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  Amerrika  (Amreeka)
  Dirigida por Cherien Davis
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Ganadora del premio FIPRESI de la quincena de realizadores del Festival de Cannes 2009.

En Competicion oficial del Festival de Valladolid 2009.


Notas de la directora (Cherien Dabis)
Mi padre, que era inmigrante, necesitó catorce años para lograr un consultorio médico de éxito en EEUU, pero bastaron unos días para que todo se derrumbase cuando sus pacientes lo abandonaron durante la Guerra del Golfo de 1991. Aproximadamente en la misma época, los servicios secretos visitaron mi instituto para investigar el rumor de que mi hermana mayor, de 16 años, amenazaba con matar al Presidente. Como la mayor parte de los inmigrantes, mi familia llegó a EEUU esperando lograr el sueño americano. Pero lo que encontró fue algo totalmente diferente. Es precisamente esta lucha de los inmigrantes la que me empujó a escribir Amreeka.

Basada a grandes rasgos en la experiencia de mi familia, Amreeka se asoma a las vidas de una familia americana palestina que vive en el Illinois rural durante la invasión de Irak de 2003. Exponiendo las actitudes que el patriotismo de guerra aviva, la película resume la búsqueda humana de la aceptación y de la pertenencia; una búsqueda profunda y eterna, aunque en ocasiones difícil de alcanzar. Si bien la historia mezcla drama y comedia, el delicado equilibrio en la elaboración artesanal de la comedia se basa en que el humor esté directamente relacionado con la humanidad y la vulnerabilidad de los personajes.

Mi objetivo en la dirección de Amreeka era crear una sensación de autenticidad, realismo e intimidad. Me referí a autores como John Cassavetes, Mike Leigh, y Robert Altman como modelos por su técnica vérité. La película se rodó en un estilo semi-documental, cámara en mano, con un reparto integrado principalmente por árabes y árabe-americanos. En el trabajo con los actores empleé técnicas de improvisación para así lograr interpretaciones naturales y captar la honestidad de la emoción humana sin artificios. Además, el movimiento de los actores y de la cámara fue cuidadosamente planificado para que pareciera orgánico, natural y totalmente verídico.

La familiaridad y calidez de la casa de Muna en Cisjordania se consiguió mediante tonos lavados y cálidos que captan la paleta de colores tierra de Cisjordania, los verdes salvia, los rojos minerales y los marrones arena del desierto. Esto se representó en contraste con los rojos vibrantes y saturados, los azules y los blancos estériles de la región norte-centro de los Estados Unidos en el invierno. Los colores chillones y los blancos apagados representan la falta de familiaridad y de calidez del nuevo entorno de Muna.

La luz natural y fría del lúgubre centro-norte americano ilumina la dura realidad del mundo de Muna. Las siluetas solitarias y la oscuridad ofrecen una sensación de intimidad y de distanciamiento. El formato 2:35 garantiza que nuestros personajes siempre se ven en el contexto de su entorno. Raramente están solos en el encuadre. Pero, cuando lo están, el encuadre rectangular resalta la soledad y el aislamiento que sienten.


El reparto y los personajes
Con la historia ya firmemente decidida, a continuación venía la difícil tarea de encontrar los rostros adecuados que interpretasen esos personajes tan próximos al corazón de Cherien Dabis: "El casting de la película supuso un gran reto. Tuve que ir a todas partes. Recorrí Norteamérica haciendo castings en Nueva York, Chicago, Los Angeles, Dearborn, Toronto y Winnipeg."

"También viajé a París, y después por todo Oriente Medio a Amman, Beirut, Haifa, Jerusalén, Belén y Ramallah. Fueron seis meses de viaje realmente intensos. Pero siempre supe que el éxito de esta película dependía de encontrar los actores adecuados".

"Es una película impulsada por los personajes, su energía viene de la interpretación. Sabía que ésta es una película que al final triunfaría o fracasaría por la interpretación. Por ello, desde el principio tuve claro que no iba a parar hasta encontrar el reparto perfecto."

