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  Happy Feet 2  Dirigida por George Miller
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El director de Happy Feet 2 es George Miller, ganador de un Oscar® como creador de la original Happy Feet: rompiendo el hielo. El doblaje de la película cuenta con las voces de Elijah Wood, Robin Williams, Hank Azaria, Alecia Moore (P!nk), Brad Pitt, Matt Damon, Sofia Vergara, Common, Hugo Weaving, Richard Carter, Magda Szubanski, Anthony LaPaglia y Benjamin "Lil P-Nut" Flores, Jr.

George Miller escribió el guión en colaboración con Gary Eck (que también hizo de Codirector), Warren Coleman y Paul Livingston, y también produce la película, junto a Doug Mitchell y Bill Miller. Chris deFaria, Philip Hearnshaw, Graham Burke y Bruce Berman son los productores ejecutivos. Codirector y cinematógrafo es David Peers, el director de iluminación es David Dulac, el director de animación, Rob Coleman, y el diseñador de producción es David Nelson. La banda sonora de la película cuenta con la voz de P!nk y la música de John Powell.

"Averiguar quién eres y lo que tienes forma parte del trabajo de la vida..."


Las aventuras de Happy Feet continúan
En 2006 se estrenó una película que no solo encantó al público, sino que les hizo bailar y cantar canciones de amor. Happy Feet fue un rotundo éxito internacional que gustó a críticos y espectadores de todas las edades. La película ganó numerosos premios, siendo el más prestigioso el Oscar® al Mejor Largometraje de Animación. También fomentó la conservación del medio ambiente y de la vida salvaje, e incluso introdujo palabras nuevas en el vocabulario del público, convirtiendo "happy feet" en un sinónimo de bailar claqué, el mayor talento de su protagonista, Mumble. George Miller explica: "Yo siempre digo que estas historias son para adultos que se sienten niños y para niños que se sienten adultos. Creo que una de las razones por las que Happy Feet: rompiendo el hielo tuvo éxito fue porque contenía algo enriquecedor, transmitía las ideas tradicionales de ser fiel a nuestros principios, ser valientes e intentar tratar al mundo y a nosotros mismos con respeto".

La idea original de Happy Feet 2 comenzó cuando Miller y su equipo estaban dando los últimos retoques a la primera película.

"Cuando trabajas en una película como esa durante tanto tiempo, llegas a enamorarte de los personajes. Llegaron a formar parte de nuestra familia", continúa el cineasta. "Cuando pensamos en ellos, se nos ocurren historias nuevas, y eso es lo que nos llevó a crear Happy Feet 2. Fue sorprendentemente fácil volver y nos lo volvimos a pasar genial con ellos".

Pero Miller, director, productor y guionista de la primera película junto a los guionistas Gary Eck, Warren Coleman y Paul Livingston, quería hacer mucho más que un nuevo viaje a la Antártida con Mumble, Gloria y los demás pingüinos. Nos explica: "Creo que cuando contamos una historia con una película, lo que queremos es que el público llegue a experimentar algo con lo que se pueda sentir identificado, de forma que puedan ver sus propias vidas reflejadas en el film. Creo que este nuevo largometraje, que trata sobre la familia y la comunidad, les da la oportunidad de poder hacerlo a través de los personajes de los pingüinos".

En la secuela, Miller ha querido mostrar más comedia física y más acción, permaneciendo fiel al espíritu de la primera película. "Happy Feet 2 tiene las canciones, los bailes y el hermoso paisaje de la Antártida, pero también nuevos personajes de todos los tamaños, desde las criaturas más grandes, hasta las más pequeñas", cuenta. De hecho, a las criaturas más diminutas de la película les doblan dos de las más grandes estrellas de la actualidad: Brad Pitt y Matt Damon son Will y Bill, los Krill.

El productor Bill Miller nos explica los detalles: "Teníamos que volver a familiarizar al público con los personajes que conocían y adoraban de la primera película, pero también teníamos que llevarles a todos, a esos personajes y al público, a un lugar diferente. Y teníamos que subir el listón de la música y el baile".

Al principio de la película, el pésimo cantante aunque brillante bailarín Mumble, que vuelve a ser doblado por Elijah Wood, y la pingüina de cuello amarillo, Gloria, a quien presta su voz Alecia Moor (P!nk), son padres. Pero la difícil adolescencia de Mumble no le preparó para ser el padre ideal. Su hijo es un adorable polluelo llamado Erik, a quien no parece interesarle mucho el baile, mientras que los demás pingüinos Emperador mueven el esqueleto sin parar. Pero cuando Mumble le anima a bailar de forma alucinante, Erik sencillamente tropieza con sus propios pies... y aterriza de cabeza en la nieve, convirtiéndose en objeto de burla. Erik se esconde muerto de vergüenza y los intentos de Mumble por apaciguar la inseguridad de su hijo no hacen más que empeorar las cosas.

George Miller señala: "Mumble ahora es padre y se han cambiado los papeles. ¡Ahora es él quien se enfrenta al dilema de ser padre y tener un hijo que no es del todo como quiere que sea! Pero desea sinceramente conectar con su hijo. Cuando nos convertimos en padres, todos pensamos que, de algún modo, sabremos hacerlo mejor de lo que lo hicieron nuestros padres. Y, por supuesto, a menudo cometemos los mismos errores, porque no existe ningún manual de instrucciones sobre cómo ser buen padre. Eso es lo que imaginé que le ocurriría a Mumble en la historia".

