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  El discípulo  (The disciple)
  Dirigida por Emilio Ruiz Barrachina
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Notas del director
Tras quince años de estudiar los principios de la religión cristiana e interesarme por la figura, plausible y demostrada, de un Jesús histórico, pretendo en este proyecto dar a conocer al gran público la realidad de un personaje que ha sido capaz de cambiar la historia del mundo (Él, o quienes usaron su nombre para hacerlo).

El proyecto consta de dos largometrajes: uno primero de ficción y otro de corte documental que llevará por título Yo Jesús 2.0. En la película El discípulo muestro a ese Jesús que vivió hace veinte siglos, basándome en los últimos y más eficientes estudios sobre la figura de un hombre del que apenas hay testimonio en los escritos judíos o romanos —fuera de los evangelios—, pero cuya existencia pocos ponen en duda.

El guión recoge los últimos días de Jesús el Nazareo, llamado así porque era un guía espiritual, un nazir o nazareo, discípulo de Juan el Bautista y que acompañó hasta Jerusalén al grupo guiado por Simón para tomar el templo y esperar que Yavhé, tal como hiciera con sus antepasados macabeos, enviara sus legiones de ángeles para expulsar a los romanos.

Me interesa también mucho la figura de María, madre atormentada por la actitud de un hijo enfrentado con Roma y que puede acabar, como acabó, ajusticiado a manos de los invasores. María busca todas las maneras posibles para convencer a Jesús de que abandone la idea de seguir predicando la inminente llegada del Reino de los Cielos. La película mantiene gran tensión dramática a través de la fuerza de la acción, por una parte, y por otra a través los conflictos internos que sumen a Jesús en una tremenda e insuperable confusión.

La película termina en el momento en que Jesús muere en la cruz. El documental Yo Jesús 2.0 arranca en ese instante y analiza pormenorizadamente, a través de la intervención de los mayores expertos a nivel internacional en la materia, de lo que aconteció posteriormente y de cómo se forma el dogma cristiano gracias a la participación tanto de la primera iglesia de Jerusalén como de Pablo de Tarso y la iglesia paulina en Damasco. Es un fascinante análisis de cómo la vida de un hombre, un mártir judío, es elevada a la categoría divina utilizando las vidas de dioses anteriores o del entorno helénico.

La fractura entre el Jesús histórico y el Cristo de la Fe queda ampliamente analizada, con todo el rigor y el respeto que merece un problema tan importante, recogiendo todas las tendencias y opiniones implicadas en esta cuestión que sólo en los últimos años se ha estudiado con rigurosidad y que jamás ha sido llevada a la gran pantalla desde esta óptica.

El discípulo ha sido íntegramente rodada en Baza (Granada) y alrededores, dada la semejanza que guardan estas tierras con el Medio Oriente. El rodaje se ha llevado a cabo en seis semanas con un presupuesto cercano a los tres millones de euros.


Una línea de investigación cultivada por notables estudiosos
La interpretación de Jesús de Nazaret defendida por la película El discípulo, de Emilio Ruiz Barrachina, es la siguiente: Jesús no fue sólo el judío profundamente religioso, pacífico, amante de los pecadores, predicador de la bondad y del futuro reino de Dios, base y fundamento de la religión cristiana, sino también y ante todo un dirigente espiritual de un grupo de judíos del siglo I de nuestra era, seguidores primero de Juan Bautista y luego discípulos suyos, comprometidos de corazón con la liberación religiosa del pueblo judío. La liberación política de la tierra de Israel del yugo de los romanos formaba parte importante del ideario religioso de este grupo, puesto que religión y política iban ligadas en este tiempo.

En la película El discípulo, Jesús no es presentado simplemente como un galileo armado, preocupado sólo o casi especialmente por la violencia física, la única capaz de expulsar a los romanos de su amada tierra, sino como un dirigente espiritual que –con ciertas dudas y tormentos interiores, y un tanto a su pesar acepta la herencia espiritual de Juan Bautista, su maestro. En la práctica ésta le lleva a conducir espiritualmente a un conjunto de gentes religiosamente comprometidas a una empresa semimilitar, orientada a apoderarse del templo de Jerusalén, incluso por la violencia si fuere necesario, para «forzar» a Dios a que interviniera finalmente con su potente brazo y liberara a Israel de la presencia de extranjeros impuros, los romanos. Esta emancipación sería el primer paso, necesario, para el cumplimiento pleno de la ley divina, y para la instauración del Reino de Dios sobre la tierra de Israel, conforme a las promesas divinas repetidas innumerables veces a través de los profetas en las Escrituras sagradas.

La película presenta pues la perspectiva de que no se debe considerar a Jesús un miembro activo del movimiento celota, sino más bien un simpatizante de su espíritu, con el que estaba fundamentalmente de acuerdo. Pero Jesús no se retrajo de algunas acciones violentas como la purificación del Templo, en verdad un auténtico ataque armado contra la oligarquía sacerdotal. La posición política de Jesús era perfectamente consciente y voluntaria. Él era un dirigente dinámico y responsable, no sólo un visionario arrastrado por las circunstancias. Al atacar el Templo, Jesús se concitó la animosidad de toda la clase sacerdotal elevada de la capital.

Esta tesis puede ser sorprendente para un lector cristiano de hoy día, acostumbrado al ambiente religioso general de un país de tradición cristiana, a la educación religiosa usual, o a los sermones dominicales. Sin embargo, este supuesto ha estado siempre presente en el estudio serio y científico de los Evangelios, y del Nuevo Testamento en general, desde los inicios mismos de la investigación crítica de los orígenes cristianos. Como afirma un investigador nada sospechoso de parcialidad a favor de esta tesis, David Castchpole, en su obra de 1971, The Trial of Jesus (El proceso de Jesús), han sido más de 300 los investigadores serios que han sostenido esta posición. Por tanto, la película representa los resultados de una línea de la investigación moderna sobre Jesús cuyas perspectivas deben ser al menos tenidas en cuenta.


Ficha artística completa
Joel West - Jesús
Ruth Gabriel - María De Magdala
Marisa Berenson - María
Juanjo Puigcorbé - Pilato
Hoyt Richards - Jonatan Ben Hanán
Jorge Bosso - Herodes
Chris Gilling - Simón
Giovanni Bosso - Juan
Ciro Miró - Andrés
Miguel Oyarzun - Bartolomé
Joaquín Perlés - Jacobo
Garrett Wall - Judas
John Simpson - Juan Anciano
Graig Stevenson - Lucas Evangelista
Jack Jamison - Juan El Bautista
Michael Macdonald - Centurión
Stephen Hugues - Caifás
Yvonne Fagan - Madre del niño enfermo
Patrick Mitogo - Felipe
Karim El Karem - Tomás
Frank Robledano - Sadoc
Guillermo Badell - Cuna
Patrick Fagan - José
Eogan Fagan - Jesús niño
Jack Smith - José de Arimatea
Carla Gil - Mujer de Jacobo
Maia Cogan - Marta (Hermana de Lázaro)
Rebeca Pérez Roldán - María (Hermana de Lázaro)
Juan del Santo - Escribano Pilatos