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  Win Win Ganamos todos  (Win Win)
  Dirigida por Tom McCarthy
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Escrita y dirigida por Tom McCarthy a partir de una historia concebida por Tom McCarthy y Joe Tiboni, la película está producida por Mary Jane Skalski, Michael London, Lisa Maria Falcone y Tom McCarthy, con producción ejecutiva de Lori Keith Douglas y Tom Heller. Encarnando la historia en la gran pantalla, se encuentra un reparto coral encabezado por los actores nominados al Oscar Paul Giamatti y Amy Ryan, así como Bobby Cannavale, Jeffrey Tambor, Melanie Lynskey, el también candidato al Oscar Burt Young y la presentación del joven Alex Shaffer.

El equipo creativo incluye al director de fotografía Oliver Bokelberg (EXPOSADOS), el diseñador de producción John Paino (THE VISITOR), el montador Tom McArdle (THE VISITOR), la supervisora musical Mary Ramos (MALDITOS BASTARDOS), con música compuesta por Lyle Workman (PASO DE TI) y diseño de vestuario a cargo de Melissa Toth (ADVENTURELAND).

La película WIN WIN, GANAMOS TODOS de Tom McCarthy trata sobre un hombre normal y corriente que lucha por sobrevivir y mantenerse en estos duros momentos de crisis económica. Tal y como se aprecia en la interpretación del actor nominado al Oscar Paul Giamatti, Mike Flaherty es un padre de familia que vive en la típica urbanización de las afueras, pero que sobre todo desea conseguir el triunfo como entrenador de lucha libre, ser un ganador ante los ojos de su esposa e hijas, así como un amigo mejor. Mike tiene la oportunidad de ser todo eso cuando adopta una cuestionable decisión que cambia su vida de una forma absolutamente inesperada, que le lleva no sólo a conseguir un increíble éxito deportivo gracias a un joven prodigio de la lucha libre, sino también a desengañarse, enfrentarse a la dolorosa verdad y emprender un sorprendente camino de redención.

El filme es el resultado de la aguda y cálida visión del propio McCarthy al situar a algunos de los personajes –especialmente Mike Flaherty y su inesperado huésped convertido en estrella de la lucha libre, Kyle Timmons– ante uno de los dilemas subyacentes en la época actual: Cuando los tiempos son difíciles, ¿debes hacer lo que sea necesario para triunfar o lo que te dice tu corazón que es lo correcto?

"Mike Flaherty tenía un sencillo plan de vida, pero, en momentos así, no parece que vaya a poderlo llevar a cabo. Es un tipo decente, divertido, trabajador, que simplemente toma una mala decisión –y la verdad es que si hubiera pensado las cosas mejor cosas, probablemente no habría hecho lo que hizo", señala McCarthy. "Lo que me interesaba era el hecho de que a veces las buenas personas toman decisiones realmente equivocadas y al final tienen que encontrar la forma de vivir con ello. Eso se constituyó como inexcusable línea trasversal de la historia. Lo que en un principio era una típica comedia en torno al deporte se convirtió en una comedia sobre el género humano".

Las primeras películas de McCarthy fueron dos éxitos de crítica y público del cine indie que aportaron sin duda una nueva voz al universo cinematográfico, una voz cómica que en esencia es profundamente humana. THE STATION AGENT (VÍAS CRUZADAS) era un estudio de patéticos y divertidos personajes que giraban en torno a un ser solitario, que, muy a su pesar, se ve inmerso dentro de un grupo de extravagantes pero generosos amigos; THE VISITOR narraba la potente historia de un profesor universitario que, involuntariamente, se ve implicado en la vida de una pareja de inmigrantes que quieren quedarse en Estados Unidos.

Pero con WIN WIN, GANAMOS TODOS, McCarthy se adentra en un territorio más amplio y tangible mediante un relato sobre un súbito éxito deportivo que no trata únicamente sobre ganar, sino sobre si realmente el objetivo es ganar. Como base principal de la acción del filme, McCarthy eligió un deporte que raramente ha aparecido en el cine pero con el que se siente muy cercano: la lucha libre juvenil. Habiendo practicado él mismo lucha libre durante su juventud en New Jersey, McCarthy concibió la imagen de un equipo escolar de lucha libre, clasificado en el último puesto, en una ciudad donde casi todo el mundo está esperando un golpe de suerte; y, de repente, el equipo lo tiene. Eso constituye la chispa inicial que da origen a WIN WIN, GANAMOS TODOS.

"La idea me atrajo mucho, y el desafío, pensé, consistía en recrear lo que en principio parece un mundo de lo más convencional –típica zona residencial de Estados Unidos y deporte escolar– pero hacerlo de una forma que fuera verdaderamente auténtica, divertida y llena de vida", afirma McCarthy.

