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  Tierra prometida  (Promised Land)
  Dirigida por Gus Van Sant
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Película de Gus Van Sant, protagonizada por Matt Damon, John Krasinski, Frances McDormand, con Rosemarie DeWitt, Scoot McNairy, Titus Welliver y Hal Holbrook. Casting, Francine Maisler, CSA. Supervisión musical, Brian Reitzell. Música, Danny Elfman. Vestuario, Juliet Polcsa. Montaje, Billy Rich. Diseño de producción, Daniel B. Clancy. Fotografía, Linus Sandgren, FSF. Producción ejecutiva, Gus Van Sant, Ron Schmidt, Jeff Skoll, Jonathan King. Producción, Matt Damon, John Krasinski, Chris Moore. Una historia de Dave Eggers. Guión, John Krasinski y Matt Damon. Realización, Gus Van Sant.

En palabras del actor y guionista Matt Damon, TIERRA PROMETIDA es "una historia creíble con personajes que nos recordarán a gente que conocemos".

"Es un relato emotivo acerca de lo que pasa cuando las personas y el dinero chocan, y de las reacciones a la hora de tomar decisiones importantes", explica el también actor y guionista John Krasinski.

El productor Chris Moore añade: "TIERRA PROMETIDA es el retrato íntimo de personajes muy verosímiles, pero también plantea temas de actualidad: ¿Qué valores tenemos? ¿Qué nos importa realmente? ¿Cómo se enfrenta una comunidad a un conflicto que afecta a sus miembros?"

"Estados Unidos es un país muy grande, por eso nos cuesta comprender quiénes somos", comenta el director Gus Van Sant. "Lo que más me gustó del guión de John y de Matt es que planteaba temas importantes con mucho humor y humildad. Es una historia poblada de personajes de carne y hueso, con sus defectos y sus grandezas".

"Interpreto a Steve Butler, el típico hombre de nuestra época", dice Matt Damon. "Dejó el campo donde creció porque su pueblo se moría. Se trasladó a la gran ciudad en busca de una oportunidad, como hace mucha gente. Tiene un buen trabajo y gana dinero".

John Krasinski añade: "Steve está convencido de que hace lo correcto y de que debe esforzarse para llegar más lejos. Ya lleva tiempo trabajando como representante y tiene la oportunidad de convertirse en ejecutivo".

"Steve llega a McKinley con su compañera Sue Thomason dispuesto a salvar al pueblo del deterioro económico y, a la vez, aumentar los activos de su empresa. Está convencido de que será pan comido porque creció en el campo y sabe hablar el lenguaje de los granjeros", explica Chris Moore. "Eso será su fuerza y también su debilidad. Se verá obligado a pensar en lo que ha hecho hasta ahora y en cómo quiere que sea su vida".

"La evolución de Steve es una metáfora de Estados Unidos", dice la actriz Rosemarie DeWitt, que interpreta a Alice, una maestra de escuela.

Hal Holbrook encarna al profesor de instituto Frank Yates: "Tengo 87 años y me parece que vivimos una época crítica", dice. "El concepto de democracia se basa en que las personas trabajen juntas. Si no somos capaces de transigir, no habrá democracia".

La oscarizada Frances McDormand es Sue: "Hasta que no pongamos en entredicho todo lo que nos atañe, no podremos controlar nuestro futuro", añade.

"Nos jugamos mucho más que nunca", añade Matt Damon. "¿Cómo habrían reaccionado nuestros padres y abuelos en una época como esta? ¿Qué pasará con nuestros nietos? Son preguntas difíciles para cualquiera".

TIERRA PROMETIDA explora la evolución de los valores estadounidenses a través de las decisiones que tomarán los habitantes de un pueblo cuando una compañía de gas natural se propone extraer gas de terrenos pizarrosos mediante el proceso de fractura hidráulica.

"La película sigue a Steve y a Sue mientras intentan convencer a los habitantes de McKinley de que arrienden sus tierras a Global Crosspower Solutions, la empresa en la que trabajan, considerada una de las mayores corporaciones del país", explica Matt Damon.

"Pero los habitantes no se ponen de acuerdo en si es para bien o para mal", sigue diciendo. "En muchos casos, es la única solución para salvar de la ruina a los granjeros".

"Los granjeros están preocupados por el futuro, tienen hijos, quieren mejorar las escuelas", dice Rosemarie DeWitt.

"Es un tema complejo, de mucha actualidad, que divide a numerosas comunidades rurales", expone Matt Damon. "¿Hay algún tema mejor para un narrador que preguntarse quiénes somos?"

"Steve cree en lo que hace, se esfuerza en convencer a la gente que arriende sus tierras para facilitar la prospección de gas natural, porque no quiere que desaparezcan las pequeñas granjas", sigue diciendo.