El personaje de Muna Farah era particularmente importante de conseguir. "Muna es adorablemente ingenua, aunque llena de recursos y de esperanza. Es un personaje realmente especial, basado a grandes rasgos en una persona a la que quiero enormemente. Creo que ese amor lo hizo incluso más difícil en cierto sentido, porque tenía que encontrar la persona adecuada que aportase la energía, el alma, el espíritu, y el carácter adecuados que yo buscaba". Dabis encontró a la Muna perfecta en Nisreen Faour, en la zona norte de Palestina: "Me puse en contacto con la actriz y directora de casting palestina Iman Aoun, responsable del casting de mi cortometraje y que también había participado en él como actriz. Ella fue quien me habló de Nisreen".

"Vi fotos de ella por Internet, y pensé que era magnífica. Así que la llamé por teléfono, vino, y leyó el guión. Desde el comienzo me cautivó su vida interior, esa especie de dulzura, de amabilidad, y esa capacidad de asombro casi infantil. No sé cómo expresarlo de otro modo, pero había algo en ella tan jovial y, al mismo tiempo, podía ver en sus ojos la profunda tristeza de su experiencia vital."

"Había una especie de hermosa mezcla de melancolía, pero también de esperanza, como si fuese alguien que realmente deseaba vivir, pero que se encontraba atrapada en una situación en la que simplemente se dejase llevar. Eso es. Todos la adoramos. "

La propia Nisreen desde el principio creyó en el personaje de Muna, y encontró muchas cualidades en ella con las que relacionarse personalmente: "Muna es muy optimista. Es un ser humano puro. Le gusta la vida, y ha sobrevivido a la vida en Ramallah y en América. Quiere lo mejor para su hijo. Fue educada para ser amable con todo el mundo. Es una persona solitaria, pero quiere de verdad vivir. Es una persona encantadora."

En Amreeka, el hijo de Muna es Fadi Farah. Cherien Dabis encontró el actor ideal en Melkar Muallem: "Lo que realmente me sorprendió de Melkar es que es inusualmente inteligente para su edad. Entiende tantas cosas acerca del mundo, en parte por el hecho de vivir en donde vive, en Ramallah. Vive bajo la ocupación y comprende qué es y lo que significa.

"Él también era un chaval que realmente quería vivir. Pero no quería ir a América, quería ir a Canadá. Así que el hecho de que rodásemos en Canadá le pareció incluso más atractivo. "

"Transmitía una sensación de enfado, aunque contenido, que realmente me gustaba, y al mismo tiempo tenía algo político, aunque reprimido. Ves que es un crío, pero con una gran madurez, y también puede ser un hombre, que es lo que yo buscaba para la relación entre Muna y su hijo Fadi. "

Melkar Muallem quería formar parte de Amreeka para influir positivamente en los estereotipos respecto a su cultura.: "Quería cambiar la visión que tienen los americanos sobre los palestinos. Piensan que todos somos terroristas, y que desde pequeños nos enseñan a hacer bombas. Eso es totalmente falso; simplemente somos seres humanos como los demás, y aprendemos las mismas cosas en el colegio. Pienso que hay gente buena y gente mala en todas partes."

La tía de Fadi en la película es Raghda. Es la hermana de Muna, y emigró a América muchos años antes que lo hicieran Muna y Fadi. Cherien Dabis se encontró con Raghda en el Festival de Cine de Berlín, donde Dabis mostraba su cortometraje. Hiam Abbass, una palestina criada en Israel antes de trasladarse a Londres y finalmente a París, era uno de los miembros del jurado. Se juntaron, empezaron a hablar del guión, y Abbass se involucró desde ese mismo momento.

Hiam Abbass describe porqué quería formar parte de la película: "Me gustan este tipo de guiones porque de verdad están en contacto con el lado humano de personas que viven su vida pero, al mismo tiempo, en el contexto de una película acerca de la emigración, y acerca de cómo la experimentan. La historia trata de su viaje humano dentro de un período de tiempo en su vida. Cada personaje interpreta el papel de ese viaje humano y simplemente empatizas con él y con lo que tiene que vivir en ese período de tiempo."

