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  Soy el número cuatro  (I am number four)
  Dirigida por D.J. Caruso
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Dirigida por D.J. Caruso y protagonizada por Alex Pettyfer, Timothy Olyphant, Teresa Palmer, Dianna Agron, Callan McAuliffe y Kevin Durand. Michael Bay es el productor y David Valdes, Chris Bender y J.C. Spink son los productores ejecutivos. La adaptación para el cine es obra de Alfred Gough & Miles Millar y Marti Noxon basado en el libro de Pittacus Lore, en la lista de best sellers del New York Times.

En su papel de productor Michael Bay afirma: "El Número Cuatro tiene un destino que será verá obligado a afrontar o a rechazar. Ese es el verdadero drama de la película. Este adolescente acaba encontrando lo que busca, pero no puede tener porque primero tiene que salvar el mundo".

Al mismo tiempo, John es el típico adolescente que intenta rebasar los límites, poniendo a prueba a su guardián Henri, sin comprender totalmente cuáles son las consecuencias de sus actos. Es un drama real en el que hay muchas cosas en juego.

El suspense y sus personajes no permitirán a los espectadores apartar los ojos de la pantalla. El director D.J. Caruso lo explica así: "Cuanto más realista sea el personaje, cuando lo colocas en situaciones extremas de suspense, ese suspense se hace más terrorífico y más real porque te identificas totalmente con el personaje".

Caruso se dio cuenta que combinar el drama de acción real que viven los personajes en "Soy el Número Cuatro" con sus poderes extraterrestres y seguir pareciendo "real" era una experiencia apasionante y un reto para él como realizador. "Lo que más me gustó es que el argumento dramático siguiera siendo tan increíblemente real. De esa forma cuando el elemento fantástico entra en acción, te relacionas con él a una escala real", afirma el director.

"Si creas un mundo real pero lo anclas en la mitología de otro mundo, junto con un insólito personaje que busca amor y una vida normal, consigues una interesante mezcla de todos esos elementos dramáticos diferentes que darán lugar a una película extremadamente interesante". -D.J. Caruso, director


El director acepta el reto
El director D. J. Caruso ("Eagle Eye" [La conspiración del pánico], "Disturbia" [Paranoia]) mantiene una larga relación con Steven Spielberg y DreamWorks, así que le fascinó la idea de ponerse al mando de "Soy el Número Cuatro".

"Mi colaboración con DreamWorks empezó cuando estaba dirigiendo una serie de televisión llamada 'High Incident'", explica Caruso. Y añade: "Años después volvimos a formar equipo en 'Disturbia' (Paranoia), y volvimos a trabajar juntos en 'Eagle Eye' (La conspiración del pánico), que fue otra colaboración muy fructífera. Me siento miembro de la familia DreamWorks, y se ha convertido en mi hogar en tanto que realizador".

"Soy el Número Cuatro" es la cinta de efectos especiales más importante que haya dirigido Caruso en toda su carrera. La experiencia de Michael Bay como director de megahits como "Transformers" y "Armageddon" ha sido una ayuda incalculable para él. "Michael ha sido de gran ayuda en lo que se refiere a lo que tiene que ocurrir en el plató cuando te enfrentas a un personaje creado por ordenador", afirma Caruso.

El productor Michael Bay también tiene palabras de admiración para su productor: "D.J. tiene un gran talento para comprender la realidad de las vidas de estos personajes jóvenes. No es fácil hacer que un niño alienígena con superpoderes parezca un héroe de acción real con el que público pueda identificarse".

Caruso se sintió cautivado inmediatamente por la historia de "Soy el Número Cuatro", sobre todo por el personaje de John Smith que interpreta Alex Pettyfer. "Cuando DreamWorks me envió el guión", afirma Caruso, "me sentí irremediablemente atraído por este adolescente desarraigado que no para de mudarse, que no logra echar raíces, y que intenta averiguar quién es. Al mismo tiempo, tiene un destino escondido. Así que me pareció una historia apasionante".

A Bay le atrajo el argumento tan original de la historia. "Siempre me han atraído historias sobre gente normal que tiene que enfrentarse a situaciones extraordinarias. El Número Cuatro es un personaje casi totalmente opuesto a alguien extraordinario. Lo único que quiere es llevar una vida normal", añade.

Caruso reconoce que le interesan los personajes que atraviesan periodos oscuros. "La oscuridad les permite ver dónde está la luz, y al final acaban encontrando algo bueno. Lo que me gusta es explorar la idea de que en la vida tienes que vivir malas experiencias para crecer como persona y para saber quién eres. Y aunque el tema sea muy diferente, esto también ocurre en la película".