"Las perforaciones en busca de gas natural es un tema muy actual y sirve de perfecto telón de fondo para una historia que explora la identidad del estadounidense de hoy en día", comenta John Krasinski. "Las ganancias y pérdidas potenciales son enormes. Y para los granjeros es una decisión difícil".

Scoot McNairy, que encarna al granjero Jeff Dennon, añade: "Me pareció importante contar esta historia porque no defiende ni ataca, ofrece diferentes puntos de vista. A nadie le gusta que le obliguen a pensar de un modo u otro".

"Todo el mundo habla del tema de la energía", dice el productor Chris Moore. "El hecho de que sea una cuestión de actualidad añade tensión a la historia".

Matt Damon cree que "las comunidades rurales de Estados Unidos están muy pendientes de las perforaciones en busca de gas natural. Un amigo mío hace lo mismo que Steve y me contó que cuando llega a una granja, nunca pilla desprevenido a los dueños, saben de qué se trata".

"Es exactamente lo que pasa con Jeff, mi personaje", comenta Scoot McNairy. "Es un granjero orgulloso de su país, de sus tierras, que pertenecen a la familia desde hace generaciones, y la llegada de Steve equivale a un toque de atención".

John Krasinski manifiesta que "el público decidirá lo que pensar sobre este tema. Nuestro objetivo es que el espectador participe, a través de las emociones y del humor, en las difíciles decisiones a las que se enfrentan los personajes".

"Cuando aparece Dustin Noble, mi personaje, frustra las aspiraciones de Steve", sigue diciendo. "Su enfrentamiento se parece bastante al de dos rivales adolescentes, pero ahora hay mucho más en juego que controlar el patio de recreo".

"He querido explorar una comunidad en Estados Unidos a través de sus habitantes", explica. "Recuerdo lo que me decía mi padre de la vida en un pueblo. Se podía contar con los vecinos. Pero ¿qué pasa en los pueblos hoy en día cuando deben enfrentarse a cambios tremendos debido a la crisis económica y cuando deben tomar decisiones conjuntas?"

"Hablé del concepto original con el novelista y guionista Dave Eggers", sigue diciendo John Krasinski. "Intercambiamos ideas y, poco a poco, la historia empezó a cuajar".

La primera versión se llamó "Gold Mist" (Champán dorado), una referencia irónica al color del coche de lujo que se compraba un granjero venido a menos, y tenía a la energía eólica como telón de fondo.

Matt Damon y John Krasinski se conocieron gracias a Emily Blunt, la esposa de este último. Matt Damon se interesó de inmediato cuando John Krasinski le habló del guión durante una cena y no tardaron en ponerse a trabajar juntos. "Fue genial", dice el actor y guionista. "Nos llevamos de maravilla desde el primer momento, nos hicimos amigos y colaboradores a la vez".

"John tiene un cerebro privilegiado", dice Matt Damon. "Trabajar juntos se nos dio bien, nos reíamos mucho. Me recordó a cuando escribí con Ben Affleck y lo bien que lo pasábamos. Había olvidado lo fantástico que era".

Chris Moore se unió a ellos como productor y dice que "ante todo me atrajeron los personajes. Creo que los espectadores se identificarán con varios papeles. También me interesó la idea de cómo alguien que trabaja en una gran empresa puede empezar a dudar de sus fines y preguntarse qué papel juega en los objetivos de dicha empresa".

"Me pareció que el guión podía convertirse en una película interesante, de las que se veían en los años setenta. Ahora es más difícil producirlas, pero lo intentamos, como hicimos con El indomable Will Hunting", sigue diciendo. "También hay mucho humor en TIERRA PROMETIDA".

Matt Damon y John Krasinski empezaron a buscar pueblos que pudieran servirles de decorado para la película en el estado de Nueva York. "Entonces, mientras localizaban, se dieron cuenta de que, desde un punto de vista dramático, el negocio de los molinos de viento no funcionaba para la historia", explica el productor.

Matt Damon recuerda que debieron "aceptar el hecho de que habían construido una historia sobre algo que no existía realmente. En ese momento, el proyecto se tambaleó".

Los dos guionistas tuvieron que encontrar otro telón de fondo para desarrollar la historia y los personajes. Consideraron la minería, el petróleo y la pesca del salmón en Alaska. Matt Damon estaba rodando cuando a John Krasinski se le ocurrió la prospección de gas natural y empezó a documentarse inmediatamente.

La nueva versión del guión no tardó en estar lista. "John se puso manos a la obra y consiguió mejorar la película", explica Matt Damon. "La historia es básicamente la misma. Nos habíamos encariñado con los personajes y teníamos la posibilidad de desarrollarlos más".