"Se plantea la cuestión de su integración, cuando la sociedad realmente no les invita a ello demasiado. Especialmente si eres palestino, especialmente si vienes de ese país, ¿cómo integrarte en una sociedad que en realidad no quiere tenerte ahí? A veces, en la mente de la gente se produce tal confusión entre religión e identidad, religión y nacionalidad... si eres árabe, eres musulmán. Es una visión parcial que les impide ver los aspectos de tu humanidad."

Yussef Abu Warda interpreta el papel de Nabeel, el marido de Raghda. Para este actor de teatro de Haifa en Israel/Palestina, ésta es su primera interpretación en inglés. El hecho de vivir en un lugar que en ocasiones se denomina Palestina y en ocasiones Israel hace que entienda perfectamente la sensación de no-pertenencia de su personaje Nabeel.

"Mi personaje es un forastero en su hogar, dentro de su familia es también en cierto modo un extranjero. Es una persona que quería tener éxito en su profesión como médico, ha dedicado todo su tiempo a la profesión, y yo creo que por ello ha perdido un poco la conexión con su familia, con sus hijos, con su esposa. Porque está ahí cuando está trabajando, pero está ausente cuando está en casa. Así que está un poco perdido."

En Amreeka, una de las hijas de Nabeel y Raghda es Salma, de 16 años, papel que interpreta Alia Shawkat. Nacida en EEUU de padre iraquí, Salma también percibe los estereotipos asociados a los árabes. Especialmente cuando su primo Fadi se traslada a Illinois y comienza a asistir al mismo instituto.

"Es una historia que habla de pruebas y adversidades familiares. Las chicas están creciendo, Muna intenta conseguir un trabajo, y hay muchos desafíos a los que responder. Y, encima, el país está en guerra. Creo que simplemente intenta mostrar cómo todo ello afecta al país y a las familias."

"Toda esta familia se ve inmersa en la confusión provocada por lo que está sucediendo en el mundo y, tristemente, la gente te juzga por ello. Ya sabes, si eres de Oriente Medio, puede suceder cualquier cosa en Afganistán y, simplemente porque tú eres de Oriente Medio, van a juzgarte por ello. Juzgamos a la gente y nos posicionamos con demasiada rapidez. Creo que debemos ser capaces de mirar más allá, y creo que esta película nos ayudará a mostrar que también somos seres humanos – y no esas figuras negras y lejanas de Oriente Medio."


La inspiración
Amreeka es una historia que conocen bien muchos inmigrantes que llegan a Norteamérica en busca de una ‘vida mejor’. Como ocurre con tanta frecuencia, sienten nostalgia del ‘hogar’, al tiempo que se esfuerzan por encajar y encontrar un sentido de pertenencia en su nuevo país. La película se basa a grandes rasgos en la experiencia de la directora/guionista Cherien Dabis y su familia palestino/jordana.

"Cuando me preguntan de dónde soy, para mí siempre es una pregunta confusa," explica Dabis. "Mis padres inmigraron a los EEUU antes de que yo naciera. Nací en Omaha, Nebraska, y crecí en el Ohio rural, pero regresábamos a Jordania todos los veranos. No era suficientemente americana para los americanos, ni suficientemente árabe para los árabes. O, al menos, así lo sentía yo. Por eso, nunca me sentí ‘en casa’ en ninguno de los dos sitios. Mi propio deseo de encontrar un lugar al que llamar hogar, un lugar al que perteneciese... siempre formó una parte importante de mi identidad. Además, como palestina, heredé la crisis de identidad de mi padre de no tener una nación ni una identidad nacional, lo que vino a exacerbar mi sensación de no pertenecer en ningún sitio."

Creciendo en un pueblo de Ohio, la sensación de Dabis de no encajar totalmente se hizo aún más evidente en la adolescencia. Esto plantó la semilla de la inspiración para esta joven cineasta en ciernes.