El productor Doug Mitchell comenta: "Uno de los temas de la película trata claramente sobre la relación entre un padre y su hijo. Mumble, como todos los padres, se esfuerza para ofrecer amor y apoyo incondicional, quiere lo mejor para Erik, pero puede que también necesite relajarse un poco y dejar que su hijo encuentre su identidad por sí solo".

Pero los cineastas quisieron ir más lejos: Mumble no solo tiene que encontrar su camino en la paternidad, también deberá encontrar una forma de salvar a toda la comunidad de los pingüinos Emperador, en una batalla Pingüino contra Naturaleza. Cambios bruscos en el paisaje glacial amenazan la supervivencia de los pingüinos Emperador y la responsabilidad de evacuar inmediatamente tanto a las criaturas grandes como a las pequeñas a un lugar seguro, cae sobre Mumble.

"Si quieres algo, realmente tienes que desearlo. Si lo deseas de verdad, será tuyo. SviensaTM. Todos los derechos reservados, mi copyright".


Voces de la manada, algunas nuevas y otras conocidas
"El inicio de Happy Feet 2 es una fiesta y en el centro de todo están Mumble y Gloria", nos cuenta George Miller. Gloria canta, Mumble baila y todos los demás resultan inspirados por el ritmo y la química que existe entre ellos dos".

Mumble ha crecido y se ha convertido en un líder respetado de la comunidad de los pingüinos Emperador. Elijah Wood vuelve a interpretar al pingüino virtuoso del claqué, cuya incomparable habilidad ha conquistado los corazones de tantos. "Sabía que George no haría una segunda parte a no ser que fuera algo que considerase realmente fiel a la historia original y que tenía otra historia que contar".

De hecho, lo que atrajo al actor para participar en la película original son las mismas cosas que en esta segunda parte. "Se desarrolla en parajes realmente bonitos, haciendo hincapié en el cambio que está sufriendo nuestro mundo, y en cómo afecta a nuestros preciosos animales", continúa Wood, "George trata muy bien el tema, igual que hizo en la primera parte, se integra en la trama de una manera natural, junto con los temas del amor y la identidad. Creo que para la gente joven es especialmente beneficioso ver películas como esta y reconocer que, al fin y al cabo, las cosas que nos diferencian de los demás son nuestros puntos más fuertes y los que nos definen. Son cualidades de las que hay que sentirse orgulloso, no avergonzado".

Si Mumble es el campeón indiscutible de la Tierra de los Emperadores, su pareja Gloria es la innegable diva. Para interpretar a esta electrizante cantante, los cineastas recurrieron a Alecia Moore, también conocida como la tres veces ganadora con un Grammy P!nk. "P!nk estaba como pez en el agua en el papel, realmente espléndida", comenta Miller, el director, "Ya había cantado en el comienzo de la primera película y quería volver participar, pues es muy compasiva y una gran amante de los animales, así que para esta película, además de prestarle la voz a Gloria, escribió una nana preciosa titulada Bridge of Light, junto con Billy Mann".

Aunque no se sintiese extraña en el estudio de grabación, a Moore le preocupaba un poco su debut en un doblaje, pero la ayudó ver cómo lo hacían otros miembros del reparto. Nos cuenta: "Pude ver a Brad (Pitt) y a Matt (Damon) no solo grabar el diálogo, sino que tenían que cantar. Y lo hicieron sin más, así que yo pensé ‘¡vaya! Es verdad que no tengo nada que temer ahí adentro’".

Mitchell, el productor, comenta: "Cuando le tocó grabar a Alecia, por supuesto lo clavó. Es una gran profesional y una persona encantadora. Su canción, Bridge of Light, es preciosa y habla de uno de los temas principales de la película".

Otro de los colegas de Mumble regresa en esta segunda parte: su mejor amigo Ramón, el hablador pingüino Adelia, que es arrastrado a la Tierra de los Emperadores porque encuentra a las "señoritas altas" muy seductoras. Es una pena que ellas lo encuentren a él alarmante.

Robin Williams presta de nuevo su voz a Ramón. "Sigue siendo básicamente el mismo romántico incurable. Le siguen encantando las chicas, pero todavía no ha encontrado al ave de sus sueños. Aún así, sigue considerándose un regalo para cualquier hembra, piensa que ellas pierden la cabeza por él. Los pingüinos Adelia son muy, muy machitos, así que aunque es pequeño, es muy feroz".

Según el coguionista Gary Eck: "Robin Williams ha aportado un montón de cosas. Se le ocurrieron varias frases, y nosotros allí sentados solo pudimos decir: '¡Es genial!, ¡vamos a incluirla, qué bien! Hemos estado ocho meses pensando en esa frase, pero tú la acabas de mejorar en dos segundos. Así que ¡gracias!'", dice riendo.

No importa lo macho que sea, un pingüino no puede soportar tanto rechazo del sexo opuesto. Cuando se da cuenta de que con las señoritas Emperador no tiene nada que hacer, Ramón vuelve a la Tierra de los Adelia, donde se encuentra con que las cosas han cambiado; la nueva Tierra de los Adelia no solo está llena de diferentes especies de pingüinos, sino que se ha vuelto más colorida, con manchas verdes asomando entre la nieve. Y el Dr. Amor también ha cambiado, el pingüino gurú Saltarrocas ahora lleva un estrambótico jersey de colorines.

El Dr. Amor cuenta de nuevo con la voz del ingenioso Williams, que nos cuenta: "Rescatan al Dr. Amor de una marea negra.Los pingüinos no pueden nadar en el fuel, así que son los humanos, a los que los pingüinos llaman "los alienígenas", los que los limpian. Pero, una vez limpios, los pingüinos pierden parte del calor que les proporcionan las plumas, por eso algunos se dedican a tejer pequeños jerséis para los pingüinos rescatados. No pueden nadar con ellos puestos, pero los llevan hasta que están preparados para su puesta en libertad. El del Dr. Amor es de rayas, parece un pequeño pingüino rastafari".