Pulir la versión final les llevó nueve meses. "Matt y John tienen un gran sentido de la responsabilidad", dice Chris Moore. "Sacaban tiempo de donde no había para trabajar en el guión. Les daba igual si uno de ellos estaba en México DF, Vancouver, Nueva York, conseguían reunirse. Tampoco tienen problemas para decirse mutuamente que una idea no vale, pero se apoyan a fondo si la idea es buena".

Cuando estaban en la costa oeste, los dos guionistas se veían "cada fin de semana mientras Matt estaba rodando Un lugar para soñar", recuerda John Krasinski. "Nos pasábamos el sábado y el domingo escribiendo con nuestras familias en la misma casa. Hubo momentos realmente caóticos".

Matt Damon añade: "Durante la semana volvíamos al trabajo y cada vez que teníamos un momento libre, releíamos el trabajo del fin de semana y apuntábamos comentarios para volver a empezar".

"Un día, mi mujer me dijo: ‘Mira, te lo has pasado tan bien que da igual si no se rueda. Ha valido la pena porque te ha recordado lo mucho que te gusta escribir guiones y has tenido una increíble experiencia creativa con John’", recuerda, riendo.

Y por poco no ocurrió exactamente eso. En principio, Matt Damon también debía ser el realizador de la película, pero algunos proyectos que se había comprometido a protagonizar cambiaron de fecha de rodaje y se dio cuenta de que no podría dirigir TIERRA PROMETIDA. "Llamar a John y explicárselo fue uno de los momentos más difíciles de mi vida", reconoce el actor.

A la mañana siguiente, Matt Damon y su familia cogían un avión para irse de vacaciones. Mientras esperaban a que despegara, mandó un correo electrónico a Gus Van Sant, con el que ya había colaborado, contándole lo que pasaba. "Unos segundos después, antes de apagar los móviles, Gus contestó: ‘Me encantaría leer el guión’", explica el actor.

"Ya me apetecía leer el guión antes de que Matt me mandara el correo electrónico", reconoce Gus Van Sant. "Sabía que tenía un proyecto entre manos y cuando recibí su mail, supuse que necesitaba ayuda".

"Le mandé el documento antes de apagar el móvil", dice Matt Damon. "Dos horas después, al aterrizar, llegó un mensaje de Gus diciendo que quería dirigir la película. Mandé un correo a John: ‘Ya tenemos director, y no cualquier director, ¡el mejor!’"

Matt Damon no sabía que John Krasinski consideraba que Gus Van Sant era el mejor director para el proyecto. Cuando recibió el correo de su coguionista, se entusiasmó. "Creo que vomité y me desmayé de alegría", dice, riendo. "Soy de Massachusetts, y debo llevar al indomable Will Hunting dentro de mí".

"Al leer el guión, me di cuenta enseguida de que tenía el estilo de Matt", explica Gus Van Sant. "John y él habían conseguido algo muy bueno, no lo pensé demasiado para aceptar".

Con Gus Van Sant a bordo, la película cobró ímpetu y el rodaje empezó cuatro meses después.

Frances McDormand formaba parte del reparto desde sus inicios, tal como aclara Matt Damon: "Mandamos una de las primerísimas versiones del guión a Fran, cuando todavía se basaba en la energía eólica, y se comprometió a hacer el papel. Aparte de John y yo, es la persona que más tiempo lleva en el proyecto".

"A pesar de todos los altibajos por los que pasamos, Fran nunca dudó de que la película se haría", comenta el productor Chris Moore. "Es perfecta para el papel, transmite el sentido práctico de Sue y tiene un gran sentido del ritmo cómico".

"Su interpretación es muy matizada", añade Matt Damon. "Hace el papel de una madre divorciada que pasa mucho tiempo viajando. Después de trabajar juntos varios años, Steve y ella tienen una relación fraternal; compiten, pero sienten mucho afecto mutuo".

"A menudo, cuando estaba en una escena con Frances, notaba que algo estaba pasando", sigue diciendo. "Luego, cuando veía el copión, descubría que había interpretado cada toma con un toque diferente".

John Krasinski está de acuerdo: "Además de hacer algo diferente en cada toma, aporta pureza e intensidad al papel. Si yo estuviera al mismo nivel que ella, todo el mundo se enteraría, pero Fran se menosprecia y rechaza los cumplidos. Sin embargo, es brillante".

"No todo el mundo puede escribir un buen guión, es un oficio. John y Matt conocen ese oficio. Me impresionó leer una historia contada de una forma tan inteligente, y también que no intentaran convencer al espectador", dice Frances McDormand.

La actriz no tuvo dificultades para entender el dilema al que se enfrentan los habitantes de McKinley. "Me crié en una pequeña ciudad de Pensilvania dedicada a la siderurgia", declara. "Actualmente, lo están pasando muy mal, pero sigo teniendo amigos allí que no quieren irse porque sienten que forman parte de una comunidad".