"Durante la primera Guerra del Golfo, se nos tomó por chivos expiatorios. Diariamente recibíamos amenazas de muerte, y los servicios secretos llegaron a venir a mi instituto –tan grave era la situación- para investigar el rumor de que mi hermana mayor, mi hermana de 16 años, amenazaba con matar al presidente. En aquellos momentos yo tenía 14 años, y de algún modo retomé todo lo que había aprendido en mis viajes entre Oriente Medio y los EEUU, y las noticias que escuchaba en los diversos canales de noticias que recibíamos a través del satélite, y entonces empecé a preguntarme qué es lo que nos estaban contando. Empecé a ver que los medios de comunicación no hacían sino perpetuar los estereotipos que me estaban afectando directamente en el instituto, a mí, y a toda mi familia, en este pueblo de Ohio."

La experiencia enseñó Dabis a ser mucho más cauta con los medios de comunicación pero, además, Dabis empezó a prestar atención a las películas, y a fijarse en cómo representaban a los árabes en particular: "Si aparecíamos en las películas de Hollywood, siempre éramos terroristas. Siempre éramos los malos. Nunca veía que se representase a los árabes como gente normal, humana. Y, desde luego, no veía mi experiencia en ningún sitio, así que decidí que tenía que contribuir a ir cambiando eso con el tiempo, a través de muchas encarnaciones distintas."

"Probé con diversos medios de expresión creativa, y el cine me pareció el lenguaje de emoción universal mediante el cual puedes llegar a la gente de un modo que no te permiten ni los artículos de prensa ni los documentales, por ejemplo. Creo que cuando empleas un fino velo de ficción, la gente está más dispuesta a sentarse y relajarse, a bajar la guardia y realmente impregnarse y dejarse llevar por la historia. Eso es lo que de verdad me atrajo hacia la realización cinematográfica narrativa."

Mientras que la sensación de exclusión de Dabis como adolescente alimentó su deseo de hacer cine, fueron los acontecimientos mundiales que se sucedieron una década después los que provocaron que comenzara a escribir su largometraje:

"Mi experiencia como adolescente de 14 años durante la primera Guerra del Golfo fue lo que realmente inspiró Amreeka, una historia que he llevado conmigo durante años. Cuando finalmente fui a la escuela de cine en Nueva York en septiembre de 2001, justo antes de los atentados del 11-S, los EEUU estaban invadiendo Irak de nuevo, y la historia se repetía. Yo escuchaba todas esas historias que hablaban de reacción contra la población originaria de Oriente Medio, y ahí fue. Ahí fue cuando me di cuenta de que había llegado el momento de sentarme y escribir mi versión árabe-americana sobre una mujer árabe que viene a América."


Desarrollo de la película
Por su inspiración, y por muchas otras cosas, Amreeka es una historia muy personal para Cherien Dabis. Incluso el título que eligió para la película – que significa América en árabe – está relacionado con su experiencia personal de niña. Dabis explica:

"Mis padres hablaban árabe en casa, por lo que yo no aprendí a hablar en inglés hasta que no empecé a ir al colegio. Al principio, me sentía muy confundida. En la guardería mezclaba el árabe y el inglés. Añadía terminaciones en i-n-g al final de los verbos en árabe, y en cierto sentido tenía mi propio lenguaje. Más mayor, me burlaba de mí misma diciendo que hablaba ‘Arabish’"

"Amreeka era mi única manera de encontrar un título en la lengua en la que me siento más cómoda hablando para una película que es realmente una unión de dos culturas, una película que describe mi experiencia y la experiencia de tantos otros inmigrantes de primera generación."

Cherien Dabis encontró un alma gemela cultural en la productora Christina Piovesan, de First Generation Films. Piovesan encontró a Dabis cuando buscaba un proyecto que reflejase su propia experiencia como hija de padres inmigrantes:

"Muchas de mis películas son películas extranjeras o películas culturales. Simplemente, es algo que me interesa" dice Piovesan. "Mi madre es palestino-libanesa y mi padre es italiano. Aunque nací y crecí en Toronto, me eduqué en un hogar culturalmente muy rico, principalmente árabe, así que eso es lo que buscaba."