Para crear ese mundo, McCarthy se asoció con Joe Tiboni, antiguo compañero suyo en el equipo de lucha libre y actualmente abogado de New Jersey, con el fin de escribir juntos el guión. Empezaron imaginándose al entrenador del equipo, Mike Flaherty, antes luchador de un equipo escolar y ahora abogado mutualista. Mike se encuentra al borde de la bancarrota cuando de repente le surge la oportunidad de solucionar sus problemas; al aparentemente bajo coste de aprovecharse de un cliente con demencia que probablemente ni siquiera se daría cuenta. Según parece, Mike siempre ha sido un tipo decente, y no tiene ni idea de que su decisión tendrá todo tipo de consecuencias –tanto agradables como inquietantes– para algunas personas que todavía no conoce pero también para sus seres más queridos.

"Mike es una persona de lo más normal", señala McCarthy. "Posee un elevado sentido de compromiso hacia su familia y su comunidad, y quizás no ha tenido un éxito extraordinario en la vida, pero hasta entonces estaba haciendo las cosas bastante bien. El problema es que Mike tiene una idea preconcebida de cuál debe ser su sitio en el mundo que no se corresponde exactamente con el lugar que realmente ocupa. Mike intenta conseguir dinero fácilmente, pero la forma en que lo hace le acarrea una serie de problemas que no se espera en absoluto".

Motivado por el dinero, Mike intenta convertirse en el tutor legal de su cliente Leo, cuyo confuso estado mental le impide darse cuenta de lo que sucede. A simple vista, parece un plan perfecto, hasta que, inesperadamente, el desatendido nieto de Leo, Kyle, un adolescente rebelde y desaliñado que se ha fugado de un hogar desestructurado, aparece en la puerta de la familia Flaherty, y se revela como un extraordinario genio de la lucha libre y, al mismo tiempo, un alma atormentada que anhela un auténtico hogar.

Kyle podría servir de catalizador para gran parte del humor de la película, pero su situación también es desgarradora. "Kyle está pasando por unas circunstancias muy difíciles", indica McCarthy. "Se ha fugado de casa, su madre está en rehabilitación y ha venido a ver a un abuelo al que nunca había conocido. Pero para lo único que vive este chico es para la lucha libre, y cuando le surge la oportunidad de luchar en el equipo de Mike, simplemente no puede dejarla pasar. Y es entonces cuando empieza la diversión, porque Mike se da cuenta de que tiene a un verdadero ganador".

McCarthy y Tiboni rodearon a Mike y Kyle de un vibrante grupo de personajes, integrantes de la comunidad, cada uno de ellos con sus propias necesidades de recuperación en tiempos difíciles. Entre ellos está Jackie, la mujer de Mike, que, sorprendentemente, se convierte en la confidente de Kyle; Terry, un amigo de Mike recientemente divorciado que, literalmente, es incapaz de quitarse de la cabeza a su exmujer; Vigman, compañero de Mike en las tareas de entrenamiento, así como un estresado profesional de la contabilidad pública que no puede mantener a su hijastro Lasik; y Stemler, un escuálido y ensimismado friky cuya presencia en el equipo de lucha libre es un misterio incluso para él mismo.

Una vez creados los personajes de la comunidad, McCarthy y Tiboni dieron forma a la relación entre Mike y Terry, buenos amigos y ambos entrenadores de lucha libre, basándose en su propia amistad. "Nosotros no nos parecemos en nada a ellos, pero queríamos conseguir ese tipo de espontaneidad que se produce cuando dos amigos tienen una larga historia en común", dice McCarthy, "y la manera en que un buen amigo sabe tocarte donde más te duele en un momento dado y, después, hacerte reír. Paul Giamatti y Bobby Cannavale dieron exactamente en el clavo".

Esa especie de divertida y emotiva dualidad es en buena medida el estilo de comedia que hace McCarthy, que, independientemente del tema que trate, siempre se centra en experiencias reales de la gente corriente. "Me gusta lograr momentos de profunda humanidad", afirma el director, "donde tienes la sensación de que en la pantalla hay gente que tú conoces, con todos sus defectos. Si eres capaz de conseguirlo, yo creo que el público se dejará llevar por completo, y esto en definitiva es un viaje".

Cuando el guión estuvo acabado, WIN WIN, GANAMOS TODOS atrajo el interés de un trío de productores que incluía a Mary Jane Skalski, productora de THE STATION AGENT (VÍAS CRUZADAS) y THE VISITOR que colabora con McCarthy desde hace tiempo; Michael London, presidente de Groundswell Productions, que ha producido películas como THE VISITOR y ENTRE COPAS; y Lisa Maria Falcone, presidenta de Everest Entertainment, que recientemente ha sido productora ejecutiva del filme de Danny Boyle 127 HORAS y productora de MADRE E HIJA. A los tres les atrajo el lado humano de la película así como su vital sentido del humor.

"Lo que me gusta del trabajo de Tom es que sus películas hablan siempre sobre personajes que simplemente necesitan un pequeño empujón para cambiar todo su mundo", dice Skalski. "Me encanta ver ese tipo de historias en la pantalla. WIN WIN, GANAMOS TODOS trata sobre un acto impulsivo y excepcional que provoca simultáneamente que las personas se unan y que Mike Flaherty deba recorrer un camino que le induce a cuestionárselo todo".