En TIERRA PROMETIDA, las prioridades de la comunidad preocupan a Frank Yates, que vive en la granja familiar y entiende el conflicto de Steve.

"Frank es un hombre mayor y siente que es el responsable de la comunidad", explica Matt Damon. "Es un ingeniero retirado que trabajaba en Boeing y cree en la fuerza de la industria. Ahora da clases de ciencias en el instituto porque quiere educar a la siguiente generación de su comunidad. Es consciente del lugar que ocupa en el pueblo, en el mundo. Pone pegas a Steve para que los demás hagan preguntas y dispongan la información suficiente para tomar una decisión".

"Tuvimos que adaptar el rodaje para no coincidir con las fechas que Hal tenía comprometidas para su espectáculo en solitario acerca de Mark Twain", explica Chris Moore. "Pero nos daba igual, sabíamos que era el único actor capaz de encarnar a Frank, la conciencia de la comunidad".

El veterano actor se reunió con los cineastas y aceptó formar parte de "una película que aporta más que puro entretenimiento. Lo importante es el guión. También me atrajo trabajar con Matt. Ha madurado mucho como actor y no es nada pretencioso".

"Las interpretaciones de Hal Holbrook desprenden fuerza y vulnerabilidad a la vez, es perfecto para el papel", dice Rosemarie DeWitt. "Se me ponía la carne de gallina viéndole actuar. Nunca se equivoca en un diálogo. Todos nos equivocamos en algún momento, pero él nunca".

Varias actrices estaban interesadas en dar vida a Alice, otro de los papeles clave de la película. El personaje se convierte en la piedra de toque de Steve. Según Matt Damon, Rosemarie DeWitt es "Alice tal como la describimos en el guión".

Hablando de su personaje, la actriz dice: "Es una chica que creció en un pueblo, pero fue a la universidad en una ciudad grande. La vida le ha dado unas cuantas lecciones".

"Alice representa el futuro", explica el productor Chris Moore. "Decidió volver a su pueblo para cambiar las cosas y se convierte en un elemento importante en la historia".

"El encanto, carisma y tablas de Rosemarie dan cuerpo al papel, y le permiten enfrentarse con aplomo al conflicto entre Steve y Dustin, ya que los dos se sienten atraídos por ella", sigue diciendo.

"Ya había trabajado con Rosemarie y me gusta mucho como actriz", añade John Krasinski. "Durante la prueba, no hubo ninguna duda de que era Alice. Además, hay muy buena química entre Matt y ella".

La química también funciona de maravilla entre Matt Damon y John Krasinski. "Es un hombre asombroso, le conozco muy bien, pero me quedaba boquiabierto viéndole", dice Matt Damon.

"Hace 15 años, cuando rodamos El indomable Will Hunting, Gus me dijo que un buen reparto era el 95% del trabajo de dirección", explica el actor. "Conseguimos a todos los actores que queríamos. Les juntamos y empezaron a pasar cosas que no habíamos imaginado".

"El rodaje de TIERRA PROMETIDA fue una gran colaboración", dice Frances McDormand.

Titus Welliver, que encarna al amable dueño de la tienda que vende de todo, añade: "John y Matt escribieron un guión maravilloso, y nos invitaron a ser parte del proceso de llevarlo a la gran pantalla".

Los ensayos ayudaron a los actores a acostumbrarse y a entender mejor el lugar y los personajes. Tanto en su función de actores como de guionistas, Matt Damon y John Krasinski no pensaban dejar escapar los momentos de espontaneidad.

"Tenía la sensación de que Matt, John y Gus compartían el mismo cerebro", recuerda Rosemarie DeWitt. "Cuando no rodaban, los tres estaban juntos, reescribiendo alguna escena. Pero una vez delante de la cámara, Matt y John se convertían en Dustin y Steve".

Nunca se menciona en qué estado está situado el pueblo de McKinley. "Eludimos mencionarlo a propósito porque queríamos que fuera un pueblo cualquiera en Estados Unidos", comenta Matt Damon.

"Al ser una película sobre la situación actual en Estados Unidos, nos pareció lógico filmar en un lugar donde realmente pasa lo que se describe en el guión", dice John Krasinski. Por ello, TIERRA PROMETIDA está rodada íntegramente en decorados naturales en la zona rural de Pensilvania.

"Todo parece estar impoluto, perfecto, impecable en esa parte de Pensilvania", dice Hal Holbrook. "Me sorprendió descubrir las colinas verdes recortadas contra el cielo. Hemos olvidado que la mayoría de nosotros venimos de un lugar como este".

"Rodar en Pensilvania me ayudó a entender mejor a mi personaje", explica Rosemarie DeWitt. "Hablé con la gente de lo que había pasado en los últimos años y pude sumergirme en la cultura local".

