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  Mad Max: Furia en la carretera  (Mad Max: Fury road)
  Dirigida por George Miller
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El oscarizado George Miller (Happy Feet, rompiendo el hielo) es el director de la película, en base a un guión escrito por él mismo junto a Brendan McCarthy y Nico Lathouris. Miller también ha producido la película junto a su compañero habitual en las labores de producción y nominado al Oscar® Doug Mitchell (Babe, el cerdito valiente, Happy Feet, rompiendo el hielo) y PJ Voeten. Iain Smith, Chris deFaria, Courtenay Valenti, Graham Burke, Bruce Berman y Steven Mnuchin ejercen como productores ejecutivos.

El equipo técnico creativo incluye al oscarizado director de fotografía John Seale (El paciente inglés), el diseñador de producción Colin Gibson (Babe, el cerdito valiente), la editora Margaset Sixel (Happy Feet, rompienso el hielo), la oscarizada diseñadora de vestuario Jenny Beavan (Una habitación con vistas), el director de segunda unidad y coordinador de escenas peligrosas Guy Norris (Australia) y el diseñador de maquillaje Lesley Vanderwalt (Señales del futuro).


Producción
"¡Que día! ¡Qué gran día!" - Nux

En Mad Max: Furia en la carretera, el director/guionista/productor George Miller da rienda suelta a un mundo sin rumbo a través de una Guerra de la carretera con una fuerza arrebatadora como solo él sabe hacer. El autor intelectual de la semilla que dio origen a la trilogía Mad Max ha ido mucho más allá de los límites del cine actual para rediseñar la belleza y el caos del mundo postapocalíptico que creó, y del mítico guerrero de la carretera sin rumbo que situó en él.

Miller siempre se había imaginado una película que fuese una persecución sin descanso de principio a fin: "Concibo las películas de acción como una especie de música visual, y Furia en la carretera está de alguna forma a medio camino entre un concierto de rock duro y una ópera. Quiero que el público salte de sus butacas y se sumerja en una persecución intensa y sin descanso y, por el camino, conozca a los personajes y los sucesos que dieron lugar a esta historia".

El productor Doug Mitchell, colaborador de Miller desde hace 35 años, afirma que la década de esfuerzos que ha costado llevar a la pantalla Mad Max: Furia en la carretera ha sido en sí misma una carrera estimulante: "George es increíblemente creativo, pero esa creatividad va acompañada de cierto pragmatismo. Un proyecto de esta magnitud solo puede hacerse realidad gracias a esa combinación de elementos, que posee de forma intuitiva. Hemos tenido que superar momentos muy complicados y otros súper divertidos hasta llegar a donde estamos pero, para mí, ha sido un privilegio maravilloso acompañarle en un viaje tan fantástico".

En el caso de Miller, el camino se remonta incluso más: A finales de los 70, recién acabada la carrera de Medicina, dejó salir a relucir su pasión por las primeras películas de acción y persecuciones del cine y se dispuso a definir él mismo el lenguaje visual puro de las mismas. A partir de sus experiencias como médico de emergencias, concibió la historia de una figura solitaria en un mundo desolado tras el hundimiento de la sociedad tal como la conocemos, y aterrorizado por bandas de carretera formadas por trastornados.

Miller indica: "Siempre me ha fascinado cómo evolucionan las sociedades, que a veces puede ser algo increíblemente inspirador y otras, perturbador. Cuando desnudas la complejidad del mundo actual puedes entrar en uno muy básico y sobrio, y contar historias que son básicamente alegorías".

Con un presupuesto muy limitado, Miller logró reunir toda una cohorte de motos y coches súper potentes, fichar a un desconocido Mel Gibson directamente de la escuela de interpretación, y lanzarse a las desoladas carreteras de las afueras de Melbourne (Australia) para grabar la salvaje energía de un conjunto cataclísmico de actuaciones en directo, realizadas por personas al volante de vehículos reales, corriendo a velocidad real.

Nico Lathouris, guionista de la película y amigo de Miller desde que iban a la universidad, e intérprete de Grease Rat en la primera película de la saga, nos cuenta: "En Australia tenemos una gran cultura del coche; el coche es prácticamente como un arma. George llevaba tiempo tratando a personas jóvenes que se habían visto implicadas en accidentes de coche tremendos y, en lugar de reflexionar seriamente sobre ello, había una tendencia a alardear de situaciones en las que había habido heridos de gravedad, o incluso muertos. Como médico, creyó que lo único que estaba haciendo era poner tiritas sobre una herida de mucho mayor calado, y esta historia fue su forma de llegar al corazón del problema".

Mad Max - Salvajes de autopista fue el resultado, se estrenó en 1979 y supuso todo un terremoto en esa cultura. Según fue creciendo la leyenda de Mad Max - Salvajes de autopista, Miller fue incrementando su particular marca de acción desenfrenada y creación de un mundo envolvente con las dos películas siguientes: la emblemática Mad Max 2, el guerrero de la carretera y la operística Mad Max, más allá de la cúpula del trueno.

En palabras del propio Miller: "Una de las ideas que guio la primera película de Mad Max, y que también guía Furia en la carretera, es la concepción que Alfred Hitchcock tenía de hacer películas que se pudieran ver en cualquier parte del mundo sin necesidad de subtítulos. Se trata de lograr lo mismo que las grandes canciones: da igual tu estado de ánimo, logran llevarte a un lugar exterior a ti mismo del que sales habiendo vivido una experiencia satisfactoria. Esa era la intención subyacente detrás de todas estas películas".

Los paisajes inhóspitos y devastados, la acción desenfrenada, los diálogos reducidos a su mínima expresión y un reparto caleidoscópico que Miller ideó para la trilogía de Mad Max crearon un género totalmente nuevo y sirvieron de inspiración para las creaciones de artistas de todas las especialidades. Tom Hardy, que interpreta a Max Rockatansky, protagonista de Mad Max: Furia en la carretera, nos declara lo siguiente: "Básicamente, George inventó la atmósfera postapocalíptica que vemos actualmente en tantísimos videojuegos y películas. Ese es el lienzo que él mismo diseñó, y sobre el que aún hoy sigue dibujando con todo lo que tiene a su alcance. Formar parte de esta película es como sentarse con George en su caja de juguetes. Su imaginación es tan extraordinaria que es como si estuvieras dentro de su cabeza, no en una película".

Charlize Theron, que encarna a un personaje nuevo dentro de la saga, la Emperatriz Furiosa, da fe de que, con esta película, Miller ha forjado una visión completamente nueva que destaca por sí misma, incluso a pesar del rico legado que arrastra: "Sin duda, con esta película George ha reimaginado un mundo al que quiere con locura. Todo el mundo puede entrar en él y vivir una experiencia espectacular. La película tiene pequeñas joyas para aquellos que hayan visto las películas anteriores y, a la vez, creo que Miller ha creado algo que tendrá una gran repercusión en una generación nueva que no creció viendo Mad Max. Eso es lo bonito de Furia en la carretera".

Nicholas Hoult, que interpreta al guerrero Nux, y pertenece a dicha generación, asiente: "Lo increíble de George es que puede crear algo gigantesco, y aun así sigue siendo algo realmente íntimo. Se ha puesto tanta atención hasta en las cosas más pequeñas de este mundo mitológico, que hasta el más mínimo detalle te contará todo lo que necesitas saber de los personajes y su entorno".

Es un universo que vive en la imaginación de Miller, y Mitchell nos indica que sus profundidades y dimensiones son inconmensurables: "Furia en la carretera no es más que la punta del iceberg. La superficie oculta mucho más que eso. George lleva muchísimos años imaginando este mundo, y aún hoy se le sigue revelando".