Michael London añade, "Las películas de Tom tratan siempre sobre personas marginadas que se juntan y crean un sucedáneo de familia. Es un tema que me atrae mucho, y yo creo que es la razón por la que el público se identifica tanto con sus películas. También es el motivo por el cual resulta tan apasionante formar parte de sus filmes. Al formar una familia en pantalla, Tom también crea una familia detrás de cada escena así como en todo el proceso de realización de la película. Eso experimentaron en WIN WIN, GANAMOS TODOS todos los implicados en el proyecto, y yo creo que esa complicidad realmente se aprecia en la pantalla."

Falcone resume, "Yo me empeñé en llevar a cabo este proyecto porque realmente creía en la historia y en el enfoque de Tom McCarthy. Yo creo que en estos tiempos de crisis económica la gente realmente puede conectar con un maduro abogado que simplemente lucha por intentar sobrevivir, que luego se encuentra con un desafiante chico que es un gran luchador y, sorprendentemente, se establece un vínculo entre ambos. Me interesa mucho la idea de que, cuando menos te lo esperas, alguien puede aparecer a solucionar una parte de tu vida".


Conociendo a Mike Flaherty
Mike: "Soy un idiota".
Jackie: "Lo eres, pero eres un idiota bueno".

Paul Giamatti, famoso por interpretar memorables personajes típicamente americanos, tales como Miles, el maduro y solitario turista de viñedos de la película de Alexander Payne ENTRE COPAS, o el tenaz y fervientemente patriótico presidente norteamericano de la galardonada miniserie JOHN ADAMS, estuvo encantado de incluir en su lista a Mike Flaherty, un buen hombre que comete un error que cambia su vida, en una de sus interpretaciones cómicas más irreverentes hasta el momento.

"Me atrajo mucho el personaje y me pareció que Tom McCarthy trataba de hacer algo muy interesante en WIN WIN, GANAMOS TODOS, creando un retrato mucho más complejo de lo que es la vida en esas áreas residenciales y dispuesto a mostrar cómo la gente buena realmente se compromete", señala Giamatti. "Pensé que era algo muy sutil y muy bien hecho. Tom no convierte la urbanización en una grotesca cloaca de depravación, y no hace una sátira. Pero la película tampoco es sensiblera. Trata sobre un hombre cuya vida era bastante buena hasta que una pequeña decisión le lleva a apartarse de la norma. Hacer eso bien es muy difícil".

Esa dificultad fue en buena medida lo que suscitó el interés de Giamatti al pensar cómo podía interpretar a un hombre que lucha por mantener a su familia de una manera convincente y llena de matices cómicos sin caer en el irritante estereotipo. Giamatti se acercó al personaje de una forma indulgente pero carente de sentimentalismo.

"Supuso todo un reto porque Mike no es como los personajes que estoy acostumbrado a interpretar. Es alguien muy contenido y que no suele expresar sus emociones más íntimas", señala el actor. "En realidad, no resulta fácil interpretar a un personaje que, en general, está feliz con su vida y que básicamente es un tipo decente y de buen carácter. Tienes que encontrar la forma de transmitirle cierta profundidad".

Mike puede que no lo exteriorice, pero se encuentra en tal estado de pánico al principio del filme, que sufre un descomunal ataque de ansiedad mientras realiza su footing matutino. "Mike no encaja muy bien el estrés", bromea Giamatti. "Lo reprime todo, pero eso lo único que hace es estresarle aún más. Intenta mantener en todo momento la apariencia de que todo va bien. Así es como es él. Mike quiere creer que todo lo que hace, aunque sea ligeramente deshonesto, lo hace para ayudar a los demás".

Esta particularidad se manifiesta sobre todo cuando Mike se propone ser tutor de su anciano cliente Leo, a cambio de un cheque mensual, y se hace todavía más evidente cuando conoce a Kyle, el fugitivo nieto de Leo, que se convierte en el fenómeno de la lucha libre que Mike ha estado buscando para su equipo durante años. "Yo creo que Mike realmente quiere ayudar a Kyle, y resulta que Kyle también es muy beneficioso para Mike porque es un luchador excepcional", explica Giamatti. "Esta situación en la que Mike se aprovecha de alguien pero, al mismo tiempo, se convence a sí mismo de que también es una oportunidad para la otra persona, se da continuamente. Mike quiere que todo el mundo salga ganando siempre".

Giamatti se adentró en el personaje desconociendo prácticamente todo sobre la gran pasión de Mike, la lucha libre, pero enseguida empezó a hacer sus deberes, yendo a observar, algo intimidado, combates locales de lucha libre. "Es un deporte extraño", admite el actor, "y no hay nada más duro físicamente. Hay algo obsesivo en él, con todo ese foco puesto en torno a ‘alcanzar el peso idóneo’. Y es muy peligroso. Asistí a muchos combates en los que vi a chicos con la nariz rota y vomitando sobre la lona; es un deporte extraordinariamente intenso".

Giamatti continúa, "Descubrí que la lucha libre era realmente interesante en el contexto de la historia porque en este deporte existe mucha presión por conseguir el triunfo y de la manera más agresiva que puedas, que también, en cierto modo, forma parte de la cultura moderna que rodea a estos personajes. Sin embargo, Mike empieza a ser consciente de que triunfar a toda costa y con tanta agresividad en realidad no le merece la pena. Lo que le importa de verdad es cuánto le quieren y cuánto quiere él a las personas de su alrededor. Al final, Mike descubre que estaba intentando ser algo que realmente no es".

