versión original con subtítulos en euskera o castellano.
Notas del director
Me llamo Fermín Muguruza. Soy un músico del País Vasco que en semana santa del año 2002 viajó a Palestina con una delegación europea para reivindicar los derechos del Pueblo Palestino y festejar el día de la tierra con ellos.
En colaboración con el Sound System italiano de 99 Posse, tenía la intención de participar en dos encuentros con músicos palestinos e israelíes en Jerusalén.
Nuestra llegada coincidió con una bomba en Tel Aviv que causó numerosos muertos y la consecuente reacción del ejército israelí que sitió al entonces presidente Arafat en la Mukata (Palacio Presidencial) de Ramallah.
Tras una reunión de urgencia, todas las facciones políticas palestinas nos pidieron que acudiéramos a Ramallah e hiciéramos de escudos humanos para salvar la vida de su presidente.
De los 500 miembros de la delegación, logramos entrar en la Ramallah sitiada y bajo el toque de queda 40 personas. Lo que viví y sentí en aquellos días, todavía me produce escalofríos. Lo que sí conseguimos fue que un pequeño grupo de gente entrara en la Mukata y permaneciera allí durante lo que más tarde se llamó "la batalla de Ramallah". Llamamos la atención de la prensa internacional y paramos algo que parecía inminente.
Desde entonces, siempre he pensado que si la guerra no permitió en aquel entonces que nos pudiéramos expresar a través de la música, algún día tendría que intervenir, como músico, en el drama diario de aquella tierra.
El año pasado, el técnico de sonido Angel Katarain, me recomendó que viera un documental titulado "Cruzando el Puente" del director Fatih Akin, y al día siguiente la cantante Anari me llamó para decirme que no me perdiera ese documental.
Tenían razón. Aquel documental me impactó. El músico Alexander Hacke se sumergía en la fantástica ciudad de Estambul en busca de fuentes musicales, influencias y diferentes perspectivas. A los pocos días comenzó el último ataque a Líbano. Entonces llamé a mi amigo, músico y productor cinematográfico, Antón Reixa. Le comenté con mucha excitación que teníamos que hacer algo, y que cruzando el puente, en este caso los checkpoints, debíamos capturar los sonidos de Palestina y mostrarlos al mundo. Le comenté como mi técnico Ángel Katarain disponía de un ordenador para registrar a los músicos en vivo y como podríamos entonces construir nuevos puentes de comunicación que rompieran ese mar de silencio.
Enseguida nos entusiasmamos con la idea, pero necesitábamos a otra persona que aportara su temple en la edificación de este proyecto. El director de los documentales "La Espalda del Mundo" o "Maquis, la Guerrilla de la Memoria", Javier Corcuera, era nuestro hombre. Lo conocí en la Comisión Civil Internacional por los Derechos Humanos que en 1998 visitó Chiapas, y a partir de entonces, hemos coincidido en multitud de ocasiones y eventos, siempre relacionados con la idea de que otro mundo es posible.
La película "Paradise Now" nos enseña al final de su trayecto, el brutal contraste entre la pobreza y desesperanza de los territorios ocupados y la opulencia y magnanimidad de Tel Aviv. Nosotros haremos el viaje inverso. Viajaremos desde los anuncios publicitarios y el neón de la capital hasta los barrios árabes marginados en el propio Israel. Atravesaremos los checkpoints para conocer los territorios ocupados de Cisjordania y acabaremos en el gran campo de concentración en el que se ha convertido la franja de Gaza.
Notas del realizador y co-guionista
Cuando me propuso Fermin Muguruza sumarme a la aventura de hacer esta película acepté inmediatamente. La propuesta era que diera forma cinematográfica al proyecto, conjugando el lenguaje del cine con el lenguaje musical. Fermin llevaba un tiempo preparando el proyecto con los músicos palestinos. Escribimos juntos el guión y en pleno proceso nos sorprendió la muerte del poeta nacional palestino Mahmud Darwish. Se detenía el corazón de Palestina. Su poesía nos acompañó y se convirtió en el hilo argumental del documental.
Luego vino el rodaje, el reto era contar una historia que reposara en la música y las letras de los grupos, es decir que ellos hicieran la película, que ellos fueran la película. La película se rodó en muy poco tiempo, apenas pudimos estar veinte días. Tuvimos suerte, aunque nos impidieron entrar en Gaza, para grabar con los músicos de esta ciudad. Sin querer las autoridades militares de Israel no estaban dando el final de la película. Ayman, un rapero de Gaza, vino a Ramala para que pudiéramos rodar con él.
Durante el montaje de la película llegó la noticia del inicio de los bombardeos a Gaza, y supimos que uno de los misiles había caído en casa de Ayman, el ejército de Israel mato a su padre y destrozó su casa. Me gustaría dedicarle este documental a Ayman y a su familia.
Esta es una película en defensa de la vida y contra la muerte. Los músicos palestinos nos llenan de esperanza. Quería aprovechar estas líneas para agradecer a todos los músicos el privilegio que he vivido al poder conocer los sentimientos del pueblo palestino desde su mirada. Sus canciones me acompañaran toda la vida, igual que la justa lucha del pueblo Palestino. Y como dice Mahmud Darwish: NO HAY TIEMPO PARA EL MAÑANA.