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  Lourdes  Dirigida por Jessica Hausner
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Premios Fipresci, Signis, Brian y Sergio Trasatti, Festival de Venecia 2009. Sección Oficial, Festival Internacional de Cine de Toronto 2009.


Jessica Hausner (directora y guionista)
Jessica Hausner nació el 6 de octubre de 1972 en Viena (Austria). Estudió dirección en la Filmakademie de Viena, donde, en 1996, realizó su primer cortometraje, Flora, que obtuvo el Léopard de Demain (Leopardo del Futuro) en el Festival de Locarno. Inter-view, su proyecto de fin de carrera, recibió el Premio del Jurado de la Ciné-Fondation del Festival de Cannes en 1999. Dos años después, Lovely Rita, su primer largometraje, fue seleccionado para la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes. Esta película se distribuyó en veinte países. Su segundo largometraje, Hôtel, también fue seleccionado en 2004 en Un Certain Regard y galardonado en 2005 con el Gran Premio para la Mejor Película Austriaca en el Festival Diagonale 2005.

Lourdes, su tercer largometraje, ha participado en la 66.ª edición del Festival de Venecia, donde ha recibido los premios Fipresci, Signis, Brian y Sergio Trasatti.

Filmografía
1996 - Flora (cortometraje)
1999 - Inter-view (cortometraje)
2001 - Lovely Rita (largometraje)
2003 - Friendly Alien (documental)
2004 - Hôtel (largometraje)
2006 - Toast (cortometraje)
2009 - Lourdes (largometraje)


Notas de la directora

Lourdes, la ambivalencia y lo absurdo
La película Lourdes muestra, por una parte, la fe en un Dios bondadoso y eterno, y, por otro lado, la realidad caracterizada por lo arbitrario y lo efímero. Lourdes es un cuento cruel: un ensueño o una pesadilla. Enfermos y moribundos de todo el mundo visitan Lourdes para recobrar la salud. Esperan un milagro, porque es precisamente en Lourdes donde aún se producen milagros. Pero Dios parece un tanto caprichoso: da y toma en función de su humor, y sus caminos son impenetrables. En la católica Lourdes, los paralíticos sueñan con poder andar, los que están solos con tener amigos, los hambrientos con quedar saciados, pero la sensación de tener una vida truncada así como el deseo de plenitud son universales.

La felicidad, lo efímero y la esperanza
En Lourdes, el milagro le aporta a Christine un período de felicidad, una mejoría, pero, en definitiva, no la salvación. La promesa de salvación que ofrece la Iglesia tiene que ser pospuesta. El consuelo de los que no vuelven curados o que recaen está en el más allá. El deseo de curarse es el deseo de alcanzar la felicidad y conservarla: vivir una vida plena, completa, feliz y que tenga sentido. Así, Christine, desde el momento de su restablecimiento empieza a proponerse retomar sus estudios, crear una familia y aprender a tocar el piano. Pero la felicidad es efímera, va y viene, sin que eso tenga un significado especial.

¿Por qué no yo?
Una curación milagrosa es injusta. ¿Por qué una persona se cura y otra no? ¿Qué se puede hacer para curarse? ¿Rezar, como la madre de la joven apática; escoger la humildad, como Cécile, o, por el contrario, no hacer nada, como Christine?

No hay respuesta para estas preguntas: los milagros parecen arbitrarios, se producen sin lógica ni razón aparente. El milagro es fundamentalmente injusto pero no obstante es también una inmensa alegría para quien se cura. Sin embargo, una persona que, presumiblemente, ha experimentado una curación milagrosa, no tiene ninguna garantía de que su curación perdure. La curación ofrece una nueva oportunidad a Christine —que querría disfrutar de la vida—, pero comprende que su reciente felicidad puede acabarse en cualquier momento. Ella empieza entonces a buscarle sentido, a preguntarse si tendría que hacer alguna cosa especial para ser digna de su curación. ¿Qué habría que hacer para que el milagro dure? ¿Dios oye sus plegarias?

El milagro como paradoja
Ante todo, yo tenía la idea de hacer una película sobre un milagro. Los milagros representan una paradoja, una fisura en la lógica que nos conduce hacia la muerte. Esperar un milagro es en cierto modo la esperanza de que todo va a terminar bien y de que hay alguien que vela por nosotros. He investigado mucho para encontrar el marco adecuado para contar la historia de un milagro y me he fijado en el caso concreto de Lourdes porque yo quería destacar el hecho de que los peregrinos se dirigen allí con la esperanza de vivir un milagro. Se podría pensar que un milagro siempre es positivo: supone la repentina curación de una persona paralizada. Sin embargo, durante mi búsqueda de las historias de curaciones, he comprobado que las personas curadas han experimentado una recaída: el milagro no ha durado. Y en ello se encuentra un paralelismo con el lado arbitrario de la vida: algunas cosas nos parecen maravillosas, incluso milagrosas, y luego se convierten en horribles o simplemente triviales.