La misión de sumergir al público actual en el alocado futuro de Miller con Mad Max: Furia en la carretera atravesaría continentes y duraría más de diez años. Influiría en el talento de cientos de artistas para que diseñasen y construyesen un universo realmente postapocalíptico, desde la creación de 3500 storyboard a miles de artilugios y vestuario. Mediante una operación logística sin precedentes, la gigantesca producción se llevó al reparto, equipo técnico y 150 vehículos hechos a mano hasta el desierto de Namibia para montar una Guerra de la carretera en vivo durante 120 días mediante varias unidades.

En palabras de PJ Voeten, primer ayudante del director y veterano en la saga Mad Max desde Mad Max, más allá de la cúpula del trueno: "Lo más increíble de George es que está centrado y concentrado al 100% en la película. Es inagotable y pone muchísima atención a los pequeños detalles, y pone el listón tan alto que hace que el de todos los que estamos a su alrededor también se eleve".

Theron asiente: "Trabajamos sin descanso durante los seis meses que duró el rodaje de la película, pero trabajar en un reto tan grande y estupendo es la forma que George tiene de motivar. Ve posibilidades que nadie más habría imaginado".

La leyenda Mad Max se basa en las posibilidades del mundo real, y Miller y su equipo han exprimido al máximo las posibilidades de rodaje para poder elevar el listón. El propio Miller nos explica: "Todo en el mundo de Mad Max está intensificado, pero no es fantasía. Furia en la carretera ha supuesto la oportunidad de dar vida de forma más completa y con las posibilidades y la energía de las tecnologías más avanzadas. Hemos podido colocar las cámaras en lugares en los que antes habría sido imposible y moverlas entre el escuadrón gracias al maravilloso sistema Edge Arm, una especie de brazo giratorio robotizado. En el caso de peleas dentro de un vehículo, hemos podido colocar cables en los actores y borrarlos posteriormente por ordenador. Cuando ves a Max colgando cabeza abajo entre dos vehículos, era Tom Hardy de verdad. Cuando ves a Furiosa aferrada a él, era Charlize Theron de verdad la que estaba agarrada a Tom. Y cuando ves a Nux escalando por el frontal de un vehículo, era Nicholas Hoult de verdad.

Para Hoult, estas escenas eran adrenalina pura: "No hay nada como sentir el ruido de un motor V8 bajo tus pies mientras oyes camiones que rugen al adelantarte, mientras resuenan bombas que explotan y sale gente despedida por todas partes".

Hardy asiente: "Si crees que una escena es demasiado bestia, o una explosión demasiado espectacular, te prometo que todo ocurrió de verdad. Lo he visto con mis propios ojos. Todo eran escenas de acción desde que empezaba cada día, hasta que terminaba. Fue una locura increíblemente fantástica, todo cosecha propia de George".

Para el hombre origen de todo, algunas cosas permanecen inalterables: "Rodar accidentes de coche en el desierto tiene un componente de alegría bastante marcado y extraño. Hace que pierdas conciencia de ti mismo; te limitas a trabajar a base de instinto, lo que no quiere decir que no sea una locura", sonríe. "Pero, como dicen algunos, 'no hace falta estar loco para hacer una película de Mad Max, pero ayuda'".


El futuro es de la locura
"Al hundirse el mundo, todos nos derrumbamos a nuestro propio modo.
Fue complicado saber quién estaba más loco... yo, o el mundo entero". – Max

Han pasado 45 años del hundimiento del mundo. No impera la ley, no hay luz ni agua, ni piedad. En Mad Max: Furia en la carretera la civilización no es más que un recuerdo, y solo para unos pocos. Las mayores economías del planeta han quedado reducidas a la nada, las ciudades costeras han quedado devastadas y, al iniciarse las guerras por el control del agua y el petróleo, la comida se ha convertido en un bien escaso y el aire está envenenado. Lo que queda de la humanidad deambula por el páramo en forma de tribus o se aferra a la supervivencia a los pies de la Ciudadela, una fortaleza tejida en un sistema de cuevas en el que el agua se obtiene del único acuífero en kilómetros a la redonda. Al controlar las necesidades básicas, la Ciudadela y sus aliados, Gas Town y Bullet Farm, controlan el páramo.

Según Miller: "Cuando te adentras en un futuro empequeñecido y distópico, lo que estás haciendo en realidad es regresar a un pasado medieval. La gente se limita a sobrevivir. No existe el honor y queda muy poco tiempo para la empatía o la compasión, lo que da lugar a una jerarquía muy clara: la minoría poderosa está, literalmente, por encima de la mayoría, además de por encima de la moralidad. En este mundo aparece Max, que lo único que hace es intentar escapar de sus propios demonios".

Max Rockatansky apareció por primera vez en la película original de Miller, en 1979, y la repercusión mundial del personaje cogió por sorpresa hasta a su mismísimo creador: "Me di cuenta de que, inconscientemente, había creado el típico arquetipo clásico mitológico. A Max se le conoce en Japón como el samurái solitario Ronin. En Francia conciben la película como una especie de "western sobre ruedas" en el que Max es el pistolero solitario. En los países escandinavos se decía que Max recordaba a un guerrero vikingo solitario que deambula por el duro entorno".

Al fichar a Tom Hardy para el papel, Miller supo que había dado con un actor capaz de darle un realismo tangible al mítico personaje, y nos cuenta al respecto: "Es sencillo ser prudente como actor, pero algunos guerreros tienen su lado sentimental, que es exactamente lo que le pasa a Tom. No tiene miedo a nada. Estaba esperando que apareciese alguien como él, y estaba seguro de que encontraría en sí mismo el alma para su personaje".

Miller detectó en Hardy una energía impredecible que le recordó al día en que conoció a Mel Gibson, cuando le hizo el casting para interpretar a Mad Max, treinta años antes. El director prosigue: "Cuenta con un carisma surgido de la paradoja, y eso hace que sea emocionante verle actuar. Tom puede ser accesible a la vez que misterioso, fuerte, pero a la vez vulnerable. Tiene una amabilidad enorme, pero también desprende una gran sensación de peligro".

Hardy tenía mes y medio de vida cuando se estrenó la primera película, si bien creció siendo plenamente consciente de la leyenda del guerrero de la carretera. Una vez que se imbuyó del punto de vista del director, entendió que no se le pedía que revisitase al personaje sino que lo crease de 0. Según el propio Hardy: "El Max de Mel es un personaje emblemático pero cuando George me pidió que lo interpretase, inicié un trabajo mano a mano con él para dar vida a Max a partir de los sucesos que ocurren en esta película. Este papel es súper brillante, y ha sido un gran honor interpretarlo".

Aun así, Hardy contactó con Gibson para lograr su aprobación: "Comimos juntos, y estuvo muy bien. Me entregó 'la antorcha' del personaje".

Max Rockatansky, encarnado por Hardy, surge como un veterano de alguna guerra del desierto provisto de un conjunto de habilidades que le permite sobrevivir solo, tras haber entendido que el apego solo conlleva tristeza en un mundo tan hostil. El propio Hardy nos cuenta: "Max es una persona que solo quiere poder irse a casa. El problema es que ya no existe ninguna casa a la que irse. Lo único que hay es silencio, dolor y destrucción. Vive en un lugar en el que ha desaparecido la humanidad, y él sigue echándola de menos, pero el apego a otras personas es muy caro en un mundo así".

En la película vemos a Max contemplando el monótono e inerte vacío de los Llanos del Silencio en los que ha acabado gracias a su maltrecho Interceptor, último resto de su antigua vida. Hardy prosigue: "Ha sido testigo de innumerables traumas y horrores, y ha perdido todo lo que le importaba, pero incluso a pesar de que, en muchos aspectos, no merece la pena vivir su vida, existe un motivo para desafiar a la muerte. No estará preparado para morir hasta que no presencie la justicia mínima que resarza todo lo que le han arrebatado".

El momento se ve interrumpido por el rugido de motores de gran potencia cuando Max se ve rodeado de repente por una banda de saqueadores Hombres de la Guerra, que tienden una emboscada a Max para luego llevarlo de vuelta a la Ciudadela (la fortaleza más fortificada del páramo), donde se restauraría el coche y se entregaría a Max como ganado.