El padre de John Krasinski creció en el estado de Pensilvania. "Hay algo que no habríamos podido capturar si no hubiéramos rodado en decorados naturales, una especie de energía, de dulzura", dice el actor y guionista.

El diseñador de producción Daniel Clancy, cuya familia es de Illinois, comenta: "Cuando se trabaja en un plató, se pierde el sentido de la realidad. En esta película necesitábamos la textura, la dureza de un sitio real. Gus tiene un gran sentido de la imagen y estábamos en la misma onda".

"Rodar en un entorno natural ayudó a mejorar el aspecto visual de la película, desde luego, pero también la historia, el vestuario, las interpretaciones, todo", aclara el productor Chris Moore.

"Existen tres factores decisivos para escoger un decorado", sigue diciendo. "El primero es puramente creativo: ¿Se parece a lo que hemos imaginado para la película? El segundo fortalece a la historia: Siempre es bueno situar a los actores y al equipo en el sitio donde realmente transcurre la historia y dar pequeños papeles a personas del lugar. Y el tercero es económico: Varios estados ofrecen incentivos para atraer rodajes, aunque siempre primará el lugar donde más valoren a la gente que hace cine. No solo cuentan las desgravaciones fiscales, también el hecho de que nos permitan rodar en la iglesia del pueblo, por ejemplo. En este caso, los tres factores se unieron".

Una vez decidido el estado, el director de localizaciones John Adkins se encargó de buscar las granjas y el pueblo adecuados. Después de varias conversaciones con el director Gus Van Sant, delimitó una amplia área no lejos de Pittsburg y la recorrió de arriba abajo.

Cuando el director llegó a Pittsburg, John Adkins le llevó directamente a un pueblo llamado Slate Lick Road, a unos 65 kilómetros al noreste de la capital del estado.

"Cuando empecé a buscar paisajes bucólicos, me acordé de Slate Lick Road", dice el director de localizaciones. "Fui a buscar a Gus al aeropuerto y le llevé directamente a la zona de Worthington y Slate Lick por una carretera muy pintoresca".

"Nunca había estado allí", dice el director. "John me enseñó una zona rural no lejos de Pittsburg y me pareció perfecta".

Las granjas que aparecen en la película se escogieron por su belleza, calidez y naturalismo. Algunas de ellas, como la granja de los Rhea (la granja Yates en la película), fueron construidas hace más de cien años y pertenecen a la familia desde hace cuatro generaciones. Actualmente crían cabras, emús y vacas, además de cultivar heno.

"Había granjas ruinosas que limpiamos y redecoramos", explica el director de producción Daniel B. Clancy. "Mucha gente desconoce totalmente la América rural. Se puede vivir en una ciudad e ignorar lo que ocurre a 80 kilómetros. Por eso era importante contar esta historia".

Para el pueblo que haría las veces de McKinley, el director de localizaciones debía buscar "un lugar que ha sufrido económicamente, pero cuyo corazón sigue latiendo".

Después de recorrer más de cien pueblos "en los que se oyen conversaciones muy parecidas a las de nuestra historia", Daniel B. Clancy se unió a John Adkins para empezar a restringir las opciones. "Dan y yo nos llevamos bien nada más conocernos, de lo cual me alegro, ya que pasamos muchas horas en mi todoterreno", dice el director de localizaciones. "Los dos entendimos lo que buscaba Gus".

"Cada vez quedan menos granjas; sin embargo, nos costó mucho más localizar el pueblo", explica el diseñador de producción. "No debía ser muy grande ni muy pequeño; debía mostrar un cierto deterioro, pero tampoco debía estar en ruinas para que funcionara con la historia".

Avonmore, Pensilvania, fundado en el siglo XVIII, encaja perfectamente. No es únicamente un pueblo granjero, ahora hay industrias, con el carbón y el acero a la cabeza de la lista. De los poco más de mil habitantes, muchos van y vienen a Pittsburg cada día para trabajar.

La avenida Indiana se convirtió en la calle principal (Main Street) de McKinley gracias a los edificios pintados de diferentes colores y a estilos arquitectónicos que revelan un pasado floreciente, a pesar de su estado cada vez más ruinoso, así como cierto orgullo y la tenaz esperanza en un futuro mejor. El decorado natural entusiasmó a Gus Van Sant, sobre todo cuando el departamento de decoración consiguió darle un toque agridulce al estilo Norman Rockwell.

Daniel B. Clancy y su equipo se ocuparon de transformar las fachadas y los letreros de las tiendas de la avenida Indiana en una panadería, una ferretería, un centro de Veteranos de Guerra, una oficina de correos y mucho más. El almacén Rob’s Guns, Groceries, Guitars and Gas (Armas, ultramarinos, guitarras y gasolina) se levantó en un solar vacío.