Aunque parece que el Dr. Amor es el "centro de la escena" en la Tierra de los Adelia, realmente es más el tipo gracioso que el protagonista, pues una nueva estrella ha llegado a la comunidad de los Adelia. Williams añade: "El Dr. Amor es ahora una especie de predicador a lo Foghorn Leghorn mezclado con Barry White, está allí para ser testigo de lo que pasa. ¡Es la hora de Sven!".

George Miller nos explica: "El Dr. Amor señala la cima de un alto iceberg y allí, con el precioso cielo soleado de fondo, hay un pingüino distinto a todos los que hemos conocido hasta ahora. Camina hasta el borde de la enorme torre y la multitud lo anima cantando ‘¡que salte, que salte!’, él salta y… ¡puede volar! Es un pingüino volador con un enorme pico rojo y pelo dorado en la parte de atrás de la cabeza. Parece magnífico".

Hank Azaria, que pone la voz a Sven, recuerda cuánto le gustó la película original. "No había oído nada de la peli hasta que la vi, no me podía creer que estos pingüinos que cantan y bailan animados por ordenador me fueran a conmover tanto, pero así fue. Esa es la razón principal por la que quería formar parte de esto".

"Los alienígenas" ponen juntos al Dr. Amor y a Sven después de rescatarlos y subirlos a bordo de su barco de investigación científica. Cuando de repente Sven escapa inesperadamente de sus rescatadores, Loevalace le guía hasta la nueva Tierra de los Adelia. Allí empiezan a creer en la teoría de Sven sobre la autodeterminación, conocida como SviensaTM, dada su habilidad única de conquistar los cielos. Al ser un pingüino capaz de volar, se gana los halagos de las masas de pingüinos, que quieren seguir sus asombrosos pasos. El sublime Sven se ha ganado los corazones y las mentes de todos los Adelia y del resto de las especies allí reunidas. Los Barbijos, los de Magallanes, los Saltarrocas y los Enanos.

El exótico acento de Sven indica al resto de pingüinos que proviene de tierras desconocidas. Azaria nos habla de ello: "Tiene la típica risa graciosa con graznido. Siempre que acepto un papel, ya sea de animación o en pantalla, empiezo por la voz. George y yo habíamos discutido las características concretas del acento y el registro, así que a partir de la teoría pasé a la práctica. Sven es afable…,meloso, como diría él. Se lo pasa bomba siendo tan venerado, en su tierra de origen, era el patito feo, y aquí le adoran. Creo que encajaría muy bien en Hollywood".

Quizá más por celos que por escepticismo, Ramón es, al principio, un no creyente, hasta que la Sviensa lleva a Ramón hasta su alma gemela: una bella alfa-Adelia llamada Carmen. A Carmen, una escultural belleza Adelia, no le faltan pretendientes, así que le resulta fácil rechazar las propuestas del enamorado Ramón.

Miller eligió a Sofia Vergara para el papel de Carmen. Mitchell, paisano suyo colombiano, comenta: "Sofía es una extraordinaria embajadora de Colombia. Es un país precioso, donde la gente tiene una gran pasión por la vida, y yo creo que Sofía refleja todo eso".

Vergara añade: "Me enseñaron cómo era Carmen y pensé: si fuera un pingüino, probablemente sería así". Me encanta su fanfarronería, y es muy exigente. Siempre tiene un enjambre de hombres a su alrededor, pero ella sigue esperando a ese chico especial que tenga algún gran gesto romántico y la conquiste. Hasta entonces está en plan: ‘No, gracias; circule, por favor’".

Miller procuró, dentro de lo posible, que las sesiones de grabación no fueran individuales, sino en grupo, para poder interactuar entre sí alrededor del micro, y Williams disfrutó de la oportunidad de trabajar con Vergara. "Es simpática y muy sexy.Tenerla allí ha sido un regalo, y no era difícil pensar lo de 'imagínate que estás enamorado de esta pingüina... vale, ya está. Venga, vamos a ello. ¿Te importa que nos acerquemos un poco?, ¿demasiado cerca? ¡ay! lo siento’. Ha sido muy divertido trabajar con ella".

Cuando Ramón vuelve a la Tierra de los Adelia no está solo, sin darse cuenta se convierte en el reticente guardián de tres pequeñas lapas, incluyendo al hijo pequeño de Gloria y Mumble, Erik. El pequeño Erik, que se siente humillado por su incapacidad para bailar, escapa siguiendo a su "tío" Ramón, junto con sus mejores amigos, Atticus y Boadicea. Esta última es una joven pingüina con un don para la gimnasia, a la que llaman Bo, hija de la profesora de la escuela de la Tierra de los Emperador, la señorita Viola, a la que presta de nuevo su voz Magda Szubanski. El más espabilado de los jóvenes a la fuga es el joven Atticus, el hijo de Seymour, al que interpreta el rapero y actor Common en su debut como actor de doblaje en una película de animación.

"Nunca creí que pudiera llegar a interpretar a un pingüino que canta, baila y rapea", nos cuenta Common, "vi la primera película y me conmovió, así que tener la oportunidad de formar parte de ese legado ha sido realmente fascinante".