McCarthy dice que Giamatti logra reflejar ese descubrimiento porque consigue unir en el personaje la chispa de la comedia con el dolor de la tragedia, haciendo que las decisiones de Mike nos parezcan, a la vez, comprensibles y producto de la debilidad humana. "Es un actor con un talento inmenso", dice el director y guionista. "En realidad, yo le conozco desde que estudiábamos en Yale, pero esta es la primera vez que hemos tenido la oportunidad de trabajar juntos. Tan difícil como es el personaje, y Paul hace que interpretar a Mike Flaherty parezca sencillo. Observar cómo iba construyendo el personaje fue realmente algo emocionante".

Michael London, que previamente había trabajado con Giamatti en ENTRE COPAS, añade, "Este un papel bastante variado para Paul. Tenemos la oportunidad de verle increíblemente divertido pero también extraordinariamente conmovedor. Yo creo que Paul puede hacer realmente cualquier cosa, y desde el momento en que apareció en el plató fue imposible imaginar a otro interpretando al personaje".


Jackie Flaherty
"Tenemos niños, Mike. Yo no corro riesgos con Eminem allí abajo". -- Jackie

La esposa de Mike Flaherty, Jackie, que, cuando Kyle aparece en la ciudad, está aterrada de verse repentinamente haciendo de madre interina de un chico de 16 años que se ha fugado de su casa, está interpretada por Amy Ryan, nominada al Oscar y al Globo de Oro por su trabajo en ADIÓS, PEQUEÑA, ADIÓS, dirigida por Ben Affleck. Aunque es conocida por su papel de Holly Flax, la media naranja de Steve Carell en la popular serie de televisión "The Office", WIN WIN, GANAMOS TODOS supone su primera incursión cinematográfica en el género de la comedia.

Al igual que Giamatti, Ryan tuvo que meterse bajo la piel de una aparentemente típica esposa y madre de zona residencial y lograr un exquisito tono de comedia en las circunstancias de Jackie. Según Ryan, Jackie es la única persona que sabe que algo le remuerde sobre la conciencia a Mike; ojalá confiara en ella.

"Jackie está felizmente casada con Mike, ambos se conocen perfectamente y está bastante claro que pasarán la vida juntos", señala la actriz. "No obstante, al mismo tiempo, ella sabe que algo le pasa a Mike inmediatamente, en cuanto empieza todo. Es algo muy sutil pero que está ahí, en su forma de relacionarse, y para mí era importante que el público pudiera percibirlo".

Igualmente sutil es la relación que Jackie establece con Kyle, donde Jackie pasa de sentir vergüenza del pelo que lleva, de que fume e incluso del hecho de que comparta los 152 metros de casas con sus dos pequeñas hijas, a terminar siendo la única persona a la que Kyle confía su pasado y su miedo al futuro.

"Yo creo que Jackie es lo más parecido a una verdadera madre que Kyle haya conocido nunca", observa Ryan, "por lo tanto, le viene muy bien. Al final, Kyle siente que puede sincerarse con ella en el momento que lo desee".

A Tom McCarthy le encantó la interpretación de Ryan. Anteriormente habían sido vecinos en Greenwich Village y McCarthy siempre había querido trabajar con ella. "Escribí el papel pensando en Amy", confiesa el director. "Posee ciertas cualidades que me parecieron perfectas para una madre y esposa de New Jersey. Es una persona directa que puede ser muy mordaz, pero por debajo se percibe siempre una gran calidez y generosidad, y, además, es graciosa por naturaleza. Observar la diferente química que establecía con Paul y con Alex fue todo un placer y aportó mucho a la historia. Yo creo que, de muchas maneras, Ryan es el alma de la película".


Terry Delfino
"Todo lo que hago es sentarme en mi apartamento e imaginarme a Lori
y a ese tipo haciendo el amor en el Jacuzzi que yo he pagado"
. -- Terry

Con una confianza similar a la que mantiene con su mujer, si hay alguien a quien Mike puede decirle absolutamente cualquier cosa, independientemente de que sea una locura, algo desagradable o inadecuado, es a su mejor amigo, Terry, interpretado por Bobby Cannavale. Cannavale vuelve a trabajar con McCarthy tras recibir numerosos elogios por su papel de Joe, el parlanchín vendedor de café de la película THE STATION AGENT (VÍAS CRUZADAS).

McCarthy se dejó llevar por el instinto cuando pensó que Cannavale y Giamatti, que no habían coincidido previamente, podían dar exactamente esa mezcla perfecta de tensión y conexión y reflejar con credibilidad una amistad típicamente masculina de la vida real. "Ambos son muy distintos, pero por ese motivo era extraordinariamente divertido verlos juntos, llevándose tan bien, y después incorporando eso al trabajo", afirma. "Siempre que Bobby y Paul se disponían a hacer una escena, todo el mundo se congregaba a su alrededor para verles actuar, sabiendo de antemano que iba a ser la bomba".

