La aventura de acción está protagonizada por Sullivan Stapleton (Gangster Squad - Brigada de Élite) como Temístocles y Eva Green (Sombras Tenebrosas, Casino Royale) como Artemisia. Retomando sus papeles de 300, Lena Headey interpreta a la reina espartana Gorgo, David Wenham interpreta a Dilios, Andrew Tiernan repite como Ephialtes, Andrew Pleavin protagoniza a Daxos y Rodrigo Santoro vuelve con el papel del rey-dios persa Jerjes. El reparto principal también incluye a Hans Matheson en el papel del amigo más cercano y consejero de Temístocles, Aeskylos; a Callan Mulvey y Jack O'Connell en el papel de los soldados Escilias y Calisto, padre e hijo en la película, y a Igal Naor interpretando al rey persa Darius.
La película está dirigida por Noam Murro a partir del guion de Zack Snyder y Kurt Johnstad y está basada en la novela gráfica Jerjes , de Frank Miller. Los productores de la película son Gianni Nunnari, Mark Canton, Zack Snyder, Deborah Snyder y Bernie Goldmann y los productores ejecutivos son Thomas Full, Frank Miller, Stephen Jones, Craig J. Flores y Jon Jashni.
El equipo creativo entre bastidores incluye al director de fotografía Simon Duggan, al diseñador de producción Patrick Tatopoulos, los editores Wyatt Smith y David Brenner, la diseñadora de vestuario Alexandra Byrne, los supervisores de efectos especiales Richard Hollander y John "DJ" Desjardin y Junkie XL son los encargados de la banda sonora.
Producción
"Por la gloria. Por la venganza.
¡GUERRA!"
En marzo de 2007, la película 300 llegó a la cartelera mundial fascinando a los cinéfilos con su representación llena de acción del rey espartano Leónidas y sus 300 camaradas, que a pesar de estar en gran desventaja en cuanto a número, se llevaron la victoria de manera heroica frente a las fuerzas invasoras persas, gobernadas por el rey y dios Jerjes. Los productores, dirigidos por el guionista y director de 300, Zack Synder, han resucitado esta leyenda utilizando técnicas de rodaje vanguardistas, mientras que los platós y los fondos pertenecen en su totalidad al mundo virtual.
Inspirada en la obra del novelista gráfico Frank Miller, 300 se convirtió en un exitazo en taquilla, con su asombrosa imagen que elevó el listón del género y sus inolvidables gritos de guerra, que pasaron a formar parte del léxico de la cultura pop. El éxito de la película generó debates acerca de una secuela, pero, como indica Snyder, había un claro obstáculo. "Al final de la película, casi todos los personajes principales estaban muertos, así que pensé que ya se había acabado la historia".
No podía haber una secuela en el sentido tradicional, pero eso no significaba que no hubiera más historias que contar. Snyder, productor y coautor del guion de 300: el Origen de un Imperio recuerda que Frank Miller se puso en contacto con él para decirle que estaba trabajando en una idea acerca de un general ateniense llamado Temístocles que dirigía a la armada griega contra la armada persa, capitaneada por la impresionante Artemisia. "Cuando me dijo que tenía lugar durante los tres días de la batalla de las Termópilas, en la que Leónidas se enfrentó a los persas en las Puertas Calientes y además con un resultado igual de significativo, pensé: ¡qué interesante!. Después me envió un resumen y algunos dibujos y pensé: Vale, entonces vamos a hacerlo realidad".
"Lo que Frank había elaborado nos permitió volver a visitar el mismo tiempo y lugar, y además introducir nuevos personajes igual de inspiradores y divertidos y darles mucha profundidad", dice la productora Deborah Snyder. "Queríamos subir el listón de la primera película con algo entretenido que ofreciera un nuevo nivel de drama, y, claro, un nivel de acción formidable".