Miller nos comenta que el actor describió a Seymour como "un padre guay con andares de rapero, que sabía que yo podría interpretar a la perfección". De hecho, en el estudio de grabación trabajó con la misma intensidad que si realmente hubiera estado delante de una cámara. "Salía prácticamente todos los días con la camisa empapada de sudor, porque gastaba un montón de energía metiéndome en el personaje".

El pequeño rapero "Lil’ P-Nut" Flores Jr., al que los productores vieron en una aparición en Ellen: The Ellen DeGeneres Show, interpreta al hijo de Seymour, Atticus. Miller recuerda: "Tenía mucho desparpajo, como digo yo, y el chaval podía improvisar rapeando, pero también era muy profesional y estaba muy centrado".

Cuando el intérprete de siete años vio cuál era su papel, se quedó un poco decepcionado, porque pensaba que le iban a vestir de pingüino. Pero una vez que le explicaron que no hacía falta disfraz, se soltó y encontró la experiencia "muy guay. Me lo pasé muy bien usando la imaginación mientras hacíamos la peli. Era como si de verdad fuese un pingüino en una aventura", cuenta Flores.

Atticus, al que le encanta comer tanto como bailar, habla mucho más que su tímido amiguito Erik. Miller añade: "Erik raramente dice lo que piensa, así que sus mejores amigos, Atticus y Bo, casi siempre acaban hablando por él".

Bo, al igual que su madre, la señorita Viola, es una consumada cantante de estilo tirolés, pero también destaca en parkour, el arte del desplazamiento, valiéndose de los ventisqueros y los montículos para impulsarse y moverse rápido y sin esfuerzo por los parajes de la Antártida.

Miller quería autenticidad en el casting para los papeles de estos pingüinos bebés, Erik y Bo, para lo que buscó jóvenes de más o menos la misma edad. Con la finalidad de que las sesiones de grabación siguieran siendo divertidas a la par que productivas, George Miller y la experta en casting Kristy Carlson trabajaron con los niños en el micrófono para modelar y exprimir el talento de los jóvenes.

El productor Bill Miller los describe como "estas personitas, como Ava Acres, que interpreta a Erik, y Meibh Campbell, en el papel de Bo, que parecían diminutas en el estudio con los cascos puestos y el micro delante, pero su capacidad interpretativa no tenía nada de diminuta. Eran capaces de expresar su extraordinaria capacidad de vivir el momento, de convertirse en pingüinos y seguir siendo ellos mismos".

Entre una sesión de grabación y otra, se montaban los temas con la incomparable voz de EG Daily, para poder así avanzar con la producción. De hecho, es la ingeniosa vocalista la que presta su voz a Erik cuando canta.

Para terminar con el reparto, aparecen, de la película original Happy Feet, rompiendo el hielo, los graciosos amigos Adelia de Ramón, interpretados por Carlos Alazraqui, Lombardo Boyar, Jeff Garcia y Johnny Sanchez III. Hugo Weaving vuelve a ponerle la voz a Noah, el anciano líder de los pingüinos Emperador. Weaving bromea: "He interpretado muchos tipos diferentes de personajes: asesinos, villanos, he sido un Transformer, una drag queen…; pero se me hace raro poder interpretar a alguien tan 'mono'. Ha sido un reto para mí, y una de las razones por las que he vuelto a trabajar con el Sr. Miller".

"Will. Somos Krill. Se supone que tenemos que ser iguales". "Yo no, Bill, no hay nadie como yo en todo el mundo. Soy uno entre un krillón".


Desde el minúsculo Krill hasta los gigantes depredadores: Un abanico de especies
Una de las mayores aventuras de la película es la que viven sus personajes más pequeños. "Es el viaje de dos diminutos krill: Will y Bill", dice George Miller. "Viven en una enorme biomasa de miles y miles de millones de krill que se mueve con las mareas... son el primer eslabón y la base de la cadena alimenticia. Todos los animales que ocupan un lugar posterior en la cadena dependen del krill. Y, en medio de estos indistinguibles miles de millones de krill están Bill y Will, interpretados por Matt Damon y Brad Pitt. Will decide que se siente diferente al resto y se aventura a salir del enjambre. Quiere evolucionar más y ocupar lugares posteriores en la cadena alimenticia. Bill, por otra parte, está aterrado. Él quiere quedarse y seguir comportándose exactamente igual que los demás krill".

El guionista Gary Eck explica: "En esta película hay muchos paralelismos entre la historia de Will y la de Erik. Los dos se embarcan en un viaje; por influencia de Sven, Erik cree que puede aprender a volar y Will, arrastrado por su propio deseo de ser diferente, quiere convertirse en un depredador. Las dos ideas son bastante ilusorias y, hasta el final de la película, ninguno llega a ser consciente de la realidad. A pesar de estar kilómetros alejados el uno del otro (uno vive en el fondo del océano y el otro en la superficie del hielo), sus historias son muy semejantes".

Miller estaba encantado con la oportunidad de poder reunir a Damon y a Pitt en el estudio de grabación para capturar su irreprimible sentido del humor…y sus voces cantando. "Tenían mucha libertad trabajando juntos, porque se conocen muy bien entre ellos. Matt Damon sabe cantar y Brad Pitt dejó muy claro desde el principio que él no. Simplemente dijo: ‘Aquí no hay que tener vergüenza de nada; voy a salir ahí y voy a intentarlo’ y lo hizo notablemente bien. Se puede ver en la película".

Damon admite: "La parte en la que tocaba cantar me pilló un poco de sorpresa. Pero fue divertido lanzarse y decir: ‘¿Qué diantre?’ Definitivamente no es mi fuerte, pero lo hice; uno tiene que dar la talla, si no, estás perdido".