"La primera vez que vi el manuscrito del libro, supe que se podía hacer una gran película. Era una visión nueva de un concepto clásico, con una fantástica combinación de realismo y acción".- Michael Bay, productor


El reparto y los personajes
En "Soy el Número Cuatro", los realizadores querían un reparto que realzase la energía y la intensidad de unos personajes muy bien dibujados.

La primera misión era encontrar un actor para el papel de John Smith, es decir el Número Cuatro. Caruso sabía que tenía que encontrar a alguien con mucha personalidad que además tuviera sensibilidad suficiente para encarnar al personaje. "Los poderes extraordinarios de John lo convierten en alguien totalmente diferente al resto de los chicos del colegio. Y eso le convierte en un inadaptado", afirma Caruso.

"Hay muchos adolescentes que pueden identificarse con él, sobre todos los que acaban de mudarse a una nueva ciudad a esa edad", añade. "Intentar integrarse en un instituto es difícil para cualquiera. Su personaje tiene un aspecto universal con el que pueden identificarse los espectadores, a pesar de que es sobrehumano. Pero sus sentimientos son los que experimentaría un adolescente normal".

Los realizadores tardaron muchas semanas en encontrar al actor con la presencia física y la actitud para encarnar a John Smith. Cuando Alex Pettyfer hizo su primera lectura, D. J. Caruso supo que estaba ante alguien muy especial. "Creo que Alex tiene un don muy especial", dice Caruso. "Es un hombre atractivo, dinámico e interesante, pero también rezuma una gran vulnerabilidad, una cualidad que encaja totalmente con el personaje. Creo que el público se va a enamorar de él".

El productor Michael Bay dice de Pettyfer: "Hace tiempo que llevo o observando a Alex. Tiene muchísimo carisma y una presencia física indudable. Como Número Cuatro, aporta una mezcla de fuera y vulnerabilidad que no poseen muchos actores".

A Alex Pettyfer le encantó la idea de encarnar a John Smith, y por dos razones. La primera era las ganas que tenía Pettyfer de trabajar con D.J. Caruso. "D.J. es increíble", explica. "Acepté esta película porque creo que tiene una visión única. Aporta algo diferente. Transporta la ciencia ficción a un mundo y la hace real", dice Pettyfer.

La segunda fue la historia y el papel. "Es un argumento muy atractivo", afirma Pettyfer. "John Smith está en un momento de su vida en el que tiene que escoger. Su dilema es que quiere ser un chico normal pero el destino que le ha tocado le convierte también en un guerrero. Al principio rechaza su destino al estilo de James Dean en 'Rebelde sin causa'. Tiene ese tipo de temperamento que puede explotar en cualquier momento.

"John intenta averiguar quién es y que quiere hacer con su vida", continúa diciendo Pettyfer. "Hay muchos chicos que van a identificarse con lo que le pasa en la película. Es un inadaptado que busca su sitio en el mundo".

Caruso escogió a la actriz Dianna Agron para encarnar a Sarah, un personaje fundamental. Pero la verdad es que no la descubrió viendo la serie de televisión "Glee" ganadora de un Premio Emmy®. "No suelo ver la televisión", comenta Caruso. "Se presentó bastante tarde y me dejó anonadado. Es una persona muy dinámica, inteligente y posee una gran belleza. Pensé que haría buena pareja con Alex porque son personalidades muy diferentes".

"Sarah también es una inadaptada a pesar de ser muy guapa y de que durante un tiempo fue popular. Pero tomó algunas decisiones que le despojaron de esa popularidad en el instituto. Así que Sarah no es una chica integrada en su entorno, lo mismo que le ocurre a John. Y juntos van a descubrir lo que les une". -D.J. Caruso, director

A Dianna Agron le sedujo inmediatamente el guión. "Lo que me gusta es que los chicos son bastante maduros y sabios para la edad que tienen", afirma Agron. "Puede que no sean los típicos chicos enrollados, o los que hacen todas esas actividades típicas de los adolescentes. Pero tienen un gran corazón y mucha sensibilidad, y se embarcan juntos en un asombroso periplo.

"Además, también me gustó mucho el personaje de Sarah", añade Agron. "Se parece mucho a cuando yo iba al colegio. Me gusta la fotografía y me aficioné mucho cuando estuve en el instituto. Hice fotos para el anuario".

En la película, Sarah se siente inmediatamente atraída por John. "John no es un chico como los demás, y desarrollan una conexión muy intensa desde el principio", explica Agron. "A medida que avanza la historia su relación se vuelve cada vez más profunda. Es una relación tremendamente romántica. Es la historia del primer amor, cuando no tienes miedo a nada porque todavía no te han roto quinientas veces el corazón".