Noam Murro, director de la película, nos cuenta: "La idea era crear una segunda trama dentro de la estructura de la primera película, por lo tanto temáticamente está en un contexto histórico similar, así que se cruza con 300 y, al mismo tiempo, tiene una perspectiva diferente que es igual de interesante".
Synder volvió a colaborar con Kurt Johnstad, su compañero y coautor de 300 en la creación de un guion para una nueva película en la que, según Kurt: "No hay necesidad de haber visto la primera para seguir la segunda, pues podría existir por separado y sigue caminos paralelos que, de vez en cuando, se entrelazan. No había que centrarse solo en Esparta, sino que pudimos ampliar la perspectiva e involucrar a las otras ciudades estado de Grecia, concretamente Atenas, que está en una situación límite en cuanto a la democracia".
Además de a los Snyders y Johnstad, la película también reúne a los productores Gianni Nunnari y Mark Canton, quienes ya desarrollaron y trabajaron inicialmente en la primera parte de 300 y al productor Bernie Goldmann, quien también ayudó a llevar la primera película a la gran pantalla. Todos ellos coindicen en que la historia les ofrecía la oportunidad de ver el conflicto que se desplegó en aquella época en Grecia en un sentido más amplio. A través de la representación de batallas épicas, la acción cambia de la tierra al mar, donde los griegos vuelven a enfrentarse a retos grandiosos.
Gianni Nunnari indica que "la nueva entrega recoge la historia de 300, pero la batalla de las Termópilas solo fue una en una guerra que duró muchos años, así que aún había mucho que explorar en las historias reales y mitológicas de aquellos tiempos".
Según Goldmann, "eso ha sido lo más emocionante, pues Zack y Kurt crearon un guion que complementa a la primera película, pero se desarrolla en un campo de batalla totalmente distinto. Y ya no son espartanos, no son soldados profesionales que viven para la guerra, sino hombres libres que deben tomar la decisión de luchar, y posiblemente morir, por aquello en lo que creen".
Canton opina que "el concepto espartano de una 'muerte hermosa' era emocionante, pero no era una filosofía común, la de un hombre cualquiera: un panadero, alfarero o poeta; gente que no ve el mundo de la misma manera necesariamente, pero que está unida por una causa común. Creo que ese es el tema principal que hace de esta una historia tan fuerte".
Noam Murro, premiado director de anuncios televisivos, fue elegido para tomar el mando en la secuela de 300 tras presentar al equipo de productores sus ideas para la película. Zack Snyder recuerda que "Noam cogió la historia y nos la devolvió de una manera que cautivaba y emocionaba; yo estaba muy interesado en el trabajo de Noam y creí que le daría un toque fresco al mundo de 300, y así fue".
Canton añade: "Noam no solo es considerado como un reputado director, sino que también entiende de historia, música y sonido y tiene mucha técnica, así que fue como una transición natural".
"Sabía que sería un reto hacer una película que respetara a la primera pero que se sostuviera por sí sola, y Noam hizo frente a ese desafío," dice Goldmann. "Además es un gran colaborador que se rodeó del mejor equipo de profesionales, recibió sus aportaciones y les dio tiempo y espacio para que dieran lo mejor de sí, lo que creo que mejoró su visión".
Los griegos deben luchar bajo el liderazgo de un hombre, Temístocles, soldado por una parte y también político, quien usa ambas habilidades para conseguir un mismo objetivo. Sullivan Stapleton, quien interpreta al general ateniense, menciona: "Mientras que Leónidas rige en Esparta de una manera militar y muy autoritaria, Temístocles tiene que trabajar en sus dotes como orador para congregar a toda Grecia y conseguir que luche unida. Sabe que, aún así, no podrán igualarse a los persas, pero Temístocles ama su país y cree en esta nueva idea de democracia. El guion me otorgó el conocimiento de lo que estaba en juego entonces".