Es en la Ciudadela donde vemos a Furiosa por primera vez, cuya furia desencadenará la siguiente Guerra de la carretera. Fue la historia de Furiosa, mujer guerrera en un mundo que esclaviza a las mujeres, lo que hizo que Miller se embarcara en el proyecto de hacer realidad Mad Max: Furia en la carretera, y el director afirma que Theron ha logrado que su lucha haya quedado muy realista: "Charlize es una mujer muy fuerte, no solo físicamente sino también mentalmente pero, a la vez, se puede palpar su vulnerabilidad. No es una máscara. Charlize es sin lugar a dudas toda una mujer, pero este personaje no da concesión alguna para que sea femenina. Su vida ha estado repleta de tristeza y dolor, pero no queda tiempo para la reflexión. Lo único que puede hacer es seguir hacia adelante y ser fuerte, y Charlize tiene la pasión y la capacidad como actriz para hacerlo sin cortapisas".

Con Furiosa, Theron sintió que Miller había concebido una mujer alfa distinta a cualquier otra que hubiese visto hasta entonces, especialmente en un ambiente de acción: "Cuando George me dijo que quería crear un guerrero de la carretera que fuese mujer y fuese capaz de figurar al lado de su emblemático personaje como un igual, le creí, y no me ha defraudado. El material permitía que coexistieran dos personajes que no se enamoran el uno del otro y ni siquiera se hacen amigos; en un lugar así no hay sitio para relaciones de ese tipo".

Ese conflicto se volvió aún más explosivo al añadir a Hardy a la mezcla: "Es muy emocionante dar vida una dinámica de ese tipo teniendo en frente a un actor como Tom Hardy, con un nivel interpretativo tan alto", nos indica Theron. "Con él al lado sientes que debes estar a su altura".

Desde el punto de vista de Hardy, fue el sentimiento que Theron insufló a su personaje a pesar de los pocos diálogos y la acción prácticamente incesante, lo que dejó al actor anonadado: "Charlize es una grande. Hay muy pocos actores en este mundo capaces de realizar una interpretación tan tremendamente potente con una presencia tan notable, a la vez que muestran una gran vulnerabilidad".

Como Emperatriz de élite de la Ciudadela, Furiosa conduce el War Rig, una máquina motorizada de guerra y el vehículo más valioso al servicio del Señor del Páramo: Immortan Joe.

Al diseñar al complejo e imponente villano de la película, Miller tuvo en cuenta el nivel de habilidad, inteligencia y hambre insaciable de poder que haría que un personaje lograse no solo sobrevivir la espiral de muerte de la civilización, sino también prosperar. Immortan Joe encuentra la solución en el agua: Aqua Cola. Esa es la única divisa real en el páramo, y la usa para conseguir existencias de las demás: carburante de Gas Town y munición de Bullet Farm, además de para subyugar a la muchedumbre enferma y hambrienta que se ha trasladado a la Ciudadela.

Seguras en lo más alto de su fortaleza, en las habitaciones más protegidas desde las que Immortan dirige sus operaciones y escondidas en una cámara sellada se encuentran sus Cinco Esposas, su bien más preciado. Es consciente de que no hay opción para que su trabajada supremacía persista en ninguno de sus dos hijos supervivientes: Rictus Erectus, interpretado por Nathan Jones, un niño en el cuerpo de un hombre monstruoso; y Corpus Colossus, interpretado por Quentin Kenihan, una inteligencia madura atrapada en el cuerpo de un niño. Miller nos cuenta al respecto: "Ninguno de los dos es capaz de asumir el control cuando Immortan no está, por eso ha aprisionado a varias chicas jóvenes en una cámara de atmósfera controlada para dejarlas embarazadas y tener un heredero varón sano".

El director no tuvo que buscar demasiado para dar con el actor que encarnase el papel del Señor de la Guerra. En la primera Mad Max Hugh Keays-Byrne había encarnado al feliz psicótico Cortauñas. Por aquel entonces, el desenvuelto actor se había ofrecido voluntario para ayudar a conformar el reparto de la película y, con que Miller comprase unas bicicletas, él guiaría una ruta por carretera de tres días de duración desde Sidney hasta el set de rodaje de Mad Max, en Melbourne. Para regocijo de Miller, cuando llegaron a Melbourne Keays-Byrne ya había logrado transformar una banda anárquica de actores en todo un equipo ciclista.

Miller añade: "Ese era el carisma que necesitaba en grandes cantidades en Furia en la carretera. Hugh lleva una máscara durante toda la película, así que nadie lo confundirá con Cortauñas. Tiene una mirada extraordinaria, y una voz muy poderosa. Es una especie de gran oso de peluche encantador, y le aporta mucha simpatía a su personaje. Simplemente con la fuerza de su personalidad ya le aportó una nueva capa a la película. Sin duda aportó una gran energía a nuestros Hombres de la Guerra".

El Señor de la Guerra ha adoctrinado a los Hombres de la Guerra en la creencia inventada de que es un inmortal retornado para llevarles al paraíso guerrero de Valhalla, por lo que se lanzan a la carretera, a luchar, con fervor religioso. Su otra religión es el acero y los motores V8 y, como Black Fingers, se ocupan del escuadrón de guerra de Immortan, situado en el nivel medio de la Ciudadela, usando el Banco de sangre para prolongar sus semividas.

Keays-Byrne nos indica: "El Immortan te despellejaría vivo si no reconoces que es un dios. Si lo ves desde este punto de vista, está habiendo multitud de muertes por culpa de la contaminación del medio ambiente y él ha establecido un programa de abastecimiento, bancos de sangre, bancos de leche, hidroponía y cualquier cosa que permita que el ser humano sobreviva. Mantiene a sus Hombres de la Guerra al 100% gracias a sangre limpia ya que, de morir por una enfermedad, no podrían luchar en su defensa. Quiere a sus hombres, y eso es lo que hacen los dictadores".

El guionista Brendan McCarthy añade: "Es una especie de dilema moral. El Immortan está intentando salvar a la raza humana de su deriva genética actual, pero quiere hacerlo preservando su linaje, ya enfermo. Para ello, emplea métodos brutales y homicidas, y se inventa una religión para mantener a raya a los Hombres de la Guerra".

Nicholas Hoult es Nux, que ha alcanzado el mayor logro para un Hombre de la Guerra en su corta y debilitada vida: el prestigioso puesto de conductor, con su propio cochazo personalizado y un bloque de motor V8 escarificado en el pecho. Miller nos cuenta: "Todo el mundo en esta historia es una mercancía y, aun así, puede verse en Nux la inquietud propia de la juventud. Incluso a pesar de llevar una existencia bastante miserable y saber que morirá más pronto que tarde, es capaz de pasárselo muy bien, y Nick tiene esa misma energía de forma natural. Es un actor fantástico, con una disciplina enorme, fuerte y muy muy divertido. Nick destila esa exuberancia juvenil que logra hacerte comprender quién es este personaje".

Mucho antes de que empezase la producción de la película, Miller creó una web de acceso restringido en la que colgó vídeos de trajes, pruebas de escenas peligrosas y materiales de referencia para que los actores pudieran conocer las historias de sus personajes, lo que supuso toda una mina para Hoult. El propio actor nos cuenta: "Pude conocer a fondo por qué Nux siempre intenta mantenerse optimista. No sabe mucho del mundo; lo único que sabe es que solo tiene media vida. En el cuello tiene dos tumores, Larry y Barry, a los que trata como si fueran sus amigos a pesar de que le están matando. Su inocencia y entusiasmo son lo que le sitúa en el camino que toma en la película".