Caruso buscaba a alguien muy especial para interpretar el papel del Número Seis. Necesitaba una actriz que pudiera hacer frente al intenso trabajo de especialista que exigía el personaje. Tras una larga búsqueda, encontró a la actriz Teresa Palmer ("Bedtime Stories" [Más allá de los sueños], "Grudge 2" [La Maldición 2] "Sorcerer’s Apprentice" [El Aprendiz de brujo]). "El Número Seis es un personaje muy intenso, oscuro y misterioso", dice Caruso. "Teresa tiene esa confianza en su físico que exigía el personaje. Tiene una energía contagiosa que me cautivó cuando se presentó al casting"

Al hablar de su personaje, Palmer afirma: "El Número Seis es tan intimidante como encantadora, lo que le convierte en un verdadero peligro. Está acostumbrada a sobrevivir sola, y eso le convierte en un personaje enigmático y misterioso. El Número Seis tiene dotes de guerrera. Su precisión y sus reflejos son tremendos y esas cualidades la convierten en una guerrera temible en cualquier batalla".

Palmer afirma que el Número Seis es un personaje complejo a la hora de interpretarlo. "Lleva toda la vida preparándose para luchar y tiene un gran dominio de las artes marciales y de la lucha con espadas, pero también es bastante extravagante. Es un personaje muy interesante y no tiene nada que ver con lo que había hecho hasta ahora", dice Palmer.

"Me presenté al casting sin ocultar mi acento australiano", recuerda Palmer. "Creo que al principio no les gustó pero después hablamos y empezó a tener sentido. Hubiera sido demasiado peligroso enviar a los nueve niños a Estados Unidos. La idea de que les hubieran enviado a países diferentes era mucho más interesante. Así que es lógico que tuvieran acentos diferentes".

Caruso escogió a Timothy Olyphant ("Justified", "Live Free or Die Hard" [Duro de matar]) para interpretar a Henri, el guardián de Henri. "Timothy es una persona tremendamente dinámica, con un ritmo interpretativo asombroso", afirma Caruso. "Ha sido maravilloso ver lo que ha hecho con el personaje de Henri y también verle trabajar con Alex. No es una relación normal entre padre e hijo. Se parece más a un hermano mayor o a un tío que no sabe cómo comportarse con un chico".

"Mi personaje evoluciona a lo largo de la película", explica Olyphant. "Al principio, Henri es el guardián del planeta Lorien. Su papel consiste en proteger a este niño especial mientras crece en el planeta Tierra. A medida que avanza la historia, las dotes únicas de John empiezan a cobrar forma y cada vez son más poderosas. Henri le ayuda a comprender cuál es su destino".

Olyphant añade: "En la relación entre John y Henri hay una tensión fantástica. Henri quiere a John pero a veces le gustaría estrangularlo. Henri es un personaje que es a la vez muy exigente a la vez que algo peligroso. Pero lo cierto es que le preocupa muchísimo el chico".

Además de gustarle mucho el personaje de Henri, Olyphant también disfrutó de la experiencia de trabajar con el director D.J. Caruso. "D.J. es un tipo con mucha clase y un gran director", afirma. "Nuestras conversaciones eran fantásticas y la verdad es que conectamos desde el principio. Le transmití lo que mi instinto me decía del personaje y él respondió de forma muy positiva".

Callan McAuliffe estaba a punto de subirse a un avión para volver a su casa en Australia después de terminar el rodaje de "Flipped" de Robert Reiner en el que interpreta al protagonista. Entonces recibió una llamada para pasar una prueba para el papel de Sam. "Sam tiene el alma malherida", explica el director D.J. Caruso. "Callan supo manejar muy bien sus emociones. Es un actor natural, divertido y atractivo a la vez".

"Sam es un friki, pero no es nada aburrido. Es el típico chico al que acosan en el colegio", afirma McAuliffe al hablar sobre su personaje. "La gente siempre le ha llamado 'Spaceman'. Se burlan todo el tiempo de él debido a su pasión por los alienígenas. Ha heredado la afición de su padre que se pasaba la vida estudiando 'encuentros en la tercera fase' y él mismo se considera un 'astronautologista'".

McAuliffe añade: "¡Cuando Sam descubre que John es un alienígena, se pone loco de contento! Está convencido que los alienígenas han abducido a su padre y alberga la esperanza de poder encontrarle gracias a John".

Kevin Durand interpreta el papel del Comandante mogadoriano. "Kevin aportó una visión poco ortodoxa y convirtió al Comandante en un personaje peligroso pero atractivo", dice Caruso. "Tiene la capacidad de cambiar la dinámica y ritmo de una escena y de esa forma pone el listón muy alto a todo el mundo".