Noam Murro asevera que Artemisia, la excelente rival de Temístocles, está motivada también, no por algo tan idealista como la democracia, sino que su crueldad nace de la venganza, y que ambos creen firmemente en sus objetivos, por diferentes que sean, y eso hace que se desarrolle una dinámica interesante.
Por su parte, Eva Green, la actriz que interpreta a esta imponente pero despiadada guerrera dice: "Pude investigar un poco sobre Artemisia porque el personaje existió en la realidad, aunque en la película es un poco diferente, pues el hecho de que una mujer estuviera al mando hace tanto tiempo era algo insólito, así que tenía que demostrar una fuerza excepcional".
Zack Snyder comenta que "fue divertido preparar las circunstancias que propiciaran disputas entre ellos en este mundo mitológico y novelado; es como si se tratara de una máquina que está en movimiento continuo y se alimentara a sí misma constantemente".
Kurt Johnstad dice: "Algo de lo que Zack y yo siempre hemos sido conscientes, y creo que Frank eleva mucho el listón en esta película también, es que es una historia de hace miles de años, pero que no debería sonar como si fuera de aquella época, pues el diálogo tiene una calidad moderna y agresiva, no solo en los personajes masculinos, sino que los femeninos tienen mucha actitud y eso choca en cuanto a lo que una novela gráfica se refiere. Es un lujo trabajar con las partes que crea Frank, porque escribe cosas interesantes, oscuras y modernas que puedes desarrollar hacia atrás o hacia adelante en el tiempo, y es algo que sigue trascendiendo, porque es auténtico".
En 300: el Origen de un Imperio, se revela cómo Jerjes se convirtió en rey-dios, una metamorfosis en la que tanto Temístocles como Artemisia tuvieron mucho que ver. Rodrigo Santoro, quien vuelve a interpretar al sumamente sofisticado dirigente persa, opina que "en la primera película, no se sabía de dónde salía Jerjes, así que ver su transformación le da más magnitud a su personaje, lo que te hace comprender el porqué del poder que hay tras su trono".
Lena Headey retoma el papel de la Reina espartana Gorgo, que ahora es tanto dirigente como espectadora, y en palabras de Deborah Snyder, "Gorgo es la narradora, es su voz la que nos guía durante la película, pues es un personaje femenino muy fuerte y le da un toque diferente a la historia, ya que hace que conectemos el pasado y el presente".
Al igual que en la primera película, los platós y entornos de 300: el Origen de un Imperio se concibieron de una manera virtual, lo que significa que en el escenario, todos, desde los actores al resto del equipo, tenían que imaginar lo que el público vería después: el hecho de que las batallas se darían en las agitadas cubiertas de barcos, y no en tierra firme.
En palabras de Gianni Nunnari, "en general, puede resultar muy difícil trabajar en el agua, pero imagínate crear una gran masa de agua en la pantalla y después montar grandes escenas de lucha en ella; se necesitaron nuevas tecnologías grandiosas para hacer esta película".
Zack Snyder comenta: "Queríamos definir la imagen para que fuera congruente con el lenguaje visual de 300, pero no exactamente igual, y empezamos preguntándonos si se podría dar en el mismo reino y a la vez ser completamente independiente; creo que las respuestas que surgieron fueron geniales".
Noam Murro nos cuenta: "Desde el principio, Zack declaró que la película tiene una estética que surge de la primera parte pero con un alcance más amplio y dijo: 'Ampliad los horizontes, encontrad otra manera'. Fue muy comprensivo con los esfuerzos que todos hicieron en ese aspecto a lo largo de la producción".
Casting
"Así que luchad duro hoy. Luchad por vuestros hermanos.
Luchad por vuestras familias. Y, sobre todo, luchad por Grecia".
La guerra está estallando en Grecia, y la única pregunta es si las ciudades-estado independientes se unirán a tiempo para defender sus fronteras del rey-dios persa Jerjes y su inmensa armada. El rey espartano Leónidas ya está en marcha con sus 300 mejores hombres para encontrarse con el enemigo en lo que solo podría describirse como una misión suicida; pero Atenas no es Esparta.