Piovesan había desarrollado diversos proyectos de largometrajes y al cabo de un año de supervisar la producción de películas de otras personas para Telefilm Canada, se planteó hacer su primera película. Por su propia herencia, le motivaba contar una historia que reflejase la cultura árabe: "Decidí que quería ver más películas que reflejasen mis raíces culturales. Como mis padres no habían regresado a Oriente Medio desde que emigraran a Canadá en la década de los 70, nunca había experimentado la cultura de primera mano. Pensaba que hacer una película basada en ese mundo, acerca de la cultura, me daría la experiencia que tanto deseaba. Y así fue."

"Empecé a buscar a realizadores que fueran de Oriente Medio, árabes, o árabe-americanos, y encontré a Cherien en un artículo de una revista de realizadores. Le envié un e-mail, le pedí que me dejase leer su guión, y me encantó. A partir de ahí empezamos a hablar y, al cabo de 3 años.... aquí estamos."

Ya embarcada como productora, Piovesan se puso en contacto con el co-productor con base en Kuwait Al-Zain, Al- Sabah, un antiguo compañero de estudios en la escuela de cine USC. Piovesan esperaba que Al-Sabah le ayudase a aportar financiación de Oriente Medio: "Al abordar el plan de financiación, sabía que parte de los fondos tenían que venir de Oriente Medio. Como película trans-cultural, la empresa tenía que reflejar ese contenido. Tras llamar a muchas puertas, Zain nos llevó a Showtime Arabia y a los Estudios Rotana. Estos terminaron por pre-comprar la película para Oriente Medio."

"Con ayuda de la productora ejecutiva Alicia Sams, Dabis y Piovesan pidieron financiación privada de sponsors árabe-americanos. Una vez conseguida, Piovesan se puso en contacto con el socio de producción Paul Barkin, cuya experiencia ayudó a recopilar toda la compleja financiación internacional. Piovesan explica: "Necesitaba ayuda para cerrar los acuerdos porque, al ser mi primera película, la estructura de financiación era muy complicada – habiendo además varios socios de distintos países. Necesitaba a alguien que tuviese una sólida experiencia empresarial en la negociación de acuerdos."

"A continuación Paul nos condujo a Buffalo Gal Pictures. Yo ya había oído cosas maravillosas sobre Liz Jarvis y Phyllis Laing. Tras una fructífera búsqueda de exteriores para el rodaje, y teniendo en cuenta los insuperables incentivos fiscales que nos ofrecían, decidimos que íbamos a rodar en Winnipeg."


Contar la historia
A pesar de las dificultades para lograr que Amreeka alzase el vuelo y estuviera lista para la cámara, en el corazón de todo ello latía fuertemente un guión con un significado enorme para Christina Piovesan: "Ser capaces de contar una historia de una cultura en la que crecí es realmente emocionante. Es lo que conozco, y siento que formo parte de ello. La mayor parte de nuestros inversores son árabes o árabe-americanos, nos respaldan completamente, y tenemos la sensación de estar nutriendo una voz árabe-americana clara y fuerte que está trayendo consigo una representación positiva de los árabes en los medios de comunicación"

"En el corazón de todo ello está Cherien y su sueño. Como productora, la parte más emocionante para mí es ser capaz de respaldar a una artista tan involucrada y comprometida con su historia. Ha sido increíble ser testigo y formar parte de ello."

La historia que Cherien Dabis quería contar venía motivada por su propia experiencia familiar personal. Más específicamente, algunos personajes incluso se inspiraban en miembros reales de su familia, tal y como Dabis explica: "El personaje de Muna se basa a grandes rasgos en mi tía. Cuando emigró a los EEUU, yo tenía ya edad suficiente para ver su lucha. La película es la historia descorazonadora y reconfortante al mismo tiempo de una mujer que intenta con optimismo comenzar una nueva vida en un entorno en donde parece tenerlo todo en contra. Pero está demasiado llena de esperanza para ver las dificultades. Ésa es mi tía, la eterna optimista. Fue esa cualidad la que inspiró el personaje de Muna."

"Muna no sólo tiene que enfrentarse a lo que se enfrenta todo nuevo inmigrante, que es encajar en una nueva cultura y en un nuevo entorno. Además tiene que enfrentarse al azote de vivir en un país en el que hay estereotipos extremadamente negativos respecto a quién es y de dónde viene y en el que, como resultado de todo ello, el ambiente político no es demasiado amistoso".