"Conocí a D.J. en su oficina", recuerda Durand. "En cuanto nos dimos la mano, supe que iba a ser una gran experiencia. Es una persona muy entusiasta y le gusta trabajar en equipo. Dentro de la estructura del guión y del personaje, me dio libertad y la oportunidad de crear momentos que sólo surgen de la espontaneidad. Y eso es genial. Es fantástico trabajar con alguien que tiene tanta confianza en su reparto".

Durand explica su papel de comandante del Ejército mogadoriano: "Hemos acabado con la mayoría de los habitantes del planeta Lorien, pero nueve niños han logrado escapar con sus guardianes y viajar a la tierra. Y mi misión es encontrarlos. Tengo que asesinarlos uno a uno, una tarea nada agradable".

"Me gusta el personaje del Comandante Mog. Es increíble desaparecer dentro de él y disfrutar de lo que a él le gusta. Es muy divertido. Te sientes como un tigre jugando con conejitos".
-Kevin Durand

"Al Comandante le encanta este planeta", afirma Durand. "Creo que lo que le pirra de verdad son los juguetes. En la Tierra, la gente disfruta de muchos lujos, navega por Internet, va al cine, de compras, a comer... todas esas cosas maravillosas. Le encanta la comida basura".


Creando el tiempo y el espacio
El Diseñador de Producción Tom Southwell ya había colaborado con el director D.J. Caruso en diez ocasiones, seis de ellas como diseñador de producción. "Cuando trabajamos juntos por primera vez", recuerda Southwall, "establecimos un sistema de comunicación usando miniaturas. Atábamos una cámara pequeña al techo de un coche de juguete y así es como diseñábamos las escenas con coches. En esta película hemos construido miniaturas de los platós. D.J. se servía de sus cámaras en miniatura para diseñar sus ángulos de cámara. El artista de storyboard cogía ese vídeo y creaba los sketches. De esa forma todo el mundo podía ver los planos que D.J. había planeado".

La historia se desarrolla en un instituto, el centro neurálgico de la película. Así que el equipo de la película pasaba mucho tiempo en ese plató, tanto de día como de noche. La forma más sencilla de rodar era utilizar un colegio de verdad. Así que muchas escenas se rodaron en el Instituto Franklin Regional High en Murrysville, Pennsylvania. Sin embargo, tal y como apunta Southwell, "algunas escenas no se podían rodar allí porque implicaban destrucciones masivas".

Para el director y su equipo el reto creativo era tomar el aspecto que tiene un instituto, el que los chicos ven todos los días, y hacerlo más interesante. "Una de las maneras de lograrlo es utilizando efectos especiales de iluminación", explica Southwell. "Otra forma es utilizando el coloro. Siempre estoy intentando influenciar al público con los colores porque es muy psicológico. Puedes hacer que la gente tenga miedo quitando el color. Crea una sensación sobrenatural muy inquietante. Y los espectadores empiezan a sospechar que va a ocurrir algo aterrador".

Southwell añade: "Lo mismo ocurre con la luz. Cuanto más oscura es, más desconfiado te vuelves, sobre todo si sabes que una criatura está a punto de aparecer en el vestíbulo".

Otro elemento interesante del diseño de producción de "Soy el Número Cuatro" es que el brillo de los objetos cotidianos se vuelve muy importante. Tal y como explica Southwell: "En algunos momentos de la película hay muy poca luz. Sólo alcanzas a ver la silueta de los personajes gracias al resplandor que sale del suelo. El departamento de cámaras hizo pruebas en todos los materiales para asegurarse que eran suficientemente brillantes y tenía texturas diferentes".

En los pasillos del instituto se concentra la mayoría de los efectos especiales y físicos de la película, así que Southwell tuvo que montar escenarios en los que cupieran los numerosos especialistas y efectos que iban a tener lugar, además de hacer que los pasillos resultaran interesantes e inquietantes desde el punto de vista visual.

Greg McMurry, Supervisor de Efectos Especiales, lo explica: "Hay un montón de tipos diferentes de efectos especiales y de secuencias de acción. Y la dinámica también es muy intensa porque los personajes tienen poderes diferentes. Además creamos criatura con ILM [Industrial Light and Magic]. Uno de ellos es el Piken que sueltan los Mogadorianos".

Peter Chesney, Coordinador de Efectos Especiales, trabajó en el diseño y creación del Piken de hierro de 1.600 kilos. "El Piken representa al bulldog de los malos, que es en realidad una ardilla voladora de 680 kilos con dientes", afirma.