Todos los Hombres de la Guerra llevan la cabeza rapada, tatuajes, escarificaciones y todo el cuerpo pintado de color blanco, firma de Immortan, por lo que Hoult tuvo que raparse la cabeza y sentarse en el tráiler de maquillaje durante dos horas al día antes de que las cámaras empezaran a grabar: "Cuando tu aspecto físico cambia tantísimo, te resulta más sencillo explorar distintas partes de tu personalidad". Y, a pesar de que se lo pasó bien durante todo este proceso, admite envidiar la forma en que Theron lo sobrellevó: "Charlize entra, se engrasa la frente, y allá va ella. Yo me quedaba en plan 'tómate tu tiempo'..."

Theron confirma las palabras de su compañero: "Para mí solo era coger la grasa y ponerme manos a la obra". Como tenía que pasar tanto tiempo en el War Rig de Furiosa, la actriz llevaba consigo en el vehículo un estuche de maquillaje y un espejo de bolsillo para retocarse sobre la marcha.

Cuando Furiosa se desvía de la ruta planificada hacia Gas Town con su vehículo y su convoy, es evidente que sus planes son diferentes, y el reino de Immortan entra en cólera. Lo que realmente le enfurece no es perder a su Emperatriz, ni siquiera el War Rig... es el cargamento que llevan consigo. En la cámara en la que mantenía encerradas a sus Esposas solo queda Miss Giddy (Jennifer Hagan), una figura materna e institutriz para ellas, y en la pared hay escrito un mensaje claro: "No somos cosas".

Theron no cree que Furiosa haya realizado un acto heroico o compasivo. En palabras de la actriz: "Es una antihéroe en el sentido clásico de la palabra. Las imperfecciones humanas son su verdadero impulso. Creo que reacciona porque está harta de sentir que no vale nada como mujer en un mundo en el que las mujeres solo sirven para un solo propósito: procrear. Por eso le roba a Immortan su tesoro más preciado, ya que este le arrebató lo que era más valioso para ella al arrancarla de los brazos de su madre y deshacerse de ella. En mi opinión, su objetivo principal es que estos desgraciados no se salgan con la suya, y eso es lo que me encanta de ella".

Lathouris indica que los paralelismos entre Furiosa y Max no son una mera coincidencia. "Son muy parecidos, pues sus historias tienen mucho que ver. Ella también ha sufrido importantes pérdidas en su vida y ha convertido el sentimiento de dolor en venganza".

Immortan contraataca con todo lo que tiene.

Cuando suenan los tambores, Nux se encuentra en los Bancos de sangre, donde el mecánico Orgánico (Agnus Sampson) le está inyectando "sangre de alto octanaje" del nuevo donante universal de la Ciudadela, Max, a quien han despojado de todo lo que tenía y han colgado boca abajo, enmascarado y encadenado, para extraerle sangre e inyectársela a Nux mediante una vía intravenosa. McCarthy explica: "La única razón por la que mantienen a Max con vida es porque su sangre es válida, no cancerígena. La sangre es un elemento muy importante de la película, y el concepto de 'llenar' adquiere un nuevo significado, casi satírico. En la saga de Mad Max, los depósitos de los coches se llenan con gasolina y los Hombres de la Guerra se llenan con sangre".

Nux sabe que no le queda mucho tiempo, y la rebelión de Furiosa puede ser su última oportunidad para morir de una forma trascendental, y Max es la persona idónea para conseguir su propósito. En palabras de Hardy, "Nux quiere ser el que dirija la persecución, y para ello tiene que llevar consigo su "bolsa de sangre".

Hoult añade: "Nux necesita a Max, pero también lo utiliza para divertirse. Max está aterrorizado y destrozado, y eso le resulta muy gracioso a Nux; se lo está pasando en grande".

Max aparece en la Guerra de la carretera sujeto al capó de un bólido, desangrándose con cada latido mientras toneladas de metal chocan a escasos centímetros de su cara. El escuadrón de la Ciudadela, junto a brigadas capitaneadas por el líder de Gas Town (Richard Carter) y Bullet Farmer (John Howard), se desplaza a toda velocidad por la arena para alcanzar al War Rig y atacar desde todos los ángulos. En medio de todo este tumulto, Doof Warrior (iOTA) congrega a los escuadrones de la muerte y avanza por las llanuras con desgarradores alaridos de rock 'n' roll.

El escuadrón no es la única amenaza que se enfrentará al War Rig en el páramo: cada grieta, agujero, cañón o ciénaga están cargados de peligro, ya sea en forma del terror carroñero provocado por la tribu subterránea Buzzard o por los Rock Riders que acechan con un sigilo infinito en un cañón traicionero por el que deberán pasar los rebeldes. Incluso el cielo se cierne sobre ellos en forma de un explosivo tornado de polvo y fuego: la tormenta tóxica.

Después del tornado, Max sigue con vida, pero sigue cautivo del Hombre de la Guerra y ahora se encuentra en el mismo camino que Furiosa y las Esposas. La apariencia de estas es bella e inmaculada en contraste con la suciedad y desgracias que les rodean, pero él solo tiene ojos para el War Rig: su única oportunidad para escapar, pero primero tendrá que vérselas con Furiosa.

Tras un espectacular enfrentamiento, en el que ambos guerreros utilizan todas las armas y herramientas que tienen a su alcance, incluyendo a Nux y a las Esposas, los dos protagonistas se enfrentan en una lucha que acaba en empate. McCarthy comenta: "Max y Furiosa empiezan siendo rivales que quieren acabar el uno con el otro. Son como dos animales primitivos que están en su mejor momento físico, y en realidad son como dos gotas de agua".

Cuando se dan cuenta de que las probabilidades de supervivencia aumentan si aúnan sus fuerzas en lugar de provocar un enfrentamiento, Max y Furiosa forjan una paz algo inestable, e incluso Nux se ve arrastrado por su prisionero. Hoult nos explica: "Nux se dispone a matar a Furiosa y recuperar a las Esposas, pero su plan fracasa. Cuando parece que se ha dado por vencido a la hora de lograr su objetivo, de repente se forma una alianza que le devuelve la energía".

Para escoger a las cinco Esposas de Immortan, Miller trabajó con la directora de reparto, la estadounidense Ronna Kress, y la australiana Nikki Barret para reunir a un elenco internacional que contase con todos los niveles de experiencia interpretativa. El director veía a las Esposas como si fueran una melodía, y quería que cada protagonista aportara su propia nota. En palabras de Miller: "Las cinco Esposas son como el clásico MacGuffin de esta película, el elemento por el que todos se pelean. Era indispensable que te dejaran embelesado instantáneamente en mitad de esta persecución a través del páramo".

La actriz convertida en modelo Rosie Huntington-Whiteley, interpreta a la Espléndida Angharad, líder de las Esposas, y Riley Keough interpreta a la segunda al mando, Capaz. Zoë Kravitz encarna a la dura e inteligente Toast; Courtney Eaton a Cheedo la Frágil y Abbey Lee es The Dag.

Las cinco viajaron a Sidney para ensayar durante tres semanas y realizar pruebas de vestuario, trabajos de coreografía con la australiana Meryl Tankard y para profundizar en sus personajes a través de talleres con Nico Lathouris. Como parte de esta investigación también se reunieron con la dramaturga feminista Eve Ensler, quien ha trabajado en el Congo con mujeres que sufren problemas debidos a violaciones.

Esta reunión fue muy instructiva para Huntington-Whiteley, la única de las Esposas que se queda embarazada tras una violación. La modelo añade: "Eve Ensler estuvo fantástica; aprendimos mucho con ella. Espléndida es la líder y su personaje es extremadamente fuerte. Es como una madre para todas sus hermanas, pero tiene conflictos emocionales con su embarazo. Me informé mucho por mi cuenta y mantuve muchas conversaciones con Eve y George para averiguar cuáles serían sus sentimientos por el niño que se estaba gestando en su interior. Demuestra tener mucho valor, pero a veces es un poco imprudente, y creo que ese es su modo de expresar el dolor que le produjo Immortan y la posibilidad de que, al final, pueda sentir amor por su bebé".