Aunque la tía que inspiró a Muna inmigró a los EEUU desde Jordania, Dabis decidió situar el comienzo de la película en Cisjordania. "Muchos palestinos están abandonando Palestina a causa de la ocupación, que puede hacerte la vida insoportable. No hay libertad de movimiento. Hay muy pocas oportunidades. Las humillaciones diarias, la presencia militar, la agresión, los puntos de control, la burocracia... Quería mostrar todas esas razones por las cuales los palestinos se están marchando. "

"También quería contar la historia de alguien que se marcha pero que descubre que no encuentra un lugar mejor. Quiero decir, que lo que encuentra es mejor en cierto sentido, pero no encuentra un hogar, un sentimiento de pertenencia, que es lo que todos buscamos. Cambias unos problemas por otros. Pero no quería terminar la película en un tono deprimente. Quería mostrar que, al final, tu hogar estará ahí donde tú decidas que esté. El hogar es la familia. El hogar es la voz de nuestras madres al otro lado del teléfono. Quería que la película terminase con la sensación de que Muna iba a hacer todo cuanto fuera necesario por crear esa sensación de hogar para ella y para su hijo. Porque el hogar ha de ser el que queramos y ha de estar en donde decidamos que esté, especialmente si eres palestino. "


Realización de la película
Reflejar con precisión la cultura de Oriente Medio era una parte esencial en la realización de Amreeka. Cherien Dabis explica: "Muchas de las películas de Oriente Medio que se ven en las pantallas son torpes thríllers políticos en donde simplemente no hay ninguna conexión emocional entre el espectador y los personajes de la pantalla. Una de las cosas más importantes para mí en esta película era crear un sentimiento de intimidad y de autenticidad. Quiero que la gente salga del cine con la sensación de que nos conocen. De que acaban de celebrar la cultura con nosotros. Quiero que salgan sintiendo un cierto grado de familiaridad, como si dijesen: ‘nosotros también somos inmigrantes, nosotros también tenemos los mismos desafíos, las mismas luchas, hemos pasado por las mismas dificultades. Y, al final, quiero que los espectadores salgan con esperanza, sintiendo que estos estereotipos no son necesarios, que hay personas de Oriente Medio de todo tipo."

Mostrar la belleza cultural de Oriente Medio planteaba muchos desafíos para el rodaje de Amreeka, tal y como cuenta Christina Piovesan: "Teníamos cinco actores que venían de todo el mundo, y tres de Ontario. Vamos a rodar en Cisjordania. Es emocionante y estimulante, y esa va a ser también la parte que más esfuerzo va a requerir".

Para el diseño de Amreeka, tanto en Canadá como en Palestina, Dabis se puso en contacto con el Diseñador de Producción Aidan Leroux. Lo que le pareció más interesante fue la historia de las personas dentro de la película: "Me encantó Amreeka por el drama humano entre Muna y Fadi, y por su lucha por su identidad y sus creencias, abandonando Palestina para trasladarse a América."

La historia de Amreeka comienza en Cisjordania y pasa a Illinois cuando Muna y Fadi se trasladan a EEUU. El rodaje para evocar el aspecto del Illinois rural se realizó en Winnipeg. Si bien, en lo referente a Palestina, su aspecto único y especial obligaba a que no pudiese rodarse en ningún otro lugar salvo ahí. Por ello, una vez finalizada la producción canadiense se previeron cinco días de rodaje en Ramallah. Pero fue importante visitar los exteriores antes de que comenzase el rodaje en cualquiera de los dos continentes.

"Primero buscamos exteriores en Ramallah, lo cual fue bastante útil," recuerda Leroux. "La película comienza en Ramallah, y en cierto sentido marca el tono de Muna y Fadi y de lo que está intentando hacer por su hijo. Ya sólo arquitectónicamente, Ramallah es muy interesante. Es tan diferente de Norteamérica que marca el tono de toda la película. Ir ahí al comienzo y ver lo que después íbamos a rodar fue muy útil."