"Teníamos una escena en la que John utiliza su telequinesia para lanzar un montón de taquillas con el fin de frenar al Piken", recuerda Chesney. Chesney construyó 24 martillos de 45 kilos que se levantaran a ambos lados del pasillo y formaran un arco, se estrellaran contra la parte trasera de 20 taquillas de instituto. Después utilizó un carrito de golf para representar al Piken para que corriera por el pasillo mientras los martillos se iban soltando uno a uno en una secuencia de 12 paralelos.

En otra escena el equipo utilizó paredes de bloques de hormigón de verdad para una parte del plató y lanzó al Piken a 32 kilómetros por hora. "El truco fue hacerlo con un montón de movimientos agresivos de cámara", explica Chesney. "Así que tuvimos que ir vimos que romperlo todo antes de filmar para hacer coincidir el tiempo. En muchos movimientos de la cámara, en la que haces un barrido con la criatura corriendo, hacíamos saltar chispas y retrocedíamos el tiempo en el vídeo durante los ensayos".

Tom Southwell, Diseñador de Producción, comenta los cambios estilísticos de la película. "La paleta de color de la cinta es muy variada", afirma Southwell. "La película empieza en una cabaña aislada en la jungla africana. Es muy breve pero suficiente para hacerte una idea de que en la película van a pasar cosas terroríficas. Después se traslada a los Cayos de Florida donde John y Henri están viviendo. Viven e una maravillosa playa de arena blanca con palmeras y aguas cristalinas. Es un lugar perfecto para un adolescente".


Henri y John viven en una casa sobre pilotes que es como el escondite de un vagabundo. Cuando una noche John vive una experiencia aterradora en el mar, Henri comprende que están en peligro y le dice a John que tienen que marcharse de allí. Cogen sus cosas y se van sin dejar huella. "Eso supuso un gran reto", recuerda Southwell. "La casa está en una playa de arena blanca y es un paraíso absoluto. Tuvimos que convencer a los propietarios para que nos dejasen construir un muro alrededor de la casa para obtener el aspecto que queríamos y después volarlo en pedazos".

Henri y John se ven obligados a huir y terminan en Paradise, Ohio. "Sigue siendo un lugar bonito, pero los colores son muy pálidos. El aspecto visual es muy soso. Puede que se deba a que es muy tradicional", dice Southwell.

El director D.J. Caruso quería que a John, el personaje que interpreta Alex Pettyfer, no le gustase la nueva casa de Ohio, así que Southwell ayudó a transmitir esa sensación haciendo que la casa fuera más atractiva y que contrastara con el lugar idílico en el que había vivido John anteriormente. Southwell decidió echar abajo algunas paredes como si hubiera habido obras en la casa y se hubieran interrumpido por alguna razón desconocida. Se ven las vigas y los cables así que los personajes tienen que vivir en una habitación que no está terminada.

Esto contrasta con la calidez que Southwell creó para la casa de Sarah, donde John conoce por primera vez el calor de un entorno familiar de verdad.


A través de las lentes
"Contar con Guillermo Navarro como director de fotografía fue un verdadero regalo", dice D.J. Caruso. "Hace años que soy fan suyo, pero cada vez que intentaba contar con él, ya estaba contratado. Al final, se retrasó el rodaje de 'The Hobbit' y me precipité para que no me lo quitaran. Trabajar con él ha sido una experiencia increíble".

"La iluminación de Guillermo Navarro tiene un aspecto muy emocional, que es mucho más interesante que el lado técnico. Juntos, pusimos en marca esta gran sinergia y los fotogramas de la película son absolutamente fantásticos". -D.J. Caruso, director

"Siempre estoy buscando películas que me permitan crear realidades y que se limiten a documentar una realidad ya existente", explica Navarro. "Pero en este caso, están totalmente vinculadas a nuestras realidades existentes, son contemporáneas con nuestro mundo. Además está la historia de los personajes que visitan nuestro mundo y que nos da una perspectiva de cómo nos vemos a nosotros mismos en nuestro entorno. Esa fue una de las razones que me empujaron a hacer la película".

Navarro explica cómo ha ido evolucionando su forma de ver las cosas: "Creo que he acumulado un bagaje cultural que me ha permitido ver las cosas de cierta forma. Eso viene de crecer en el tercer mundo, en el que las imágenes, los colores y los olores forman parte de ti. Así es como crecí y por eso utilizo las imágenes para expresarme. Mi mayor influencia ha sido un director de fotografía llamado Ricardo Aronovich, que fue mi mentor cuando era joven. No he copiado su estilo, pero fue el que me enseñó a preparar una película, a explicar tu punto de vista y no a ser una especie de prestidigitador que saca un conejo de una chistera. Mucha gente espera que las películas tengan un aspecto determinado. Por ejemplo, las películas del espacio o del Oeste deben tener cierto aspecto. Yo no creo que eso tenga que ser obligatorio".