Cannavale estaba ansioso por hacer el papel desde que leyó el guión. "Me pareció que el contraste entre Terry y Mike estaba lleno de posibilidades cómicas. Terry es un agresivo y competitivo administrador de fondos financieros y Mike es justamente todo lo contrario", señala el actor. "Pero su amistad es realmente auténtica, y la base de su relación estriba en que ambos se aceptan con sus mutuos defectos y debilidades. Cuando Terry habla sobre su matrimonio, sobre el hecho de que odia a su mujer pero que sin embargo todavía la sigue queriendo, Terry cree que es el tipo más afortunado del mundo por tener a un amigo como Mike, que lo entiende perfectamente. Eso me pareció muy de verdad".

A Cannavale también le pareció muy auténtico el escenario donde se desarrolla el filme, pues él mismo es natural de New Jersey. "Yo crecí con personas como estas, gente corriente, de clase media, que ante una crisis económica realmente la sufren", señala. "Conozco el tipo de presión al que está sometido Mike para poder alimentar a sus hijos y seguir pagando la hipoteca. Siente como si el suelo temblara bajo sus pies, y por eso toma esa delicada decisión, confiando en que sea la correcta, aunque sospecha que no lo es".

Al igual que Mike, el mundo de Terry se abre súbitamente de par en par cuando descubre el talento de Kyle para la lucha libre. "La presencia de Kyle es un gran catalizador para Terry", explica el actor. "De repente, por primera vez en mucho tiempo, Terry se entusiasma por hacer algo nuevo, algo que puede darle significado a su vida durante un tiempo. Este chico es una inyección de esperanza para todos".

Cannavale no tenía absolutamente ninguna experiencia en lucha libre, pero le fascinaron tanto las escenas de entrenamiento que parecía que hubiera sido luchador durante toda su vida. "Me resultó extraordinariamente divertido", afirma. "Comenzamos a sentirnos muy cerca de los chicos y a preocuparnos por ellos de verdad. No son precisamente los favoritos; ¿y quién no quiere ir con los más débiles?"

Para Lisa Maria Falcone, Cannavale era el perfecto contrapunto de Giammati, y viceversa. "Incluso en las escenas más dramáticas y serias, hay algo cómico en la forma en que ambos tienen de relacionarse", indica. "Las iniciativas que toman son siempre impredecibles, y eso me encanta".

Vigman
"De acuerdo. Entonces el movimiento se llama ‘lo que diablos haga falta’. Venga.
Vamos a trabajarlo. Vamos. ‘Lo que diablos haga falta’."

-- Vigman

Si Mike sólo quiere tener éxito por su familia y Terry está buscando el propósito de su vida, el otro entrenador de lucha libre, Stephen Vigman, tiene las aspiraciones más modestas del grupo: sólo quiere un poco de respeto. Concienzudo profesional de la contabilidad, el hombre conocido simplemente como Vigman no consigue el respeto ni en su trabajo ni dentro del equipo, hasta que aparece Kyle y de repente hace de la lucha libre algo tan fascinante que incluso el hijastro de Vigman empieza a sentir admiración por su padrastro. Interpretando la humillada personalidad de Vigman se encuentra el reconocido cómico Jeffrey Tambor, entre cuyos trabajos se encuentran la valorada serie de televisión "Arrested Development" y la popular y desmadrada película QUÉ PASÓ AYER.

Tambor se sintió atraído por cómo WIN WIN, GANAMOS TODOS parecía hablar de la época que estamos viviendo actualmente. "Creo que estamos viviendo unos tiempos en los que mucha gente se está enfrentando a cosas a las que nunca antes había tenido que hacer frente, y cuando eso sucede la gente hace cosas absurdas", señala el actor. "El personaje que interpreta Paul toma una extraña decisión, pero yo creo que es algo con lo que todos podemos identificarnos ahora mismo".

Vigman puede que sea entrenador de lucha libre pero no es precisamente un experto, una característica que Tambor lleva al límite en su interpretación. "Al principio le pregunté a Tom, ‘¿debería ver películas de lucha libre?’, y él me dijo, ‘no, no, no’. Y al final comprendí que precisamente es la incompetencia y la falta de coraje de Vigman lo que hace que el personaje sea tan gracioso", afirma.

Al igual que Giamatti y Cannavale, Tambor se sintió estimulado por la conexión natural que se estableció entre este inverosímil trío. "Yo soy un gran admirador de Paul y de Bobby, y lo pasamos muy bien y estuvimos muy relajados", comenta Tambor. "Yo creo que cada espectador podrá sentirse identificado al menos con uno de nosotros".

Tom McCarthy afirma, "Lo que me gusta de Jeffrey, Paul y Bobby, no es solo lo graciosos que son trabajando juntos, sino la sensación que transmiten de que son tres tipos corrientes que dan todo lo que pueden como entrenadores de lucha libre juvenil. No dan la impresión de ser los clásicos entrenadores deportivos, sino personas polifacéticas que, aparte de tener su propio trabajo, hacen esto simplemente como hobby pero dedicándose a ello en cuerpo y alma".