Capaz, el personaje de Keogh, también tiene una faceta compasiva y tierna que aflora cuando encuentra a Nux en el War Rig en mitad de un intento fallido por detenerlo que le causaría la muerte. "Como las Esposas han visto a Immortan en su estado más vulnerable, Capaz sabe que no es esa criatura a la que Nux considera un dios. Cuando conoce a Nux, empatiza mucho con él y se da cuenta de que tiene un nuevo propósito; al final se preocupan el uno por el otro".

Hoult añade: "Nux ha crecido en un mundo intransigente, así que le resulta inconcebible que Capaz se preocupe por él y le escuche. Es como un cachorrito, pues a partir de ese momento se queda prendado de ella. Es la única persona que puede ver una posibilidad de que cambie su vida y abra su mente a algo a lo que no está acostumbrado".

En el otro lado del espectro se encuentra Toast, quien aspira a ser una guerrera como Furiosa. Kravitz comenta: "Estas chicas nunca han tenido que hacer nada por sí mismas, y ahora se ven obligadas a luchar por su vida. De repente tienen que protegerse las unas a las otras y a cargar armas para Furiosa, y Toast es la única que demuestra estar lista para salir a luchar. No hay tiempo para pensar ni para hacer conjeturas, pues siempre habrá alguien que vaya a por ti".

Lee, modelo que realiza su debut cinematográfico en esta película, llamó la atención de Miller en las pruebas de reparto para realizar el papel de The Dag. Para hacerse una idea del talento de los actores, el director le pidió a las posibles Esposas que interpretaran una escena de una película de cine o televisión en lugar de leer una línea del guion. Miller desvela lo siguiente: "Cuando alguien escogía un fragmento demasiado rítmico de la televisión, o una escena cómica como la del loro de Monty Python... este tipo de decisiones me transmitían mucho de lo que esa persona podía llegar a lograr a la hora de interpretar un papel.

Lee fue la única que eligió Monty Python, así que se convirtió en la "graciosilla" del grupo. "The Dag representa la vertiente cómica de la película", indica Lee, quien creció con la cultura de Mad Max, al haber nacido en Australia. "Tiene una cara oscura que le aporta un toque cómico; es su mecanismo de defensa. Su nombre proviene del término inglés daggy, una palabra entrañable que define a alguien algo descentrado o torpe. A simple vista parece una persona nerviosa, pero esto se debe a que permanece activa porque es consciente en todo momento de todo lo que sucede a su alrededor".

Una escena del rodaje se volvió demasiado real para Lee cuando sufrió un ataque de pánico al ver cómo Keays-Byrne corría hacia el War Rig caracterizado como Immortan Joe, su personaje. Miller recuerda: "Me dijo que al ver a Hugh caracterizado por primera vez le transmitió una sensación terrible. Hugh es así, aunque es una persona adorable, cuando te mira con esos ojos tras la máscara tiene un aspecto salvaje".

Eaton, quien tenía tan solo 16 años durante el rodaje, interpreta a Frágil, la más joven e ingenua de las Esposas. La actriz describe así a su personaje: "Frágil no ha visto nada del mundo exterior, pues nació en la Ciudadela y no ha salido nunca de ese entorno, por lo que le afecta muchísimo. Lo único que quiere es volver a sentirse estable y segura, tener agua y comida y no tener la sensación de que va a morir. Es como una persona a la que maltratan pero que siempre vuelve a su maltratador".

En palabras de Miller: "Todas las Esposas son vulnerables porque nunca han estado en el páramo, y, como dice Furiosa, 'aquí fuera todo duele'. De todas, Frágil es la más vulnerable, pero encuentra su fuerza en esta historia".

Frágil es la que está menos por la labor de encontrar un exuberante oasis que Furiosa recuerda haber visitado durante su niñez, y donde cree que las Esposas y el niño de Espléndida tendrán una vida mejor. "Furiosa no se ha vuelto loca como Max", recuerda Miller. "Está muy quemada, pero tiene una última oportunidad para lograr que estas jóvenes que aún conservan la esperanza puedan escapar atravesando el páramo. Quiere llevarlas a este lugar que recuerda de su niñez para darle algo de sentido a su propia vida".

Como Max, Furiosa no confía en nadie al principio, pero, debido a determinadas circunstancias y por necesidad, no le queda más remedio que confiar un poco en él. Según Theron: "Furiosa se desvía de su camino cuando se encuentra con Max. De repente se ven enganchados el uno al otro en un lugar desesperanzador intentando encontrar un camino hacia la esperanza".

Hardy opina que: "Max y Furiosa son muy parecidos, pues al final desarrollan un espíritu afín. Preocuparse por alguien o por algo puede resultar algo peligroso, y eso es precisamente lo que les sucede. Esta historia no es precisamente de amor, pero ambos suscitan en el otro una sensación mediante la que resulta esencial que exista una conexión para que puedan seguir adelante".

A medida que Immortan desata el mismo infierno para recuperar lo que es suyo, Max realiza a un contraataque para mantenerle a raya y lograr que el War Rig continúe su camino. "Max se da cuenta de que hay un sentimiento de unidad y unos lazos que unen a este pequeño grupo y que están en una misión importante que le permite sentirse algo despejado por primera vez en mucho tiempo", comenta Hardy. "En un mundo en el que la supervivencia es lo más importante y en el que no puedes aferrarte a nada más, los momentos más humanos son excepcionalmente profundos".

Lathouris indica que estos momentos de humanidad que Max experimenta propician que se sienta parte del grupo, y no apartado del resto, y precisa que "Max se ha pasado toda la vida huyendo de la mejor parte de sí mismo, pero en el War Rig se encuentra de frente con ella, y resulta ser Furiosa. Al principio quieren acabar el uno con el otro, pero al final Max está dispuesto a sacrificar su vida por ella y por su causa. El amor puede reparar lo que está roto en Max".

El director opina: "Podemos ver cómo evoluciona y se convierte en una persona más noble y responsable. Llegamos a ver incluso de lo que es capaz la mejor parte de sí mismo, algo que Furiosa ya ha logrado, pues su determinación es implacable. Esta aventura por poco le rompe el corazón, pero juntos encontrarán una forma de luchar contra el caos de este mundo y encontrar algo parecido a la redención".


El regreso de una leyenda de la carretera
"Yo seré quien os haga resurgir de las cenizas de este mundo". – Immortan Joe

En la imaginación de Miller, Mad Max: Furia en la carretera se desarrollaba desde el principio como una narración visual. En lugar de escribir un guion tradicional, el director se puso en contacto con Brendan McCarthy, un dibujante de cómics especialista en animación y artista que llevaba años enviándole sus trabajos. Lo que comenzó como una colaboración limitada al arte conceptual acabó con Miller pidiendo a McCarthy, entusiasta confeso del guerrero de la carretera, que le ayudase a elaborar el guion.

McCarthy se mostró asombrado por la propuesta. "Le pregunté si era consciente de que no había escrito ningún largometraje importante antes", recuerda McCarthy. "George se encogió de hombros y dijo: "No te preocupes; yo sí". Así que nos pusimos a trabajar en la historia como dos locos dentro de la Cúpula del Trueno. Como aficionado a las películas originales, fue maravilloso ver cómo un nuevo Mad Max tomaba forma ante mis ojos. Nos remitimos una y otra vez a los pilares de la saga, conscientes de que la película tenía que entrar en los cines a pleno gas. Sabíamos que no podíamos defraudar a nadie".

A la acción se unieron otros dos artistas, que tomaron las imágenes en miniatura de Miller y McCarthy y las convirtieron en auténticas obras de arte: Peter Pound, una "mente mecánica" con un talento especial para el movimiento y las características de los automóviles que se convertiría en director del diseño de vehículos; y Mark Sexton, cuyos antecedentes científicos y habilidad para construir mundos le llevaron a encargarse del guion gráfico. Casi un año después, el equipo creativo había empapelado la sala de conferencias del estudio de Miller con un guion gráfico compuesto por 3500 paneles, en lo que suponía el primer borrador visual de Mad Max: Furia en la carretera.

