Cada individuo puede decidir su libertad. Un hombre explica su suicidio, largamente meditado, como manifestación de protesta contra esta época en la que le ha tocado vivir. Intenta hacer una apología de la libertad que no ha conseguido alcanzar, a pesar de su permanente rebelión, tan sólo en algunas ocasiones en las que ha amado, con las pocas mujeres que ha tenido relación, con la amistad de unos cuantos amigos y amigas; y con la familia de la cual sólo le queda el padre. Es feliz cuando ya sabe que se liberará y conseguirá la absoluta libertad tan deseada. Hasta el último momento conserva la ironía y un sutil humor.