El actor Timothy Olyphant es un gran fan del trabajo de Guillermo Navarro. "'Soy el Número Cuatro' va a tener un aspecto increíble", dice Olyphant. "La iluminación de Guillermo es fantástica.

Además me encanta su forma de trabajar", añade Olyphant. "Todas sus cámaras llevan nombres de mujeres famosas de la literatura española. Cuenta con los mismos colaboradores en todas sus películas como si formaran una familia. Así que el ambiente es excelente. Y creo una gran ambiente en el plató. Me daba la impresión de que estaba colaborando tanto con Guillermo como lo hacía con D.J.; es una persona apasionada por su trabajo y tremendamente interesante. Está claro que se produjo un verdadero diálogo entre estos dos hombres".


Secuencias de acción
Además del drama de las relaciones personales, la realización de "Soy el Número Cuatro" exigió varios tipos de secuencias de acción basadas en las necesidades de los personajes de la historia.

En la actriz Teresa Palmer recayó casi todo el trabajo de especialista. Empezó a entrenar dos meses antes de que el rodaje empezara en Pittsburgh. Así es como lo explica Palmer: "Quería hacer justicia al Número Seis aprendiendo a luchar. Así que trabajé con Peng Zhang, un excelente coordinador de lucha especializado en artes marciales. Trabajamos intensamente durante algunos meses concentrándonos en patadas laterales, por detrás, y por delante, y después ensamblamos todo eso con la lucha con espadas para crear una acción trepidante. También trabajé estrechamente con el equipo de especialistas liderado por el coordinador de acción Brad Allan, que me entrenó como si fuera uno de ellos. Nuestro objetivo era convertirme en el personaje, no fingir que era ella".

Alex Pettyfer también tuvo que realizar varias escenas de acción y se vio obligado a entrenar. Lo que más le gustaba es que le lanzasen a las taquillas del colegio a 64 kilómetros por hora. La acción es parte fundamental de la escena, y te sumerges totalmente en ella porque estás completamente rodeado. Esa presión dispara la adrenalina, aunque saltar hacia atrás desde un precipicio es una de las cosas más temerarias que he hecho en mi vida", afirma Pettyfer.

"Tengo 20 años y soy como un niño grande. No hay muchos hombres que hayan experimentado lo que yo he experimentado. Ir a un plato de rodaje, correr como un desesperado, manejar armas y saltar de acantilados fue increíblemente divertido". -Alex Pettyfer


Conocer a los mogadorianos
Desarrollar el aspecto de los Mogadorianos fue un proceso muy largo. Los realizadores buscaron diferentes opciones y las analizaron, con la esperanza de encontrar el punto perfecto entre normalidad y excentricidad. En el libro, los Mogs, al igual que los Loriens, tienen el mismo aspecto que los humanos, salvo por su extraordinaria altura.
"Los Mogadorianos son una raza muy interesante porque no son mucho mayores que la raza de los habitantes del planeta Lorien o de la raza humana", explica el director D.J. Caruso. "Todos miden 2,10 metros o más. Llevan armas y bombas gigantes y están acostumbrados a obtener todo lo quieren.

"Los Mogadorianos llegan y se apoderan de un planeta sin hacer ninguna pregunta. Son como los pistoleros malvados de las películas del Oeste que llegan a un pueblo, matan a los nombres, destruyen todo y se llevan a las mujeres y a los niños. Así es como viven los Mogadorianos".
-D.J. Caruso, director

Caruso pensó que sería más interesante si los Mogs fueran criaturas temibles, que dieran miedo de verdad, además del temor que ya infundía su altura. Quería que tuvieran un aspecto humanoide para que la gente no reaccionase inmediatamente al verlos. Para la verosimilitud de la historia era importante que los Mogs pudieran fundirse en la sociedad norteamericana. Así que para Marie-Sylvie Deveau, la Diseñadora de Vestuario, lo más difícil de la película fue crear la ropa de los Mogadorianos. "Necesitábamos encontrar una imagen exacta que también se adaptase a los condicionamientos de la acción", explica la diseñadora.

Deveau vio una película de los años 70 llamada "The Great Northfield Minnesota Raid (Sin ley ni esperanza)". "Nos gustaron los guardapolvos que llevan en la película", dice Deveau. "Queríamos algo oscuro porque la mayoría de las escenas con ellos se rodaron de noche, así que eso les daba un aspecto sutil y amenazante".