Miller fichó a Nico Lathouris para que realizase un análisis dramatúrgico de la historia, aunque no tardó en pedir a su antiguo colaborador que se uniese al equipo de guionistas. "Creo que, de forma intuitiva, George ha encontrado un filón relacionado con la psique humana en la historia de Mad Max", afirma. "Más allá de la acción frenética de Furia en la carretera, en la película aparece una constelación de personajes con una íntima influencia mutua, y las profundas capas alegóricas del largometraje tuvieron un enorme peso a la hora de ajustar las fuerzas dramáticas que rigen tras ellos".

Otros tres miembros fundamentales del equipo de Miller trabajaron con él desde el primer momento, siendo partícipes de todos y cada uno de los giros que el proyecto dio en los diez años siguientes: PJ Voeten, Guy Norris y el diseñador de producción Colin Gibson. "De no haber contado con las habilidades de PJ, Colin y Guy no hubiéramos podido sacar adelante la película", reconoce Doug Mitchell. "Tampoco habría sido posible desarrollarla si George no hubiese invertido el tiempo necesario para escribir visualmente la historia. El guion gráfico permitió editar la película toma a toma, y se convirtió en la referencia utilizada en cada etapa de Furia en la carretera".

En los años siguientes, el círculo de colaboradores creció, incorporando a la diseñadora de vestuario Jenny Beavan, a la diseñadora de maquillaje Lesley Vanderwalt, a los supervisores de efectos especiales Dan Oliver y Andrew Williams, y al supervisor de efectos visuales Andrew Jackson.

El oscarizado director de fotografía John Seale estaba a solo un mes de tomarse una merecida jubilación cuando los realizadores le invitaron a incorporarse al equipo. "Después de todo, eran Mad Max y George, así que no tardé mucho en decidirme", afirma Seale. "Me encanta trabajar con George. Es un hombre encantador. Estás en el desierto, con la cámara moviéndose de un lado para otro mientras un camión vuelca o explota, y el calor no acompaña... Entonces, pone la mano sobre tu hombro y te dice: "No te preocupes, Johnny, yo me encargo. Lo arreglaremos en posproducción"".

Miller pensaba rodar con una sola cámara; sin embargo, para la fotografía principal, Seale y su equipo utilizaron una media de tres o cuatro cámaras Arri Alexa Plus y entre dos y cuatro Arri M Steadicams simultáneamente cada día, junto con cámaras aéreas y para colisiones con tarjetas digitales recuperables. Además, Seale se ofreció voluntario para manejar su propia cámara, capturando imágenes a través del objetivo con zoom 11:1 de la "cámara de paparazzi", como la llamaba Miller. "Me encanta conseguir primeros planos", dice Seale.

También estaba el Edge Arm...

Desde las primeras etapas de desarrollo, Miller y su equipo de colaboradores debatieron las diferentes innovaciones que querían introducir en Mad Max: Furia en la carretera. Lo prioritario era resolver las limitaciones que Miller había experimentado con los vehículos de seguimiento para cámaras. Decidieron construir un buggy todoterreno y pedir a una de las empresas de cámaras que lo equipase. Antes de poner en marcha el plan, Voeten trabajó en otra película, donde descubrió una solución elegante y revolucionaria.

Voeten recuerda que "el sistema de Edge Arm ofrece la posibilidad de poner una cámara de forma segura en cualquier lugar, y permite obtener tomas realmente sorprendentes. En cuanto vi lo que podía hacer, supe que teníamos que utilizarlo en Furia en la carretera, y le hablé muy bien de él a George y Doug".

En una visita a Estados Unidos, Norris se reunió con Dean Bailey, de LAMotorsports, quien se ofreció a construir un camión de carreras todoterreno personalizado con motor V8 sobrecargado, además de una grúa para cámaras montada en el techo y giroestabilizada capaz de extenderse más de 6 metros, rotar 360 grados y con un rango de movimiento total en cualquier dirección. "Tras montar por primera vez, George se mostró entusiasmado, e incluso dijo que podíamos rodar toda la película con él", afirma Voeten. "Además, el Edge Arm hacía un trabajo brillante".

A Bailey le acompañaba un equipo de operarios, en el que Brooks Guyer y Michael Barnett dirigían por control remoto la grúa y la cámara incorporadas al vehículo, respectivamente. Los realizadores también colocaron por el desierto truggies (una mezcla de camiones y buggies) de radiocontroles independientes, equipados en este caso con cámaras de control remoto montadas en cabezales Libra para evitar desenfoques. "George presta mucha atención a la seguridad. Por eso, nuestro plan era que los vehículos rápidos tuviesen la menor tripulación posible", señala Voeten.

Miller pasó muchos días trabajando en las escenas peligrosas con el Edge Arm mientras dirigía la acción sobre la marcha a través de los monitores de vídeo situados en el interior de su cabina. "Es una máquina increíble", apunta maravillado. "Me hice adicto a ella... Te colocas en su interior y estás en medio de la acción, manejando la cámara como si fuera un videojuego. Para una película rodada fundamentalmente en tiempo real, disponer de un instrumento como este es extraordinario".

"George cayó rendido ante el Edge Arm, así que acabamos usando dos: uno en la unidad principal y otro en la de acción", confiesa Norris. "Estabas totalmente encapsulado en un vehículo todoterreno increíble que eliminaba todo peligro, y podías poner la cámara literalmente donde quisieras. Creo que rodé un 99 % de las unidades de acción con el Edge Arm".

Para crear la coreografía de las acrobacias, Norris descompuso los guiones gráficos en elementos escénicos para diseñar una acción envolvente con múltiples escenas de riesgo desarrolladas de forma simultánea y continua, de principio a fin. "Todo este tiempo trabajando con George me ha enseñado que hay que dejar que la acción avance todo lo posible hasta llegar a un final natural", comenta Norris. "El desarrollo simultáneo de todas las escenas de acción permite a George colocar la cámara libremente en cualquier lugar de la escena".

Miller dispuso tres reglas básicas, o estrategias de diseño, que se aplicarían en todos los niveles del diseño y la creación, empezando por el punto de partida de la película. "Imagínese que a partir del próximo miércoles todas las amenazas potenciales que aparecen cada día en las noticias empiezan a consumarse al mismo tiempo", explica el director. "Ahora, avancemos 45 años. La producción en masa ha desaparecido. Todo lo que existe en el páramo son objetos que han sido encontrados y reutilizados. Cada artículo, ya sea un arma, un par de gafas o el brazo mecánico de Furiosa, tiene que tener una lógica que explique su supervivencia al apocalipsis".

También era fundamental rendir tributo al instinto humano para la invención y el arte. "Que sea un páramo no significa que la gente no pueda hacer cosas hermosas", continúa. "He viajado por todo el mundo, e incluso las culturas más empobrecidas tienen un gran sentido de la estética. En nuestra película todo tiene una función, pero se fabrica con gran cuidado y de forma personalizada. Los objetos encontrados han sobrevivido en circunstancias donde los cuerpos humanos no han podido hacerlo, y por ello adquieren una importancia casi religiosa".

También señala que la experiencia Mad Max tiene escrito en su ADN un toque de humor demente. "Nos encontramos en un mundo oscuro y trastornado, y en la naturaleza humana está el manifestar cierta locura y un carácter jocoso en tales circunstancias. Hay cierta histeria, perfectamente descrita por la frase que pronuncia Nux en medio de una tormenta tóxica, mientras los vehículos vuelan por los aires. Para él, morir en ese tornado de polvo y fuego sería lo más hermoso que podría pasarle".