La comedia fue el resultado natural de la conmoción que suponía juntar a Cannavale, Giamatti y Tambor. "Los tres tenemos unas personalidades completamente distintas, y yo creo que elegirnos fue una muestra de inteligencia por parte de Tom", indica Cannavale. "No se puede decir mucho de Paul porque es uno de los mejores cómicos actuales, y, añadiendo después a Jeffrey, la mezcla era simplemente perfecta. De hecho, algunas de mis comedias clásicas favoritas están protagonizadas por tríos masculinos; quizás hay algo en torno al número 3 que resulta gracioso".


Los Timmon: Kyle, Cindy y Leo Poplar
"Entonces déjame que te pregunte algo, Kyle. ¿Hasta qué punto eres bueno?"
-- Mike

El mayor desafío de casting de WIN WIN, GANAMOS TODOS se produjo cuando los realizadores tuvieron que buscar al actor que encarnara a Kyle, el rebelde adolescente y excepcional luchador que cambia el futuro de una zona residencial de New Jersey, al tiempo que complica la cadena de mentiras que, irresponsablemente, Mike Flaherty había puesto en marcha. A la hora de buscar la persona idónea para interpretar un papel que resulta esencial en la historia, Tom McCarthy tuvo que enfrentarse a un dilema personal: ¿debo buscar un actor que aprenda lucha libre o un luchador experto con potencial natural para la interpretación?

Asumiendo un riesgo, McCarthy eligió esto último, y no se arrepintió en absoluto cuando descubrió a Alex Shaffer, un adolescente de un equipo escolar de lucha libre de New Jersey, clasificado en las categorías nacionales, que se estrena como actor en esta película. Shaffer no sólo era capaz de inmovilizar de verdad a sus oponentes contra el suelo, sino que tenía esa mezcla de potencia física y vulnerabilidad que es tan difícil de encontrar.

"Era consciente de que si el chico elegido no sabía nada de lucha libre, no iba a poder aparentarlo, al menos no al nivel que queríamos para Kyle", señala McCarthy. "La lucha libre es un deporte muy difícil de fingir. Lo más genial de Alex no es sólo que puede luchar de verdad, sino también que transmite exactamente las circunstancias de un chico de 16 años que está buscando su lugar en el instituto, en la familia y en sus primeros pasos hacia la vida adulta. Me pareció verdaderamente auténtico. Realmente le exprimimos al máximo en esta película y cada vez lo iba haciendo mejor. Fue extraordinariamente satisfactorio observar cómo iba asumiendo nuevos retos y seguía creciendo".

El enérgico entusiasmo de Shaffer, así como su falta de ideas preconcebidas, estimuló a todos los miembros del reparto y del equipo técnico. "Alex estaba tan contento de formar parte de esto que me recordó lo emocionante y divertido que puede ser hacer una película", dice Giamatti.

Tambor añade, "Alex es un chico muy interesante. Como es un auténtico luchador, eso lo traslada al personaje, y tiene una personalidad realmente fascinante. Te conquista".

Shaffer, cuya única experiencia previa como actor había sido en sexto grado, interpretando un papel en una producción teatral de The Pirates of Penzance, dice que se embarcó en el proyecto sencillamente por probar. "Siempre me ha interesado la interpretación, pero la lucha libre me gusta diez veces más", admite. "No obstante, resultó tremendamente divertido".

Gran parte de la diversión radicó en trabajar junto a un grupo de extraordinarios actores con inmensas dotes cómicas. "Con Jeffrey, fue embarazoso porque todo lo que salía de su boca me provocaba una risa histérica", dice Shaffer. "Bobby me encanta y nos llevamos muy bien, y con Paul tuve una relación muy estrecha".

En cuanto a Kyle, Shaffer dice, "No nos parecemos nada en absoluto. Kyle es un chico callado y muy reservado, pero por dentro está realmente furioso. Me preparé el papel escuchando mucho a Eminem, especialmente porque hay mucha furia en sus canciones, y eso realmente me ayudó mentalmente".

Como atleta consumado y gran apasionado del deporte, la principal prioridad de Shaffer era hacer las escenas de lucha libre tan reales como le fuera posible. Aun así, subraya que su estilo personal sobre la lona, que le ha llevado a ganar campeonatos a nivel local, regional y estatal, es completamente distinto del que hace en pantalla interpretando a Kyle.

"Kyle es muy violento", comenta Shaffer. "Va directamente a por sus oponentes. Es muy duro y agresivo, mientras que yo normalmente soy mucho más calmado y un tipo de luchador más a la defensiva. Kyle está realmente muy furioso –tanto al luchar como el resto del tiempo–; sin embargo, tiene buenos motivos para estarlo, y por eso interpretarle me ha hecho apreciar más mi propia vida".

Para los realizadores, la elección de Shaffer fue una apuesta que reportó dividendos. "Fue un absoluto salto al vacío porque nadie sabía que iba a pasar cuando Alex apareciera en el plató", señala Michael London. "Pero fue adquiriendo cada vez más confianza y se podía apreciar que empezaba a considerarse un actor. Al mismo tiempo, logró unas escenas de lucha libre extraordinariamente viscerales y emocionantes porque luchaba de verdad".