Según Noam Murro: "Temístocles no es un rey, debe seguir unas reglas diferentes, y los atenienses tienen la libertad de elegir si van a la guerra o si intentan negociar la paz, por lo tanto Temístocles debe ganarse los corazones del pueblo y trabajar a muchos niveles, psicológicos y políticos, para conseguir su apoyo, y eso se le da muy bien".
Sullivan Stapleton describe a su personaje como "un soldado muy orgulloso y extremadamente patriótico. La idea de que los persas quieran tomar sus tierras y esclavizar a su gente es suficiente como para impulsarle a luchar a muerte para defender Grecia, pero antes de que pueda convertirse en soldado tiene que ser un líder para demostrar su talento como gobernante y como estratega".
Según Zack Snyder, "Sullyvan le dio a su parte un carisma fabuloso y la seguridad que Temístocles necesita para convencer a la gente de que está en lo cierto y que es la única vía que existe es la suya. Estas cualidades son muy importantes para forzar a la gente para que vaya a la guerra e intentar convencerles de que derramen sangre por la causa".
La armada persa está dirigida por Artemisia, una mujer que no necesita la diplomacia, astuta y sanguinaria, a la que no le sirven excusas y que no acepta una derrota, pues el fracaso se paga con consecuencias muy graves.
Desde el principio, los directores solo tenían a una actriz en mente para el papel. Mark Canton nos confirma: "Eva Green fue el único nombre del que hablamos, y tenía todo lo que soñábamos y más. La Artemisia que interpreta Eva es un mil % mujer y otro mil % despiadada guerrera naval, y resulta brillante como ambas".
"Es peligrosa, hermosa, sexy, conspiradora, tiene una espada y sabe cómo usarla, así que es muy simple: no te metas con ella", comenta Noam Murro entre risas. "Para Eva, consistía en crear a una mujer sin remordimientos cuando se trata de sus objetivos o su crueldad a la hora de conseguirlos".
De hecho, Eva, acogió el lado oscuro de su personaje con especial interés. "Me encanta interpretar a personajes malvados, pero especialmente a los que son complejos y tienen una razón para comportarse así, es mucho más interesante".
Aunque nació en Grecia, Artemisia fue traicionada cuando era niña por sus propios compatriotas, que aún siendo muy crueles, sembraron sin saberlo las semillas de la muerte y la destrucción en su propia tierra. Según Eva, "eso explica por qué alberga tanto odio por Grecia en su interior. Lo que me gusta de Artemisia es que es muy valiente y de armas tomar, su trágico defecto es su obsesión y su necesidad de venganza".
A pesar de ser enemigos mortales, Temístocles y Artemisia llegan a desarrollar una admiración mutua. Stapleton da fe de ello: "Son dos soldados que respetan las estrategias del otro; si se hubieran conocido en otras circunstancias, puede que no intentaran matarse el uno al otro, pero están claramente en bandos opuestos, y así es como tiene que ser".
Green, por su parte, opina que "Temístocles resulta ser un adversario feroz y muy ingenioso y Artemisa al final le admira y hará lo que sea por ponerle de su lado, pero aunque quiere dominarle, las cosas no salen según lo planeado y Artemisia vuelve a los planes de batalla que están por llegar, más segura de querer derrotarle".
Tiene la intención de destruir a los griegos, pero le falta el valor para desatar la guerra sobre ellos por su cuenta, sin embargo, con la muerte de Darius, el rey de Persia, a manos de Temístocles, puede atisbar una oportunidad... y se agarra a ella con fuerza. Interpretando las palabras de Darius en su lecho de muerte, que advertía de que "solo los dioses pueden derrotar a los griegos" para su propio beneficio, convence a su hijo y heredero, Jerjes, de que este debe convertirse en rey-dios.