Los cineastas tuvieron suerte de que Pitt y Damon estuvieran libres para grabar juntos en el mismo estudio. Y ambos actores se sintieron afortunados de que un cineasta como George Miller les dirigiera. Damon apunta: "George es contagiosamente audaz". Cuando ves a un hombre poner tanto empeño en un proyecto, te das cuenta de que es precisamente ese espíritu lo que hizo que la primera película tuviera éxito. Brad y yo estábamos haciendo algo que nunca habíamos hecho antes en ningún tipo de película, animada o no. Nos quedamos pensando: "¡Ha sido divertido!"

Miller explica: "Queríamos diferentes tipos de humor en la película: está el salvaje y extravagante humor de Robin Williams, que gusta a todo el mundo, y queríamos que el krill tuviera un tono de humor diferente. A uno de los guionistas, Paul Livingston, eso se le da especialmente bien".

"He estado al otro lado del micrófono", cuenta Livingston, "prestándole mi voz a un gallo cascarrabias en Babe, el cerdito valiente, y a un impetuoso chef en su secuela. También tuve el placer de participar en el borrador del guión de Happy Feet: rompiendo el hielo y en las primeras sesiones de ideas para la segunda parte. Fue entonces cuando surgieron los personajes krill, que fueron puestos a mi cargo. Cuando los personajes cobran importancia en la historia, se trata de fusionar la diminuta misión del krill con el argumento principal".

Doug Mitchell añade: "Más tarde, nos enteramos de que los hijos de Brad y Matt eran grandes admiradores de la primera película y creo que tuvieron mucho que ver en la decisión de sus padres de aceptar los papeles".

Nunca deberíamos menospreciar la contribución de los más pequeños. Los cineastas aprendieron esa lección, cuando Bill Miller dijo: "no subestiméis el poder de los niños de dar la lata para que sus padres actúen en una película. Matt Damon nos confesó que ni siquiera había abierto el guión de Happy Feet 2 cuando su hija le dijo: "Papá, vas a hacerlo". Matt no tuvo alternativa."

La historia cambia de forma fluida entre el krill y algo un poco más grande. Después de encontrar a los fugados Erik, Bo y Atticus en la Tierra de los Adelia, Mumble les está guiando de vuelta a casa cuando los pingüinos Emperador se encuentran con un enorme elefante marino llamado Bryan, doblado por Richard Carter. Miller compara esta escena con la del famoso cuento de Robin Hood, cuando éste intenta cruzar un río en el bosque y Little John se lo impide. En este caso, Bryan no deja pasar a los pingüinos por un precario puente de hielo. Les dice: "Bryan no retrocede ante nadie".En realidad, la cabezonería de esta criatura monumental se debe en parte a su afán por proteger a sus dos crías que se esconden detrás de su enorme cuerpo... los dos padres están cuidando de los suyos. Su encuentro tendrá consecuencias importantes que ninguno podría anticipar, acontecimientos que recuerdan a la antigua fábula de Esopo Androcles y el león.

Hay otros depredadores polares, como una agresiva foca leopardo, que persigue a Mumble cuando éste traza un plan para rescatar a Bryan. También hay bandadas de Skua, los enormes y peligrosos pájaros marrones quienes, si tienen oportunidad, se lanzarán en picado sin piedad sobre cualquier cría de pingüino desatendida. Anthony LaPaglia y Danny Mann doblan a las dos aves cabecillas, retomando sus papeles de la primera película. Los actores que repetían estaban encantados, no solo de volver a trabajar con George Miller, sino de volver a grabar sus papeles en grupo, como hicieron en la primera Happy Feet. Para Elijah Wood, las sesiones de grabación fueron especialmente gratificantes. Nos explica: "Lo maravilloso de esta película es que grabamos todos juntos en la misma sala. Muchos de nosotros fuimos a Sydney, donde se realizaron la mayor parte de las grabaciones. Fue una gran ventaja ir en grupo y creo que nos ayudó a todos a meternos mejor en el papel. Lejos de nuestros hogares, todos juntos, nos hizo sentir unidos, de forma creativa. George y su equipo trabajaban continuamente en el guión. Por eso trabajábamos tan a gusto, porque podíamos jugar con el texto y trabajar las escenas viendo donde iría cada frase. Fue muy divertido".

El guionista Warren Coleman comenta: "Para los guionistas, el proceso fue muy similar al de Happy Feet: rompiendo el hielo. Era un vigoroso intercambio continuo. A menudo trabajábamos haciendo borradores de diálogos e ideas interpretándolas, y luego apuntábamos las frases que mejor quedaban. El resultado fue que para cuando el guión llegó al estudio de grabación, guionistas y actores ya habían interpretado las frases y estaban listas para el proceso de doblaje".

"Algo de lo que me di cuenta hace mucho tiempo," subraya Miller: "es que los buenos actores son muy colaboradores. Lo más importante es cómo se comprometen entre ellos. En mi opinión, los mejores actores son los que se preocupan más por su interactuación con otros actores que por su propio trabajo individual. Muchas veces, alguien, Robin o Hank, cualquiera de los dos, entraba y empezaba a dar frases a otros actores dándoles algo con lo que trabajar. Era muy inspirador. Así que tenerles a todos juntos era muy importante y quedó demostrado que valió la pena todo el trajín que hubo para meterlos en la misma sala. Técnicamente, fue un poco difícil para los chicos de sonido, pero ganábamos tanto en calidad... que al final conseguimos algo muy especial".

"¡Vamos a bailar, vamos a gritar!"