Algunas de las escenas más emotivas de Kyle tienen lugar con el abuelo que nunca había conocido y que ahora sufre una demencia progresiva. El abuelo es Leo, interpretado por el veterano actor nominado al Oscar Burt Young, cuya filmografía abarca desde la emblemática CHINATOWN hasta su interpretación del irascible cuñado de Sylvester Stallone en las seis entregas de la franquicia ROCKY. Paul Giamatti dice de Young, "Burt es un excelente actor representativo de la vieja escuela; ya no quedan muchos como él".

Young se sintió inmediatamente atraído por la historia. "Pensé que era extraordinariamente inteligente", afirma el actor. "El argumento es extraño porque trata sobre un hombre decente y honrado que quiere mantener a su familia y su trabajo. Normalmente, este tipo de historias hablan de cómo conseguir el éxito, pero lo que me gusta de esta es que justamente habla de lo contrario. Trata de un hombre que decide que no tiene que ser un ganador porque no se trata de eso; se trata de que tu conducta demuestre quién eres o no realmente".

Por supuesto, hasta que llega a esa conclusión, Mike Flaherty engaña a Leo, ingresándole en una residencia –si bien es cierto que una excelente institución especializada en Alzheimer– cuando todo lo que Leo quiere es permanecer en su hogar. A pesar del desafío que suponía interpretar a un hombre que ciertamente había cometido muchos errores en el pasado que ahora ni siquiera puede recordar, Young encontró el modo de hacer de Leo un ser indiscutiblemente humano. "Lo interesante de Leo es el grado de afinidad que tiene con Kyle", dice Young. "Algo que no se da a un nivel estrictamente verbal, sino que es la sensación que ambos dan de quererse proteger el uno al otro".

Precisamente cuando Kyle empieza a establecer una relación con Leo y a convertirse en un miembro más de la familia Flaherty, su confianza sufre un nuevo revés debido a la irrupción de su madre, Cindy, de quien había huido, interpretada por Melanie Lynskey, cuyos trabajos cinematográficos más recientes son EL SOPLÓN, UP IN THE AIR y LEAVES OF GRASS. Lynskey interpreta a Cindy como una mujer que puede no ser la mejor madre del mundo, que puede incluso no ser capaz de poner orden en su vida, pero que sabe dos cosas fundamentales: que quiere a su hijo y que de algún modo Mike Flaherty la está tratando injustamente.

"Me gustó Cindy y creí entenderla perfectamente", afirma Lynskey. "No es el típico personaje de madre irresponsable. A pesar de su desastrosa vida, ella intenta de verdad salir adelante y volver a poner las cosas en su sitio".

A Lynskey también le preocupaba la complicada reacción de Cindy hacia la nueva familia con la que eventualmente Kyle se ha unido. "Para Cindy resulta todo muy confuso porque una parte de ella cree que Kyle quizás está mucho mejor con la familia Flaherty", explica la actriz. "Se encuentra dividida porque por un lado se siente realmente feliz de que su hijo esté en un lugar seguro, pero, por otro, necesita desesperadamente confiar en sí misma y poder decirle a su hijo que también ella puede cuidarle sin la ayuda de los Flaherty".

McCarthy dice de Lynskey, "Me pareció que era una elección realmente espléndida para ese papel. Después de oír tanto sobre esa madre terrible y adicta a las drogas, sale Melanie y parece como esa chica guapa del instituto que ha cometido una falta. Interpretó a Cindy de una forma maravillosa".


Sobre la lona
"¿Y si quedamos igual que el año pasado?" -- Stemler

Si hay una sola cosa que une a los personajes tan sumamente dispares de WIN WIN, GANAMOS TODOS es la lucha libre; y Tom McCarthy estaba decidido a reflejar absolutamente todo, el sudor de los luchadores al hacer una llave, los hematomas al ser derribados y lo rápidamente que se liberan, tanto de una forma orgánica como cómica. Aun antes de empezar a escribir el guión con Joe Tiboni, McCarthy ya estaba inmerso en el mundo de la lucha libre que conoció en su adolescencia.

"Fuimos a entrenamientos y combates y pasamos algún tiempo en los gimnasios escolares, intentando precisamente familiarizarnos de nuevo con ese mundo", dice el director. "Descubrimos que este deporte ha cambiado mucho, que ahora los chavales son más atléticos y con mucha más técnica".

Durante mucho tiempo actividad esencial de los Juegos Olímpicos y del deporte escolar, la lucha libre es prácticamente un combate de gladiadores: dos contrincantes que pisan la lona con el objetivo de inmovilizar al otro contra el suelo, impidiendo que pueda levantarse. El hecho de que este deporte requiera inteligencia, fuerza, disciplina y un intenso entrenamiento ha supuesto para muchos una popular manera de formar su personalidad. No obstante, la adopción de posturas extrañas y comprometidas por parte de los luchadores, hace también que visualmente resulte embarazoso y cómico.