Estos tres preceptos constituyeron la columna vertebral del trabajo de cada uno de los equipos, que trató de armonizarse en un todo unificado. En opinión de Gibson, el primer paso era explorar el aspecto físico del entorno postapocalíptico. "Para George, esto era la acumulación de todos los apocalipsis posibles", afirma Gibson. "Teníamos el lienzo perfecto sobre el que trazar la historia: el acero negro y desgastado de un vehículo, con tonos de óxido distribuidos al azar en el vasto desierto de la nada. Sin embargo, no todo son coches maltrechos. La humanidad está sufriendo. Hay un cierto sentido de la entropía, que tratamos de manifestar a través de un uso moderado del color".

En el páramo de Miller, menos es más, y Gibson y sus colaboradores trabajaron duro para que pudiese rastrearse el origen de cada elemento hasta el momento del hundimiento. El diseñador de producción se sumergió en la compilación de una especie de biblia que Miller había comenzado a redactar para formalizar las historias, las jerarquías, los sistemas de creencias y los recursos de las diversas tribus que aparecen en el largometraje. En ella se recogería hasta el más mínimo detalle de su modo de vestir, actuar y hablar, además de las máscaras, las modificaciones corporales, la ropa, las herramientas, las armas y los vehículos.

"Hemos sufrido un terrible retroceso que nos ha llevado a una versión casi medieval del universo", dice Gibson. "Por ello, asumimos la aparición de la polarización y el fundamentalismo debido a la falta de recursos, la escasez y la ausencia de bienes, que hacen que una pequeña lata de refresco llena de combustible se convierta en un tesoro. Con el fin de dar veracidad a la película, decidimos utilizar chatarra real para crear todos los accesorios, los vehículos y otros elementos materiales, de modo que cada pieza fuese un reflejo de la idea del fin del mundo".

Vida y arte se fusionaban mientras los equipos de diseño reciclaban y fundían todo lo que tenían a su alcance para fabricar el mundo físico de la película, elaborando armas a partir de latas de refresco, neumáticos y cámaras; accesorios para vehículos con jarras de peltre y trofeos de segunda mano derretidos; y una colección de vehículos personalizados elaborados a mano a partir de las carrocerías de 350 coches recuperados del desguace. Según Gibson, en la Ciudadela, como en todo el páramo, se utiliza lo que hay a mano para cubrir las necesidades. "George dio una enorme importancia a lo que él denominaba "polimorfismo". El propósito era hacer que todos los objetos fuesen altamente eficientes y pudiesen adaptarse en función de las necesidades. Inicialmente, un palo se utiliza como lanza; al romperse, se convierte en una flecha de ballesta; luego, en una tablilla, un palillo de dientes y combustible para el fuego".

Uno de los aspectos únicos de la película son las lanzas con granadas, empleadas por los Hombres de la Guerra para perforar la armadura del War Rig. "Se trata de dispositivos explosivos con un detonador frontal. El departamento artístico consiguió dotarlos de gran belleza", apunta Miller. "Si uno se fija, es posible apreciar el gran trabajo que hay tras los mangos, llenos de borlas decorativas. No son solo armas; representan algo más personal".

El propio Gibson lo pasó en grande fabricando a mano armas rudimentarias cuya existencia pudiera resultar creíble en un futuro miserable. "Todas se elaboraron a partir de diferentes materiales reutilizados; así, los pulverizadores y los martillos neumáticos se convirtieron en pistolas o lanzallamas", apunta.

La diseñadora de vestuario Jenny Beavan disfrutó transformando en realidad las ideas que poblaban la imaginación de Miller, y lo hizo en parte porque tuvo que salir de su zona de confort. "He trabajado en muchas películas de época; sin embargo, hacer algo postapocalíptico te lleva a pensar de forma diferente. Embarcarse en algo así es maravilloso. A pesar de su carácter etéreo y fantasioso, tiene una extraña conexión con la realidad. Me encantaba disponer de libertad para crear cosas muy alejadas de la normalidad".

Otra de las reglas básicas de Miller era evitar cualquier referencia a las películas anteriores, a pesar de lo cual el equipo de guionistas gráficos no pudo resistirse a utilizar un elemento emblemático: la chaqueta de cuero original que Mel Gibson portó en Mad Max 2. Pound dio un nuevo toque a la icónica chaqueta con hombreras para crear una nueva y estridente pieza de vestuario para el Max de Hardy.

Partiendo de ella, Beavan colaboró con el actor para desarrollar y dar estilo al guerrero de Mad Max: Furia en la carretera. "Tom aportó muchas ideas propias", relata. "Unimos todo lo teníamos y creamos su aspecto; una apariencia que, por otro lado, pierde de inmediato. La idea es que la vaya recuperando a lo largo de la película".

El equipo de vestuario elaboraría más de veinte trajes de Max para todos los dobles de escenas peligrosas, incorporando una capa adicional de material protector. No obstante, Hardy realizó todas las acrobacias de las que fue físicamente capaz, incluida la desesperada huida final de su personaje y la recuperación de la Ciudadela.

Beavan también colaboró intensamente con Charlize Theron en la selección y la creación del vestuario de Furiosa, compuesto por una camiseta blanca desgastada, unos pantalones de cuero holgados y una armadura que cubre su abdomen, sujeta por cinturones de cuero horizontales. El atuendo refleja las necesidades básicas del personaje, ya que es cómodo y útil, infunde respeto y no resulta incómodo a la hora de pelear. Furiosa ha perdido parte de su brazo izquierdo, al que sustituye un brazo mecánico elaborado a partir de materiales de desecho por el artista australiano Matt Boug. Con el objetivo de incrementar la movilidad de Theron y su doble, Dayna Chiplin, se creó una versión más ligera. "El brazo de Furiosa constituye un perfecto ejemplo de combinación entre objetos encontrados y arte", afirma Miller. "En él vemos llaves inglesas, cigüeñales o piezas de motor. Cuenta con un pequeño motor extraído de un avión de juguete, que Furiosa utiliza para bombear el sistema hidráulico cuando necesita potencia adicional".

En opinión de Theron, Furiosa no podría dedicar mucho tiempo a su aspecto y, tras hablar largo y tendido con Miller y la diseñadora de maquillaje y peluquería Lesley Vanderwalt, se le ocurrió algo. "Acababa de ser madre e iba a estar en el desierto, así que pensé en afeitarme la cabeza", recuerda Theron. "Estaba tan emocionada que llamé a George. Respiró profundamente y dijo que sí... A la mañana siguiente lo hicimos. La verdad es que no me imagino haciendo la película de otro modo".

Vanderwalt, cuyo historial de colaboraciones con Miller se remonta a Mad Max 2, imbuyó a la Emperatriz de un cierto estatus, señalando que "las emperatrices de mayor rango cubrían sus frentes con grasa negra y utilizaban polvo metálico y de origen mineral para resaltar el conjunto".

El tono de piel se convirtió en una potente herramienta visual para Furiosa, Max y la pequeña troupe de rebeldes de la película. "Se trata de personas que han logrado sobrevivir y aún albergan una posibilidad de regeneración", señala Gibson. "Mantenemos unos tonos de piel vivos, especialmente en las Cinco Esposas, cuya piel es en sí misma un símbolo de esperanza y futuro".

Las Esposas tenían que parecer completamente ajenas a la cruda realidad de la vida en el páramo. "Immortan las considera su tesoro, y las ha protegido frente a todos los venenos del mundo exterior", apunta Miller. "En un páramo habitado por personas consumidas por el cáncer, estas mujeres tenían que ser puras en cierto sentido".

Vanderwalt dio un aspecto natural a Huntington-Whiteley, Keogh, Kravitz, Lee e Eaton, optando por mostrar las personalidades de los personajes a través de sus peinados. "A George le encantaba el pelo corto de Zoë, y optamos por hacer que Toast lo llevase así para remarcar su carácter belicoso", dice Vanderwalt.