"Nuestra idea era mostrar por qué hay personas que prefieren vivir en un pueblo y qué les empuja a salvarlo", explica el diseñador de producción.

El bar My Buddy’s Place en Avonmore fue redecorado para convertirse en el bar Buddy’s Place de McKinley. "Viendo las escenas que rodamos allí, casi pueden olerse la cerveza y los cacahuetes", dice el actor Titus Welliver, riendo.

John Adkins añade: "El mismo local proporcionó tres decorados: la zona de la mesa de billar, la zona de la orquesta y del karaoke, y la barra, en la que hay cientos de nombres grabados.

"Además de todo lo anterior, es un lugar lo suficientemente amplio para albergar al reparto, al equipo técnico y al material", sigue diciendo. "Gerri Bumbaugh, la dueña, nos dejó hacer lo que quisiéramos. Se hizo amiga de Gus y no dudó en estar detrás de la barra durante varias escenas".

Como en todas sus películas, Gus Van Sant se esforzó en incorporar a gente del pueblo al reparto para dar mayor verosimilitud a escenas en que se requerían muchos extras, así como para dar más fuerza al juego de los actores profesionales.

Se realizaron cientos de pruebas hasta encontrar a unas 500 personas para la figuración y para interpretar pequeños papeles. También se contrató a actores locales, entre ellos niños, para dar vida a los personajes más jóvenes.

Los habitantes de Avonmore, trabajaran en la película o no, dieron una calurosa bienvenida a los actores y al equipo. Penny Dunmire, secretaria de la Asociación Comunitaria, dice: "Nuestra industria más reciente es el turismo. Por ejemplo, nos esforzamos en promocionar travesías en kayak y en canoa por el río. Con la película, llegó mucha gente al pueblo que se portó de maravilla con nosotros".

"Es un motivo de orgullo que rodaran la película en Avonmore", apostilla. "Todo el mundo estaba entusiasmado con el rodaje".

Gus Van Sant y el director de fotografía Linus Sandgren se inclinaron por una paleta de colores poco llamativa, con algunos toques más coloridos a medida que avanza la historia. "Personalmente, prefiero no utilizar una paleta de colores definida", explica el realizador, "pero entiendo que facilita las cosas para el equipo técnico".

La diseñadora de vestuario Juliet Polcsa y su departamento trabajaron con Daniel B. Clancy y su equipo para que todo encajara. "Vivo en un pueblo en el estado de Nueva York y la historia no me era ajena", dice la diseñadora.

"Decidimos trabajar con lo que suelo llamar ‘colores cómodos’", comenta. "La ropa de los habitantes de McKinley no podía ser muy nueva ni muy vistosa".

Sin embargo, el equipo de vestuario se topó con la moda actual cuando empezó a buscar ropa que encajara con la realidad de un pueblo que lo está pasando mal. "Los colores llamativos tan de moda actualmente no iban para nada con la realidad de la historia", explica Juliet Polcsa.

"Recorrí tiendas de segunda mano", sigue diciendo, "aunque no suelen tener ropa que parezca usada. Se puede envejecer y ensuciar ropa para la pantalla, pero hay que tener mucho cuidado al hacerlo para que no parezca totalmente falso".

Finalmente, Juliet Polcsa recurrió a lo que tenía más cerca. Así, el famoso chaleco de Frank Yates pertenecía "a mi marido", reconoce, riendo. "Salí ganando porque encontré prendas que realmente parecen usadas y conseguí deshacerme de algunas cosas del armario de mi marido. Está convencido de que volverán a casa, pero se equivoca".

La diseñadora de vestuario pidió a los actores principales que buscaran en sus armarios y le trajeran algunas prendas. "A Gus se le ocurrió que los actores podían llevar su propia ropa", explica la diseñadora. "Es verdad que sentirse cómodo con la ropa ayuda a sentirse cómodo con el personaje".

El actor más veterano fue el primero en responder. "El chaleco de mi marido es una de las pocas prendas que no pertenecen a Hal Holbrook. Me dijo que tenía un par de vaqueros viejos y una camisa bastante gastada que aún no quería tirar porque los usaba para trabajar en el jardín".

"Me mandó la ropa y la preparé para incorporarla al look de Frank Yates", explica la diseñadora. "Gus quería ver cómo quedaría el personaje. Hal se puso los vaqueros, la camisa y el chaleco, y apareció Frank Yates".

Matt Damon siempre intenta incorporar elementos que den pistas sobre el carácter de su personaje sin que sean muy evidentes. Habló con Juliet Polcsa para escoger el vestuario de Steve Butler, que empieza vestido muy correctamente a su llegada a McKinley. "Estudiamos un modelo ‘empresarial informal’ antes de pasar a la informalidad real de una pequeña ciudad", dice la diseñadora. "El cambio de Steve debía reflejarse en su vestuario. Como todo buen vendedor, se adapta a su entorno".