Creación del ritmo con música y movimientos
Como en la primera película Happy Feet: rompiendo el hielo, los intérpretes son unos profesionales de primera. La película puede presumir otra vez de contar con algunos de los mejores bailarines, dirigidos por Savion Glover, que según Miller: "podría decirse que es el mejor bailarín de claqué del mundo". Glover vuelve a dotar a Mumble con sus pasos de baile. La película también cuenta con el coreógrafo Wade Robson, encargado de crear un número explosivo de baile para el comienzo de la película, con mezcla de estilos y muchos zapateos. Se pidió a Dein Perry que introdujera sus movimientos de claqué (famosos por el espectáculo teatral de éxito mundial Tap Dogs) en los pies de las numerosas y diferentes especies, y Kate Wormald, continuó y amplió su trabajo como capturadora de movimientos de baile en la película original, esta vez haciendo la coreografía y ayudando a unir todas las actuaciones.

Miller afirma: "En la primera película, quería que la gente sintiera que podrían bailar en los pasillos. Esta vez, quiero que la gente se vaya del cine sintiendo lo que es bailar, pensar lo que significa realmente estar conectado con los demás, con tus amigos, con tu familia y con todos en general. En el transcurso de la historia, queda muy clara esta idea de unidad y, al final, se desarrolla de una forma espectacular".

Un gran equipo de diseñadores informáticos trabajó duro para trasladar la coreografía a la animación a través de la captura de movimientos. El director de animación Rob Coleman explica: "Tenemos que modificar la coreografía, porque los pingüinos tienen las patas muy cortas y los bailarines, obviamente, tienen rodillas y piernas normales, por lo que esto nos supone un problema, ya que el abanico de movimientos en un pingüino es mucho más pequeño que en un humano. Contamos con un gran equipo de personas que ha trasladado estos movimientos a las acciones de los pingüinos".

El maestro del claqué Savion Glover dejó sus preocupaciones sobre los pingüinos en manos de los animadores. "Con la tecnología tan avanzada que tenemos, el tema de los pingüinos depende de ella. Simplemente me relajé y fui yo mismo, en vez de intentar bailar como lo haría un pingüino. El equipo ha continuado trabajando en técnicas de animación y es apasionante verlo. Hace muchos años, la primera vez en el estudio de Happy Feet: rompiendo el hielo, me limitaron algunos de mis movimientos. Sin embargo, esta vez no me dijeron nada de eso. Han trabajado mucho para desarrollar la técnica y eso es realmente fantástico".

No solamente se ha avanzado en el arte de la animación, también ha crecido el conocimiento del público sobre el baile gracias a los cada vez más populares programas de televisión internacionales sobre competiciones de baile. George Miller añade: "Gracias a los programas que hay ahora, el público conoce mucho más acerca del baile, los diferentes estilos y las fusiones posibles, y eso es lo que hemos incorporado a nuestro trabajo. Ya no se trata solo de las clásicas y enternecedoras escenas con pingüinos bailarines, no creo que al público le impresione eso ya. La verdad es que lo estamos mejorando, estamos aumentando el nivel".

El realizador insistió tanto en el factor sorpresa del baile que los animadores tuvieron que trabajar en la adaptación de la plataforma que ya existía para los pingüinos y en la estructura interna articulada que determinan el abanico de movimientos y su estilo para cada personaje animado.

A pesar de estos ajustes, Dein Perry se mostró en un principio escéptico sobre cómo su enfoque industrial del baile se trasladaría a los pingüinos. "Nos gusta taconear sobre el suelo con fuerza, pero tienes que estar pendiente de los saltos y de cuánto elevas las piernas porque en los pingüinos las piernas desaparecen en la barriga".

El coreógrafo Wade Robson se encarga de la escena que abre la película en colaboración con los animadores para garantizar que ninguno de sus artísticos y cuidados movimientos se perdieran por el camino. Explica Robson: "Los pingüinos no solamente tienen las patas cortas, sino que tampoco tienen hombros y muchos de mis problemas surgen a raíz de esto. Manteniéndonos siempre dentro de lo creíble, elevamos las aletas un poco cuando estaban por encima del hombro. Retrocedíamos y avanzábamos todo el rato con los animadores para desarrollar las nuevas plataformas para los pingüinos, adecuadas para este tipo de baile con raíces en el hip hop. Es un baile sonoro, fuerte, divertido, original y dinámico, algo parecido al estilo de James Brown".

La coreógrafa Kate Wormald añade: "El baile del comienzo de la película es de un estilo muy actual. Puedes oír música de todos los gustos, hemos intentado animarlo todo lo que podíamos. La escena siguiente en Tierra de los Adelia tiene un poco más de coreografía característica de cada personaje. Y al final de la película, el gran número de claqué con casi todos los personajes bailando juntos, tiene ese zapateo fuerte y enérgico".

El gran final no trata solo de mover los pies. "Cuando lo escribimos en papel la primera vez, estaba un poco preocupado pensando que no funcionaría", dice Miller. "El escenario se movía, el hielo se movía, la nieve se movía y todos los personajes se movían. Es un baile muy dinámico, tenemos personajes de todos los tamaños, desde los más chiquititos hasta los más grandes. Fue una oportunidad para nosotros hacer esta escena tan especial y estoy contentísimo con el resultado de todo en conjunto", sonríe el director.

Este gran reto no era factible hace unos años, pero los avances en la animación han multiplicado las posibilidades. El codirector y director de fotografía digital David Peers afirma: "Estamos haciendo cosas en esta película que eran imposibles en la primera. Tenemos estos números de baile con decenas de miles de personajes y somos capaces de trabajar con ellos de forma interactiva, de adaptar la coreografía en el escenario, el tiempo de la música, modificar las posiciones de algunos personajes, todo en tiempo real".