"Hubiese sido una situación desesperada intentar rodar Ramallah en Hamilton o en Toronto. Por eso el hecho de que estuviésemos allí, que pudiésemos usar todos esos colores como punto de partida, piedras y materiales neutros... porque muchos edificios están hechos de piedra. Hay cierta uniformidad y homogeneidad en el paisaje natural y arquitectónico que nos pareció muy interesante. La calidad de la luz es más cálida y agradable. Utilizamos todo ello como punto de partida y lo contrapesamos con más luz artificial en algunos de los edificios de tipo institucional en los EEUU, en los que utilizamos iluminación cenital fluorescente.

"Dividimos nuestros sets por la mitad, a muchos de los cuales yo los definiría como sets de tipo utilitario. Tenemos un aeropuerto, un banco, una escuela, un hospital, una oficina de policía... No estamos intentando embellecerlos demasiado. Los estamos dejando como son, centrando nuestra atención en la casa que tienen en Norteamérica y en el restaurante de Oriente Medio al que van. En éstos tenemos que aportar un elemento de diseño."

Cuando se trata del interior de la casa de Raghda y Nabeel, Leroux explica que tanto él como Dabis querían que pareciese auténtica, pero sin pasarse: "La casa era un set importante. Pensé que iba a ser un problema, porque encontrar en Winnipeg una casa con el tipo de muebles y decoración de Oriente Medio que Dabis quería iba a ser bastante difícil, y pensé que tendríamos que traerlo todo de Toronto."

"Nuestra estrategia fue buscar familias árabes en Winnipeg a quienes pudiera interesarles participar en nuestra producción. Encontramos una familia palestina de Ramallah, precisamente, lo cual fue una coincidencia interesante. Coincidía además que tenían tres hijas más o menos de la misma edad que las de nuestro guión. Habían decorado toda la casa y hasta se habían traído las cortinas de Ramallah, lo que hubiese sido bastante caro de hacer para nuestro departamento de arte."

"Así que era casi ideal, y además fueron enormemente amables. Eso nos ayudó mucho para lograr con éxito los matices."

Lo que dio más trabajo al departamento de arte de Leroux no fueron los sets con el aspecto de Oriente Medio, sino duplicar el restaurante popular de comida rápida americana. Leroux explica: "Cherien se aferraba a la idea del White Castle. Creo que todos intentamos convencerla de que cambiase de idea, porque con nuestro presupuesto no se podía construir un White Castle." Pero lo imposible se convirtió en posible, porque eso es precisamente lo que terminaron por hacer.

"Empezamos las conversaciones con White Castle probablemente dos meses antes de comenzar el rodaje, y nos costó algún tiempo empezar a entendernos con ellos. Tuvimos la suerte de encontrar un lugar bastante adaptable aquí [en Winnipeg]. Era realmente el lugar perfecto para adaptar y, entonces White Castle dio un paso adelante y nos envió un camión entero con material de White Castle de verdad, y así es como pudimos hacer un set muy interesante. Resultó bastante bien –durante todo el tiempo que estuvimos allí la gente se acercaba con su coche para encargar hamburguesas. Realmente parecía de verdad."

Por muy real que pareciese el White Castle, lo que perdura como más real para Cherien Dabis son las personas llenas de talento que ayudaron a convertir su sueño de realizar Amreeka en realidad: "Me siento tan cercana a todos los actores y a todos los personajes que a veces miro a la pantalla y pienso, ésta es mi familia. Si todo está funcionando tan bien es porque los actores han logrado a la perfección dar vida a cada uno de los personajes."

"Ensayé bastante con los dos actores protagonistas antes de la producción. Pero, desgraciadamente, no tuve mucho tiempo para los demás actores. En el set continuamos con el proceso de ensayos en la medida de lo posible. Y, a través de técnicas de improvisación, trabajamos juntos para ir más allá de lo que estaba escrito en el papel y lograr aún más realismo y veracidad en cada momento. Gracias a esa colaboración, ha habido muchas escenas que han salido mucho mejor incluso de lo que nunca hubiese podido imaginar."