En el guión, Steve lleva unas botas vaqueras nuevas. Después de verlas, tanto Juliet Polcsa como Matt Damon no quedaron convencidos de que encajaran en la historia y acabaron decidiendo que el actor llevase unas botas de trabajo.

Unos días antes del rodaje, la diseñadora de vestuario miró en el interior de las botas y vio que estaban hechas en Bangladesh. "La versión revisada del guión especificaba que estaban hechas en Estados Unidos y que debían parecer usadas. Solo me quedaba comprar un par de botas Red Wing en e-Bay y cruzar los dedos para que llegaran a tiempo. Por suerte, así fue".

Y sigue diciendo: "No habrían funcionado mejor aunque las hubiera diseñado y envejecido. Forman parte de Steve. No se diseña un personaje solo hasta las rodillas".

El departamento del diseñador de producción aplicó la famosa paleta de "colores cómodos" de Juliet Polcsa a los coches, muebles y objetos, tanto en interiores como en exteriores. Daniel B. Clancy dice: "Es como un cuadro de Andrew Wyeth. Las tonalidades de amarillos, marrones y verdes están apagadas para mostrar el lento deterioro. Los toques de colores son sobre todo rojos, blancos y azules".

"Gus buscaba un aspecto realista, envejecido, pero nada estilizado", añade. "Revestimos las paredes con paneles para dar un toque de autenticidad rústica".

Uno de los elementos principales de la película, el agua, se convierte en un tema recurrente. El diseñador de producción lo explica: "Usamos agua siempre que pudimos. Hay charcas en las granjas, los niños juegan con mangueras, Steve se tira agua a la cara, Sue y él siempre llevan una botella de agua. Colocamos fuerabordas en los prados cerca del río. El motel – cuyo interior es una pensión de Avonmore que redecoramos para la ocasión – se llama Miller Falls Motel (Motel de la Cascada Miller)".

Es más, muchos directores habrían considerado la lluvia una auténtica molestia para el rodaje, pero Gus Van Sant la utilizó para realzar el tema del agua.

Y hablando de Gus Van Sant, Frances McDormand dice: "En general, Gus es de esos directores que no abren la boca a menos que tengan algo que decir; y cuando habla, todos le escuchan".

El realizador deja a los actores y a los técnicos usar sus conocimientos antes de dar especificaciones, permitiendo que nazca un fuerte espíritu de cooperación durante el rodaje.

El productor Chris Moore comenta que "Gus y Matt han rodado varias veces juntos y tienen una fantástica relación. Los dos son muy relajados. En su calidad de realizador y de estrella, marcan el ritmo del rodaje".

"Las personas que han trabajado con Gus siempre vuelven con él, tanto actores como técnicos", sigue diciendo. "Probablemente les atrae su discreta humildad y sus fuertes convicciones. Además, es amable, simpático y divertido. Hace que la gente se sienta bien".

"Confío en él plenamente, es un hombre con una tremenda empatía", añade Matt Damon. "Como actor, no se puede estar en mejores manos, basta con ver las actuaciones en sus películas para saberlo".

"Sabe captar la esencia del lugar, del tiempo y de los personajes", comenta Chris Moore. "Creo que la mejor forma de describirle es decir que estudia a los seres humanos".

"No le gustan los artificios", comenta Matt Damon. "El primer día de rodaje me miró y dijo: ‘¿Llevas maquillaje?’ Y contesté: ‘Sí, un poco’. Me pidió que me lo quitara".

"Gus es muy seguro de sí mismo", observa John Krasinski. "No levanta la voz, no habla mucho porque lo lleva todo en la cabeza y considera que cada uno debe saber hacer su trabajo".

"No lo tiene todo decidido de antemano", dice Hal Holbrook. "Está abierto a sugerencias y a lo que puede surgir en el transcurso de un rodaje".

Rosemarie DeWitt está de acuerdo: "Transmite confianza y seguridad a los actores y a los técnicos. Está pendiente de lo que pasa y se adapta a la situación. Siempre está al lado de la cámara cuando se rueda".

El director de fotografía Linus Sandgren recuerda que "estudiábamos las escenas e intercambiábamos ideas. Los movimientos de cámara dependían de los actores. Gus me mostró que el realizador Bernardo Bertolucci y el director de fotografía Vittorio Storaro lo hacían en las películas que rodaron juntos en los setenta".

Y añade: "Gus no quiere ver una película, sino la realidad".

"Mientras rueda, Gus nos mira a nosotros, los actores, y no la pantalla de un monitor", dice Scoot McNairy. "Cuando llegué al plató, pregunté dónde estaban los vídeos y me contestaron que no había. Me quedé atónito".