¿Y qué están bailando estas miles y miles de criaturas?, pregunta el productor Bill Miller: "Cuando tuvimos que elegir las canciones de la película, pensamos en muchas opciones, siempre buscando canciones que reflejaran el progreso de la historia. Lo que propusimos fue una mezcla de diferentes géneros, desde ópera hasta baladas, rap, jazz, gospel y blues, pudiendo contar la historia utilizando las canciones".

George Miller añade: "Musicalmente, la filosofía de la película es tomar canciones y estilos clásicos y reinterpretarlos de una forma más moderna. Virtualmente todo el mundo hace una especie de mezcla de estilos. Tenemos ópera, estilo tirolés, rap, hip hop, música dance, pop moderno, todo junto".

Miller recurrió de nuevo al compositor John Powell para crear la música de Happy Feet 2". Cuenta el director: "Trabajo con John como lo hago con el resto de actores. Es alguien con quien te puedes sentar y decirle: ‘Esto sería mejor si fuera así’. Y entonces él interpreta, compone y adapta su composición delante de mí, casi perfectamente".

El compositor ilustra el proceso: "Conocemos las canciones porque las hemos escuchado muchas veces. Se quedan en nuestros oídos con el mismo formato y estructura una y otra vez para toda nuestra vida. De forma que sabemos bien cómo se sentirían si hiciésemos algo extraño con ellas, sonarían raro y todo el mundo se daría cuenta. Así que tienes que tener cuidado a la hora de tratar las canciones. En alguna ocasión me he arriesgado para intentar hacer un buen trabajo para George y para la película. Pero al final, siempre intentamos respetar las canciones y encontrar las que podamos cambiar un poco para llegar a lo que necesitamos".

El coreógrafo Robson sigue diciendo: "Queríamos empezar la película celebrando el sentimiento de unidad y volver a presentar los personajes entre la gran fiesta de música y baile, que, gracias a Mumble, se ha convertido en una forma de vida para ellos".

Esta escena incluye partes de Rhythm Nation con Shake Your Body (Down to the Ground), Mama Said Knock You Out, SexyBack, Ain’t Nobody (Does It Better) y Do Your Thing. Otras joyas musicales que aparecen en el cofre del tesoro de Miller y Powell son el ritmo de los años 80, clásicos del rock, dance, el tema de la clásica serie de televisión del oeste Rawhide, e incluso un aria desgarradora basada en E Lucevan Le Stelle, de la ópera Tosca de Puccini.

Para reflejar la unión multicultural y la colaboración de los pingüinos y otros compañeros de la Antártida, la música no es directa en instrumentación, los ritmos tienen matices internacionales, pero, añade Powell: "los espectadores no podrán captarlo todo, la idea general es que están todos juntos y mezclados".

"Quédate cerca. Quédate tranquilo". "Venid todos… acurrucaos".


Animación en 3D: Personajes y su entorno
George Miller hace hincapié: "Creo que una de las razones por las que Happy Feet: rompiendo el hielo tuvo tanto éxito fue que tenía una imagen diferente. Buscamos imágenes reales todo lo que pudimos, todo lo que la tecnología y nuestra experiencia nos permitían hacer en ese momento. Tomamos como base de la película la historia natural de la Antártida: el comportamiento de los pingüinos; la forma del hielo; la forma de las nubes y los vientos que existen de verdad. Era una película muy auténtica, pero también tuvo algo que ver la propia belleza de la Antártida. Aunque parezca que solo hay hielo y nieve, es un paisaje de una increíble riqueza, la formación de icebergs, las formas del agua, los colores de la luz con la puesta de sol, las bellas auroras que cruzan el cielo de noche...".

El productor Bill Miller añade: "Ahora hemos podido afinar muchas de las técnicas que aprendimos en la primera película y trabajar con la plataforma principal, hemos podido hacer de Happy Feet 2 una película nueva, de grandes avances y con un gran nivel de foto realismo".

El Codirector y Director de fotografía Peers afirma: "Como experiencia cinematográfica, esta película transcurre en un amplio abanico de emocionantes paisajes que no habíamos visto nunca antes, junto con lo que ocurre en la Tierra de los pingüinos Emperador. Es una historia de amor, de aventura y de desastre, todo ello cantando y bailando. Es simplemente épica".

El director de animación Coleman cree también que tiene más que ver con la evolución de los animadores que con la tecnología en sí misma. "Sí, hemos mejorado mucho desde donde estábamos hace cinco años. El software ha mejorado, pero también las personas que trabajan con ello, ya que han propuesto algunas técnicas y herramientas fantásticas. Con el proceso de generación de imágenes, las plumas, el pelaje, los ojos, la nieve..., todo ha experimentado una notable mejora.
Y eso es gracias a toda la gente de los departamentos de I+D, software e informática. Se sentaron con nosotros al principio y especificamos lo que necesitábamos. Por ejemplo, utilicé una herramienta de revisión que me permite ver el corte de mi equipo de animación con el foco, la iluminación y los efectos en funcionamiento. Lo utilicé todos los días para trabajar con George, y resultó ser una pieza tecnológica de gran utilidad integrada específicamente para esta película"
. Debido a que la autenticidad del paisaje era primordial, varios equipos de artistas se dedicaron a elaborar el aspecto de las diferentes facetas del continente antártico. Estos artistas se convirtieron en especialistas polares, investigando y estudiando el comportamiento de la nieve y el hielo que posteriormente sería integrado en las técnicas de creación de superficies e iluminación. George Miller añade: "Incluso lo que parece más trivial, lo que ves en el fondo, la forma en la que se comporta la nieve, la forma en la que el viento influye sobre la nieve, la forma en la que se mueve el agua, la luz del cielo, son hechos de la naturaleza de los que hemos anotado cada detalle. Hemos aprendido muchísimo".