Para elaborar su vestimenta, las actrices acudieron al taller de Beavan, donde escogieron entre diversas telas de algodón y muselina inspiradas por un ballet al que asistió Miller; en él, las bailarinas llevaban adornos formados por vendas de crepé. "Las Esposas han vivido en un entorno controlado toda su vida", comenta Beavan. "Una vez en el páramo, su ropa resulta muy poco adecuada... Esa es la idea".

En cuanto a los demás habitantes de la Ciudadela, su cuerpo es un lienzo en el que pintar, tallar o lucir ropajes que indiquen sus creencias, orígenes y estatus. Según Gibson: "Las máscaras son un símbolo de estatus; las cicatrices hablan del pasado y la posición; y la ropa identifica el rango: conductor, lancero, etc. Incluso, si no tienes nada, lo poco que tenías tenía vital importancia para ti".

El dantesco rostro de Immortan y sus dientes de caballo tienen como objetivo práctico eliminar las toxinas del aire, pero también confieren a este Señor de la Guerra la formidable presencia de un fiero semidiós. Keays-Byrne porta una armadura antibalas de plexiglás que le sirve además para ocultar y controlar su maltrecha forma física. Todo ello le permite mantener a sus Hombres de la Guerra en un estado de esclavitud suicida.

Estos últimos también portan máscaras diversas, cada una más aterradora que la anterior, y para cuya elaboración Beavan y sus equipos africano y australiano utilizaron principalmente cuero y alambre. El propósito de las máscaras también era doble: por un lado, venerar a Immortan, y por otro, permitir que los dobles de escenas peligrosas que interpretaban a los Hombres de la Guerra cambiasen sus identidades para desarrollar distintas capacidades acrobáticas; entre ellas, montar sobre pértigas eléctricas, como en el caso de los Polecats. También utilizan pintura blanca, polvo y arcilla en sus cuerpos para honrar la palidez de Immortan. El departamento de maquillaje creó hasta 61 tonos de piel diferentes. Vanderwalt y su equipo adornaron el "lienzo" que representaban los cuerpos de los Hombres de la Guerra con tintas, tatuajes, adhesivos y camisetas de tatuaje personalizadas.

En pleno proceso de intercambio de ideas sobre los tipos de ataques que podían realizar los Hombres de la Guerra, Miller recordó a unos artistas callejeros que hacían equilibrio sobre pértigas, algo que avivó su imaginación. "Cuando empecé a trabajar en Furia en la carretera, pensé: "¿Y si colocamos esas pértigas en vehículos en movimiento?" Los Hombres de la Guerra tienen que atacar al War Rig desde todos los ángulos; si no fuesen capaces de sortear las ruedas o los pinchos, los Polecats podrían atacar desde arriba, como piratas".

Aunque la idea le encantaba, sabía que había pocas probabilidades de ponerla en práctica de forma segura, incluso contando con un equipo especializado y de confianza como el suyo. "Cuando hay humanos reales sobre un vehículo en movimiento, cualquier fallo supone un accidente grave", dice.

Norris, Gibson y Oliver insistieron en la idea durante meses, discutiendo cada uno de los aspectos, desde el uso del bambú hasta los equipos de salto con pértiga y los sistemas hidráulicos; todo en vano. Cuando Miller comenzaba a aceptar la idea de utilizar efectos digitales para dar vida a los Polecats, el trabajo del equipo dio sus frutos: crearon una plataforma con forma de metrónomo invertido capaz de trabajar de forma fluida, suave y consistente. La pértiga, que alcanzaba más de 9 metros de altura, utilizaba como contrapeso un bloque motor situado en la base y colocado en el punto de apoyo, que podía adaptarse a diferentes artistas y movimientos. El dispositivo permitía a los Polecats deslizarse por el aire con movimientos coordinados mientras el equipo de escenas peligrosas situado en el vehículo empujaba y tiraba del bloque para hacer palanca.

"Podíamos hacer que la pértiga oscilase adelante y atrás hasta llegar al suelo, formando un ángulo de 90 grados", cuenta Norris. "Los chicos mantenían una comunicación constante con los auriculares, eligiendo el momento oportuno para balancearse hasta el suelo en un ángulo de 90 grados o aterrizar sobre un tanque o una motocicleta. Una vez dominada la física, el riesgo de que las pértigas volcasen se redujo a cero".

Norris envió a Miller el metraje sin editar, acompañado de una breve nota que decía que tenía una sorpresa para el director. "Había media docena de Polecats alrededor de un vehículo, desplazándose con bellos movimientos de ballet, y Guy estaba encima de una de las pértigas, filmándolo todo", sonríe Miller. "Cuando vi el vídeo, se me saltaron las lágrimas. Pensaba que todo lo que pudiésemos intentar sería demasiado peligroso como para llevarlo a la realidad, pero los chicos estaban completamente a salvo. Podían quedarse allí arriba toda la vida. Era maravilloso".

Más tarde, Norris se puso en contacto con Stephen Bland, un viejo amigo y antiguo artista del Circo del Sol, para pedirle que le ayudara a armar un equipo de Polecats. Sus componentes realizaron duros ensayos para afinar su sincronización y simetría. "Esto confirió a George la libertad de no tener que parar y realizar ajustes durante las secuencias", relata Norris. "De este modo, podía filmar al War Rig corriendo por el desierto, con algunos Polecats rodeándole y atacándole con movimientos coordinados, y otros acechando por detrás en vehículos de gran velocidad".

En un día cualquiera, hasta 150 dobles de escenas peligrosas podían participar en el torrente de acrobacias que se realizó por todo el páramo; sin embargo, solo los 65 dobles del equipo principal de Norris encarnarían al ejército de Immortan. Se trataba de un trabajo único, en el sentido de que no estaban actuando en el lugar de otro actor, sino representando un papel como Hombres de la Guerra en todas las tomas. "En la película se puede seguir a los Hombres de la Guerra de la Ciudadela a la persecución del escuadrón e incluso hasta su muerte", explica Norris. "Aunque todos fallecieron de forma gloriosa, había cierta competencia por ver quién tenía la mejor muerte".

Durante la preparación y ya en la producción, los artistas se metieron de lleno en sus personajes y en el culto a Immortan; para ello, realizaron sesiones de grupo en las que se sometieron a un intenso entrenamiento físico y mental, que intercalaron con talleres de actuación impartidos por Lathouris y su socia Nadia Townsend, además de reuniones frecuentes con Keays-Byrne. A estas sesiones acudió también el cantante, compositor e intérprete iOTA, que interpreta al Doof Warrior, el "tamborilero" del escuadrón de la Ciudadela.

Josh Helman, quien acompaña a Hoult en el papel de Slit, lancero de Nux, recuerda que "Hugh aparecía en escena como Immortan Joe e iOTA improvisaba sobre la marcha... El resultado era impresionante. Era el marco perfecto para el entorno de culto de los Hombres de la Guerra".

iOTA escribió y grabó sus propios temas bélicos, que serían interpretados por la guitarra eléctrica y lanzallamas de doble mástil de Doof Warrior, líder de la banda de dementes que actúa en la Guerra de la carretera. Durante la producción, el técnico de sonido Ben Osmo ponía esta música en los auriculares que llevaban los encargados de tocar los tambores taiko de la Doof Wagon, lo que les permitía mantener un ritmo vibrante en medio del estruendo de los motores V8 y los combates en la carretera.

El Comepersonas y el Recolector de Balas, interpretados respectivamente por John Howard y Richard Carter, lideran a sus bandas hacia la Guerra de la carretera a través de una lluvia de fuego y balas. El primero, diseñado por McCarthy, encarna los excesos y las cualidades más denigrantes del hombre civilizado. "Hice un boceto de un hombre muy corpulento con un traje de rayas andrajoso. Tenía la nariz afectada por la lepra, así que llevaba una postiza para tapársela", cuenta McCarthy. "Era bastante desagradable... George lo bautizó acertadamente como el Comepersonas".

Su gabardina llena de munición y el tocado hecho de balas llevaron a McCarthy a