"Descubrí que el entorno de trabajo es mucho mejor, ofrece más posibilidades para explorar el papel porque no hay nadie viendo las escenas una y otra vez en el monitor", acaba diciendo.

La película se rodó en tan solo 30 días. "Como productor, me quedó claro que Gus no solo entiende el proceso creativo, sino también el de producción", comenta Chris Moore.

"Mi primera película de importancia fue El indomable Will Hunting, y desde entonces he deseado que los rodajes fueran más al estilo Gus Van Sant", sigue diciendo. "Gus siempre tiene en cuenta al equipo técnico y no malgasta tiempo rodando escenas innecesarias".

En sus películas más recientes, Gus Van Sant ha empleado una técnica que suele utilizar el director Terrence Malick, las tomas mudas. Se trata de rodar la escena sin diálogos hablados, dejando que los actores expresen las emociones en sus rostros mientras repiten los diálogos mentalmente. "Es posible que Terry se sirva de estas tomas de un modo diferente, pero son tremendamente útiles", explica Gus Van Sant.

"Las tomas mudas se ruedan antes de pasar a otra toma, cuando Gus piensa que le hemos dado lo que quería", comenta Rosemarie DeWitt. "Aunque no hay diálogos, no se trata de una pantomima. Debemos pensar y sentir como los personajes, reaccionar ante otro actor en la misma situación. Disfruté mucho haciéndolas".

"Incluso diría que las tomas mudas me han obligado a mejorar mi interpretación", dice Titus Welliver. "Para actuar sin diálogos, hace falta ser muy sutil. Hay que situarse en un nivel emocional diferente porque no hay palabras para expresarse".

"Como actor, representa un acto de fe", añade. "Pero ahora que lo he hecho, me gustaría tener la ocasión de repetirlo en otra película".

El montador Billy Rich explica: "En la sala de montaje, estas tomas permiten a Gus montar la reacción de un actor en una toma muda en contraplano a un actor en la misma escena hablada. Los actores actúan de forma diferente en las tomas mudas. Ayuda a que el público entienda lo que pasa y lo que sienten los personajes".

El director de fotografía Linus Sandgren dice que "es asombroso ver la interpretación de los actores. Me entusiasman las tomas mudas".

TIERRA PROMETIDA es su primera colaboración con Gus Van Sant, pero dice que "me inspira desde que vi Drugstore Cowboy". El director de fotografía y el realizador se reunieron mucho antes de que empezara el rodaje para hablar de la luz y de las tomas, y decidieron rodar la película en 35 mm.

"Empezamos hablando de los personajes", explica Linus Sandgren. "Luego estudiamos reportajes de los años setenta y ochenta, imágenes de fotógrafos como Steve McCurry y Stephen Shore".

"Queríamos recrear el look añejo de la América de hace unas décadas", sigue diciendo, "como las fotos tomadas con cámaras Leica, usando luz natural, con película Kodachrome. Todo el mundo piensa en el Super 8, pero nos inclinamos más por los retratos hechos con película Kodachrome en los ochenta. Para acercarnos a eso, decidimos rodar en 35 mm porque permitía más realismo y daba mayor resolución. Nos pareció que era la mejor forma de captar los ambientes y decorados de la película".

"Linus y yo nos tomábamos el tiempo necesario para entender el decorado", añade Gus Van Sant. "Cambiábamos cosas a medida que avanzaba el rodaje, según los decorados o las situaciones".

"Es una película preciosa", dice John Krasinski. "La fotografía de Linus ayuda a realzar la historia que cuenta el guión".

"Gus quería que la iluminación fuera lo más natural posible para crear una apariencia real", comenta Linus Sandgren. "Durante el revelado, usamos "pulp processing’".

"Eso significa que en vez de seguir el procedimiento normal de revelado, no se realzan los puntos de luz, sino que se mantienen y se rebaja el grano de la película", explica el director de fotografía. "El resultado es mucho más detallado y aporta una apariencia singular que encaja con la autenticidad de los personajes y de los decorados".

Matt Damon añade: "Queremos que TIERRA PROMETIDA catalice las conversaciones y haga pensar. No la rodamos con el fin de dar respuestas, aunque estoy seguro de que las hay".

"Espero que los espectadores quieran a los personajes tanto como yo, y que la historia les entretenga", sigue diciendo.

"La película habla de un ideal americano y de que todavía es posible alcanzarlo", dice John Krasinski.

"Matt y yo somos optimistas. La película deja claro que las cosas acabarán yendo mejor, y que la única forma de conseguirlo es trabajar todos juntos. Por suerte, la decisión aún depende de nosotros", acaba diciendo el actor y guionista.


La banda sonora
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