En palabras del director, "siempre pensé que la relación entre Artemisia y Jerjes es uno de los aspectos más interesantes de esta película. ¿Le está manipulando ella o hay manipulación por ambas partes? ¿Artemisa le está utilizando para vengarse de los griegos o es Jerjes quien la utiliza para conseguir el poder por ser un brillante capitán y así poder cumplir sus ambiciones? Es importante no hacer que se le vea como alguien que no sabe lo que hace, es retorcido y malvado, pero no es tonto".
Rodrigo Santoro, quien ya interpretó al rey-dios Jerjes en todo su esplendor en 300 menciona que "lo bueno de El Origen de un Imperio es que podremos ver a Jerjes cuando era joven y comprender como se transformó a sí mismo en un personaje increíble, y, en mi opinión, fue un acto de valentía por parte de Jerjes porque tenía que encomendarse a morir antes de que pudiera experimentar su propio renacimiento".
Según Goldmann, "con la actuación de Rodrigo podemos sentir el poder de Jerjes en su forma divina, pero también hay momentos previos en los que se puede entrever el hombre que fue, y creo que eso le da más profundidad al personaje, y Rodrigo hizo un trabajo estupendo manifestando esa dualidad".
"La historia del origen de Jerjes salió de una de las ideas de Frank Miller," según nos cuenta Zack Snyder. "Creo que lo divertido de contarlas es sacar la mitología de la realidad, cosa que ha sucedido en las fogatas de los campamentos desde el principio de los tiempos".
En 300: el Origen de un Imperio, la historia la relata Gorgos, la Reina de Esparta y mujer del rey Leónidas, quien toma las riendas de la narrativa de David Wenham, que interpreta a Dilios. Gorgos aparece en esta película cuando Temístocles llega para suplicar a los espartanos que se alíen con los atenienses y con las otras ciudades-estado para que puedan ser una nación unida. Los espartanos han nacido y se han criado para la guerra; sin embargo, Gorgo no le da a Temístocles la respuesta que esperaba.
De nuevo en el papel de Gorgo, Lena Headey explica: "Los espartanos fueron educados para luchar, pero solo por Esparta, así que ella les dice que Esparta no tiene intención de aliarse con ellos, no sacrificarán sus vidas por los objetivos de otros y no comparten el sueño de una Grecia unida que tiene Temístocles".
Deborah Snyder opina que fue maravilloso que Lena interpretara de nuevo a la Reina Gorgo; es esencial en el reparto y su papel es muy emotivo porque, cuando la ves por primera vez, ya sabemos el destino de Leónidas y, cuando vuelve a Esparta, acaba de sufrir la gran pérdida de 300 de sus mejores hombres, incluido su marido, el rey. Ahora se enfrenta a la gran responsabilidad de gobernar Esparta y tiene que preocuparse de su protección por encima de todo, pero algo que le dice Temístocles, y el hecho de querer vengar la muerte de Leónidas, son factores más motivadores para ella".
Al contrario que los espartanos, los camaradas atenienses de Temístocles no son soldados profesionales, por ejemplo, el mejor amigo y consejero de este, Aeskylos, es filósofo y poeta. Hans Matheson, el actor que interpreta a Aeskylos, comenta: "Eso me hizo poner en duda qué sería lo que le forzaría a ir a luchar. Todo giraba alrededor de la idea que había de la democracia en aquellos tiempos, es decir, el sacrificio de los beneficios culturales y el gran potencial de la humanidad para explorar la ciencia, el drama, la religión... Y Aeskylos tenía que defender su país, y con él, las posibilidades que les llegaban, y también tenía que apoyar a su amigo cómo pudiera".
En palabras de Murro: "Hans busca el conocimiento profundamente y comprender la motivación que existe detrás de todo lo que hace, y eso es parte de quién es en la película. Aeskylos no está hecho para la lucha, pero sabe que tiene que luchar, es un amigo verdadero y defensor de Temístocles".