Esta visita a la Antártida es en tres dimensiones, como explica el productor Doug Mitchell: "La calidad de las imágenes es exponencialmente mejor esta vez porque las tres dimensiones tienen mucho que ver en ello. Ahora, la tecnología y las personas involucradas en ella están tan conseguidas que no puedes ayudar más que formando parte de este mundo. Es fascinante".

Para el supervisor de estéreo Jason Fairley, había una máxima: "Al principio, nos dieron una serie de objetivos sobre los que trabajar. Pero con George, la historia es lo más importante, de forma que lo más importante a la hora de utilizar las tres dimensiones en este proyecto era que sirviera para el progreso de la historia. El trabajo en 3D no te deja distraerte ni un momento, sino que siempre ayuda al público a saber lo que está ocurriendo en ese momento. Cientos de personas trabajaron muy duro para hacer una película lo más emocional, interesante, apasionante y envolvente posible, de forma que la dimensión estereoscópica se utilizó simplemente para intensificar la experiencia del espectador de una historia que engancha".

La herramienta 3D fue también útil en la escena que aparecen multitud de criaturas andando, nadando, bailando o flotando por todo el paisaje. Miller dice: "Hay una escena con una familia de medusas muy bonitas e increíblemente brillantes que se mueven con un baile muy extraño y sutil. El hielo que cae en bonitos colores azules y turquesas, la nieve que brilla como los diamantes, hay muchísima belleza en esta película, contando por supuesto también con nuestros pequeños pingüinos peludos. Quería que el público sintiera que podía acariciar su pelo".

"Esta vez, los animadores buscaban también lograr una mayor expresión en el rostro, los ojos y la boca durante los diálogos. Y para algunos de los personajes nuevos, experimentamos con diferentes tipos de locomoción. Con los pequeños Erik, Bo y Atticus, tuvimos algunos problemas, especialmente con Atticus, porque su aspecto rechoncho, y el hecho de que no tiene cuello ni piernas, tenían que ajustarse con el complicado juego de pies y movimientos de baile que hace el personaje en el transcurso de la película. Modificamos la plataforma de forma que permitiera movimientos creíbles, mientras manteníamos el sentimiento y la forma del joven pingüino".

El director Miller mandó a sus equipos mantener una identidad clara y particular para cada personaje dentro del mar de pingüinos blancos y negros. Las pequeñas diferencias en el estilo de moverse y en las características físicas que les distinguen ayudaron a crear personalidades completas e independientes. Hicimos lo mismo con los pingüinos adultos: Carmen es difícil que se pierda, incluso entre los miles de Adelias hembra, gracias a su porte sensual y su movimiento de caderas.

En algunos personajes, también podemos encontrar cierta influencia humana en pantalla. Las secuencias de vídeo de sesiones de grabación de voz, denominadas "carretes espirituales" por los animadores, porque capturan el espíritu de la interpretación, arrojaron ideas para algunas elecciones de animación, con los movimientos y expresiones personales características de un actor plasmadas en la interpretación de su álter ego animado. De forma similar, para las secuencias del gurú Dr. Amor haciendo que toca la guitarra, los animadores buscaron imágenes de estrellas del rock y sus poses firmes haciendo que tocan la guitarra.

Pero los pingüinos, elefantes marinos y el krill no viajan solos en Happy Feet 2. El director del equipo encargado de crear la multitud, Greg van Borssum, afirma: "El equipo encargado de crear la multitud de personajes animados creó a más de 16 millones de personajes en más de 600 tomas, por lo que cada artista es responsable de aproximadamente 950.000 actores en la película, casi el doble de la población del estado australiano de Tasmania. Una escena con un momento muy dramático atraerá la atención de miles de pingüinos. Y a medida que se va a alejando el primer plano, y se va quedando más al fondo, ves de forma general el comportamiento del pingüino Emperador o del Adelia. De forma que te das cuenta de que esta es una historia de una comunidad mucho más grande".

El krill también supuso para los animadores algunos problemas y no solamente por el mero hecho del número, 603.000 para ser exactos. Se instalaron en las plataformas controles muy afinados para los 13 conjuntos de brazos y piernas para cada "héroe". Una vez más, el metraje de referencia del krill en la naturaleza nos dio información sobre su movimiento.

La colisión entre dos mundos, enormes y minúsculos, era otra cosa a la que los animadores tenían que enfrentarse. Rob Coleman dice: "Para la secuencia con el krill sobre la espalda del leopardo marino, sabía desde el principio que el guión gráfico iba a ser complicado, porque va de macro a micro y de dentro y a fuera del agua. Esa toma llevó más de un año de producción debido a su complejidad".

Volviendo a visitar el mundo antártico de Mumble, que reúne a muchas especies diferentes que habitan el continente virgen, George Miller demuestra que estando unidos, a pesar de las diferencias, pueden superar el caos mundial. "Reconociendo y aceptando nuestras diferencias, podemos cambiar el mundo, si nos unimos, podemos hacer cualquier cosa", asegura el cineasta. "Pero al mismo tiempo, todos somos personas con nuestros propios talentos y dones. Es lo que hacemos con los demás los que importa".