Lourdes
Mantuvimos varias conversaciones con monseñor Perrier, obispo de Tarbes y de Lourdes acerca de cómo representar a Lourdes. También hablamos de milagros con algunos teóricos. Lo más interesante es que los propios dignatarios católicos son conscientes de la ambivalencia del milagro. Nosotros nos planteamos todas estas preguntas y la Iglesia debería aportar una respuesta. La cuestión del sentido de la vida está en el centro de mi película, pero también lo está en el centro de las reflexiones de la Iglesia.

El lugar de rodaje y su marco son muy importantes para mí porque constituyen una forma visual de describir la sociedad. Para cada una de mis películas busco un lugar único, cerrado, aislado, que me ayude a desarrollar una narración. Necesito un lugar cerrado, pero también un vestuario en concreto porque me ayudan a construir la historia. En Hôtel, los personajes llevan el uniforme del hotel; en Lovely Rita, hay uniformes escolares, y en Lourdes, los uniformes de la Orden de Malta. Me esfuerzo en hacer a mis personajes menos singularizados, los concebía más bien como prototipos que forman un sistema, social o religioso. En mi película, intento describir un sistema en el que cada uno desempeña su papel. Me parecía interesante observar en este caso el interior de esa orden, en la que la gente no actúa sobre unas bases individuales sino en relación con las expectativas del grupo. Éste es el hilo conductor de mis películas: la relación entre el papel que desempeñamos en la sociedad y nuestra propia identidad. ¿Qué poder tengo? ¿Cuál es mi deber? ¿Quién soy y quién debería ser? Mis películas reflejan la idea de que no se puede encontrar una solución...




Un poco de historia
A partir del 11 de febrero de 1858, la Virgen María se le apareció dieciocho veces a Bernadette Soubirous en la gruta de Massabielle en Lourdes. El primero de marzo de ese año, durante la décima aparición de la Virgen, Catherine Latapie, que se encontraba presente en la gruta de Massabielle, resultó curada de forma inexplicable de una parálisis en un brazo. El año siguiente, el profesor Vergez, agregado a la Facultad de Medicina de Montpellier, se encargó del control de las curaciones. Así, se homologaron siete curaciones a lo largo de cuatro años y sirvieron como argumento para el reconocimiento de las apariciones por parte de monseñor Laurence, obispo de Tarbes y Lourdes. En los años siguientes, se produjeron con regularidad otras curaciones extraordinarias, hasta el punto de que Lourdes se ha convertido en sinónimo de milagro. En 1905, el papa Pío X solicitó que se sometiera a un proceso regular las curaciones más espectaculares. Se creó en Lourdes una Oficina Médica de los Santuarios que disponía permanentemente de un médico. La Oficina recibe las declaraciones de curación y decide si debe ponerse en marcha el expediente de autentificación —exigido por la Iglesia para reconocer un milagro—. El expediente se abre bajo la responsabilidad del Comité Médico Internacional de Lourdes (CMIL), que en la actualidad está formado por veinte miembros, eminencias en sus respectivas especialidades, que examinan los casos de curación declarados espontáneamente en la Oficina Médica. Los miembros del CMIL, científicos y médicos, están animados por la exigencia científica que rige sus prácticas. Se fundamentan en un expediente médico completo anterior y posterior a una curación, y examinan las curaciones cuyas probabilidades estadísticas son extremadamente reducidas y que no han obtenido las mejores terapias disponibles. Los casos en curso se exponen en la reunión anual del CMIL y se procede a un interrogatorio y reconocimiento completo del paciente en cuestión. Por consiguiente, una curación extraordinaria podría ser desestimada o explicada en términos médicos. En 2008, sesenta personas se han presentado en la Oficina Médica y se han declarado curadas. Desde la última reunión anual del CMIL, en noviembre de 2008, se han examinado cinco casos notables. Desde la creación de la Oficina Médica, se han presentado casi 7.000 declaraciones de curación, y la Iglesia ha reconocido hasta ahora 66 milagros. El reconocimiento de un milagro no es competencia del CMIL (un milagro no tiene definición médica) sino de la Iglesia. Para que sea calificada de milagrosa por la Iglesia, una curación debe reunir dos condiciones: que se haya efectuado de un modo extraordinario e imprevisible y que se produzca en un contexto de fe, como el de Lourdes. Para identificar si una curación tiene un carácter milagroso, una comisión de la diócesis —presidida por el obispo— en la que esté registrada la curación podría efectuar una evaluación colegial para determinar la forma en que se ha desarrollado dicha curación en todas sus dimensiones: física, psíquica y espiritual, tomando en consideración tanto los aspectos negativos (ostentación...) como los positivos (frutos espirituales...) generados por esta experiencia única.

Número de visitantes a Lourdes por país de origen en 2008 (Fuente: Comité Régional du Tourisme Midi-Pyrénées):

Francia - 431.635
Italia - 410.933
España - 85.550
Reino Unido - 57.066
Bélgica - 53.281
Alemania - 48.372
Estados Unidos - 24.591
Suiza - 18.962
Países Bajos - 18.255
Japón - 2.558
África - 1.219
Próximo Oriente - 658
China - 241
Otros - 10.179
Total - 1.323.500