El daño que la guerra inflige a padres e hijos se personifica a través de dos guerreros más que luchan de parte de Temístocles: Escilias y su hijo Calisto, interpretados por Callan Mulvey y Jack O'Connell respectivamente. Escilias está decidido a arriesgar su vida, incluso aventurándose a espiar tras líneas enemigas, y piensa que su hijo no está preparado para ser un soldado, mientras que Calisto está impaciente por ponerse a prueba en el campo de batalla.
Callan Mulvey opina que "Escilias está preparado para sacrificarlo todo por proteger lo que más ama, quiere muchísimo a su hijo y se resiste a reconocer que este se ha convertido en un hombre. Escilias no quiere que Calisto deje de ser un niño y tiene que afrontar la posibilidad de que pueda perderle".
Irónicamente, es el propio ejemplo de Escilias el que inspira a su hijo para luchar. Jack O'Connell afirma que su personaje admira a su padre como un héroe de guerra y eso dio pie a muchas de las aspiraciones de Calisto. Quiere aprovechar la primera oportunidad para conseguir respeto, y al principio de la película es un niño, pero la dura realidad de la guerra le hace crecer muy rápido.
Noam Murro cree que ambos actores son adecuados para los papeles de familia. "Callan es muy maduro, sin embargo Jack es todo energía juvenil. Se comportaban como padre e hijo en el plató, había una verdadera conexión entre ellos que sirvió a la película de una manera temática.
Otros dos actores de la película anterior también vuelven figurar en el reparto de la nueva: Andrew Tiernan vuelve a estar irreconocible interpretando al traidor Ephialtes y Andrew Pleavin en la piel del soldado espartano Daxos.
Entrenamiento
"Artemisia fue alimentada, vestida y entrenada por los mejores guerreros del Imperio Persa hasta que se convirtió en alguien sin igual".
Sin lugar a dudas, el físico escultural de los espartanos fue uno de los elementos visuales más comentados de 300; los directores sabían que era vital que el elenco estuviera en plena forma para la nueva película, pero esta vez había algo distinto. Según Zack Synder, los griegos libres no son iguales que los espartanos; son menos salvajes, así que lo lógico era que los entrenadores trabajaran de manera más individualizada con cada actor esta vez.
La tarea de poner en forma al reparto volvió a recaer en el entrenador Mark Twight y su equipo y los actores tuvieron que someterse a un estricto régimen que incluía dieta y ejercicio. Mark Twight nos cuenta que "el entrenamiento era personalizado, pero las reglas eran similares para todos. Una vez tuvimos fijado un objetivo para cada actor, dijimos, 'Vale, hay que llegar hasta aquí; ¿Qué vamos a hacer para que lo consigas?' Nos adaptamos a cada uno de ellos y ajustamos el entrenamiento sobre la marcha sin olvidarnos del objetivo definitivo".
Mark Murro comenta lo siguiente: "Si actúas en la película 300 tienes que aceptar una serie de normas básicas, y una de ellas consiste en realizar un entrenamiento físico para estar en forma. El entrenador, Mark, es muy sensato, así que mejor que estés preparado para involucrarte porque es tan motivador y tiene tanta fuerza que puedes estar seguro de que conseguirá ponerte en la forma física que necesites".
Mark Twight dice que uno de los mayores obstáculos que tuvo que superar fue el de que los actores no estaban juntos en un campo de entrenamiento en las semanas previas al rodaje, como estaban en la primera película. "Esta vez fue más complicado porque todos estaban en distintos lugares, y no contamos con la competitividad que se produce cuando todos entrenan en grupo. Por ejemplo, Sullivan Stapleton estaba, a todos los efectos, en la otra punta del mundo, así que tuvimos muy poco tiempo para prepararle cuando llegó".