Cuanto más observaba la lucha libre juvenil que se hace en el siglo XXI, más convencido estaba McCarthy de que su película tenía que ser realizada por luchadores de verdad, por lo tanto, decidió seleccionar un grupo de jóvenes luchadores locales para integrar el equipo Pioneer y los equipos oponentes, lo que dio lugar, a su vez, a realizar numerosas audiciones. "Buscábamos sobre todo que los chicos fueran sinceros", afirma. "Fue muy divertido ver en acción a estos chavales que no son actores. Y lo mejor de todo fue que rápidamente empezaron a actuar como un equipo. Teníamos toda clase de chicos: bromistas, serios, listos y menos listos. Era como nuestro pequeño hormiguero particular".

McCarthy reclutó también al profesional de la lucha libre Anthony Cialino, entrenador del Rocky Point Wrestling Team de Long Island, que aportó la totalidad de su equipo para la secuencia de la competición deportiva, y que también realiza un cameo en el papel de árbitro. Cialino estaba encantado de que hubiera una película con la lucha libre en primer plano.

"Ya es hora de que este deporte sea mucho más conocido por el público", afirma Cialino. "Estos chicos trabajan muy duro y ponen en ello todo su corazón. Ser un luchador implica una dedicación de 24 horas. Los luchadores tienen que vigilar lo que comen, hacer footing por la noche y matarse en los entrenamientos. Así que tengo que decirte que cuando un chico consigue competir a nivel estatal es que es realmente especial. ¿Y un chico especial sabes qué es? Un chico especial es el que pierde una y otra vez y aún así viene a entrenar todos los días. Y yo me quito el sombrero ante ese chico".

Esa descripción viene a ser la definición de Stemler, el nuevo amigo de Kyle, a pesar de que como luchadores son todo lo contrario: Stemler es una calamidad sobre la lona, mientras que Kyle es extraordinario. Interpretado por David Thompson, Stemler logra su momento estelar cuando por fin decide que competirá en un combate que se convierte en una escena cómica esencial, en donde se le ve enfrentarse a un luchador que parece Darth Vader, tanto por su apariencia como por su ferocidad.

"La particular gran victoria de Stemler, que de hecho es una gran derrota, fue increíblemente divertida de rodar, pues todos veíamos el empeño con que David luchaba por su vida", dice McCarthy. "Me encantó realmente lo que David aportó a la película en términos de vulnerabilidad y franqueza. Es muy gracioso, pero tienes la sensación de conocerle".


Las afueras de Jersey: La producción
"Puedo soportar los errores, Mike, pero no los secretos. Los secretos son una mierda." -- Jackie

Aunque Tom McCarthy situó WIN WIN, GANAMOS TODOS concretamente en un área residencial de New Jersey, finalmente la película se rodó no muy lejos de Nueva York. Buena parte del filme se rodó en una tranquila calle de Rockville Centre, Long Island, que representaba el barrio de clase media donde reside la familia Flaherty.

McCarthy volvió a trabajar con gran parte del equipo artístico con el que había colaborado en sus dos primeras películas, tales como el director de fotografía Oliver Bokelberg y el diseñador de producción John Paino, quienes aportaron el contraste entre el agradable ambiente residencial y la angustia económica de Mike Flaherty y las salvajes dotes para la lucha de Kyle.

Acentuando el sentimiento local, McCarthy invitó a algunos lugareños a actuar como extras y figurantes. "La gente de la urbanización donde rodamos era increíblemente hospitalaria", dice el director. "Un día, una anciana que estaba viéndonos rodar, daba exactamente el perfil de uno de los clientes de Mike, y entonces le dije que si quería estar en la película y hacer el personaje de Betty. Le dimos una pequeña línea de diálogo y ella lo clavó. Efectivamente queríamos conseguir la sensación de que a cualquier sitio que va Mike, andando por la calle o yendo a por donuts, siempre se encuentra con clientes suyos, y eso lo pudimos captar".

Encontrar el hogar de la familia Flaherty fue otro reto. "Exactamente buscábamos el sitio apropiado con suficientes habitaciones para albergar el rodaje pero sin ser ostentoso, algo que Mike pudiera pagar –aunque a duras penas– y que le tuviera con el agua al cuello", recuerda Mary Jane Skalski. "Después de ver 100 casas, fue literalmente en el ultimo momento cuando encontramos el lugar perfecto, que rápidamente se convirtió en el hogar de los Flaherty".

En cada uno de los aspectos de la producción, desde las localizaciones a la ropa cotidiana diseñada por Melissa Toth, la canción original compuesta por The National e incluso la naturalidad de las actuaciones cómicas, McCarthy pretendió conseguir una atmósfera tan real como la vida, que el público entendiera inmediatamente el dilema de la familia Flaherty por intentar rectificar una decisión equivocada que lo ha transformado todo pero que, al final, puede unirlos aún más.

"Nunca quisimos ser ofensivos ni sensacionalistas –ni siquiera en los mínimos detalles– con las vidas de estas personas", concluye McCarthy. "En esencia, la historia de WIN WIN, GANAMOS TODOS habla de cosas corrientes y sencillas; trata sobre ocuparse de uno mismo y saber cuándo algo es correcto y cuándo no. Si todos hiciéramos eso más a menudo, tendríamos muchos menos problemas..."