Los trajes son extremadamente calurosos, sobre todo con el calor que hace en Pittsburgh y en los Cayos de Florida en verano. Deveau tuvo que utilizar un sistema de refrigeración debajo de los trajes y entre las tomas, los actores tenían que descansar en tiendas con aire acondicionado. El problema era el maquillaje: si los actores tenían mucho calor, se derretía literalmente en sus caras.

Hacer que los Mogadorianos fueran más altos que la media humana también planteó otro reto. Para que los Mogs tuvieran una presencia siniestra, los actores llevaban botas Kangool hechas a medida que los hacían 18 centímetros más altos y que les daban esos andares lentos y extraños. Las Kangool se recubrieron con botas de cuero falso para darles el aspecto de botas normales.

"Tardamos bastante en encontrar una solución para que parecieran más altos sin tener que utilizar zancos", explica Deveau. "Al final el coordinador de especialistas encontró estas botas con muelle y fabricamos un zapato dentro de ellas. Con esto los actores eran entre 17 y 20 centímetros más altos. Teniendo en cuenta que Kevin Durand, que interpreta al Comandante Mog ya mide 1,93 metros, los centímetros añadidos le daban una presencia imponente".

Kevin Durand añade: "Debajo hay un cilindro de plástico duro. Además de hacer que el comandante parezca más alto, esto le otorga un movimiento muy peculiar que lo hace aún más especial".

Mientras definían el aspecto que tenían que tener los Mog, Deveau aportó algunas investigaciones que había realizado para el vestuario. Entre ellas había una foto que encontró en una revista europea en la que una modelo llevaba un tatuaje en la cabeza en forma de pelo. La idea de que el "pelo" de un Mogadoriano es un tatuaje gustó mucho. El equipo también llegó a la conclusión de que el tatuaje sería más elaborado a medida que los soldados tuvieran más rango en el sistema militar de los Mogadorianos. Todos los Mogs llevan el mismo diseño de tatuaje básico. Después, dependiendo de su rango o de sus aptitudes, sus tatuajes son más personales.

Con todo este maquillaje tan especializado, hacían falta dos horas para convertir un actor en un Mog. Los tatuajes individualizados y el maquillaje protésico del Comandante Mog y de sus secuaces están basados en los diseños creados por KNB Effects en Los Ángeles, una empresa dirigida por Howard Berger y su socio Greg Nicotero.

"Cuando nos contrataron para diseñar el aspecto de los Mogadorianos, necesitábamos crear una raza alienígena que fuera novedosa e interesante, pero pudiera integrarse en la población general de la Tierra. Pero el reto era fascinante así que al final logramos crear maquillajes que permitía a los actores actuar por debajo de sus prótesis y sus tatuajes y dar vida a los Mogs".-Howard Berger, Maquillaje de Efectos Especiales

Además de interpretar el papel, Kevin Durand también tuvo que aprender una nueva lengua, el Mogadoriano. "La primera vez que lo vi me impresionó bastante", recuerda Durand. "No se parecía en nada a lo que había hecho antes. Me encanta hablar con acentos diferentes y domino un par de lenguas, pero esta no tenía nada que ver".

La lengua mogadoriana se creó especialmente para la película y tiene influencias del latín, de lenguas eslavas y del inglés. Tiene su propias reglas para que el director pudiera crear frases en el plató mientras se rodaba la película. Las cintas de vídeo que catalogaban la fonética de la lengua de los Mogadorianos se enviaron a los actores para que la aprendieran y la practicaran.

"La verdad es que me costó bastante trabajo aprender palabra por palabra y después perfeccionar la pronunciación", dice Durand. "Me llevó bastante tiempo, pero ahora puedo decir que hablo Mogadoriano con fluidez".


Los legados salen a la luz
Aunque Lorien está situado en una de las galaxias más lejanas, se parece a la Tierra en que los Lorianos respiran aire y tienen el mismo aspecto que los humanos. Pero no se parecen en nada más. Cada uno de los nueve niños que lograron sobrevivir a la destrucción de Lorien escapando a la Tierra están dotados de poderes diferentes llamados "legados".

"Lo más curioso de estos legados es que ninguno de 'los nueve' sabe con seguridad que tipo de poderes van a heredar", dice Caruso. "Ha medida que crecen y se convierten en adolescentes, empiezan a descubrir cosas como lumen en sus manos. Es bastante doloroso, y todavía no saben lo que pueden hacer con ello".