Puede que la tarea más desmoralizadora fuera la de los actores que, siete años después de rodar 300, tenían que aparecer en la pantalla como si no hubiera pasado el tiempo. En concreto, Rodrigo Santoro tenía que estar a la altura del nivel de un dios para representar a Jerjes, y según opina el actor, "el proceso fue tan intenso como la primera vez; horas y horas en el gimnasio y semanas sin poder comer helado ni chocolate, pero ese es el precio que hay que pagar para ser un rey-dios", dice con una sonrisa.
Andrew Pleavin experimentó lo que Mark Twight define como "la mayor transformación posible en el menor tiempo, pues tenía un reto de cuatro semanas de increíble presión para recuperar la silueta que tenía antes".
Pleavin recuerda: "Cuando llegué, estaba por encima de la media, pero según los patrones de Mark Twight, estaba en muy mala forma, así que me agradó mucho lo que conseguimos en tan poco tiempo. Es un privilegio que alguien del calibre de Mark pueda orientarte, y estoy muy agradecido de haberlo experimentado dos veces en mi carrera".
El programa de entrenamiento exhaustivo no era exclusivo para los hombres, y Mark no tiene más que grandes elogios para Eva Green y Lena Headey. "Lena tiene la actitud y la cualidad física y puede resultar imponente y elegante a la vez, aprendió rápido y estaba entusiasmada por todo el proceso.
Eva ya estaba preparada y más que dispuesta, fue una sorpresa trabajar con ella; me encantó verla actuar en la coreografía de combate y cómo ejecutaba a la perfección algunos movimientos complicados con dos espadas. Era explosiva cuando emergía de una postura baja, y yo pensé 'Aquí está el resultado de nuestro trabajo'. Me sentí orgulloso de ella".
Por su parte, Eva recuerda: "No soy una persona muy coordinada, al principio me daba un poco de miedo y Mark me decía: 'No pienses, hazlo'. Luchar con dos espadas fue un reto mayúsculo, pero el gran trabajo que hice me ayudó mucho. Los dobles de cuerpo son los mejores, me parecían impresionantes; me lo pasé genial, era como si estuviera viviendo un sueño".
Sullivan Stapleton comparte su entusiasmo y añade: "El entrenamiento con las espadas fue muy divertido, nunca había hecho nada igual y siempre es gratificante aprender algo nuevo, sobre todo cuando trabajas con los mejores. Empezamos haciendo los movimientos con bastones y fuimos escalando hasta llegar a las espadas. Había mucho que asimilar, así que trabajamos en ello todo lo que pudimos, dando sentido a todas las batallas poco a poco, estuvieron todos fantásticos".
Damon Caro, otro de los alumnos de 300, se encargó de la coordinación de los dobles y de la dirección de segunda unidad en 300: el Origen de un Imperio. "Damon fue coordinador de dobles y coreógrafo en la primera película, ¿quién mejor para dirigir la segunda unidad en esta? Hemos tenido un equipo increíble entre la gente que preparaba a los dobles y la que los dirigía", dice Gianni Nunnari.
Para la coreografía de las escenas de lucha, Damon Caro era consciente del contraste entre los avanzados métodos de guerra de los espartanos y los de los atenienses. "Teníamos que ajustar el estilo para que no fuera tan profesional y quedara genial igualmente", dice Damon. "Quitando a algunos de los personajes principales, teníamos que tratar con gente normal, la clase obrera que tuvo que dejar su trabajo y su hogar para ir a luchar, pero una gran excepción fue Temístocles. Como capitán y veterano de muchas batallas, Temístocles tenía que estar más pulido, pero con los persas utilizamos las mismas técnicas que antes porque sigue siendo el ejército de Jerjes, aunque ahora el escenario sea el mar".
Digno del mar
"Hoy el último de los barcos griegos será destruido. No tengáis piedad de ellos...
Hoy bailaremos sobre las espaldas de griegos muertos. Hoy repartiremos sumisión.
Hoy quiero sentir la garganta de Temístocles debajo de mis botas".
Aunque el primer frente de batalla había cambiado de Termópilas al mar Egeo, los directores querían que el estilo visual de esta película se correspondiera con el de 300. Noam Murro y su director de fotografía, Simon Duggan, usaron el patrón de la película anterior como una referencia para enmarcar el rodaje de una manera que también reflejara el material de la novela gráfica y también pudieron planificar las escenas usando previsualización, en la que secuencias enteras se organizaban en un formato animado básico. Dada la gran producción de efectos especiales, el escenario de previsualización era clave para todos los departamentos. Richard Hollander, el supervisor de efectos especiales, nos dice: "Teníamos que crear todo un mundo, y la previsualización nos permitía determinar cómo íbamos a grabar los diversos ángulos en acción, revisarlos, y si fuera necesario, cambiarlos, retroceder y volver a grabar las veces que fuera necesario".
Según Noam Murro: "Lo diseñamos de tal manera que cada batalla era diferente, pero todas enlazaban con la idea de que los griegos son los que conocen el entorno, el agua en este caso. Por eso Temístocles es un estratega tan bueno, porque sabe que si solo tienen en cuenta el número, están acabados, y por eso tiene que poner algo más sobre la mesa. Cada encuentro fue concebido para ofrecer otro aspecto de cómo usa sus tácticas y su conocimiento contra las fuerzas arrolladoras".
Hollander trabajó de cerca con el equipo de efectos especiales en Scanline, la empresa responsable de la representación del agua, en movimiento constante ya fuera en forma de olas suaves, bajo los remos de un barco o rompiendo contra las rocas o los cascos. Bryan Hirota, el supervisor de efectos especiales en Scanline, revela que el objetivo era hacer que el agua fuera creíble, pero no del todo natural. "Nuestra meta era elaborar que ofreciera algo al mundo súper estilizado de la película, por eso no queríamos que el agua fuera demasiado realista, queríamos asegurarnos de que el entorno se comportara de una manera fantástica, y una vez estuvo establecido el aspecto, hubo mucho trabajo de simulación avanzada y cómputo para ponerlo en marcha, fue un reto muy grande".
Aunque Scanline creó todos los medios principales de agua, algunas escenas en las que los actores tenían que estar sumergidos se consiguieron en tanques ubicados en los estudios Warner Bros. Leavesden, Londres.
Otro fluido vital que fue estilizado especialmente para la película fue la abundante cantidad de sangre que se producía en las batallas. En palabras de Hollander, "Al igual que en la primera película, queríamos que fuera algo extremo, así que añadimos casi toda la sangre en un proceso de posproducción, y tuvimos que hacerlo coincidir con cada puñetazo, corte y tajo en mitad del caos, así que añádir la pulverización de sangre fue un proceso más meticuloso de lo que te imaginas".
En una escala mayor, los efectos visuales tuvieron mucho que ver en cada escena de la película, ya que la mayor parte de platós y fondos fueron creados o desarrollados de manera digital. El equipo de efectos visuales también controló el tiempo, generando los efectos atmosféricos que ayudaban a dar ambiente en cada escena.
Los platós físicos, incluidos los segmentos de los trirremes de madera de los griegos y los buques de guerra negros de los persas, fueron construidos en escenarios de filmación en el estudio Nu Boyana, en las afueras de Sofía, Bulgaria. Sin embargo, se necesitaron imágenes procesadas por ordenador para completar la construcción de flotas de guerra y para hacer que las embarcaciones estuvieran en buen estado para navegar, en un sentido digital.
Cada escenario, ya fuera en el interior o en el exterior, estaba rodeado de croma azul o verde, que posteriormente se convertiría en vistas de la antigua Grecia y Persia, desde Atenas a Esparta y desde el mar Egeo al palacio del rey-dios Jerjes.