"Cuando me traslado a Paradise, Ohio, y me convierto en John Smith, empiezo a experimentar sentimientos de gran intensidad que desencadena Sarah", dice Alex Pettyfer. "Tengo esos altibajos emocionales que son fruto de una mezcla de celos y de que me estoy enamorando de ella. Y esos sentimientos tan intensos son los que ponen en marcha mis poderes. La primera vez que me ocurre es en clase. Mark, que era el novio de Sarah, empieza a meterse conmigo. Y es cuando empiezo a sentir cosas extrañas. Mis manos empiezan a quemarse y sudo muchísimo. Cuando salgo del aula, abro las manos y despiden una luz intensa".

Pettyfer lo recuerda: "Recuerdo que antes de empezar a trabajar en la película, estaba en una cena y puse la mano encima de una vela para ver lo que sentía. Por supuesto me quemé pero me ayudó a comprenderlo. Me di cuenta que el lumen no sólo es una fuente de luz sino también de fuego. Es una forma de explicar por qué los legados resultan dolorosos hasta que se aprende a utilizarlos".

El objetivo de los realizadores era que esos poderes fueran orgánicos; por ejemplo que la luz que sale de las manos de Alex Pettyfer tiene que resultar natural. El director de fotografía Guillermo Navarro explica su enfoque: "Las manos del personaje ilumina y se convierten en fuentes de luz, así que jugamos con la forma en que esto le afecta y cómo afecta al entorno. Fue bastante complicado encontrar una luz que saliera de sus manos sin quemarle, pero cuando lo logramos quedó perfecto".

"También tengo telequinesia, que descubro de una forma muy divertida", dice Pettyfer. "Tengo una pelea muy fuerte con Henri y le estrello contra la pared antes de darme cuenta de lo que ha sucedido".

"El Número Seis tiene el poder de volverse invisible", explica Teresa Palmer. "Puede aparecer y desaparecer en otra parte de la habitación. Se teletransporta. Es un poder increíble a la hora de luchar porque puede estar en medio de una batalla y de repente desaparecer y reaparecer detrás de sus enemigos, dándoles un golpe definitivo por la espalda. Es un poder muy útil y queda muy bien en la pantalla".

"Tuvimos que diseñar una técnica para que el Número Seis apareciera y desapareciera", continúa diciendo Palmer. "Fue un proceso de aprendizaje muy interesante. Hay algunos elementos generados por ordenador y también efectos físicos especiales. Trabajar con una pantalla verde siempre resulta difícil, pero fue muy divertido".


Vestuario a medida
La clave para vestir a los personajes de John y Henri estaba en hacerlos lo más anodinos posible. "Han viajado por todo el mundo huyendo de los Mogs", explica Marie-Sylvie Deveau, Diseñadora de Vestuario. "Era muy importante que encajase con ellos, sobre todo en el caso de John, porque va al instituto. Decidimos que Henri tuviera una profesión diferente en cada sitio al que fuera. Así que cuando llega a Paradise es un escritor. Por lo tanto le dimos un estilo bohemio, con jerseys y pantalones anchos".

"El personaje de Sarah es romántico y dulce", explica Deveau. "A pesar de que vive en una ciudad pequeña, puede ver en Internet cómo se vestiría si viviese en Nueva York o en Los Ángeles. Tiene bastante estilo y destaca porque es original. Pero es un estilo suave, como es su personalidad de artista y de fotógrafa".

"El Número Seis tiene un estilo muy sexy, muy vanguardista", dice Deveau. "El personaje ha viajado por todo el mundo y elegimos su estilo en Berlín."

Deveau continúa diciendo: "Es una de esas heroínas que siempre llevan lo mismo. Ya no tiene guardián así que es más original y no le importa llamar la atención. El Número Seis y el Número Cuatro son totalmente diferentes ya que para John y su guardián Henri es muy importante pasar desapercibidos".

Los realizadores querían que el estilo del Número Seis fuera único. "Ella va en moto así que todo está polvoriento, rasgado y muy ajustado. Lleva prendas muy sexy y vanguardistas, pero los detalles confunden así que no sabes muy bien de dónde es. El diseño del traje se estudió estrechamente con el coordinador de especialistas para que pudiera hacer todas las secuencias de acción que exige el papel", explica Deveau.

A Teresa Palmer le encantó el aspecto que tenía su personaje. "En cuanto leí el guión tuve una idea muy clara de lo que era y de qué aspecto iba a tener", recuerda Palmer. "Afortunadamente todo el mundo tenía la misma opinión. Es una chica con muy malas pulgas. Lleva vaqueros negros muy ajustados, un cinturón grande y una cadena colgando. Quería que llevara un tatuaje que resultase muy visible y un anillo con una calavera".

Palmer añade: "cuando llegué a Pittsburgh, empecé a vestirme más como el Número Seis, con botas pesadas, eyeliner oscuro y el pelo con greñas. No era muy cómodo pero encajaba perfectamente con el papel".